Comentario de Gálatas 3:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Esto, pues, digo: El pacto confirmado antes por Dios no lo abroga la ley, que vino 430 años después, para invalidar la promesa.

3:17 — Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa. — Este pacto, pues, que fue ratificado antes de llegar la ley todavía está en vigor y no podía ser invalidado por la llegada de la ley, porque como todos saben, la ley vino cuatrocientos treinta años después de que la promesa fue confirmada. Al decir «cuatrocientos treinta años» Pablo cita la Versión Septuaginta, la versión griega de las Escrituras hebreas, la versión que se usaba universalmente; el argumento de Pablo no fue afectado por el tiempo exacto y el punto importante es que todos sabían que la ley vino mucho años después de la promesa.

Los oponentes de Pablo (los que predicaban el evangelio pervertido, 1:7-9) hacían que la ley compitiera con la promesa y aun daban más importancia a la ley que a la promesa, pues enseñaban que para que los gentiles recibieran la promesa tenían que guardar la ley. El argumento de Pablo es que la promesa tenía prioridad.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Esto pues digo. Gál 5:16; 1Co 1:12; 1Co 7:29; 1Co 10:19; 2Co 9:6; Efe 4:17; Col 2:4.

el pacto previamente ratificado. Gén 15:18; Gén 17:7, Gén 17:8, Gén 17:19; Luc 1:68-79; Jua 1:17; Jua 8:56-58; Rom 3:25; 2Co 1:20; Heb 11:13, Heb 11:17-19, Heb 11:39, Heb 11:40; 1Pe 1:11, 1Pe 1:12, 1Pe 1:20.

que vino cuatrocientos treinta años. Gén 15:13; Éxo 12:40, Éxo 12:41; Hch 7:6.

no lo abroga. Gál 3:15; Job 40:8; Isa 14:27; Isa 28:18; Heb 7:18.

para invalidar. Gál 5:4; Núm 30:8; Sal 33:10; Rom 3:3; 1Co 1:17.

la promesa. Gál 3:21; Núm 23:19; Rom 4:13, Rom 4:14; Heb 6:13-18.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

cuatrocientos treinta años es el tiempo que Israel estuvo en Egipto antes del éxodo (Éxo 12:40, Éxo 12:41). La ley, que entró en vigencia al final de ese siglo, no pudo sobrepasar ni invalidar la vigencia del pacto con Abraham (Gén 15:18).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

El pacto. El pacto de Dios con Abraham (vea la nota sobre el v.Gál 3:16). Para una discusión de los pactos bíblicos, vea las notas sobre Gén 9:16 ; Gén 12:1-3; Rom 9:4. previamente ratificado por Dios. Vea la nota sobre el v.Gál 3:15. El término significa «confirmado». Tan pronto Dios dio su ratificación oficial al pacto (vea las notas sobre Gén 15:9-21), este poseyó autoridad perdurable y nada ni nadie podría anularlo. El pacto con Abraham fue unilateral (Dios se hizo la promesa a sí mismo), eterno (proveyó una bendición más allá de tiempo y espacio), incondicional (porque dependió de Dios y no del hombre), pero su cumplimiento final aguarda la salvación de Israel y el reino milenario de Jesucristo. cuatrocientos treinta años. Desde la estadía de Israel en Egipto (cp. Éxo 12:40) hasta la entrega de la ley en el Sinaí (ca. 1445 a.C.). De hecho, la ley vino seiscientos cuarenta y cinco años después de la promesa inicial a Abraham (ca. 2090 a.C.; cp. Gén 12:4; Gén 21:5; Gén 25:26; Gén 47:9), pero la promesa fue reiterada a Isaac (Gén 26:24) y más tarde a Jacob (ca. 1928 a.C.; Gén 28:15). La última ratificación que se conoce del pacto de Dios con Abraham fue concedida a Jacob en Gén 46:2-4 (ca. 1875 a.C.) justo antes de su salida a Egipto, cuatrocientos treinta años antes de que fuera dada la ley mosaica.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

3:17 — Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa. — Este pacto, pues, que fue ratificado antes de llegar la ley todavía está en vigor y no podía ser invalidado por la llegada de la ley, porque como todos saben, la ley vino cuatrocientos treinta años después de que la promesa fue confirmada. Al decir «cuatrocientos treinta años» Pablo cita la Versión Septuaginta, la versión griega de las Escrituras hebreas, la versión que se usaba universalmente; el argumento de Pablo no fue afectado por el tiempo exacto y el punto importante es que todos sabían que la ley vino mucho años después de la promesa.
Los oponentes de Pablo (los que predicaban el evangelio pervertido, 1:7-9) hacían que la ley compitiera con la promesa y aun daban más importancia a la ley que a la promesa, pues enseñaban que para que los gentiles recibieran la promesa tenían que guardar la ley. El argumento de Pablo es que la promesa tenía prioridad.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Esto, pues, digo, es el anuncio de una especie de resumen de lo dicho desde el versículo Gál 3:15. El ejemplo de la vida cotidiana que fue presentado es ahora aplicado al pacto o convenio entre Dios y Abraham. En algunos idiomas, la frase puede entenderse mejor como «lo que quiero decir es esto» (TLA), “lo que estoy tratando de explicar es lo siguiente”.

Será preciso reestructurar en el idioma español la complicada formulación paulina del texto original, elaborada con oraciones subordinadas concatenadas. Algunas versiones logran una oración clara y fluida: «Un pacto debidamente confirmado por Dios no puede ser anulado por una ley dada cuatrocientos treinta años después, invalidando así la promesa» (BA), «la promesa de Dios no puede cambiarla ni dejarla sin valor una ley que Dios dio cuatrocientos treinta años después» (TLA).

Los cuatrocientos treinta años se refieren en la Biblia hebrea al tiempo que permanecieron los hebreos en Egipto (cf. Éxo 12:40.). Otra forma de comunicar la misma idea es la siguiente: “El convenio que Dios hizo con Abraham está bien claro y en regla, por lo que la ley de Moisés, dada cuatrocientos treinta años más tarde, no puede ponerle ni quitarle nada; en realidad, eso echaría por tierra lo que Dios prometió a Abraham”. La promesa hecha a Abraham es válida para Cristo, a quien Pablo considera descendiente de Abraham. La promesa se cumple ahora por medio de Cristo en todos aquellos que tienen fe, judíos y no judíos por igual, y consiste en ser hijos e hijas de Dios y recibir el Espíritu Santo.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

— cuatrocientos treinta años: Para precisar esta cifra tan concreta, que señala el tiempo transcurrido entre Abrahán y Moisés, Pablo se apoya, sin duda, en Éxo 12:40-41 y no pretende hacer hincapié en la exactitud cronológica.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

g 142 Rom 4:13

h 143 Éxo 12:41

i 144 Rom 4:14

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

17 (1) Indica que la promesa que Dios dio a Abraham llegó a ser un pacto, el cual es más firme que una promesa. La palabra, la promesa y el pacto son el evangelio que fue predicado a Abraham. El evangelio es el pacto, el pacto es la promesa y la promesa es la palabra hablada por Dios. Aunque el evangelio se relaciona con el nuevo pacto, es importante comprender que el nuevo pacto es una continuación, o una repetición, de la promesa de Dios a Abraham.

17 (2) La promesa dada por Dios a Abraham vino primero y la ley vino 430 años después. La promesa era permanente, pero la ley era temporal. La ley, que vino después y que era temporal, no puede anular la promesa, la cual se dio primero y era permanente. Los gálatas dejaron la promesa, que fue dada primero y era permanente, y volvieron a la ley, que vino después y era temporal.

17 (3) Contados desde el tiempo en que Dios dio la promesa a Abraham en Gn 12 hasta el tiempo en que El dio la ley por medio de Moisés en Ex 20. Dios considera que este período fue el tiempo que los hijos de Israel estuvieron en Egipto (Éxo_12:40-41). Los cuatrocientos años que se mencionan en Gén_15:13 y Hch_7:6 se calculan desde el tiempo en que Ismael se burló de Isaac en Gn 21 hasta el día en que los hijos de Israel salieron de la tiranía egipcia en Ex 12. Este es el período durante el cual los descendientes de Abraham sufrieron persecución de parte de los gentiles.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

La ley mosaica no hizo a un lado las promesas hechas a Abraham. Y, durante esos cientos de años antes de la ley. Dios había justificado también a los hombres sólo por fe.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

cuatrocientos treinta años…Gén 15:13; Éxo 12:40; §167; la promesa… TR añade para con CRISTO.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R580 Un διαθήκη es un acuerdo o convenio entre dos individuos (note la idea raigal de διά).

R1072 Εἰς τό con el infinitivo καταργῆσαι parece que expresa el resultado que se concibe o real (a tal grado que -T143).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

g Gén_15:13 nota.

3.17 g Éxo_12:40.

3.17 El TR añade para con Cristo.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

?V. 17a:? ?Esto, pues, digo:?Esto es: Ahora diré lo que tuve en mente, ahora me explicaré, y pasaré a hacer la aplicación.?V. 17b:? ?El testamento ratificado por Dios con referencia a Cristo . . .?Esto es, ratificado mediante la muerte de Cristo, pero ratificado «para con Cristo», en el sentido de? ?que este testamento habría de ser distribuido entre los gentiles como testamento «depositado en Cristo»,? ?por decir así. Pues por medio de Cristo, el testamento de Dios ha sido cumplido con referencia a Cristo. En? ?efecto: lo de la muerte de Cristo no es tal que con ella sea derramada una gracia que capacite al hombre para una fe con que pueda creer también en otro que no sea Cristo. No: la gracia lleva a la fe en este solo Cristo.??V. 17c:? …?la ley, que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.?En su ardor, el apóstol emplea un lenguaje sumamente oscuro e intrincado. «El testamento de? ?Dios», dice, «que ha sido ratificado con referencia a Cristo, no debe ser abrogado por la ley» y la justicia? ?basada en obras de la ley. Sin embargo, el testamento sería abrogado, y la promesa sería invalidada totalmente, si las obras de la ley fuesen necesarias para la justicia, como si la gracia de la promesa fuese? ?insuficiente o impotente para efectuar nuestra justificación.?Al agregar «la ley, que vino cuatrocientos treinta años después», Pablo lo hace con el evidente? ?propósito de minimizar la ley, como queriendo decir: «Si la promesa hubiera sido dada con posterioridad a? ?la ley, se podría haber creado la impresión de que esa promesa fue una bien merecida recompensa a la? ?justicia de la ley. Ahora empero, tan poco tiene que ver el otorgamiento de la gracia y la justicia con las? ?obras de la ley, que ya fue prometido muchísimos años antes de que la ley existiera, muchísimo antes, sobre todo, de que existiera una justicia basada en la ley. Nadie mereció esta gracia y esta justicia, nadie las buscó; fue la sola misericordia de Dios la que las prometió, libremente. Entonces, ¿por qué la ley habría de invalidar esta promesa de la gracia y su otorgamiento en el tiempo presente, siendo que la ley no hizo? ?ningún aporte ni a la promesa ni al otorgamiento?» Y en ?Romanos 3? (v. 21) el apóstol declara: «Aparte de? ?la ley, se ha manifestado la justicia de Dios»; más aún, la ley ha actuado en sentido opuesto, ya que «produce ira», ?Romanos 4? (v. 15) y multiplica las Transgresiones. Por esto, lejos de apoyarse en la ley y en las giras nuestras, la justicia debe apoyarse sólo en la invariablemente fiel promesa de Dios, quien no miente jamás, ni siquiera cuando nosotros por los oficios de la ley nos convertimos -en pecadores aun peores y más indignos.?

Fuente: Comentario de Gálatas por Martin Lutero