Comentario de Santiago 4:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, pero no podéis obtener. Combatís y hacéis guerra. No tenéis, porque no pedís.
4:2 — «Codiciáis, y no tenéis». El verbo en el texto griego, aquí (y en casi toda versión de las que tengo) traducido «codiciáis», es la misma palabra empleada en 1:14,15, concupiscencia, nada más que aquí es verbo, y allí, sustantivo. Tal vez quepa mejor la palabra «lujuriáis», porque Santiago se refiere a placeres sensuales (versículo 1). El desear desordenadamente, o lujuriar, nunca produce satisfacción genuina; nunca trae a uno a sus metas mentales. El lujuriar nunca consigue posesión, porque la satisfacción sensual pierde su sensación para el hombre carnal, y luego busca grado aún mayor de satisfacción. Así es que nunca tiene lo que lujuria. Considérense 2Sa 11:1-27; 1Re 21:1-29.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
codiciáis y no tenéis. Stg 5:1-5; Pro 1:19; Ecl 4:8; Hab 2:5; 1Ti 6:9, 1Ti 6:10.
porque no pedís. Stg 1:5; Isa 7:12; Mat 7:7, Mat 7:8; Luc 11:9-13; Jua 4:10; Jua 16:24.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La fuente del conflicto entre los creyentes a menudo son las cosas materiales. Santiago atribuye las luchas, las muertes y las guerras al materialismo. Juan también advierte a los creyentes de los deseos de la carne «las cosas que están en el mundo» (1Jn 2:15, 1Jn 2:16).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
MATÁIS Y ARDÉIS DE ENVIDIA. Esta frase se emplea en sentido figurado por «odian» (cf. Mat 5:21-22).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
matáis. El homicidio es el resultado final de los deseos torcidos. Santiago también tenía en mente toda la gama de pecados que conducen a ese acto abominable (odio, rabia y amargura). Aquí se representa cómo los incrédulos que se dejan controlar a tal extremo por sus propios deseos malignos, están dispuestos a luchar hasta la muerte para satisfacerlos. no pedís. El gozo, la paz, la felicidad, la esperanza, la satisfacción y el significado verdaderos solo provienen de Dios. Los incrédulos no están dispuestos a pedir esto a Dios conforme a los términos divinos y rehúsan someterse a Dios o reconocer su dependencia de Él.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
4:2 — «Codiciáis, y no tenéis». El verbo en el texto griego, aquí (y en casi toda versión de las que tengo) traducido «codiciáis», es la misma palabra empleada en 1:14,15, concupiscencia, nada más que aquí es verbo, y allí, sustantivo. Tal vez quepa mejor la palabra «lujuriáis», porque Santiago se refiere a placeres sensuales (versículo 1).
El desear desordenadamente, o lujuriar, nunca produce satisfacción genuina; nunca trae a uno a sus metas mentales. El lujuriar nunca consigue posesión, porque la satisfacción sensual pierde su sensación para el hombre carnal, y luego busca grado aún mayor de satisfacción. Así es que nunca tiene lo que lujuria. Considérense 2Sa 11:1-27; 1Re 21:1-29.
–«Matáis y ardéis de envidia». Sus deseos desordenados les conducían a «matar» y a codiciar en su búsqueda de la satisfacción, la cual nunca alcanzaban. Santiago usa el tiempo presente que indica práctica habitual.
Entiendo que Santiago usa la palabra «matar» en sentido figurado. Considérense Deu 24:6; Mat 5:21-22; 1Jn 3:15. Sus actitudes y actividades carnales tenían para los otros el efecto de una matanza. Sus motivos eran iguales que los que conducen a un homicida a matar.
La palabra griega, que aquí se traduce en la frase «ardéis de envidia», se emplea también en 3:14 (celos), Hch 17:5 (celos), 1Co 12:31 (procurad), y en 1Co 13:4 (envidia). Santiago habla de la actitud de codiciar, desear fuertemente, o tener celos de algo.
–«y no podéis alcanzar». Sus prácticas carnales no lograban los fines deseados. El mismo verbo griego, para decir alcanzar, se emplea en Rom 11:7 y en Heb 6:15. Ciertas actitudes y actividades no logran sus fines. Véase 1:20. Así tampoco el lujuriar, el odiar, y el envidiar logran alcanzar la satisfacción genuina y permanente. El deseo ilegal siempre conduce a algún acto ilegal, y siempre falla en su empeño de alcanzar lo que es verdaderamente provechoso y bueno. Dios no bendice al que busca mal.
–«combatís y lucháis». Es la misma frase (nada más que aquí son verbos, y allí sustantivos) que se encuentra en el versículo 1.
Deseaban mal, y esto les conducía a toda clase de conflicto, pero sin alcanzar lo deseado. Pero por no alcanzarlo, continuaban sus actividades carnales. El lujuriar y tener celos, teniendo la persona motivos de gozar de deleites sensuales, siempre produce contiendas y conflictos. Una mala manera de actuar nunca logra buenos fines. Lo que sí logran alcanzar, nunca satisface. Dejan al hombre carnal en un círculo vicioso: combate, no tiene, y por eso sigue combatiendo.
–«pero no… no pedís». Compárense 1:5; 5:16; Mat 7:7; Mat 21:22; Luc 18:1. Las promesas de Dios (bendiciones) son para quienes piden (oran), y no para quienes pelean y codician. Había cosas que habrían podido recibir de Dios, si se las hubieran pedido. Pero algunos habían dejado la oración (mientras que otros pedían mal, versículo 3), y se ocupaban más bien en buscar lo carnal por medio de tácticas carnales.
El hecho de que aquí Santiago introduce la oración prueba que se dirige a cristianos. (Algunos creen que las guerras y los combates de este contexto eran los de los judíos incrédulos, pues es cierto que en ese tiempo, antes de la caída de Jerusalén en el año 70 d. de J.C., había muchos de ellos).
Fuente: Notas Reeves-Partain
— luchas y contiendas: Este versículo admite otra posible puntuación: unir la palabra asesinan a la frase siguiente y, en consecuencia traducir: Ambicionan y no poseen, son asesinos y envidiosos, y no consiguen nada; luchan y se hacen la guerra.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) O: “y tienen envidia (celos)”.
REFERENCIAS CRUZADAS
c 148 1Jn 3:15
d 149 Col 3:5
e 150 Mat 5:22; Stg 3:16
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
2 super (1) O, codiciáis.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
matáis. Es la lógica consecuencia, aunque no sea necesariamente corriente, de la codicia insatisfecha. Cp. Mat 5:21-22.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Codiciáis… ardéis de envidia… Dos fuertes motivos para asesinar → 1Re 21:1-16; Gén 4:3-8.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
O, tenéis pleitos
Fuente: La Biblia de las Américas
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