Comentario de 2 Timoteo 1:12 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Por esta razón padezco estas cosas, pero no me avergüenzo; porque yo sé a quien he creído, y estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.

1:12 — «Por lo cual asimismo». Las siguientes versiones expresan mejor el texto griego: «Por esta causa» (ASV., H.A., N.C.), «Por cuya causa» (P.B., JTD.), «Por esta misma causa» (N.M.). Entiendo que Pablo se refiere a la causa de su predicación del glorioso evangelio (ver. 11), lo que ahora le costaba encarcelamiento, y ya pronto una muerte violenta e injusta.

— «padezco esto». Véanse ver. 8; 3:11,12; 2Co 11:23-28. Ahora, al escribir esta carta, Pablo padecía encarcelamiento y humillación, y esperaba la muerte de parte de paganos. Pero, ¿no fue vituperado Jesús? ¿No fue crucificado entre dos malhechores? ¿Qué diremos de Juan el bautista (Mat 14:10-11), de Esteban y la iglesia primitiva (Acts 7:59 — 8:3), de Jacobo (Hch 12:1-2), de Antipas (Apo 2:13)? A esto es llamado el cristiano (1Pe 2:20-21). El diablo se encargará de ello, pues el conflicto está entre él y Cristo (Apo 17:14).

Cristo nos dejó el ejemplo de sufrir injustamente, para que le sigamos. No solamente sufrió injustamente con paciencia, sino todo lo hizo para el bien de otros. Sufrir por la causa de Cristo ¡es sabio! (Mat 5:10-12).

— «pero no me avergüenzo,». Véanse ver. 8; Rom 1:16. No hay que avergonzarse bajo tales circunstancias, dada la razón que sigue.

— «porque yo sé a quien he creído». Al decir, «porque», Pablo introduce la razón de sufrir por Cristo pero sin vergüenza.

Había puesto toda la confianza en Cristo, quien deshizo la muerte y sacó a luz la vida y la incorrupción. Véase 1Pe 1:6-9. ¡La fe probada tiene su propósito! Pablo, como Moisés, «tenía puesta la mirada en el galardón» (Heb 11:26).

— «y estoy seguro que es poderoso». La razón de Pablo también consistía en la seguridad que tenía de que Dios es poderoso. Véanse Luc 1:49; Luc 24:19, donde se emplea la misma palabra griega.

— «para guardar mi depósito». Si Dios es poderoso para guardar su depósito, y Dios no miente (Tit 1:2), entonces es enteramente sabio sufrir como predicador del evangelio, habiendo sido comisionado para ello por el Señor mismo.

¿A qué se refiere la frase, «mi depósito»? ¿Es el depósito de Pablo que él había confiado en Cristo, o es el depósito que Pablo había recibido de Cristo?

La misma frase griega («mi depósito») aparece en ver. 14, y en 1Ti 6:20. En esos dos pasajes el «depósito» es obviamente el mensaje del evangelio. Algunos comentaristas creen que también en este pasaje se hace referencia al evangelio (que Dios lo guardará aun después de la muerte de Pablo; es decir, la obra de evangelismo no sufriría gran pérdida con la muerte de Pablo en Roma).

Algunas versiones (Mod., H.A., B.A., P.B., S.A., J.T.D., N.C.) dicen sencillamente, según el texto griego, «mi depósito».

Otras, en lugar de traducir la frase griega, la interpretan en una de dos maneras:

1 — Lo que Pablo había depositado con Cristo, o Dios. «para guardar lo que le he confiado» (NVI., ASV.). «me guardará hasta aquel día lo que deposité en sus manos» (NTP.).

2 — Lo que Cristo había depositado en Pablo; es decir, el mensaje del evangelio. «para guardar lo que me ha sido confiado» (L.A.).

Por lo que valga, diré que el contexto me indica a mí que Pablo, hablando de su sufrimiento por la causa de Cristo, y de su fe en él, ahora dice que está seguro que el poderoso Dios guardará su vida, obra y sacrificio en el evangelio, con referencia al día del juicio final. Véanse Gál 2:20; Heb 13:5-6; Mat 6:19-20; 1Pe 1:4-6.

Cualquiera de las dos interpretaciones expresa la verdad. Pablo pone el énfasis en el poder del Ser Divino en quien ha creído de todo corazón.

— «para aquel día». Véanse 1:18; 4:8; 2Ts 1:10.

No es cuestión de tiempo, que Dios guardará el depósito «hasta» aquel día, sino de que lo guardará para aquel día, o con referencia a aquel día en el cual Dios pagará a cada uno conforme a sus obras (Rom 2:5-6; Apo 14:13).

Aquel día es el de la segunda venida de Cristo (Heb 9:28).

Nótense en los siguientes pasajes las diferentes expresiones que Pablo emplea con referencia a este día señalado: Rom 2:5; Rom 2:16; 1Co 1:8; Efe 4:30; Flp 1:6; Flp 1:10; 1Ts 5:2.

Así, con esta plena confianza en el Dios poderoso, Pablo podía sufrir reproche por la Causa de Cristo, pues ¡viene un día de juicio final (Hch 17:31)!

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

por lo cual asimismo padezco. 2Ti 1:8; 2Ti 2:9; 2Ti 3:10-12; 2Ti 4:16, 2Ti 4:17; Hch 9:16; Hch 13:46, Hch 13:50; Hch 14:5, Hch 14:6; Hch 21:27-31; Hch 22:21-24; Efe 3:1-8; 1Ts 2:16.

pero no me avergüenzo. 2Ti 1:8; Sal 25:2; Isa 50:7; Isa 54:4; Hch 21:13; Rom 1:16; Rom 5:4, Rom 5:5; Rom 9:33; Flp 1:20; Heb 12:2; 1Pe 4:16.

porque yo sé a quién he creído. Sal 9:10; Sal 56:9; Flp 3:8, Flp 3:10; 1Pe 4:19.

y estoy seguro, o convencido. 2Ti 1:5.

que es poderoso. Jua 10:28-30; Flp 3:21; Heb 2:18; Heb 7:25.

para guardar. Jua 6:39, Jua 6:40, Jua 6:44; Jua 17:11, Jua 17:12, Jua 17:15; 1Ti 6:20; 1Pe 1:5; Jud 1:24.

mi depósito. Sal 31:5; Luc 23:46; Hch 7:59; 1Pe 4:19.

para aquel día. 2Ti 1:18; 2Ti 4:8; Mat 7:22; Mat 24:36; Luc 10:12; 1Ts 5:4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La confianza de Pablo en el evangelio y su Salvador lo facultan para sufrir sin avergonzarse. La frase a quién he creído expresa la confianza inamovible de Pablo en su Salvador.

mi depósito no se refiere a algo que Pablo hizo por Cristo, sino a algo que él confió al Señor, como un depósito en un banco. Esto no nos habla de la confianza de Pablo en sí mismo, sino de la confianza en Cristo. Pablo sabía que Dios guardaría su depósito, su vida y la recompensa eterna de su ministerio. El apóstol se estaba preparando para su muerte inminente, pero a pesar de esto estaba lleno de esperanza. Él había hecho uso de su tiempo, sus recursos y aún su vida en proclamar el evangelio y esta inversión en el Reino de Cristo lo llevaría a una recompensa abundante en la eternidad (Luc 19:15; 1Co 3:10-15; Apo 11:15, Apo 11:18). Dios nos protegerá en la vida y en la muerte. Él no olvidará una vida de servicio fiel cuando vuelva. A veces la gente es desagradecida u olvidadiza acerca de lo bueno que hacemos por ellos; sin embargo, todo lo que nosotros hacemos en servicio fiel por nuestro Salvador se recordará y se recompensará (Mat 10:42).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

PARA GUARDAR MI DEPÓSITO PARA AQUEL DÍA. Pablo no define lo que le ha confiado con Dios. Pudiera referirse a su trabajo apostólico, su enseñanza o incluso su vida.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

asimismo padezco. Cp. el v. 2Ti 1:8; vea las notas sobre 2Co 4:8-18 ; 2Co 6:4-10 ; 2Co 11:23-28; Gál 6:17; Flp 3:10. no me avergüenzo. Vea las notas sobre el v.2Ti 1:8; Rom 1:16; 1Pe 4:16. Pablo no tenía temor alguno a la persecución y la muerte por predicar el evangelio en un ambiente hostil, porque tenía confianza plena de que Dios había sellado su gloria y bendición futuras. yo sé a quién he creído. «Sé» indica la certidumbre del conocimiento íntimo que Pablo tenía de la salvación, y el objeto de ese conocimiento espiritual era Dios mismo. La forma del verbo griego que se traduce «he creído» se refiere a algo que comenzó en el pasado y tiene resultados permanentes y continuos (vea la nota sobre Rom 1:16). Este «saber» equivale al «conocimiento de la verdad» (2Ti 3:7; 1Ti 2:4). es poderoso para guardar. Vea las notas sobre Jud 1:24-25. mi depósito. La vida de Pablo en el tiempo y en la eternidad ha sido entregada a su Señor. El apóstol vivió con confianza y denuedo imperturbables a causa de la verdad revelada acerca del poder y la fidelidad de Dios, y de su propia experiencia de una relación inquebrantable con el Señor (Rom 8:31-39). aquel día. Cp. v. 2Ti 1:18; 2Ti 4:8; vea las notas sobre Flp 1:6. Llamado también «el día de Cristo» (vea las notas sobre Flp 1:10), en el cual los creyentes estarán ante su tribunal para ser recompensados (vea las notas sobre 1Co 3:13; 2Co 5:10; 1Pe 1:5).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:12 — «Por lo cual asimismo». Las siguientes versiones expresan mejor el texto griego: «Por esta causa» (ASV., H.A., N.C.), «Por cuya causa» (P.B., JTD.), «Por esta misma causa» (N.M.). Entiendo que Pablo se refiere a la causa de su predicación del glorioso evangelio (ver. 11), lo que ahora le costaba encarcelamiento, y ya pronto una muerte violenta e injusta.
–«padezco esto». Véanse ver. 8; 3:11,12; 2Co 11:23-28. Ahora, al escribir esta carta, Pablo padecía encarcelamiento y humillación, y esperaba la muerte de parte de paganos. Pero, ¿no fue vituperado Jesús? ¿No fue crucificado entre dos malhechores? ¿Qué diremos de Juan el bautista (Mat 14:10-11), de Esteban y la iglesia primitiva (Acts 7:59–8:3), de Jacobo (Hch 12:1-2), de Antipas (Apo 2:13)? A esto es llamado el cristiano (1Pe 2:20-21). El diablo se encargará de ello, pues el conflicto está entre él y Cristo (Apo 17:14).
Cristo nos dejó el ejemplo de sufrir injustamente, para que le sigamos. No solamente sufrió injustamente con paciencia, sino todo lo hizo para el bien de otros. Sufrir por la causa de Cristo ¡es sabio! (Mat 5:10-12).
–«pero no me avergüenzo,». Véanse ver. 8; Rom 1:16. No hay que avergonzarse bajo tales circunstancias, dada la razón que sigue.
–«porque yo sé a quien he creído». Al decir, «porque», Pablo introduce la razón de sufrir por Cristo pero sin vergüenza.
Había puesto toda la confianza en Cristo, quien deshizo la muerte y sacó a luz la vida y la incorrupción. Véase 1Pe 1:6-9. ¡La fe probada tiene su propósito! Pablo, como Moisés, «tenía puesta la mirada en el galardón» (Heb 11:26).
–«y estoy seguro que es poderoso». La razón de Pablo también consistía en la seguridad que tenía de que Dios es poderoso. Véanse Luc 1:49; Luc 24:19, donde se emplea la misma palabra griega.
–«para guardar mi depósito». Si Dios es poderoso para guardar su depósito, y Dios no miente (Tit 1:2), entonces es enteramente sabio sufrir como predicador del evangelio, habiendo sido comisionado para ello por el Señor mismo.
¿A qué se refiere la frase, «mi depósito»? ¿Es el depósito de Pablo que él había confiado en Cristo, o es el depósito que Pablo había recibido de Cristo?
La misma frase griega («mi depósito») aparece en ver. 14, y en 1Ti 6:20. En esos dos pasajes el «depósito» es obviamente el mensaje del evangelio. Algunos comentaristas creen que también en este pasaje se hace referencia al evangelio (que Dios lo guardará aun después de la muerte de Pablo; es decir, la obra de evangelismo no sufriría gran pérdida con la muerte de Pablo en Roma).
Algunas versiones (Mod., H.A., B.A., P.B., S.A., J.T.D., N.C.) dicen sencillamente, según el texto griego, «mi depósito».
Otras, en lugar de traducir la frase griega, la interpretan en una de dos maneras:
1 – Lo que Pablo había depositado con Cristo, o Dios. «para guardar lo que le he confiado» (NVI., ASV.). «me guardará hasta aquel día lo que deposité en sus manos» (NTP.).
2 – Lo que Cristo había depositado en Pablo; es decir, el mensaje del evangelio. «para guardar lo que me ha sido confiado» (L.A.).
Por lo que valga, diré que el contexto me indica a mí que Pablo, hablando de su sufrimiento por la causa de Cristo, y de su fe en él, ahora dice que está seguro que el poderoso Dios guardará su vida, obra y sacrificio en el evangelio, con referencia al día del juicio final. Véanse Gál 2:20; Heb 13:5-6; Mat 6:19-20; 1Pe 1:4-6.
Cualquiera de las dos interpretaciones expresa la verdad. Pablo pone el énfasis en el poder del Ser Divino en quien ha creído de todo corazón.
–«para aquel día». Véanse 1:18; 4:8; 2Ts 1:10.
No es cuestión de tiempo, que Dios guardará el depósito «hasta» aquel día, sino de que lo guardará para aquel día, o con referencia a aquel día en el cual Dios pagará a cada uno conforme a sus obras (Rom 2:5-6; Apo 14:13).
Aquel día es el de la segunda venida de Cristo (Heb 9:28).
Nótense en los siguientes pasajes las diferentes expresiones que Pablo emplea con referencia a este día señalado: Rom 2:5; Rom 2:16; 1Co 1:8; Efe 4:30; Flp 1:6; Flp 1:10; 1Ts 5:2.
Así, con esta plena confianza en el Dios poderoso, Pablo podía sufrir reproche por la Causa de Cristo, pues ¡viene un día de juicio final (Hch 17:31)!

Fuente: Notas Reeves-Partain

CONFIANZA DIVINA Y HUMANA

2 Timoteo 1:12-14

Y esa es la razón por la que yo paso estas cosas ahora. Pero no estoy avergonzado, porque yo conozco a Aquel en Quien está puesta mi fe, y estoy totalmente seguro de que puede guardar a salvo lo que le he confiado hasta que llegue el último día. Mantén el esquema de las palabras vivificadoras que has recibido de mí, sin flojear jamás en la fe y el amor que hay en Jesucristo. Guarda el maravilloso depósito que se te ha confiado por medio del Espíritu Santo que mora en ti.

Este pasaje usa una palabra griega muy gráfica de una manera doblemente sugestiva. Pablo habla de aquello que él le ha confiado a Dios; y exhorta a Timoteo a salvaguardar el depósito que Dios le ha confiado. En ambos casos la palabra original es parathéké que quiere decir un depósito encomendado a la guarda de alguien. Uno podía depositar algo confiándoselo a un amigo para que se lo guardara para sus hijos o seres amados; podía depositar sus objetos de valor en un templo para que se los guardaran a salvo, porque los templos eran los bancos del mundo antiguo. En cada caso la cosa depositada era un parathéké. En el mundo antiguo no había un deber más sagrado que el de salvaguardar tal depósito y devolverlo a su debido tiempo cuando se reclamaba.

Había una historia griega famosa que contaba precisamente lo sagrado que era un depósito semejante (Heródoto 6:89; Juvenal: Sátiras 13: 199-208). Los espartanos eran famosos por su estricto sentido del honor y de la honradez. Cierto hombre de Mileto se dirigió a un cierto Glauco, de Esparta. Dijo que había tenido tan buenos informes de la honradez de los espartanos que había convertido en dinero la mitad de sus posesiones y quería depositar ese dinero, hasta que él o sus herederos lo reclamaran otra vez. Se dieron y recibieron ciertos símbolos que servirían para identificar al que tuviera derecho a reclamarlo. Pasaron los años; el hombre de Mileto murió; sus hijos fueron a Esparta a ver a Glauco, presentaron sus signos de identificación y pidieron que se les devolviera el dinero depositado. Pero Glauco pretendió no acordarse de haberlo recibido. Los hijos que habían venido de Mileto se alejaron tristes, pero Glauco fue al famoso oráculo de Delfos para ver si podía admitir el depósito o, lo que la ley griega le permitía hacer, podía jurar que no sabía nada de él. El oráculo contestó:

«Lo mejor, de momento, habría sido, oh Glauco, hacer lo que querías: hacer un juicio para quedar encima y quedarte con el botín del dinero. Jura entonces -la muerte es la suerte hasta de los que nunca juran falsamente. Sin embargo, el dios del juramento tiene un hijo sin nombre, sin pies ni manos; poderoso en fuerza se lanza ala venganza y arrasa en destrucción a todos los que pertenecen a la raza o la casa del hombre que ha perjurado. Pero los que guardan el juramento dejan tras sí una descendencia floreciente.»

Glauco comprendió; el oráculo le estaba diciendo que si quería un provecho momentáneo podía negar el depósito; pero tal negación traería consigo una pérdida eterna. Le pidió al oráculo que perdonara su pregunta; pero la respuesta era que el haber tentado al dios era tan malo como haber realizado la acción. Envío por los hijos del hombre de Mileto y les devolvió el dinero. Heródoto prosigue: » Glauco hasta el presente no tiene ni un solo descendiente; ni se le reconoce ninguna familia; ha sido quitadas raíz y rama de Esparta. Es una buena cosa por tanto, cuando un depósito se le ha confiado a uno, que ni siquiera se le pase por el pensamiento el dudar de devolverlo.» Para los griegos un parathéké era absolutamente sagrado.

Pablo dice que él le ha confiado un depósito a Dios. Quiere decir que le ha confiado tanto su trabajo como su vida. Podría parecer que él había sido retirado a mitad de la carrera; el que terminara como un criminal en una cárcel romana podría parecer el final de toda su obra. Pero él había sembrado la semilla y predicado el Evangelio, y dejaba el resultado en las manos de Dios. Pablo le había confiado a Dios su vida; y estaba seguro de que estaba a salvo tanto en la vida como en la muerte. ¿Por qué estaba tan seguro? Porque conocía a Aquel en Quien había creído. Siempre debemos recordar que Pablo no dice que sabía lo que había creído. No había llegado a un credo o a una teología por un conocimiento intelectual, sino llegó a un conocimiento personal de Dios. Conocía a Dios personal e íntimamente; sabía cómo era en Su amor y en Su poder; y para Pablo era inconcebible el que Dios le pudiera fallar. Si hemos trabajado honradamente y hecho las cosas lo mejor posible, podemos dejarle el resultado a Dios, por muy escaso que nos parezca ese trabajo. Con Él, en éste o en cualquier otro mundo la vida está a salvo, porque nada nos puede separar del amor de Dios en Jesucristo nuestro Señor.

DEPÓSITO HUMANO Y DIVINO

2 Timoteo 1:12-14 (conclusión)

Pero el tema del depósito tiene otro lado; hay otro parathéké. Pablo exhorta a Timoteo que salvaguarde y mantenga inviolado el depósito que Dios le ha confiado. No somos nosotros los únicos que ponemos nuestra confianza; Él también pone Su confianza en nosotros. La idea de que Dios depende de los hombres no está nunca lejos del pensamiento del Nuevo Testamento. Cuando Dios quiere que se haga algo tiene que encontrar la persona que lo haga. Si quiere que se enseñe a un niño, que se dé un mensaje, que se predique un sermón, que se encuentre a un perdido, que se consuele a un afligido, que se sane a un enfermo, tiene que encontrar algún instrumento para hacer Su trabajo.

El depósito que Dios le había confiado en particular a Timoteo era la supervisión y la edificación de la Iglesia. Si Timoteo había de cumplir de veras esa encomienda, tenía que hacer ciertas cosas.
(i) Tenía que retener el esquema de las palabras vivificadoras. Es decir, tenía que comprobar que la fe cristiana se mantenía en toda su pureza, y que no se les permitía la entrada en ella a ideas falsas y engañosas. Eso no es decir que en la Iglesia Cristiana no debe haber un pensanúento renovado y un desarrollo de la doctrina y de la fe; pero sí quiere decir que hay ciertas grandes verdades que se deben preservar siempre intactas. La verdad cristiana que debe permanecer inalterable es la que está compendiada en el credo de la Iglesia Original: «Jesucristo es Señor» (Fil 2:11 ). Una teología que trate de desplazar a Cristo del lugar supremo o despojarle del lugar único en el esquema de la Revelación y de la salvación es necesariamente equivocada. La Iglesia Cristiana debe estar siempre reformateando su fe, pero la fe que se expresa de nuevo debe ser la fe en Cristo.

(ii) No debía nunca flojear en la fe. La fe contiene aquí dos ideas en su corazón.

(a) Contiene la idea de fidelidad. El dirigente cristiano debe ser para siempre leal y verdadero para con Jesucristo. No debe nunca avergonzarse de mostrar Cúyo es y a Quién sirve. La fidelidad es la virtud más antigua y más esencial del mundo.

(b) Pero la fe también contiene la idea de esperanza. El cristiano no debe perder nunca su confianza en Dios; no debe desesperar nunca. No debe haber ningún pesimismo ni acerca de sí mismo ni acerca del mundo en el corazón del cristiano. Como escribió A. H. Clough:

No digas que la lucha no valía la pena, que el esfuerzo y las llagas se aplicaron en vano; que el contrario no ceja ni retrocede nunca, y que todas las cosas son lo mismo que siempre.

Si la ilusión se engaña, el miedo es mentiroso; ¿no ocultará esa nube de humo en lontananza a los tuyos, que alcanzan al enemigo que huye, y que solo tú faltas por poseer la victoria?
Mientras las olas rompen cansadas en la arena sin parecer ganar ni una sola pulgada, allá atrás la marea entre rocas y riscos avanza silenciosa entrando incontenible.
No solo las ventanas de Oriente lentamente adivinan la luz conforme el Sol se eleva; sino, ¡mirad!, a Occidente las lomas ya saltan jubilosas reflejando su luz.

(iii) No debe nunca desfallecer en el amor. Amar a los hombres es verlos como Dios los ve. Es negarse radicalmente a hacer nada que no contribuya a su bien supremo. -Es vencer el rencor con el perdón; es vencer el odio con el amor; es vencer la indiferencia con una pasión ardiente que no se puede apagar. El amor cristiano busca insistentemente amar a los hombres como Dios los ama y como nos ha amado a nosotros en primer lugar.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

— el día del juicio: Lit. aquel día. Es decir, el día de la gloriosa manifestación de Jesucristo que en la tradición bíblica coincide con el día del juicio. Ver nota a 1Co 1:8.

— la enseñanza que me ha confiado: Lit. depósito, es decir, algo valioso que ha sido confiado a una persona para que lo guarde fielmente y lo devuelva en su momento. En este caso, se identifica con la auténtica enseñanza o sana doctrina de la que se habla en 2Ti 4:3; 1Ti 1:10 (ver nota); 1Ti 4:6; 1Ti 6:3; Tit 1:9; Tit 1:13; Tit 2:7-8.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Lit.: “he sido persuadido”.

REFERENCIAS CRUZADAS

g 33 Hch 9:16; Efe 3:1; 1Pe 4:19

h 34 2Co 4:2

i 35 1Ti 6:20

j 36 2Ti 4:8

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

hasta aquel día. Es decir, el día del juicio (cp. vers. 18; 4:8).

Fuente: La Biblia de las Américas

12 (1) El apóstol sufría por una sola causa, la causa del más alto nivel: proclamar las buenas nuevas del evangelio de gracia y vida para confirmar las iglesias, y dirigir a los santos. Tal causa debe de haber animado y fortalecido a Timoteo, mientras afrontaba el deterioro de las iglesias en decadencia.

12 (2) Así que Timoteo tampoco debía haberse avergonzado (v.8).

12 (3) El apóstol creía en una persona viviente, Cristo, el Hijo del Dios vivo, quien es la corporificación de la gracia divina y de la vida eterna, y no en una cosa ni asunto. La vida eterna que está en Cristo es poderosa; basta y sobra para sostener hasta el final a aquel que sufre por Su causa, y para preservarlo para la herencia de la gloria venidera. La gracia que está en El era más que suficiente para proveer a Su enviado de todo lo necesario para acabar la carrera de su ministerio hasta obtener la recompensa en gloria (4:7-8). Por lo tanto, El podía guardar lo que el apóstol le había confiado, para el día del regreso del Señor. Tal seguridad también debe de haber animado y fortalecido al débil y afligido Timoteo.

12 (4) O, lo que le he encomendado a EL. El apóstol encomendó todo su ser y su glorioso futuro a Aquel que es poderoso para guardar, por medio de Su vida y gracia, ese depósito para el día de Su segunda manifestación.

12 (5) El día de la segunda manifestación de Cristo.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

a quién he creído. i.e., en cuya fidedignidad he clavado mi fe.

mi depósito. La confianza de Pablo está bien fundada, porque Dios preservará este depósito de la fe en Cristo hasta el día del juicio, cuando todos los peligros habrán pasado. Algunos entienden esto como referido al depósito de los dones de Dios en la vida de Pablo (como en el v. 2Ti 1:14 y en 1Ti 6:20).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

he sido persuadido… → §032; depósito…1Ti 6:20 (aunque el sentido aquí y en el v. 2Ti 1:14 es discutible).

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R594 Εἰς se usa con expresiones de tiempo, donde la preposición indica el límite o acentúa la duración expresada por el acusativo. Así encontramos: εἰς ἐκείνην τὴν ἡμέραν, donde pudiera traducirse hasta (comp. contra).

MT204 Δυνατὸς φυλάξαι significa: competente para guardar.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

I.e., el depósito de Cristo en mí, o, el depósito mío en Cristo

O, para

Fuente: La Biblia de las Américas

g 1.5.

1.12 g 1Ti 6:20, aunque el sentido que tiene aquí y en el v. 14 es discutible.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

‡ “Día,” haciendo referencia al Día del Juicio del fin de los tiempos.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento