Comentario de Santiago 2:5 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Amados hermanos míos, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
2:5 — «Hermanos míos amados, oíd». Con ternura Santiago apela a sus lectores, como lo hace repetidas veces en esta carta, 1:19, etcétera. Pero les manda prestar mucha atención, pues el caso es serio. La misma palabra, aquí traducida «oíd», es usada por Santiago (o Jacobo) en Hch 15:13. Esta es indicación de que el autor de esta carta es el mismo Jacobo de Hch 15:1-41. (Otras versiones dicen, «Esuchad», o «que oigan esto».) Ahora escribe con tono apasionado. Compárense 1:16 y 4:13.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
oíd. Jue 9:7; 1Re 22:28; Job 34:10; Job 38:14; Pro 7:24; Pro 8:32; Mar 7:14; Hch 7:2.
¿No ha elegido Dios?… Stg 1:9; Isa 14:32; Isa 29:19; Sof 3:12; Zac 11:7, Zac 11:11; Mat 11:5; Luc 6:20; Luc 9:57, Luc 9:58; Luc 16:22, Luc 16:25; Jua 7:48; 1Co 1:26-28; 2Co 8:9.
ricos en fe. Pro 8:17-21; Luc 12:21; 1Co 3:21-23; 2Co 4:15; 2Co 6:10; Efe 1:18; Efe 3:8; 1Ti 6:18; Heb 11:26; Apo 2:9; Apo 3:18; Apo 21:7.
herederos del reino. Mat 5:3; Mat 25:34; Luc 12:32; Luc 22:29; Rom 8:17; 1Ts 2:12; 2Ts 1:5; 2Ti 4:8, 2Ti 4:18; 1Pe 1:4; 2Pe 1:11.
que ha prometido. Stg 1:12; Éxo 20:6; 1Sa 2:30; Pro 8:17; Mat 5:3; Luc 6:20; Luc 12:32; 1Co 2:9; 2Ti 4:8.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Dios ha escogido usar a la gente pobre, los que son ricos en la fe, para progresar en su Reino. Aquellos que le aman, le obedecen (Jua 14:15; Jua 15:9-17), enfrentan la prueba de su fe (Stg 1:12) y heredarán el reino. Esta herencia significa más que entrar en el reino; esto también involucra el gobierno con Cristo (1Co 6:9; Gál 5:21; 2Ti 2:12).
EN PROFUNDIDAD
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Fe y obras
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El gran reformador Martín Lutero, defensor de la doctrina de la salvación por medio de la fe, nunca se sintió bien con la epístola de Santiago. La llamó una «epístola llena de paja» en el prefacio de su edición del NT. en 1522, y puso el libro en el apéndice. Prefirió las palabras de Pablo acerca de la ecuación de la fe y las obras: «el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley» (Rom 3:28).
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En un sentido, Lutero tenía poca elección. Estaba cercado por los hombres que decían que las buenas obras podían salvarnos. Sabía que Dios sólo salvaba por medio de la fe y su misión era proclamarlo.
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Pero Lutero fue demasiado lejos cuando puso a Santiago en el apéndice del NT. Ni la fe ni las obras pueden ser separadas y arrojadas lejos. Santiago apuntaba a aquellos que decían no tener necesidad de buenas acciones, ya que ellos tenían fe. La realidad es que si tienes fe, las obras naturalmente serán un producto. No puedes deshacerte de las obras aunque ellas no te salven. No puedes separar el efecto de la causa. Así como un manzano produce manzanas, también la fe produce buenas obras (Luc 6:43, Luc 6:44).
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Pablo tenía el problema opuesto cuando escribió a los romanos. Su carta estaba orientada a aquellos que establecían su fe en la ley de Moisés. La verdad de ellos estaba en sus propias buenas obras y no en Dios. Por ello, Pablo escribió una defensa de la fe, y es por eso que Lutero la prefirió a la defensa de Santiago de las obras.
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La fe y las obras no son enemigas. La verdadera fe y las obras justas van de la mano. Ellas son parte de la obra de Dios en nosotros. La fe trae a una persona hacia la salvación y las obras traen a esa persona a la fidelidad. La fe es la causa y las obras son el efecto. Santiago creía esto, y lo mismo hizo Pablo.
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
¿NO HA ELEGIDO DIOS A LOS POBRES DE ESTE MUNDO? Los pobres son especiales y de gran valor para Dios (cf. Isa 61:1; Luc 4:18; Luc 6:20; Luc 7:22). Con frecuencia son los pobres de este mundo los más ricos en fe y dones espirituales, y quienes, en su necesidad, claman más intensamente a Dios con un deseo sincero de su presencia, misericordia y ayuda (Luc 6:20-21). Los que sufren de depresión económica en todo el mundo saben que no pueden poner su confianza en las posesiones materiales. Por lo tanto, responden con menos reserva a la invitación de Cristo: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mat 11:28; véase el ARTÍCULO LAS RIQUEZAS Y LA POBREZA, P. 1428. [Luc 18:24-25]).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
¿No ha elegido Dios … ? Vea la nota sobre Rom 8:29; cp. 1Co 1:26-29. reino. Vea la nota sobre Mat 3:2. Aquí Santiago alude al reino en su sentido presente dentro de la esfera de la salvación, cuyos súbditos son aquellos que se sujetan al señorío de Cristo, así como también a su reino milenario y la gloria eterna.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:5 — «Hermanos míos amados, oíd». Con ternura Santiago apela a sus lectores, como lo hace repetidas veces en esta carta, 1:19, etcétera.
Pero les manda prestar mucha atención, pues el caso es serio. La misma palabra, aquí traducida «oíd», es usada por Santiago (o Jacobo) en Hch 15:13. Esta es indicación de que el autor de esta carta es el mismo Jacobo de Hch 15:1-41. (Otras versiones dicen, «Esuchad», o «que oigan esto».) Ahora escribe con tono apasionado. Compárense 1:16 y 4:13.
–«¿No ha elegido a los pobres de esto siglo…» La Versión Hispanoamericana dice, «los pobres según el mundo». La Versión Moderna dice, «pobres en cuanto al mundo». Contrástese 1Ti 6:17, «los ricos de este siglo».
Dios no elige a nadie a base de ser pobre; ¡elige a todos a base de obedecer al evangelio (2Ts 2:13-14; Mar 16:15-16)! No dice Santiago que ser pobre en los bienes materiales del mundo es una bendición en sí, y que ser rico en ellos es un pecado. Hay pobres muy pecadores y ricos muy espirituales. El punto de Santiago fue obvio para sus lectores, como lo era también para los de Pablo, 1Co 1:26-29. Si Dios escogiera salvar a gente a base de sus riquezas materiales, ¿cuántos de los lectores de Santiago se habrían encontrado en la iglesia del Señor? Pero es obvio que los pobres respecto al mundo, sintiendo necesidad y dependencia, tendemos a pensar en Dios más que los ricos. Por eso hablan las Escrituras de esta manera. Considérense Luc 4:18; Luc 6:20; Luc 7:22.
Las riquezas no son malas en sí (pues Cristo se asoció con los ricos en su muerte — Mat 27:57-60; Isa 53:9), pero sí pueden ser un gran obstáculo a la salvación de uno (Mat 19:23-24). Pero el rico sí puede ser salvo (Mat 19:26; Stg 1:10), y una porción de las Escrituras se le dirige directamente (por ejemplo, 1Ti 6:17-19). Entre otros cristianos ricos aparece Bernabé‚ (Hechos 4:36,37).
–«para que sean ricos en fe…» Compárense 1Ti 6:18, «ricos en buenas obras», y Luc 12:21, «rico para con Dios». Las palabras para que sean (o, para ser, según otras versiones) no se encuentran en el texto griego, y por eso en la Versión La Biblia de las Américas aparecen en itálicas. Santiago no está diciendo, pues, que Dios escoge a los pobres como una clase, para destinarlos a la fe y a la herencia eterna. Las frases «ricos en fe» y «herederos del reino» describen el carácter del pobre que Dios escoge.
Estos pobres, siendo cristianos, son ricos (Apo 2:9).
–«y herederos del reino». Los santos pobres eran ricos en su posición de creyentes y de herederos del reino. Eran ricos en sus privilegios y promesas. ¡Eran hijos de rey! El hecho de ser creyentes y herederos es lo que les hacía ricos.
El reino referido aquí es el mesiánico (Mat 5:3; Mat 25:34), el cual durar por los siglos de los siglos (2Ti 4:18; 2Pe 1:11).
–«que ha prometido a los que le aman». Referente a esta promesa, considérense 1Jn 2:25; Apo 2:10; 2Pe 3:9; Rom 8:28; Rom 11:22.
La base de ser recipiente de las promesas de Dios no es ni la pobreza en sí, ni la riqueza en sí, sino el amar a Dios a tal grado de obedecerle (1Jn 5:2; 1Jn 2:4-5; Jua 14:15).
Santiago supone que sus lectores saben con certeza que Dios había escogido a muchos pobres de este mundo para hacerles recipientes de sus bienes espirituales a base de su amor y obediencia. Cristo en su vida sobre la tierra había predicado mucho a ellos, como también los apóstoles, y esto con gran éxito. ¿Por qué, pues, tratarles los lectores de Santiago de manera diferente a la de tratar a los ricos en bienes materiales? ¿Por qué menospreciarles?
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA RIQUEZA DE LA POBREZA
Y LA POBREZA DE LA RIQUEZA
Santiago 2:5-7
Escuchadme bien, queridos hermanos: ¿Es que no fue a los que son pobres según el mundo a los que Dios escogió para que sean ricos por su fe y herederos del Reino que ha prometido a los que Le aman? ¿Y vosotros despreciáis a los pobres? ¿Es que no son precisamente los ricos los que os oprimen, y os arrastran a los tribunales? ¿Y no son ellos los que blasfeman el Nombre glorioso por el que habéis sido llamados?
«Dios -decía Abraham Lincoln- tiene que querer mucho a las personas sencillas, porque ha hecho un montón.» El Evangelio siempre ha concedido prioridad a los pobres. En el primer sermón de Jesús en la sinagoga de Nazaret, su proclama fue: «¡Dios me ha ungido para que les anuncie la Buena Noticia a los pobres!» (Lc 4:18 ). Su respuesta a la pregun-ta del perplejo Juan de si era Él el Escogido de Dios culminó en la afirmación: «¡Y a los pobres se les proclama el Evangelio!» (Mt 11:5 ). La primera de las Bienaventuranzas fue: «¡Bienaventurados los pobres- en espíritu, porque suyo es el Reino del Cielo!» (Mt 5:3 ). Y Lucas es aún más concreto: «¡Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios!» (Lc 6:20 ). Durante el ministerio de Jesús, cuando Le cerraron las puertas de las sinagogas y salió a los caminos, los cerros y las costas, fue a las multitudes de hombres y mujeres corrientes a los que dirigió Su mensaje. En los días de la Iglesia Primitiva era a las multitudes , a las que se dirigían los predicadores callejeros. De hecho, el Evangelio proclamaba que eran los que no les importaban a los poderosos ni a los ricos los que Le importaban supremamente a Dios. «Porque, hermanos, tened presente quiénes sois los que Dios ha llamado -decía Pablo-: no había muchos entre vosotros que fuerais lo que el mundo considera sabios, o poderosos, o aristócratas» (1Co 1:26 ).
No es que Cristo y la Iglesia no quieran a los grandes y a los ricos y a los sabios y a los poderosos; tenemos que estar en guardia contra la cursilería contraria, como ya hemos visto. Pero estaba claro que el Evangelio ofrecía tanto a los pobres y exigía tanto de los ricos que eran los pobres los que estaban más dispuestos a entrar en la iglesia. Era también la gente corriente la que escuchaba a Jesús de buena gana, y el joven rico el que se retiró con tristeza, porque tenía muchas posesiones. Santiago no les cierra la puerta a los ricos ni mucho menos; _ está diciendo que el Evangelio de Cristo les resulta especialmente atractivo a los pobres, porque son bien recibidos los que no tenían a nadie que los recibiera, y porque se sienten apreciados los que el mundo considera que no valen nada.
En la sociedad en la que vivía Santiago, los ricos oprimían a los pobres. Los arrastraban a los tribunales, probablemente por deudas. En el límite inferior de la escala social la gente era tan pobre que a duras penas podía vivir, y los prestamistas eran abundantes y despiadados. En el mundo antiguo existía la costumbre del arresto sumario. Si un acreedor se encontraba con un deudor en la calle, le podía agarrar por el cuello de la ropa, casi ahogándole, y llevarle a rastras literalmente al tribunal. Eso era lo que los ricos hacían con los pobres. No tenían compasión; querían hasta el último céntimo. No es la riqueza lo que condena Santiago, sino la conducta dé los ricos despiadados.
Eran los ricos los que blasfemaban el Nombre que invocaban los pobres. Tal vez se refiera al nombre de cristianos que los de Antioquía les pusieron de mote burlesco a los seguidores de Cristo; o puede que fuera el nombre de Cristo que se pronunciaba sobre los cristianos en el bautismo. La palabra que usa Santiago es epikaléisthai, que era la que se usaba cuando una mujer tomaba el nombre del marido al casarse, o un chico, al que se ponía el nombre del padre cuando le reconocía. El cristiano toma el nombre de Cristo; se llama cristiano por su relación con Cristo, como si en el bautismo naciera y fuera reconocido como miembro de la familia de Cristo.
Los ricos y los amos tendrían muchas razones para injuriar el nombre de cristiano. Un esclavo que se hacía cristiano daba muestras de una nueva independencia; ya no se arrastraría ante el poder de su amo, el castigó dejaría de atemorizarle y aparecería ante el amo revestido de una nueva personalidad. Tendría una nueva honradez. Eso le haría mejor hasta como esclavo, pero querría decir que ya no sería un instrumento dócil de su amo para las acciones bajas y miserables como tal vez lo había sido antes. Tendría un nuevo sentido de la adoración; e insistiría en dejar su trabajo temporalmente el Día del Señor para ir al culto con el pueblo de Dios. Al amo no le° faltarían razones para insultar el nombre de cristiano y para maldecir a Cristo.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Stg 1:12; 1Co 1:26-28; Mat 25:34; (ver 1Co 6:9-10; 1Co 15:50; Gál 5:21).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Argumentación teológica. Santiago comienza su análisis sobre ese favoritismo para con los ricos haciendo referencia a las mismas palabras de Jesús. Dice que Dios ha elegido a los pobres pa ra que hereden el reino. Esto proviene del Sermón de la llanura (Luc. 6:20). Dios muestra un interés especial en los pobres en el AT (p. ej. Deut. 15; Sal. 35:10; Prov. 19:17) y Jesús los hace el centro de la proclamación del evangelio (Luc. 4:18). Santiago deja en claro que el pobre de quien está hablando es el pobre en el sentido económico, porque sólo son pobres a los ojos del mundo. Delante de Dios, son ricos en fe. Por lo tanto, no todos los pobres son incluidos en la bendición porque no han sido escogidos para la salvación, o sea que no son herederos del reino, sino que se abarca sólo a los que le aman. La ironía está en que la iglesia estaría juzgando como lo hace el mundo y no como lo hace Dios. No ha logrado ver que el hombre de vestidos sucios es de hecho rico a los ojos de Dios y que con sus acciones ha afrentado al pobre, es decir ha insultado a los mismos que Dios ha escogido como herederos.
Al afrontar al pobre la iglesia ha favorecido a los ricos. Pero los opresores de la iglesia son los ricos que están fuera de ella. Esto retoma el tema del AT sobre los ricos que oprimen a los pobres (Jer. 7:6; 22:3; Amós 4:1; 8:4) que es precisamente lo que estaba ocurriendo en los tiempos de Santiago. Aun más, los ricos arrastraban a los cristianos a los tribunales, sabiendo que los tribunales seculares les serían favorables porque a nadie le agradaban los cristianos. Para añadir ofensa tras ofensa, blasfeman ellos el buen nombre que les había sido dado en el bautismo. Quizá esto es una referencia a có mo era posible que se burlaran de ellos en el tribunal diciéndoles que eran algún “seguidor de ese maldito galileo” y que por eso carecían del derecho. Esos eran los ricos. Sin embargo, los cristianos se es taban volviendo como ellos cuando discriminaban a los pobres en sus propias reuniones. Los cristianos habían llegado a ser perseguidores.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
i 68 Gál 2:10
j 69 Rev 2:9
k 70 Luc 22:29
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
reino. Véase coment. en Mt 25:34.
Fuente: La Biblia de las Américas
5 (1) O, para; es decir, según la estima del mundo.
5 (2) Aquí el reino de Dios también es el reino de Cristo, el cual los creyentes vencedores heredarán en la época venidera ( Efe_5:5 ; Gál_5:21 ; 1Co_6:10 ; Rev_20:4 , Rev_20:6). La realidad de este reino (véase la nota 3 (4) de Mt 5) no debía ser practicada en la sinagoga judía, sino en la iglesia cristiana, la cual es el Cuerpo de Cristo ( Rom_14:17).
5 (3) Creemos en el Señor para ser salvos ( Hch_16:31); amamos a Dios ( 1Jn_2:5 , 1Jn_2:15) para vencer, a fin de recibir como galardón el reino prometido (véanse las notas 28 (1) de He 12 y 35 (1) de He 10).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
según el mundo… TR registra de este mundo.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
M46 El dativo τῷ κοσμῷ se traduce mejor al español por medio de un adverbio: a los que son literalmente (es decir, materialmente) pobres.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
Lit., al
Fuente: La Biblia de las Américas
El TR registra genitivo: de este mundo.