Comentario de Colosenses 3:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Siendo, pues, que habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios.
3:1 Si, pues (lo que dice ahora se conecta con lo que acaba de decir, pues Pablo no dividió su carta en capítulos y versículos) , habéis resucitado con Cristo, — 2:12, cuando fuimos bautizados, resucitamos de la muerte espiritual. Al decir, «Si, pues», no indica duda, sino «puesto que» (como en 2:20 y en Flp 2:1). Compárese 2:20, «Si habéis muerto con Cristo». Estos son los dos aspectos del bautismo. Pablo dice que el bautismo es una sepultura, pero también enfatiza que es una resurrección. Rom 6:4. Al convertirse a Cristo el hombre muere a sus pecados y es sepultado, pero entonces resucita para andar en vida nueva. Les exhorta, pues, que lleven a cabo este propósito y que no vuelvan a someterse a los hombres. Al convertirse a Cristo el pecador muere a sus pecados y es sepultado, pero entonces resucita para andar en vida nueva (Rom 6:4). — buscad (dedicarse a) las cosas de arriba, — Buscar las cosas de arriba (la verdadera religión de Cristo con su sana doctrina y promesas celestiales) en lugar de buscar los reglamentos de los hombres (2:8, 22) con respecto a la comida y bebida, etc. (2:16), las reglas ascéticas (2:20-23) y las obras de la carne (3:5-9; Galatians 5:19-2).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Si, pues, habéis resucitado con Cristo. Col 2:12, Col 2:13, Col 2:20; Rom 6:4, Rom 6:5, Rom 6:9-11; Gál 2:19, Gál 2:20; Efe 1:19, Efe 1:20; Efe 2:5, Efe 2:6.
buscad las cosas de arriba. Col 3:2; Sal 16:11; Sal 17:14, Sal 17:15; Sal 73:25, Sal 73:26; Pro 15:24; Mat 6:20, Mat 6:33; Luc 12:33; Rom 8:6; 2Co 4:18; Flp 3:20, Flp 3:21; Heb 11:13-16.
donde está Cristo sentado. Sal 110:1; Mat 22:44; Mat 26:64; Mar 12:36; Mar 14:62; Mar 16:19; Luc 20:42; Luc 22:69; Hch 2:34; Hch 7:55; Rom 8:34; Efe 1:20; Efe 4:10; Heb 1:3, Heb 1:13; Heb 8:1; Heb 10:12; Heb 12:2; 1Pe 3:22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Muestra que debemos buscar a Cristo, Col 3:1-4.
Exhorta a vivir una vida santa, Col 3:5-9;
a dejar el viejo hombre y ser como Cristo, Col 3:10, Col 3:11;
exhorta a tener compasión y humildad y varias otras instrucciones, Col 3:12-25.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Las exhortaciones de Pablo en el capítulo Col 3:1-25 son aplicaciones prácticas de la doctrina que presenta en el capítulo Col 2:1-23.
Si … habéis resucitado con Cristo: Pablo une su enseñanza ética (v. Col 3:5) con la doctrina de la resurrección (Col 2:12, Col 2:13).
Poned la mira en las cosas de arriba: Los falsos maestros les estaban enseñando a los colosenses a concentrarse en preceptos temporales; pero Pablo, por el contrario, los instruye a concentrarse en las realidades eternas del cielo. La palabra griega que se traduce por poned hace énfasis en una decisión prolongada. Los cristianos deben disciplinarse continuamente para tener en la mira las realidades eternas, más que las realidades temporales de esta tierra. La vida de un cristiano no se rige más por este mundo, sino que está escondida con Cristo. La palabra griega que se traduce por escondida indica que Dios ya realizó esto en el pasado, por lo que es una realidad presente.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
II. Consecuencias Morales, 3:1-4:6.
La unión con Cristo, principio de vida nueva, 3:1-17.
1 Si fuisteis, pues, resucitados con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios; 2 pensad en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Estáis muertos, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando se manifieste Cristo, vuestra vida, entonces también os manifestaréis gloriosos con El. 5 Mortificad, pues, vuestros miembros terrenos, la fornicación, la impureza, la liviandad, la concupiscencia y la avaricia, que es una especie de idolatría, 6 por las cuales viene la cólera de Dios, 7 y en las que también vosotros anduvisteis un tiempo, cuando vivíais en ellos. 8 Pero ahora deponed también todas estas cosas: ira, indignación, maldad, maledicencia y torpe lenguaje. 9 No os engañéis unos a otros; despojaos del nombre viejo con todas sus obras, 10 y vestios del nuevo, que sin cesar se renueva, para lograr el perfecto conocimiento, según la imagen de su Creador, n donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro o escita, siervo o libre, porque Cristo lo es todo en todos. 12 Vosotros, pues, como elegidos de Dios, santos amados, revestios de entrañas de misericordia, bondad, humildad, mansedumbre, longanimidad, 13 soportándoos y perdonándoos mutuamente, siempre que alguno diere a otro motivo de queja. Como el Señor os perdonó, así también perdonaos vosotros. 14 Pero por encima de todo esto, vestios de la caridad, que es vínculo de la perfección. 15 Y la paz de Cristo reine en vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados en un solo cuerpo. Sed agradecidos. 16 La palabra de Cristo habite en vosotros abundantemente, enseñándoos y exhortándoos unos a otros con toda sabiduría, con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y dando gracias a Dios en vuestros corazones. 17 Y todo cuanto hacéis de palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por El.
Comienza la parte moral de la carta, en que el Apóstol hace aplicación de la doctrina expuesta a la vida cotidiana. En la presente perícopa recuerda a los colosenses su nuevo estado de resucitados con Cristo, que les exige vivir para el cielo (v.1-4), despojándose cada día más del hombre viejo y revistiéndose del nuevo (v.5-17).
San Pablo parte del principio (v.1-4) de que el cristiano, muerto y resucitado místicamente con Cristo en el bautismo (cf. 2:12; Efe 2:6), ha roto sus vínculos con el mundo y con sus doctrinas religiosas, habiendo entrado en una vida nueva, la vida de la gracia, vida que posee ya realmente, pero que no se manifestará de modo pleno hasta después de la parusía, cuando todos los miembros del cuerpo de Cristo seamos asociados públicamente a su triunfo glorioso. Este nuevo estado pide que nuestros pensamientos no estén puestos en las “cosas de la tierra,” sino en “las del cielo,” como corredores que piensan únicamente en la meta, a la que dirigen todos sus pensamientos. Es este pensamiento del cielo el que debe constituir la regla de nuestra conducta, subordinando todo al progreso de esa nueva vida, cuya plena manifestación esperamos (cf. Rom 8:14-25).
De esta idea central surgen en la mente del Apóstol una serie de consejos prácticos, que va especificando a continuación, lo mismo por lo que se refiere a huida de vicios (v.5-n) que a práctica de virtudes (v.12-17). De los vicios hace como dos grupos o series: una que mira sobre todo a los pecados de la carne (v.s; cf. Efe 5:3-5) y otra que mira más bien a pecados contra el amor del prójimo (v.8-9; cf. Efe 4:25-31). Todos ellos en que los colosenses anduvieron en otro tiempo (v.7; cf. 1Co 6:9-11; Efe 2:1-3) y por los que viene la cólera de Dios sobre el mundo (v.6; cf. Rom 1:18-32), deben estar ausentes del cristiano, que ha de “mortificar” (νεκρώσατε ) sus miembros terrenos, es decir, darles muerte en su actividad pecaminosa (v.5). Es lo mismo que se dice luego con otra expresión: “despojarse del hombre viejo con todas sus obras” (v.g; cf. Efe 4:22). En su lugar ha de “revestirse del hombre nuevo,” “renovándose” continuamente, conforme a “la imagen de su Creador” (v.10); expresiones éstas cargadas de significado, que ya hemos explicado en otros lugares (cf. 2Co 4:16; Efe 4:24). Ese “perfecto conocimiento” hacia el que debemos tender (εις έττίγνωσιν ), es el conocimiento del misterio cristiano (cf. 1:9), y no es conocimiento meramente abstracto, sino un conocimiento que afecta al hombre íntegramente, inteligencía y corazón, y prácticamente equivale a nuestra completa asimilación a Cristo, luz y amor, conformándonos lo más posible a su imagen (cf. Rom 8:29). En ese estado de hombre nuevo o regenerado no hay “griego ni judío., siervo o libre,” diferencias que desaparecen todas ante la sublime realidad de Cristo, que a todos nos junta en un solo cuerpo, al que da vida y cohesión (v.11; cf. 1Co 1:30; Gal 3:28). No hay ya por qué mirar con desdén a los hombres de otros pueblos o de otra condición social, pues Cristo nos diviniza a todos por igual, operando en nosotros la renovación de la imagen divina, destruida por el pecado del primer hombre.
En cuanto a las virtudes de que ha de estar revestido el hombre nuevo, San Pablo enumera varias (v.12-13), pero insiste de modo especial en la caridad (v.14), a la que llama “vínculo de la perfección” (σύνδεσμος τήβ τελειότητοβ ). La expresión no es del todo clara. Algunos autores creen que el Apóstol está refiriéndose a los fieles, que forman “un solo cuerpo,” el cuerpo místico de Cristo, y es la caridad la que los une estrechamente entre sí, de modo que “reine la paz” en sus corazones (cf. v.15). Sin embargo, más bien parece, conforme interpretan la mayoría de los autores, que San Pablo está refiriéndose a las virtudes y gracias que integran la vida cristiana, para darles la debida perfección, ya que sin la caridad nada valdrían en orden a la vida eterna, según expresamente lo enseña en 1Co 13:1-13. La teología expresa esta sentencia del Apóstol diciendo que la caridad es la forma de todas las virtudes.
San Pablo, finalmente, hace dos ruegos: que “la palabra de Cristo,” o lo que es lo mismo, el mensaje del Evangelio con todas sus enseñanzas y riquísimo contenido, habite abundantemente en los corazones de los colosenses, de modo que puedan instruirse y amonestarse mutuamente con toda sabiduría (v.16; cf. 1Co 14:26; Efe 5:19); y que todo cuanto hagan, lo hagan “en el nombre del Señor,” es decir, como personas en dependencia de Jesucristo, con el cual forman un solo cuerpo y de cuya vida viven (v.17; cf. 2:13; 1Co 10:31). Al hablar de “salmos y cánticos espirituales” (v.16), Pablo piensa sin duda en las asambleas litúrgicas de la comunidad, de donde debemos sacar fuerza y entusiasmo para sobreponernos luego a las dificultades de la vida cotidiana (cf. Rev 19:6-7).
Deberes familiares: marido y mujer, padres e hijos amos y siervos,Rev 3:18-25.
18 Las mujeres estén sometidas a los maridos, como conviene en el Señor. 19 Y vosotros, maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis duros con ellas. 20 Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que esto es grato al Señor. 21 Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, por que no se hagan pusilánimes. 22 Siervos, obedeced en todo a vuestros amos según la carne, no sirviendo al ojo como quien busca agradar a los hombres, sino con sencillez de corazón, por temor del Señor. 23 Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como obedeciendo al Señor y no a los hombres, 24 teniendo en cuenta que del Señor recibiréis por recompensa la herencia. Servid, pues, al Señor, Cristo. 25 El que hace injuria recibirá según la injuria que hiciere, que no hay en El acepción de personas.
San Pablo, en términos casi idénticos a como lo hace en Ef 5:22-6:9, aunque más brevemente, aborda el tema de los deberes particulares y recíprocos entre marido y mujer (v. 18-19), padres e hijos (v.20-21), amos y siervos (v.22-4:1), dándonos un bello cuadro de cómo concebía él la vida de una familia cristiana: sociedad basada en el amor, el respeto y la obediencia, y todo ello con base “en el Señor.”
Por lo que se refiere a los esposos (v. 18-19) son preceptos sencillos de la moral común, recomendando a las mujeres que obedezcan a sus maridos, y a los maridos que amen a sus mujeres y no sean duros con ellas. El Apóstol da por supuesto que en la familia hay una autoridad, y que esa autoridad es el marido (cf. 1Co 11:3). La fórmula “como conviene en el Señor” (v.19), da sentido cristiano a estos preceptos, elevándolos al plano de lo sobrenatural, que es como el cristiano debe realizar siempre sus acciones (cf. v.17).
Por lo que se refiere a padres e hijos (v.20-21), pide a los hijos obediencia, y a los padres, que no traspasen los límites del rigor paterno con severidades excesivas, que harían daño a una recta educación. Aunque dice a los hijos que obedezcan “en todo” (v.20), se supone que ha de ser “en el Señor” y, consiguientemente, que no se trata de cosas contra los derechos de Dios.
Tocante a amos y siervos (v.22-1Co 4:1), el Apóstol acepta en la práctica las condiciones sociales de el tiempo, pero les infunde un nuevo espíritu, que irá preparando gradualmente el cambio de costumbres e instituciones. Pide, si a los siervos que obedezcan en todo a sus amos, pero que lo hacen “por temor del Señor., como obedeciendo al Señor y no a los hombres, teniendo en cuenta que del Señor recibirán por recompensa la herencia” (v.22-23). Esta última expresión había de sonar a algo inaudito en el mundo de entonces, cuando el esclavo no tenía derecho a nada, ni siquiera a un mísero salario, pudiendo el amo disponer de él a su antojo. Para el cristianismo, en cambio, es hijo del mismo Padre que está en los cielos y tiene derecho a la “herencia” lo mismo que el hombre libre (cf. 3:11; Gal 3:28-29). Y aún añade más el Apóstol. Dice que el que hace injuria, sea esclavo o libre, para el caso es lo mismo, recibirá el correspondiente castigo, pues en Dios “no hay acepción de personas” (v.25). Ello le da pie para decir a los amos que no sólo traten a los siervos con “justicia,” cosa que en el derecho antiguo era quedarse muy corto, sino también con “equidad,” dándoles un trato realmente humano, de modo que hagan soportable su condición (Gal 4:1).
Fuente: Biblia Comentada
Si. Se prefiere la traducción «puesto que». habéis resucitado. El significado literal del verbo es «ser resucitados junto con». En virtud de su unión con Cristo, los creyentes pasaron en sentido espiritual por su muerte y resurrección en el momento de su conversión (vea las notas sobre Rom 6:3-4; Gál 2:20) y ahora están vivos en Él de tal manera que pueden entender verdades, realidades y bendiciones espirituales así como la voluntad de Dios. Esas bendiciones gloriosas (cp. Efe 1:3) son los privilegios y las riquezas del reino celestial, todo lo cual está a nuestra disposición. Pablo llamó esto «las cosas de arriba». Para entender en qué consisten, vea la nota sobre Col 2:3. sentado a la diestra de Dios. La posición suprema de honor y majestad (cp. Sal 110:1; Luc 22:69; Hch 2:33; Hch 5:31; Hch 7:56; Efe 1:20; Heb 1:3; Heb 8:1; 1Pe 3:22) que Cristo disfruta como el Hijo exaltado de Dios (vea la nota sobre Flp 2:9). Esa exaltación lo convierte en la fuente de bendición para su pueblo (Jua 14:13-14; cp. 2Co 1:20).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
3:1 Si, pues (lo que dice ahora se conecta con lo que acaba de decir, pues Pablo no dividió su carta en capítulos y versículos) , habéis resucitado con Cristo, — 2:12, cuando fuimos bautizados, resucitamos de la muerte espiritual. Al decir, «Si, pues», no indica duda, sino «puesto que» (como en 2:20 y en Flp 2:1). Compárese 2:20, «Si habéis muerto con Cristo». Estos son los dos aspectos del bautismo. Pablo dice que el bautismo es una sepultura, pero también enfatiza que es una resurrección. Rom 6:4. Al convertirse a Cristo el hombre muere a sus pecados y es sepultado, pero entonces resucita para andar en vida nueva. Les exhorta, pues, que lleven a cabo este propósito y que no vuelvan a someterse a los hombres. Al convertirse a Cristo el pecador muere a sus pecados y es sepultado, pero entonces resucita para andar en vida nueva (Rom 6:4).
— buscad (dedicarse a) las cosas de arriba, — Buscar las cosas de arriba (la verdadera religión de Cristo con su sana doctrina y promesas celestiales) en lugar de buscar los reglamentos de los hombres (2:8, 22) con respecto a la comida y bebida, etc. (2:16), las reglas ascéticas (2:20-23) y las obras de la carne (3:5-9; Galatians 5:19-2).
Pablo «no aboga por un orden ultramundano en que el cristiano se separe de toda obra o actividad y no haga nada sino, por decirlo así, contemplar la eternidad» (WB). El cristiano tiene deberes domésticos (3:18-20); tiene que trabajar (Efe 4:28; 1Ts 4:11); en fin, él vive en el mundo y Cristo dijo, «No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal» (Jua 17:15). Pero al considerar las actividades se debe tener la perspectiva correcta, la eterna. Véase 1Co 7:29-32. En toda actividad y en toda relación de la vida, es necesario recordar siempre que «el tiempo es corto», y es menester que las actividades y relaciones de esta vida no nos estorben espiritualmente. «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» (2Co 5:17). Ahora vemos las cosas desde otro punto de vista : Ahora es mejor dar que recibir, ahora es mejor servir que ser servido, es mejor perdonar que vengarse. El cristiano verá las cosas no como aparecen ante los hombres, sino como aparecen ante Dios. Su escala de valores será la escala de Dios, no la escala de los hombres (WB).
Pablo quiere que busquemos las cosas mencionadas en seguida (3:10 – 4:6) como también en Gál 5:22-23 y otros textos que describen la vida espiritual. Estas son «las cosas mejores, y que pertenecen a la salvación» (Heb 6:9), «las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad» (2Pe 1:3), las cosas del evangelio que les fue predicado por Epafras (1:7). «Las cosas de arriba son pues todos los bienes celestiales de que Cristo es para nosotros la fuente» (B-S). Buscar las cosas de arriba incluye todo esfuerzo hecho para agradar a Cristo. Dios «pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad » (Rom 2:7).
Al buscar las cosas de arriba, crecemos y avanzamos hacia la perfección (Flp 3:12-14) (AB).
«Examinaos a vosotros mismos», pues, para preguntar: ¿Cuál es el propósito principal de la vida? ¿De qué nos preocupamos? «Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia» (Mat 6:33). ¿Buscamos «la perla de gran precio» (Mat 13:45-46)? «Esta es una muy buena regla general: ‘Sea tan celoso por las cosas celestiales y eternas, como antes lo era por las cosas terrenales y perecederas’» (AC).
— donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. — 1:15-19; 2:9; Efe 1:20; Hch 2:33. «Donde está la Cabeza, allí tienen que estar los miembros» (JFB). «Juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús» (Efe 2:6). El es el Autor del evangelio, «el camino, la verdad y la vida». De El procede la vida espiritual y de los reglamentos humanos procede la muerte espiritual.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA VIDA DE LA RESURRECCIÓN
Colosenses 3:1-4
Así que, puesto que habéis resucitado con Cristo, poned el corazón en las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Ocupad vuestra mente con pensamientos que se concentren en las cosas de arriba en lugar de en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuandoquiera que Cristo aparezca, vosotros también apareceréis con Él en gloria. Porque Él es vuestra vida.
Lo que quiere resaltar Pablo es lo siguiente. En el Bautismo, el cristiano muere y resucita. Al cerrarse las aguas sobre su cabeza es como si se le enterrara; cuando sale del agua es como si resucitara a una nueva vida. Ahora bien: si es así, el cristiano debe surgir del Bautismo como una persona diferente. ¿Dónde está la diferencia? En el hecho de que a partir de ese momento los pensamientos del cristiano se centran en las cosas de arriba. Deja de estar obsesionado con las cosas triviales y pasajeras de la Tierra; está totalmente implicado en las realidades del Cielo.
Debemos captar exactamente lo que Pablo quiere decir con esto. Es seguro que no está proponiendo un otromundismo que haga que el cristiano se retire de las ocupaciones y responsabilidades de este mundo para no hacer otra cosa que meditar en la eternidad. Inmediatamente después de decir esto Pablo pasa a establecer una serie de principios éticos que dejan bien claro que espera que el cristiano continúe con su trabajo de este mundo y mantenga todas sus relaciones normales; pero con esta diferencia: desde ese momento el cristiano considerará todas las cosas sobre el trasfondo de la eternidad, y ya no vivirá como si este mundo fuera lo único que importara.
Esto no podrá por menos de darle una nueva escala de valores. Las cosas que el mundo considera importantes dejarán de obsesionarle. Las ambiciones que dominan el mundo serán incapaces de impactarle. Seguirá usando las cosas del mundo, pero las usará de una manera nueva. Por ejemplo: valorará el dar por encima del obtener; servir, por encima de dominar; perdonar, por encima de vengarse. El baremo del cristiano será el de Dios, no el de los hombres.
¿Y cómo se puede cumplir eso? La vida del cristiano está escondida con Cristo en Dios. Hay por lo menos dos referencias aquí.
(i) Ya hemos visto repetidamente que los cristianos originales veían el Bautismo como un morir y un resucitar. Cuando una persona moría y era sepultada, los griegos solían decir que estaba oculta en la tierra; sin embargo el cristiano había experimentado una muerte espiritual en el Bautismo, y no estaba escondido en la tierra, sino en Cristo. La experiencia de los cristianos originales era que el mismo acto del Bautismo revestía a la persona con Cristo.
(ii) Bien puede ser que haya aquí un juego de palabras que los griegos reconocerían en seguida. Los falsos maestros llamaban a sus libros de supuesta sabiduría apókryfoi, los libros que estaban escondidos para todos menos para los iniciados. Ahora bien, la palabra que Pablo usa aquí para decir que nuestras vidas están escondidas con Cristo en Dios es una parte del verbo apokryptein, del que procede el adjetivo apókryfos. Sin duda una palabra sugeriría la otra. Es como si Pablo dijera: «Para vosotros, los tesoros de la sabiduría están escondidos en vuestros libros secretos; pero para nosotros, Cristo es el tesoro de la sabiduría, y nosotros estamos escondidos en Él.»
Todavía hay aquí otro pensamiento más. La vida del cristiano está escondida con Cristo en Dios. Lo que está escondido está oculto; el mundo no puede descubrir el secreto del cristiano. Pero Pablo prosigue: «Llegará el día cuando Cristo vuelva en gloria; y entonces el cristiano al que nadie reconocía compartirá esa gloria y todo el mundo lo verá.» En cierto sentido Pablo está diciendo -y está diciendo una gran verdad- que algún día los veredictos de la eternidad darán la vuelta a los veredictos del tiempo, y los juicios de Dios darán la vuelta a los juicios de los hombres.
CRISTO, NUESTRA VIDA
Colosenses 3:1-4 (conclusión)
En el versículo 4 Pablo da a Cristo uno de los grandes títulos de la devoción: Cristo, nuestra vida. Aquí tenemos un pensamiento que le era muy querido al corazón de Pablo. Escribiendo a los Filipenses les decía: «Para mí, el vivir es Cristo» (Fil 1:21 ). Años antes, escribiendo a los Galátatas, les decía: » Ya no vivo yo, sino que es Cristo Quien vive en mí» (Gal 2:20 ). Según lo veía Pablo, lo más importante de la vida para el cristiano es Cristo; más aún: Él es su misma vida.
Este es el Everest de la devoción, que no podemos vislumbrar más que confusamente, ni expresar sino intermitente e imperfectamente. Algunas veces decimos de alguien: «Su vida es la música -o el deporte, o el trabajo…» Esa persona encuentra la vida y todo lo que quiere decir en esas cosas. Para el cristiano, Cristo es su vida.
Y aquí volvemos al principio de este pasaje: es precisamente por eso por lo que el cristiano centra su mente y su corazón en las cosas de arriba y no en las de este mundo. Lo juzga todo a la luz de la Cruz de Cristo, y a la luz del amor que Se entregó a Sí mismo por él. A la luz de la Cruz, la riqueza y las ambiciones y las actividades del mundo se aprecian en su justo valor; y al cristiano se le permite centrar todo su corazón en las cosas de arriba.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
CAPÍTULO 3
II NORMAS PARA LA VIDA DE LA COMUNIDAD CRISTIANA 3,1-4,6
En la primera parte de la carta, Pablo ha desplegado el misterio de Cristo, y evidentemente lo ha hecho en vista de la situación de la comunidad cristiana de Colosas, que está amenazada de una peligrosa herejía. En la segunda parte, da instrucciones prácticas para la vida cristiana de la comunidad, las cuales tienen el rango de normas apostólicas y son importantes para todos los tiempos de la Iglesia. Como muestra ya el primer versículo del capítulo tercero, hay que entender estas normas sobre todo como consecuencias del misterio del bautismo; porque los cristianos, desde el bautismo, tienen que considerar «que están muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús» (Rom 6:11).
Al principio de los fragmentos éticos de sus cartas, Pablo tiende a usar la conjunción «pues», y así lo hace también en Col 3:1 44. Esta conjunción, pues, repetida tan a menudo, nos dice que el Apóstol desea que sus advertencias apostólicas sean entendidas como las consecuencias prácticas de lo que antes se ha expuesto sobre el ser cristiano. El ser tiene que conducir a la acción.
……………
44.Cf. también Rom 6:12; Rom 13:12; Gal 5:1; Efe 6:14; 1Te 5:6; 2Te 2:15.
……………
1. BUSCAD LO DE ARRIBA (3/01-04).
1 Si, pues, habéis sido resucitados juntamente con Cristo, buscad lo de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios.
Para Pablo, el bautismo no es una piadosa ceremonia, sino un gran misterio y lo más importante que acontece en la vida del creyente (1Sa 2:11-13); porque en él muere el hombre viejo y es resucitado un hombre nuevo «juntamente con Cristo». Dado, pues, que esto sucede en el bautismo, la mirada interna del cristiano tiene que orientarse de nuevo: tiene que dirigirse resueltamente hacia «arriba»; porque allí está el nuevo centro donde convergen los deseos de la comunidad cristiana y de cada uno de los cristianos: Cristo, que desde su ascensión a los cielos está enaltecido a la derecha de Dios. El que busca a Cristo allí le encuentra.
2 Meditad lo de arriba, no lo de la tierra.
Una vez más recomienda el Apóstol encarecidamente la nueva dirección de la mirada, pero cambia la expresión; antes habló de una búsqueda, ahora habla de un «meditar» (pensar, juzgar). Todo juicio y pensamiento del cristiano debe orientarse al «cielo» (es decir, a nuestro Señor Jesucristo glorificado, en quien ya se ha renovado toda la creación), no a las cosas terrenas. Esto significa, sin duda una radical transmutación de todos los valores y exige del cristiano un desprendimiento creciente de las cosas terrenas. Pero esto no quiere decir que el cristiano pueda descuidar sus obligaciones y tareas terrenas (cf. también 1Te 4:11 s), pero no debe extraviarse en ellas, como si tuvieran un valor definitivo y supremo. El cristiano cumple sus obligaciones terrenas dirigiendo sin ruido su mirada a Cristo, su Señor y su esperanza…
3 Habéis muerto, y vuestra vida está oculta, juntamente con Cristo, en Dios.
Pablo apoya su exigencia precedente de dirigir resueltamente la mirada hacia arriba, en la indicación de que ya hemos «muerto» en el bautismo (cf. 2,12). Pero también se nos ha dado en él la nueva vida, la participación en la vida de Cristo resucitado (2,13), que ahora está sentado en el trono de la gloria celestial. Esta vida se sustrae por ahora a la mirada terrena, como el Señor glorificado, está «oculta, juntamente con Cristo, en Dios».
Con estas palabras, el Apóstol no quiere decir que el cristiano tenga una doble existencia, una impropia en la tierra y otra propia en el cielo. Lo que se sustrae a la mirada terrena es la misteriosa conexión vital del bautizado con Cristo, manantial de su vida oculta: porque ésta es el mismo Cristo (3,4). El cristiano vive del misterio que se llama Cristo. Por eso, su mirada también tiene que estar dirigida a él.
4 Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces también vosotros seréis manifestados juntamente con él, en gloria.
Cristo se manifestará al fin del mundo. Entonces saldrá de su retiro celestial y se mostrará como el verdadero Señor del mundo, con miras al cual todas las cosas fueron creadas (1,16), y en quien están «recapituladas» todas las cosas de los cielos y de la tierra (Efe 1:10). Aquél será el momento en que también cesará de ser invisible y oculta la «vida», de la que Dios nos ha hecho donación en el bautismo. Esta vida aparecerá gloriosa, y entonces también abarcará el cuerpo, para reproducir en nosotros «la imagen de su Hijo» (Rom 8:29).
Así es cómo el Apóstol indica a los colosenses el último fin de su vida y de la historia, antes de empezar la parte propiamente exhortativa. Esta nueva orientación de los pensamientos de sus lectores hacia lo que para e] cristiano es lo verdadero por antonomasia, influye como un motivo muy poderoso en la acción. El misterio de Cristo en la vida del cristiano debe darle la fuerza más intensa para caminar según se merece también este misterio. El Apóstol le muestra lo que significa prácticamente «no meditar lo de la tierra».
2. DESPOJAOS DEL HOMBRE VIEJO (3/05-09).
5 Haced morir, pues, los miembros que están sobre la tierra: lujuria, impureza, pasión, deseo malo, y la sed de lucro, que es una idolatría.
Con estas palabras, el Apóstol muestra qué entiende por sentimientos terrenos. No es el amor que se maravilla y da gracias por la creación y sus dones -este amor se puede unir sin ningún reparo con los sentimientos «celestiales»-, antes bien es la entrega a las pecaminosas concupiscencias de la carne, de las que Pablo nombra una serie, entre ellas la corrupción sexual. El cristiano debe «hacer morir» estas concupiscencias, porque son inconciliables con la nueva vida en Cristo. «No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que cedáis a sus malos deseos, ni ofrezcáis más vuestros miembros como armas de iniquidad al servicio del pecado, sino consagraos a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida…» (Rom 6:12 s).
Pablo hace resaltar especialmente la codicia, el molesto deseo de tener más, que nunca está satisfecho, sino que busca ansiosamente y sin cesar nuevas y todavía mayores ganancias, que sobrepasan con mucho las necesidades de la vida. Esto va en contra del Evangelio 45, es una idolatría, porque a las cosas terrenas, al dinero y a los bienes, se les dedica una entrega y una adoración que sólo corresponden a Dios. Jesús dice: «Guardaos muy bien de toda avidez» (Luc 12:15).
6 Por estas cosas viene la ira de Dios.
La ira de Dios se manifestará en su juicio. Jesús quiere liberar a los suyos del venidero juicio de la ira de Dios (1Te 1:10); no obstante, su ira descarga infaliblemente sobre los hijos de la rebeldía; nadie se engañe a sí mismo o engañe a otros sobre este particular (Efe 5:6).
7 En tales cosas andabais vosotros también en otro tiempo, cuando vivíais en ellas.
Pablo, como judío, juzga con mucha severidad la vida de los paganos de aquel tiempo (cf. Rom 1:18-32); sobre todo ve su inmoralidad y corrupción. A los colosenses también les recuerda su tiempo pasado en el paganismo. El cristiano no cierra los ojos ante su tiempo pasado; no elimina ni encubre los pecados que ha cometido sino, que con gratitud, se acuerda de la gran bondad y misericordia de Dios, que de la muerte del pecado les ha hecho venir a su vida y a su luz (Rom 1:21 s; Rom 2:13; Efe 2:1.5).
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45.Cf. las imprecaciones de Jesús contra los ricos en Luc 6:24-26.
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8 Pero ahora dejad a un lado también vosotros todas esas cosas: ira, animosidad, malignidad, injurias, groseras salidas de vuestra boca.
«Ahora» todo tiene que cambiarse. Porque «ahora» ha sido manifestado a los colosenses (Luc 1:26 s) el gran «misterio de Cristo» (Luc 4:3), «ahora» Cristo los ha reconciliado con Dios mediante su muerte en la cruz (Luc 1:22) Por eso han de quitarse de encima, ya «ahora» todos los vicios de su tiempo pasado. El Apóstol cita de nuevo una serie de vicios, en los cuales se patentiza especialmente el carácter adverso a Dios. Estos vicios, sobre todo, son graves transgresiones del amor al prójimo, entre las cuales hay que contar también las injurias. Los labios del cristiano están destinados a glorificar a Dios y a bendecir al prójimo (Luc 3:16; Rom 12:14). Con la lengua «bendecimos al que es Señor y Padre y con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios. De la misma boca salen bendición y maldición. Esto, hermanos míos, no debe ser así» (Stg 3:9 s).
9 No os mintáis unos a otros, después de haberos despojado del hombre viejo con sus acciones, …
El Apóstol hace ahora especial mención de la mentira, que no debe decirse entre los cristianos. La mendacidad es censurada con especial severidad en toda la Biblia. «Abomina el Señor los labios mentirosos» ( Pro 12:22). «La boca mentirosa da muerte al alma» (Sab 1:11). Cuando el diablo «profiere la mentira, habla de lo suyo propio, porque es mentiroso y padre de la mentira» (Jua 8:44).
La mentira caracteriza, especialmente, al «hombre viejo», del que los colosenses se han despojado con todas sus «acciones» en el bautismo. El cristiano debe ser un amigo de la verdad. La mendacidad es un signo de la perdición interior.
3. REVESTIOS DEL HOMBRE NUEVO (3/10-11)
10 … y de haberos revestido del hombre nuevo, que se va renovando con miras al conocimiento profundo, según la imagen del que la creó.
BAU/VESTIDO: En el bautismo, el cristiano se ha despojado del hombre viejo y se ha revestido del nuevo. Cuando en el tiempo pretérito el hombre era pagano, llevaba el vestido del viejo y pecaminoso Adán, pero ahora, como cristiano, lleva el vestido del nuevo Adán, que es Cristo. La blanca vestidura del bautismo es el símbolo que representa este cambio.
Adán fue creado un día a imagen de Dios (Gen 1:26), pero su semejanza de Dios fue ofuscada por la caída en el pecado. Ahora está renovada en Cristo, la imagen de Dios por antonomasia (Col 1:159, aunque permanezca oculta a los sentidos externos hasta la resurrección de entre los muertos. «Como hemos llevado la imagen del hombre terreno, llevaremos también la imagen del celestial» (/1Co/15/49) 46
La renovación de la semejanza con Dios en el bautismo trae consigo un nuevo conocimiento, que es en primer lugar el claro conocimiento de lo bueno y lo malo, que faltaba al hombre viejo, de tal forma que el cristiano puede conocer la voluntad de Dios de un modo muy distinto que el viejo hombre pagano (cf. 1,9; 4,12). Además, el hombre nuevo posee el conocimiento del gran misterio que el Apóstol formula así en el versículo siguiente: «Cristo lo es todo en todos». El bautizado puede reconocer a sus hermanos en los otros hombres, lo cual no podían hacer Caín ni su descendencia (cf. Gen 4:24). Así, el bautismo establece la condición para que surja la nueva humanidad en un nuevo mundo.
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46.Cf. también Rom 18:29; 2Co 3:18; Flp 3:21.
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11 Aquí no hay ya griego ni judío; circuncisión ni incircuncisión; bárbaro, escita, esclavo, libre; sino que Cristo lo es todo en todos.
Entre los hombres hay diferencias y se hacen discriminaciones en el aspecto religioso, popular y social. En la antigüedad, sucedía lo mismo que actualmente. El judío conocía al único Dios verdadero, el gentil conocía a muchos dioses. Esto levantaba entre ellos un «muro medianero de la separación» (Efe 2:14), que conducía a la «enemistad» religiosa. Por otra parte, el griego miraba con desprecio al «bárbaro» que desconocía la lengua y la formación griegas. La sociedad humana se dividía en libres y esclavos. Pero en el bautismo «todos nosotros judíos y griegos, esclavos y libres, fuimos bautizados en un solo Espíritu para formar un solo cuerpo» (1Co 12:13). «Todos los que fuisteis bautizados en Cristo, os habéis revestido de Cristo. Ya no hay judío ni griego; ya no hay esclavo ni libre; ya no hay varón ni hembra, pues todos vosotros sois uno en Cristo Jesús» (Gal 3:27 s), a saber, aquel «solo hombre nuevo» que Cristo forma en el bautismo (Efe 2:15).
Cristo, como el nuevo y ultimo Adán, supera todas las diferencias que caracterizan el viejo mundo, y restablece en los hombres la original semejanza de Dios. En la comunidad cristiana están reunidos los que se han revestido del hombre nuevo, en el que las viejas diferencias y discriminaciones vienen a ser ilusorias. La Iglesia invita a todos los hombres, cualquiera que sea el Estado y la nación a que pertenezcan, a entrar en el reino de Dios. En los actos de culto de la Iglesia ya se hace patente esta nueva solidaridad de los hombres y de las naciones; porque en dichos actos todos tienen el mismo «acceso al Padres (Efe 2:18). Así aparece ya claramente en la Iglesia el mundo venidero, en el que todos los hombres serán hermanos. La proclamación, en alta voz, de la unidad de todos los hombres y naciones en Cristo, forma parte de las tareas especiales del cristianismo en nuestros días.
4. CARACTERÍSTICAS DEL HOMBRE NUEVO (3/12-16).
Pablo delinea a continuación las características esenciales del hombre nuevo, que el bautizado debe realizar en su vida. Son las características del hombre bueno.
a) Misericordia y bondad (Efe 3:12).
12 Revestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, de humildad, de comprensión, de paciencia.
La gran fraternidad de los hombres formada y urgida en Cristo, exige también del cristiano una actitud enteramente nueva con respecto a sus prójimos, la cual se opone radicalmente a la actitud antes descrita (Efe 3:8). Los cristianos son «escogidos de Dios, santos y amados»: «escogidos» mediante la vocación de Dios al Evangelio, «santos» por ser miembros del pueblo de Dios, «amados» por estar redimidos con la sangre de Cristo. Por esto, deben revestirse de misericordia entrañable con todos los que sufren en el mundo, de bondad que entienda y perdone, de humildad que acepte a los demás, de comprensión que sepa escuchar, de paciencia que sepa aguardar con resignación y deje madurar lo inmaduro.
Tras estas exigencias del Apóstol está la imagen del hombre nuevo, tal como se patentizó de una manera nunca igualada en Jesús de Nazaret.
b) Dispuestos a perdonar (Efe 3:13).
13 Soportaos mutuamente y perdonaos, si uno tiene una queja contra otro: como el mismo Señor os perdonó, así también vosotros.
Cada hombre tiene sus peculiaridades, unas agradables y otras desagradables. Una persona puede crispar los nervios a otra. A menudo nuestro juicio se guía por la simpatía o por la antipatía. Pero Pablo tiene la suficiente audacia de exhortarnos a que nos soportemos unos a otros, lo cual significa soportar al prójimo en sus peculiaridades desagradables y superar una y otra vez la antipatía. Esto, sobre todo, tiene validez cuando los hombres viven en estrecha solidaridad, como, por ejemplo, en el matrimonio. «Todos nosotros fallamos con frecuencia» (/St/03/02), particularmente con relación al prójimo. Por eso, el Apóstol pide a los cristianos que estén dispuestos a perdonar, y también Jesús les ha mandado: «Y si peca contra ti siete veces al día, y siete veces vuelve a ti para decirte: «Me arrepiento», los has de perdonar» (/Lc/17/04) 47. Como motivo y modelo de esta disposición para perdonar recuerda Pablo la actitud del Señor, que también nos ha perdonado por medio de Cristo (cf. 2,13; Efe 4:32). La manera de proceder de Dios facilita y reclama nuestro perdón. La indulgencia de Dios es modelo para los fieles.
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47.Cf. también Mat 6:14 s; Mar 11:25; Luc 11:4 (la oración del padrenuestro)
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c) Amor y paz (Luc 3:14-15a).
14 Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es vinculo de la perfección.
«Y por encima de todo» lo que Pablo acaba de nombrar, debe sobrevenir, como corona, el amor. De él tienen que fluir todas las acciones que antes se nombraron. En el amor todas las virtudes se enlazan a la perfección. Si todos y cada uno de los cristianos aspiran al amor, el cuerpo de Cristo, o sea la Iglesia, «obtiene el crecimiento de Dios» (Luc 2:19). El Apóstol, mediante su instrucción, quiere «presentar a todo hombre perfecto» (1,28; 4,12), y esto no significa, a la luz de 3,14, otra cosa que conseguir que todos se gobiernen por el amor. Así se perfecciona el hombre bueno.
15a Y que la paz de Cristo ponga orden como árbitro en vuestros corazones, a la cual también fuisteis llamados en un solo cuerpo.
La paz de Cristo no es la paz del «mundo» (Jua 14:27). La paz de Cristo se basa en la reconciliación y el amor (Col 1:20), y el lugar donde brota la fuente de esta paz es el corazón de Dios y de Cristo. Esta paz debe gobernar también los corazones de los cristianos. A ella están todos llamados, porque todos los bautizados juntos forman una santa sociedad, el «cuerpo de Cristo», que está colmado por Cristo (Col 1:18; Col 2:9 s; Efe 1:22 s). En esta sociedad no puede haber lucha ni contienda. Solamente entonces podrá mantenerse erguida la Iglesia como la gran y fidedigna señal de Dios en el mundo. Especialmente hoy día, la Iglesia tiene que llegar a ser conocida por los hombres y los pueblos como baluarte de la paz y llamamiento en favor de la paz. El Evangelio es el gran mensaje de paz de Dios al mundo (Efe 2:13-17).
d) Acción de gracias (Efe 3:15b).
15b Y celebrad la acción de gracias.
ésta es una advertencia concisa, pero rica en contenido. El cristiano es un hombre que da gracias (Efe 1:3.12; Efe 2:7; Efe 5:20), en primer lugar, a Dios por la salvación que le ha otorgado, en segundo lugar a sus prójimos por todo el amor experimentado y por toda la ayuda prestada. El desagradecido no es capaz de sentir solidaridad. En cambio, la gratitud facilita una bienaventurada reciprocidad en el dar y recibir, que dura eternamente. Uno de los leprosos curados glorificó «a Dios a grandes voces, postróse a los pies de Jesús, rostro en tierra, para darle las gracias» (Luc 17:15 s). La acción de gracias a Dios se efectúa especialmente alabando a Dios en voz alta (Luc 3:16c).
e) La vida espiritual del cristiano (Luc 3:16).
Con palabras concisas, en este versículo, nombra el Apóstol tres cosas, que deben integrar de un modo especial la vida espiritual del hombre nuevo. Casi se tiene la impresión de que en estas palabras se contienen ciertas alusiones a la liturgia comunitaria en tiempo del Apóstol.
16a La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza.
Para Pablo, la palabra de Cristo es «al mismo tiempo la palabra que dice el Apóstol». «También nosotros continuamente demos gracias al Señor, porque, habiendo recibido la palabra de Dios, predicada por nosotros, la acogisteis no como palabra humana, sino -como es en realidad- como palabra de Dios, que ejerce su acción en vosotros, los creyentes» (1Te 2:13). Esta palabra de Cristo, presentada por el Apóstol, es un tesoro de gran valor que le ha sido confiado y se identifica con la «palabra verdadera» y con el «Evangelio», que llegó hasta los colosenses (1,5).
No es una palabra pasajera, sino llamada a permanecer, y debe «habitar en toda su riqueza» y para siempre en los corazones de los colosenses y de todos los cristianos para fructificar y crecer (1,6).
La palabra de Dios llega a la comunidad cristiana sobre todo en el culto divino. En él se propone y expone siempre la palabra de Dios, para darla a conocer y para que fructifique en la vida cotidiana. La palabra de Dios tiene que escucharse con profundo respeto y con agradecimiento, para que pueda «habitar» en nosotros.
16b Enseñaos y exhortaos mutuamente con toda sabiduría.
La palabra del hereje también quiere pasar por palabra de sabiduría (2,2;3) 49. Pablo se refiere a otra sabiduría, que es un fruto de la palabra de Cristo. El que escucha en la forma debida la palabra de Cristo, adquiere aquella sabiduría que le capacita para «enseñar» y «exhortar» en la forma debida a su prójimo. «Mas la sabiduría de arriba, es, ante todo, pura; luego, pacífica, moderada, indulgente, llena de misericordia y de buenos frutos, imparcial, sincera» (Stg 3:17). Así tiene que ser la asistencia recíproca entre los cristianos.
16c Cantad en vuestros corazones a Dios, con gratitud, salmos, himnos y cánticos espirituales.
Los cantos espirituales de la comunidad cristiana son expresión de su gratitud a Dios, por quien ha obsequiado con la salvación (cf. también Efe 5:19). Seguramente Pablo piensa en la asamblea litúrgica de la comunidad, y en los cánticos e himnos, que allí se cantan. Son «cánticos espirituales», porque el mismo Espíritu Santo actúa en ellos y llena a los presentes con su gracia. En último término es la santa liturgia obra del Espíritu Santo en la Iglesia. De este modo, en la ejecución del canto, se forma la atmósfera santa y sobria que caracteriza los actos del culto cristiano, y los distingue de las fiestas mundanas.
Mediante los cantos espirituales se edifica la comunidad y se manifiesta como santa. De este modo, el culto divino se convierte para la comunidad en una fuente de fuerza con que pueda sobreponerse a las dificultades de la vida cotidiana.
La comunidad que canta, ya es la alborozada esposa del Cordero: «Y oí como clamor de numerosa multitud, como estruendo de muchas aguas y como el estampido de poderosos truenos, que decía: ¡Aleluya!, porque ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios todopoderoso. Alegrémonos, y regocijémonos, y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparados (Rev 19:6 s).
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45.Cf. también Stg 3:15 s.
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5. TODO EN NOMBRE DEL SEÑOR Y DANDO GRACIAS A DIOS (3/17).
17a Y todo lo que hagáis de palabra o de obra, hacedlo en nombre del Señor Jesús,…
«Todo lo que hagáis» se refiere al contenido de las exhortaciones precedentes y seguramente también a todo lo que no se ha dicho expresamente. Todas las palabras u obras del cristiano se deben decir o realizar, así lo encarece el Apóstol resumiendo, en nombre del Señor Jesús. Nada puede exceptuarse, ni siquiera la actividad mundana del cristiano. Porque Jesucristo no es solamente el Señor de la comunidad, sino de toda la creación. Mediante la referencia a su nombre, del que hace profesión la comunidad cristiana, todo va dirigido a aquel «por medio del cual y con miras al cual fueron creadas todas las cosas» (Stg 1:16). De este modo, todas las cosas son santificadas y puestas bajo su dominio.
17b … dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Pablo ha exhortado ya repetidas veces a dar gracias. Sin embargo, aquí hay algo más que una repetición. Ahora se dice claramente que todas las gracias al Padre deben darse «por medio de él», por medio de Cristo, por medio del cual todas las cosas han sido creadas y redimidas, en cuyo nombre debe hacerse todo. Así se origina por medio de Cristo, entre Dios y la comunidad cristiana, una extensa relación de gratitud, en la cual la comunidad llega a conocer a Dios como «Padre», al que está vinculada en Cristo con una solidaridad eterna. En la acción de gracias «por medio de Cristo» la comunidad con espíritu de adoración se mueve hacia el Padre. Es el movimiento básico del cristianismo en general. La comunidad experimenta este movimiento siempre que se reúne para la acción de gracias por excelencia, para la celebración de la eucaristía.
6. OBLIGACIONES DOMéSTICAS (3/18-04/01).
Las obligaciones domésticas, que aparecen muchas veces en el Nuevo Testamento 50, quieren poner en orden las obligaciones sociales de los distintos estados, especialmente para la vida cotidiana. Aunque esta lista de obligaciones resulte hoy anticuada en lo que se refiere a los esclavos, sin embargo, la exhortación apostólica al cumplimiento fiel de las obligaciones cotidianas, sigue siendo válida incluso para nuestro tiempo.
……………
50. Además de ,1, cf. ,9; 1Ti 2:8-15; 1Ti 5:3-8; 1Ti 6:1 s; Tit 2:1-10; ,12.
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a) Las esposas (1Pe 3:18).
18 Esposas, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Los moralistas paganos de la antigüedad también daban instrucciones semejantes, pero en la exhortación del Apóstol se da una importante diferencia por medio de la adición «como conviene en el Señor». Las palabras en el Señor nos hacen una indicación de mucha importancia. Los esposos cristianos por razón del bautismo «en Cristo», que también es su soberano, legislador y juez, están también por encima de sus relaciones en el matrimonio. El cristiano mira en todo cuál es la voluntad de su Maestro, y la cumple con alegría.
b) Los maridos (1Pe 3:19).
19 Maridos, amad a vuestras esposas, y no os mostréis malhumorados con ellas.
Debido a que el esposo es exhortado por el Apóstol a que ame a su esposa, se pone en claro que no se ha de entender como una esclavitud la sumisión que ha de tener la esposa a su marido (1Pe 3:18). El marido debe corresponder a la humildad de su mujer con amor. La acritud con la esposa en pensamientos, palabras u obras serían falta de amor. En Efe 5:21-33, Pablo expone más extensamente de qué índole debe ser el amor matrimonial. Este amor tiene su modelo en Cristo, que se ha entregado por la Iglesia, su esposa.
c) Los hijos (Efe 3:20).
20 Hijos, obedeced a los padres en todo, pues esto es grato al Señor.
Nada se exceptúa de la obediencia a los padres, y la obediencia de los hijos tanto vale respecto al padre como respecto a la madre. Esto es grato al Señor. Pablo debió pensar en el cuarto mandamiento de la ley de Dios.
d) Los padres (Efe 3:21).
21 Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.
El Apóstol limita la autoridad paterna, que en la antigüedad era bastante ilimitada, dando el importante precepto de que no exasperen a sus hijos en sus sentimientos. La verdadera educación siempre apela a lo bueno que hay en el hombre y no hace perder al hijo la confianza en sí mismo con una severidad excesiva. Al hijo le ha de ser posible obedecer con libertad de corazón.
Toda esta exhortación sobre la vida familiar permite ver claramente el concepto que el Apóstol tiene de la familia. Para Pablo la familia es la sociedad formada por el marido y la mujer juntamente con sus hijos, es la sociedad que se basa en el amor, el respeto y la obediencia, y que vive en la presencia de Dios. Esta es la mejor herencia del judaísmo que trajo Pablo a la Iglesia.
e) Los esclavos (Efe 3:22-25).
22 Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos según la carne, no con un servicio hecho para ser vistos, como quien agrada a los hombres, sino con sencillez de corazón, por el temor del Señor. 23 Lo que hagáis, hacedlo con toda el alma, como para el Señor, y no para los hombres, 24 seguros de que recibiréis del Señor la retribución de la herencia. Es a Cristo, el Señor, a quien servís. 25 Pero el que cometa injusticia recibirá conforme al daño que hizo. No hay acepción de personas.
Quien se atreve a hablar a los esclavos de la manera como aquí lo hace Pablo, solamente puede hacerlo porque está convencido de tres cosas: que en Dios no hay acepción de personas, que hay una eterna recompensa y que todos somos hermanos en Cristo (Efe 3:11). Pablo no exigió la supresión de la esclavitud, pero escribió a FiIemón que al esclavo Onésimo, que se había evadido, no lo considerara «ya como esclavo, sino mucho más que esclavo: como hermano muy querido, especialmente para mí, y cuanto más para ti, tanto en lo humano como en el Señor» (/Flm/16). Tales expresiones tienen consecuencias, que tuvieron que conducir a la supresión de la esclavitud en los pueblos que se convirtieron al cristianismo.
Fuente: El Nuevo Testamento y su Mensaje
Col 2:12; Efe 2:5-6; Mat 6:20-23; Efe 1:20, (ver Sal 110:1; Heb 1:13).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— junto a Dios. Lit. a la derecha de Dios. Ver nota a Efe 1:20.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Buscad Las Cosas de Arriba
Este corto párrafo ocupa una importante posición pivotante en la carta (cf. 2:6, 7). Conteniendo tanto declaraciones como alicientes, el mismo concluye la sección donde Pablo ataca a la “filosofía” de los falsos maestros y ofrece la verdadera alternativa a la falsa enseñanza. El pasaje unifica temas mencionados previamente (2:11-13, 20) y provee la base teológica para las palabras de aliento que siguen.
1, 2 Como la contraparte positiva de 2:20, aquí se afirma que los colosenses han resucitado con Cristo. Ya participan de su vida resucitada, y así sus vidas han de ser diferentes. Sus intereses deben estar enfocados en Cristo; sus mentes, sus deseos, ambiciones y en realidad toda su perspectiva completa, han de estar centrados en el reino celestial donde él gobierna y a donde pertenecen definitivamente sus vidas. Para ello se requiere de un esfuerzo continuo (lit. “continuad fijando vuestra mente/corazón”) porque tal concentración no viene automáticamente. El hombre (o la mujer) piadoso examinará regularmente si sus ambiciones y estilo de vida son consecuentes con el objetivo final al cual Dios le ha llamado, en este caso los cielos mismos donde él gobierna. Este dominio superior ha de ser buscado diligentemente (y en contraste con cualquier otra búsqueda de experiencias celestiales por los promotores de la “filosofía” colosense) porque allí es donde Cristo está sentado como Rey en el lugar de honor. (En relación con la ascensión de Cristo a la diestra de Dios ver Hech. 2:33-35; Rom. 8:34; Ef. 1:20.)
3 La base para la apelación de Pablo de ocupar la mente en las cosas de arriba (v. 2) es doble. Primero, han muerto a ese viejo orden con sus poderes espirituales (2:20): sus disciplinas de autonegación y reglas esclavizantes, sus experiencias místicas e inútil adoración centrada en ellos mismos; y, segundo, su nueva vida está escondida con Cristo en Dios. Con Cristo porque están unidos con él en su muerte y resurrección, y en Dios porque Cristo mismo tiene su ser “en Dios” y aquellos que pertenecen a Cristo tienen su ser allí también. Centrado en Dios significa que su vida escondida es segura y nadie puede tocarla allí. 4 Su nueva vida en Cristo no es visible para otros y, en alguna medida, está escondida de ellos mismos. Esta vida será plenamente evidente sólo cuando Cristo, que es esta vida, aparezca en su segunda venida. Verda deramente el día de la manifestación del Hijo de Dios será también el día de la manifestación de los hijos e hijas de Dios. Esta manifestación tendrá lugar en gloria porque implicará el compartir la se mejanza de Cristo y la recepción de un cuerpo resucitado y glorioso.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
3.1ss En el capítulo 2, Pablo expone las razones erróneas para la auto negación. En el capítulo 3, explica la verdadera conducta cristiana: revestirse con la nueva naturaleza, aceptando a Cristo, y dejando morir la antigua naturaleza. Cambiamos nuestra conducta moral y ética al dejar que Cristo viva en nosotros, de modo que pueda moldearnos hacia lo que debemos ser.3.1, 2 «Buscar las cosas de arriba» significa luchar por poner las prioridades celestiales en la práctica diaria. «Buscar las cosas de arriba» significa preferir lo eternal antes que lo temporal. Véanse Phi 4:9 y Col 3:15 para más detalles acerca de las leyes de Cristo en nuestra mente y corazón.3.2, 3 «Porque habéis muerto» significa que nuestro deseo por este mundo debería ser como el de una persona muerta: insignificante. El verdadero hogar de los cristianos es donde Cristo vive (Joh 14:2-3). Esta verdad nos da una perspectiva diferente en nuestras vidas aquí en la tierra. «Poner la mira en las cosas de arriba» significa mirar la vida desde la perspectiva de Dios y hacer lo que a El le agrada. Este es el antídoto para el materialismo. Obtenemos la perspectiva apropiada de los bienes materiales cuando los vemos de la misma manera en que Dios los ve. Cuanto más consideremos al mundo a nuestro alrededor de la manera en que Dios lo hace, tanto más viviremos en armonía con El. No debemos apegarnos demasiado a aquello que es solo temporal.3.3 ¿Qué significa que la vida del creyente está «escondida con Cristo en Dios»? Escondida significa oculta y segura. No es sólo un deseo futuro sino un factor ya consumado. Nuestro servicio y conducta no ganan nuestra salvación, pero son consecuencia de ella. Esté tranquilo que su salvación es segura y viva cada día para Cristo.3.4 Cristo nos da poder para ayudarnos a vivir por El ahora, y nos da esperanza para el futuro: El vendrá otra vez. En lo que queda de este capítulo, Pablo explica cómo deberían vivir los cristianos ahora a fin de estar preparados para el regreso de Cristo.3.5 Debiéramos considerarnos muertos e insensibles a la fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia. Así como las ramas enfermas de un árbol, estas prácticas deben ser cortadas antes de que nos destruyan. Debemos hacer cada día una decisión concienzuda para quitar cualquier cosa que sostenga o alimente estos deseos y depender del poder del Espíritu Santo.3.6 «La ira de Dios» se refiere al juicio divino por esta conducta, que terminará con el castigo de la maldad. Cuando sea tentado a pecar recuerde, un día deberá estar frente a Dios.3.8-10 Debemos quitar de nosotros toda práctica de maldad e inmoralidad. Luego podremos encomendarnos a nosotros mismos lo que Cristo enseña. Pablo apelaba al compromiso hecho por los creyentes y los instaba a permanecer fieles a su confesión de fe. Debían despojarse de la vieja vida y revestirse de la nueva forma de vivir que Cristo les daba y dejarse guiar por el Espíritu Santo. Si ha establecido tal compromiso, ¿se mantiene usted fiel a El?3.9 Mentir los unos a los otros interrumpe la unidad y destruye la confianza. Echa abajo las relaciones y puede conducir a serios conflictos en una iglesia. Por eso no exagere ni haga correr un rumor o chisme, o diga algo para edificar su propia imagen. Comprométase a decir la verdad.3.10 ¿Qué significa «revestido del nuevo»? Significa que su conducta debería estar acorde con su fe. Si usted es cristiano debería actuar en forma coherente. Ser cristiano es más que hacer buenas decisiones y tener buenas intenciones, significa tomar el camino correcto. Este es un paso sencillo, tan simple como ponerse su ropa.3.10 El cristiano está en un programa de educación continua. Cuanto más conocemos de Cristo y de su obra, mayor será el cambio en nuestras vidas para ser semejantes a El. Ya que este proceso es de por vida, nunca deberíamos dejar de aprender y obedecer. No hay justificación para quedarse atrás, sino más bien, una motivación para enriquecernos al crecer en El. Esto requiere práctica, revisión, paciencia y concentración para mantenernos en concordancia con su voluntad.3.11 La iglesia cristiana no debería tener barreras de nacionalidad, raza, educación, nivel social, riqueza, sexo y poder. Cristo derribó todas las barreras y acepta a toda persona que viene a El. Nada debiera impedir que hablemos de Cristo o que aceptemos a alguien en nuestra comunidad (Eph 2:14-15). Los cristianos deberían abocarse a la tarea de construir puentes y no muros.3.12-17 Pablo nos ofrece una estrategia para ayudarnos a vivir para Dios cada día: (1) imitar el espíritu perdonador y misericordioso de Cristo (3.12, 13); (2) dejar que el amor guíe nuestra vida (3.14); (3) permitir que la paz de Cristo gobierne nuestro corazón (3.15); (4) ser siempre agradecidos (3.15); (5) tomar en cuenta la Palabra de Dios siempre (3.16); (6) vivir como representantes de Cristo (3.17).3.13 La clave para perdonar a otros es recordar lo mucho que Dios nos perdonó. ¿Le es difícil perdonar a alguien que se ha equivocado un poco, cuando Dios le ha perdonado tanto? Pensar en el perdón y el amor infinito de Dios puede ayudarnos a amar y perdonar a otros.3.14 Todas las virtudes que Pablo nos anima a desarrollar se vinculan perfectamente entre sí por amor. En la medida que nos revestimos de ellas, la última prenda que debemos ponernos es el amor, el cual mantiene a todas las demás en su lugar. Practicar una lista de virtudes sin practicar el amor, nos puede conducir a una distorsión, fragmentación y estancamiento (1Co 13:3).3.14, 15 Los cristianos debieran vivir en perfecta armonía. Esto no significa que no deban existir opiniones distintas sino que los cristianos debieran trabajar juntos en amor, más allá de sus diferencias. Dicho amor no es un sentimiento sino una decisión de satisfacer las necesidades de los otros (véase 1 Corintios 13). Esto conduce a la paz entre los individuos y entre los miembros del cuerpo de creyentes. Los conflictos en su relación con otros cristianos, ¿motivan conflictos públicos o silencio mutuo? Considere qué puede hacer para sanar dichas relaciones en amor.3.15 La palabra gobernar proviene del lenguaje que emplean los atletas. Pablo nos dice que debemos dejar que la paz de Cristo sea el árbitro en nuestros corazones. Nuestros corazones son el centro de conflicto porque allí nuestros sentimientos y deseos se oponen: nuestros temores y esperanzas, nuestro recelo y confianza, nuestro celo y amor. ¿Cómo podemos enfrentar estos conflictos constantes y vivir en la forma que Dios quiere? Pablo explica que debemos decidir entre elementos conflictivos en base a la paz: ¿qué elección promoverá paz en nuestras almas y en nuestras iglesias? Para más detalles acerca de la paz de Cristo, véase Phi 4:9.3.16 Aunque los cristianos primitivos tuvieron acceso al Antiguo Testamento y lo usaron con libertad, no tenían a su alcance el Nuevo Testamento ni ningún otro libro cristiano para estudiar. Sus historias y enseñanzas acerca de Cristo fueron memorizadas y transmitidas de persona a persona. Algunas veces se le puso música, por lo que esta vino a ser una parte importante en la adoración y educación cristianas.3.17 «Hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús» significa dar honor a Cristo en cada aspecto y actividad de nuestro diario vivir. Como cristiano, usted representa a Cristo siempre: dondequiera que vaya o en lo que diga. ¿Qué impresión tiene la gente de Cristo cuando lo ven o hablan con usted?3.18-4.1 Pablo describe tres relaciones: (1) esposos y esposas, (2) padres e hijos, y (3) amos y siervos. En cada caso hay responsabilidad mutua para someterse y amar, para obedecer y estimular, para trabajar arduamente y ser justo. Examine la relación que existe en su familia y en su trabajo. ¿Se relaciona usted con los demás como Dios lo intenta? Véase Efesios 5.21-6.9 para instrucciones similares.3.19 El matrimonio cristiano involucra sumisión mutua, subordinación de nuestros deseos personales al bien del ser amado y someternos nosotros mismos a Cristo como Señor. Véase más sobre sumisión en las notas a Eph 5:21-33.3.20, 21 Los hijos deben ser tratados con cuidado. Ellos necesitan disciplina firme administrada en amor. No los aparte mediante rezongos, burlas o destrucción de su autoestima a tal punto que se desalienten.3.22-4.1 Aquí Pablo no condena ni condona la esclavitud, sino que explica que Cristo va más allá de las divisiones humanas. A los siervos se les dice que deben trabajar duro como si su amo fuera Cristo mismo (3.22-25); pero los amos deben de ser justos y rectos (4.1). Quizá Pablo estaba pensando específicamente en Onésimo y Filemón: el esclavo y el amo cuyo conflicto se expone en la epístola a este último. Filemón era dueño de esclavos en la iglesia de Colosas y Onésimo había sido su esclavo (4.9).3.23 Desde la creación, Dios nos ha dado trabajo para hacer. Si pudiéramos considerar nuestro trabajo como un acto de alabanza o servicio a Dios, entonces eliminaríamos la sensación de aburrimiento y abulia que a veces sentimos en nuestra rutina diaria. Si pudiéramos tratar nuestros problemas laborales como el costo del discipulado, podríamos trabajar sin queja ni resentimiento. PECADOS VERSUS SEÑALES DE AMORPecados de actitud y conducta sexualMalos deseosFornicaciónImpurezaPasiones desordenadasAvariciaPecados de expresión verbalIraEnojoMaliciaBlasfemiaPalabras deshonestasSeñales de amorMisericordiaBenignidadHumildadMansedumbrePaciencia PerdónEn Col 3:5 Pablo nos dice que nos consideremos muertos a la lista 1. En 3.8 dice que debemos evitar la lista 2. En 3.12 se nos dice que debemos practicar la lista 3. La lista 1 tiene que ver con pecados de actitud y conducta sexual, los cuales son particularmente destructivos por lo que hacen para destruir cualquier grupo o iglesia. La lista 2 trata los pecados que se cometen al hablar, estos son los que rompen relaciones. En la lista 3 encontramos actitudes y conductas que construyen relaciones. Nosotros, como miembros del cuerpo de Cristo, debemos vivir acorde con ellas.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 148 Efe 2:6
b 149 Mat 6:33
c 150 Sal 110:1; 1Pe 3:22
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
sentado a la diestra. Véase coment. en Mt 26:64.
Fuente: La Biblia de las Américas
1 (1) Los vs. 1-4 implican que en Cristo tenemos una sola posición, una sola vida, un solo vivir, un solo destino y una sola gloria.
1 (2) Este es el aspecto resucitador del bautismo, el cual es todo lo contrario del ascetismo. Fuimos resucitados juntamente con Cristo. Ahora estamos donde El está, sentados en los cielos. Por lo tanto, en contraste con los ascetas, no debemos practicar las cosas de la tierra. Debemos buscar las cosas de los cielos, como por ejemplo conocer a Cristo como el todo para nosotros, a fin de tomarlo como vida y así andar en El.
1 (3) Es decir, de los cielos; en contraste con la expresión de la tierra en el v.2. Los cielos están ligados a Cristo y unidos a la iglesia. Las cosas de arriba incluyen al Cristo ascendido y todas las cosas que se relacionan con El. Por lo tanto, buscar las cosas de arriba significa entregarnos a vivir a Cristo en la iglesia y con la iglesia.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Aquí comienza la sección ética de la epístola. La intimación de Pablo es sencilla: Haceos en la experiencia lo que ya sois por la gracia de Dios. El cristiano ha resucitado con Cristo; que exhiba, pues, su nueva vida.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
22 (C) Aplicación y transición (3,1-4). El comienzo de una nueva sección se señala de nuevo con la partícula oun. Estos versículos compendian la enseñanza de la sección precedente para utilizarla como fundamento de la detallada instrucción ética que sigue después. 1. a la derecha de Dios: Esta afirmación confesional, basada en Sal 110,1, fue usada en la Iglesia primitiva para demostrar que las promesas mesiánicas se habían cumplido en Cristo. 3-4. Aunque la resurrección ya ha tenido lugar, no todas las condiciones del tiempo final se dan ya en el presente. Todavía existe una distancia entre lo que es en la tierra y lo que es en el cielo, y el cumplimiento del cuerpo de Cristo está escondido «con Cristo en Dios»; pero, finalmente, Cristo y los creyentes aparecerán gloriosos.
23 (V) La vida en el cuerpo de Cristo en la práctica (3,5-4,6). La sección exhortatoria es parte habitual de las cartas del NT (–> Cartas del NT, 45:8C). En este caso, dicha sección consta de dos listas de vicios, una de virtudes y un código familiar, todo ello material tradicional, mayormente. Las listas de vicios y virtudes eran comunes en los escritos filosóficos helenísticos, y listas parecidas se encuentran también en los MmM, p.ej., 1QS 4,3-5; CD 4,17-19. En el NT se dan varios ejemplos: vicios, Rom 1,24.26.29-31; 13,13; 1 Cor 5,10.11; 6,9.10; Ef 4,31; 5,3-5; 1 Pe 4,3.4; virtudes, Mt 5,3-11; 2 Cor 6,6.7; Ef 6,14-17; Flp 4,8. En el NT estas listas son generales y no pretenden dar instrucciones particulares en el contexto en que aparecen.
24 (A) Vicios (3,5-10). En Col, las listas de vicios (w. 5.8) se ponen en contexto escatológico (v. 6), y se repiten las imágenes bautismales que formaban parte de la instrucción de la carta: «mortificad», «despojaos de la vieja condición», «revestíos de la nueva condición». La primera lista (v. 5) enumera pecados del cuerpo y pasiones, la segunda (v. 8) contiene pecados nacidos en el intelecto. Debido a estos pecados -que forman parte de la vieja condición, no del cuerpo de Cristo- sobreviene la ira de Dios.
25 (B) Virtudes (3,11-17). La exhortación a la virtud empieza con la fórmula que W. A. Meeks llama «fórmula de reunificación bautismal» (cf. Gál 3,28; 1 Cor 12,13; Gál 6,15; 1 Cor 15,28; Ef 1,23; véase Meeks, HR 13 [1974] 180-83) y que culmina con la proclamación de «Cristo es todo en todos».
26 (C) Código familiar (3,18-4,1). Como las listas de vicios y virtudes, el código familiar es un tipo genérico de exhortación e instrucción que se puede encontrar en la filosofía helenística popular. El NT lo ha incorporado en varios lugares (Ef 5,22-6,9; 1 Pe 2,13-3,7; Tit 2,1-10; 1 Tim 2,8-15; 6,1-2; véase también 1 Clem 21,6-9; Teología paulina, 82:145), donde se le ha dado una perspectiva ética cristiana. El código refleja las usanzas sociales de la época y no va dirigido a la situación concreta de Colosas. En él se habla a tres pares de personajes: esposas y maridos, hijos y padres, y esclavos y amos. Primero se aconseja al miembro subordinado de cada par que se «someta», y luego se encomienda al otro una responsabilidad. Todas estas costumbres se han de practicar «como pide el Señor» (3,18), «pues esto agrada al Señor» (3,20), «por respeto al Señor» (3,22), «sirviendo al Señor» (3,24). W. A. Meeks ve la inclusión de tales códigos en los escritos tardíos del NT como prueba de que la parénesis deuteropaulina estaba interesada en la estructura de los grupos cristianos dentro de una sociedad ordenada, y en la casa como célula básica de la misión paulina (The First Urban Christians [New Haven 1983] 76-77, 106 [trad. esp.: Los primeros cristianos urbanos, Salamanca 1974]).
(Blach, D., «Let Wives Be Submissive» [SBLMS 26, Chicago 1981]. Crouch, J. E., The Origin and Intention of the Colossian Haustafel [FRLANT 109, Gotinga 1972]. Miiller, K., «Die Haustafel des Kolosser-briefes und das antike Frauenthema», Die Frau im Urchristentum [Friburgo 1983] 263-65. Verner, D. C., The Household of God [SBLDS 71, Chicago 1983].)
Fuente: Nuevo Comentario Biblico San Jeronimo
la diestra… → Sal 110:1.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R881 El pronombre relativo οὗ introduce una cláusula explicativa: donde está Cristo.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
g Sal 110:1.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[1] Las “obras de la ley” hechas por el hombre que los Colosenses seguían, eran hechas por hombres como se establece aquí. ¿Está alguien capacitado para discutir que la Torah no es sobrenatural, sino meramente hecha por el hombre? Pablo intentaba volver a estos Israelitas a la Torah de YHWH, bajo la guía de la comunidad y lechos de de las vanas, temporales, y fallecientes ordenanzas del hombre, que se habían establecido en Colosas y también en Galacia.
[2] Su Torah y Su don de la vida eterna, en lugar de las ordenanzas hechas por hombres tales como no gustes, y no toques, las cuales perecerán, aún cuando el hombre las esté utilizando.
[3] Los Escitas eran Efraimitas según el Talmud Kiddushin 71A, declarando que los Escitas regresarán a Israel, cuando el
[6] profeta Elías venga. Además los Griegos no eran paganos puros, sino Israelitas perdidos.
[4] La palabra Griega del Griego Strong G915 para “bárbaro” es de hecho “extranjero,” y aquí Pablo compara a un extranjero con un no extranjero, o un Escita, mostrando que muchos Escitas eran Israelitas biológicos en la congregación creyente.
[5] En otras palabras, todos los creyentes son parte de Israel, no importando cómo, o de qué parte de la nación vinieron. Quién es quién en el entendimiento Bíblico, está determinado por qué es qué.
[6] Israel.
[14] Pues nos une a unos con otros, y a todos con Dios. En esto consiste la perfección cristiana.
Fuente: Escrituras del Nombre Verdadero
Fuente: Notas Torres Amat