Biblia

Comentario de Colosenses 3:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Colosenses 3:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

En ellas anduvisteis también vosotros en otro tiempo cuando vivíais entre ellos.

3:7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais («solíais vivir, acción usual», ATR) en ellas. — «El pecado era la atmósfera de su vida» (ASP). Aquí Pablo dice que vivías en ellas, pero, como dice en Efe 2:1 estaban muertos (Efe 2:5; Efe 5:14; Mat 8:22; Jua 5:25). El muerto está «destituido de una vida que reconoce a Dios o que es devota a El, porque está entregado a transgresiones y pecados; inactivo con respecto a hacer lo correcto» (Léxico G-T). Completamente entregados a las prácticas de la idolatría, estaban muertos, separados de Dios (2:12), y se requería gran poder para resucitarles y darles vida espiritual, pero el evangelio «es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego (gentil)» (Rom 1:16).

Como el difunto es insensible a lo que sucede en el mundo («debajo del sol», Ecl 9:10-11), así el que se entrega a los «delitos y pecados» es insensible a Dios y a «todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad» que «nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia» (2Pe 1:3). Los muertos no pueden ver ninguna belleza en Cristo.

Pero no nacieron muertos. La muerte significa «separación», y con respecto a la separación de los israelitas de Dios, dice Isa 59:1-2, «vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír» (Isa 59:1-2). «El pecado es infracción de la ley» (1Jn 3:4). «Estabais muertos» porque «anduvisteis en vuestros delitos y pecados» (2:2). No dice que los efesios estaban muertos por causa del pecado de Adán, o por causa del pecado de sus padres, sino por «vuestros delitos y pecados». No heredaron el pecado de nadie, sino que ellos mismos cometieron pecado. Así es también con nosotros y todos los hombres.

— anduvisteis — compárense 1Co 6:9-11 y Col 3:7. No pecaron por casualidad, ni solamente de vez en cuando, sino que su pecado era la regla y la rutina de su vida. La palabra andar se usa muchas veces en las Escrituras y significa vivir.

— vivíais. — Este texto y Efe 2:2-3 explican claramente el significado de la muerte espiritual. Los que están muertos en pecado son los que andan en pecados; viven en pecado, haciendo las cosas de la carne. «Estabais muertos en vuestros delitos…». La palabra delitos significa caída, desviación de la verdad y de la rectitud; pecado, maldad. En Gál 6:1 se traduce «falta»: «sorprendido en alguna falta». «La diferencia entre ‘delito’ y ‘pecado’ (HAMARTIA) es una de figura y no de fuerza» (Lex. G-T). El pecado de Adán y Eva fue delito (Rom 5:17), pero ¡he aquí el resultado!

Dice Pablo a los efesios (2:3), «También todos nosotros vivimos»; es decir, los judíos también. «Los gentiles no tenían el monopolio de tales impulsos pecaminosos» (ATR). Compárese Rom 2:1 hasta 3:20. A los judíos esta verdad les fue muy ofensiva (Jua 8:33).

Anduvieron y vivieron en estas cosas, siguiendo la corriente de este mundo; «conforme al uso de este siglo» (VM). La palabra «corriente» (uso) traduce la palabra AION, que casi siempre se traduce «siglo»: Mat 12:32; Mat 13:22, «afán de este siglo»; Rom 12:2, «no os conforméis a este siglo»; Efe 1:21 habla del señorío de Cristo «en este siglo». Pero aquí significa «modo de tratar. Se traduce ‘corriente’ en Efe 2:2… esto es, el ciclo o curso presente de las cosas» (WEV).

El mundo (siglo) es el sistema actual de las cosas que está conducido por los «que sólo piensan en lo terrenal» (Flp 3:19). Es la moda del mundo. Es el camino marcado o delineado por los que viven en rebelión contra Dios, nunca pensando en el destino final. Los muertos son insensibles a la vida futura. Por lo tanto, «no os conforméis a este siglo», ni a «la corriente de este siglo».

Anduvieron y vivieron en estas cosas, conforme al príncipe de la potestad del aire . Compárense Jua 12:31; Jua 14:30; Jua 17:11. Satanás rige entre todas las agencias e influencias de maldad. Su dominio está en «las tinieblas de este siglo», «las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes» (6:12). Pero el soldado de Cristo tiene una armadura bien adecuada para protegerse de todos los «dardos de fuego del maligno» (6:10-19). Esta armadura incluye una espada (6:17) para pelear efectivamente contra este enemigo hasta el día de la victoria completa.

Anduvieron y vivieron en estas cosas como hijos de desobediencia; compárense 2Co 4:4; Col 3:6. La desobediencia es la característica principal de su vida. El espíritu de Satanás obra en éstos mientras que el poder de Dios obra en los cristianos. ¿En qué vivimos? Vivimos en los «deseos de nuestra carne y de los pensamientos». Léase Gál 5:19-21. Los deseos y las obras de la carne no solamente incluyen tales pecados como «adulterio… idolatría, hechicerías… homicidios, borracheras», etc., sino también «enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias», etc.

Somos tentados a través de los deseos malos (la concupiscencia): «cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido» (Stg 1:14). «Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma» (1Pe 2:11). Por eso, es necesario crucificar al «viejo hombre» con sus deseos carnales (Rom 6:6; Gál 5:24). «Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne» (Gál 5:16). «Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros:… malos deseos y avaricia» (Col 3:5). «Vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne» (Rom 13:14). «La gracia de Dios se ha manifestado para salvación… enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente» (Tit 2:11-12).

Si no aprendemos a obedecer estos textos para lograr suprimir y controlar los deseos mundanos, no podemos ir al cielo. ¿Estamos suprimiendo los deseos carnales o estamos estimulando los deseos carnales? Si andamos todavía en mala compañía, estimulamos deseos carnales. Si alimentamos la mente con pensamientos carnales seremos carnales. Si alimentamos la mente con pensamientos sanos y espirituales, seremos espirituales (Rom 8:1-5).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Col 2:13; Rom 6:19, Rom 6:20; Rom 7:5; 1Co 6:11; Efe 2:2; Tit 3:3; 1Pe 4:3, 1Pe 4:4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

en los cuales … anduvisteis. Antes de su conversión (cp. Efe 2:1-5; Tit 3:3-4).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

3:7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais («solíais vivir, acción usual», ATR) en ellas. — «El pecado era la atmósfera de su vida» (ASP). Aquí Pablo dice que vivías en ellas, pero, como dice en Efe 2:1 estaban muertos (Efe 2:5; Efe 5:14; Mat 8:22; Jua 5:25). El muerto está «destituido de una vida que reconoce a Dios o que es devota a El, porque está entregado a transgresiones y pecados; inactivo con respecto a hacer lo correcto» (Léxico G-T). Completamente entregados a las prácticas de la idolatría, estaban muertos, separados de Dios (2:12), y se requería gran poder para resucitarles y darles vida espiritual, pero el evangelio «es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego (gentil)» (Rom 1:16).
Como el difunto es insensible a lo que sucede en el mundo («debajo del sol», Ecl 9:10-11), así el que se entrega a los «delitos y pecados» es insensible a Dios y a «todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad» que «nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia» (2Pe 1:3). Los muertos no pueden ver ninguna belleza en Cristo.
Pero no nacieron muertos. La muerte significa «separación», y con respecto a la separación de los israelitas de Dios, dice Isa 59:1-2, «vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír» (Isa 59:1-2). «El pecado es infracción de la ley» (1Jn 3:4). «Estabais muertos» porque «anduvisteis en vuestros delitos y pecados» (2:2). No dice que los efesios estaban muertos por causa del pecado de Adán, o por causa del pecado de sus padres, sino por «vuestros delitos y pecados». No heredaron el pecado de nadie, sino que ellos mismos cometieron pecado. Así es también con nosotros y todos los hombres.
— anduvisteis — compárense 1Co 6:9-11 y Col 3:7. No pecaron por casualidad, ni solamente de vez en cuando, sino que su pecado era la regla y la rutina de su vida. La palabra andar se usa muchas veces en las Escrituras y significa vivir.
— vivíais. — Este texto y Efe 2:2-3 explican claramente el significado de la muerte espiritual. Los que están muertos en pecado son los que andan en pecados; viven en pecado, haciendo las cosas de la carne. «Estabais muertos en vuestros delitos…». La palabra delitos significa caída, desviación de la verdad y de la rectitud; pecado, maldad. En Gál 6:1 se traduce «falta»: «sorprendido en alguna falta». «La diferencia entre ‘delito’ y ‘pecado’ (HAMARTIA) es una de figura y no de fuerza» (Lex. G-T). El pecado de Adán y Eva fue delito (Rom 5:17), pero ¡he aquí el resultado!
Dice Pablo a los efesios (2:3), «También todos nosotros vivimos»; es decir, los judíos también. «Los gentiles no tenían el monopolio de tales impulsos pecaminosos» (ATR). Compárese Rom 2:1 hasta 3:20. A los judíos esta verdad les fue muy ofensiva (Jua 8:33).
Anduvieron y vivieron en estas cosas, siguiendo la corriente de este mundo; «conforme al uso de este siglo» (VM). La palabra «corriente» (uso) traduce la palabra AION, que casi siempre se traduce «siglo»: Mat 12:32; Mat 13:22, «afán de este siglo»; Rom 12:2, «no os conforméis a este siglo»; Efe 1:21 habla del señorío de Cristo «en este siglo». Pero aquí significa «modo de tratar. Se traduce ‘corriente’ en Efe 2:2… esto es, el ciclo o curso presente de las cosas» (WEV).
El mundo (siglo) es el sistema actual de las cosas que está conducido por los «que sólo piensan en lo terrenal» (Flp 3:19). Es la moda del mundo. Es el camino marcado o delineado por los que viven en rebelión contra Dios, nunca pensando en el destino final. Los muertos son insensibles a la vida futura. Por lo tanto, «no os conforméis a este siglo», ni a «la corriente de este siglo».
Anduvieron y vivieron en estas cosas, conforme al príncipe de la potestad del aire . Compárense Jua 12:31; Jua 14:30; Jua 17:11. Satanás rige entre todas las agencias e influencias de maldad. Su dominio está en «las tinieblas de este siglo», «las huestes espirituales de maldad en las regiones celestes» (6:12). Pero el soldado de Cristo tiene una armadura bien adecuada para protegerse de todos los «dardos de fuego del maligno» (6:10-19). Esta armadura incluye una espada (6:17) para pelear efectivamente contra este enemigo hasta el día de la victoria completa.
Anduvieron y vivieron en estas cosas como hijos de desobediencia; compárense 2Co 4:4; Col 3:6. La desobediencia es la característica principal de su vida. El espíritu de Satanás obra en éstos mientras que el poder de Dios obra en los cristianos. ¿En qué vivimos? Vivimos en los «deseos de nuestra carne y de los pensamientos». Léase Gál 5:19-21. Los deseos y las obras de la carne no solamente incluyen tales pecados como «adulterio… idolatría, hechicerías… homicidios, borracheras», etc., sino también «enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias», etc.
Somos tentados a través de los deseos malos (la concupiscencia): «cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido» (Stg 1:14). «Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma» (1Pe 2:11). Por eso, es necesario crucificar al «viejo hombre» con sus deseos carnales (Rom 6:6; Gál 5:24). «Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne» (Gál 5:16). «Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros:… malos deseos y avaricia» (Col 3:5). «Vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne» (Rom 13:14). «La gracia de Dios se ha manifestado para salvación… enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente» (Tit 2:11-12).
Si no aprendemos a obedecer estos textos para lograr suprimir y controlar los deseos mundanos, no podemos ir al cielo. ¿Estamos suprimiendo los deseos carnales o estamos estimulando los deseos carnales? Si andamos todavía en mala compañía, estimulamos deseos carnales. Si alimentamos la mente con pensamientos carnales seremos carnales. Si alimentamos la mente con pensamientos sanos y espirituales, seremos espirituales (Rom 8:1-5).

Fuente: Notas Reeves-Partain

REFERENCIAS CRUZADAS

p 164 1Co 6:11; Efe 2:3; Tit 3:3

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

R971 La conjunción de tiempo ὅτε aparece con el imperfecto ἐζῆτε para mostrar la costumbre de la gente.

M79 Las dos clases de ἐν con el dativo se usan aquí para indicar acompañamiento: con.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego