Orad sin cesar.
5:17 Orad sin cesar. — Efe 6:18; Col 1:3; 1Ti 2:1, “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres”. Al orar a Dios hablamos con El. El orar no es simplemente meditar; más bien, es la expresión de alabanza, de peticiones, de acción de gracias, etc. Es la voz de nuestro corazón. Es la comunicación con el Padre. Dice Pablo, orad sin cesar; es decir , no dejando de orar y no orando solamente “de vez en cuando”, sino regularmente, perseverando en la oración. Jesús habló dos parábolas para enfatizar la importancia de orar sin desmayar, Luc 11:5-13; Luc 18:1-8. Debemos orar sin cesar y no sólo en el tiempo de alguna emergencia. Para mucha gente el orar está en la misma categoría que el llamar la policía o los bomberos. Pero “El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable” (Pro 28:9). “Gritarán a mis oídos con gran voz, y no los oiré” (Eze 8:18). ¿Qué pedirá el pecador? ¿el perdón? (Isa 55:7; Hch 2:38). ¿La fe? (Rom 10:17). ¿La salvación? (Hch 11:14; Mar 16:16).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Orad sin cesar. Luc 18:1; Luc 21:36; Rom 12:12; Efe 6:18; Col 4:2; 1Pe 4:7.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Pablo exhorta a los tesalonicenses a seguir fielmente una vida de oración como la suya (1Ts 1:2, 1Ts 1:3; 1Ts 2:13; Rom 1:9, Rom 1:10; Efe 6:18; Col 1:3; 2Ti 1:3). Orar sin cesar no significa hacerlo constantemente, sino ser persistente y coherente en las oraciones.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
ORAD SIN CESAR. Orar es permanecer en la presencia del Padre, pidiéndole constantemente su gracia y bendición. «Sin cesar» no significa estar continuamente formulando oraciones aprendidas. Más bien implica la oración incesante de toda clase y en todas las ocasiones durante el día (Luc 18:1; Rom 12:12; Efe 6:18; Col 4:2).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Orad sin cesar. No se refiere a orar de manera repetida y sin descanso (cp. Mat 6:7-8), sino más bien a orar con persistencia (cp. Luc 11:1-13; Luc 18:1-8) y regularidad (cp. Efe 6:18; Flp 4:6; Col 4:2; Col 4:12).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
5:17 Orad sin cesar. — Efe 6:18; Col 1:3; 1Ti 2:1, “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres”. Al orar a Dios hablamos con El. El orar no es simplemente meditar; más bien, es la expresión de alabanza, de peticiones, de acción de gracias, etc. Es la voz de nuestro corazón. Es la comunicación con el Padre.
Dice Pablo, orad sin cesar; es decir , no dejando de orar y no orando solamente “de vez en cuando”, sino regularmente, perseverando en la oración. Jesús habló dos parábolas para enfatizar la importancia de orar sin desmayar, Luc 11:5-13; Luc 18:1-8. Debemos orar sin cesar y no sólo en el tiempo de alguna emergencia. Para mucha gente el orar está en la misma categoría que el llamar la policía o los bomberos. Pero “El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable” (Pro 28:9). “Gritarán a mis oídos con gran voz, y no los oiré” (Eze 8:18). ¿Qué pedirá el pecador? ¿el perdón? (Isa 55:7; Hch 2:38). ¿La fe? (Rom 10:17). ¿La salvación? (Hch 11:14; Mar 16:16).
El ejemplo de Jesús bien ilustra el orar sin cesar : Luc 3:21; Luc 5:15-16; Luc 6:12; Luc 9:18; Luc 9:29; Luc 11:1; Luc 22:31; Luc 22:44; Luc 23:34. No sólo oró El mismo, sino que también nos enseña que nosotros debemos orar, (Mat 7:7-11), y nos enseña cómo orar (Mat 6:9-13).
¿De qué consiste la oración? (1) Alabar a Dios: “Santificado sea tu nombre”; “Dad a Jehová la honra debida a su nombre” (1Cr 16:29); “Temed a Dios, y dadle gloria” (Apo 14:7); “Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes” (Apo 19:5). “Alabad al Señor todos los gentiles, Y magnificadle todos los pueblos” (Rom 15:11). (2) Orar por el reino de Dios: antes del día de Pentecostés los discípulos habían de orar, “Venga tu reino”. El reino fue establecido, pero la petición que sigue (“Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”) está muy relacionada con la primera, pues los que hacen la voluntad de Dios son trasladados al reino (Col 1:13). Sin cesar debemos orar que la voluntad de Dios se haga para que su reino se extienda sobre la tierra. Entonces urge que enseñemos la palabra de Dios para que la gente haga su voluntad. (3) Acción de gracias: Flp 4:6; Col 2:7; Col 3:15; Col 4:2. (4) Pedir el pan de cada día, pues “Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre” (Deu 8:3); es decir, el hombre no vive simplemente porque tiene pan que comer, sino porque Dios “es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas” (Hch 17:25). (5) Pedir la salud (3Jn 1:1-2) y la seguridad (Mat 24:20). (6) Pedir el perdón. Con toda sinceridad debemos reconocer nuestras faltas y humildemente pedir que Dios nos perdone. 1Jn 1:8-9; Stg 5:16. (7) Pedir la sabiduría, Stg 1:5-7; 1Re 3:9. (8) Hacer súplicas y rogativas por todos los hombres, mayormente por los gobernantes (1Ti 2:1-2). (9) Orar por los enemigos (Mat 5:44; Luc 23:34; Hch 7:60). (10) Pedir que Dios envíe más obreros a su mies (Mat 9:38).
¿Cuándo debemos orar? (1) Orar antes de tomar decisiones importantes. Luc 6:12, “En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. 13 Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles”. (2) Orar antes de eventos importantes. Por ej., antes de los eventos del día de Pentecostés, “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos”, Hch 1:14. (3) Orar cuando sufrimos aflicciones físicas. 2Re 20:1-5; Stg 5:13-15. (4) Orar cuando estamos preocupados y ansiosos. Flp 4:6-7; 1Pe 5:7. “En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos” (Sal 18:6); “A Jehová clamé estando en angustia, Y él me respondió” (Sal 120:1). (5) Orar antes de entrar en pruebas severas, Mat 26:36-46. (6) Orar en medio de aflicciones, Hch 16:25. (7) Orar después de los grandes eventos de la vida. Mat 14:23. (8) Orar en medio de las actividades de la vida, Luc 5:15-16. (9) Orar cuando pecamos (confesando pecados). Sal 51:1-19. (10) Orar al despedirnos de hermanos amados. Hch 20:36-38. (11) Orar en los últimos momentos de la vida. Hch 7:59-60.
¿Dónde debemos orar? (1) A solas, Mat 6:6; Mat 14:23; Mar 1:35; (2) en el hogar (todo padre debe orar por su familia, cada madre debe orar por su familia y cada hijo debe orar por su familia; “Entonces oró Manoa a Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer” (Juec 13:8). (3) con hermanos, Hch 4:31; Hch 12:5.
¿Quiénes están calificados para orar? (1) los que guardan los mandamientos de Dios y hacen las cosas que son agradables delante de El, 1Jn 3:22; (2) los que piden conforme a la voluntad de Dios (1Jn 5:14); (3) los que permanecen en Cristo (Jua 15:7); (4) los que perdonan a otros (Mat 6:12-15); (5) los justos (1Pe 3:12; Stg 5:16); (6) los que piden con fe (Stg 1:5-7).
¿Cuáles son los estorbos de la oración? (1) El pedir con egoísmo, Stg 4:3, “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. (2) El tener pecado en la vida. “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado” (Sal 66:18). (3) El no ayudar al necesitado. “El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído” (Pro 21:13). (4) El no perdonar. “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas” (Mar 11:25). (5) Problemas entre esposos, 1Pe 3:7.
Jesús enseña la importancia de perseverar en la oración (Mat 7:7-11; Luc 11:5-13; Luc 18:1-8). Debemos orar como Ana (1Sa 1:10), como Ezequías (2Re 20:5); como Elías (Stg 5:17); como Pablo (2Co 12:7-8) y, sobre todo, como Jesús.
Es necesario siempre decir “sea hecha no la voluntad mía, sino la tuya” (Mat 26:44; 2Co 12:7-8). Dios nos da lo que pedimos o algo mejor. A veces lo que pedimos no es bueno para nosotros (como los padres no siempre dan a sus hijos lo que piden).
¿Estamos conscientes de nuestras flaquezas y debilidades y nuestra dependencia de Dios? ¿No debemos, pues, orar fervientemente por la ayuda de Dios en medio de tantas dificultades, tentaciones y pruebas? (DL). Si de todo corazón creemos en Dios y en su poder para ayudarnos, si no pedimos su ayuda, sin duda será porque en realidad nos sentimos adecuados e independientes. El santo que está consciente del poder de Dios y de su propia dependencia, ora sin cesar. Los discípulos que no oran tienen que sufrir las consecuencias de este descuido: los fracasos, la ausencia de gozo y tranquilidad en su corazón, los corajes, el desaliento, etc. Sin faltar la oración nos trae gozo y la fuerza de Dios (JWM).
¿Cómo puede el cristiano hacer tantas cosas sin cesar o siempre ? Si está haciendo una cosa siempre, ¿cómo puede estar haciendo otra cosa siempre? Dice Pablo, “ Sin cesar damos gracias a Dios” de que los tesalonicenses recibieron el mensaje como “es en verdad la palabra de Dios” (2:13); los filipenses siempre habían obedecido (Flp 2:12), y deberían regocijarse siempre (Flp 4:4), y los corintios deberían estar “creciendo en la obra del Señor siempre ” (1Co 15:58), “ en todo momento ” debemos tener memoria de las cosas escritas por Pedro (2Pe 1:15). ¿Cómo podemos hacer tantas cosas siempre ? Dice Rom 12:12, “constantes en la oración”; es decir, no dejando de orar (Luc 18:1, “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar”). “Perseverad en la oración” (Col 4:2). La religión de Cristo es la religión de siempre. No es la religión de “de vez en cuando”. No es la religión de “cuando sea conveniente”. Hacemos su voluntad siempre como Cristo hacía la voluntad del Padre siempre (Jua 8:29).
Fuente: Notas Reeves-Partain
Luc 18:1; Rom 12:12; Col 4:2.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
m 173 Luc 18:1; Rom 12:12
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
17 (1) Esto es tener una comunión ininterrumpida con Dios en nuestro espíritu. Requiere perseverancia ( Rom_12:12 ; Col_4:2) con un espíritu fuerte ( Efe_6:18).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
sin cesar. Pablo oraba así por los tesalonicenses (1Ts 1:3; 1Ts 2:13).