Comentario de Hebreos 6:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Porque es imposible que los que fueron una vez iluminados, que gustaron del don celestial, que llegaron a ser participantes del Espíritu Santo,
6:4-6 — Compárese 10:26-31. Este pasaje enseña claramente la posibilidad de caer de la gracia de Dios de tal manera que se pierda la persona. «Es imposible que… sean otra vez renovados…» Los comentaristas calvinistas, para evitar la fuerza de este pasaje contra la falsa doctrina de «la perseverancia de los santos» (o «la imposibilidad de apostasía»), afirman que este pasaje se refiere, no a cristianos verdaderos, sino solamente a profesados. Pero las varias expresiones aquí empleadas apuntan obviamente a quienes habían sido verdaderos cristianos. El autor de esta epístola aquí describe al que había sido un cristiano en el más amplio sentido de la palabra cristiano. (Véase 10:29, «fue santificado»).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
es imposible. Heb 10:26-29; Heb 12:15-17; Mat 5:13; Mat 12:31, Mat 12:32, Mat 12:45; Luc 11:24-26; Jua 15:6; 2Ti 2:25; 2Ti 4:14; 2Pe 2:20-22; 1Jn 5:16.
que una vez fueron iluminados. Heb 10:32; Núm 24:3, Núm 24:15, Núm 24:16.
y gustaron el don. Mat 7:21, Mat 7:22; Luc 10:19, Luc 10:20; Jua 3:27; Jua 4:10; Jua 6:32; Hch 8:20; Hch 10:45; Hch 11:17; Rom 1:11; 1Co 13:1, 1Co 13:2; Efe 2:8; Efe 3:7; Efe 4:7; 1Ti 4:14; Stg 1:17, Stg 1:18.
y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo. Heb 2:4; Hch 15:8; Gál 3:2, Gál 3:5.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Este debatido pasaje acerca de «recaer» se ha interpretado de diversas maneras. Algunos sostienen que el autor de Hebreos habla de cristianos sólo de nombre, que oyeron la verdad y parecían creer en Cristo, pero con el tiempo demostraron su adherencia superficial a Cristo al renunciar públicamente a Él. Otros ven estos versículos como un argumento hipotético. En otras palabras, el autor de Hebreos usa este caso hipotético para advertir al espiritualmente inmaduro (vv. Heb 6:1-3) para que no rechace la oferta de salvación de Dios (v. Heb 6:6; Heb 3:12). Típicamente los que postulan estas dos posiciones citan numerosos pasajes que hablan de una seguridad eterna del verdadero creyente (Jua 6:39, Jua 6:40; Jua 10:27-29; Rom 8:28-30). Una vez Dios nos salvó, nada nos podrá separar de su amor (Rom 8:35-39). Incluso otros mantienen que el autor habla de cristianos genuinos que renuncian a Cristo y dejan de ser cristianos. Afirman que esto es una clara enseñanza de este texto y citan numerosas advertencias en el NT. para resistir a los engaños de los falsos maestros como evidencia adicional para su interpretación (2Co 11:1-4, 2Co 11:13-15; 2Ti 2:17, 2Ti 2:18; 1Jn 2:21-25). Con toda seguridad, el pasaje concierne a los verdaderos creyentes de Cristo, que son judíos, y bajo persecución son tentados a unirse con la religión judía y sus rituales de los cuales Cristo los libró. Antes de hablar de una pérdida de justificación, se refiere al hecho de no crecer más hacia la madurez. El creyente que es tentado a «recaer», como se traduce mejor el griego, después de progresar mucho en el andar cristiano, como evidencian las características del crecimiento cristiano que se encuentran en los versículos Heb 6:4 y Heb 6:5, y posteriormente caer (no de Cristo sino en la carrera cristiana), se pone en peligro de estancarse en el crecimiento cristiano.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
iluminados. habían recibido instrucción en la verdad bíblica por medio de su percepción intelectual, pero Entender el evangelio no equivale a ser regenerados (cp. Heb 10:26; Heb 10:32). En Jua 1:9 es claro que la iluminación no es el equivalente de salvación. Cp. Heb 10:29. gustaron del don celestial. En sentido figurado, «gustar» se refiere en el NT a experimentar algo de forma consciente (cp. Heb 2:9). La experiencia podría ser momentánea o continua. Por ejemplo, Cristo «gustó» la muerte (Heb 2:9) solo por un momento y no fue una experiencia continua ni permanente. Todos los hombres experimentan la bondad de Dios pero esto no significa que todos sean salvos (cp. Mat 5:45; Hch 17:25). Durante el ministerio del Señor, muchos judíos experimentaron las bendiciones del cielo que Él trajo, tanto en sanidades y liberaciones de ataduras demoníacas así como en el alimento que creó para su sustento físico de manera milagrosa (Jua 6:1-71). Bien sea que el don se refiera a Cristo (cp. Jua 6:51; 2Co 9:15) o al Espíritu Santo (cp. Hch 2:38; 1Pe 1:12), experimentar el uno o el otro no era equivalente de ser salvos (cp. Jua 16:8; Hch 7:51). partícipes del Espíritu Santo. Vea las notas sobre Heb 2:4. Aunque el concepto de participar se emplea en Heb 3:1; Heb 3:14, y Heb 12:8 para aludir a unas relaciones que los creyentes tienen, el contexto debe ser el factor definitivo y determinante. Este contexto en los vv. Heb 6:4-6 parece excluir una referencia a los creyentes verdaderos. Podría ser una referencia a su participación, como se comenta arriba, en el ministerio de milagros ejercido por Jesús por el poder del Espíritu (vea las notas sobre Mat 12:18-32; cp. Luc 4:14; Luc 4:18) o en el ministerio de convicción del Espíritu Santo (Jua 16:8), el cual puede ser resistido sin experimentar salvación (cp. Hch 7:51).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Vea la Introducción: Retos de interpretación. Cinco ventajas poseídas por los judíos son de todas maneras insuficientes para su salvación.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
6:4-6 — Compárese 10:26-31.
Este pasaje enseña claramente la posibilidad de caer de la gracia de Dios de tal manera que se pierda la persona. «Es imposible que… sean otra vez renovados…» Los comentaristas calvinistas, para evitar la fuerza de este pasaje contra la falsa doctrina de «la perseverancia de los santos» (o «la imposibilidad de apostasía»), afirman que este pasaje se refiere, no a cristianos verdaderos, sino solamente a profesados. Pero las varias expresiones aquí empleadas apuntan obviamente a quienes habían sido verdaderos cristianos. El autor de esta epístola aquí describe al que había sido un cristiano en el más amplio sentido de la palabra cristiano. (Véase 10:29, «fue santificado»).
Consúltense también los siguientes pasajes, tocante a la blasfemia contra el Espíritu Santo, pues tiene que ver con este caso: Mat 12:24-32; Mar 3:22-30; Luc 12:10; 1Jn 5:16.
–«Porque». Debemos suplicar la ayuda de Dios para ir adelante a la perfección o madurez de conocimiento, porque ¡grande es el peligro de la apostasía completa! de la cual es imposible ser renovado para arrepentimiento.
–«fueron iluminados». La expresión ésta significa tener conocimiento de la verdad y andar en ella. Véanse 10:32; 2Co 4:4; Efe 1:18; Efe 5:8; Col 1:12-13; 1Ts 5:5; 1Pe 2:9; 1Jn 2:9-11.
–«y gustaron del don celestial». Gustar significa experimentar. Véanse 2:9; 1Pe 2:3. La frase «don celestial» se refiere a todo lo que se goza en Cristo Jesús (Efe 1:3; Jua 6:33; 1Jn 5:11).
–«y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo». El cristiano participa de la dirección del Espíritu Santo. Véanse Jua 14:17; Rom 8:1-17; Gál 4:6; Gál 5:22-25.
–«gustaron de la buena palabra de Dios». Véanse Jua 7:17; Rom 12:2. Los referidos en este pasaje habían experimentado (gustado) la excelencia de la verdad de Dios.
–«y los poderes del siglo venidero». Se hace referencia a las obras poderosas y milagrosas realizadas por el Espíritu Santo en la introducción y confirmación del evangelio en esta última dispensación, la cristiana. Se llama «el siglo venidero» porque así se expresaban los judíos al referirse a la dispensación del Mesías. Véanse los comentarios sobre 2:5. El verbo empleado en este versículo está en tiempo llamado pretérito, indicando acción realizada en un tiempo pasado. Estos hermanos habían experimentado estos poderes del referido «siglo», y por eso es evidente que ese «siglo» no es venidero desde el punto de vista del tiempo nuestro.
–«y recayeron». También está en el tiempo pretérito. No es cuestión de que «si caen algunos», sino que recayeron. Algunos ya lo hicieron. Véase 1Co 10:12.
–«sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio». El estado de apostasía completa hace imposible que éstos sean renovados otra vez para arrepentimiento. Ahora les espera el castigo eterno (10:27). No va a haber «otro sacrificio por los pecados» (10:26), y estos rechazan a Cristo completamente (10:29), identificándose con los que crucificaron a Jesús, después de vituperarle públicamente (Mat 26:67-68; Mat 27:39-44). En esto consiste la imposibilidad del caso. Estos no solamente dejan la fe en Cristo, sino también ahora se oponen fuertemente a él. (Considérese también 2Ts 2:11-12). Los participios crucificando y vituperándole indican acción continua.
Este pasaje (vv. 4-6) no trata el caso de un hermano tomado en alguna falta (Gál 6:1), o de alguno que niega a Cristo por medio de persecución (Mat 26:69-75), sino de cristianos que apostatan a tal grado que no solamente se apartan de Cristo, sino se oponen a él fuertemente y rechazan por completo el único sacrificio por los pecados (el evangelio de Cristo) que emplea Dios para la salvación del hombre. ¡Ellos no tienen remedio! Son apóstatas acabados. Sí, es posible que el cristiano caiga de la gracia; de otra manera, de nada sirve esta fuerte advertencia en este pasaje, y en otros muchos en el Nuevo Testamento.
Fuente: Notas Reeves-Partain
CRUCIFICAR A CRISTO OTRA VEZ
Hebreos 6:4-8
Porque los que fueron iluminados ya una vez, y saborearon el don gratuito del Cielo, y llegaron a participar del Espíritu Santo, y saborearon la maravillosa Palabra de Dios y los poderes de la era venidera… y se han vuelto atrás, es imposible que pasen otra vez por la renovación del arrepentimiento; porque lo que están haciendo ésos es crucificar por sí mismos otra vez al Hijo de Dios y hacer de Él un espectáculo grotesco. Porque, cuando la tierra ha bebido la lluvia que viene regularmente sobre ella y produce verduras que son útiles a los que la cultivan, participa de la bendición de Dios; pero, cuando no produce más que espinos y cardos, se la abandona y deja como cosa maldita, y al final se la destina al fuego.
Este es uno de los pasajes más terribles de la Escritura. Empieza con una especie de lista de los privilegios de la vida cristiana.
El cristiano ha sido iluminado. Esta es una de las ideas favoritas del Nuevo Testamento. Sin duda tiene su origen en la figura de Jesús como la Luz del mundo, la Luz que ilumina a todas las personas que vienen al mundo Jn 1:9; Jn 9:5 ). Como dijo el mártir Bilney: » Cuando oí las palabras: «Jesucristo vino al mundo a salvar pecadores», fue como si rompiera el día de pronto en medio de la más oscura noche.» La luz del conocimiento, del gozo y de la dirección amanece cuando se encuentra a Cristo. Tan íntimamente entretejida con el Cristianismo llegó a estar esta idea que la iluminación (fótismós) llegó a ser sinónima de bautismo, y el ser iluminado (fótízesthai), de ser bautizado. De hecho, eso es lo que muchos han entendido, y han considerado que este pasaje quiere decir que no hay posibilidad de perdón para los pecados que se cometen después de haber sido bautizado. De ahí que haya habido tiempos y lugares en los que el bautismo se ha pospuesto hasta el momento de la muerte para mayor seguridad. Más adelante discutiremos esa idea.
El cristiano ha saboreado el don gratuito que viene del Cielo. Sólo en Cristo podemos encontrar la paz con Dios. El perdón no es algo que se puede ganar; es un don gratuito. Sólo cuando venimos a la Cruz, nuestra carga rueda sima abajo. El cristiano conoce por experiencia el inconmensurable alivio que nos trae el perdón de Dios. Como cantó El Peregrino:
Vine cargado con la culpa mía de lejos, sin alivio a mi dolor; mas en este lugar, ¡oh, qué alegría!, mi solaz y mi dicha comenzó.
Aquí cayó mi carga, y su atadura en este sitio rota yo sentí. . ¡Bendita Cruz, bendita sepultura! ¡Y más bendito Quien murió por mí!
El cristiano participa del Espíritu Santo. Tiene en su vida una nueva dirección y un poder nuevo. Ha descubierto la presencia de un poder que no sólo le dice lo que tiene que hacer, sino que le ayuda a hacerlo.
El cristiano saborea la maravillosa Palabra de Dios. Esta es otra manera de decir que ha encontrado la verdad. Es característico de los seres humanos el buscar la verdad a tientas, como los ciegos. Es parte del castigo y del privilegio de ser seres humanos el no poder descansar hasta que hemos descubierto el sentido de la vida. En la Palabra de Dios encontramos la Verdad y el sentido de la vida.
El cristiano saborea los poderes de la era venidera. Los judíos creían que el tiempo se dividía en dos eras: la era presente (ho nyn aión), que era totalmente mala, y la era por venir (ho mellón aión), que sería totalmente buena. Algún día Dios intervendría; vendría una sacudida destructora, y el Día del Señor. Entonces terminaría esta era presente, y empezaría la era por venir. Pero el cristiano saborea ya, aquí y ahora, las bendiciones de la era por venir, del Reino de Dios. Aun en el tiempo prueba, saborea ya anticipadamente la eternidad. El autor de Hebreos completa así su brillante catálogo de las bendiciones del cristiano; y después, de pronto, resuena como un trueno: «¡Pero se vuelven apóstatas, se vuelven atrás!»
¿Qué quiere decir con eso de que es imposible que los que se han convertido en apóstatas no pueden ser renovados para arrepentimiento? Muchos pensadores han tratado de darle la vuelta a esta palabra imposible (adynaton). Erasmo sostuvo que había que tomarla en el sentido de «difícil hasta el punto de casi imposible.» Bengel adujo que lo que es imposible para el hombre es posible para Dios, y que debemos encomendar los que han caído en esta condición a la misericordia del amor singular de Dios. Pero, cuando leemos este pasaje, debemos recordar que se escribió en una época de persecución: y en tiempos así la apostasía es el pecado capital. En cualquier tiempo de persecución, uno puede «salvar la vida» renegando de Cristo; pero eso querría decir que estima su vida más que a Jesucristo, Que nos advirtió lealmente de ese peligro y de sus consecuencias, y nos dejó el ejemplo supremo: «Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de Mí y del Evangelio, la salvará» (Mr 8:35 ).
Esta manera clara y tajante de decir las cosas siempre ha surgido en tiempos de persecución. Doscientos años después de escribirse esta carta tuvo lugar la terrible persecución de tiempos del emperador Diocleciano. Cuando llegó la calma después de la tempestad, la única prueba que se aplicaba a los miembros de la iglesia que habían sobrevivido era: «¿Renegaste de Cristo para salvar la vida?» Si había renegado de su Señor, desde entonces tendría cerrada la puerta de la iglesia. Kermit Eby cuenta que un eclesiástico francés, cuando le preguntaron qué había hecho durante la Revolución Francesa, musitó: «Sobrevivir.»
Esta es la condenación del que ama su vida más que a Cristo. No se dijo para establecer la doctrina de que no hay perdón para los pecados que se cometan después del bautismo. ¿Quién es capaz de decirle a otro que está más allá del límite del perdón de Dios? Lo que se quería mostrar era la terrible seriedad de escoger la supervivencia en este mundo a costa de la lealtad a Cristo.
El autor de Hebreos dice a continuación una cosa terrible. Los que cometen apostasía crucifican a Cristo otra vez. Este es el tema de la gran leyenda de Quo vadis. Nos cuenta que la persecución de Nerón sorprendió a Pedro en Roma, y le falló el valor. Iba bajando la Vía Apia para escapar con vida, cuando, de pronto, se encontró con una figura en el camino. Era Jesús mismo. «Quo vadis, Domine? -preguntó Pedro. Y Jesús contestó: «Vuelvo a Roma para ser crucificado otra vez; esta vez en tu lugar.» Y Pedro, a quien la vergüenza le devolvió el valor, se dio la vuelta y se dirigió a Roma para morir como mártir.
Más adelante en la historia de Roma hubo un emperador que trató de atrasar el reloj: Juliano quería acabar con el Cristianismo y traer otra vez a los dioses del paganismo. Ibsen le hace decir: «¿Dónde está Él ahora? ¿Ha estado trabajando en otra parte desde que sucedió aquello en Gólgota?… ¿Dónde está El ahora? ¿Y qué si eso, lo del Gólgota, cerca de Jerusalén, fue un suceso de cuneta, algo que pasó, por así decirlo, de pasada? ¿Qué si Él sigue, y sigue, sufriendo y muriendo y conquistando una y otra vez, mundo tras mundo?»
Hay aquí una verdad segura. Detrás del pensamiento del autor de Hebreos hay una concepción tremenda. Veía la Cruz como un acontecimiento que abría una ventana al corazón de Dios. La veía como revelando, en un momento del tiempo, el amor sufrido que hay siempre en ese corazón. La Cruz decía a los hombres: «Así es como Yo os he amado y os amaré siempre. Esto es lo que me hace vuestro pecado. Esta es la única manera en que puedo llegar a redimiros.»
En el corazón de Dios hay siempre, mientras exista el pecado, esta agonía de amor dolorido y redentor. El pecado no quebranta sólo la Ley de Dios; también quebranta Su corazón. En verdad, cuando renegamos, crucificamos otra vez a Cristo.
Además, el autor de Hebreos dice que cuando renegamos hacemos de Cristo un espectáculo grotesco. ¿Cómo puede ser eso? Si pecamos, el mundo dirá: «Así es que para eso es para lo que sirve el Cristianismo. Eso es todo lo que ese Cristo puede hacer. Eso es todo lo que consiguió la Cruz.» Ya está bastante mal el que, cuando un miembro de la iglesia cae en pecado, queda en una situación vergonzosa y desacredita a la iglesia; pero lo que es peor con mucho es que hace que la gente se burle de Cristo.
Por último, vamos a tomar nota de una cosa. Se ha indicado que en la Carta a los Hebreos hay cuatro cosas imposibles. Aparte de la imposibilidad de este pasaje, las otras tres son: (i) Es imposible que Dios mienta (6:18). (ii) Es imposible que la sangre de los becerros y de los chivos quite el pecado (10:4). (iii) Sin fe es imposible agradar a Dios (11:6).
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Heb 10:26; Heb 10:32; (ver Efe 1:18; Efe 5:13-14).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
l 205 Efe 1:18; Heb 10:26
m 206 Hch 10:45; Efe 3:7; Stg 1:17
n 207 Hch 15:8; Gál 3:5; Heb 2:4
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
iluminados. Es decir, creyentes (cp. 10:32).
probaron del don celestial. Es decir, experimentaron la salvación (cp. 2:9).
partícipes del Espíritu Santo. Es decir, participaron de las bendiciones del Espíritu Santo.
Fuente: La Biblia de las Américas
Este pasaje se ha interpretado de varias maneras: (1) Que un creyente puede perder su salvación y que si eso es cierto, sería imposible recuperar su salvación (vers. 6). (2) Estas son personas que profesan creer, pero en verdad no son salvos. (3) Es una hipótesis que no ha ocurrido (vers. 9), y por eso el autor les exhorta constantemente (cp. 2:1– 4; 3:7– 4:13; 5:11– 6:20; 10:13– 13:17). (4) Estos son creyentes hebreos, que por causa de la persecución y sufrimiento (10:32– 34; 12:4) están en peligro de regresar al judaísmo para evitar esa persecución. Al hacer esto están en peligro de caer bajo el juicio de Dios y su disciplina (6:7– 8; 10:29– 30; 12:5– 13). Los puntos 3 y 4 están relacionados.
Fuente: La Biblia de las Américas
4 (1) Aquellos que una vez son iluminados y gustan del don celestial y son hechos partícipes del Espíritu Santo «y asimismo gustan de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, ya pusieron el fundamento, en el momento en que creyeron. Si ellos recaen y vuelven atrás, no hay necesidad de que echen otra vez el fundamento (v.1); sólo necesitan seguir adelante, ser perfeccionados, madurados. No es necesario que se arrepientan de nuevo, porque es imposible que sean otra vez renovados para arrepentimiento. El v.1 indica que esto no es necesario; el v.4 dice que no es posible; y los vs.7-8 nos muestran que no es correcto.
4 (2) Aquí el don celestial se refiere a las cosas celestiales que Dios nos dio cuando nos arrepentimos y creímos en el Señor, cosas tales como Su perdón, justicia, vida divina, paz y gozo.
4 (3) Dios en Su evangelio prometió dar el Espíritu Santo al hombre ( Gál_3:14). El nos llamó desde los cielos a las cosas celestiales para que fuéramos partícipes de Su Espíritu Santo y tuviéramos parte en Su Espíritu Santo. Es por Su Espíritu Santo que podemos vivir una vida celestial en la tierra y participar de la santidad divina. Como partícipes del Espíritu Santo, participamos de Dios y le disfrutamos. Véase la nota 14 (1) del cap.3.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Este tan debatido pasaje ha sido interpretado de diversas maneras.
(1) Los arminianos sostienen que las personas descritas aquí son cristianos que llegan a perder su salvación. Si se entiende así, nótese entonces que el pasaje también enseña que es imposible salvarse por segunda vez.
(2) Otros sostienen que el pasaje no se refiere a verdaderos creyentes, sino a quienes sólo profesan ser creyentes. Así las frases en los vv. Heb 6:4-5 se entienden como referidas a experiencias que no llegan al punto de la salvación (cp. v. Heb 6:9). El «recayeron» (v. Heb 6:6) es del conocimiento de la verdad, no de su posesión personal salvífica.
(3) Otros entienden que el pasaje es una admonición a genuinos creyentes para urgirles a que crezcan hasta la madurez cristiana.
El «recaer» es imposible, en sentido de perder la salvación (puesto que de acuerdo con esta opinión, los verdaderos creyentes están eternamente seguros), pero la frase está colocada en el contexto para reforzar la admonición. Es como si un profesor dijese en clase a sus alumnos: «Es imposible para un estudiante, una vez que se ha inscrito en el curso, si da marcha atrás a su reloj (lo cual no se puede hacer), comenzar el curso otra vez. Por consiguiente, todos los estudiantes deben avanzar hacía conocimientos más profundos». Según esta opinión, las frases de los vv. Heb 6:4-5 se entienden como referidas a la experiencia de la conversión. Nótese cómo se usan en otros lugares de Hebreos los vocablos «iluminados» (Heb 10:32), «gustar» (Heb 2:9), y «partícipes» (Heb 12:8).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
→ §263.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
los que una vez… Esto es, la generación ejemplar → Heb 4:11 (desde Heb 3:8-11; Heb 3:16-19 hasta → Heb 4:2-6); iluminados… Como la tierra es iluminada por el sol. Nótese la diferencia con los luminares → Flp 2:15; probaron… Es decir, probar una pizca → Mat 27:34; partícipes… Gr. métojos. Expresa la idea de yuxtaposición. Esto es, compartir con alguien o con algo → Heb 2:14; §125.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
los que una vez. Esto es, la generación que sirve de ejemplo g 4.11, desde 3.8-11, 16-19 hasta g 4.2-6.
6.4 Como el sol ilumina la tierra g Flp 2:15.
6.4 Es decir, probar una pizca g Mat 27:34.
6.4 La palabra metójous, expresa la idea de yuxtaposición, es decir compartir con alguien o con algo g §125.