Biblia

Comentario de Colosenses 2:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Colosenses 2:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

De hecho, semejantes prácticas tienen reputación de ser sabias en una cierta religiosidad, en la humillación y en el duro trato del cuerpo; pero no tienen ningún valor contra la sensualidad.

2:23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación (apariencia, LBLA) de sabiduría — Los que las practican parecen ser personas muy humildes y piadosas. El clero romano y otros sectarios (p. ej., los menonitas) piensan que la ropa negra o el celibato les hacen aparecer más piadosos.

— en culto voluntario — Véanse Lev 10:1-3; 1Sa 13:8-14; 2Cr 26:16-21. Se refiere al culto originado por la voluntad humana; ¡imagínese! los hombres inventan su propio culto aunque supuestamente sea para honrar a Dios. ¿No saben que Dios nos ha revelado su voluntad, diciéndonos cómo debemos adorarle? 1Co 2:11-13)) , en humildad («Claramente aquí en mal sentido, ‘en pretendida humildad’», ATR) y en duro trato del cuerpo; — Los gnósticos enseñaban que toda materia es mala y que, por eso, el cuerpo es malo. En consecuencia de esta filosofía (1) algunos pensaban que lo que el cuerpo hiciera no afectaba el espíritu y, por eso, practicaban el libertinaje (una inmoralidad total), pero (2) otros decían que el cuerpo, siendo malo, era el enemigo del espíritu y, por eso, debía ser maltratado.

Aunque no lo quisieran admitir, muchos religiosos imitan a los gnósticos al requerir los ayunos (evitando los alimentos sabrosos), el uso de ropa rústica e incómoda, y la práctica de penitencias, peregrinajes, vigilias, etc. El concepto de los que inventan tales preceptos parece ser que si los requisitos del evangelio nos hacen santos, ¡cuánto más santos nos harán estos preceptos adicionales !

No conviene el «duro trato del cuerpo», porque Dios es el Creador del cuerpo como también del espíritu del hombre, y Pablo dice que el cuerpo del cristiano es el templo del Espíritu Santo (1Co 6:19-20). El cristiano no debe usar su cuerpo como instrumento del pecado (Rom 6:12-18; 1Ts 4:4), sino que debe seguir las normas buenas y necesarias para tener un cuerpo sano y consagrado para poder servir a Dios por largos años aquí en la tierra.

— pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. — En lugar de controlarlos, los estimulan. Las tradiciones humanas, pues, obran en contra del cristiano.

Recuérdese que tales reglamentos enseñados por los escribas y fariseos (los «separados») tenían el propósito de producir más santidad y consagración, pero sólo producían orgullo e hipocresía (Mat 6:1-18; Mat 23:4; Mat 23:25-28). Con tales cosas se justificaban a sí mismos (Luc 16:15; Luc 18:9-12).

Es interesante observar que en todos los textos que explican las obras de la carne y la necesidad de practicar el dominio propio, no se enseña ni siquiera el ayun o como medio de dominar la carne, mucho menos las prácticas del ascetismo.

¿Tiene valor contra los apetitos de la carne el celibato? Por el contrario, promueve toda forma de fornicación (aun la homosexualidad y el abuso sexual de niños). «Algunos apostatarán de la fe… prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos» (1Ti 4:1-3).

Es muy necesario entender la diferencia entre la abnegación de sí enseñada por Cristo (Mat 16:24) y los apóstoles (1Co 9:24-27) y el «duro trato del cuerpo» enseñado por los falsos maestros.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

cierta reputación de sabiduría. Gén 3:5, Gén 3:6; Mat 23:27, Mat 23:28; 2Co 11:13-15; 1Ti 4:3, 1Ti 4:8.

en culto voluntario. Col 2:8, Col 2:18, Col 2:22.

y en duro trato del cuerpo. Efe 5:29.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

2:23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación (apariencia, LBLA) de sabiduría — Los que las practican parecen ser personas muy humildes y piadosas. El clero romano y otros sectarios (p. ej., los menonitas) piensan que la ropa negra o el celibato les hacen aparecer más piadosos.
— en culto voluntario — Véanse Lev 10:1-3; 1Sa 13:8-14; 2Cr 26:16-21. Se refiere al culto originado por la voluntad humana; ¡imagínese! los hombres inventan su propio culto aunque supuestamente sea para honrar a Dios. ¿No saben que Dios nos ha revelado su voluntad, diciéndonos cómo debemos adorarle? 1Co 2:11-13)) , en humildad («Claramente aquí en mal sentido, ‘en pretendida humildad’», ATR) y en duro trato del cuerpo; — Los gnósticos enseñaban que toda materia es mala y que, por eso, el cuerpo es malo. En consecuencia de esta filosofía (1) algunos pensaban que lo que el cuerpo hiciera no afectaba el espíritu y, por eso, practicaban el libertinaje (una inmoralidad total), pero (2) otros decían que el cuerpo, siendo malo, era el enemigo del espíritu y, por eso, debía ser maltratado.
Aunque no lo quisieran admitir, muchos religiosos imitan a los gnósticos al requerir los ayunos (evitando los alimentos sabrosos), el uso de ropa rústica e incómoda, y la práctica de penitencias, peregrinajes, vigilias, etc. El concepto de los que inventan tales preceptos parece ser que si los requisitos del evangelio nos hacen santos, ¡cuánto más santos nos harán estos preceptos adicionales !
No conviene el «duro trato del cuerpo», porque Dios es el Creador del cuerpo como también del espíritu del hombre, y Pablo dice que el cuerpo del cristiano es el templo del Espíritu Santo (1Co 6:19-20). El cristiano no debe usar su cuerpo como instrumento del pecado (Rom 6:12-18; 1Ts 4:4), sino que debe seguir las normas buenas y necesarias para tener un cuerpo sano y consagrado para poder servir a Dios por largos años aquí en la tierra.
— pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. — En lugar de controlarlos, los estimulan. Las tradiciones humanas, pues, obran en contra del cristiano.
Recuérdese que tales reglamentos enseñados por los escribas y fariseos (los «separados») tenían el propósito de producir más santidad y consagración, pero sólo producían orgullo e hipocresía (Mat 6:1-18; Mat 23:4; Mat 23:25-28). Con tales cosas se justificaban a sí mismos (Luc 16:15; Luc 18:9-12).
Es interesante observar que en todos los textos que explican las obras de la carne y la necesidad de practicar el dominio propio, no se enseña ni siquiera el ayun o como medio de dominar la carne, mucho menos las prácticas del ascetismo.
¿Tiene valor contra los apetitos de la carne el celibato? Por el contrario, promueve toda forma de fornicación (aun la homosexualidad y el abuso sexual de niños). «Algunos apostatarán de la fe… prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos» (1Ti 4:1-3).
Es muy necesario entender la diferencia entre la abnegación de sí enseñada por Cristo (Mat 16:24) y los apóstoles (1Co 9:24-27) y el «duro trato del cuerpo» enseñado por los falsos maestros.

Fuente: Notas Reeves-Partain

— para satisfacer: Otra posible traducción sería: carecen de todo valor para combatir.

— apetencias humanas: Lit. apetencias de la carne. Ver nota a Rom 7:5.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Rom 13:14.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Lit.: “forma de adoración por voluntad propia”. Gr.: e·the·lo·thre·skí·ai; lat.: su·per·sti·ti·ó·ne, “superstición”.

REFERENCIAS CRUZADAS

j 146 1Ti 4:3

k 147 Rom 13:14

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

23 (1) Tales cosas se refiere a los mandamientos y enseñanzas de los hombres (v. 22) y a las ordenanzas (v.20).

23 (2) La palabra griega denota palabra o dicho; por lo tanto, expresión, exhibición de la razón, y por consiguiente, reputación.

23 (3) Esto es ascetismo.

23 (4) Las ordenanzas, reglas y normas de las enseñanzas elementales del externalismo y el ascetismo no tienen valor en cuanto a restringir los apetitos de la carne.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

R626 La preposición πρός por sí no significa contra, aunque esta puede ser la idea resultante (como en este caso).

R1152 En este versículo, la antítesis realmente se declara en οὐκ sin una partícula adversativa (tal como ἀλλά).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit., arbitraria, o, autocreada

O, humildad

Fuente: La Biblia de las Américas