Comentario de Efesios 6:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa)

6:2 — «Honra a tu padre y a tu madre». Véanse Éxo 21:17; Deu 27:16; Deu 21:18-21; Pro 20:20. Jesucristo honraba a sus padres. Estaba sujeto a ellos. Y sobre la cruz le encargó al apóstol Juan el cuidado de María, su madre (Jua 19:26-27). Aun en su muerte Jesús no pensaba en su propio sufrimiento, sino en el bienestar de su madre. Nuestros padres nos trajeron a este mundo, y nos cuidaban cuando no podíamos cuidarnos solos, nos daban de comer, nos educaban y nos criaban. Por todo esto merecen honor.

En Mar 7:8-13 aprendemos una de las tradiciones más diabólicas inventadas por los fariseos y escribas, una tradición por la cual ellos invalidaron la ley de Dios de honrar a los padres. Este mandamiento incluyó el cuidado de los padres en su vejez. La ley de Cristo requiere la misma cosa (1Ti 5:4-8). Nuestra deuda es grande; no terminamos de «recompensarles», ni aun en todos los días de su vida. Nos cuidaban cuando no podíamos cuidarnos solos, y ahora nos corresponde cuidar de ellos cuando ya no puedan cuidarse solos.

— «que es el primer mandamiento con promesa», véase el v. 3.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Éxo 20:12; Deu 27:16; Pro 20:20; Jer 35:18; Eze 22:7; Mal 1:6; Mat 15:4-6; Mar 7:9-13; Rom 13:7.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

el primer mandamiento con promesa. Aunque la sumisión a los padres debería ser primero que todo por amor al Señor, Él en su gracia añadió la promesa de una bendición especial para los que obedecen este mandato. Vea la nota sobre Éxo 20:12, el versículo del cual cita Pablo (cp. Deu 5:16).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Honra. Mientras que el v. Efe 6:1 habla de acción, este término alude a la actitud porque Pablo se concentra en el motivo detrás de la acción. Cuando Dios dio su ley en los Diez Mandamientos, la primera ley que gobernaba las relaciones humanas fue esta (Éxo 20:12; Deu 5:16). Es el único mandato de los diez que se relaciona con la familia porque es el único principio que asegura la realización de una familia. Cp. Éxo 21:15; Éxo 21:17; Lev 20:9; Mat 15:3-6. En Proverbios también se afirma este principio (vea Pro 1:8 ; Pro 3:1 ; Pro 4:1-4 ; Pro 7:1-3 ; Pro 10:1 ; Pro 17:21 ; Pro 19:13 ; Pro 19:26 ; Pro 28:24).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

6:2 — «Honra a tu padre y a tu madre». Véanse Éxo 21:17; Deu 27:16; Deu 21:18-21; Pro 20:20. Jesucristo honraba a sus padres. Estaba sujeto a ellos. Y sobre la cruz le encargó al apóstol Juan el cuidado de María, su madre (Jua 19:26-27). Aun en su muerte Jesús no pensaba en su propio sufrimiento, sino en el bienestar de su madre. Nuestros padres nos trajeron a este mundo, y nos cuidaban cuando no podíamos cuidarnos solos, nos daban de comer, nos educaban y nos criaban. Por todo esto merecen honor.
En Mar 7:8-13 aprendemos una de las tradiciones más diabólicas inventadas por los fariseos y escribas, una tradición por la cual ellos invalidaron la ley de Dios de honrar a los padres. Este mandamiento incluyó el cuidado de los padres en su vejez. La ley de Cristo requiere la misma cosa (1Ti 5:4-8). Nuestra deuda es grande; no terminamos de «recompensarles», ni aun en todos los días de su vida. Nos cuidaban cuando no podíamos cuidarnos solos, y ahora nos corresponde cuidar de ellos cuando ya no puedan cuidarse solos.
— «que es el primer mandamiento con promesa», véase el v. 3.

Fuente: Notas Reeves-Partain

El apóstol regresa al fundamento de la ética bíblica, los 10 mandamientos, y cita el quinto mandamiento: Honra a tu padre y a tu madre (Éxo 20:12; Deu 5:16). Por ello es que algunas versiones ponen estas palabras entre comillas o con letras cursivas, para indicar que es una cita del AT.

“Honrar” en este contexto se entiende en términos de obediencia. Es la obediencia que surge del respeto y amor hacia un padre, e incluye el sostén económico y cuidado amoroso hacia los progenitores (Mat 15:1-9).

Tal enseñanza se enmarca en la voluntad de Dios expresada en su ley o instrucción para la vida. No es una nueva revelación; es una interpretación de la ley dada a Moisés ahora aplicada en un contexto nuevo y desafiante. El comentario que Pablo hace del mandamiento es interesante: es el primer mandamiento con promesa. Una manera de entender la palabra primer es simplemente en cuanto a secuencia. Y eso es cierto; de los 10 mandamientos es el primero que añade, a manera de estímulo y motivación, una promesa. Pero también la palabra primer puede tener la idea de “el más importante” o el más significativo en lo que respecta a los hijos. Así lo consideraban los rabinos. Y en realidad, es la base del orden en la sociedad. Si a ese nivel básico no existe respeto a las figuras de autoridad, entonces no se puede esperar que a otros niveles de la vida social se de el mismo respeto. Así lo traduce BNM: «tal es el mandamiento de primera importancia que va acompañado de una promesa ».

En el contexto global de la carta, y de la función de la iglesia como los primeros frutos de una nueva humanidad, este mandato cobra aún mayor relevancia. Si la base de esta nueva humanidad es la iglesia, y en ella no se dan los elementos básicos de respeto y obediencia, no hay esperanza para el resto de la humanidad. Así, la obediencia en el hogar adquiere una dimensión misiológica de gran trascendencia. Se coloca en el contexto del propósito eterno de Dios (Efe 1:3-9) de colocar todas las cosas bajo el señorío de Jesucristo (Efe 1:10, Efe 1:20-23).

Consideremos la promesa, ¡qué promesa!: para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra. Es una promesa para la vida; Dios nos promete una vida buena y larga; una existencia enriquecida con su bendición de manera que nuestra vida presente sea prospera (la calidad) y extensa (la cantidad). La bendición expresada con las palabras que te vaya bienen el contexto bíblico incluye todas las áreas de la vida (cf. Deu 28:1-68): la familia, el trabajo, la armonía social e internacional; en pocas palabras, experimentar el shalom, en todas las relaciones y actividades de la vida cotidiana. Y es una promesa no para la vida venidera o la vida después de la muerte sino para aquí y ahora, sobre la tierra. Es interesante que en el texto original del Éxodo o Deuteronomio, la expresión incluye el enunciado que el Señor tu Dios te da, lo cual es una alusión a la tierra de Canaán. Sin embargo, en este pasaje el apóstol la evita y así le da al texto un sentido más amplio, universal. En algunos idiomas es posible que no sea necesario traducir esta cláusula ya que queda implícita. Por ejemplo, si traducimos “para que tu vida sea larga y prospera” queda implícita la idea de que eso sucede aquí “en la tierra.”

Pocas veces nuestras sociedades asocian el bienestar y la longevidad con categorías éticas. Sin embargo, nuestro texto nos recuerda que aquello que todos deseamos y nos esforzamos por alcanzar, no es resultado de nuestra astucia, inteligencia, “buena suerte”, conexiones sociales o políticas o nuestra buena posición económica. Lo que más deseamos en la vida nos viene como bendición de Dios por obedecer y honrar a nuestros padres.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Éxo 20:12; Deu 5:16; (ver Mat 15:4; Mar 7:10; Luc 18:20).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

d 321 Pro 23:22; Mat 15:4

e 322 Éxo 20:12; Pro 20:20

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

2 (1) Honrar es diferente de obedecer. Obedecer es una acción, mientras que honrar es una actitud. Es posible que los hijos obedezcan a sus padres sin honrarlos. Para honrar a sus padres, los hijos necesitan una actitud de honra, un espíritu de honra. Todos los hijos necesitan aprender a obedecer a sus padres y al mismo tiempo, honrarlos.

2 (2) Este no sólo es el primer mandamiento con promesa, sino también el primer mandamiento en cuanto a las relaciones humanas (Éxo_20:12).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Cuando un hijo se casa, cambia su relación hacia sus padres (Efe 5:31), pero no su responsabilidad de proveer para ellos (1Ti 5:4).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

M113 ¿Significa la frase ἥτις ἐστὶν ἐντολὴ πρώτη ἐν ἐπαγγελίᾳ: que es el primer mandamiento con una promesa (al cual se une una promesa, lo cual no es verdad en sentido literal, y en la cual sería curiosa la omisión del artículo); o significa: que es un mandamiento principal, y al cual se une una promesa (el cual es un significado poco probable de πρώτη en tal contexto)? La primera alternativa ciertamente está fortalecida por la omisión del artículo en Mar 12:28, ya que el artículo usualmente está ausente en expresiones temporales (se pensó que el ordinal [πρώτη] era suficientemente definido, aunque carecía de artículo -R793). [Editor. Por consiguiente, la primera sugerencia parece la más probable.]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego