Comentario de Hebreos 12:22 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Más bien, os habéis acercado al monte Sion, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén celestial, a la reunión de millares de ángeles,

12:22 — Ahora el autor comienza a dar las razones por qué no debían los hebreos volver al judaísmo.

Descendió Dios sobre el Monte Sinaí, con todo el fenómeno mencionado en los versículos 18 al 20, pero no para permanecer allí, sino para comunicarse con su pueblo que se quedó a buena distancia. Pero el Monte Sión, la Jerusalén celestial, es la ciudad de Dios donde él mora eternamente y donde estará su pueblo para siempre en comunión cercana. ¡A esto os habéis acercado! dice el autor a los hebreos.

— «sino que os habéis acercado» (para quedares) = «pertenecéis». Esta expresión indica lo permanente de la cosa. Si uno ha llegado, no tiene que seguir caminando.

— «al monte de Sión» = Jerusalén, literalmente (Sal 125:1-2; Isa 2:3). Simbólicamente representa al cielo (Apo 14:1-2). Es la «ciudad» de los redimidos, cuya ciudadanía está en los cielos (Flp 3:20).

— «a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial». Véanse 11:10,16; 13:14; Gál 4:26; Apo 3:12; Apo 21:1; Apo 21:10; Apo 22:19. Una ciudad es donde mora y pertenece la persona. Como cristianos «hemos llegado» (pertenecemos) al reino de los cielos, que es la iglesia de Dios, de Cristo. Dios mora en su iglesia (Efe 2:22). Su pueblo estará con él eternamente. Esto será en el cielo. La Jerusalén terrestre era la capital y centro del judaísmo y por eso sirve de tipo de la morada eterna del pueblo de Dios según el Nuevo Testamento.

— «a la compañía de muchos millares de ángeles». La versión Hispanoamericana dice, «y a decenas de millares de ángeles, a la asamblea general e iglesia de los primogénitos…» Estas dos versiones juntan la frase «festiva convocación», o «asamblea general», con «iglesia de los primogénitos». La versión de Valera (la antigua y ésta) junta la frase («la compañía» con «ángeles». Es difícil saber a cuál frase pertenece, pues el texto griego original no empleaba signos ortográficos, o de puntuación. Para mí la frase pertenece a «ángeles», como lo indica esta presente versión que estamos empleando en estas Notas.

De todos modos, lo significante es que la frase «compañía» (o más bien, «festiva convocación») viene de la palabra griega paneguris, que quiere decir una festiva convocación, o sea, un gran grupo congregado para celebrar alguna festividad. Este grupo (sea de ángeles o sea la iglesia redimida) es parte de la descripción de aquello a lo cual ¡nos hemos acercado! si somos cristianos.

Véanse Dan 7:10; Jud 1:14; Apo 5:11; Apo 7:11-12. El número, presencia, y alabanzas de los ángeles añaden esplendor a la gloria de Dios y a la atracción del cielo. El cristiano se asocia con estos seres celestiales que se ocupan en rendirle a Dios loores y alabanzas. (¿Cómo podría uno apostatar de una relación tan sublime?)

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

os habéis acercado al monte de Sión. Sal 2:6; Sal 48:2; Sal 132:13, Sal 132:14; Isa 12:6; Isa 14:32; Isa 28:16; Isa 51:11, Isa 51:16; Isa 59:20; Isa 60:14; Joe 2:32; Rom 11:26; Gál 4:26; Apo 14:1.

la ciudad del Dios vivo. Heb 13:14; Sal 48:2; Sal 87:3; Mat 5:35; Flp 3:20; Apo 3:12; Apo 21:2, Apo 21:10; Apo 22:19; Heb 3:12; Heb 9:14; Heb 10:31; Deu 5:26; Jos 3:10; 2Re 19:4; Sal 42:2; Sal 84:2; Jer 10:10; Dan 6:26; Ose 1:10; Mat 16:16; Rom 9:26; 1Ts 1:9; Apo 7:2.

de muchos millares de ángeles. Deu 33:2; Sal 68:17; Dan 7:10; Jud 1:14; Apo 5:11, Apo 5:12.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

al monte de Sion. Se diferencia del Monte Sinaí donde Dios entregó la ley mosaica, el cual que fue aterrador y turbador. Aquí el Monte Sión no es el terrenal que se ubica cerca a Jerusalén, sino que alude a la morada celestial de Dios que se caracteriza por la gracia divina e invita la entrada de los humanos. Nadie puede agradar a Dios con base en los términos estipulados en el Sinaí que dependen del cumplimiento perfecto de la ley (Gál 3:10-12). En cambio, Sión es accesible para todos los que se acerquen a Dios a través de Jesucristo (cp. Sal 132:13-14; Isa 46:13; Zac 2:10; Gál 4:21-31). monte de Sion … ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial. Estos son sinónimos del cielo mismo. Para una descripción de la morada de Dios que es la Jerusalén celestial, vea las notas sobre Apo 21:1-27 ; Apo 22:1-5. muchos millares. La palabra griega se traduce con frecuencia como el número diez mil. Vea Apo 5:11-12.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

12:22 — Ahora el autor comienza a dar las razones por qué no debían los hebreos volver al judaísmo.
Descendió Dios sobre el Monte Sinaí, con todo el fenómeno mencionado en los versículos 18 al 20, pero no para permanecer allí, sino para comunicarse con su pueblo que se quedó a buena distancia. Pero el Monte Sión, la Jerusalén celestial, es la ciudad de Dios donde él mora eternamente y donde estará su pueblo para siempre en comunión cercana. ¡A esto os habéis acercado! dice el autor a los hebreos.
–«sino que os habéis acercado» (para quedares) = «pertenecéis». Esta expresión indica lo permanente de la cosa. Si uno ha llegado, no tiene que seguir caminando.
–«al monte de Sión» = Jerusalén, literalmente (Sal 125:1-2; Isa 2:3). Simbólicamente representa al cielo (Apo 14:1-2). Es la «ciudad» de los redimidos, cuya ciudadanía está en los cielos (Flp 3:20).
–«a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial». Véanse 11:10,16; 13:14; Gál 4:26; Apo 3:12; Apo 21:1; Apo 21:10; Apo 22:19. Una ciudad es donde mora y pertenece la persona. Como cristianos «hemos llegado» (pertenecemos) al reino de los cielos, que es la iglesia de Dios, de Cristo. Dios mora en su iglesia (Efe 2:22). Su pueblo estará con él eternamente. Esto será en el cielo. La Jerusalén terrestre era la capital y centro del judaísmo y por eso sirve de tipo de la morada eterna del pueblo de Dios según el Nuevo Testamento.
–«a la compañía de muchos millares de ángeles». La versión Hispanoamericana dice, «y a decenas de millares de ángeles, a la asamblea general e iglesia de los primogénitos…» Estas dos versiones juntan la frase «festiva convocación», o «asamblea general», con «iglesia de los primogénitos». La versión de Valera (la antigua y ésta) junta la frase («la compañía» con «ángeles». Es difícil saber a cuál frase pertenece, pues el texto griego original no empleaba signos ortográficos, o de puntuación. Para mí la frase pertenece a «ángeles», como lo indica esta presente versión que estamos empleando en estas Notas.
De todos modos, lo significante es que la frase «compañía» (o más bien, «festiva convocación») viene de la palabra griega paneguris, que quiere decir una festiva convocación, o sea, un gran grupo congregado para celebrar alguna festividad. Este grupo (sea de ángeles o sea la iglesia redimida) es parte de la descripción de aquello a lo cual ¡nos hemos acercado! si somos cristianos.
Véanse Dan 7:10; Jud 1:14; Apo 5:11; Apo 7:11-12. El número, presencia, y alabanzas de los ángeles añaden esplendor a la gloria de Dios y a la atracción del cielo. El cristiano se asocia con estos seres celestiales que se ocupan en rendirle a Dios loores y alabanzas. (¿Cómo podría uno apostatar de una relación tan sublime?)

Fuente: Notas Reeves-Partain

Gál 4:26, Apo 3:12; Apo 5:11; Apo 21:2; Apo 21:10; (ver Heb 11:10).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— la montaña de Sión: Sobre esta montaña estaba edificada Jerusalén que, por este motivo, se llamó también Sión como nombre poético y sagrado.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “decenas de miles”. Gr.: my·ri·á·sin.

REFERENCIAS CRUZADAS

x 655 Rev 14:1

y 656 Heb 11:10; Heb 13:14

z 657 Mat 26:29; Rev 21:2

a 658 Mat 24:31

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

monte Sion. Geográficamente, el monte Sion es el monte en el cual se construyó Jerusalén (2 S 5:6– 9). Aquí el Monte Sion simboliza la Jerusalén celestial.

la Jerusalén celestial. Es decir, la ciudad eterna y espiritual en el cielo (Gá 4:24– 26; He 11:10, 16; 13:14; Ap 21:2, 22, 23).

miríadas de ángeles. La lista, empezando con miríadas de ángeles , identifica a los que serán habitantes de la Jerusalén celestial. Miríadas de ángeles significa diez mil pero se infiere un número que no se puede contar.

Fuente: La Biblia de las Américas

22 (1) Las cosas mencionadas en los vs.22-24 son celestiales y espirituales, en contraste con las cosas terrenales y materiales mencionadas en los vs.18-19. Estas cosas representan el lado de la gracia, donde los primogénitos y los espíritus de los hombres justos son salvos por gracia. Los que estaban bajo el antiguo pacto se acercaban a la ley, mientras que nosotros los cristianos, quienes estamos bajo el nuevo pacto, nos acercamos a la gracia. Por lo tanto, no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia ( Rom_6:14). Este pasaje (vs.18-24), tal como Gál_4:21-31, nos muestra que no estamos bajo la esclavitud de la ley, sino bajo la libertad de la gracia para ser los herederos, los que reciben la herencia. ¡Esta es nuestra primogenitura! No debemos abandonar esto apartándonos de la gracia (v.15), sino que debemos tener la gracia (v.28). Las cosas que están del lado de la gracia son celestiales, pero no todas están en los cielos ahora. Muchos primogénitos de la iglesia todavía están en la tierra, mientras que los espíritus de los hombres justos, los cuales son los santos del Antiguo Testamento, están en el Paraíso, donde está Abraham ( Luc_16:22-23 , Luc_16:25-26), adonde el Señor Jesús y el ladrón que fue salvo fueron después de morir en la cruz ( Luc_23:43).

Ninguna de las seis cosas mencionadas en el lado de la ley es placentera. Primero, hay un monte que ardía en fuego. ¿Quién podía acercarse a tal lugar? Luego tenemos la oscuridad, las tinieblas y el torbellino. Por último tenemos el sonido aterrador de una trompeta y la solemne y amonestadora voz que hablaba.

Todo esto nos presenta un cuadro espantoso. Sin embargo, en el lado de la gracia todo es placentero. Las ocho cosas aquí mencionadas pueden ser consideradas como cuatro pares. El alto monte de Sion y la bella Jerusalén celestial son el primer par, y denotan la habitación de Dios y el centro de Su administración universal. ¡Qué lugar tan hermoso! Los ángeles jubilosos que celebran, íntimamente relacionados con los herederos de la salvación a quienes ellos ministran (1:14), y los primogénitos bienaventurados de la iglesia forman el segundo par de la escena. ¡Qué demostración tan maravillosa de una reunión angélica! Ellos celebran el hecho de que los herederos humanos, la iglesia de los primogénitos, participen de la salvación, en las bendiciones del nuevo pacto. Dios, el Juez de todo, y los espíritus de los hombres justos, o sea, los santos antiguotestamentarios (sus cuerpos, no resucitados, no fueron dignos de ser mencionados en esta porción), conforman el tercer par, lo cual muestra que Dios, siendo justo, justifica a los santos justos de antaño debido a la fe que tenían. El amado Señor Jesús, el Mediador del nuevo pacto, que es un mejor pacto, y Su preciosa sangre rociada, la cual habla mejor que la de Abel, componen el último par, lo cual indica que un mejor pacto fue establecido con la mejor sangre de Jesús, que Jesús murió y legó a Sus creyentes este nuevo pacto como un nuevo testamento, y que ahora El es el Mediador y Albacea de este nuevo testamento, y como tal conduce a los creyentes a conocer en su experiencia todos los hechos benditos contenidos en él. ¡Qué escena tan agradable! ¡Qué contraste con la escena del lado de la ley, donde no sé menciona a Dios ni al Salvador, ni siquiera se menciona a los ángeles! Con razón no se ve ninguna persona salva allí. En la escena de la gracia está el Dios que justifica, el Salvador, quien es el Mediador de Su nuevo testamento, y también Su sangre que habla, los ángeles ministradores con la asamblea (la iglesia) de los salvos, y los espíritus de los santos justificados. Por el lado de la ley, la escena termina con el sonido aterrador de una trompeta y con las palabras de advertencia. Por el lado de la gracia, la escena finaliza con un Mediador compasivo y un hablar que vindica a los creyentes. Después de ver tal contraste, ¿quién sería tan insensato para abandonar la gracia y volverse a la ley? Las ocho cosas que están del lado de la gracia no solamente son celestiales y espirituales, sino también eternas. Por lo tanto, aunque el cielo sea conmovido (v. 26), estas ocho cosas, las cuales son eternas, permanecerán (v.27).

22 (2) Véase la nota 10 (1) del cap.11.

22 (3) O, reunión de festejo. La palabra griega significa reunión universal, asamblea total o plena, y se usa para denotar un grupo de personas reunidas para celebrar un festival público, tal como los juegos olímpicos. ¡Toda la era del nuevo pacto es un festival, y las miríadas de ángeles, quienes son los espíritus ministradores que sirven a los herederos de la salvación (1:14) bajo el nuevo pacto, forman una reunión universal que celebra el festival maravilloso de «una salvación tan grande» (2:3), «el juego» más grande y más emocionante del universo! Lo que el Señor dijo en Luc_15:7 , Luc_15:10 y 1Pe_1:12 tal vez indique esto.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro