Comentario de Santiago 4:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

¡Gente adúltera! ¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, cualquiera que quiere ser amigo del mundo se constituye enemigo de Dios.

4:4 — «¡Oh almas adúlteras!» El texto griego dice nada más, «adúlteras.» Véanse las versiones Moderna, Hispanoamericana, etcétera. El término griego aparece en género femenino, y por ser así es muy probable que Santiago use la palabra figuradamente (como usa la palabra «matáis» en el versículo 2).

Si hablara del adulterio literal, habría dicho «adúlteros» (género masculino), pues no eran culpables de adulterio literal solamente las mujeres.

La iglesia es la esposa de Cristo (Rom 7:1-4; 2Co 11:2; etcétera) (así como los juditos eran la esposa de Jehová en el Antiguo Testamento — Ose 2:19; etcétera). La infidelidad de parte de la iglesia era adulterio espiritual. (En el Antiguo Testamento se usa el adulterio espiritual para referirse a la infidelidad, mayormente y en particular de la idolatría, de Israel. Véanse Eze 23:5-7; Eze 23:30; Eze 23:37, etcétera; Sal 73:27; Isa 57:1-21; Oseas). En Mat 12:39 y en 16:4, Cristo se refiere a la «generación mala y adúltera», porque ellos eran infieles a Dios, por ser incrédulos. Apo 2:20-22 es otro caso de fornicación (o sea, mundanalidad).

— «¿No sabéis… contra Dios?» En el griego hay dos palabras para decir «saber». Una (la que es usada aquí en este versículo) es la que indica saber por reflejar o contemplar; la otra indica saber por observar. Cuando uno contempla las características opuestas de Dios y del mundo, ¡sabe lo que Santiago afirma aquí!

La «amistad del mundo» es el amor que el hombre les tiene a los placeres (versículo 1, pasiones) del mundo; es amar «malas conversaciones,» o costumbres (1Co 15:33). Juan nos aconseja no amar al mundo (1Jn 2:15).

La palabra «mundo» aquí se refiere, no a la creación física, ni a los seres humanos en ella, pues a éstos (el mundo) Dios ama (Jua 3:16), sino a la esfera de actividades opuestas a la voluntad de Dios (1:27). Véanse también 1Jn 5:5; 2Ti 4:10; Gál 6:14; Col 2:8; Jua 15:19.

El texto griego dice, «enemistad de Dios» (como dice «amistad del mundo»). Como el mundo es el objeto del dicho amor, Dios es el objeto de dicha enemistad. Los que aman al mundo, odian a Dios. Véanse Mat 6:24; Mat 12:30; Jua 15:18-20; Rom 8:7.

— «Cualquiera, pues,… enemigo de Dios». La terminación de la palabra «cualquiera» enseña que ser amigo del mundo es el resultado de decisión intencional; es cosa de propósito, de voluntad. Es estado mental que logra expulsar a Dios del corazón. Para evitar tales pensamientos, hay que amar a Dios según dice Mat 22:37, y mantener la mira en las cosas de arriba (Col 3:2).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

¡Oh almas adulteras! Sal 50:18; Sal 73:27; Isa 57:3; Jer 9:2; Ose 3:1; Mat 12:39; Mat 16:4.

la amistad del mundo. Jua 7:7; Jua 15:19, Jua 15:23; Jua 17:14; 1Jn 2:15, 1Jn 2:16.

es enemistad contra Dios. Gén 3:15; Rom 8:7.

Cualquiera, pues. Gál 1:10.

se constituye enemigo de Dios. Sal 21:8; Luc 19:27; Jua 15:23, Jua 15:24; Rom 5:10.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Este versículo no habla de la actitud de Dios hacia los creyentes, sino de la actitud de los creyentes hacia Dios. La diferencia entre el mundo y Dios es tan amplia que cuando nos movemos hacia el mundo, nos desviamos de Dios. En el mundo, el pecado se considera aceptable y placentero. Los creyentes pierden la conciencia del pecado y este llega a ser habitual. La preocupación de Santiago no es por los pecados ocasionales sino por la actitud del corazón que lleva a una persona a volverle la espalda a Dios y a enfrentarse al mundo. En vez de conocer el pecado a través de la observación o la experiencia personal, el cristiano debe hacer uso de la mente de Dios para discernir lo bueno y lo malo sin experimentar el mal mismo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

LA AMISTAD DEL MUNDO ES ENEMISTAD CONTRA DIOS. «La amistad del mundo» es adulterio espiritual, es decir, infidelidad a Dios y al compromiso de consagración a Él (1Jn 2:15-17; cf. Isa 54:5; Jer 3:20). Comprende la aceptación del pecado, de los valores y de los placeres malvados del mundo (véase el ARTÍCULO LA RELACIÓN DEL CREYENTE CON EL MUNDO, P. 1830. [1Jn 2:15-16]). Dios no aceptará dicha amistad (Mat 6:24), porque es un Dios celoso (Éxo 20:5; Deu 5:9). Un ejemplo de esa amistad es la participación en órdenes secretas (e.g., logias) que exigen juramentos religiosos que no son bíblicos y la asociación con los incrédulos, los cuales se prohíben en la Palabra de Dios (Mat 5:33; Mat 5:37; 2Co 6:14). Los creyentes no pueden pertenecer a dichos grupos sin comprometer la doctrina cristiana (2Pe 3:16), las normas piadosas, la separación del mundo (2Co 6:17-18), y la fidelidad a Cristo (Mat 6:24).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

¡Oh almas adúlteras! Una descripción metafórica de la infidelidad espiritual (cp. Mat 12:39; Mat 16:4; Mar 8:38). Habría sonado como algo muy familiar a los lectores judíos de Santiago porque el AT describe con frecuencia al Israel infiel como una ramera espiritual (cp. 2Cr 21:11; 2Cr 21:13; Jer 2:20; Jer 3:1; Jer 3:6; Jer 3:8-9; Eze 16:26-29; Ose 1:2; Ose 4:15; Ose 9:1). Aquí Santiago considera a los cristianos de profesión que mantienen una asociación externa con la iglesia pero no renuncian a un afecto profundo hacia el sistema maligno del mundo. amistad. Solo aparece aquí en el NT y es una palabra griega que describe el amor en términos de un apego emocional fuerte. Los que tienen anhelos profundos e íntimos por las cosas del mundo dan evidencia de que no han sido redimidos (1Jn 2:15-17). mundo. Vea la nota sobre Stg 1:27. enemistad contra Dios. La consecuencia inevitable de la amistad con el mundo. La verdad seria de que los incrédulos son enemigos de Dios es enseñada en todas las Escrituras (cp. Deu 32:41-43; Sal 21:8; Sal 68:21; Sal 72:9; Sal 110:1-2; Isa 42:13; Nah 1:2; Nah 1:8; Luc 19:27; Rom 5:10; Rom 8:5-7; 1Co 15:25).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

4:4 — «¡Oh almas adúlteras!» El texto griego dice nada más, «adúlteras.» Véanse las versiones Moderna, Hispanoamericana, etcétera. El término griego aparece en género femenino, y por ser así es muy probable que Santiago use la palabra figuradamente (como usa la palabra «matáis» en el versículo 2).
Si hablara del adulterio literal, habría dicho «adúlteros» (género masculino), pues no eran culpables de adulterio literal solamente las mujeres.
La iglesia es la esposa de Cristo (Rom 7:1-4; 2Co 11:2; etcétera) (así como los juditos eran la esposa de Jehová en el Antiguo Testamento — Ose 2:19; etcétera). La infidelidad de parte de la iglesia era adulterio espiritual. (En el Antiguo Testamento se usa el adulterio espiritual para referirse a la infidelidad, mayormente y en particular de la idolatría, de Israel. Véanse Eze 23:5-7; Eze 23:30; Eze 23:37, etcétera; Sal 73:27; Isa 57:1-21; Oseas). En Mat 12:39 y en 16:4, Cristo se refiere a la «generación mala y adúltera», porque ellos eran infieles a Dios, por ser incrédulos. Apo 2:20-22 es otro caso de fornicación (o sea, mundanalidad).
–«¿No sabéis… contra Dios?» En el griego hay dos palabras para decir «saber». Una (la que es usada aquí en este versículo) es la que indica saber por reflejar o contemplar; la otra indica saber por observar. Cuando uno contempla las características opuestas de Dios y del mundo, ¡sabe lo que Santiago afirma aquí!
La «amistad del mundo» es el amor que el hombre les tiene a los placeres (versículo 1, pasiones) del mundo; es amar «malas conversaciones,» o costumbres (1Co 15:33). Juan nos aconseja no amar al mundo (1Jn 2:15).
La palabra «mundo» aquí se refiere, no a la creación física, ni a los seres humanos en ella, pues a éstos (el mundo) Dios ama (Jua 3:16), sino a la esfera de actividades opuestas a la voluntad de Dios (1:27). Véanse también 1Jn 5:5; 2Ti 4:10; Gál 6:14; Col 2:8; Jua 15:19.
El texto griego dice, «enemistad de Dios» (como dice «amistad del mundo»). Como el mundo es el objeto del dicho amor, Dios es el objeto de dicha enemistad. Los que aman al mundo, odian a Dios. Véanse Mat 6:24; Mat 12:30; Jua 15:18-20; Rom 8:7.
–«Cualquiera, pues,… enemigo de Dios». La terminación de la palabra «cualquiera» enseña que ser amigo del mundo es el resultado de decisión intencional; es cosa de propósito, de voluntad. Es estado mental que logra expulsar a Dios del corazón. Para evitar tales pensamientos, hay que amar a Dios según dice Mat 22:37, y mantener la mira en las cosas de arriba (Col 3:2).

Fuente: Notas Reeves-Partain

INFIDELIDAD PARA CON DIOS

Santiago 4:4-7

¡Infieles a lo que habéis prometido! ¿Es que no sabéis que amar a este mundo es enemistarse con Dios? El que se propone llevarse bien con el mundo se convierte ipso facto en enemigo de Dios. ¿Creéis que la Escritura dice por nada: «Dios anhela celosamente el espíritu que ha hecho habitar en vosotros?»


Pero Dios da mayor gracia. Por eso, también dice la Escritura: «Dios se opone a los soberbios, pero concede Su gracia a los humildes.» Por tanto, someteos a Dios. Resistid al diablo, y huirá de vosotros; manteneos cerca de Dios, y Él estará cerca de vosotros.

La antigua versión Reina-Valera (1909) hacía este pasaje todavía más difícil de lo que es. En ella se dirigía la advertencia a adúlteros y adúlteras. En el original se encuentra sólo esta palabra en femenino, por lo que la revisión de 1960 traducía almas adúlteras. Es verdad que no se pretendía que la palabra tuviera aquí su sentido literal; no se hace referencia al adulterio físico, sino espiritual. La idea se basa en la concepción corriente en el Antiguo Testamento de que el Señor es el esposo de Israel, e Israel la esposa del Señor. «Porque tu marido es tu Hacedor; el Señor de los ejércitos es Su nombre» (Isa 54:5 ). «Pero como la esposa infiel abandona a su compañero, así prevaricasteis contra Mí, oh casa de Israel, dice el Señor» (Jer 3:20 ). Esta idea del Señor como el marido y de la nación de Israel como la esposa explica la manera en que expresa constantemente el Antiguo Testamento la infidelidad espiritual en términos de adulterio físico. El hacer un pacto con los dioses de tierras extrañas, y el ofrecerles sacrificios, y el celebrar matrimonios con extranjeros era prostituirse (Ex 34:15 s). Dios le advirtió a Moisés que llegaría el día en que el pueblo se levantaría y se prostituiría con los dioses de la tierra en que iba a morar, y Le dejaría (Dt 31:16 ). Oseas se queja de que el pueblo se ha prostituido y ha olvidado a Dios (Os 9:1 ). Es en este sentido espiritual en el que el Nuevo Testamento habla de una generación adúltera (Mt 16:4 ; Mr 8:38 ). La alegoría pasó al pensamiento cristiano, en el que se presenta a la Iglesia como la esposa de Cristo (2Co 11:1 s; Ef 5:24-28 ; Apocalipsis 19:7; 21:9).

Esta manera de hablar puede escandalizar a algunos oídos modernos; pero contiene una idea preciosa. Quiere decir que el desobedecer a Dios es como romper la promesa matrimonial; que todo pecado es un pecado contra el amor; que nuestra relación con Dios no es distante, como entre un rey y sus súbditos o un amo y sus esclavos, sino íntima como la de marido y mujer. Cuando pecamos quebrantamos el corazón de Dios, como se quebranta el corazón de un cónyuge por la deserción del otro.

LA AMISTAD CON EL MUNDO

ES ENEMISTAD CON DIOS

Santiago 4:4-7 (continuación)

Santiago nos dice en este pasaje que amar al mundo es enemistarse con Dios; y, por tanto, el que es muy amigo del mundo se coloca en la posición de enemigo de Dios. Es importante entender lo que quiere decir.

(i) Esto no se dice por desprecio al mundo; ni desde el punto de vista que considera la Tierra como un desierto inhóspito y que denigra el mundo natural. Un puritano estaba dando un paseo por el campo con un amigo. Este se fijó en una flor, muy hermosa que había al borde del camino, y se lo hizo notar a aquel; a lo que el puritano replicó: «He aprendido a no apreciar nada de lo que contiene este mundo perdido y pecador.» Eso no era lo que quería decir Santiago, que habría estado de acuerdo en que este mundo es creación de Dios; y, como Jesús, se habría complacido en su belleza.

(ii) Ya hemos visto que el Nuevo Testamento usa a menudo la palabra kósmos en el sentido de el mundo que está apartado de Dios. Hay dos pasajes en el Nuevo Testamento que ilustran lo que Santiago quiere decir. Pablo dice: «Porque el estar pendiente de las cosas que fascinan a nuestra naturaleza humana pecadora implica enemistad con Dios… Los que viven una vida exclusivamente mundana no pueden agradar a Dios» (Rm 8:7 s). Lo que quiere decir es que los que se empeñan en juzgarlo todo conforme a una escala de valores puramente humana están por necesidad en desacuerdo con Dios. Y el segundo pasaje es uno de los más impactantes epitafios sobre la vida cristiana que se encuentran en ninguna literatura: «Demas me ha desertado, porque está enamorado de este mundo» (2 Timoteo 4:10 ). Se refiere a la mundanalidad: si uno dedica totalmente su vida a las cosas materiales, está claro que no se la puede dedicar a Dios. En ese sentido, el que le dedica su vida a este mundo está enemistado con Dios.

(iii) El mejor comentario a este dicho es el de Jesús: » Nadie puede estar al servicio de dos amos» (Mt 6:24 ). Hay dos actitudes ante las cosas de este mundo y tiempo: podemos estar tan dominados por ellas que el mundo llega a ser nuestro amo; o podemos usarlas para servir a nuestros semejantes y prepararnos para la eternidad, en cuyo caso el mundo no es nuestro amo, sino nuestro servidor. Una persona puede, o servirse del mundo, o estar a su servicio. Usar el mundo para servir a Dios y a la humanidad es ser amigo de Dios, porque eso es lo que Dios quiere que hagamos. Pero dejarnos usar por un mundo dictador y tirano de la vida es estar en enemistad con Dios, porque eso es algo que Dios no quiere que sea el mundo.

DIOS COMO ESPOSO CELOSO

Santiago 4:4-7 (continuación)

El versículo 5 es extremadamente difícil. Para empezar, se nos presenta como una cita de la Escritura, pero no sabemos de dónde se ha tomado, porque no se puede reconocer. Podemos suponer que Santiago está citando algún libro que se ha perdido y que él consideraba parte de la Sagrada Escritura; o que está resumiendo en una frase mucho del sentido del Antiguo Testamento sin referirse a ningún pasaje en particular.

Además, es difícil de traducir. Ofrece dos alternativas que, a fin de cuentas, dan casi el mismo sentido. «Él -es decir, Dios- anhela celosamente la devoción del espíritu que ha hecho morar en nosotros;» o: «El Espíritu que Dios ha hecho morar en nosotros celosamente anhela la plena devoción dé nuestros corazones.»

En cualquier caso, el sentido es que Dios es un Esposo celoso, que no consiente competidor. El Antiguo Testamento no tenía nunca reparo en aplicarle a Dios la cualidad de celoso. Moisés decía de Dios a Su pueblo: «Le provocaron celos con los dioses ajenos» (Dt 32:16 ). Y oye a Dios decir:

«Ellos me provocaron a- celos con lo que no es Dios» (Dt 32:21 ). Insistiendo en Su derecho exclusivo a recibir adoración, Dios dice en los Diez Mandamientos: «Yo, el Señor vuestro Dios, soy un Dios celoso» (Ex 20:5 ). «No te- has de inclinar a ningún otro dios;.pues el Señor, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es» (Ex 34:14 . Basándose en este versículo, y comparando las consonantes del tetragrámaton con otras lenguas semíticas, se la sugerido que el nombre de Jehová quiere decir Celoso). Zacarías oyó decir a Dios: «Así dice el Señor de los ejércitos: «Celé a Sión con gran celo, y con gran ira la celé»» (Zac 8:2 ). La palabra española celoso viene del griego zélos, que contiene la idea de calor ardiente. El sentido es que Dios ama a la humanidad con tan ardiente pasión que no puede soportar ningún otro amor supremo en los corazones de los seres humanos.

Puede que ahora nos sea difícil conectar la cualidad de celoso con el carácter de Dios, porque ha adquirido un significado que no es elevado; pero detrás de esta palabra se encierra la verdad sorprendente de que Dios ama de tal manera las almas humanas. Hay un sentido en el que el amor se debe difundir entre todas las personas y por toda la creación de Dios; pero hay también un sentido en el que el amor exige y da una devoción exclusiva a una sola persona. Es profundamente cierto que una persona no puede estar enamorada nada más que de una persona a la vez. Si no está de acuerdo, es que no se ha enterado de lo que es el amor.

LA GLORIA DE LA HUMILDAD

Y LA TRAGEDIA DEL ORGULLO

Santiago 4:4-7 (conclusión)

Santiago sale al encuentro de una reacción casi inevitable a su descripción de Dios como un enamorado celoso. Si Dios es así, ¿cómo podrá nadie ofrecerle la devoción que Él exige? Y la respuesta de Santiago es que, si Dios hace una gran demanda, también da gran gracia para cumplirla; y cuanto más grande la demanda, mayor es la gracia que Dios da.

Pero la gracia tiene una característica constante: una persona no puede recibirla hasta que se da cuenta de que la necesita, y acude a Dios solicitando humildemente Su ayuda. Por tanto, siempre será verdad que Dios está en contra de los soberbios y da Su gracia pródigamente a los humildes: «Dios se opone a los soberbios, pero da gracia a los humildes.» Es una cita de Pr 3:34 ; y reaparece otra vez en 1Pe 5:5 .

¿Qué es este orgullo demoledor? La palabra griega es hyperéfanos, que quiere decir literalmente el. que se coloca por encima de los demás. También los griegos aborrecían el orgullo. Teofrasto lo describía como «un cierto desprecio de todos los demás.» Teofilacto, autor cristiano, lo llamaba «la ciudadela y la cima de todos los males.» Lo más terrible es que se esconde en el corazón. Quiere decir altanería; pero el que la padece puede parecer de lo más humilde, cuando en realidad siente en el corazón un desprecio olímpico hacia todos sus semejantes. Se cierra a Dios por tres razones.

(i) Jamás reconoce su propia necesidad. Se admira a sí mismo hasta tal punto que no se reconoce ninguna necesidad.

(ii) Le encanta ser autosuficiente. No tiene obligaciones para con nadie, ni siquiera para con Dios.

(iii) No reconoce su propio pecado. Está tan ocupado pensando en su propia excelencia que no le queda tiempo para descubrirse ningún pecado del que,tenga que librarse. Un orgullo así no puede recibir ayuda, porque no sabe que la necesita, y por tanto no la busca ni acepta.

La humildad de que habla Santiago no consiste en rebajarse. Tiene dos características.

(i) Sabe que si una persona se enfrenta abiertamente con el diablo, este le dejará por cobarde. «El diablo -manifestaba Hermás- puede pelear con el cristiano, pero no le puede abatir.» Esta es una verdad que les encantaba a los cristianos, porque Pedro dice lo mismo (I Pedro 5:8s). El gran ejemplo y la gran inspiración es Jesús en Sus tentaciones. En ellas Jesús dejó bien claro que el diablo no es invencible; cuando se enfrenta con la Palabra de Dios, tiene que huir. El cristiano tiene la humildad de saber que tiene que pelear sus batallas con el tentador, no con su propio poder, sino con el poder de Dios.

(ii) Sabe que tiene el mayor privilegio, que es el acceso a Dios. Esto es algo imponente, porque el derecho de acceso a la presencia de Dios en el antiguo orden de cosas era una exclusiva de los sacerdotes (Ex 19:22 ). El ministerio del sacerdote le permitía acercarse a Dios para ayudar a los que estaban manchados de pecado (Ez 44:13 ). Pero por la obra de Jesucristo, cualquier creyente puede acercarse confiadamente al trono de Dios, seguro de que encontrará misericordia y gracia que le ayuden en el momento de la necesidad (He 4:16 ). Hubo un tiempo cuando sólo el sumo sacerdote podía entrar en el lugar santísimo; pero nosotros tenemos un Camino nuevo y vivo y una mejor esperanza que nos permite acercarnos a Dios (He 7:19 ).

Los cristianos debemos ser humildes; pero es una humildad que nos da un valor invencible y que sabe que el acceso a Dios está abierto hasta para el santo más tímido.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

— ¡Gente infiel!: La traducción literal sería: ¡Mujeres adúlteras! (si bien bastantes mss. dicen: adúlteros y adúlteras). La infidelidad a Dios se describe en la Biblia en los mismos términos como la infidelidad entre los esposos, es decir, se la llama adulterio (ver Jer 2:1 ss; Jer 5:7-8; Eze 16:1 ss; Eze 20:30-31; Eze 23:1 ss; Ose 1:1-11; Ose 1:10-21; Ose 3:1-5; Mat 12:39; Mat 16:4).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Rom 8:7; 1Jn 2:15.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “Adúlteras.” Lat.: a·dúl·te·ri, adúlteros.

REFERENCIAS CRUZADAS

h 153 Eze 16:15

i 154 2Cr 19:2; Jua 15:19; Jua 17:14; 1Jn 5:19

j 155 Luc 6:26; Gál 1:10

k 156 Jua 18:36; Rom 8:7; 1Jn 2:15

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

almas adúlteras. Es decir, infieles a Dios (Jer 3:6, 8).

Fuente: La Biblia de las Américas

4 (1) Dios y Cristo son nuestro Marido ( Isa_54:5 ; 2Co_11:2). Nosotros debemos ser puros y amarlo sólo a El con todo nuestro ser ( Mar_12:30). Si nuestro corazón está dividido por amar al mundo, somos adúlteros.

4 (2) Es decir, el amor que el mundo tiene por los placeres de la carne (vs.1, 4).

4 (3) El sistema satánico, el cual es enemistad con Dios. Véase la nota 15 (2) de Jn 2.

4 (4) Amar al mundo convierte al que amaba a Dios en enemigo de El.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

adúlteras. Lenguaje simbólico para designar a personas desleales a Dios, como se usa frecuentemente en el AT. En el original, no aparece «almas».

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Adúlteras… → §127; hecho… Lit. constituido.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

O, infieles

Fuente: La Biblia de las Américas

g §127.

Fuente: La Biblia Textual III Edición