Biblia

Comentario de Santiago 1:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Santiago 1:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Porque cuando alguno es oidor de la palabra y no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que mira su cara natural en un espejo.

1:23,24 — «Porque si alguno… como era». Estos dos versículos ilustran el punto del versículo anterior. Dan un ejemplo de la clase de oidor del cual se habla.

Este hombre consideraba su rostro natural (literalmente, el de su nacimiento). La palabra griega katanoeo, aquí traducida «considerar», se halla también en Luc 12:27 («considerad»), Hch 7:31 («observar»), y Hch 11:6 («consideré‚»). No es, pues, una mera mirada rápida, sino una contemplación fija. Pero después de considerarse en el espejo, al tornarse y salir, en seguida se olvida de la impresión que se le había dejado y por consiguiente no toma pasos para mejorar o corregir el desarreglo.

El que se mira detenidamente en el espejo se ve a sí mismo tal como es, con las imperfecciones que necesitan atención. De igual manera, el que mira atentamente a la Palabra de Dios, se ve a sí mismo con todos sus defectos, porque no es como enseña la Palabra que debería ser. Pero si en los dos casos uno va a ser «observador», pero no también a la vez «hacedor», no saca ningún provecho, porque el mirar no es seguido del hacer.

La parábola del sembrador habla de cómo la semilla sembrada es quitada; de igual manera el considerar, seguido del olvido inmediato, termina en pérdida de provecho. Muchos profesados cristianos se congregan con frecuencia y oyen clases bíblicas y predicaciones, y por el momento se agita algo su conciencia, pero luego salen de la clase o de la asamblea, e inmediatamente los afanes del siglo ocupan su mente. Olvidados de la enseñanza bíblica, siguen siendo oidores negligentes.

Los espejos antiguos eran de metal, no de vidrio. La palabra griega para decir espejo, esopstron, aparece solamente aquí y en 1Co 13:12.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Stg 2:14-26; Jer 44:16; Eze 33:31, Eze 33:32; Mat 7:26, Mat 7:27; Luc 6:47-49.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El que sigue esta forma de pensamiento irracional ve en un espejo su rostro natural y se va. Observa, llega a conocer totalmente los defectos, y prontamente se olvida.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

considera. Una palabra enérgica en griego que significa mirar con detenimiento y cautela, a diferencia de una mirada casual. espejo. Los espejos del primer siglo no eran de vidrio, sino metálicos (de bronce, plata o para los ricos, de oro). Los metales se martillaban hasta quedar convertidos en láminas que se bruñían hasta que reflejaran la imagen de objetos cercanos, y aunque el reflejo podía ser bastante adecuado estaba lejos de ser perfecto (cp. 1Co 13:12).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:23,24 — «Porque si alguno… como era». Estos dos versículos ilustran el punto del versículo anterior. Dan un ejemplo de la clase de oidor del cual se habla.
Este hombre consideraba su rostro natural (literalmente, el de su nacimiento). La palabra griega katanoeo, aquí traducida «considerar», se halla también en Luc 12:27 («considerad»), Hch 7:31 («observar»), y Hch 11:6 («consideré‚»). No es, pues, una mera mirada rápida, sino una contemplación fija. Pero después de considerarse en el espejo, al tornarse y salir, en seguida se olvida de la impresión que se le había dejado y por consiguiente no toma pasos para mejorar o corregir el desarreglo.
El que se mira detenidamente en el espejo se ve a sí mismo tal como es, con las imperfecciones que necesitan atención. De igual manera, el que mira atentamente a la Palabra de Dios, se ve a sí mismo con todos sus defectos, porque no es como enseña la Palabra que debería ser. Pero si en los dos casos uno va a ser «observador», pero no también a la vez «hacedor», no saca ningún provecho, porque el mirar no es seguido del hacer.
La parábola del sembrador habla de cómo la semilla sembrada es quitada; de igual manera el considerar, seguido del olvido inmediato, termina en pérdida de provecho. Muchos profesados cristianos se congregan con frecuencia y oyen clases bíblicas y predicaciones, y por el momento se agita algo su conciencia, pero luego salen de la clase o de la asamblea, e inmediatamente los afanes del siglo ocupan su mente. Olvidados de la enseñanza bíblica, siguen siendo oidores negligentes.
Los espejos antiguos eran de metal, no de vidrio. La palabra griega para decir espejo, esopstron, aparece solamente aquí y en 1Co 13:12.

Fuente: Notas Reeves-Partain

REFERENCIAS CRUZADAS

r 45 Luc 6:46; Stg 2:14

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

su rostro natural. Lit., el rostro de su nacimiento, sus rasgos físicos. El contraste en los vv. Stg 1:23-25 es muy sencillo: la persona descuidada se mira en el espejo y se olvida de lo que ve. La persona seria se mira en la Palabra de Dios y actúa en consecuencia con lo que ve allí.

semejante al hombre. La palabra para hombre es «varón» e indica que los hombres, en contraste con las mujeres, las cuales tienen por naturaleza una sensibilidad más aguda y refinada, necesitan esta exhortación a observar con esmero lo que ven en la Palabra.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

M105 Οὐ ποιητής es como un título: el no hacedor.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, naturaleza; lit., el rostro de su nacimiento

Fuente: La Biblia de las Américas