Comentario de Santiago 5:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
¿Está afligido alguno entre vosotros? ¡Que ore! ¿Está alguno alegre? ¡Que cante salmos!
5:13 — «¿Está alguno… oración». La palabra «aflicción» (en el texto griego) aparece en 5: 10; 2Ti 2:3 (penalidades, como de soldado); 2:9 (penalidades, como de prisiones); 4:5 (aflicciones, como de evangelista). Literalmente significa «sufrir males». Se hace referencia a los problemas diarios de la vida. La oración es la respuesta natural del corazón (en lugar de juramentos vanos) a la aflicción. Es la acción del corazón que confía en el Padre Celestial. En lugar de atribuir a Dios despropósitos (Job 1:22), como hacen muchos en el tiempo de problemas (aflicciones), el cristiano va a Dios en oración por alivio. Véanse Sal 34:4; Sal 46:1; Sal 57:1; Sal 62:8; Mat 7:9-11; 1Pe 3:12.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
¿Está alguno entre vosotros afligido? 2Cr 33:12, 2Cr 33:13; Job 33:26; Sal 18:6; Sal 50:15; Sal 91:15; Sal 116:3-5; Sal 118:5; Sal 142:1-3; Lam 3:55, Lam 3:56; Ose 6:1; Jon 2:2, Jon 2:7; Luc 22:44; Luc 23:42; Hch 16:24, Hch 16:25; 2Co 12:7-10; Heb 5:7.
alguno alegre. Jue 16:23-25; Dan 5:4.
cante alabanzas. 1Cr 16:9; Sal 95:2; Sal 105:2; Miq 4:5; Mat 26:30; 1Co 14:26; Efe 5:19; Col 3:16, Col 3:17; Apo 5:9-14; Apo 7:10; Apo 14:3; Apo 19:1-6.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
¿ESTÁ ALGUNO ENTRE VOSOTROS AFLIGIDO?… ¿ESTÁ ALGUNO ALEGRE? Cuando alguien pasa por dificultades, pobreza o angustia, la Biblia lo invita a pedirle fortaleza a Dios en oración. Si se acerca a su mediador, Jesucristo, Él lo representará delante de Dios, intercederá (Heb 7:25) por él y dará misericordia y gracia para ayudarlo en la hora de necesidad (Heb 4:16). Debe tomar en serio la Palabra de Dios: «Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros» (1Pe 5:7). El creyente, feliz en el Señor, debe cantarle himnos de alabanza (cf Sal 33:2-3; Sal 81:1-2; Sal 92:1-3; Sal 98:4-6; Sal 144:9; Sal 149:1-5; Sal 150:1-6).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
afligido. El antídoto contra el sufrimiento causado por el maltrato o la persecución es buscar el consuelo de Dios por medio de la oración (cp. Sal 27:13-14; Sal 55:22; Jon 2:7; Flp 4:6; 1Pe 5:7). Cante alabanzas. La reacción natural de un corazón gozoso es cantar alabanzas a Dios.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
5:13 — «¿Está alguno… oración». La palabra «aflicción» (en el texto griego) aparece en 5: 10; 2Ti 2:3 (penalidades, como de soldado); 2:9 (penalidades, como de prisiones); 4:5 (aflicciones, como de evangelista). Literalmente significa «sufrir males». Se hace referencia a los problemas diarios de la vida.
La oración es la respuesta natural del corazón (en lugar de juramentos vanos) a la aflicción. Es la acción del corazón que confía en el Padre Celestial. En lugar de atribuir a Dios despropósitos (Job 1:22), como hacen muchos en el tiempo de problemas (aflicciones), el cristiano va a Dios en oración por alivio. Véanse Sal 34:4; Sal 46:1; Sal 57:1; Sal 62:8; Mat 7:9-11; 1Pe 3:12.
El cristiano conoce la actitud correcta hacia las aflicciones (2Co 12:8-10; Compárese 2Cr 33:10-13).
Dios contesta la oración (5:16).
–«¿Está alguno… alabanzas». La palabra griega para decir «alegre» aparece en otros pasajes solamente en Hch 24:10; Hch 27:22; Hch 27:25; Hch 27:36. La aflicción y la alegría representan las dos clases de circunstancias de la vida. Aquí Santiago da la respuesta natural del cristiano a ellas.
La palabra griega para decir «cante» es psallo. Aparece también en Rom 15:9; 1Co 14:15; Efe 5:19.
En otros pasajes, donde en español aparece la palabra «cantar», la palabra griega es jumneo, que significa cantar himno (como si fuera, «himnar»). Véanse Mat 26:30; Mar 14:26; Hch 16:25; Heb 2:12).
La palabra psallo, según todos los lexicógrafos de reconocimiento, y aun muchos comentaristas denominacionales (que practican el uso de instrumentos mecánicos de música en sus cultos públicos), en el Nuevo Testamento significa (solamente) cantar, y no tocar (aunque su significado radical es tocar, y así se usaba dicha palabra anteriormente). ¡En el Nuevo Testamento psallo quiere decir
cantar!
Algunos que abogan por el uso de instrumentos mecánicos de música en el culto público afirman que el instrumento se adhiere a la palabra griega psallo; dicen que significa tocar. Si así fuera el caso, no se podría hacer psallo sin tocarse algún instrumento. Pero no es así con ellos. ¿Siempre se toca algún instrumento cuando cantan? ¿Toca cada persona de los que están cantando (si psallo significa tocar)? ¿Usan solamente instrumento de cuerda (psallo no quiere decir pitar o soplar)? ¿Se puede substituir cantar por tocar en todo pasaje donde aparece psallo? ¿Est diciendo Santiago que si alguno está alegre, toque? Si no, entonces ¡psallo no quiere decir tocar!
Fuente: Notas Reeves-Partain
Santiago 5:13-15
¿Hay alguien entre vosotros que tenga problemas? ¡Que haga oración! ¿Hay alguien que esté de buenas? ¡Pues que cante un himno! ¿Hay alguno entre vosotros que esté enfermo? Pues que llame a los ancianos de la iglesia, y le ungirán con aceite en el nombre del Señor y orarán por él; y mediante la oración de fe se le restaurará la salud, y el Señor le capacitará para que se levante del lecho; y si había cometido algún pecado, recibirá el perdón.
Aquí se nos presentan algunas características dominantes de la Iglesia Primitiva.
Era una iglesia que cantaba; los cristianos originales siempre estaban listos para romper a cantar. En la descripción que nos hace Pablo de las reuniones de la iglesia de Corinto, encontramos que el canto era una parte integral(] Corintios 14:15, 26). Cuando piensa en la gracia de Dios saliendo al encuentro de los gentiles, le recuerda el dicho jubiloso del salmista: «Te alabaré entre los gentiles, y cantaré a Tu nombre» (Rm 15:9 , cp. Sal 18:49 ). Los cristianos se hablaban entre sí con Salmos e himnos y canciones espirituales, cantando y tañendo en sus corazones al Señor (Ef 5:19 ). La Palabra de Cristo moraba en ellos, y se enseñaban y exhortaban entre sí mediante salinos e himnos y canciones espirituales, cantando de gratitud en sus corazones al Señor (Col 3:16 ). Tenían tal alegría en el corazón que se les salía por los labios en cánticos de alabanza por la misericordia y la gracia de Dios.
La Iglesia ha sido siempre cantarina. Cuando Plinio, el gobernador de Bitinia, escribió al emperador Trajano el año 111 d C. para informarle acerca de la nueva secta de los cristianos, le dijo: «Tienen costumbre de reunirse en días. señalados antes que se haga de día, y cantar alternadamente un himno a Cristo como un Dios.» En la sinagoga ortodoxa judía, no hay música desde la caída de Jerusalén el año 70 d C.; porque, cuando hacen el culto, recuerdan una tragedia; pero en la Iglesia Cristiana, desde sus comienzos hasta ahora, no falta la música de alabanza, porque los cristianos recuerdan un amor infinito, y disfrutan una gloria presente.
Es un hecho que el mundo pagano siempre ha estado lúgubre, cansado y atemorizado. En contraste con él, el acento del cristiano es la canción jubilosa. Eso fue lo que impresionó a Juan Bunyan cuando escuchó a las cuatro ancianas pobres que estaban hablando, sentadas al sol a la puerta de una casa: «Me parecía que hablaban como impulsadas por la alegría.» Cuando el mártir Bilney captó la maravilla de la gracia redentora, dijo: «Fue como si amaneciera de pronto en medio de una noche oscura.» Archibald Lang Fleming, el primer obispo del Ártico, cita el dicho de un cazador esquimal: «Antes de que usted viniera, el camino estaba oscuro y teníamos miedo. Ahora ya no lo tenemos, porque las tinieblas se han disipado y todo está luminoso yendo por el camino de Jesús.»
UNA IGLESIA QUE SANABA
Santiago 5:13-15 (conclusión)
Otra característica notable de la Iglesia Primitiva era que era una iglesia sanadora. En eso heredó la tradición del judaísmo: Cuando un judío estaba enfermo, iba al rabino antes que al médico; y el rabino le ungía con aceite -que el médico griego Galeno llamaba «la mejor de todas las medicinas»- y oraba por él. Pocas comunidades habrá habido tan pendientes de sus enfermos como la Iglesia Primitiva. Justino Mártir escribía que los cristianos curaban a innumerables endemoniados que los otros exorcistas habían sido incapaces de curar y todos los tratamientos habían resultado ineficaces. Ireneo, escribiendo ya avanzado el segundo siglo, nos cuenta que los enfermos se curaban mediante la imposición de manos. Tertuliano, que escribe a mediados del siglo III, dice que nada menos que el emperador romano Alejandro Severo fue sanado mediante la unción que le administró un cristiano que se llamaba Torpacio, y que, por gratitud a éste, le tuvo de huésped en el palacio hasta el día de su muerte.
Uno de los primeros libros de orden eclesiástico es el de los Cánones de Hipólito, que data de finales del siglo II o principios del III. Allí se establece que los que tengan el don de sanidad han de ordenarse como presbíteros o ancianos después de que se haga una investigación para asegurarse de que realmente poseen ese don y que procede de Dios. El mismo libro contiene una oración noble que se usaba en la consagración de los obispos locales, parte de la cual decía: «Concédele, oh Señor, …el poder para romper todas las cadenas del poder malo de los demonios, para sanar a todos los enfermos y para someter rápidamente a Satanás bajo sus pies.» En las Cartas Clementinas se determinan los deberes de los diáconos, que incluyen la regla: «Que los diáconos de la Iglesia se muevan inteligentemente y actúen como ojos para el obispo… Que descubran a los que estén enfermos en la carne, y los traigan a la noticia del cuerpo principal que no los conozca, para que los visiten y suplan sus necesidades.» En la Primera Carta de Clemente, la oración de la iglesia es: «Sana a los enfermos; levanta a los débiles; anima a los desalentados.» Un código muy antiguo establece que cada congregación debe nombrar por lo menos a una viuda para que se cuide de las enfermas. La Iglesia usó la unción regularmente durante siglos como un medio para sanar a los enfermos. De hecho, es importante notar que el sacramento de la unción se aplicaba siempre en los primeros siglos para efectuar la curación, no como una preparación para la muerte como se practica ahora en la Iglesia Católica Romana. Fue en el año 852 d C. cuando este sacramento se convirtió en el de la extremaunción, o viático, que tiene por objeto preparar al paciente para la muerte.
La Iglesia se ha cuidado siempre de sus enfermos; y siempre ha tenido el don de sanidad. El evangelio social no es un apéndice del Cristianismo, sino parte integrante de la fe y práctica cristiana.
UNA IGLESIA QUE CANTABA
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
1Co 14:15; Efe 5:19-20; Col 3:16-17; 1Ts 5:17.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Oración por salud
El siguiente punto en la conclusión de una carta griega normalmente era desear en nombre de los dioses, que el receptor de la carta tuviera buena sa lud. Santiago hace algo mejor. Recuerda a los cristianos que Dios ha hecho provisión para su sanidad. Esto no era una enseñanza nueva para los lectores, sino un recordatorio de una práctica cristiana normal.
Como todos los maestros cristianos, Santiago divide el mal que puede experimentar una persona en dos categorías. La primera incluye el término afligido, lo que implica todas las experiencias desagradables que vienen desde lo externo, ya sean las cosas duras que se experimentan al esparcir el evangelio o la persecución por parte de gente mala. Esto es lo que Stg. ha estado analizando al hablar de las pruebas y que ha concluido en 5:7-11. Quienes sufran de ese modo deben orar, no necesariamente por liberación, sino por la capacidad pa ra soportar con paciencia. Quienes lleven una buena vida también deben orar, pero su oración debe ser un canto de salmos (BA, “alabanzas”). Queda entonces el segundo grupo que experimenta algo malo, los enfermos.
Los enfermos deben llamar a los ancianos de la iglesia. Cuando una persona está tan enferma que no puede ir al templo, quiere a su lado a las personas que tienen más fe en ella para que vayan y oren. Normalmente, cuando la enfermedad no es grave, la norma es “orar unos por otros”. Los ancianos actuarán como los discípulos en Mar. 6:13, que deben haber aprendido de Jesús, y ungir con aceite cuando oren, de modo que la oración no sólo se oiga, sino que se sienta físicamente. El hecho importante es que la oración es al Señor y la unción es hecha en el nombre del Señor. Es el Señor y no el poder de la oración o el aceite, lo que dará salud al enfermo. Eso es exactamente como Santiago promete que el Señor responderá a la oración de fe. No es una oración de algo que esperamos o que puede ser, sino una oración que muestra segura confianza en que Dios sanará porque los ancianos primero han escuchado a Dios y han recibido la confianza en sus corazones. Es algo similar al don de fe que Pablo menciona en 1 Cor. 12:9. Esas oraciones llevan tiempo; no son un ritual rápido o una rutina.
Santiago analiza la relación que a veces existe entre enfermedad y pecado. No toda enfermedad tiene que ver con el pecado (Juan 9:3), pero el pecado puede causar enfermedad (1 Cor. 11:30). Si el pecado realmente está implícito, entonces debe tratarse con esa raíz antes de pasar a su fruto, o sea la misma enfermedad. Santiago asegura a sus lectores que tales pecados serán perdonados. Dios no retendrá el perdón para prolongar la enfermedad. De hecho, Santiago argumenta que sería mejor cuidar del pecado porque provoca serias enfermedades. Confesaos unos a otros vuestros pecados: No se precisa de un anciano para esto, ya que cada creyente es un sacerdote. Hay valor en confesar de viva voz el pecado y recibir del otro creyente la seguridad de que ha sido perdonado.
Podía ser que un lector de la carta dijera que eso era bueno para los ancianos, pero que él era un simple cristiano y entonces cómo podía orar por la sanidad de otro o escuchar sus confesiones. Pero en cuanto el creyente es justo, su oración obrando eficazmente, puede mucho. Santiago hace notar que Elías era un personaje común, como los creyentes de entonces, pero como ellos tenía un Dios extraordinario que oía y contestaba la oración. En las leyendas se los asociaba a menudo con la oración. Por eso, aun cuando la oración pidiendo lluvia no se menciona explícitamente en 1 Rey. 17:1 o 18:16-46, siguiendo a los judíos de su tiempo, San tiago da por sentado que eso es lo que ocurrió.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) O: “alabanzas a Dios”.
REFERENCIAS CRUZADAS
d 216 Sal 50:15
e 217 Col 3:16
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
13 (1) Orar nos trae la fortaleza del Señor para perseverar bajo el sufrimiento, y cantar alabanzas nos mantiene en el gozo del Señor.
13 (2) La palabra griega significa principalmente tocar un instrumento de cuerdas, y, por ende, interpretar una melodía. Por consiguiente, denota cantar un himno, cantar una alabanza. Ya sea que oremos o cantemos alabanzas, tenemos contacto con Dios, En cualquier ambiente y bajo cualquier circunstancia, en humillación o en exaltación, en pena o en alegría, necesitamos tener contacto con el Señor.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
BD494 La disolución de una oración en sus partes componentes no conectadas produce un efecto más poderoso del que produciría la forma periódica normal. Además, lo que se quiere destacar en la oración se fortalece, en este versículo, por la brevedad de los componentes.