Comentario de Hebreos 12:24 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

a Jesús el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.

12:24 — «a Jesús el Mediador del pacto». Véanse 8:6; 9:15; comentarios. Los israelitas en el Monte Sinaí se acercaban a Moisés; los cristianos a Cristo Jesús, a él que media entre Dios y los hombres (1Ti 2:5).

En cuanto al «nuevo pacto», véanse 7:22; 8:6-13; 13:20, comentarios.

— «y a la sangre rociada». Véanse 9:13, 14,19; 10:22, comentarios.

— «que habla mejor que la de Abel». En este sentido, el punto es el siguiente: Abel nos habla por su fe (11:4), diciéndonos que Dios bendecirá al creyente obediente, pues por eso él ofreció su sacrificio (de sangre, Gén 4:4). Pero la sangre de Cristo nos habla de la realización de dicha bendición, pues ya que murió Jesús, el creyente obediente puede tener en realidad el perdón de sus pecados y la promesa de vida eterna. El sacrificio de Abel era tipo del sacrificio del «Cordero de Dios» (Jua 1:29), Jesucristo mismo.

Con la adición de las dos palabras «la de», entonces la idea es que la sangre de Jesús habla mejor que la (sangre) de Abel derramada por Caín. La de Abel reclama venganza, y la de Cristo, misericordia (Luc 23:34).

Para mí el contexto (y el texto griego en este versículo) apunta más bien a la primera de las dos interpretaciones. La versión Hispanoamericana da el sentido literal del texto griego, al decir: «habla mejor que la de Abel» . Las dos palabras, «la de», van en letra cursiva para indicar palabras intercaladas, o agregadas al texto por los traductores.

En vista de todo esto (lo de los versículos 22-24), ¿cómo podría el lector original de esta epístola pensar en volver a la Ley de Moisés?

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

a Jesús el Mediador. Heb 7:22; Heb 8:6, Heb 8:8; 1Ti 2:5.

del nuevo pacto. Heb 13:20; Isa 55:3; Jer 31:31-33; Heb 9:15; Mat 26:28; Mar 14:24; Luc 22:20.

y a la sangre rociada. Heb 9:21; Heb 10:22; Heb 11:28; Éxo 24:8; 1Pe 1:2.

habla mejor que la de Abel. Heb 11:4; Gén 4:10; Mat 23:35; Luc 11:51.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La sangre de Abel clamaba venganza (Gén 4:10), la sangre de Cristo habla de redención.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Mediador. Vea la nota sobre Heb 7:22 (cp. Heb 8:6-10; Heb 9:15). habla mejor. Vea las notas sobre Heb 6:9 ; Heb 9:23. El sacrificio de Abel fue agradable a Dios porque se ofreció en fe y obediencia (cp. Heb 11:4), pero no tuvo poder para hacer expiación. La sangre de Jesús es suficiente por sí sola para limpiar a los pecadores de su pecado (cp. 1Jn 1:7). El sacrificio de Cristo trajo redención (Heb 9:12), perdón (Heb 9:26) y salvación completa (Heb 10:10; Heb 10:14). que la de Abel. La sangre del sacrificio de Abel solo suministró una cobertura temporal, pero el sacrificio de la sangre de Cristo declara el perdón eterno de los pecados (cp. Col 1:20).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

12:24 — «a Jesús el Mediador del pacto». Véanse 8:6; 9:15; comentarios. Los israelitas en el Monte Sinaí se acercaban a Moisés; los cristianos a Cristo Jesús, a él que media entre Dios y los hombres (1Ti 2:5).
En cuanto al «nuevo pacto», véanse 7:22; 8:6-13; 13:20, comentarios.
–«y a la sangre rociada». Véanse 9:13, 14,19; 10:22, comentarios.
–«que habla mejor que la de Abel». En este sentido, el punto es el siguiente: Abel nos habla por su fe (11:4), diciéndonos que Dios bendecirá al creyente obediente, pues por eso él ofreció su sacrificio (de sangre, Gén 4:4). Pero la sangre de Cristo nos habla de la realización de dicha bendición, pues ya que murió Jesús, el creyente obediente puede tener en realidad el perdón de sus pecados y la promesa de vida eterna. El sacrificio de Abel era tipo del sacrificio del «Cordero de Dios» (Jua 1:29), Jesucristo mismo.
Con la adición de las dos palabras «la de», entonces la idea es que la sangre de Jesús habla mejor que la (sangre) de Abel derramada por Caín. La de Abel reclama venganza, y la de Cristo, misericordia (Luc 23:34).
Para mí el contexto (y el texto griego en este versículo) apunta más bien a la primera de las dos interpretaciones. La versión Hispanoamericana da el sentido literal del texto griego, al decir: «habla mejor que la de Abel» . Las dos palabras, «la de», van en letra cursiva para indicar palabras intercaladas, o agregadas al texto por los traductores.
En vista de todo esto (lo de los versículos 22-24), ¿cómo podría el lector original de esta epístola pensar en volver a la Ley de Moisés?

Fuente: Notas Reeves-Partain

Heb 8:6-13; Heb 9:15; Heb 11:4; Luc 23:20; 1Pe 1:2.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— con más elocuencia: Por cuanto la sangre de Abel pedía venganza, mientras que la de Jesucristo es portadora de perdón.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “Mediador.” Gr.: me·sí·tei; lat.: me·di·a·tó·rem.

REFERENCIAS CRUZADAS

h 665 1Ti 2:5; Heb 9:15

i 666 Mat 26:28; Luc 22:29

j 667 1Pe 1:2

k 668 Mat 23:35

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Jesús, el mediador del nuevo pacto. Véanse coment. en 8:6, 8.

mejor que la sangre de Abel. La sangre de Abel clamó por la justicia y la venganza; la sangre expiatoria de Cristo dio perdón, abriendo el camino a la presencia de Dios.

Fuente: La Biblia de las Américas

24 (1) Aquí la palabra griega traducida nuevo, significa fresco o joven en edad, mientras que la palabra traducida nuevo en 8:8,13, y 9:15, significa nuevo o fresco en calidad.

24 (2) En este libro la sangre de Cristo ocupa un lugar particularmente sobresaliente e importante. Es la sangre del pacto eterno (13:20), con la cual fue establecido el nuevo y mejor pacto (10:29). Por medio de esta sangre, Cristo entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo y obtuvo una redención eterna para nosotros (9:12). Por medio de esta sangre, Cristo limpió los cielos y todas las cosas que en ellos hay (9:22-24). Esta sangre nos santifica (13:12; 10:29), purifica nuestra conciencia para que sirvamos al Dios vivo (9:14), y habla por nosotros mejor que la sangre de Abel (v.24). En esta sangre tenemos confianza para entrar en el Lugar Santísimo (10:19). No debemos considerar esta sangre como algo común, como lo es la sangre de los animales; si lo hacemos, sufriremos el castigo de Dios (10:29).

24 (3) La sangre de Cristo no solamente redime, santifica y purifica, sino que también habla. Es la sangre que habla, y habla mejor que la de Abel. La sangre de Abel habla a Dios acusando y pidiendo venganza ( Gén_4:10-15), mientras que la sangre de Cristo habla a Dios pidiendo perdón, justificación, reconciliación y redención. Además, esta sangre preciosa habla a Dios en nuestro favor, diciendo que por medio de la sangre (como lo revela este libro), el nuevo pacto, el cual es eterno, ha sido establecido, y que en este nuevo pacto Dios debe darse a Sí mismo y todas Sus bendiciones a los que creen en Cristo, quienes reciben este pacto por fe.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Abel…Gén 4:10.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

R615 En esta comparación, la preposición παρά tiene la idea de más (que la de Abel).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

g Gén_4:10.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

‡ Probablemente quiere decir que Jesús derramó su sangre en un espíritu de perdón, mientras que en el contexto de la primera muerte Dios hace referencia a la sangre de Abel, como pidiendo venganza.

Fuente: Versión Biblia Libre del NuevoTestamento