Comentario de 1 Pedro 1:11 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Ellos escudriñaban para ver qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, quien predijo las aflicciones que habían de venir a Cristo y las glorias después de ellas.

1:11 — «escudriñando qué… en ellos». El texto griego no dice «qué persona», sino solamente «qué». La Ver. NTP., como también la Ver. ASV (en inglés) dicen, «qué tiempo». Algunas versiones suplen otras palabras. La Ver. H.A. dice, «qué época», y la Ver Mod. dice, «qué cosa». La Ver. N.C. da una traducción literal, «escudriñando qué y cuál tiempo…» Los profetas hablaban inspiradamente, pero luego inquirieron en el significado de mucho de lo que decían por inspiración. Considérense Dan 7:28; Dan 12:8, y compárense Mat 24:3; Hch 1:7. Por ejemplo, Daniel capítulo 9 se escudriñaría mucho. Procuraban saber en qué tiempo, o cómo sería el tiempo, cuando vendría el Cristo a sufrir y luego entrar en su gloria.

El Espíritu de Cristo estaba en los profetas. Esto prueba que Cristo existía antes de su encarnación. Compárese 1Co 10:4. Cristo era el origen de las profecías que dieron los profetas.

— «el cual anunciaba… tras ellos». El texto griego dice, «sufrimientos para Cristo»; es decir, destinados a él. Los profetas revelaron que el Mesías tendría que sufrir (Isa 53:1-12; Dan 9:26; Sal 22:1-31). Pero también profetizaron que después de los sufrimientos vendría la gloria (Sal 2:1-12; Sal 16:8-11; Sal 110:1-7; Luc 24:26; Hch 3:18; Hch 26:23). Véase también el ver. 21 de este capítulo. Cristo se sentó en el trono de su gloria (Mat 19:28) cuando después de su resurrección ascendió al cielo. ¡Qué ejemplo para los cristianos perseguidos; las glorias siguen a las pruebas de la fe, como la gloria siguió a los padecimientos que experimentó Cristo.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

el Espíritu de Cristo. 1Pe 3:18, 1Pe 3:19; Rom 8:9; Gál 4:6; 2Pe 1:21; Apo 19:10.

los sufrimientos. Sal 22:1-21; Sal 69:1-21; Sal 88:1-18; Isa 52:13, Isa 52:14; Isa 53:1-10; Dan 9:24-26; Zac 13:7; Luc 24:25-27, Luc 24:44.

las glorias que vendrían. Gén 3:15; Gén 49:10; Sal 22:22-31; Sal 69:30-36; Sal 110:1-6; Isa 9:6, Isa 9:7; Isa 49:6; Isa 53:11, Isa 53:12; Dan 2:34, Dan 2:35, Dan 2:44; Dan 7:13, Dan 7:14; Zac 8:18-21; Zac 14:9; Jua 12:41; Hch 26:22, Hch 26:23.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

El enfoque del estudio de los profetas del AT. (v. 1Pe 1:10) no era el qué de nuestra salvación, sino el cuándo. Ellos querían saber cuándo sufriría el Mesías y cuándo sería revelada la gloria de los últimos tiempos. Note que el Espíritu de Cristo era el que estaba profetizando, en vez de los profetas (2Pe 1:20,2Pe 1:21). Los profetas eran portavoces de Dios y no inventores de ideas propias.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

EL ESPÍRITU DE CRISTO QUE ESTABA EN ELLOS. La fe cristiana se basa no sólo en la Palabra de Dios del NT sino también en la del AT. Por medio de los profetas el Espíritu Santo predijo los sufrimientos de Cristo y la gloria que los seguiría (Gén 49:10; Sal 22:1-31; Isa 52:13-15; Isa 53:1-12; Dan 2:44; Zac 9:9-10; Zac 13:7; cf. Luc 24:26-27; véanse 2Pe 1:21, nota, y el ARTÍCULO CRISTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO, P. 488. [2Re 5:14]). Al Espíritu se le llama «el Espíritu de Cristo» porque Él habló de Cristo por medio de los profetas y fue enviado de parte de Cristo (vv. 1Pe 1:11-12; cf. Jua 16:7; Jua 20:22; Hch 2:33).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

qué persona y qué tiempo. El «quién» y el «cuándo» eran las preguntas cuya respuesta quisieron recibir los profetas del AT. el Espíritu de Cristo que estaba en ellos. Jesucristo en la persona del Espíritu Santo se hizo presente en los escritores del AT y los capacitó para escribir acerca de la salvación gloriosa que habría de ser consumada en el futuro (2Pe 1:19-21).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

1:11 — «escudriñando qué… en ellos». El texto griego no dice «qué persona», sino solamente «qué». La Ver. NTP., como también la Ver. ASV (en inglés) dicen, «qué tiempo». Algunas versiones suplen otras palabras. La Ver. H.A. dice, «qué época», y la Ver Mod. dice, «qué cosa». La Ver. N.C. da una traducción literal, «escudriñando qué y cuál tiempo…» Los profetas hablaban inspiradamente, pero luego inquirieron en el significado de mucho de lo que decían por inspiración. Considérense Dan 7:28; Dan 12:8, y compárense Mat 24:3; Hch 1:7. Por ejemplo, Daniel capítulo 9 se escudriñaría mucho. Procuraban saber en qué tiempo, o cómo sería el tiempo, cuando vendría el Cristo a sufrir y luego entrar en su gloria.
El Espíritu de Cristo estaba en los profetas. Esto prueba que Cristo existía antes de su encarnación. Compárese 1Co 10:4. Cristo era el origen de las profecías que dieron los profetas.
–«el cual anunciaba… tras ellos». El texto griego dice, «sufrimientos para Cristo»; es decir, destinados a él. Los profetas revelaron que el Mesías tendría que sufrir (Isa 53:1-12; Dan 9:26; Sal 22:1-31). Pero también profetizaron que después de los sufrimientos vendría la gloria (Sal 2:1-12; Sal 16:8-11; Sal 110:1-7; Luc 24:26; Hch 3:18; Hch 26:23). Véase también el ver. 21 de este capítulo. Cristo se sentó en el trono de su gloria (Mat 19:28) cuando después de su resurrección ascendió al cielo. ¡Qué ejemplo para los cristianos perseguidos; las glorias siguen a las pruebas de la fe, como la gloria siguió a los padecimientos que experimentó Cristo.

Fuente: Notas Reeves-Partain

Isa 53:1-12; Sal 22:1-31; (ver Luc 24:26).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) Lit.: “buscando”.

(2) O: “el espíritu de Cristo que estaba en ellos indicaba”.

REFERENCIAS CRUZADAS

c 29 Dan 12:4

d 30 Dan 9:25

e 31 2Sa 23:2

f 32 Isa 53:5; Heb 11:26; Rev 19:10

g 33 Isa 65:17; Isa 66:11

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

el Espíritu de Cristo. Pedro identifica el Espíritu que habló mediante los profetas del A.T., con el Espíritu Santo que Cristo prometió enviar (cp. 2 P 1:20, 21).

sufrimientos de Cristo. Véase Sal 22; Is 53; Zac 11:4– 14.

glorias. Véase Sal 24; Is 4:2; Dn 7:13, 14.

Fuente: La Biblia de las Américas

11 (1) El escrutinio de los profetas fue la obra del Espíritu al aplicar de manera anticipada la salvación de Dios en el Antiguo Testamento.

11 (2) Los profetas del Antiguo Testamento escudriñaban en qué tiempo y en qué clase de época, según lo indicaba el Espíritu que estaba en ellos, tendría lugar la obra maravillosa que Cristo lograría por medio de Sus sufrimientos y Sus glorias. Finalmente les fue revelado que aquellas maravillas no las ministraban para sí mismos, sino para los creyentes neotestamentarios (v.12).

11 (3) El altamente respetado mss. Vaticano omite de Cristo. Esta omisión concuerda con la revelación del Nuevo Testamento con respecto al Espíritu. Sin embargo, los otros mss. de autoridad reconocida incluyen en su texto la expresión de Cristo. En la revelación del Nuevo Testamento, el Espíritu de Cristo se refiere al Espíritu después de la resurrección de Cristo ( Rom_8:9-11).

Antes de la resurrección de Cristo, el Espíritu sólo era el Espíritu de Dios, todavía no había llegado a ser el Espíritu de Cristo ( Jua_7:39). El Espíritu de Cristo es el Espíritu de Dios constituido por la muerte y la resurrección de Cristo y con ellas para que ambas pudieran ser aplicadas e impartidas a Sus creyentes. Aunque la constitución del Espíritu de Cristo es dispensacional, es decir, fue constituido dentro de una dispensación por la muerte y la resurrección de Cristo y con las mismas en los tiempos del Nuevo Testamento, su función es eterna, porque El es el Espíritu eterno ( Heb_9:14). Es semejante a la cruz de Cristo: como evento fue realizada cuando Cristo murió, pero su función es eterna; por consiguiente, conforme a la visión eterna de Dios, Cristo fue inmolado desde la fundación del mundo ( Rev_13:8). En los tiempos del Antiguo Testamento, a los profetas que inquirían y diligentemente indagaban acerca de los sufrimientos y las glorias de Cristo, el Espíritu de Dios, como Espíritu de Cristo, les declaró el tiempo y la clase de época de la muerte y resurrección de Cristo.

11 (4) Cristo primero sufrió y luego entró en la gloria ( Luc_24:26). Nosotros debemos seguirlo en los mismos pasos (4:13; Ro 8:17). Los sufrimientos de Cristo, tal como se reveló a los profetas y tal como ellos profetizaron en Sal_22:1 , Sal_22:6-8 , Sal_22:12-18 Isa_53:2-10 a, 12b; Dan_9:26 Zac_12:10 m; 13:6-7, tienen como fin realizar la obra redentora de Dios, la cual, por un lado, solucionó todos los problemas que existían entre el hombre y Dios, y puso fin a la antigua creación, y, por otro lado, liberó la vida eterna de Dios para el cumplimiento de Su propósito eterno. Las glorias de Cristo (véase la nota 6) tienen como fin Su glorificación, acerca de la cual El rogó al Padre antes de ser crucificado ( Jua_17:1) y la cual es necesaria para el cumplimiento de la economía neotestamentaria de Dios a fin de que Su propósito eterno sea llevado a cabo. Los sufrimientos y la glorificación de Cristo con las glorias de los diferentes pasos -los factores de la plena redención y salvación de Dios- al ser aplicados a nosotros y experimentados por nosotros, equivalen a la salvación mencionada en los vs. 5, 9 y 10. Los profetas del Antiguo Testamento inquirieron y diligentemente indagaron al respecto, el Espíritu de Cristo lo reveló a ellos, los apóstoles lo predicaron en el Nuevo Testamento por el Espíritu Santo, y los ángeles anhelan mirarlo (v.12).

11 (5) Lit, para. Los sufrimientos que Cristo soporto fueron sufrimientos que Dios le había asignado ( Isa_53:10); por tanto, son Suyos, le pertenecen.

11 (6) Las glorias en diferentes pasos: la gloria en Su resurrección ( Luc_24:26 Hch_3:13), la gloria en Su ascensión ( Hch_2:33 Heb_2:9) , la gloria en Su segunda venida ( Rev_18:1 Mat_25:31), y la gloria en Su reinado ( 2Ti_2:12 Rev_20:4 , Rev_20:6), como se revela en Sal_16:8-10 22:21-22; 118:22-24; 110:1,4; 118:26; Zac_14:4-5 Dan_7:13-14 Sal_24:7-10 72:8-11.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Lit., inquiriendo

Lit., después de éstos

Fuente: La Biblia de las Américas