Comentario de Hebreos 10:11 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Todo sacerdote se ha presentado, día tras día, para servir en el culto y ofrecer muchas veces los mismos sacrificios que nunca pueden quitar los pecados.

10:11,12 — Llegamos ahora al clímax de toda la argumentación. «Todo sacerdote está en pie diariamente» (dice la versión Hispanoamericana), pero «Cristo se ha sentado». Esto indica lo incompleto e insuficiente del sistema levítico, y lo completo y suficiente del sistema novo testamentario.

— «Y ciertamente todo sacerdote está». El tiempo presente aquí indica que todavía, aun después de establecido el Nuevo Testamento, y hasta el año 70 d. de J.C. (cuando fue destruida la ciudad de Jerusalén por los romanos), los sacerdotes judaicos ofrecían los sacrificios quitados. Véase Introducción, III, B.

— «día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios». Véanse 9:9; 10:1.

— «que nunca pueden quitar los pecados». Véase versículo 4.

— «pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre». El texto griego no dice Cristo, sino «éste» (sacerdote), contrastado con los levíticos. La versión antigua de Valera dice, «Pero éste». La Moderna dice, «empero éste». Y la Hispanoamericana dice, «pero aquél». No obstante, el contexto indica que la referencia se dirige a Cristo.

— «un solo sacrificio por los pecados» = «la ofrenda del cuerpo de Jesucristo» (versículo 10).

— «se ha sentado a la diestra de Dios». Véase 1:3, comentarios. Ya que ha obtenido eterna redención (9:12), se ha sentado a la diestra de Dios. Todavía es nuestro Sumo Sacerdote (4:4; intercede por nosotros (7:25), y nos socorre (2:18; 4:16).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

cada día. Heb 7:27; Éxo 29:38, Éxo 29:39; Núm 28:3, Núm 28:24; Núm 29:6; Eze 45:4; Dan 8:11; Dan 9:21, Dan 9:27; Dan 11:31; Dan 12:11; Luc 1:9, Luc 1:10.

que nunca puede quitar los pecados. Heb 10:4; Sal 50:8-13; Isa 1:11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El autor de Hebreos compara a los sacerdotes levíticos con Jesús, nuestro Sumo Sacerdote. Los sacerdotes levíticos siempre estaban de pie delante del Señor. No había asientos en el santuario, porque la tarea de los sacerdotes nunca se completaba. Siempre había más pecados que expiar. En contraste, Cristo se ha sentado (Heb 1:3; Heb 8:1) después de ofrecerse como sacrificio. Sentarse indica que su obra de expiación se consumó. Sus palabras finales en la Cruz, «consumado es», declaran esta realidad espiritual (Jua 19:30).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

está. Esto supone una postura erguida, vea la nota sobre Heb 1:3. En 2Cr 6:10; 2Cr 6:12, Salomón se sentaba en su trono rey pero se mantenía en pie frente al altar cada vez que cumplía funciones sacerdotales (cp. Deu 17:12; Deu 18:7).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Contraste entre lo viejo y lo nuevo: Miles de sacerdotes frente a un solo Sacerdote, los sacerdotes de antes puestos de pie todo el tiempo mientras que el nuevo permanece sentado, ofrendas reiteradas a diferencia de un solo sacrificio para siempre, y los sacrificios ineficaces que solo cubrían el pecado frente al sacrificio eficaz que quita por completo el pecado.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

10:11,12 — Llegamos ahora al clímax de toda la argumentación. «Todo sacerdote está en pie diariamente» (dice la versión Hispanoamericana), pero «Cristo se ha sentado». Esto indica lo incompleto e insuficiente del sistema levítico, y lo completo y suficiente del sistema novo testamentario.
–«Y ciertamente todo sacerdote está». El tiempo presente aquí indica que todavía, aun después de establecido el Nuevo Testamento, y hasta el año 70 d. de J.C. (cuando fue destruida la ciudad de Jerusalén por los romanos), los sacerdotes judaicos ofrecían los sacrificios quitados. Véase Introducción, III, B.
–«día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios». Véanse 9:9; 10:1.
–«que nunca pueden quitar los pecados». Véase versículo 4.
–«pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre». El texto griego no dice Cristo, sino «éste» (sacerdote), contrastado con los levíticos. La versión antigua de Valera dice, «Pero éste». La Moderna dice, «empero éste». Y la Hispanoamericana dice, «pero aquél». No obstante, el contexto indica que la referencia se dirige a Cristo.
–«un solo sacrificio por los pecados» = «la ofrenda del cuerpo de Jesucristo» (versículo 10).
–«se ha sentado a la diestra de Dios». Véase 1:3, comentarios. Ya que ha obtenido eterna redención (9:12), se ha sentado a la diestra de Dios. Todavía es nuestro Sumo Sacerdote (4:4; intercede por nosotros (7:25), y nos socorre (2:18; 4:16).

Fuente: Notas Reeves-Partain

CRISTO ES DEFINITIVO

Hebreos 10:11-18

También, todos los sacerdotes están de pie ocupados en su servicio; están de pie ofreciendo una y otra vez los mismos sacrificios, que son de una clase que no puede eliminar el pecado. Pero Cristo ofreció un único Sacrificio por el pecado, y seguidamente tomó asiento para siempre a la diestra de Dios, donde permanece sentado a la espera de que todos sus enemigos sean puestos a Sus pies. Porque con una sola Ofrenda eficaz para todo el tiempo nos dio la purificación que necesitamos para entrar a la presencia de Dios. El Espíritu Santo es nuestro testigo en esto; porque, después de decir: «Este es el Pacto que Yo haré con ellos después de estos días -dice el Señor-: Pondré Mis leyes en sus corazones; se las escribiré en la mente,» -dice seguidamente-: «Y no me acordaré ya jamás de sus pecados ni de sus transgresiones.» Está claro que, si ha habido un perdón general, ya no hacen ninguna falta los sacrificios por los pecados.

Una vez más, el autor de Hebreos traza una serie de contrastes implícitos entre el Sacrificio que ofreció Jesús y los de animales del sacerdocio aarónico.

(i) Subraya el carácter definitivo del Sacrificio de Jesús. Lo ofreció una sola vez, pero es efectivo para siempre. Los sacrificios Levíticos tenían que repetirse todos los días y, a pesar de eso, no eran realmente efectivos. Mientras el templo estuvo en pie, tenían que ofrecerse los siguientes sacrificios Nm 28:3-8 ): Todas las mañanas y las tardes, un cordero de un año que no tuviera ningún defecto se ofrecía en holocausto, juntamente con la ofrenda de harina, que era la décima parte de un efa -37 litros- de flor de harina amasada con un cuarto de hin —6,2 litros-de aceite de olivas machacadas. Se hacía también la libación, que era un cuarto de hin de vino.

Además estaba la ofrenda diaria de harina del sumo sacerdote, que consistía en un décimo de efa de flor de harina mezclada con aceite y cocido en un cacharro plano; la mitad por la mañana y la otra mitad por la tarde. Además se ofrecía incienso antes de las otras ofrendas, mañana y tarde. Era una rutina continua y fatigosa. El proceso no tenía fin y lo malo era que dejaba al pueblo tan culpable de pecado y alejado de Dios como antes.

Por el contrario, Jesús ofreció el Sacrificio que ni podía ni necesitaba repetirse.

(a) No podía repetirse. Hay algo irrepetible en todas las grandes obras. Se pueden repetir las cancioncillas populares o de moda ad infinitum, una tras otra; pero no se pueden repetir las grandes sinfonías de Beethoven; no se escribirá jamás nada semejante. Se pueden repetir los versos de las tarjetas de felicitación o de las revistas sensibleras; pero no se pueden repetir los exámetros de la Ilíada de Homero, o las liras de Juan de la Cruz. Quedan como cosas únicas, irrepetibles. ¡Con cuánta más razón el Sacrificio de Cristo! Es su¡ generis, una de esas obras maestras que no se pueden hacer otra vez.

(b) No hay necesidad de repetirlo. Por una parte, el Sacrificio de Jesús muestra el amor de Dios de una manera definitiva.

En aquella vida de servicio y en aquella muerte de amor, se nos despliega totalmente el corazón de Dios. Mirando a Jesús podemos decir: «Así es Dios.» Por otra parte, la vida y muerte de Jesús fueron un acto de obediencia perfecta y, por tanto, el único Sacrificio perfecto. Toda la Escritura, en sus inalcanzables alturas y en sus insondables profundidades, declara que el único sacrificio que Dios desea es la obediencia; y, en la vida y muerte de Jesús, ése precisamente fue el Sacrificio que Dios recibió. La perfección no se puede mejorar. En Jesús se dan unidas la perfecta Revelación de Dios y la perfecta ofrenda de obediencia. Por tanto, Su Sacrificio ni se puede ni hay por qué repetirlo nunca. Los sacerdotes deben y pueden seguir con su fatigosa rutina interminable; pero el Sacrificio de Cristo se hizo una vez para siempre.

(ii) Subraya la exaltación de Jesús. Escoge las palabras con cuidado, cosa que no se ve con claridad en la Reina-Valera. Los sacerdotes están de pie para ofrecer sacrificios; no se dice que se sentaran nunca mientras cumplían su ministerio en el templo, y mucho menos el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo. Pero Cristo ha tomado asiento a la diestra de Dios, donde permanece sentado. La postura de los sacerdotes es la que corresponde a los siervos; la Suya es la propia de un Monarca. Jesús es el Rey que ha vuelto a Su palacio, después de cumplir Su misión y de obtener la victoria. Hay una totalidad en la vida de Jesús que tal vez deberíamos considerar más. Su vida sería incompleta sin Su muerte; Su muerte, sin Su Resurrección; Su Resurrección, sin Su vuelta a la Gloria. Es el mismo Jesús el Que vivió, y murió, y resucitó, y está a la diestra de Dios. No es meramente un santo que vivió una vida ejemplar, ni un mártir que sufrió una muerte heroica, ni una figura que ha vuelto a la compañía de los suyos. Es el Señor de la Gloria. Su vida es como una serie de tapices en los que se representa una historia; mirando uno solo no comprendemos el significado; hay que mirarlos todos, en su conjunto, para captar su grandeza.

(iii) Subraya el triunfo final de Jesús, Que está a la espera del sometimiento final de sus enemigos; al final, habrá un universo en el que Él reinará supremo. Cómo se haya de llegar a eso no lo podemos comprender ahora; pero puede que ese sometimiento final no quiera decir la extinción de Sus enemigos, sino su sumisión a Su amor. Será el amor el que obtenga la victoria final.

Finalmente, como es su costumbre, el autor de Hebreos refuerza su argumento con una cita de la Sagrada Escritura. Jeremías, al hablar del Nuevo Pacto -que no se le impondrá a nadie desde fuera, sino que estará escrito en el corazón-, acaba diciendo: «No me acordaré más de su pecado» Jer 31:34 ). Gracias a Jesús, la barrera del pecado ha desaparecido.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Heb 10:1-3; Éxo 29:38.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

r 435 1Sa 2:28; 1Cr 24:19; 2Cr 29:11

s 436 Éxo 29:38; Núm 28:3

t 437 Heb 7:18; Heb 7:27; Heb 10:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

de pie…se sentó. Estas posturas sirven para ilustrar las diferencias entre los dos pactos. Los sacerdotes se mantenían de pie señalando que su función nunca terminaba ya que los sacrificios con valor limitado tenían que repetirse (vers. 2). En contraste, Cristo se sentó (1:3; 8:1) porque la perfecta ofrenda de su sacrificio ocurrió una vez para siempre (vers. 14; 7:25), y resolvió el problema del pecado.

Fuente: La Biblia de las Américas

11 super (1) En el antiguo pacto, los sacerdotes permanecían de pie diariamente y ofrecían los mismos sacrificios una y otra vez, pues lo que ofrecían nunca podría quitar los pecados. Pero Cristo sí quitó el pecado (9:26) al ofrecerse a Dios como el único sacrificio por los pecados, y luego se sentó por siempre a la diestra de Dios (v.12). El hecho de que El esté sentado en los cielos es una señal y una prueba de que los pecados ya fueron quitados. Está sentado allí para siempre. Por consiguiente, El no necesita hacer nada más por el pecado; lo hizo de una vez para siempre. El hecho de que El esté sentado por siempre después de haber ofrecido un solo sacrificio por los pecados, está en contraste con el hecho de que los sacerdotes estuvieran de pie diariamente para ofrecer muchas veces los mismos sacrificios.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

de pie… Nótese la postura de un sacerdocio ineficaz. Jesús, en cambio, habiendo hecho su sacrificio (eficaz) una vez por todas, se sentó…Heb 10:12; oficiando… Gr. leitourgéo.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R617 La preposición que aparece en el verbo compuesto περιελεῖν (περιαιρέω) tiene una fuerza perfectiva: quitar por completo.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Nótese que el sacerdote (de un ministerio ineficaz) está de pie. Jesús, en cambio, habiendo hecho su sacrificio (eficaz) una vez por todas, se sentóu8230?

10.11 g Éxo_29:38.

Fuente: La Biblia Textual III Edición