elegidos conforme al previo conocimiento de Dios Padre por la santificación del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre: Gracia y paz os sean multiplicadas.
1:2 — «elegidos». Esta palabra debe ir con el versículo 1 (según las versiones NVI, N.M., S.A., ASV, etc.), «a los elegidos que son peregrinos…». La misma palabra se encuentra en 2:9, (linaje «escogido»), y en 5:13, («elegida» juntamente).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Elegidos. 1Pe 2:9; Deu 7:6; Isa 65:9, Isa 65:22; Mat 24:22, Mat 24:24, Mat 24:31; Mar 13:20, Mar 13:22, Mar 13:27; Luc 18:7; Jua 15:16-19; Rom 8:29, Rom 8:33; Rom 11:2, Rom 11:5-7, Rom 11:28; Efe 1:4, Efe 1:5; Col 3:12; 2Ti 2:10; Tit 1:1; 2Jn 1:1, 2Jn 1:13.
según la presciencia. Hch 2:23; Hch 15:18; Rom 8:29, Rom 8:30; Rom 9:23, Rom 9:24; Rom 11:2.
en santificación. Hch 20:32; Rom 15:16; 1Co 1:30; 1Co 6:11; 2Ts 2:13.
para obedecer. 1Pe 1:22; Rom 1:5; Rom 8:13; Rom 16:19, Rom 16:26; 2Co 10:5; Heb 5:9.
rociados con la sangre. Heb 9:19-22; Heb 11:28; Heb 12:24.
Gracia y paz. Rom 1:7; 2Co 13:14.
sea multiplicada. Isa 55:7; Dan 4:1; Dan 6:25; 2Pe 1:2; Jud 1:2.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La elección de los creyentes para ser incluidos en la familia de Dios no se hace sobre la base de qué han hecho o de quiénes son, sino sobre la base de la eterna sabiduría de Dios. La santificación es el proceso progresivo durante el cual el Espíritu Santo trabaja en los creyentes haciendo sus vidas santas, apartadas de sus viejas maneras, para Dios, a fin de ser como Él.
obedecer: Una razón por la que Dios nos escoge es para que podamos servirle.
rociados con la sangre: Este concepto, que constituye la segunda razón de por qué Dios nos escoge, atrae nuestra atención hacia tres situaciones en el AT. cuando los israelitas fueron rociados con la sangre de animales:
(1) Cuando Moisés roció sangre sobre los israelitas en el monte Sinaí, para simbolizar su iniciación en el pacto (Éxo 24:5-8);
(2) el rociamiento sobre Aarón y sus hijos para ser los sacerdotes de Israel (Éxo 29:19-21); y
(3) el rociamiento de sangre que realizaban los sacerdotes sobre los leprosos sanados para simbolizar su limpieza (Lev 14:1-9). Cualquiera de estos tres casos podría haber sido el que Pedro tuviera en mente aquí.
EN PROFUNDIDAD
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Persecución en Bitinia
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Bitinia, junto con el territorio aledaño de Ponto, formaban una provincia romana en el noroeste de Anatolia (Asia Menor). Había sido un reino importante durante el período helenístico, y un centro de la cultura y del idioma griegos. A pesar de que Pablo no evangelizó en esa región (Hch 16:7), la salutación de 1Pe 1:1, dirigida a los cristianos en Ponto y en Bitinia, muestra que el cristianismo llegó hasta esos lugares por otros medios.
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Una de las evidencias más antiguas del conocimiento romano del cristianismo procede de Bitinia. Las cartas de Plinio el Joven a Trajano describen diversas razones para la persecución de los cristianos (Epistulae 10.95-96). Plinio era el gobernador provincial de Bitinia y Ponto en el 111-113 d.C En su correspondencia oficial le expresa a Trajano su alarma con respecto al avance del cristianismo.
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La correspondencia entre este gobernador y su emperador ofrece una mirada a la forma en que los romanos se relacionaron con la religión cristiana en Bitinia y Ponto. De acuerdo a Plinio, parece que la persecución redujo las filas de cristianos en el área. Trajano le responde a Plinio que los cristianos no debían ser perseguidos activamente. Sin embargo, él permite que aquellos que rechacen cumplir ciertas órdenes romanas sean castigados. La carta de Pedro a los cristianos en Bitinia, Ponto y otras regiones, ofrece aliento durante semejantes persecuciones (1Pe 1:6, 1Pe 1:7).
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
LA PRESCIENCIA DE DIOS. La presciencia divina debe entenderse como el amor eterno de Dios y su propósito para su pueblo, que es la iglesia (véase Rom 8:29, nota). Los «elegidos» son el conjunto de verdaderos creyentes elegidos en armonía con la determinación de Dios de redimir la iglesia ppr la sangre de Jesucristo mediante la obra santificadora del Espíritu (véase el ARTÍCULO LA ELECCIÓN Y LA PREDESTINACIÓN, P. 1684. [Efe 1:4-5]). Todos los creyentes deben participar en su elección al estar deseosos de cerciorarse de su llamamiento y elección (véanse 2Pe 1:5; 2Pe 1:10, notas).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
EN SANTIFICACIÓN DEL ESPÍRITU. Véase el ARTÍCULO LA SANTIFICACIÓN, P. 1810. [1Pe 1:2], para un estudio sobre la vida de santificación del creyente.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
ARTÍCULO
La santificación
1Pe 1:2
Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.
La santificación (gr. hagiasmos) significa hacer santo, consagrar, separar del mundo, y apartar del pecado para tener íntima comunión con Dios y servirle con gozo (véase el ARTÍCULO LA SEPARACIÓN ESPIRITUAL DE LOS CREYENTES, P. 1654. [2Co 6:17-18]).
(1) Además del verbo «santifique» (cf. 1Ts 5:23), la norma bíblica de santificación se expresa en términos tales como «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente» (Mat 22:37), «irreprensibles en santidad» (1Ts 3:13), «perfeccionando la santidad» (2Co 7:1), «el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida» (1Ti 1:5), «sinceros e irreprensibles» (Flp 1:10), «libertados del pecado» (Rom 6:18), «muerto al pecado» (Rom 6:2), «para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia» (Rom 6:19), «guardamos sus mandamientos» (1Jn 3:22), y «vence al mundo» (1Jn 5:4). Tales expresiones describen la obra del Espíritu Santo mediante la salvación en Cristo por la cual libra al ser humano de la esclavitud y del poder del pecado (Rom 6:1-11), lo separa de las costumbres pecaminosas de este mundo actual, renueva su naturaleza conforme a la imagen de Cristo, produce en él el fruto del Espíritu, y lo capacita para la vida santa y victoriosa de la consagración a Dios (Jua 17:15-19; Jua 17:23; Rom 6:5; Rom 6:13; Rom 6:16; Rom 6:19; Rom 12:1; Gál 5:16; Gál 5:22-23; véase 2Co 5:17, nota).
(2) Los versículos anteriores no implican la absoluta perfección, sino la rectitud moral de carácter inmaculado demostrada en la pureza, la obediencia y la conducta intachable (Flp 2:14-15; Col 1:22; 1Ts 2:10; cf. Luc 1:6). Los creyentes, por la gracia de Dios que se les ha dado, han muerto con Cristo y están libres del poder y del dominio del pecado (Rom 6:18); por lo tanto, no tienen por qué ni deben pecar, sino que pueden encontrar suficiente victoria en su Salvador, Jesucristo. Por medio del Espíritu Santo son capaces de no pecar (1Jn 2:1; 1Jn 3:6), aunque nunca llegan a estar libres de la tentación y la posibilidad de pecar.
(3) La santificación era la voluntad de Dios para los israelitas del AT; debían vivir en santidad, separados del estilo de vida de las naciones a su alrededor (véanse Éxo 19:6, nota; Lev 11:44, nota; Lev 19:2, nota; 2Cr 29:5, nota). Así mismo es una exigencia para los creyentes en Cristo. Las Sagradas Escrituras enseñan que sin la santidad, «nadie verá al Señor» (Heb 12:14).
(4) Los hijos de Dios alcanzan la santificación por la fe (Hch 26:18), por la unión con Cristo en su muerte y resurrección (Jua 15:4-10; Rom 6:1-11; 1Co 1:30), por la sangre de Cristo (1Jn 1:7-9), por la Palabra (Jua 17:17), y por la obra regeneradora y santificadora del Espíritu Santo en el corazón (Jer 31:31-34; Rom 8:13; 1Co 6:11; Flp 2:12-13; 2Ts 2:13).
(5) La santificación es obra de Dios y de su pueblo (Flp 2:12-13). A fin de realizar la voluntad de Dios en la santificación, los creyentes deben participar en la obra santificadora del Espíritu dejando de hacer lo malo (Rom 6:1-2), limpiándose «de toda contaminación de carne y de espíritu» (2Co 7:1; cf. Rom 6:12; Gál 5:16-25), y conservándose limpios de la contaminación de este mundo (Stg 1:27; cf. Rom 6:13; Rom 6:19; Rom 8:13; Rom 12:1-2; Rom 13:14; Efe 4:31; Efe 5:18; Col 3:5; Col 3:10; Heb 6:1; Stg 4:8).
(6) La verdadera santificación requiere que los creyentes mantengan íntima comunión con Cristo (véase Jua 15:4, nota), participen en la comunión con los creyentes (Efe 4:15-16), se dediquen a la oración (Mat 6:5-13; Col 4:2), obedezcan la Palabra de Dios (Jua 17:17), sean sensibles a la presencia y el cuidado de Dios (Mat 6:25-34), amen la justicia y odien la maldad (Heb 1:9), le den muerte al pecado (Rom 6:1-23), se sometan a la disciplina de Dios (Heb 12:5-11), sigan obedeciendo y sean llenos del Espíritu Santo (Rom 8:14; Efe 5:18).
(7) En el NT no se describe la santificación como un lento proceso de abandono del pecado poco a poco. Más bien se presenta como un acto definitivo mediante el cual el creyente por la gracia queda libre de la esclavitud de Satanás y se aparta del todo del pecado a fin de vivir para Dios (Rom 6:18; 2Co 5:17; Efe 2:4-6; Col 3:1-3). Sin embargo, al mismo tiempo se describe la santificación como un proceso de toda la vida por el cual el creyente continúa dándole muerte a los malos hábitos de la carne (Rom 8:1-17), se transforma a semejanza de Cristo (2Co 3:18), crece en la gracia (2Pe 3:18), y procede con mayor amor a Dios y a los demás (Mat 22:37-39; 1Jn 4:7-8; 1Jn 4:11; 1Jn 4:20-21).
(8) La santificación puede comprender una nueva experiencia definitiva después de la salvación inicial. Los creyentes pudieran recibir una clara revelación de la santidad de Dios, y también el conocimiento de que Dios los llama a una separación mayor del pecado y del mundo para poder caminar más cerca de Dios (2Co 6:16-18). Conscientes de eso, se presentan a Dios como sacrificios vivos y reciben del Espíritu Santo la gracia, la pureza, el poder y la victoria para llevar una vida santa que agrada a Dios (Rom 6:19-22; Rom 12:1-2).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
elegidos. De la palabra griega que equivale a «los llamados a salir». La palabra significa «escoger» o «seleccionar». En el AT se aplicó esta noción a Israel (Deu 7:6), para indicar que Dios en su soberanía la escogió entre todas las naciones del mundo para que creyeran en Él y le pertenecieran de manera exclusiva (cp. Deu 14:2; Sal 105:43; Sal 135:4). Aquí se usa la palabra como un término para designar a los cristianos, aquellos que han sido escogidos por Dios para salvación (cp. Rom 8:33; Col 3:12; 2Ti 2:10). La palabra también describe a los que reciben a Cristo durante el tiempo de la tribulación (Mat 24:22; Mat 24:24), así como a los ángeles santos que no cayeron (1Ti 5:21). El hecho de que se les recordara que eran los elegidos de Dios fue un gran consuelo para esos cristianos perseguidos (vea las notas sobre Efe 1:3-14). presciencia. La misma palabra griega se traduce «destinado desde antes» en el v. 1Pe 1:20. En ambos versículos la palabra no se refiere a un conocimiento de lo que va a suceder, sino a una relación predeterminada en el conocimiento de Dios. La relación de salvación llegó a existir por iniciativa de Dios, al decretar que existiera por adelantado. Los cristianos son conocidos para salvación de antemano así como Cristo fue ordenado desde antes de la fundación del mundo para ser un sacrificio por los pecados (cp. Hch 2:23). «Presciencia» significa que Dios planificó por anticipado, no que hubiera observado desde antes (cp. Éxo 33:17; Jer 1:5; Amó 3:2; Mat 7:23). Así pues, Dios pensó y determinó por adelantado o predestinó la salvación de cada cristiano (vea las notas sobre Rom 8:29; Efe 1:4). santificación del Espíritu. Santificar significa «consagrar» y «apartar». El objetivo de la elección es la salvación, y esta viene a los elegidos como resultado de la obra santificadora del Espíritu. El Espíritu Santo hace santos a los elegidos de Dios al apartarlos del pecado y la incredulidad para llevarlos a la fe y la justicia (cp. 1Ts 1:4; 2Ts 2:13). Así, la santificación comienza al mismo tiempo que la justificación (la declaración del pecador como justo delante de Dios quien por gracia le imputa la justicia de Cristo, cp. Flp 3:9), y continúa como un proceso de purificación que prosigue hasta la glorificación, cuando el cristiano ve a Jesús cara a cara. para obedecer. Los creyentes son apartados del pecado para Dios con el fin de que puedan obedecer a Jesucristo. La salvación verdadera produce obediencia a Cristo (cp. Efe 2:10; 1Ts 1:4-10). rociados con la sangre de Jesucristo. Esta frase se basa en el rociamiento que Moisés hizo de la sangre del sacrificio sobre el pueblo de Israel como un símbolo que sellaba el pacto en el que prometieron obedecer la Palabra de Dios (vea las notas sobre Éxo 24:4-8). De forma similar, en el nuevo pacto la fe en el derramamiento de la sangre de Cristo en la cruz no solo activa la promesa de Dios para dar al creyente una expiación perfecta por el pecado, sino que también introduce al creyente en el pacto que incluye su promesa y compromiso de obediencia al Señor y su Palabra.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
1:2 — «elegidos». Esta palabra debe ir con el versículo 1 (según las versiones NVI, N.M., S.A., ASV, etc.), «a los elegidos que son peregrinos…».
La misma palabra se encuentra en 2:9, (linaje «escogido»), y en 5:13, («elegida» juntamente).
La palabra «elección» es muy bíblica (2Pe 1:10). Efe 1:4 habla de que Dios ha escogido al cristiano. Pero la elección según el calvinista es otra cosa; es «elección INCONDICIONAL». Niega la enseñanza bíblica de que la elección es condicional. ¡Hay algo que hacer para ser salvo (Hch 2:37, etc.)! Dios no hace acepción de personas (Hch 10:34; Rom 2:11); no salva a uno y pierde a otro arbitrariamente. La elección es un hecho bíblico, pero cómo Dios la lleva a cabo es otra cosa. Considérese 2Ts 2:13-14, «… Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio…». Dios escoge, sí. La verdad revelada por el Espíritu Santo santifica, o separa, a la persona escogida que tiene fe en la verdad. Para esto Dios emplea la predicación del evangelio que es para toda criatura. Dios, pues, elige para la salvación a quienquiera que obedezca al evangelio. No hay nada misterioso en cuanto a la «elección». Tiene que ver con una CLASE de personas (los salvos al obedecer al evangelio), y no con individuos en particular. Pedro aquí está refiriéndose a «peregrinos escogidos».
–«según la presciencia de Dios Padre». La elección o salvación del cristiano ha llegado a ser exactamente como Dios sabía que llegaría a ser; el plan de salvación no ha sido cosa de acción de momento, sino según un propósito eterno (Hch 2:23; Efe 3:11; Tit 1:2). La presciencia de Dios no obliga que un dado individuo tenga que ser o hacer de cierta manera. La presciencia de Dios no es causa de la acción de otros. Yo sé de antemano que cuando tiro para arriba la pelota, ella va a venir para abajo. Pero yo no hago que venga para abajo; la gravedad es lo que causa eso.
–«en santificación del Espíritu». Aquí se expresa la agencia que Dios emplea para santificar (apartar, consagrar) a los elegidos. ¿Y qué hizo el Espíritu Santo? Reveló la verdad que santifica (Jua 17:17) al pecador cuando éste oye el evangelio (Hch 15:7) y lo obedece (Heb 5:9; 2Ts 1:8). La Ver. B.A. dice: «por la obra santificadora del Espíritu», y la Ver. NVI dice: «por medio de la acción santificadora del Espíritu». Véase Tit 3:5 (Ver. B.A., «por»).
–«para obedecer… Jesucristo». Aquí se expresa el propósito de la revelación de la verdad: es para que el hombre conozca el plan de salvación de Dios, obedezca a Cristo y así tenga aplicada a sus pecados la remisión que trae la sangre de Cristo, quien murió por los pecadores. La frase «ser rociados» (aspersión, Ver. P.B.; «rociamiento», Ver. B.A., margen) ha de ser entendida figuradamente; alude a la ceremonia descrita en Éxo 24:8.
Este pasaje presenta la completa obra de redención: Dios elige, el Espíritu Santo revela la verdad que se predica al hombre pecador, y la sangre de Cristo se le aplica cuando obedece al evangelio.
–«Gracia… multiplicadas». Véanse 2Pe 1:2; Jud 1:2. Pablo saluda con la frase «gracia y paz» (Rom 1:7), pero Pedro agrega la palabra «multiplicadas». Pedro deseaba para sus hermanos en Cristo la gracia o favor de Dios, y la paz que Dios da a quienes hacen su voluntad. La paz de los hombres y el favor de ellos no tienen que ver con este saludo.
Fuente: Notas Reeves-Partain
Rom 8:29; 2Ts 2:13; Heb 12:24; Jud 1:2.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— con su sangre: Los efectos de la muerte de Cristo se describen aquí con ayuda del vocabulario sacrificial del AT (ver Éxo 24:3-8; Lev 16:14-15).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
f 5 Rom 8:29
g 6 2Ts 2:13
h 7 Lev 6:27; Heb 12:24
i 8 Lev 17:11; 1Pe 1:19
j 9 2Pe 1:2
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
previo conocimiento. Se refiere a que Dios sabe de antemano todas las cosas con referencia a la salvación (v. Ro 8:29).
ser rociados con su sangre. Usando una expresión del A.T., los beneficios de la obra redentora de Cristo son aplicados a los creyentes (Lv 7:14; Ro 3:24, 25; Ef 1:7; He 12:24).
Fuente: La Biblia de las Américas
2 (1) Ambas epístolas de Pedro ( 2Pe_3:1) tienen que ver con el gobierno de Dios. El gobierno de Dios es universal y se ejerce sobre todas Sus criaturas para que El pueda tener un universo limpio y puro ( 2Pe_3:13) a fin de expresarse a Sí mismo. En la era del Nuevo Testamento, esto empieza con Su pueblo escogido, Sus elegidos, Su propia casa (4:17), especialmente con Sus peregrinos escogidos, quienes están dispersos y peregrinan como Su testimonio entre las naciones, los gentiles. Por eso, estos dos libros hacen hincapié en el hecho de que los creyentes son escogidos (2:9; 5:13; 2Pe_1:10). Como linaje escogido de Dios, como Su elección, Su posesión personal, los peregrinos dispersos y escogidos necesitan ver que están bajo el juicio gubernamental de Dios con un propósito positivo, sin importar la situación y el ambiente en que estén. Todo lo que les suceda, ya sea persecución o cualquier otro tipo de prueba o sufrimiento (v.6; 5:9), simplemente forma parte de la preciosa administración gubernamental de Dios. Tal visión los perfeccionará, afirmará, fortalecerá y cimentará (5:10) para que crezcan en la gracia ( 2Pe_3:18).
2 (2) Aquí es revelada la economía divina que se efectúa por medio de la operación de la Trinidad de la Deidad para que los creyentes participen del Dios Triuno. La elección de Dios el Padre es la iniciación; la santificación de Dios el Espíritu lleva a cabo la elección de Dios el Padre; y la redención de Dios el Hijo, representada por la aspersión de Su sangre, es el cumplimiento. Mediante estos pasos los creyentes fueron elegidos, santificados y redimidos para disfrutar al Dios Triuno -el Padre, el Hijo y el Espíritu- en quien fueron bautizados ( Mat_28:19) y cuyas virtudes disfrutan ( 2Co_13:14).
2 (3) Dios nos escogió desde antes de la fundación del mundo, en la eternidad pasada ( Efe_1:4). Por consiguiente, El ejerció Su presciencia divina.
2 (4) Es decir, por la santificación del Espíritu. Esto denota que, la elección de Dios Padre es aplicada a Sus elegidos y llevada a cabo en ellos por la santificación del Espíritu y en ella, lo cual significa que el Espíritu santifica al hombre induciéndole al arrepentimiento ante Dios, haciéndolo así un elegido de Dios.
2 (5) Aquí la santificación del Espíritu no se refiere a la santificación que el Espíritu efectúa después de la justificación realizada por la obra redentora de Cristo (esta santificación se revela en Rom_6:19 , Rom_6:22 15:16). La santificación del Espíritu recalcada en este capítulo, cuyo énfasis es la santidad (vs.15-16), se efectúa antes de obedecer a Cristo y de creer en Su obra redentora, es decir, antes de la justificación cumplida por medio de la obra redentora de Cristo ( 1Co_6:11). Esto indica que la obediencia de los creyentes que da por resultado la fe en Cristo, proviene de la obra santificadora del Espíritu. La santificación del Espíritu en sus varios aspectos se revela de una manera extensa en 2Ts_2:13, y su meta consiste en que los escogidos de Dios obtengan la salvación plena. La plena salvación de Dios es llevada a cabo en la esfera de la santificación del Espíritu.
2 (6) Se usan tres diferentes preposiciones con respecto a los tres pasos dados por el Dios Triuno para hacer partícipes de Su salvación plena a Sus elegidos: según denota el terreno o la base; en denota la esfera, y para denota el fin o resultado. La obediencia de la fe ( Rom_1:5 16:26) en la redención de Cristo por parte de los creyentes y la aplicación a ellos de la sangre rociada, son el resultado de la obra santificadora del Espíritu, la cual se basa en la elección de Dios el Padre.
2 (7) En la dispensación del Nuevo Testamento se encuentra la sangre de Jesucristo. Esta sangre está en contraste con la sangre de animales, que se encuentra en la dispensación del Antiguo Testamento. Los creyentes judíos estaban familiarizados con la obediencia y la aspersión de la sangre de animales bajo la dispensación del Antiguo Testamento, pero ahora tenían que percatarse de que la dispensación había cambiado y de que bajo la dispensación del Nuevo Testamento la ley de Moisés y la sangre de animales habían sido reemplazadas por la persona y la sangre de Cristo. Como resultado de tal entendimiento, los creyentes obedecen a Jesucristo y son rociados con Su sangre.
2 (8) En la tipología, la aspersión de la sangre propiciatoria introducía en el antiguo pacto a los que eran rociados (Éxo_24:6-8). Del mismo modo, la aspersión de la sangre redentora de Cristo introduce en la bendición del nuevo pacto, es decir, en el pleno disfrute del Dios Triuno, a los creyentes que son rociados ( Heb_9:13-14). Esta es una señal notable que separa a los que son rociados de los que son profanos y no tienen a Dios.
2 (9) La sangre para la aspersión denota la redención. Véanse los vs.18-19.
2 (10) Véasela nota 2 (1) de Ef 1.
2 (11) Véase la nota 2 (2) de Ef 1.
2 (12) La gracia multiplicada corresponde a la multiforme gracia (4:10) y a toda gracia (5:10). Los creyentes han recibido la gracia inicial, pero es necesario que esta gracia sea multiplicada en ellos para que participen de toda gracia.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
La idea expresada en este versículo es que Dios, en Su sabiduría nos ha escogido para salvación mediante la obra del Espíritu Santo, aplicándonos los méritos de la muerte de Cristo, a fin de que le seamos obedientes.
presciencia. El conocimiento previo que Dios tiene de todas las cosas, basado en Su relación de causalidad hacia ellas, es la base de nuestra elección. La presciencia implica en Dios Su conciencia activa de todo lo que ha de acontecer (véase 1Pe 1:20; Rom 8:29; Rom 11:2, para el mismo término y el mismo concepto; y véase nota en Efe 1:5).
Padre… Espíritu…Jesucristo. Es una formulación temprana de la doctrina de la Trinidad.
rociados con la sangre de Jesucristo significa la aplicación personal del sacrificio de Cristo.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Lit., para obediencia y rociamiento con la sangre de Jesucristo
Fuente: La Biblia de las Américas
Biblia Peshitta 2006 Notas:
[1] 1.2 En este versículo podemos ver la evidencia de las tres personas de la Deidad. Ver además Jua 14:26; Jua 15:26; Efe 2:18.
Fuente: Peshitta en Español