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Comentario de Efesios 1:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Efesios 1:14 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

quien es la garantía de nuestra herencia para la redención de lo adquirido, para la alabanza de su gloria.

1:14 — «que es las arras de nuestra herencia», 2Co 1:22; 2Co 5:5. arrabon, «originalmente una prenda en dinero depositada por el comprador, y que se perdía si la compra no se efectuaba… en el NT se usa sólo de aquello que Dios asegura a los creyentes; se dice del Espíritu Santo como la prenda divina de toda su futura bendición, 2Co 1:22; 2Co 5:5; en Efe 1:14, en particular de su herencia eterna. En la LXX (La Septuaginta, versión griega del Antiguo Testamento), Gén 38:17-18; Gén 38:20. En griego moderno, arrabona es un anillo de compromiso» (Vine).

Dice Larousse que la palabra «arras» significa «lo que se da por prenda y señal de algún contrato. Monedas que, al celebrarse el matrimonio, entrega el desposado a la desposada».

Por lo tanto, como en el comercio la palabra significa la prenda (o el primer pago) que se recibe por lo que se vende, un pago parcial de la obligación o promesa, así también Pablo emplea esta palabra para hacernos ver la asociación y relación entre la morada del Espíritu Santo en nosotros y la herencia eterna. Si el Espíritu Santo mora en nosotros, entonces ya estamos disfrutando de las bendiciones espirituales, que en verdad son celestiales. Los que han obedecido al evangelio de Cristo ya «gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero» (Heb 6:4-5). (Los «poderes» de este texto no se limitan a los poderes milagrosos. Es necesario tomar muy en serio los poderes o fuerzas espirituales).

Es importante observar que en muchos textos el efecto se pone en lugar de la causa; por ejemplo, «Yo soy la resurrección y la vida». Jesús no dice «Yo soy la causa de la resurrección y la vida», sino simplemente «Yo soy la resurrección y la vida»; pero todos entienden que El es la causa, El que hace posible, estas bendiciones. Pero el efecto se pone en lugar de la causa.

Simeón vio a Jesús y dijo, «porque han visto mis ojos tu salvación». ¿Qué vio? ¿la salvación o al Autor de la salvación (Heb 5:8-9)?

Así también en muchos textos la Biblia dice «Espíritu Santo» (la causa) cuando se refiere al efecto (las bendiciones, la influencia, la dirección y ayuda) que El produce en nuestras vidas.

Esto se ilustra en 1Co 14:12, «pues que anheláis dones espirituales». El griego dice «anheláis espíritus»; es decir, anhelaban los efectos, las manifestaciones, los dones del Espíritu (v. 1).

¿Qué significa 1Ts 5:19? «No apaguéis al Espíritu». ¿Quién puede «apagar» (literalmente) al Espíritu Santo? Obviamente Pablo se refiere a los dones del Espíritu (los efectos), pero pone la causa (el Espíritu) en lugar de los efectos. Este verso se explica en el siguiente verso: «No menospreciéis las profecías», que son una manifestación del Espíritu.

¿Qué pasa cuando somos llenos del Espíritu Santo (Efe 5:18)? ¿Llenos de su persona o llenos de su poder y del fruto que El lleva en nuestra vida (Gál 5:22-23)?

¿Cómo resistimos al Espíritu Santo? (Hch 7:51). ¿Resistimos a su persona o resistimos su palabra y su voluntad?

¿Qué pasó cuando los apóstoles fueron bautizados con el Espíritu Santo? Recibieron poder (Luc 24:49; Hch 1:8). Hch 10:45-46, «se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas». Se derramó el don del Espíritu Santo. ¿Qué se derramó? ¿ Puede el Espíritu ser literalmente derramado ? Se derramó el poder de hablar en lenguas, como dice el siguiente verso.

Efe 4:7-8, «Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo… dio dones a los hombres». ¿De qué don habla Pablo en el v. 7, de Cristo Mismo, o de los oficios (dones, v. 8) que El dio (v. 11)? El don de Cristo se refiere a los dones (facultades, oficios, poderes) dado por Cristo. Así también los dones del Espíritu Santo dados a los apóstoles y otros en el primer siglo eran las manifestaciones (los poderes y ayudas) del Espíritu Santo.

Cuando Cristo es «formado en» nosotros, ¿es literal y personalmente formado en nosotros, o es formado en nosotros el carácter espiritual (la madurez) que sus enseñanzas producen? La Biblia pone la «causa» por el «efecto». Esta figura es muy común en la Biblia. Hay muchísimos ejemplos de su uso.

De la misma manera, la expresión «don del Espíritu Santo» que es dado a todo obediente (Hch 2:38) se refiere a todos los beneficios de la salvación que el Espíritu nos da. Esta expresión significa la misma cosa que «la comunión (participación) del Espíritu Santo» (2Co 13:14; Heb 6:4). Significa que El influye fuertemente en nosotros, nos dirige, nos ayuda, nos da fortaleza espiritual, y gran capacidad espiritual para servir a Dios, para resistir la tentación, y para soportar pruebas, y lo hace todo a través de su palabra inspirada. El Espíritu Santo no obra directamente sobre el corazón del inconverso, sino obra a través de su instrumento, su palabra inspirada (Efe 6:17). Tampoco obra directamente sobre el corazón del cristiano.

Recibir el don del Espíritu Santo significa, pues, recibir las bendiciones, influencias y operaciones (los efectos) del Espíritu Santo en nuestra vida. La Biblia habla de la causa (el Espíritu Santo) cuando en realidad quiere decir los efectos, los resultados de nuestra relación con el Espíritu Santo.

Dios es uno. Hay tres personas en la deidad: Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo, pero son uno en sus operaciones. Dios mora en su pueblo: El Padre mora en nosotros, el Hijo mora en nosotros, y el Espíritu Santo mora en nosotros. No es relación mística e incomprensible, sino se trata de la comunión con Dios, o sea, que Dios permite que sus hijos participen de las cosas divinas y celestiales, y de esta comunión resultan grandes beneficios y poderes espirituales.

(Véase el estudio más amplio sobre » El Don Del Espíritu Santo » al final de este capítulo).

— «hasta la redención de la posesión adquirida», se refiere a la resurrección de nuestro cuerpo, (Rom 8:13-23), que es una posesión adquirida (1Co 6:19-20; 1Pe 2:9).

— «Por esta causa». Es importante que siempre se observen las palabras y frases conectivas usadas por Pablo. Aquí dice, «por esta causa»; frecuentemente dice «y», «pero», «pues», «así que», «porque», «por tanto», «para que», «por lo cual», «por lo demás», «por esto», etc. Es muy importante que se observe la conexión entre lo que se dice en una frase y lo que se acaba de decir en la frase anterior. Pablo no arregló sus escritos en capítulos y versículos, y muchas veces el primer versículo de un capítulo nuevo (o de un aparente párrafo nuevo) es la continuación de lo que estaba diciendo en el capítulo o párrafo anterior.

— «habiendo oído de vuestra fe». Pablo había conocido personalmente a los efesios, porque había estado entre ellos por tres años (Hch 20:31). El enseñó personalmente a los doce hombres que habían sido bautizados con el bautismo de Juan. Su discurso a los ancianos de Efeso, y su despedida de ellos, se registran en Hch 20:17-38. Pero un reporte reciente acerca de ellos era favorable, y Pablo estaba agradecido.

— «vuestro amor para con todos los santos», tanto para con los hermanos gentiles, como para con los hermanos judíos.

— «no ceso de dar gracias», por la fidelidad de ellos. Sin cesar Pablo daba gracias a Dios por hermanos fieles. Todo el consuelo de él se encontraba en esto (2Co 1:3-4; 2Co 7:6-7).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

que es las arras de nuestra herencia. Rom 8:15-17, Rom 8:23; 2Co 1:22; 2Co 5:5; Gál 4:6.

hasta la redención de la posesión adquirida. Efe 4:30; Lev 25:24; Sal 74:2; Sal 78:54; Jer 32:7, Jer 32:8; Luc 21:28; Hch 20:28; Rom 8:23; 1Pe 2:9. Ver en Efe 1:6, Efe 1:12.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

las arras de nuestra herencia es el Espíritu Santo. Es interesante que la palabra griega para arras puede también usarse para describir un anillo de compromiso. Así como Cristo es el novio y la Iglesia la novia, el Espíritu Santo es el anticipo o prenda en garantía en el anhelado matrimonio entre los dos (Apo 19:7, Apo 19:8).

posesión adquirida: El AT. describe a la nación de Israel como un especial tesoro de Dios, el cual compró a través de sus hechos poderosos de liberación durante el éxodo (Éxo 19:5; Deu 7:6). Pablo describe aquí a los cristianos como una pertenencia del Señor, como algo que se compró con la sangre de su propio hijo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

1:14 — «que es las arras de nuestra herencia», 2Co 1:22; 2Co 5:5. arrabon, «originalmente una prenda en dinero depositada por el comprador, y que se perdía si la compra no se efectuaba… en el NT se usa sólo de aquello que Dios asegura a los creyentes; se dice del Espíritu Santo como la prenda divina de toda su futura bendición, 2Co 1:22; 2Co 5:5; en Efe 1:14, en particular de su herencia eterna. En la LXX (La Septuaginta, versión griega del Antiguo Testamento), Gén 38:17-18; Gén 38:20. En griego moderno, arrabona es un anillo de compromiso» (Vine).
Dice Larousse que la palabra «arras» significa «lo que se da por prenda y señal de algún contrato. Monedas que, al celebrarse el matrimonio, entrega el desposado a la desposada».
Por lo tanto, como en el comercio la palabra significa la prenda (o el primer pago) que se recibe por lo que se vende, un pago parcial de la obligación o promesa, así también Pablo emplea esta palabra para hacernos ver la asociación y relación entre la morada del Espíritu Santo en nosotros y la herencia eterna. Si el Espíritu Santo mora en nosotros, entonces ya estamos disfrutando de las bendiciones espirituales, que en verdad son celestiales. Los que han obedecido al evangelio de Cristo ya «gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero» (Heb 6:4-5). (Los «poderes» de este texto no se limitan a los poderes milagrosos. Es necesario tomar muy en serio los poderes o fuerzas espirituales).
Es importante observar que en muchos textos el efecto se pone en lugar de la causa; por ejemplo, «Yo soy la resurrección y la vida». Jesús no dice «Yo soy la causa de la resurrección y la vida», sino simplemente «Yo soy la resurrección y la vida»; pero todos entienden que El es la causa, El que hace posible, estas bendiciones. Pero el efecto se pone en lugar de la causa.
Simeón vio a Jesús y dijo, «porque han visto mis ojos tu salvación». ¿Qué vio? ¿la salvación o al Autor de la salvación (Heb 5:8-9)?
Así también en muchos textos la Biblia dice «Espíritu Santo» (la causa) cuando se refiere al efecto (las bendiciones, la influencia, la dirección y ayuda) que El produce en nuestras vidas.
Esto se ilustra en 1Co 14:12, «pues que anheláis dones espirituales». El griego dice «anheláis espíritus»; es decir, anhelaban los efectos, las manifestaciones, los dones del Espíritu (v. 1).
¿Qué significa 1Ts 5:19? «No apaguéis al Espíritu». ¿Quién puede «apagar» (literalmente) al Espíritu Santo? Obviamente Pablo se refiere a los dones del Espíritu (los efectos), pero pone la causa (el Espíritu) en lugar de los efectos. Este verso se explica en el siguiente verso: «No menospreciéis las profecías», que son una manifestación del Espíritu.
¿Qué pasa cuando somos llenos del Espíritu Santo (Efe 5:18)? ¿Llenos de su persona o llenos de su poder y del fruto que El lleva en nuestra vida (Gál 5:22-23)?
¿Cómo resistimos al Espíritu Santo? (Hch 7:51). ¿Resistimos a su persona o resistimos su palabra y su voluntad?
¿Qué pasó cuando los apóstoles fueron bautizados con el Espíritu Santo? Recibieron poder (Luc 24:49; Hch 1:8). Hch 10:45-46, «se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas». Se derramó el don del Espíritu Santo. ¿Qué se derramó? ¿ Puede el Espíritu ser literalmente derramado ? Se derramó el poder de hablar en lenguas, como dice el siguiente verso.
Efe 4:7-8, «Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo… dio dones a los hombres». ¿De qué don habla Pablo en el v. 7, de Cristo Mismo, o de los oficios (dones, v. 8) que El dio (v. 11)? El don de Cristo se refiere a los dones (facultades, oficios, poderes) dado por Cristo. Así también los dones del Espíritu Santo dados a los apóstoles y otros en el primer siglo eran las manifestaciones (los poderes y ayudas) del Espíritu Santo.
Cuando Cristo es «formado en» nosotros, ¿es literal y personalmente formado en nosotros, o es formado en nosotros el carácter espiritual (la madurez) que sus enseñanzas producen? La Biblia pone la «causa» por el «efecto». Esta figura es muy común en la Biblia. Hay muchísimos ejemplos de su uso.
De la misma manera, la expresión «don del Espíritu Santo» que es dado a todo obediente (Hch 2:38) se refiere a todos los beneficios de la salvación que el Espíritu nos da. Esta expresión significa la misma cosa que «la comunión (participación) del Espíritu Santo» (2Co 13:14; Heb 6:4). Significa que El influye fuertemente en nosotros, nos dirige, nos ayuda, nos da fortaleza espiritual, y gran capacidad espiritual para servir a Dios, para resistir la tentación, y para soportar pruebas, y lo hace todo a través de su palabra inspirada. El Espíritu Santo no obra directamente sobre el corazón del inconverso, sino obra a través de su instrumento, su palabra inspirada (Efe 6:17). Tampoco obra directamente sobre el corazón del cristiano.
Recibir el don del Espíritu Santo significa, pues, recibir las bendiciones, influencias y operaciones (los efectos) del Espíritu Santo en nuestra vida. La Biblia habla de la causa (el Espíritu Santo) cuando en realidad quiere decir los efectos, los resultados de nuestra relación con el Espíritu Santo.
Dios es uno. Hay tres personas en la deidad: Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo, pero son uno en sus operaciones. Dios mora en su pueblo: El Padre mora en nosotros, el Hijo mora en nosotros, y el Espíritu Santo mora en nosotros. No es relación mística e incomprensible, sino se trata de la comunión con Dios, o sea, que Dios permite que sus hijos participen de las cosas divinas y celestiales, y de esta comunión resultan grandes beneficios y poderes espirituales.
(Véase el estudio más amplio sobre » El Don Del Espíritu Santo » al final de este capítulo).
— «hasta la redención de la posesión adquirida», se refiere a la resurrección de nuestro cuerpo, (Rom 8:13-23), que es una posesión adquirida (1Co 6:19-20; 1Pe 2:9).
— «Por esta causa». Es importante que siempre se observen las palabras y frases conectivas usadas por Pablo. Aquí dice, «por esta causa»; frecuentemente dice «y», «pero», «pues», «así que», «porque», «por tanto», «para que», «por lo cual», «por lo demás», «por esto», etc. Es muy importante que se observe la conexión entre lo que se dice en una frase y lo que se acaba de decir en la frase anterior. Pablo no arregló sus escritos en capítulos y versículos, y muchas veces el primer versículo de un capítulo nuevo (o de un aparente párrafo nuevo) es la continuación de lo que estaba diciendo en el capítulo o párrafo anterior.
— «habiendo oído de vuestra fe». Pablo había conocido personalmente a los efesios, porque había estado entre ellos por tres años (Hch 20:31). El enseñó personalmente a los doce hombres que habían sido bautizados con el bautismo de Juan. Su discurso a los ancianos de Efeso, y su despedida de ellos, se registran en Hch 20:17-38. Pero un reporte reciente acerca de ellos era favorable, y Pablo estaba agradecido.
— «vuestro amor para con todos los santos», tanto para con los hermanos gentiles, como para con los hermanos judíos.
— «no ceso de dar gracias», por la fidelidad de ellos. Sin cesar Pablo daba gracias a Dios por hermanos fieles. Todo el consuelo de él se encontraba en esto (2Co 1:3-4; 2Co 7:6-7).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Por medio de un pronombre personal relativo, “el que/el cual”, el final de la tercera estrofa añade una metáfora más para referirse al Espíritu Santo. Dice el texto que el Espíritu es las arras de nuestra herencia.

Arras es un término comercial que se refiere a un enganche, un depósito, un pago inicial y en ese sentido es un adelanto que garantiza el pago del resto de la deuda. Por ello es como una promesa y garantía del pago total. Es un compromiso que representa la obligación del deudor a pagar la totalidad (véase 2Co 1:22; 2Co 5:5). El Espíritu Santo es el pago inicial que Dios nos ha dado como garantía de que recibiremos todo lo que Dios nos ha prometido: nuestra herencia.

Esta expresión puede parecer un tanto abstracta y se puede explicar como una referencia a todo lo que Dios nos ha prometido en cuanto a la salvación. Sin embargo, debemos recordar que en el AT la herencia del pueblo de Dios era la tierra prometida. Muy pronto el término vino a ser representativo de todas las promesas escatológicas de Dios para su pueblo, la plena y total redención (véase Col 3:24; y Efe 1:18 y Efe 5:5).

En Mat 5:5 se menciona “la tierra” como parte de la herencia de los cristianos. Y a la luz de Efe 1:10, entendemos que en la reconciliación de toda la creación bajo el señorío de Jesús, se incluye la tierra como parte de la herencia de los hijos de Dios (véase también Rom 8:18-27). Nuestra herencia incluye entonces lo espiritual y lo material, el nuevo cielo y la nueva tierra en los cuales mora la justicia (2Pe 3:13). Consideremos cómo algunas versiones comunican estas ideas. DHH: «Este Espíritu es el anticipo que nos garantiza la herencia que Dios nos ha de dar». Es muy similar a BNM: «Y este Espíritu es el anticipo y garantía de nuestra herencia». TLA: «Lo recibieron como prueba de que Dios cumplirá su promesa». NVI: «Este garantiza nuestra herencia».

La siguiente frase, completa el pensamiento de la estrofa, con un sentido teleológico, de finalidad y meta en la historia: hasta la redención de la posesión adquirida. Se repite la palabra que encontramos y explicamos ya en el v. Efe 1:7, redención. Lo que sin duda es interesante es la preposición hasta. Esta tiene un sentido de propósito, de finalidad. Es decir, Dios nos dio su Espíritu como garantía de su herencia hasta /“con vistas a” ese momento en el que él mismo culmine su obra. Resulta interesante que esta idea de la culminación de la obra redentora de Dios, de llevar la salvación a su máxima y total expresión y manifestación, se expresa de tres maneras distintas en los siguientes ejemplos: «cuando haya completadonuestra liberación» (DHH); «cuando haya liberado totalmente a los que » (TLA); y «Hasta que llegue la redención final del pueblo » (NVI).

La palabra que aquí se traduce como posesión adquirida tiene efectivamente el sentido de algo que se ha adquirido con gran sacrificio y esfuerzo. La manera en que esta palabra se relaciona con redención nos lleva al problema que planteamos en el v. Efe 1:11 al hablar de la herencia. ¿Se refiere el texto a nuestra posesión y herencia o a la posesión de Dios, a su herencia? Casi todas las versiones siguen la última opción: DHH: «cuando haya completado nuestra liberación y haya hecho de nosotros el pueblo de su posesión». Esta versión entiende que “nosotros” somos la posesión «de Dios». La misma interpretación es seguida por TLA: «cuando haya liberado totalmente a los que formamos su pueblo». NVI: «Hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios» (similar a las dos anteriores). LPD: «la redención del pueblo que Dios adquirió para sí» (Lo mismo hacen BJ, BL, BP y BNM).

Esta eulogía introductoria cierra con las mismas palabras de las anteriores estrofas: para alabanza de su gloria. La finalidad última de todo lo que Dios ha hecho, hace y hará para traer a toda su creación a la armonía y paz plena (shalom), es el reconocimiento y alabanza de su propia gloria.

El verbo con el cual esta última expresión está conectada es el de Efe 1:13 : fuisteis sellados con el Espíritu Santo para alabanza de su gloria. La acción final de Dios, con vistas a la consumación del shalom, tiene como fin último la gloria de Dios.

INTERPRETACIÓN HISTÓRICA

El término “evangelio” era parte del imaginario social en aquellos días del imperio romano e indicaba la buena noticia del nacimiento del rey o emperador, Cesar. Supuestamente, tal anuncio auguraba mejores días, mayor prosperidad, seguridad, armonía y paz para todos los súbditos del imperio. El “evangelio del Cesar” ya se había establecido por toda la región del Asia Menor y el Mediterráneo su mensaje de “paz y seguridad”.

Por su parte, las ciudades de Grecia y el Asia Menor ya tiempo atrás habían establecido santuarios, templos, festivales para toda la ciudad y juegos inter-ciudades para honrar al “salvador” y “señor” (títulos que se daba a sí mismo el Cesar). Esos festivales y cultos se habían extendido ampliamente y permeaban la vida pública de los habitantes de las ciudades griegas del Asia Menor. Así, el cuto imperial, en sus múltiples manifestaciones, en las ciudades griegas, era la forma principal por la cual se establecían las relaciones con el poder imperial.

Vivir para la honra y gloria del Cesar, y manifestarlo regular y cotidianamente en actos de culto público, era la mejor manera de asegurar para la ciudad la participación en la Pax Romana.

En el lenguaje del autor de Efesios, que trastoca el lenguaje de la ideología imperial, el evangelio es un anuncio poderoso que produce cambios profundamente significativos en la experiencia cotidiana de quienes lo escuchan y reciben con fe / fidelidad. La redención que efectua dicho mensaje es prueba fehaciente de su efectividad y poder.

Ese evangelio, es el misterio revelado acerca del plan eterno de Dios de crear la paz en toda su creación bajo el señorío del Mesías Jesús. El evangelio nos hace partícipes de ese proyecto y nos llama a vivir para la gloria y honra de Dios, regular y cotidianamente, en actos públicos de culto y adoración al Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Reflexión bíblica y pastoral

Dios nos ha incorporado a ser parte vital de su proyecto que consiste en ser artesanos de la paz-shalom en un mundo desarticulado, alienado y deshecho socialmente. Por la obra e intervención del Espíritu Santo en nuestra vida, somos ahora parte del plan eterno de Dios por medio de Jesús el Mesías, nuestro libertador y Señor.

Los proyectos globalizadores de los poderes que operan en nuestro mundo y en nuestras sociedades, también nos convocan a vivir de acuerdo con sus valores y metas para organizar la vida humana son proyectos que prometen la armonía y bienestar sociales.

Nosotros tenemos otro Señor y otro proyecto para construir, junto con el crucificado, un proyecto alternativo de genuina paz y armonía en toda la creación.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Rom 8:14-17; Gál 3:29; Gál 4:7.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “Que”, P46AB; אDVg: “quien”.

(2) O: “un adelanto (desembolso inicial) por anticipado”. Gr.: ar·ra·bón; J18,22(heb.): ‛e·ra·vóhn. Véase 2Co 1:22, n.

(3) Lit.: “de la”.

REFERENCIAS CRUZADAS

n 40 2Co 5:5

ñ 41 1Pe 1:4

o 42 Rom 8:23; Col 1:14; 1Ti 2:6

p 43 1Pe 2:9

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

14 (1) O, el anticipo, la garantía. Es decir, una prenda en dinero; un pago parcial dado por adelantado, el cual garantiza el pago total. Puesto que nosotros somos la herencia de Dios, el Espíritu Santo es un sello sobre nosotros. Debido a que Dios es nuestra herencia, el Espíritu Santo es las arras de esta herencia y es dado a nosotros, Dios nos da Su Espíritu Santo no sólo como garantía de nuestra herencia, asegurando nuestra heredad, sino también como anticipo de lo que heredaremos de Dios, dejándonos gustar de antemano de la herencia total. En los tiempos antiguos, la palabra griega que aquí se traduce arras se usaba en la compra de tierra. El vendedor daba al comprador una porción del suelo, una muestra tomada de la tierra. Por lo tanto, según el griego antiguo, las arras también son una muestra. El Espíritu Santo es la muestra de lo que vamos a heredar de Dios en plenitud.

14 (2) Véase la nota 32 (3) de Hch 20. Véase también el v.18.

14 (3) La frase hasta la redención de la posesión adquirida denota el propósito del sellar que se menciona en el v.13, El sello del Espíritu Santo es viviente, y obra en nosotros para empaparnos y transformarnos con el elemento divino de Dios hasta que seamos maduros en la vida de Dios y finalmente redimidos por completó, incluso en nuestro cuerpo.

14 (4) Redención aquí se refiere a la redención de nuestro cuerpo ( Rom_8:23), es decir, la transfiguración de nuestro cuerpo de humillación en un cuerpo de gloria ( Flp_3:21). Hoy en día el Espíritu Santo es una garantía, un anticipo y una muestra de nuestra herencia divina, hasta que nuestro cuerpo sea transfigurado en gloria, cuando heredaremos a Dios en plenitud. La extensión de las bendiciones que Dios nos ha concedido abarca todos los puntos cruciales desde la elección realizada por Dios en la eternidad pasada (v.4) hasta la redención de nuestro cuerpo para la eternidad futura.

14 (5) Nosotros los redimidos de Dios, la iglesia, somos la posesión de Dios, la cual adquirió comprándonos con la sangre preciosa de Cristo ( Hch_20:28). En la economía de Dios, El llega a ser nuestra herencia y nosotros llegamos a ser Su posesión. ¡Qué maravilloso! ¡No damos nada y lo obtenemos todo! Dios nos adquirió a un precio, pero nosotros heredamos a Dios sin pagar. Esto redunda en la alabanza de Su gloria.

14 (6) Esta es la tercera vez que se usa una frase así, esta vez como conclusión de la sección (vs.3-14) acerca de las bendiciones que Dios nos ha dado. Los vs. 3-6 revelan lo que Dios el Padre planeó para nosotros, esto es, elegirnos y predestinarnos para ser Sus hijos para la alabanza de la gloria de Su gracia. Los vs.7-12 revelan cómo Dios el Hijo realizó lo que Dios el Padre había planeado, a saber, redimirnos y hacernos herencia de Dios para la alabanza de Su gloria. Los vs.13-14 nos dicen cómo Dios el Espíritu nos aplica lo que Dios el Hijo realizó, esto es, sellarnos y ser garantía y anticipo de nuestra herencia eterna y divina para la alabanza de la gloria de Dios. En las bendiciones que Dios nos concede, la gloria del Dios Triuno merece una alabanza triple.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

arras, depósito, pago anticipado de una dote; la presencia del Espíritu Santo es la prenda o fianza de Dios de que nuestra salvación será consumada.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

la posesión… Esto es, adquirida por Dios1Pe 2:9.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

T215 Aquí el genitivo en εἰς … περιποιήσεως es apositivo y significa: hasta nuestra redención que es nuestra posesión; o de complemento directo y en este caso significa: hasta la redención de aquellos a quienes Dios ha adquirido (se interpreta el sustantivo abstracto como si fuera un sustantivo concreto). [Editor. Es raro que περιποίησις tenga este sentido concreto. En consecuencia, la sugerencia anterior parece preferible.]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, arras

Fuente: La Biblia de las Américas

Esto es, adquirida por Dios g 1Pe 2:9.

Fuente: La Biblia Textual III Edición