Comentario de Gálatas 4:8 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Sin embargo, en otro tiempo, cuando no habíais conocido a Dios, servisteis a los que por naturaleza no son dioses.

4:8 — Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses; — 1Co 8:5; Hch 17:29; 1Ts 1:9-10. Los hermanos gentiles habían venido de una esclavitud vil y degradante. Que triste que voluntariamente volvieran a otra esclavitud. «Los gálatas habían tenido experiencia íntima de la esclavitud de los sistemas idolátricos… cuando todos sus actos tenían que determinarse por augurios, dependiendo los resultados de las pasiones y predilecciones de ‘dioses’ caprichosos, a quienes habían de ‘propiciar’ con regalos y mimos. Peores rasgos caracterizaban la idolatría que sujetaba a los hombres a sus mismos vicios en lugar de librarles de ellos, sin faltar desenlaces violentos si los sacerdotes paganos hacían creer que así lo exigía la voluntad de sus falsas divinidades» (Trenchard).

Pablo dice que un ídolo no es nada (1Co 8:4), pero a través del ídolo el pueblo pagano tenía comunión con los demonios (1Co 10:20). El ídolo no es nada, pero la esclavitud de sus adoradores es una realidad.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

no conociendo a Dios. Éxo 5:2; Jer 10:25; Jua 1:10; Hch 17:23, Hch 17:30; Rom 1:28; 1Co 1:21; Efe 2:11, Efe 2:12; Efe 4:18; 1Ts 4:5; 2Ts 1:8; 1Jn 3:1.

servíais … no son dioses. Jos 24:2, Jos 24:15; Sal 115:4-8; Sal 135:15-18; Isa 44:9-20; Jer 10:3-16; Hch 14:12; Hch 17:29; Rom 1:23; 1Co 8:4; 1Co 10:19, 1Co 10:20; 1Co 12:2; 1Ts 1:9; 1Pe 4:3.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Las palabras esclavizar y rudimentos se refieren al (v. Gál 4:3). Pablo, en efecto, pregunta a los gálatas: «¿Es un progreso espiritual el ser de nuevo esclavos de débiles y pobres rituales y observancias (v. Gál 4:10)? ¿Cómo pueden ustedes conociendo a Dios volver a lo que es infantil (v. Gál 4:3)?» Los gálatas conocen a Dios por la fe en Jesucristo (Jua 17:2, Jua 17:3). Él los adoptó como sus propios hijos, pero se vuelven a la ley que una vez los esclavizó. Están en el proceso de dejar la luz y la libertad del cristianismo por las sombras y la esclavitud del legalismo. Las observancias rituales son paganas en principio. Son un sistema de esclavitud opuesto a la gracia de Dios. ¿Cómo puede alguien querer cambiar la vestidura de la justicia de Cristo por el trapo de inmundicia del paganismo, judaísmo, o cualquier otro «ismo».

 EN FOCO

«Rudimentos»

(Gr.  stoijeión) (Gál 4:3, Gál 4:9; Col 2:8, Col 2:20; Heb 5:12; 2Pe 3:10) # en Strong G4747: Esta palabra griega puede significar

(1) «principios elementales o rudimentarios» o

(2) «espíritus elementales». La palabra por sí misma significa cosas ubicadas en línea o en una lista, como un alfabeto. Se usaba para hablar de los principios rudimentarios (Heb 5:12) o elementos básicos del universo, ya fuera físico (2Pe 3:10) o espiritual. Si Pablo pensaba en los principios elementales, quería decir que la gente estaba en servidumbre a los elementos básicos de la religión (Col 2:20); si se refería a los espíritus, indicaba que las personas estaban al servicio de los «espíritus rudimentarios», lo que da a entender dioses o demonios. Principios satisface el contexto general de Gálatas, mientras espíritus concuerda con (Gál 4:8-10). En todo caso, Pablo dice que la gente estuvo en servidumbre hasta que Cristo vino.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

en otro tiempo, no conociendo a Dios. Antes de acudir a la fe salvadora en Cristo, ninguna persona no salva conoce a Dios. Vea las notas sobre Efe 4:17-19; 2Co 4:3-6. por naturaleza no son dioses. El panteón grecorromano de deidades no existentes a quienes los gálatas imaginaban que rendían culto antes de su conversión (cp. Rom 1:23; 1Co 8:4; 1Co 10:19-20; 1Co 12:2; 1Ts 1:9).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Mientras que la salvación es el regalo gratuito de Dios (Rom 5:15-16; Rom 5:18; Rom 6:23; Efe 2:8), trae con ella una responsabilidad seria (cp. Luc 12:48). Dios requiere que los creyentes vivan en santidad porque son hijos de un Dios santo y desean amarlo y adorarlo (Mat 5:48; 1Pe 1:15-18). Esa obligación era a los principios morales y espirituales que nunca cambian y que para siempre reflejan la naturaleza de Dios. Por supuesto, no incluía los rituales y las ceremonias que fueron exclusivos de Israel bajo la ley mosaica, como reclamaban los judaizantes con pretensiones falsas.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

4:8 — Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses; — 1Co 8:5; Hch 17:29; 1Ts 1:9-10. Los hermanos gentiles habían venido de una esclavitud vil y degradante. Que triste que voluntariamente volvieran a otra esclavitud. «Los gálatas habían tenido experiencia íntima de la esclavitud de los sistemas idolátricos… cuando todos sus actos tenían que determinarse por augurios, dependiendo los resultados de las pasiones y predilecciones de ‘dioses’ caprichosos, a quienes habían de ‘propiciar’ con regalos y mimos. Peores rasgos caracterizaban la idolatría que sujetaba a los hombres a sus mismos vicios en lugar de librarles de ellos, sin faltar desenlaces violentos si los sacerdotes paganos hacían creer que así lo exigía la voluntad de sus falsas divinidades» (Trenchard).
Pablo dice que un ídolo no es nada (1Co 8:4), pero a través del ídolo el pueblo pagano tenía comunión con los demonios (1Co 10:20). El ídolo no es nada, pero la esclavitud de sus adoradores es una realidad.

Fuente: Notas Reeves-Partain

PROGRESO AL REVÉS

Gálatas 4:8-11

Hubo un tiempo cuando no conocíais a Dios, y erais esclavos de dioses que no son dioses ni son nada; pero ahora que conocéis a Dios -o, más bien, ahora que Dios os conoce-, ¿cómo podéis volveros otra vez a las cosas elementales, débiles e inútiles? Porque parece ser que queréis esclavizaros a ellas otra vez. Observáis meticulosamente los días y los meses y las estaciones y los años. Mucho me temo que todo el trabajo que me he tomado con vosotros no haya servido para nada.

Pablo sigue basando su argumento en la convicción de que la Ley es una etapa elemental de la religión, y que una persona madura se apoya sobre la Gracia. La Ley no estaba mal en los tiempos antiguos, cuando no se conocía nada mejor. Pero ahora hemos llegado a conocer a Dios y Su Gracia. Inmediatamente, Pablo se corrige a sí mismo: no hay nadie que pueda conocer a Dios por medios e iniciativa propios; Dios Se revela a la criatura humana en Su Gracia. Nunca podríamos buscar a Dios si no fuera porque Él ya nos ha encontrado. Así es que Pablo pregunta: «¿Es que vais a volver atrás a una etapa que vosotros debierais haber superado hace mucho?»
Pablo llama a las cosas elementales, la religión basada en la Ley, débil e inútil.

(i) Es débil porque no es eficaz. Puede definir el pecado; puede convencer a una persona de que es pecadora; pero no puede ni encontrar para ella el perdón de sus pecados pasados ni la fuerza para conquistar las tentaciones en el futuro.

(ii) Es ineficaz en comparación con el esplendor de la Gracia. Por su propia naturaleza, la Ley no puede referirse nada más que a una situación. Para cada nueva situación se necesita una nueva ley. Pero la maravilla de la Gracia es que es poikilos, que quiere decir de muchos colores, para toda la gama de las situaciones humanas. Es decir: no hay ninguna situación posible de la vida que la Gracia no pueda resolver; es suficiente para todas las necesidades.

Una de las características de la ley judía era la observancia de tiempos especiales. En este pasaje, los días son los sábados de cada semana; los meses son las nuevas lunas; las estaciones son las grandes fiestas anuales, como la Pascua, Pentecostés y Tabernáculos; los años son los años sabáticos, es decir, cada séptimo año. El fracaso de una religión que depende de ocasiones especiales es que casi inevitablemente divide los días en sagrados y seculares; y la consecuencia casi inevitable es que cuando una persona ha cumplido meticulosamente los días sagrados, es propensa a pensar que ha cumplido sus deberes para con Dios.

Aunque eso era la religión del legalismo, estaba muy lejos de ser la religión profética. Se ha dicho que el antiguo pueblo hebreo no tenía una palabra en su lengua que correspondiera a la palabra religión como la usamos corrientemente ahora. La totalidad de la vida tal como ellos la veían venía de Dios, y estaba sujeta a Su Ley y gobierno. No podía haber ninguna parte separada de ella en su pensamiento que se denominara «religión.»

Jesucristo no dijo: » Yo he venido para que tengan religión,» sino: «Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.» Si hacemos de la religión algo que consiste en la observancia de momentos especiales, la hemos convertido en algo externo. Para el que es cristiano de veras, todos los días son el día del Señor.
Pablo tenía el temor de que las personas que habían llegado a conocer el esplendor de la Gracia se volvieran otra vez al legalismo, y que los que habían vivido una vez en la presencia del Señor limitaran Su soberanía a unos días especiales.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

por los gálatas (Gál 4:8-20)

Análisis de discurso

Este pasaje se puede dividir con claridad en dos secciones con temas y acentos propios: 1) versículos Gál 4:8-11, en los que Pablo regresa al punto de partida que motivó la carta, esto es, su preocupación por la situación de los cristianos en Galacia, quienes se están apartando del evangelio para seguir la enseñanza de otros maestros; y 2) versículos Gál 4:12-20, en los que Pablo detiene la presentación de sus argumentos teológicos para dirigir a sus lectores un discurso apasionado y apelativo. En este pasaje, Pablo usa un tono íntimo, muy emotivo. Les recuerda a los gálatas la experiencia vivida juntos tiempo atrás, durante su primera visita. Les recuerda cómo ellos lo habían amado y se habían preocupado por él, a pesar de que estaba enfermo.

Para demostrarles su error, Pablo ya les ha presentado hasta aquí un largo razonamiento teológico (Gál 3:1-29; Gál 4:1-7). En dicho razonamiento, defiende con fuerza que los herederos de la promesa de Dios a Abraham son los que han puesto su fe en Cristo, quienes han recibido también la adopción de hijos, y no los que intentan obedecer la ley de Moisés. Ahora, después de esta larga explicación, Pablo vuelve a dirigirse a los creyentes gálatas como amigo y como pastor preocupado por ellos. Reitera su exhortación a no regresar a una esclavitud igual o peor que aquella que vivían antes de haber escuchado y aceptado el mensaje cristiano.

En la primera sección, Pablo recurre de nuevo a una pregunta retórica, aunque en esta ocasión considera que la respuesta que los gálatas den a la misma definirá en qué situación quieren estar. Para promover aún más una respuesta positiva de retorno al mensaje que él les predicó, Pablo cambia un poco repentinamente el tono duro por un tono cariñoso que revela sus preocupaciones “maternales” (vv. Gál 4:19-20). En efecto, el tono y las expresiones que el apóstol usa en estos versículos están en vivo contraste con los duros reproches de Gál 3:1-5 o con los razonamientos teológicos de Gál 3:6-29; Gál 4:1-7. Pablo les recuerda a los gálatas aquellos tiempos de cariño y confianza, cuando lo acogieron, a pesar de su enfermedad, como a un ángel de Dios (v. Gál 4:14), cuando estaban dispuestos a darle hasta los propios ojos como muestra de su afecto (v. Gál 4:15). Pablo intenta restablecer aquella corriente de afecto y amistad que han cortado los maestros opositores (v. Gál 4:17).

En su estrategia retórica, Pablo recurre a la figura de la madre para mostrar a los gálatas su preocupación y su gran cariño. Les dice la verdad con toda franqueza, como una madre y no como un enemigo (Gál 4:16). En este tono de preocupación maternal, el apóstol les advierte de las malas intenciones de los adversarios, quienes no son lo que aparentan y procuran apartarlos de la enseñanza qué él impartió para que los sigan a ellos (Gál 4:17). Pablo sufre por amor la situación de los gálatas, como una madre que está a punto de dar a luz, al tiempo que espera confiado que la figura de Cristo se forme en ellos. Tan grande es su preocupación, que quiere estar presente entre ellos para que su tono de voz y sus gestos ayuden a convencerlos de su error y a recuperar la relación amistosa del pasado.

TÍTULO: Los títulos de algunas versiones resultan muy generales: «Pablo y los gálatas» (BP), «¿Por qué han vuelto atrás?» (BL), «Evocaciones personales» (BJ) o «Exhortación contra el volver a la esclavitud» (RV95). Las opciones que recogen el tema de la preocupación de Pablo parecen mejores: «Preocupación de Pablo por los gálatas» (NVI), «Pablo, preocupado por la actitud de los gálatas» (BA). Consideramos que nuestra propuesta hace mayor justicia a la hermosa y fuerte metáfora de Pablo sobre la dimensión maternal, al tiempo que mantiene el acento en la preocupación: “Pablo expresa su preocupación maternal por los gálatas”.

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

A partir de este versículo, Pablo inicia una larga exhortación dirigida a los gálatas para que éstos no vuelvan a poner su confianza en seres o cosas que sólo son divinos en apariencia. Pablo les dice a los gálatas que es una tontería volver a sus antiguas prácticas religiosas.

La frase en otro tiempo se refiere al tiempo anterior a la llegada de la fe en Cristo. Pablo lo concibe como un tiempo de ignorancia del Dios único y verdadero: «Antes, cuando ustedes todavía no conocían a Dios» (TLA), «en otro tiempo ustedes no conocían a Dios» (BA), «antes, cuando no sabíais de Dios» (NBE). Pablo tiene en mente en primer lugar a los cristianos que no vienen del judaísmo, pues él nunca hubiera afirmado que los judíos no conocían a Dios. Por esa razón es mejor ampliar la expresión: “Antes de poner su confianza en Cristo, cuando ustedes no tenían un conocimiento claro del único y verdadero Dios”.

“Conocer a Dios” debe entenderse en este contexto como tener una relación de fe, estrecha comunicación y confianza con él. Por esta razón, también es posible traducir: “Cuando ustedes aún no habían experimentado directamente las acciones de Dios en su propia vida”.

Los gálatas eran muy religiosos, a pesar de no conocer al Dios de la Biblia. Por esa razón, Pablo puede afirmar: Servíais a los que por naturaleza no son dioses. La “naturaleza” se refiere a la característica esencial de una persona o una cosa, y el verbo “servir”, al servicio como esclavo. Las versiones presentan diversas opciones de traducción de esta frase que, en su mayoría, recogen bien el sentido del texto original: «Eran esclavos de seres que en realidad no son dioses» (DHH96), «vivían como esclavos de los dioses falsos» (TLA), «eran esclavos de los que en realidad no son dioses» (NVI). Es importante dejar claro que Pablo concibe a estos seres como carentes de calidad divina: “Ustedes vivían esclavizados, rindiendo culto a diversos elementos que para nada son divinos”, “ustedes estaban obsesionados tratando de venerar ídolos que en realidad no tienen nada de dioses”.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

2Cr 13:8; Isa 37:19; Jer 2:11; 1Co 8:4-6.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Apelación a la experiencia de los gálatas. Los vv. 8-11 recuerdan a los gálatas su vida en el paganismo. Este pasaje es una especie de puente hacia el próximo (12-20), pero sería un error considerarlo meramente de transición y no apreciar que viene después de una fuerte afirmación (7). El punto central de este párrafo es el atemorizante hecho de que los gálatas, que realmente han gustado de la época por venir (4), estaban volviendo a la esclavitud. El contraste se hace más notorio por el concepto de “conocer a Dios”: sus prácticas anteriores pueden ser explicadas por el hecho de que no conocían a Dios, pero esa conducta es inconcebible ahora que lo conocen. Pablo entonces apoya sus palabras destacando que en lugar de decir que los gálatas han conocido a Dios, es mejor decir que han sido conocidos por Dios, ya que él fue el que inició y estableció la relación. Este breve párrafo termina con una declaración llena de tristeza (11), que hace recordar a 2:2 y 3:4, y que lleva naturalmente a la sección que sigue, de un carácter más personal.

Los vv. 12-20 no son fáciles de entender. El pasaje se oscurece con alusiones a acontecimientos con los cuales los gálatas estaban familiarizados pero de los que nosotros no sabemos nada. Además, el len guaje de Pablo es emotivo y abreviado. El v. 16 parece sugerir que hubo cierta comunicación entre Pablo y los gálatas después de que se hiciera sentir la amenaza judaizante. Además, las palabras no me habéis hecho ningún agravio (12) son naturalmente entendidas como una respuesta a algo que puede haber sido dicho por los gálatas. Por otra parte, la explícita referencia de los vv. 13-15 implica que Pablo también tiene en mente los inicios de la evangelización de los gálatas: “En ese momento, aunque yo no era un judaizante, sino que me había vuelto como ustedes, lejos de agraviarme, me recibieron muy bien.”

Aunque es difícil ordenar los detalles de este pasaje, el punto básico es bastante claro. La actitud de los gálatas hacia Pablo había cambiado notoriamente. Si sólo recordaran sus primeros contactos con él -tanto su enfermedad como la actitud amorosa de ellos hacia el Apóstol- seguramente reconsiderarían su actual conducta. Ese comportamiento, en cierta forma, es resultado del obrar de algunas personas que quieren que los gálatas les presten atención exclusivamente a ellos, alejando de esa forma la influencia de Pablo (17). Los gálatas deberían considerar cuidadosamente los motivos de estas personas (por lo que el v. 18, una expresión difícil, puede traducirse de diversas maneras).

Pablo concluye esta sección con otra punzante declaración (19, 20). Su dolor emocional en el trato con los gálatas sólo puede compararse con los dolores de parto. Entonces, con una mezcla deliberada de metáforas, el Apóstol identifica la necesidad más básica de ellos, es decir, que Cristo sea formado en ellos. En otras palabras, deben ser transformados a la imagen de Cristo (Rom. 8:29). El corazón de pastor de Pablo se revela en estas palabras y en su intenso deseo de visitarlos para poder hablarles cara a cara.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

n 187 Efe 2:12; 1Ts 4:5

ñ 188 Rom 1:25; 1Co 12:2; 1Ts 1:9

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

8 super (1) Los dioses, los ídolos, no tienen la naturaleza divina. Sus supersticiosos adoradores los consideraban dioses, pero por naturaleza no lo son.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Pablo les dice a los gálatas que no están actuando como herederos de Dios.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

conocido… Lit. sabiendo; servíais como esclavos… Gr. douleúo = hacer oficio de esclavo → §273.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

BD430(3) El uso de οὐ con el participio εἰδότες es de estilo clásico (se ha inferido una distinción entre el uso de οὐ y μή con el participio -R1172; un participio que no tiene fuerza condicional ocasionalmente toma οὐ -B485). [Editor. El hecho de que este versículo está en contraste agudo con el siguiente puede explicar el uso de οὐ aquí (es decir, similar al patrón de contraste formal οὐ … ἀλλά; así, tal vez no haya ninguna significación exegética en el uso de οὐ). Pero parece muy probable que Pablo esté destacando el hecho de que los gálatas no estaban previamente familiarizados del todo con el único Dios verdadero. Pablo cambia de οὐ con el participio a μή con el participio, no para indicar algún matiz especial, sino por razones del uso (por lo general μή se usa con participios en el N.T., sin importar cuán definida sea la negación).]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

conociendo. Lit. sabiendo.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

?V. 8:? ?Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses?.??Con esto Pablo indica claramente que la palabra «Dios» se usa en dos sentidos diferentes: se la aplica al que es Dios por naturaleza, quiere decir, al Dios verdadero, uno, vivo y eterno, y se la aplica también a muchos otros, que son dioses falsos y muertos, quiere decir, a hombres, bestias, aves, como se lee en ?Romanos 1? (v. 23): «Cambiaron la gloria del Dios inmortal en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles». Éstos, por lo tanto, no son «dioses por naturaleza», sino que lo son según la opinión y el concepto erróneo de los hombres que, contrariamente a lo que ordena el Segundo Mandamiento, tomaron el nombre y la gloria del Dios verdadero en vano (?Éx. 20:7?) y los atribuyeron a los dioses aquellos, así como también el mundo de nuestros días se vale del nombre del Señor para infinidad de prácticas supersticiosas. Pues como el nombre de Dios es santo y temible (?Sal. 111:9?), el usarlo como pretexto para cualquier clase de maldades y engaños no puede sino causar un gravísimo daño, máxime si se tiene en cuenta que el temor que el nombre de Dios inspira, ejerce sobre los hombres una casi irresistible atracción. Por naturaleza está implantada en el hombre una profunda veneración ante el nombre de Dios; pero es harto difícil saber cuándo el nombre de Dios es invocado en verdad. Pues esta ignorancia aparta a los hombres del verdadero Dios de la manera más insidiosa; por esa ignorancia, dice Pablo, fueron engañados en otro tiempo también los gálatas juntamente con los demás gentiles.?Teólogos más recientes distinguen entre ignorancia invencible,?25? ignorancia crasa e ignorancia deliberada. La ignorancia invencible, dicen, excusa de todo pecado; la crasa excusa en parte, pero no del todo; la ignorancia deliberada en cambio acentúa la culpabilidad. Esta distinción me parece que la inventaron para infligir una injuria a la gracia de Dios y para dar realce al libre albedrío, y además, para hacer que los hombres se sintieran seguros en su estado de perdición. Pues mientras el hombre hiciere lo que está en su poder, no corre peligro, porque «la ignorancia invencible» no causa daño.?26? En pocas palabras: por una parte se habla de ignorancia invencible en relación a nosotros mismos y nuestras fuerzas. A este respecto puede afirmarse que no hay ignorancia alguna que pueda vencerse, al menos tratándose de cosas pertinentes a Dios; ?Juan 3? (v. 27): «No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo»; y ?Juan 6? (v. 44): «Ninguno puede venir a mí, si mi Padre no le trajere». De nosotros mismos, en efecto, no somos capaces de producir nada bueno, sino que sólo podemos errar, aumentar la ignorancia, y pecar. Por ende, el que intenta salir con sus propias fuerzas de un estado de ignorancia, sea ésta de la índole que fuere, se enceguece a si mismo con un doble pecado y una doble ignorancia: primero, porque es ignorante; segundo, porque ignora que es ignorante y pretende expulsar la ignorancia por medio de la ignorancia y hacer una obra que incumbe a Dios solo. De este modo, al aspirar a un perfeccionamiento logrado por sus propios medios, pasa del pecado a la impiedad, y se jacta con la mentira de haber hallado en sí mismo lo que debiera haber buscado en Dios. Cristo sólo, y no la razón nuestra, es la luz y la vida de todos los hombres. Por otra parte se habla de ignorancia invencible en relación a la gracia de Dios para con nosotros. En este sentido no hay ninguna ignorancia que sea invencible, porque «al que cree todo le es posible» (?Mr. 9:23?).?Por esto no se debe enseñar a los hombres que la ignorancia invencible no es de temer, no sea que, confiando en si mismos y en sus propios medios, dejen a un lado el temor de Dios. Muy al contrario: sea que hayan hecho lo que estaba en su poder, sea que no lo hayan hecho de todos modos deben desesperar de sus propias capacidades y depositar su confianza exclusivamente en Dios, temer su juicio aun sobre las obras buenas que hayan hecho, esperar en su misericordia aun teniendo conciencia de haber cometido obras malas. Así no harán nunca nada que los haga sentirse seguros, y nunca cometerán un pecado que los haga caer en desesperación. En este sentido la ignorancia siempre es una ignorancia invencible; y sin embargo, precisamente como hombres que temen (el juicio de Dios) y esperan (en su misericordia), están libres de toda Ignorancia. Por consiguiente: la ignorancia invencible no es excusa; en cambio, el confesar la ignorancia invencible, y el reconocerla, lleno de compunción esto si excusa, o mejor dicho, esto hace que el hombre obtenga la gracia.

Fuente: Comentario de Gálatas por Martin Lutero