Biblia

Comentario de 1 Timoteo 4:11 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de 1 Timoteo 4:11 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Estas cosas manda y enseña.

4:11 — Esto — El texto griego dice «estas cosas»; es palabra en número plural. Se hace referencia aquí al contenido de los versículos 7 al 10, o tal vez a toda la sección desde el ver. 1. Compárese el ver. 6.

— manda — Este imperativo es del tiempo presente, dando a entender «continuar mandando»; es acción durativa. La ver. B.A. dice, en el margen, «Continúa ordenando y enseñando». La ver. N.M. dice, «Sigue dando estos mandatos y enseñándolos» Otras versiones usan las palabras ordena, encarga, proclama, declara.

Por mandato apostólico, Timoteo había de continuar mandando estas cosas.

— y enseña — También este verbo en el modo imperativo es del tiempo presente (continuar enseñando). Constantemente las cosas del Señor han de ser mandadas y enseñadas. Por esto Pablo escribió a Timoteo. Las lecciones «doctrinales» son necesarias e importantes.

La enseñanza informa de la voluntad de Dios, y advierte contra la falsa doctrina. De esta manera toda apostasía ha de ser confrontada.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

1Ti 6:2; 2Ti 4:2; Tit 2:15; Tit 3:8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

4:11 – Esto — El texto griego dice «estas cosas»; es palabra en número plural. Se hace referencia aquí al contenido de los versículos 7 al 10, o tal vez a toda la sección desde el ver. 1. Compárese el ver. 6.
— manda — Este imperativo es del tiempo presente, dando a entender «continuar mandando»; es acción durativa. La ver. B.A. dice, en el margen, «Continúa ordenando y enseñando». La ver. N.M. dice, «Sigue dando estos mandatos y enseñándolos» Otras versiones usan las palabras ordena, encarga, proclama, declara.
Por mandato apostólico, Timoteo había de continuar mandando estas cosas.
— y enseña — También este verbo en el modo imperativo es del tiempo presente (continuar enseñando). Constantemente las cosas del Señor han de ser mandadas y enseñadas. Por esto Pablo escribió a Timoteo. Las lecciones «doctrinales» son necesarias e importantes.
La enseñanza informa de la voluntad de Dios, y advierte contra la falsa doctrina. De esta manera toda apostasía ha de ser confrontada.

Fuente: Notas Reeves-Partain

MANERA DE ACALLAR LA CRÍTICA

1 Timoteo 4:11-16

Ocúpate en transmitir y enseñar estos mandamientos. No le des ocasión a nadie de despreciarte por ser tan joven; sino por medio de tus palabras y de tu conducta, con amor, lealtad y pureza, preséntate como un ejemplo de cómo deben ser los creyentes. Hasta que yo vaya concentra tu atención en la lectura pública de las escrituras, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don especial que se te concedió cuando las voces de los profetas te señalaron para el cargo que se te ha confiado, cuando el cuerpo de los ancianos impusieron sus manos sobre ti. Piensa en estas cosas; encuentra en ellas toda tu vida, para que tu progreso sea evidente a todos. Ten cuidado de ti mismo y de tu enseñanza; préstale la debida atención; porque si lo haces te salvarás a ti mismo, y a los que te escuchen.

Una de las dificultades que tenía que vencer Timoteo era que era joven. No debemos pensar que fuera un muchacho. Después de todo ya hacía quince años que Pablo le había tomado como su ayudante. La palabra que se usa para joven (neótés) puede describir en griego a cualquier persona en edad militar, que era hasta los cuarenta años. Pero a la Iglesia le ha gustado por lo general que sus obreros fueran hombres maduros. Los Cánones Apostólicos establecían que uno no podía llegar a ser obispo hasta que tuviera por lo menos cincuenta años, porque para entonces «habría pasado los desórdenes de la juventud.» Timoteo era joven comparado con Pablo, y habría muchos que le miraran con ojos críticos. Cuando el anciano William Pitt estaba dando un discurso en la Cámara de los Comunes cuando tenía treinta y tres años decía: «El crimen atroz de ser un joven… que no intentaré ni paliar ni negar.» La Iglesia siempre ha mirado la juventud con una cierta suspicacia, bajo la cual caería Timoteo de forma inevitable.

El consejo que se le dio a Timoteo es el más difícil de seguir, y sin embargo era el único consejo posible. Era que debía acallar las críticas con su conducta. A Platón le acusaron una vez falsamente de conducta deshonrosa. «Bien -dijo-, viviremos de tal manera que todos puedan ver que la acusación es falsa.» Las defensas verbales puede que no silencien la crítica; pero la conducta sí lo conseguirá. ¿Cuáles habían de ser las características de la conducta de Timoteo?
(i) Primera, había de ser el amor. Ágape, la palabra griega para la más grande de las virtudes cristianas, es francamente intraducible. Su verdadero significado es una benevolencia inconquistable. Si uno tiene Ágape, no importa lo que otros le hagan o digan de él, él no procurará nada más que el bien de ellos. No mostrará nunca amargura o resentimiento o deseo de venganza; nunca sucumbirá al odio; nunca dejará de perdonar. Está claro que esta es la clase de amor que requiere la totalidad de la personalidad de una persona el conseguir. Normalmente, el amor es algo que no podemos evitar. Amar a los más próximos es algo instintivo. Geeralmente el amor de un hombre hacia una mujer es una experiencia involuntaria. El amor es algo del corazón; pero está claro que este amor cristiano es algo de la voluntad. Es esa conquista del yo que nos conduce a un cuidado inconquistable de los demás. Así que la primera señal autenticadora del dirigente cristiano es que se preocupa por los demás, sin importarle lo que le hagan. Eso es algo en lo que debe pensar constantemente cualquier dirigente cristiano que se encabrite fácilmente ante una ofensa y que sea propenso a guardar rencor.

(ii) Segunda, está la lealtad. La lealtad es la fidelidad inconquistable a Cristo, sin importar el precio. No es difícil ser buen soldado si las cosas van bien; pero el soldado auténticamente de valor es el que puede pelear bien con el cuerpo cansado y el estómago vacío, cuando la situación parece desesperada y se encuentra en medio de una campaña cuyos movimientos no puede entender. La segunda marca autenticadora del dirigente cristiano es una lealtad a Cristo que desafíe las circunstancias.

(iii) Tercera, había de ser la pureza. La pureza es la aceptación incondicional de los niveles de Cristo. Cuando Plinio estaba mandándole al emperador Trajano el informe acerca de los cristiano de Bitinia, donde era gobernador, escribió: «Tienen la costumbre de vincularse entre ellos con un juramento de no cometer ni hurto, ni robo, ni adulterio; de no faltar nunca a su palabra; de no negar un depósito que se les haya confiado cuando se les solicite dar cuenta de él.» El compromiso cristiano es una vida de pureza. El cristiano debe tener un nivel de honor y honradez, de dominio propio y castidad, de disciplina y consideración, muy por encima de los niveles del mundo. El hecho escueto es que al mundo no le interesará para nada el Cristianismo a menos que pueda demostrar que produce los hombres y las mujeres mejores. La tercera marca autenticadora del dirigente cristiano es una vida que se ajusta a los niveles de Jesucristo.

LOS DEBERES DEL DIRIGENTE CRISTIANO
EN LA IGLESIA

1 Timoteo 4:11-16 (continuación)

Se le establecen a Timoteo, el joven dirigente designado por la Iglesia, ciertos deberes. Ha de consagrase a la lectura pública de la escritura, a la exhortación y a la enseñanza. Aquí tenemos el esquema del culto de la Iglesia Cristiana.
La más temprana descripción de un culto cristiano que poseemos se encuentra en las obras de Justino Mártir. Allá por el año 170 d C. escribió una defensa del Cristianismo al gobernador romano, y en ella (Justino Mártir: Primera Apología :67) dice: «el día llamado día del sol tiene lugar una reunión de todos los que viven en los pueblos o en los alrededores de un lugar. Se leen según el tiempo disponible las Memorias de los Apóstoles o los Escritos de los Profetas. Seguidamente el lector se detiene y el dirigente predica y exhorta a los presentes a imitar estas buenas cosas. Luego nos ponemos todos en pie y elevamos a Dios nuestras oraciones.» Así es que en el esquema de cualquier culto cristiano debía haber cuatro cosas.

(i) Debía haber la lectura y la exposición de la Escritura. Las personas no se reunían en última instancia para escuchar las opiniones de un predicador; se reunían para oír la Palabra de Dios. El culto cristiano está centrado en la Biblia.

(ii) Debía haber enseñanza. La Biblia es un libro difícil, y por tanto hay que explicarlo. La doctrina cristiana no es fácil de comprender, pero el creyente debe poder dar razones de sus esperanzas. De poco sirve exhortar a una persona a que sea cristiana si no sabe lo que quiere decir eso. El predicador cristiano ha dedicado muchos años de su vida a conseguir el equipamiento necesario para explicar a otros la fe. Se le ha liberado de los deberes ordinarios de la vida para que pueda pensar, estudiar y orar para exponer mejor la palabra de Dios. No puede haber una fe cristiana duradera en ninguna iglesia sin un ministerio de enseñanza.

(iii) Debía haber exhortación. El mensaje cristiano siempre debe desembocar en la acción cristiana. Ha dicho alguien que todos los sermones deberían terminar con el desafío: » ¿Qué vas a hacer con esto, amigo?» No basta presentar el mensaje cristiano como algo que hay que estudiar y entender; hay que presentarlo como algo que hay que poner por obra. El Cristianismo es verdad, pero es verdad en acción.

(iv) Debía haber oración. La congregación se reúne en la presencia de Dios; piensa en el Espíritu de Dios; sale al mundo en la fuerza de Dios. Ni la predicación ni la escucha durante el culto, ni la acción consiguiente en el mundo son posibles sin la ayuda del Espíritu de Dios.

No nos haría ningún daño revisar nuestros cultos modernos sobre la base de los primeros cultos de la Iglesia Cristiana.

DEBERES PERSONALES DEL PASTOR

1 Timoteo 4:11-16 (conclusión)

Aquí en este pasaje se expone de una manera sumamente práctica el deber personal del dirigente cristiano.
(i) Debe tener presente que es un hombre apartado para una tarea especial por la Iglesia. El dirigente cristiano no tiene sentido aparte de la Iglesia. Su comisión vino de ella; su labor la realiza dentro de su comunión; su deber es edificar a otros en ella. Por eso es por lo que la labor realmente importante de la Iglesia Cristiana no la hace nunca un evangelista itinerante, sino siempre un ministerio local.

(ii) Debe tener presente que tiene la obligación de pensar en estas cosas. Su gran peligro es la pereza intelectual y la mente cerrada, negarse a estudiar y permitir que su pensamiento siga fluyendo por los cauces antiguos. El peligro está en que nuevas palabras, nuevos métodos y la intención de presentar la fe en términos contemporáneos puede ser que le saque de quicio. El dirigente cristiano debe ser un pensador cristiano o fracasará en la tarea; y para ser un pensador cristiano se ha de ser un pensador aventurero mientras dure la vida.

(iii) Debe tener presente el deber de concentrarse. El peligro está en disipar las energías en muchas cosas que no son centrales a la fe cristiana. Se le presentan invitaciones a muchos deberes y se le confronta con las demandas de muchas esferas de servicio. Hubo un profeta que enfrentó a Acab con una especie de parábola. Dijo que en una batalla uno le había llevado un prisionero para que lo guardara, diciéndole que si el prisionero se le escapaba lo pagaría con su propia vida; pero el soldado dejó vagar su atención y » cuando tu siervo estaba ocupado por aquí y por allá el prisionero se escapó» (1° Reyes 20:35-43). Es fácil para el dirigente cristiano estar ocupado por aquí y por allá y que se le escapen las cosas centrales. La concentración es un deber primordial del dirigente cristiano.

(iv) Debe tener presente el deber de avanzar. Su progreso debe serle evidente a todo el mundo. Es demasiado cierto de la mayoría de nosotros que las mismas cosas nos conquistan año tras año; que conforme un año sucede a otro, nosotros no estamos más allá. El dirigente cristiano exhorta a otros a llegar a ser más como Cristo. ¿Cómo puede hacerlo honradamente a menos que él mismo llegue a ser día tras día más como el Maestro Cuyo es y a Quien trata de servir? Cuando Kagawa decidió hacerse cristiano, su primera oración fue: «Dios, hazme como Cristo.» La oración del dirigente cristiano debe ser en primer lugar que él mismo se haga más como Cristo porque sólo así podrá dirigir a otros a Él.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

REFERENCIAS CRUZADAS

z 167 1Co 14:37; 1Co 16:1; 1Ts 4:11

a 168 1Ti 6:3

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

mandando… enseñándolas… Ambos verbos están en presente de imperativo.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

O, Continúa ordenando y enseñando esto

Fuente: La Biblia de las Américas

Ambos verbos están en presente de imperativo.

Fuente: La Biblia Textual III Edición