Comentario de Hebreos 13:9 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
No seáis llevados de acá para allá por diversas y extrañas doctrinas; porque bueno es que el corazón haya sido afirmado en la gracia; no en comidas, que nunca aprovecharon a los que se dedican a ellas.
13:9 — «No os dejéis llevar de doctrinas extrañas». Compárese Efe 4:14-16. Aquí se hace referencia especial a las doctrinas del judaísmo y de los judaizantes, aunque esta exhortación vale en todo tiempo y respecto a cualquier doctrina humana. — «porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia». La gracia es el favor de Dios manifestado en la muerte de Cristo por los pecadores (2:9), y enseñado en el evangelio predicado. La verdad del evangelio, pues, es lo que afirma el corazón (la mente y afectos). En cambio, las «doctrinas diversas y extrañas» llevan lejos al corazón. Como Jesús es incambiable, así también lo es su doctrina. Además, lo es el corazón afirmado por esta doctrina. (¡La gracia enseña!, Tit 2:11-12).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
no os dejéis llevar de doctrinas. Mat 24:4, Mat 24:24; Hch 20:30; Rom 16:17, Rom 16:18; 2Co 11:11-15; Gál 1:6-9; Efe 4:14; Efe 5:6; Col 2:4, Col 2:8; 2Ts 2:2; 1Ti 4:1-3; 1Ti 6:3-5, 1Ti 6:20; 1Jn 4:1; Jud 1:3.
porque buena cosa es afirmar. Hch 20:32; 2Co 1:21; Gál 6:1; 2Ts 2:17; 2Ti 2:1, 2Ti 2:2.
no con viandas. Heb 9:9, Heb 9:10; Lev 11:1-47; Deu 14:3-21; Hch 10:14-16; Rom 14:2, Rom 14:6, Rom 14:17; 1Co 6:13; 1Co 8:8; Col 2:16-20; 1Ti 4:3-5; Tit 1:14, Tit 1:15.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
doctrinas diversas y extrañas: Implica ideas extrañas al mensaje del evangelio. Muchas de las ideas que el autor de Hebreos confrontaba eran judías en origen; concernientes a observancias de rituales, fiestas expiatorias y diversas leyes que distinguían lo limpio de lo inmundo.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
doctrinas diversas y extrañas. Esto incluye cualquier enseñanza contraria a la Palabra de Dios. El NT contiene advertencias numerosas en contra de la enseñanza falsa y los falsos maestros (cp. Hch 20:29-30; Rom 16:17; 2Co 10:4-5; Gál 1:6-9; Efe 4:14; 2Ti 3:16). afirmar el corazón con la gracia. Los que experimentan la gracia de Dios tienen un corazón y una mente que permanecen estables. viandas. La ley mosaica tenía regulaciones para todo, incluida por supuesto la alimentación (Lev 11:1-47). En cambio para los cristianos, esas leyes habían quedado abrogadas (Hch 10:9-16; cp. 1Co 8:8; Rom 14:17; 1Ti 4:1-5).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
13:9 — «No os dejéis llevar de doctrinas extrañas». Compárese Efe 4:14-16. Aquí se hace referencia especial a las doctrinas del judaísmo y de los judaizantes, aunque esta exhortación vale en todo tiempo y respecto a cualquier doctrina humana.
–«porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia». La gracia es el favor de Dios manifestado en la muerte de Cristo por los pecadores (2:9), y enseñado en el evangelio predicado. La verdad del evangelio, pues, es lo que afirma el corazón (la mente y afectos). En cambio, las «doctrinas diversas y extrañas» llevan lejos al corazón. Como Jesús es incambiable, así también lo es su doctrina. Además, lo es el corazón afirmado por esta doctrina. (¡La gracia enseña!, Tit 2:11-12).
–«no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas». Véase 9:9,10. Las viandas representan las ordenanzas ceremoniales de la ley de Moisés, las cuales no podían afirmar el corazón, porque no trajeron verdadera satisfacción a las necesidades espirituales de los judíos. Esos sacrificios no perdonaban. Compárense Rom 14:17; 1Co 8:8.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL VERDADERO Y EL FALSO SACRIFICIO
Hebreos 13:9-16
No os dejéis arrastrar por doctrinas extrañas y peregrinas, porque lo que importa es fortalecer el corazón en la gracia, y no con comer o dejar de comer diferentes clases de alimentos, que son cosas que nunca les sirvieron para nada a los que seguían esa línea de conducta. Nosotros tenemos un Altar del que no tienen derecho a comer los que sirven en el tabernáculo. Digo esto porque los cuerpos de los animales cuya sangre lleva el sumo sacerdote al Lugar Santísimo como ofrenda por el pecado, esos cuerpos se queman fuera del campamento. Por eso fue por lo que Jesús sufrió la muerte fuera de las puertas de Jerusalén: para hacer aptos a los hombres mediante Su propia Sangre para la presencia de Dios. Así que, salgamos a Él fuera del campamento, compartiendo su oprobio; porque no tenemos aquí residencia permanente, sino vamos en busca de la ciudad por venir. Así que presentemos siempre a Dios por medio de Jesucristo sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que confiesan constantemente su fe en Su Nombre. Y tampoco os olvidéis de hacer el bien y de compartirlo todo, porque esos son los sacrificios que son del agrado de Dios.
Puede que nunca se descubra el sentido exacto de este pasaje. Está claro que se estaban introduciendo doctrinas raras y falsas en la iglesia cuando se escribió esta carta. El autor de Hebreos no tenía necesidad de nombrarlas; sus lectores sabían muy bien a lo que se refería, porque algunos de ellos habían sucumbido, y todos estaban en peligro. Sólo podemos suponer de lo que se trataba.
Podemos empezar con un hecho esencial. El autor de Hebreos está convencido de que la única fuerza verdadera le viene al corazón del hombre sólo de la gracia de Dios, y que lo que se come y bebe no tiene nada que ver con su fuerza espiritual. Así es que, en la iglesia a la que estaba escribiendo había algunos que daban mucha importancia a cuestiones alimentarias. Hay varias posibilidades.
(i) Los judíos tenían leyes rígidas de alimentación, expuestas ampliamente en Levítico 11. Creían que podían servir y agradar a Dios comiendo o dejando de comer ciertas cosas. Es posible que hubiera en esa iglesia algunos que estaban dispuestos a abandonar la libertad cristiana para volver a someterse al yugo de las reglas y los estatutos judíos, creyendo que de esa manera adquirirían más fuerza espiritual.
(ii) Algunos griegos tenían unas ideas muy definidas acerca de la comida. Hacía tiempo que Pitágoras había dado enseñanzas en este sentido. Creía en la reencarnación; es decir, que el alma de una persona tenía que vivir en un cuerpo tras otro hasta merecer la liberación. Esa liberación se podía adelantar mediante la oración, la meditación, la disciplina y el ascetismo; así es que los pitagóricos eran vegetarianos. También estaban los que se llamaban gnósticos, que creían que la materia es totalmente mala, y que hay que concentrarse en el espíritu, que es totalmente bueno. Creían por tanto que el cuerpo es esencialmente malo, y que se ha de tratar con rigor y austeridad. Reducían la comida al mínimo, y también se abstenían de comer carne. Así es que había bastantes griegos que creían que con lo que comieran o dejaran de comer fortalecían su vida espiritual y liberaban su alma.
(iii) Ninguna de estas cosas parece encajar del todo. Aquí el comer y beber tiene algo que ver con el Cuerpo de Cristo. El autor de Hebreos se retrotrae a las ceremonias del Día de la Expiación, según las cuales el cuerpo del becerro que se ofrecía por los pecados del sumo sacerdote y el cuerpo del chivo que se ofrecía por los pecados del pueblo debían consumirse totalmente en el fuego en un lugar fuera del campamento (Lv 16:27 ). Eran ofrendas por el pecado; y la cosa era que, aunque los que tomaran parte en aquel culto quisieran participar de la carne de los- sacrificios, no les estaba permitido. El autor de Hebreos ve en Jesús el perfecto Sacrificio. El paralelismo es completo para él, porque también Jesús fue sacrificado «fuera de la puerta», es decir, fuera de las murallas de Jerusalén. Las crucifixiones siempre se llevaban a cabo fuera de los pueblos. Jesús era la Ofrenda por el pecado del Pueblo; y de ahí se sigue que, de la misma manera que nadie podía comer la carne del animal que se había ofrecido por los pecados el Día de la Expiación, nadie pueda comer la carne de Jesús.
Puede que aquí tengamos la clave. Puede que hubiera algún grupo en esa iglesia que, ya fuera en la celebración de la Cena del Señor o en las comidas congregacionales, cuando se consa- graban los alimentos a Jesús, mantenían que estaban comiendo de hecho el Cuerpo de Cristo. Puede que estuvieran convencidos de que, como habían consagrado sus alimentos a Cristo, Su Cuerpo había entrado en ellos. Eso era lo que algunos griegos religiosos creían que pasaba con sus dioses. Cuando los paganos ofrecían un sacrificio; les devolvían parte de la carne, con la que hacían una fiesta, a veces en el mismo templo; y creían que, cuando comían la carne del sacrificio, el dios al que se lo habían ofrecido estaba en aquella carne y así entraba en ellos. Puede que algunos de aquellos griegos hubieran importado esas ideas a la iglesia, y hablaban de comer el Cuerpo de Cristo.
El autor de Hebreos creía con toda la intensidad de su ser que no es lo que entra,por la boca lo que puede traer a Cristo a nuestra vida, y que El sólo viene por gracia y se recibe por fe. Es probable que tengamos aquí la reacción a un sacramentalismo excesivo. Es curioso que el autor de Hebreos no menciona nunca los sacramentos; parece que no entraban en el tema e intención de esta carta. Es probable que, ya tan pronto, había algunos que tenían una opinión mecánica de los sacramentos, olvidando que no hay sacramento en el mundo que sirva para nada en sí mismo, y que su efectividad depende del encuentro de la gracia de Dios con la fe del hombre. No es la carne, sino la fe y la gracia lo que importan.
Este extraño argumento ha hecho pensar al autor de Hebreos. Cristo fue crucificado fuera de las puertas de la ciudad. Fue apartado de los hombres y contado con los transgresores. Ahí el autor de Hebreos ve todo el cuadro. Nosotros también tenemos que separarnos de la vida del mundo y estar dispuestos a soportar el mismo oprobio que soportó Jesús. El aislamiento y la humillación pueden salirle al encuentro al cristiano como pasó con su Salvador.
Hebreos va más adelante. Si el cristiano no puede volver a ofrecer el Sacrificio de Cristo, ¿qué es lo que puede ofrecerle a Dios? Nuestro autor dice que le puede ofrecer algunas cosas.
(i) Puede ofrecerle su continua alabanza y acción de gracias. Los antiguos afirmaban a veces que una ofrenda de acción de gracias era más aceptable a Dios que una ofrenda por el pecado, porque cuando uno ofrecía un sacrificio por el pecado estaba tratando de obtener un beneficio para sí, mientras que la ofrenda de acción de gracias era sólo la expresión de un corazón agradecido. El sacrificio de la gratitud es uno que todos podemos y debemos ofrecer a Dios.
(ii) El cristiano Le puede ofrecer a Dios la pública y gozosa confesión de su fe en el Nombre de Cristo. Esa es la ofrenda de lealtad. El cristiano siempre Le puede ofrecer a Dios una vida que no se avergüenza de mostrar a Quién pertenece y sirve.
(iii) El cristiano Le puede ofrecer a Dios las obras de amabilidad que hace a sus semejantes. De hecho, eso era algo que los judíos sabían muy bien. Después del año 70 d C., los sacrificios del templo ya no se podían ofrecer, porque el templo había sido destruido. Los rabinos enseñaron que con el templo había desaparecido el ritual; pero la teología, la oración, la penitencia, el estudio de la Ley y la caridad eran sacrificios que se podían ofrecer y que eran equivalentes a los anteriores. Rabí Yojanán ben Zakkai llegó al convencimiento en aquellos tristes días de que » la práctica de la caridad era un sacrificio válido por el pecado.» Un antiguo escritor cristiano dice: «Esperaba que tu corazón diera fruto y que adoraras a Dios el Creador de todo y que Le ofrecieras continuamente oraciones como medios de compasión; porque la compasión que los hombres muestran a los hombres es un sacrificio incruento y agradable a Dios.» Después de todo, Jesús mismo dijo: «En cuanto lo hicisteis por uno de los más pequeños de estos Mis hermanos, lo hicisteis por Mí» (Mt 25:40 ). El mejor de todos los sacrificios que Le podemos ofrecer a Dios es la ayuda que prestamos a Sus hijos necesitados.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Rom 14:2-23; 1Co 8:8; Col 2:16; 1Ti 4:3.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) Lit.: “ser estabilizado”.
REFERENCIAS CRUZADAS
r 697 Efe 4:14; Col 2:8; 2Ts 2:2
s 698 Jua 1:17
t 699 Rom 14:17; 1Co 8:8; Col 2:16
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
doctrinas diversas y extrañas. Se rechaza la idea de que los sacrificios rituales judíos puedan resolver eficazmente el problema del pecado (cp. 10:1– 14).
alimentos. Esto es en referencia a las leyes judías relacionadas con los alimentos que estaban prohibidos durante la época ritual por considerárseles impuros y no aceptables. El N.T. destaca claramente que todos los alimentos son beneficiosos (Mr 7:19; Hch 10; Ro 14:20; 1 Co 8:8; 1 Ti 4:3– 5). En el nuevo pacto, el creyente no tiene necesidad de regresar a las prohibiciones pasadas.
Fuente: La Biblia de las Américas
9 (1) Las enseñanzas diversas y extrañas siempre son usadas por Satanás para causar disensiones, e incluso divisiones, en la iglesia. Debido a esto, el apóstol mandó que no se enseñaran cosas diferentes ( 1Ti_1:3). Las enseñanzas diversas y extrañas deben de haber sido promovidas por los judaizantes de ese tiempo. El escritor advirtió a los creyentes hebreos que no permitieran que las enseñanzas de los judaizantes los desviaran de la vida de la iglesia, la cual está bajo el nuevo pacto.
9 (2) En ese entonces, ser confirmados por medio de la gracia era permanecer en el nuevo pacto para disfrutar a Cristo como la gracia ( Gál_5:4) y no ser llevados al judaísmo a participar de los alimentos (los sacrificios) en las ceremonias religiosas de los judíos.
9 (3) Los alimentos aquí mencionados, en contraste con la gracia, son los alimentos usados en las ceremonias religiosas del antiguo pacto (9:10; Col_2:16). Los judaizantes intentaron usar tales alimentos para desviar a los creyentes hebreos del disfrute de la gracia, la cual es la participación del nuevo pacto en Cristo.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
alimentos… Es decir, reglas o prohibiciones referidas a los alimentos → Col 2:20-23.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R1166 Sólo el negativo οὐ aparece con βρώμασιν para indicar el contraste de pensamiento: con la gracia, no con comidas.
MT125 La prohibición con el tiempo presente, μὴ παραφέρεσθε, tiene un sentido reiterativo: no sean desviados cada vez que se levantan enseñanzas diferentes.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, enseñanzas
O, por
O, en ellos andaban
Fuente: La Biblia de las Américas
† Aquí, la palabra simplemente es “comida,” pero el contexto que sigue se refiere a la ley ceremonial y a los tipos de comida que se permitían.