Comentario de 2 Timoteo 2:8 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, de la descendencia de David, conforme a mi evangelio.

2:8 — «Acuérdate». Este verbo, por ser de modo imperativo y del tiempo presente, indica que Timoteo debería estar haciéndolo siempre.

¿Para qué acordarse Timoteo de Jesucristo, y esto de continuo? Para imitarle, con el fin de quedarse inmóvil (1Co 15:58) en medio de los sufrimientos que venían.

¿Por qué acordarse de él? Porque Jesucristo es el ejemplo por excelencia. (Ahora en el versículo siguiente, Pablo se presenta a sí mismo también como ejemplo de sufrir por la Verdad). El Hijo de Dios, predicho en la profecía («del linaje de David»), vino al mundo, sufrió según «el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios» (Hch 2:23), y resucitó de los muertos, venciendo así a sus enemigos (Col 2:15; Apo 5:5). Este gran hecho histórico es el corazón del evangelio que Pablo predicaba. Si nosotros nos acordamos de Jesucristo, bien podemos nosotros también salir victoriosos sobre todo enemigo de la verdad.

El reflexionar («considerar») sobre lo que Pablo decía (ver. 7), y el acordarse de Jesucristo (ver. 8), es lo que el cristiano debe hacer constantemente para tener valor en lugar de cobardía (1:7) en la lucha de la vida en Cristo. Timoteo afrontaba mucha oposición (ver. 16-18; 3:1-13).

— «de Jesucristo». ¡El reina, no Nerón!

El nombre «Jesús» tuvo que ver con su humanidad («del linaje de David»; véase Mat 1:21) y el nombre «Cristo», con su divinidad («resucitado de los muertos»).

— «del linaje de David». Sobre esta frase, y la siguiente («resucitado de los muertos»), véase el pasaje paralelo, Rom 1:3-4.

Hemos de acordarnos de Jesucristo en conexión con estos dos grandes hechos en el evangelio: su encarnación y su resurrección. Son pruebas de su divinidad.

Para ser el Mesías, Jesús de Nazaret tuvo que ser de la simiente de David. Véanse Isa 11:1; Jer 23:5-6; Hch 2:29-36. Véase también Mat 22:41-46.

En lugar de «linaje», otras versiones dicen simiente, siguiendo literalmente en texto griego que emplea la palabra sperma.

— «resucitado de los muertos». El tiempo del verbo en esta frase es el perfecto pasivo, y así se indica una condición permanente.

La resurrección de Jesús es «la señal de señales», y otra alguna no será dada a los incrédulos (Mat 12:38-40). En la resurrección Jesucristo conquistó la muerte (1:10; Heb 2:14-15; 1Jn 3:8).

Como hombre Cristo murió (Isa 53:1-12; Heb 2:9); como Dios, resucitó (Jua 10:15-18; Hch 2:24).

— «conforme a mi evangelio»; es decir, conforme al evangelio que Pablo predicaba. Compárense Rom 2:16; Rom 16:25; 1Co 15:1; 2Ts 2:14. Es el mismo evangelio de 1:10,11. El corazón del evangelio que Pablo predicaba no es un Cristo muerto, sino ¡el Cristo resucitado!

Pablo recibió este evangelio por revelación (Gál 1:11-12); de él era «predicador, apóstol, y maestro» (2Ti 1:11); sufría por él (1:12), y ahora estuvo a punto de morir por él (4:6). El sabía que su recompensa sería la gloriosa corona de vida (4:8).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Acuérdate. Heb 12:2, Heb 12:3.

del linaje de David. Mat 1:1; Hch 2:30; Hch 13:23; Rom 1:3, Rom 1:4; Apo 5:5.

resucitó de los muertos. Luc 24:46; Hch 2:24; 1Co 15:1, 1Co 15:4, 1Co 15:11-20.

conforme a mi evangelio. Rom 2:16; Rom 16:25; 2Ts 2:14; 1Ti 1:11; 1Ti 2:7.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Se ordena a Timoteo acordarse de la resurrección de Cristo.

del linaje de David enfatiza la humanidad de Jesús y el hecho de que Él cumpliría todas las promesas que Dios hizo a David (2Sa 7:11-16).

resucitado de los muertos enfatiza que nuestro Salvador vive hoy sentado a la diestra de Dios el Padre.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Acuérdate de Jesucristo. El modelo supremo de fidelidad como maestro (v. 2Ti 2:2), soldado (vv. 2Ti 2:3-4), atleta (v. 2Ti 2:5) y labrador (v. 2Ti 2:6). Timoteo debía seguir su ejemplo al enseñar, al sufrir, al perseguir el premio y al plantar las semillas de verdad para recoger una cosecha espiritual. del linaje de David. Vea las notas sobre Rom 1:3; Apo 22:16. Como descendiente de David, Jesús es el heredero justo de su trono (Luc 1:32-33). Aquí se subraya la humanidad del Señor. resucitado de los muertos. La resurrección de Cristo es la verdad central de la fe cristiana (1Co 15:3-4; 1Co 15:17; 1Co 15:19). Por medio de ella, Dios afirmó la obra perfecta de redención realizada por Jesucristo (vea la nota sobre Rom 1:4).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

2:8 — «Acuérdate». Este verbo, por ser de modo imperativo y del tiempo presente, indica que Timoteo debería estar haciéndolo siempre.
¿Para qué acordarse Timoteo de Jesucristo, y esto de continuo? Para imitarle, con el fin de quedarse inmóvil (1Co 15:58) en medio de los sufrimientos que venían.
¿Por qué acordarse de él? Porque Jesucristo es el ejemplo por excelencia. (Ahora en el versículo siguiente, Pablo se presenta a sí mismo también como ejemplo de sufrir por la Verdad). El Hijo de Dios, predicho en la profecía («del linaje de David»), vino al mundo, sufrió según «el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios» (Hch 2:23), y resucitó de los muertos, venciendo así a sus enemigos (Col 2:15; Apo 5:5). Este gran hecho histórico es el corazón del evangelio que Pablo predicaba. Si nosotros nos acordamos de Jesucristo, bien podemos nosotros también salir victoriosos sobre todo enemigo de la verdad.
El reflexionar («considerar») sobre lo que Pablo decía (ver. 7), y el acordarse de Jesucristo (ver. 8), es lo que el cristiano debe hacer constantemente para tener valor en lugar de cobardía (1:7) en la lucha de la vida en Cristo. Timoteo afrontaba mucha oposición (ver. 16-18; 3:1-13).
–«de Jesucristo». ¡El reina, no Nerón!
El nombre «Jesús» tuvo que ver con su humanidad («del linaje de David»; véase Mat 1:21) y el nombre «Cristo», con su divinidad («resucitado de los muertos»).
–«del linaje de David». Sobre esta frase, y la siguiente («resucitado de los muertos»), véase el pasaje paralelo, Rom 1:3-4.
Hemos de acordarnos de Jesucristo en conexión con estos dos grandes hechos en el evangelio: su encarnación y su resurrección. Son pruebas de su divinidad.
Para ser el Mesías, Jesús de Nazaret tuvo que ser de la simiente de David. Véanse Isa 11:1; Jer 23:5-6; Hch 2:29-36. Véase también Mat 22:41-46.
En lugar de «linaje», otras versiones dicen simiente, siguiendo literalmente en texto griego que emplea la palabra sperma.
–«resucitado de los muertos». El tiempo del verbo en esta frase es el perfecto pasivo, y así se indica una condición permanente.
La resurrección de Jesús es «la señal de señales», y otra alguna no será dada a los incrédulos (Mat 12:38-40). En la resurrección Jesucristo conquistó la muerte (1:10; Heb 2:14-15; 1Jn 3:8).
Como hombre Cristo murió (Isa 53:1-12; Heb 2:9); como Dios, resucitó (Jua 10:15-18; Hch 2:24).
–«conforme a mi evangelio»; es decir, conforme al evangelio que Pablo predicaba. Compárense Rom 2:16; Rom 16:25; 1Co 15:1; 2Ts 2:14. Es el mismo evangelio de 1:10,11. El corazón del evangelio que Pablo predicaba no es un Cristo muerto, sino ¡el Cristo resucitado!
Pablo recibió este evangelio por revelación (Gál 1:11-12); de él era «predicador, apóstol, y maestro» (2Ti 1:11); sufría por él (1:12), y ahora estuvo a punto de morir por él (4:6). El sabía que su recompensa sería la gloriosa corona de vida (4:8).

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL RECUERDO ESENCIAL

2 Timoteo 2:8-10

Acuérdate de Jesucristo, resucitado de los muertos, nacido de la simiente de David, según el Evangelio que yo te he predicado; El Evangelio por el que ahora sufro hasta el punto de las cadenas, acusado de ser un criminal. Pero aunque estoy encadenado, la Palabra de Dios no está presa. Por tanto lo sufro todo por causa de los escogidos de Dios, para que también ellos obtengan la salvación que hay en Jesucristo, con la gloria eterna.

Desde el mismo comienzo de esta carta Pablo ha estado tratando de inspirar a Timoteo para su tarea. Le ha recordado su propia fe en él y la piadosa familia de la que procede; le ha mostrado la figura del soldado cristiano, del atleta cristiano y del trabajador cristiano. Y ahora llega al consejo más grande de todos -acuérdate de Jesucristo. Falconer llama a estas palabras «el corazón del Evangelio paulino.» Aunque fallara otra apelación a la caballerosidad de Timoteo, el recuerdo de Jesucristo sería eficaz. En las palabras que siguen, Pablo está exhortando a Timoteo a recordar tres cosas.

(i) Acuérdate de Jesucristo, resucitado de los muertos. El tiempo del verbo griego no implica un acto definido en el tiempo, sino un estado continuo que dura para siempre. Pablo no está diciendo a Timoteo tanto: «Recuerda el hecho de la resurrección de Jesús;» como: «Recuerda a tu Señor resucitado y siempre presente.» Aquí está la gran inspiración cristiana. No dependemos de un recuerdo, por grande que sea. Disfrutamos del poder de una presencia. Cuando se convoca a un cristiano a una gran tarea que no puede por menos de considerar por encima de sus fuerzas, debe asumirla en la certeza de que no está solo, sino de que está con él para siempre la presencia y el poder de su Señor resucitado. Cuando los temores amenazan, cuando las dudas asedian, cuando la incapacidad deprime, recuerda la presencia del Señor resucitado.

(ii) Acuérdate de Jesucristo, nacido de la simiente de David. Éste es el otro lado de la cuestión. «Recuerda -le dice Pablo a Timoteo- la humanidad del Maestro.» No recordamos a Uno Que es sólo una presencia espiritual; recordamos a Uno Que recorrió esta senda, y vivió esta vida, y arrostró esta lucha, y que por tanto sabe por lo que estamos pasando. Tenemos con nosotros la presencia, no solamente del Cristo glorificado, sino también la del Cristo que experimentó la lucha desesperada de ser un hombre y siguió hasta su más amargo final la voluntad de Dios.

(iii) Acuérdate del Evangelio, la buena noticia. Aun cuando el evangelio demande mucho, aun cuando conduzca a un esfuerzo que parece ser superior a la capacidad humana y a un futuro que parece oscurecido por toda clase de amenaza, recuerda que es la buena noticia, y recuerda que el mundo la está esperando. Por muy dura que sea la tarea que el Evangelio conlleva, ese mismo Evangelio es el mensaje de liberación del pecado y la victoria sobre las circunstancias para nosotros y para toda la humanidad.

De este modo incita Pablo a Timoteo al heroísmo llamándole a recordar a Jesucristo, a recordar la constante presencia del Señor resucitado, a recordar la simpatía que viene de la humanidad del Maestro, a recordar la gloria del Evangelio para sí mismo y para el mundo que nunca lo ha oído y que lo está esperando.

EL CRIMINAL DE CRISTO

2 Timoteo 2:8-10 (continuación)

Cuando Pablo escribió estas palabras se encontraba en una prisión romana, encadenado. Esto era literalmente cierto, porque todo el tiempo que estuvo preso, noche y día, estuvo encadenado al brazo de un soldado romano. Roma no corría el riesgo de que se escaparan sus presos.
Pablo estaba preso acusado de ser un criminal. Nos parece extraño que hasta un gobierno hostil pudiera considerar a un cristiano, y especialmente a Pablo, un criminal. Pablo podía parecerle un criminal al imperio romano de dos posibles maneras.
Primera, Roma tenía un imperio que casi incluía el mundo entonces conocido. Era obvio que tal imperio estaba sujeto a tensiones y presiones. Había que mantener la paz, y todo posible centro de desafección tenía que ser eliminado. Una de las cosas que Roma miraba con más recelo era la formación de asociaciones. En el mundo antiguo había muchas asociaciones. Había, por ejemplo, clubes de comidas que se reunían a intervalos establecidos. Había lo que podríamos llamar asociaciones de amigos diseñadas para practicar la beneficencia con los familiares de los socios que habían muerto. Había sociedades de entierros, para asegurar que sus miembros eran enterrados decentemente. Pero las autoridades romanas eran tan meticulosas acerca de las asociaciones que hasta éstas humildes e inofensivas tenían que recibir un permiso especial del emperador antes de que se les permitiera reunirse. Ahora bien, los cristianos eran para todos los efectos una asociación ilegal; y esa era una razón para que Pablo, como responsable de tal asociación, se encontrara en la posición muy seria de ser considerado un criminal político.
Segunda, la primera persecución de los cristianos estuvo íntimamente relacionada con uno de los más grandes desastres que acontecieran jamás a la ciudad de Roma. El 19 de julio del año 64 d C. se produjo el gran fuego de Roma. Estuvo ardiendo seis días y siete noches, y devastó toda la ciudad. Los altares más sagrados y los edificios más famosos perecieron en las llamas. Pero peor aún -los hogares de la gente corriente fueron destruidos. Con mucho la mayor parte de la población vivía en grandes edificios construidos mayormente de madera y que ardieron como era de temer. Muchas personas murieron o quedaron impedidas; perdieron a sus seres más próximos y queridos; se quedaron destituidos sin hogar. La población de Roma se redujo a lo que alguien ha llamado «una vasta fraternidad de miserables desesperados.»
Se creyó que el mismo Nerón, el emperador, era responsable del fuego. Se dijo que lo había estado contemplando desde la torre de Mecenas y se confesaba fascinado con «la flor y el encanto de las llamas.» Se dijo que cuando el fuego daba señales de remitir había hombres prendiéndolo con teas, y que esos hombres eran los servidores de Nerón. Nerón tenía verdadera pasión por las construcciones, y se dijo que había provocado el fuego de la ciudad deliberadamente para reedificarla nueva y más noble desde sus cenizas. Fuera la historia cierta o no -y las posibilidades eran que lo era- una cosa era cierta. Nada podía acallar el rumor. Los ciudadanos de Roma estaban seguros de que Nerón había sido el responsable.
No había nada más que una salida para el gobierno romano, y era encontrar un chivo expiatorio. Y lo encontró en los cristianos. Dejemos que Tácito, el historiador romano, nos diga cómo se hizo: «Pero todos los esfuerzos humanos, todos los regalos pródigos del emperador, y las ofrendas de propiciación a los dioses no consiguieron desvanecer la siniestra creencia de que la conflagración había sido el resultado de una orden. En vista de lo cual, para desmentir los rumores, Nerón le echó todas las culpas y le infligió las torturas más exquisitas a una casta odiada por sus abominaciones, los que el populacho llamaba cristianos» (Tácito: Anales 15:44). Está claro que ya estaban circulando ciertas calumnias acerca de los cristianos. Sin duda los judíos influyentes eran responsables, y los odiados cristianos cargaron con las culpas del desastroso fuego de Roma. Fue de aquel suceso del que surgió la primera gran persecución. Pablo era cristiano; más aún era uno de los máximos cabecillas de los cristianos. Y bien puede haber sido parte de la acusación contra Pablo el que él era uno de los responsables del fuego de Roma y de la miseria resultante del populacho.

Así es que Pablo estaba en la cárcel como criminal, un preso político, miembro de una asociación ilegal y dirigente de esa odiada secta de incendiarios a los que Nerón había echado las culpas de la destrucción de Roma. Se puede ver fácilmente lo desesperada que era la situación de Pablo a la vista de acusaciones semejantes.

LIBRE, AUNQUE ENCADENADO

2 Timoteo 2:8-10 (conclusión)

Aunque estaba en la cárcel acusado de delitos que hacían imposible su liberación, Pablo no estaba desanimado, y menos desesperado. Tenía dos grandes pensan-fientos alentadores.
(i) Estaba seguro de que aunque estuviera encadenado, nada podía encadenar la palabra de Dios. Andrew Melville fue uno de los primeros heraldos de la Reforma en Escocia. Un día el regente Morton envió a buscarle y denunció sus escritos: «No habrá tranquilidad en este país dijo- hasta que media docena de vosotros acaben en la horca o sean desterrados del país.» «¡Chitón, señor! -respondió Melville- Amenazad a vuestros cortesanos de esa guisa. Para mí es lo mismo pudrirme en el aire que en la tierra. La tierra es del Señor; mi patria está dondequiera que se obre el bien. He estado dispuesto a dar mi vida cuando no estaba ni la mitad de gastada que ahora, si era la voluntad de Dios. He vivido fuera de vuestro país diez años lo mismo que en él. ¡Pero, Dios sea glorificado, no está en vuestro poder el ahorcar o el exilar Su verdad!»
Se puede exiliar a una persona pero no la verdad. Se puede meter en la cárcel a un predicador, pero no la palabra que predica. El mensaje es siempre mayor que la persona; la verdad es siempre más poderosa que su portador. Pablo estaba del todo seguro que el gobierno romano no podría nunca tener una prisión en la que pudiera encerrar la palabra de Dios. Y es uno de los Hechos de la Historia que si el esfuerzo humano hubiera podido aniquilar el Cristianismo, éste habría perecido hace mucho; pero los hombres no pueden matar lo que es inmortal.
(ii) Pablo estaba seguro de que lo que él estaba pasando acabaría siendo de ayuda a otras personas. Su sufrimiento no era absurdo ni inútil. La sangre de los mártires siempre ha sido la semilla de la Iglesia; y el encender las hogueras en las que fueron quemados vivos los cristianos, siempre ha equivalido a encender un fuego que ya no se podía sofocar. Cuando uno cualquiera tiene que sufrir por el Evangelio, que recuerde que su sufrimiento le hace el camino más fácil a los que vengan detrás. Al sufrir asumimos nuestra propia pequeña porción del peso de la Cruz de Cristo y cumplimos nuestra pequeña parte par atraer a la humanidad la salvación de Dios.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

— mensaje evangélico: Lit. evangelio. Ver notas a Mar 1:1. Es posible que todo el versículo 2Ti 2:8 sea el resumen de una antigua profesión de fe. Ver Rom 1:3-4.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Mat 1:1; Hch 13:22-23, Hch 13:30; 1Co 15:4; 1Co 15:20.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Reflexiones sobre el sufrimiento por el evangelio. En el v. 8 Pablo da un resumen muy breve de su evangelio. Consiste en tres elementos: Jesús era el Cristo, el Ungido de Dios, el Mesías; que fue resucitado de entre los muertos (una declaración que naturalmente involucra su muerte); era de la descendencia de David. El otro y único lugar donde Pablo menciona este hecho es en Rom. 1:3. Esto pudo haber sido incluido aquí para llamar la atención al cumplimiento de las promesas de Dios. Como una declaración aislada sería inadecuada como un resumen del evangelio, aunque a Timoteo le sería posible llenar lo que faltaba.

Pablo ve sus propias cadenas en contraste con el carácter desencadenado de la Palabra de Dios (v. 9). Por esto debe significar que a pesar de sus propias cadenas el evangelio, sin embargo, será predicado por otros. Cuando en el v. 10 Pablo declara que la razón para su perseverancia es a favor de los escogidos, ve sus propios sufrimientos en relación con aquellos que vendrían a la fe en Cristo como resultado de la predicación del evangelio. Quizás su referencia a la salvación que es en Cristo Jesús tiene la intención de distinguirla de la clase de salvación ofrecida por los falsos maestros. Las palabras en Cristo Jesús no sólo definen la salvación como un hecho netamente cristiano, sino que es también la posesión de todos aquellos que están en Cristo. Nótese que en todas partes Pablo enlaza salvación con gloria (cf. 2 Tes. 2:13, 14).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

m 61 Hch 2:24; 1Co 15:4

n 62 Hch 2:30; Hch 13:23; Rom 1:3

ñ 63 Hch 28:31; Rom 2:16

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Acuérdate de Jesucristo, resucitado. Timoteo debía mantenerse reflexionando en el Señor resucitado, quien es capaz de fortalecer y dar valor a los que sufren por proclamar el evangelio (vers. 9).

descendiente de David. Véase coment. en Mt 1:1.

conforme a mi evangelio. Véase coment en Ro 2:16.

Fuente: La Biblia de las Américas

8 (1) Indica la victoria que Cristo obtuvo sobre la muerte por medio de Su vida divina y el poder de resurrección de la misma.

8 (2) Indica la naturaleza humana de Cristo llena de dignidad, la cual fue exaltada y glorificada juntamente con Su naturaleza divina.

8 (3) El evangelio del apóstol es las buenas nuevas de la persona viviente, Cristo, quien posee la naturaleza divina y la naturaleza humana, se encarnó para ser el Hijo del Hombre, y resucitó para ser el Hijo dé Dios, como se relata en la porción análoga, Rom_1:1-4 .

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

R1041 Ἐγηγερμένον es un participio predicativo que se usa en discurso indirecto con el verbo μνημόνευε (acuérdate que Jesucristo ha resucitado de los muertos).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit. de la simiente.

Fuente: La Biblia Textual III Edición