Biblia

Comentario de Efesios 1:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Efesios 1:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo que había sido prometido,

1:13 — «fuisteis sellados con el Espíritu Santo». El sello se usa para indicar que algo (como un documento) es genuino, auténtico, confirmado y, por lo tanto, aprobado oficialmente. También el sello significa la posesión; sirve para identificar a los siervos de Dios (Apo 3:12; Apo 7:3; Apo 22:4) y para protegerlos de los castigos que vendrían sobre los demás.

La interpretación más común de esta frase es que se refiere a la morada del Espíritu Santo en el cristiano. Esta enseñanza se encuentra en Rom 8:9-11; 1Co 3:16; 1Co 6:19, etc. Otros textos dicen que Dios habita en nosotros (2Co 6:16), y permanece en nosotros (1Jn 3:24); Efe 3:17 dice, «para que habite Cristo por la fe en nuestros corazones».

Esta gran bendición significa la comunión con el Espíritu Santo. 2Co 13:14, «la comunión del Espíritu Santo»; Heb 6:4, «hechos partícipes del Espíritu Santo». Ahora nuestra comunión es con Dios y no con el mundo.

2Co 6:14-16, «No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso».

Por lo tanto, si Dios nos acepta, y si mantenemos la santidad, El sigue habitando en nosotros. Si seguimos andando en luz, seguimos disfrutando de esta comunión con Dios; El sigue permaneciendo en nosotros (1Jn 1:7; 1Jn 2:24; 1Jn 3:24, etc.).

Cuando la Biblia habla de «morar» el Espíritu Santo en nosotros, esto significa que somos guiados por El (Rom 8:14), que nuestra vida está bajo su control; por ejemplo, en Rom 7:20 Pablo describe su vida bajo la ley de Moisés (y la vida de los judíos inconversos que todavía querían vivir bajo la ley de Moisés). Dice Pablo que en tal vida el pecado «mora»; es decir, que el pecado tiene control de esa vida. Pero ahora el cristiano no está bajo el control del pecado (Rom 6:6-14), porque está bajo el control y la dirección del Espíritu Santo. Cristo dijo a la iglesia de Pérgamo que «Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás (donde Satanás tenía control), «donde está el trono de Satanás») (Apo 2:13).

Algunos (hasta hermanos) creen que en este versículo Pablo se refiere a los dones espirituales que demostraban que Dios estaba con los apóstoles y otros cristianos en el primer siglo, para revelar y confirmar la palabra (John 16:14:26; 16:13; Mar 16:20; Heb 2:3-4, etc.), pero no se puede probar que Efe 1:13-14 se limita a los dones milagrosos. Apo 7:2-3 indica que todos los redimidos son sellados.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

en él también vosotros. Efe 2:11, Efe 2:12; Col 1:21-23; 1Pe 2:10.

habiendo oido. Efe 4:21; Jua 1:17; Rom 6:17; Rom 10:14-17; Col 1:4-6, Col 1:23; 1Ts 2:13.

la palabra de verdad. Sal 119:43; 2Co 6:7; 2Ti 2:15; Stg 1:18.

el evangelio de vuestra salvación. Mar 16:15, Mar 16:16; Hch 13:26; Rom 1:16; 2Ti 3:15; Tit 2:11; Heb 2:3.

fuistéis sellados. Efe 4:30; Jua 6:27; Rom 4:11; 2Co 1:22; 2Ti 2:19; Apo 7:2.

con Espíritu Santo de la promesa. Joe 2:28; Luc 11:13; Luc 24:49; Jua 14:16, Jua 14:17, Jua 14:26; Jua 15:26; Jua 16:7-15; Hch 1:4; Hch 2:16-22, Hch 2:33; Gál 3:14.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

En este pasaje Pablo se cambia de aquellos que al igual que él nacieron en un hogar judío («nosotros») a aquellos con raíces étnicas gentiles («vosotros»). El énfasis se pone en la obra del Espíritu Santo. Es Él quien a través de la fe, sella a cada creyente transformándolo de este modo en una pertenencia especial de Dios. El Espíritu Santo mismo es el sello y garantía de que fuimos aceptados por Dios a través de la fe en Cristo. La meta del Espíritu santo es producir un «Cristo» absolutamente perfecto, es decir, ¡Jesucristo la cabeza y los cristianos el cuerpo! Qué idea tan maravillosa que quienes estuvimos antes apartados de Dios ahora ayudemos a completar lo que Pablo denomina «Cristo».

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

SELLADOS CON EL ESPÍRITU SANTO. Como sello, el Espíritu Santo se da a los creyentes por marca de propiedad de Dios. Mediante la concesión del Espíritu, Dios marca al creyente como suyo (véase 2Co 1:22). Por lo tanto, el creyente tiene la evidencia de que es hijo de Dios adoptado y que su redención es verdadera cuando disfruta de la presencia del Espíritu Santo en su vida (Efe 1:5). El creyente puede saber que de veras pertenece a Dios cuando el Espíritu lo regenera y lo renueva (Jua 1:12-13; Jua 3:3-6), lo libra del poder del pecado (Rom 8:1-17; Gál 5:16-25), lo hace consciente de que Dios es su Padre (Efe 1:5; Rom 8:15; Gál 4:6) y lo llena de poder para testificar de Él (Hch 1:8; Hch 2:4).

EL ESPÍRITU SANTO. El Espíritu Santo y la parte que tiene en la redención del creyente constituyen el énfasis central del libro de Efesios. El Espíritu Santo

(1) es la marca o sello de propiedad de Dios (Efe 1:13);

(2) es la cuota inicial de la herencia del creyente (Efe 1:14);

(3) es el Espíritu de sabiduría y de revelación (Efe 1:17);

(4) ayuda al creyente cuando este se acerca a Dios (Efe 2:18);

(5) edifica a los creyentes como templo santo (Efe 2:21-22);

(6) revela el misterio de Cristo (Efe 3:4-5);

(7) fortalece al creyente con poder en el ser interior (Efe 3:16);

(8) motiva la unidad en la fe cristiana en plena semejanza a Cristo (Efe 4:3; Efe 4:13-14);

(9) se entristece cuando hay pecado en la vida del creyente (Efe 4:30);

(10) desea llenar de continuo y fortalecer al creyente (Efe 5:18); y

(11) ayuda en la oración y en la batalla espiritual (Efe 6:18).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

EL ESPÍRITU SANTO… LAS ARRAS. El Espíritu Santo es «las arras», es decir, la cuota inicial o el anticipo que garantiza la herencia de los creyentes. En esta época el Espíritu Santo se les da como un anticipo de lo que van a tener en mayor cantidad en el futuro. Su presencia y obra en la vida de ellos es una promesa de su futura herencia (cf. Rom 8:23; 2Co 1:22; 2Co 5:5).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

habiendo oído la palabra de verdad … y habiendo creído. El evangelio de Jesucristo revelado por Dios debe ser oído (Rom 10:17) y creído (Jua 1:12) para traer salvación.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

sellados con el Espíritu Santo. El Espíritu de Dios mismo viene para morar en el creyente, en gran parte para asegurar y preservar su salvación eterna. El sello del que habla Pablo se refiere a una marca oficial de identificación que se colocaba en cartas, contratos y otros documentos importantes. Así el documento quedaba bajo la autoridad auténtica y oficial de la persona cuya marca quedara impresa en el sello. Hay cuatro verdades primordiales que se establecen por medio de un sello: 1) seguridad (cp. Dan 6:17; Mat 27:62-66), 2) autenticidad (cp. 1Re 21:6-16),

3) propiedad (cp. Jer 32:10) y 4) autoridad (cp. Est 8:8-12). El Espíritu Santo es dado por Dios como su juramento de la herencia futura del creyente en la gloria (cp. 2Co 1:21).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:13 — «fuisteis sellados con el Espíritu Santo». El sello se usa para indicar que algo (como un documento) es genuino, auténtico, confirmado y, por lo tanto, aprobado oficialmente. También el sello significa la posesión; sirve para identificar a los siervos de Dios (Apo 3:12; Apo 7:3; Apo 22:4) y para protegerlos de los castigos que vendrían sobre los demás.
La interpretación más común de esta frase es que se refiere a la morada del Espíritu Santo en el cristiano. Esta enseñanza se encuentra en Rom 8:9-11; 1Co 3:16; 1Co 6:19, etc. Otros textos dicen que Dios habita en nosotros (2Co 6:16), y permanece en nosotros (1Jn 3:24); Efe 3:17 dice, «para que habite Cristo por la fe en nuestros corazones».
Esta gran bendición significa la comunión con el Espíritu Santo. 2Co 13:14, «la comunión del Espíritu Santo»; Heb 6:4, «hechos partícipes del Espíritu Santo». Ahora nuestra comunión es con Dios y no con el mundo.
2Co 6:14-16, «No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso».
Por lo tanto, si Dios nos acepta, y si mantenemos la santidad, El sigue habitando en nosotros. Si seguimos andando en luz, seguimos disfrutando de esta comunión con Dios; El sigue permaneciendo en nosotros (1Jn 1:7; 1Jn 2:24; 1Jn 3:24, etc.).
Cuando la Biblia habla de «morar» el Espíritu Santo en nosotros, esto significa que somos guiados por El (Rom 8:14), que nuestra vida está bajo su control; por ejemplo, en Rom 7:20 Pablo describe su vida bajo la ley de Moisés (y la vida de los judíos inconversos que todavía querían vivir bajo la ley de Moisés). Dice Pablo que en tal vida el pecado «mora»; es decir, que el pecado tiene control de esa vida. Pero ahora el cristiano no está bajo el control del pecado (Rom 6:6-14), porque está bajo el control y la dirección del Espíritu Santo. Cristo dijo a la iglesia de Pérgamo que «Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás (donde Satanás tenía control), «donde está el trono de Satanás») (Apo 2:13).
Algunos (hasta hermanos) creen que en este versículo Pablo se refiere a los dones espirituales que demostraban que Dios estaba con los apóstoles y otros cristianos en el primer siglo, para revelar y confirmar la palabra (John 16:14:26; 16:13; Mar 16:20; Heb 2:3-4, etc.), pero no se puede probar que Efe 1:13-14 se limita a los dones milagrosos. Apo 7:2-3 indica que todos los redimidos son sellados.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Tercera Estrofa, Efe 1:13-14

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Esta breve estrofa inicia, como se puede observar en el análisis estructural del pasaje (véase la sección “Análisis de discurso”), con un pronombre relativo, en él,que se conecta con la referencia a Cristo al final del v. Efe 1:12 : esperábamos en Cristo. Así pues, al inicio de esta estrofa encontramos por tercera vez la misma expresión que indica los enormes privilegios que tenemos en virtud de que estamos unidos a Cristo: En él tenemos la redención (Efe 1:7), en él tuvimos herencia (Efe 1:11), en él fuisteis sellados (Efe 1:13).

En él también vosotros. Estas palabras sirven para balancear las palabras del v. Efe 1:12, nosotros los que Allí son una clara alusión a los judíos, como ya explicamos. Ahora, en el v. Efe 1:13, Pablo incluye también a los gentiles, vosotros. Es importante que el traductor muestre con claridad ese contraste entre el “nosotros” (los judíos) y “ustedes” (los gentiles).

La cláusula en él se vuelve a repetir en la mitad de este versículo (Efe 1:13), para acentuar este hecho fundamental de nuestra liberación. Es en Cristo (unidos a él) que recibimos y gozamos la salvación. Fuera de él no podemos ni siquiera tener una parte de la misma. Este énfasis (que está marcado con letras cursivas) se hace evidente en la traducción que de la cláusula en él hacen DHH y TLA: «Gracias a Cristo, también ustedes y gracias a Cristo pasaron a formar parte del pueblo de Dios » Además, las dos veces que en este versículo Efe 1:13 se repite la frase preposicional en él, ésta es seguida, en ambos casos, por un participio circunstancial. Es importante reconocer esta clara relación, pues indica claramente que “gracias a Cristo, oímos y creímos”.

Considerando la sintaxis, el autor ha colocado dos participios griegos antes del verbo principal. Lo hace para poner énfasis en las dos acciones que expresan nuestra experiencia y apropiación de la acción de Dios. Es una referencia al momento preciso cuando lo que Dios planeó desde la eternidad, y Jesús garantizó con su muerte y resurrección, viene a ser una realidad en nuestro diario vivir, que como ya señalamos es “gracias a Cristo”.

Dichas acciones son: habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él. El tiempo verbal de las mismas es aoristo, una acción consumada en el pasado. Por supuesto, uno de los pasajes paralelos que ilumina este concepto es Rom 10:14, en donde el “oír y creer” aparecen en sucesión temporal: “¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?”

Los participios expresan una idea circunstancial de tiempo. Así es como la mayoría de las versiones traducen los participios. La NVI: « ustedes, cuando oyeron el mensaje y lo creyeron, fueron marcados». La RV indica una idea temporal con el segundo participio al traducirlo así: en «el cual también desde que creísteis». La BP también traduce el versículo Efe 1:13 a partir de una idea temporal: «Al escuchar el mensaje de verdad creísteis en él y fuisteis sellados».

La RV95 traduce los participios con dos gerundios cuya idea circunstancial no es clara: habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados.

En la TLA ambos participios se traducen como verbos principales y se colocan en sucesión coordinada con el verbo principal: «Ustedes oyeron y creyeron la buena noticia de su salvación, que es un mensaje verdadero, y gracias a Cristo pasaron a formar parte del pueblo de Dios».

DHH traduce los participios como adjetivos atributivos que califican y explican una cualidad del pronombre personal “ustedes”. Es prácticamente una cláusula relativa: «ustedes que oyeron el mensaje de la verdad, la buena noticia de su salvación, y abrazaron la fe, fueron sellados». En este caso, se mantienen subordinadas las ideas de ambos participios al verbo principal. Los ejemplos de las versiones citadas le proveen al traductor maneras de traducir este versículo.

Un asunto importante, que se repite mucho en la carta, es entender la relación de ambos sustantivos, palabra y verdad. En otras palabras, ¿qué tipo de relación se indica con el genitivo expresado con la preposición de? La primera opción es considerar la segunda palabra, verdad, como un adjetivo atributivo del sustantivo palabra. En este caso, se puede traducir como “palabra verdadera”. Otra posibilidad es considerar verdad como el contenido o esencia de la palabra y en ese sentido se puede traducir así: “la palabra que es la verdad”. Una tercera posibilidad es traducir verdad como el referente de la palabra. En tal caso, se puede traducir así: “la palabra acerca de la verdad”. La siguiente aposición, el evangelio de vuestra salvación, sirve para definir lo que la verdad es (véase Col 1:5).

Esta es la manera en que las versiones traducen este versículo: RV95 es muy literal y dice: palabra de verdad. TLA: «mensaje verdadero». De acuerdo con la primera opción. DHH, BP y NVI: «el mensaje de la verdad». Estas versiones siguen la tercera opción.

La aposición, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, se puede traducir de esta manera: “la palabra de verdad, es decir, el evangelio de la salvación de ustedes”. De esta manera el traductor se asegurará de que para los lectores ambas frases no parezcan como dos cosas distintas.

La manera en que evangelio y vuestra salvación se relacionan es un problema similar al que acabamos de explicar con palabra y verdad. Una primera opción es decir que salvación es la esencia o contenido mismo del evangelio: “El evangelio que trata de vuestra salvación” o “la buena noticia de que ustedes son salvos”. Una segunda opción es tomar salvación como la acción que efectúa el evangelio: “el evangelio que les ha salvado”. Puede haber idiomas en los que se requiere un agente personal para efectuar la salvación. En tal caso, se le puede dar un sentido instrumental al evangelio y decir: “el evangelio que Dios ha usado para salvarles”.

Nótese la manera en que las versiones traducen esta expresión. Primera opción: DHH, BP y TLA: «La buena noticia de su salvación». Segunda opción: NVI: «El evangelio que les trajo la salvación». BL: «el evangelio que los salva».

El verbo principal de esta oración se expresa en forma pasiva, fuisteis sellados, indicando así que el agente de la acción esta fuera del cristiano. El sujeto implícito más adecuado es “Dios el Padre”. De hecho, se puede traducir activamente y decir: «Dios los selló/marcó con su Espíritu». Este verbo está conectado con la cláusula en él que aparece dos veces antes. En la primera, que es con la que se conecta este verbo, indica nuevamente que lo que Dios hace a nuestro favor es “gracias a Cristo” o “en virtud de nuestra unión con él” (véase Efe 1:4, Efe 1:8, Efe 1:11). El segundo caso de en él, se refiere a su antecedente inmediato, el evangelio.

La imagen de ser sellado nos remite a la práctica de poner sellos a objetos, animales e incluso personas como marca de propiedad. En su uso literal, la expresión aparece en Mat 27:66 y Apo 20:3 para indicar que un lugar (la tumba o el abismo) es cerrado para impedir el acceso a él. Su uso figurado es doble: a) sellar o cerrar algo para que nadie lo conozca (Apo 10:4, Apo 22:10); y b) poner una marca sobre algo o alguien como señal de propiedad (Apo 7:3-4; 2Co 1:22; Efe 1:13, Efe 4:30). En Rom 4:11 se usa como sustantivo, sello, con el sentido de una acción que certifica y confirma la legitimidad de algo o alguien.

Algunos consideran que la metáfora del sello se refiere al rito del bautismo que, efectivamente en el NT es llamado “sello” (1Co 6:11, 1Co 12:13; 2Co 1:22; y Col 2:11), tal como la circuncisión era considerada también un sello (Rom 4:11). Otros consideran el sello como una referencia directa al Espíritu Santo que es tanto el instrumento con el que somos sellados por Dios, así como el sello mismo.

Así, el sentido de esta expresión es que Dios nos ha sellado o marcado como propiedad suya y ese sello es el Espíritu Santo. La recepción del Espíritu Santo en cada creyente tiene aquí el significado de un sello, de una marca de propiedad. Veamos lo que hacen las versiones para traducir esta metáfora. RV95: fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa. Mantienen la metáfora sin sugerir su significado. DHH: «fueron sellados como propiedad de Dios con el Espíritu Santo que él había prometido». Esta versión explica la metáfora añadiendo las palabras como propiedad de Dios. TLA: «pasaron a formar parte del pueblo de Dios y recibieron el Espíritu Santo que nos había prometido». Una explicación más amplia de la metáfora, con dos enunciados paralelos. El primero traduce la metáfora fueron sellados, con la expresión «pasaron a formar parte del pueblo de Dios».

El genitivo ligado al Espíritu Santo es también significativo: de la promesa. La primera posibilidad de traducción es como un adjetivo de Espíritu: «prometido» (NVI, LPD, BP). Otra posibilidad es darle un sentido verbal y así traducir: «El Espíritu Santo que Dios prometió/había prometido» (DHH, TLA). Incluso, podría considerarse también a Jesús como aquel que prometió enviar al Espíritu (véase Luc 24:49).

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Efe 4:30; 2Co 1:21; Gál 3:14.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— la buena noticia: Lit. el evangelio: Ver notas a Mar 1:1 y Rom 1:1.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “Después de creer en él también”.

REFERENCIAS CRUZADAS

j 36 Col 1:5

k 37 1Ti 2:4

l 38 2Co 1:22; Efe 4:30; Rev 7:4

m 39 Gál 3:2

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

vosotros. Es decir, los creyentes de Efeso que en su mayoría eran gentiles.

sellados…promesa. Por su fe en Cristo, el creyente es sellado con el Espíritu Santo, garantizándosele la redención y la salvación (vers. 14). El sello es señal de propiedad, lo que indica que el creyente pertenece a Cristo.

Fuente: La Biblia de las Américas

13 (1) Ser sellado con el Espíritu Santo es ser marcado con el Espíritu Santo como un sello vivo. Hemos sido designados como herencia de Dios (v.11). Cuando fuimos salvos, Dios puso en nosotros Su Espíritu Santo como sello para marcarnos e indicar que pertenecemos a Dios. El Espíritu Santo, quien es Dios mismo que entra en nosotros, nos imprime la imagen de Dios, representada por el sello, haciéndonos semejantes a Dios.

13 (2) La frase de la promesa indica que Dios planeó, según Su beneplácito, sellarnos con Su Espíritu.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

habiendo creído. Es aoristo; el tiempo de sellar coincide con el de creer.

sellados con el Espíritu Santo. Un sello indica posesión y seguridad. La presencia del Espíritu Santo, el sello, es la garantía que tiene el creyente de la seguridad de su salvación.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

M175 Τῷ πνεύματι τῆς ἐπαγγελίας significa: el Espíritu prometido.

MT67n.2. El segundo ἐν ᾧ es asimilado por el primero, y su sentido se determina por medio del verbo ἐσφραγίσθητε (comp. R453): en quien también ustedes … fueron sellados.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., quien

O, habiendo creído en El, fuisteis sellados con

Fuente: La Biblia de las Américas

† “Ustedes” queriendo decir Gentiles Cristianos.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento