Comentario de Santiago 2:21 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
¿No fue justificado por las obras nuestro padre Abraham, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
2:21 — «¿No fue… Abraham nuestro padre». Santiago menciona primero el caso de Abraham, porque era el padre de los judíos. El ejemplo de él sería aceptado por todos. Como él fue justificado, así serán todos justificados. Véanse Romanos capítulo 4 (en particular, versículos 11,12, 16-18 y 23,24), y Gál 3:29. La frase «por las obras» no debe entenderse como diciendo que las obras son la agencia por medio de la cual uno es salvado. La frase griega dice, «de las obras». Véase el margen, Versión La Biblia de las Américas. Las obras de fe de parte de Abraham fueron la fuente de la cual vino la justicia. Dios es quien justifica, pero lo hace cuando ve las obras del creyente, y a consecuencia de dichas obras. La palabra «justificado» significa ser declarado justo o inocente (por medio del perdón de Dios). Tiene que ver con la salvación (versículo 14).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
fue justificado. Stg 2:18, Stg 2:24; Sal 143:2; Mat 12:37; Mat 25:31-40; Rom 3:20.
Abraham nuestro padre. Jos 24:3; Isa 51:2; Mat 3:9; Luc 1:73; Luc 16:24, Luc 16:30; Jua 8:39, Jua 8:53; Hch 7:2; Rom 4:1, Rom 4:12, Rom 4:16.
cuando ofreció a su hijo. Gén 22:9-12, Gén 22:16-18.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Santiago enseña claramente la justificación por la fe, por lo que cita Gén 15:6 en el v. Stg 2:23, el cual, obviamente, relaciona el reconocimiento de la justicia, esto es, la salvación, con la creencia de Abraham (véase la explicación de Pablo de Gén 15:6 en Rom 4:1-12). La justificación por las obras, de la que habla Santiago, es un tipo diferente de justificación. Este tipo de justificación es ante otras personas. En otras palabras, Santiago usa la palabra justificado para referirse a «probado». Nosotros probamos a otros nuestra fe genuina en Cristo a través de nuestras obras. Pero la justificación que viene a través de la fe es ante Dios, y nosotros no nos «probamos» a nosotros mismos ante Él; en lugar de eso, Dios nos declara justos a través de nuestra unión con Cristo, el único que murió por nuestros pecados (Rom 3:28).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
¿NO FUE JUSTIFICADO POR LAS OBRAS…? La justicia de Abraham no resultó de la observancia de la ley (Rom 3:28) sino de la fe y las acciones obrando juntas en amor. Su disposición a sacrificar a Isaac fue la expresión de su fe en Dios y su consagración a Él (véanse Gén 15:6, nota; Gén 22:1, nota). Santiago usa el ejemplo de Abraham para desvirtuar la creencia de que la fe pueda existir sin la consagración y el amor a Dios. El apóstol Pablo se vale del ejemplo de la fe de Abraham para contradecir la opinión de que la salvación depende del mérito de las obras del hombre y no de la gracia de Dios (Rom 4:3; Gál 3:6).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
justificado por las obras. Esto no contradice la enseñanza clara de Pablo en el sentido de que Abraham fue justificado delante de Dios solo por gracia a través de la fe y nada más (Rom 3:20; Rom 4:1-25; Gál 3:6; Gál 3:11). Por varias razones, es imposible que Santiago haya querido decir que Abraham fue hecho justo delante de Dios a causa de sus propias buenas obras: 1) Santiago ya subrayó que la salvación es un don gratuito (Stg 1:17-18), 2) en el punto medio de este pasaje polémico (v. Stg 2:23), Santiago citó Gén 15:6, donde se afirma sin lugar a equívocos que Dios acreditó justicia a Abraham solo con base en su fe (vea las notas sobre Rom 1:17 ; Rom 3:24 ; Rom 4:1-25) y 3) Santiago dijo que la obra que justificó a Abraham fue el ofrecimiento en obediencia de su hijo Isaac (Gén 22:9; Gén 22:12), un acontecimiento que tuvo lugar muchos años después de que él ejerció la fe por primera vez y fue declarado justo ante Dios (Gén 12:1-7; Gén 15:6). Más bien, el ofrecimiento de Isaac por parte de Abraham demostró la autenticidad de su fe y la realidad de su justificación ante Dios. Santiago hace hincapié en la vindicación ante otros de la afirmación de un hombre con respecto a su propia salvación. La enseñanza de Santiago es el complemento perfecto de los escritos de Pablo, ya que la salvación es determinada nada más que por la fe (Efe 2:8-9) y queda demostrada mediante fidelidad en obedecer nada más que la voluntad de Dios (Efe 2:10).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Santiago cita tres ilustraciones de la fe viva: 1) Abraham (vv. Stg 2:21-24), 2) Rahab (v. Stg 2:25) y 3) el cuerpo y el espíritu del ser humano (v. Stg 2:26).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:21 –«¿No fue… Abraham nuestro padre». Santiago menciona primero el caso de Abraham, porque era el padre de los judíos. El ejemplo de él sería aceptado por todos. Como él fue justificado, así serán todos justificados. Véanse Romanos capítulo 4 (en particular, versículos 11,12, 16-18 y 23,24), y Gál 3:29.
La frase «por las obras» no debe entenderse como diciendo que las obras son la agencia por medio de la cual uno es salvado. La frase griega dice, «de las obras». Véase el margen, Versión La Biblia de las Américas. Las obras de fe de parte de Abraham fueron la fuente de la cual vino la justicia. Dios es quien justifica, pero lo hace cuando ve las obras del creyente, y a consecuencia de dichas obras. La palabra «justificado» significa ser declarado justo o inocente (por medio del perdón de Dios). Tiene que ver con la salvación (versículo 14).
–«cuando ofreció… el altar?» Véanse Gén 22:1-24 y Heb 11:17-19. Las «obras» (versículos 14,17,18) de estos versículos son las de obediencia a los mandamientos de Dios, como ilustradas en el caso de ofrecer a Isaac. En eso, como lo hacía repetidamente en su vida, Abraham obedeció a Dios en quien creía, o a quien creía (Gén 22:18). Era hombre de obras (obediencia) (Gén 26:5).
No hay contradicción alguna entre Santiago y Pablo, respecto a ser justificado por las obras. Véase INTRODUCCIÓN IX, Jacobo y Pablo. Pablo combatía el judaísmo que basaba la justificación en ser uno judío (circuncidado), bajo la ley de Moisés, diciendo que las obras de perfección de parte del hombre no justificaban porque nadie obraba perfectamente bien. Abraham, quien vivió antes de existir la ley de Moisés, fue justificado por la fe (obediente, acompañada de obras) (Gén 15:6), y él era el padre de los judíos. Ahora, Santiago, escribiendo a cristianos, trata el tema de qué clase de fe justifica (sea en el cristiano o en el no cristiano), ya que algunos profesaban creer en Cristo pero su fe no fue perfeccionada por obras de obediencia (versículo 22). Pablo y Santiago tratan de la misma justificación (perdón) de Dios, pero tratan de «obras» diferentes. Pablo trata de obras que uno haría bajo la ley de Moisés pero aparte de la fe en Cristo Jesús; por ellas nunca sería justificado (salvado) (Gál 2:16; Gál 3:11; Hch 13:39; Rom 3:20). ¡Tiene que creer en Jesucristo! Santiago trata de la clase de fe que justifica o salva a quienquiera; ¡tiene que ser una acompañada de obras! Los dos apelan a Abraham, porque ¡era creyente obediente!
Dios justifica cada vez que perdona (sea al pecador inconverso, o al cristiano que peca). Lo hace a base de la fe obediente. El pecador inconverso, que cree en Cristo Jesús y arrepentido se bautiza, será salvo (justificado) (Mar 16:15-16; Hch 2:38). El cristiano que peca, si cree en la palabra de Cristo que le manda arrepentirse y confesar su culpa, será perdonado (salvado, justificado) (Hch 8:22; Apo 2:5; Stg 5:13; Stg 5:19-20). Abraham ya era hombre de Dios (creyente) cuando las palabras de Gén 15:6 se le pronunciaron. Rahab era inconversa pagana cuando se le pronunciaron. Dios justifica a todos de igual manera; es decir, por la fe obediente. Ambos Pablo y Santiago lo enseñan.
Fuente: Notas Reeves-Partain
— ¿no alcanzó el favor de Dios…? O bien: ¿no fue reconocido justo…?.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Gén 22:1-18; Isa 51:2; Mat 3:9; Luc 16:24; Luc 16:27; Luc 16:30; Jua 8:39; Jua 8:53; Rom 4:1-25.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
g 93 Rom 9:8
h 94 Gén 22:9; Gén 22:12
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
justificado por las obras. Aunque Abraham ya había sido justificado unos 30 años antes (Gn 15:6; Ro 4:3), este relato acerca de Isaac su hijo (Gn 22:9– 12) indica que las obras son evidencia de una fe genuina.
Fuente: La Biblia de las Américas
justificado por las obras. En los escritos de Pablo, «justificación» significa declarar justo a los ojos de Dios a un pecador; en Santiago, aquí significa «vindicar» o «mostrar la justicia» de una persona ante Dios y los hombres. En otras palabras, la fe genuina justifica al pecador; y las buenas obras del creyente «justifican» o vindican la genuinidad de su fe. La justificación de Abraham en el sentido de Pablo está registrada en Gén 15:6; la justificación de Abraham en el sentido de Santiago tuvo lugar unos 30 años más tarde en aquel acto culminante de obediencia en que el patriarca ofreció a su hijo Isaac, el hijo de la promesa (Gén 22:1-24). Con este acto, demostró Abraham la realidad y la genuinidad de su fe en Gén 15:1-21.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
ofreció a su hijo… → Gén 22:1-14.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
g Gén_22:1-14.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
‡ O “probado justo”.