Comentario de Tito 2:6 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes,
2:6 — «Exhorta asimismo». Véase NOTAS SOBRE Romans, 2:2, comentarios. Gr., parakalei. Aparece en 1Ti 1:3 (rogué), 5:1 (exhórtale), y en Heb 13:19; Heb 13:22 (ruego). — «a los jóvenes». Véase 1Ti 5:1.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Los jóvenes. Job 29:8; Sal 148:12; Ecl 11:9; Ecl 12:1; Joe 2:28; 1Pe 5:5; 1Jn 2:13.
a que sean prudentes. Tit 2:2.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
los jóvenes deben seguir las cualidades del carácter que los ancianos deberían poseer.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
jóvenes. Varones mayores de doce años.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
prudentes. Sensatos y sobrios (vea el v. Tit 2:2).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:6 — «Exhorta asimismo». Véase NOTAS SOBRE Romans, 2:2, comentarios. Gr., parakalei. Aparece en 1Ti 1:3 (rogué), 5:1 (exhórtale), y en Heb 13:19; Heb 13:22 (ruego).
–«a los jóvenes». Véase 1Ti 5:1.
–«a que sean prudentes». Gr., sofronein = ser de mente sobria, con control de sí. Por tercera vez aparece la palabra «prudentes» en este capítulo (ver. 2,5,6), y en el ver. 4 aparece el verbo «enseñen» que en parte emplea en el griego la misma palabra. Véanse los comentarios allí.
El joven moderno confronta una sociedad dada a la fantasía y al materialismo. No es «normal» ser sensato, sobrio, o prudente. Para ser hombre de sobriedad, tiene que guiarse siempre por la Palabra de Dios (Sal 119:9). Así puede dominar los placeres y las locuras de la mundanalidad.
La ley de Cristo no niega al cristiano joven placeres y pasatiempos sanos, pero sí le manda ser persona sensata en todas las actividades. Su juventud no es excusa para que actúe sin responsabilidad y dominio propio (Ecl 11:9).
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL CARÁCTER CRISTIANO
(iv) Los hombres más jóvenes
Tito 2:6
De la misma manera, impón a los hombres más jóvenes el deber de la prudencia.
El deber de los hombres más jóvenes se resume en una sola frase, aunque henchida. Se les encarga recordar el deber de la prudencia. Como ya hemos visto, el que es prudente, sófrón, tiene la cualidad personal que mantiene la vida a salvo. Tiene la seguridad que viene de tener todas las cosas bajo control.
La juventud es por necesidad un tiempo de peligros.
(i) En la juventud se tiene la sangre más caliente y las pasiones pretenden dar las órdenes. La marea de la vida fluye más arrolladoramente en la juventud, y amenaza con arrasarlo todo, incluida la propia persona.
(ii) En la juventud se tienen más oportunidades de cometer errores. Los jóvenes se encuentran en los ambientes en los que la tentación habla con voz más dominante. A menudo tienen que estudiar o que trabajar lejos de casa y de las influencias que los pueden proteger. No han asumido todavía las responsabilidades del hogar y la familia, ni se han cargado con las hipotecas de la fortuna; todavía no poseen el timón y las anclas que mantienen a los mayores en posición o en ruta mediante un simple sentimiento de obligación. En la juventud hay muchas más oportunidades de naufragar en la vida.
En la juventud se tiene a veces la confianza que viene de la falta de experiencia. En casi todas las esferas de la vida, un joven será más temerario que sus mayores, por la sencilla razón de que todavía no ha descubierto todas las cosas que pueden fallar. Para dar un ejemplo sencillo, un joven conduce el coche a mucha más velocidad sencillamente porque no ha descubierto lo fácilmente que se puede producir un accidente o lo frágil que es el metal del que depende la seguridad del vehículo. A menudo asumirá una responsabilidad con un espíritu mucho más descuidado que un mayor, porque todavía no conoce las dificultades ni ha experimentado lo fácilmente que se produce un naufragio. Nadie puede comprar la experiencia; es algo que solo se adquiere con los años. Hay un riesgo y una gloria en ser joven.
Por eso, la primera cosa a la que debe aspirar un joven es al dominio propio. Nadie puede ayudar a otros si no ha conseguido dominarse a sí mismo. » El que domina su espíritu es mejor que el que conquista una ciudad» (Pr 16:32 ).
La autodisciplina no es una de las virtudes más atractivas, pero es la urdimbre de la vida. Algo realmente grande entra en la vida cuando la decisión de la juventud se fortifica con la solidez del dominio propio.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
REFERENCIAS CRUZADAS
m 63 Rom 12:3; 1Pe 5:5