Biblia

Comentario de Hebreos 11:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Hebreos 11:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño hermoso y porque no temieron al mandamiento del rey.

11:23

— Véase Exodus 1:222:10. Según Hch 7:20, este niño fue «agradable a Dios». Esto indica que por la fe los padres de Moisés vieron que Dios haría uso de él. Además, su desobediencia a Faraón se basaba en su temor de Dios (Éxo 1:17). Compárense Hch 4:19. Cuando ya no podían esconderle más en la casa, pusieron su confianza en Dios al poner al niño a solas en la arquilla. Compárense Sal 27:10.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

por la fe Moisés. Éxo 2:2-10; Hch 7:20.

hermoso niño. Es decir, un niño fino, bello o justo, ya que nuestros traductores rinden αστειος [G791] en Hch 7:20; que fue en su tiempo el sentido propio, del propre francés. Hch 7:20.

y no temieron. Heb 13:6; Sal 56:4; Sal 118:6; Isa 8:12, Isa 8:13; Isa 41:10, Isa 41:14; Isa 51:7, Isa 51:12; Dan 3:16-18; Dan 6:10; Mat 10:28; Luc 12:4, Luc 12:5.

el decreto del rey. Éxo 1:16, Éxo 1:22.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Los padres de Moisés tenían fe en Dios aun en medio de la oposición.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

niño hermoso. Significa «favorecido» y en este caso tiene que ver con el favor de Dios sobre Moisés (Hch 7:20; cp. Éxo 2:2). La fe que se describe aquí fue ejercida en realidad por los padres de Moisés, aunque no sabemos si ellos entendieron por completo el plan de Dios para su hijo.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Moisés. Vea Éxo 1:1-22; Éxo 2:1-25; Éxo 3:1-22; Éxo 4:1-31; Éxo 5:1-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-51; Éxo 13:1-22; Éxo 14:1-31; Éxo 15:1-27; Hch 7:17-36.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

11:23 — Véase Exodus 1:22–2:10. Según Hch 7:20, este niño fue «agradable a Dios». Esto indica que por la fe los padres de Moisés vieron que Dios haría uso de él. Además, su desobediencia a Faraón se basaba en su temor de Dios (Éxo 1:17). Compárense Hch 4:19. Cuando ya no podían esconderle más en la casa, pusieron su confianza en Dios al poner al niño a solas en la arquilla. Compárense Sal 27:10.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA FE Y SUS SECRETOS

Hebreos 11:23-29

Fue por la fe por lo que a Moisés, cuando nació, sus padres le tuvieron escondido tres meses, porque vieron lo bonito que era; y no se dejaron atemorizar por el edicto del faraón. Fue por la fe por lo que Moisés, cuando se hizo hombre, rechazó que le consideraran hijo de la hija del faraón, y prefirió sufrir penalidades con el pueblo de Dios a disfrutar de los placeres transitorios del pecado; porque consideraba que una vida de oprobio por causa del Mesías valía más que todos los tesoros de los egipcios, y es que tenía la mirada fija en la verdadera recompensa. Fue por la fe por lo que salió de Egipto, impasible ante la rabia inflamada del faraón; porque podía arrostrar lo que fuera como si pudiera ver al Que es invisible. Fue por la fe por lo que llevó a cabo la Pascua y marcó las casas con la sangre para que el ángel destructor no tocara a los primogénitos de su pueblo. Fue por la fe por lo que atravesaron el mar Rojo como si fuera tierra seca, cosa que intentaron los egipcios pero se los tragó el Marcos

Moisés era la figura suprema de la historia de los judíos. Fue el líder que los rescató de la esclavitud y que recibió la Ley de manos del mismo Dios. Para el autor de la Carta a los Hebreos Moisés fue, por encima de todo, un hombre de fe. En esta historia, como señala Moffatt, hay cinco actos de fe distintos. Como con los otros grandes personajes cuyos nombres figuran en este cuadro de honor de los fieles de Dios, muchas leyendas y elaboraciones se reunieron en torno al nombre de Moisés, que es posible que conociera y tuviera presentes el autor de esta carta.

(i) Estaba la fe de los padres de Moisés. Su parte en la historia se encuentra en Exdo 2:1-10. Ex 1:15-22 nos cuenta que el faraón, en su odio, trató de acabar con el pueblo de Israel matando a los que iban naciendo. Una leyenda nos cuenta que Amram y Jocabed, los padres de Moisés Ex 6:20 ), tuvieron problemas por culpa del decreto del faraón. Amram se divorció de su mujer, no porque dejara de quererla, sino para evitarle el dolor de ver morir a sus hijos. Estuvieron divorciados tres años; pero entonces Miriam profetizó: «Mis padres tendrán otro hijo, que libertará a Israel de manos de los egipcios.» Y le dijo a su padre: «¿Qué has hecho? Has despedido a tu mujer porque no podías confiar en el Señor Dios, Que protegería al hijo que te naciera.» Así es que Amram, sintiendo vergüenza de su incredulidad, recuperó la confianza en Dios y volvió a convivir con su mujer; y a su debido tiempo nació Moisés. Era un niño tan precioso que sus padres decidieron esconderle en su casa, lo que hicieron durante tres meses. Entonces, cuenta la leyenda, los egipcios organizaron una trama horrible. El faraón había decidido que se buscaran los niños que estuvieran escondidos, y se mataran. Es un hecho que, cuando un niño oye llorar a otro, se pone a llorar también. Así es que mandaron madres egipcias con sus bebés a las casas de los israelitas, y allí los pellizcaban para que lloraran. Esto hacía que los niños israelitas también lloraran, y así los descubrían y mataban. En vista de esto, Amram y Jocabed decidieron hacer una arquilla y confiar a su hijo al río Nilo.

El que Moisés llegara a nacer ya fue un acto de fe; y el que siguiera viviendo, otro. Empezó por ser un hijo de la fe.

(ii) El segundo acto de fe fue la lealtad de Moisés a su pueblo. La historia se nos cuenta en Ex 2:11-14 . De nuevo nos encontramos con leyendas que iluminan el cuadro. Cuando confiaron a Moisés a las aguas del Nilo, le encontró la hija del faraón, que se dice que se llamaba Bithia, o más corrientemente Thermutis. Se quedó alucinada con la belleza del niño. La leyenda dice que, cuando sacaron del agua la arquilla, el arcángel Gabriel le dio unos cachetitos al bebé para que llorara, y se le ablandara el corazón a Thermutis al ver aquella carita tan preciosa con pucheritos y con lágrimas en los ojillos. Thermutis, bien a su pesar, era estéril; el caso es que se llevó a casa al bebé Moisés, y le cuidó como si fuera suyo. Moisés iba creciendo tan bonito que la gente se volvía en la calle, y hasta paraba de trabajar para mirarle. Era tan listo que superaba con mucho a todos los otros chicos en conocimientos y en inteligencia. Cuando todavía era pequeño, Thermutis le llevó al faraón, y le contó cómo le había encontrado. Le colocó en los brazos de su padre, que se mostró tan encantado con el niño que le abrazó; y, a petición de Thermutis, prometió hacerle su sucesor. En broma, se quitó la corona y se la puso a Moisés en la cabeza; pero el niño se la quitó y la tiró al suelo y se puso a pisotearla. Los sabios del faraón presagiaron que aquel niño pisotearía algún día el poder real de Egipto, y querían matarle allí mismo. Pero se propuso una prueba: le pusieron delante al niño Moisés un cacharrito lleno de piedras preciosas y otro lleno de ascuas. Si extendía la mano y tocaba las joyas, eso demostraría que era peligroso por ser demasiado listo; y, si tocaba las ascuas, eso probaría que era suficientemente tonto para no ser ningún peligro. El niño Moisés estaba a punto de tocar las joyas cuando Gabriel le cogió la mano y se la desvió hacia los carbones. Se quemó un dedito; se lo metió en la boca y se quemó la boca; por eso se decía más tarde que no era buen orador (Ex 4:10 ), y que fue tartamudo toda la vida.

El caso es que Moisés siguió con vida. Se crió con toda clase de lujos. Era el heredero del reino. Se convirtió en uno de los mayores generales egipcios; conquistó a los etíopes, que eran una amenaza para Egipto, y después se casó con una princesa etíope. Pero nunca se olvidó de sus compatriotas; y llegó el día en que decidió solidarizarse con los israelitas oprimidos y despedirse del futuro de riquezas y realeza que le esperaba en Egipto.
Moisés renunció a la gloria terrenal por amor al pueblo de Dios. Cristo dejó Su gloria por amor a la humanidad; aceptó los azotes, y la vergüenza y la muerte más terrible. Moisés, en su día y generación, compartió los sufrimientos de Cristo, escogiendo la lealtad que conducía a los sufrimientos en lugar de las facilidades que conducían a la gloria terrenal. Sabía que los premios de la Tierra eran despreciables comparados con la última recompensa de Dios.

(iii) Llegó el día en que Moisés, por haber intervenido a favor de su pueblo, tuvo que salir de Egipto y refugiarse en Madián (Ex 2:14-22 ). Por el orden que se viene siguiendo debe de ser a eso a lo que se refiere el versículo 27. Algunos intérpretes encuentran dificultades aquí, porque la narración de Éxodo dice que Moisés huyó a Madián porque tuvo miedo del faraón (Ex 2:14 ), mientras que Hebreos dice que se marchó » impasible ante la rabia incendiaria del faraón.» No tiene por qué haber una contradicción. El autor de Hebreos sencillamente profundizó en la historia. Para Moisés, el retirarse a Madián no fue un acto de n-fiedo, sino de valor. Muestra el valor de un hombre que ha aprendido a esperar.

Los estoicos eran sabios; decían que una persona no debe arriesgar innecesariamente su vida provocando la ira de un tirano. Séneca escribió: «El sabio no provocará jamás la ira de los poderosos; antes la esquivará, de la misma manera que los marineros no juegan a sabiendas con el peligro de la tempestad.» En aquella ocasión, Moisés habría podido lanzarse, pero el pueblo no estaba preparado. El haberlo hecho temerariamente habría supuesto perder la vida, y la liberación de Egipto no habría podido llevarse a cabo. Tuvo la grandeza y el valor de esperar a que Dios dijera: «Ahora es el momento.»
Moffatt cita un dicho de A. S. Peake: «El valor de abandonar una acción en la que se ha puesto el corazón y de aceptar alegremente la inacción como la voluntad de Dios es de la más elevada e infrecuente calidad, y lo puede crear y sostener solamente la visión espiritual más clara.» Cuando nuestro instinto de pelea dice: «¡Adelante!», hay que ser grande y valiente para esperar. Es humano el temer perder la oportunidad; pero es grande esperar el momento de Dios -¡hasta cuando parece que es desaprovechar la oportunidad!
(iv) Llegó el día en que Moisés tenía que hacer todos los preparativos para la primera Pascua. El relato se encuentra en Ex 12:12-48 . Había que hacer el pan sin levadura; había que matar el cordero pascual; había que pintar el dintel de las puertas con la sangre del cordero para que el ángel de la muerte la viera y pasara de largo sin matar al primogénito de aquella familia. Pero lo más alucinante fue que, según el relato de Éxodo, Moisés no sólo hizo todos los preparativos para la noche en que los israelitas habían de salir de Egipto, sino que también dispuso que tenían que observarlos anualmente en el futuro. Es decir: que no tenía la menor duda de que aquella empresa tendría éxito, el pueblo sería librado de la esclavitud de Egipto y algún día llegarían a la Tierra de Promisión. Ahí tenemos a una multitud de infelices esclavos Hebreos a punto de emprender un viaje por un desierto desconocido a una tierra desconocida que se les había prometido, y ahí estaba todo el ejército de Egipto a sus talones; y sin embargo, Moisés nunca puso en duda que Dios los conduciría hasta el final sanos y salvos. Moisés era, por encima de todo, el hombre que tuvo fe en que, si Dios le había dado a Su pueblo una orden, también le daría la fuerza para llevarla a cabo. Moisés estaba seguro de que Dios no encarga a Sus siervos una tarea para luego dejarlos en la estacada, sino que va con ellos cada paso del camino.

(v) Llegó el gran acto del cruce del mar Rojo. La historia se nos cuenta en Éxodo 14. Ahí leemos que los israelitas pudieron cruzar milagrosamente, y los egipcios se ahogaron cuando intentaron hacer lo mismo. Fue en aquel momento cuando la fe de Moisés se le comunicó a todo el pueblo, guiándolos hacia adelante cuando hubieran podido volverse atrás. Aquí tenemos la fe de un líder y de un pueblo dispuestos a intentar lo imposible al mandato de Dios, dándose cuenta de que el mayor obstáculo del mundo no es tal si Dios está presente para ayudarnos a superarlo. El libro Como en Adán contiene esta frase: «El sentido de la vida consiste en saltar vallas, no en tumbarse a lamentarse al lado de acá.» Para Moisés correspondía a la fe intentar superar las que parecían barreras insuperables en la seguridad de que Dios ayudaría al que se hiciera el propósito de seguir adelante.

Por último, este pasaje no sólo nos habla de la fe de Moisés, sino también de la fuente de esa fe. El versículo 27 nos dice que pudo arrostrar todo aquello «como si viera al Que es invisible.» La característica sobresaliente de Moisés era la íntima relación que tenía con Dios. En Ex 33:9 -I1 leemos cómo entraba en el tabernáculo: «El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como -el que habla con un amigo.» En Nm 12:7-8 leemos el veredicto de Dios cuando algunos se querían rebelar contra Moisés: «Con él Yo hablo de boca a boca.» Para decirlo claramente: el secreto de la fe de Moisés era que conocía personalmente a Dios. Salía a enfrentarse con cualquier tarea de la presencia de Dios.

Se dice que, antes de una gran batalla, Napoleón se quedaba solo en su tienda; mandaba a buscar a sus comandantes, uno a uno; cuando entraban, él no les decía palabra, pero los miraba a los ojos y les daba la mano; y ellos salían dispuestos a morir. por el general al que amaban. Eso era lo que pasaba con Moisés y Dios. Moisés tenía la fe que tenía porque conocía a Dios como Le conocía. Cuando salimos de la presencia de Dios, no hay nada que nos pueda vencer. Nuestro fracaso y nuestro miedo se deben a menudo a que tratamos de hacer las cosas solos. El secreto de una vida victoriosa es estar cara a cara con Dios antes de estar cara a cara con los hombres.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Éxo 1:22; Éxo 2:2.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 50:6.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

g 553 Éxo 2:2

h 554 Hch 7:20

i 555 Éxo 1:16; Éxo 1:22

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Moisés. Cp. Éxo 2:1-15.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

tres meses…Éxo 2:2.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R833 El verbo ἐκρύβη se usa como un aoristo que expresa como un solo hecho una acción realizada durante un tiempo, es decir, resume un período de tiempo (fue escondido por tres meses). El verbo ἐκαρτέρησεν también tiene el sentido de un aoristo que resume una acción.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

g Éxo_2:2.

11.23 g Éxo_1:22.

Fuente: La Biblia Textual III Edición