Comentario de 1 Pedro 2:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Siervos, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos, no solamente a los que son buenos y comprensivos, sino también a los severos.

2:18 — «Criados… de soportar». Véase Efe 6:5-6. Estos «criados» eran «sirvientes de casa» (Ver. N.M.), o «domésticos» (Ver. P.B.). Eran esclavos ocupados en las casas. Tenían diferentes clases de amos, o «dueños» (Ver. N.M.; B.J.). La palabra griega es despotes. Significa un dueño de control absoluto. Algunos eran buenos y afables; otros, difíciles de soportar (literalmente, torcidos o doblados; o sea, no justos).

Se les manda que estén sujetos; o literalmente, «que estén sujetándose». Esta sujeción (véase el ver. 13) tenía por meta callar la ignorancia de los hombres insensatos (ver. 15).

Los esclavos cristianos tienen que ser hombres sumisos y respetuosos hacia sus dueños. Ser cristianos no justifica el ser rebeldes.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

estad sujetos. Efe 6:5-7; Col 3:22-25; 1Ti 6:1-3; Tit 2:9, Tit 2:10.

los buenos. 2Co 10:1; Gál 5:22; Tit 3:2; Stg 3:17.

a los difíciles de soportar, o los insoportables. Sal 101:4; Pro 3:32; Pro 8:13; Pro 10:32; Pro 11:20.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Las actitudes cristianas de estos versículos pueden aplicarse a la relación actual del empleado con su empleador.

criados: Esclavos al servicio de una casa.

con todo respeto: Con reverencia por Dios.

Haciendo lo bueno (v. 1Pe 2:20): A los ojos de Dios. Cuando nosotros pacientemente soportamos una persecución inmerecida, Dios se complace porque su gracia está operando en nuestra vida.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

criados: Entre un tercio y la mitad de la población del Imperio Romano eran esclavos. El porcentaje de cristianos que eran esclavos pudo ser incluso más alto.

estad sujetos con todo respeto: Los trabajadores tienen que tomar sus responsabilidades seriamente.

sino también a los difíciles de soportar: Los cristianos deben de servir con respeto incluso a los peores jefes.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Criados, estad sujetos. El cristianismo no da derecho alguno al creyente para rebelarse contra sus superiores en el lugar que ocupa dentro de la estructura social (vea las notas sobre 1Co 7:21-23; Efe 6:5; Col 3:22; Flm.; vea también Éxo 21:26-27; Lev 25:39-43; Deu 23:15-16), sin importar cuán cruel o injusto sea el trato que reciba por parte de ellos.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

2:18 — «Criados… de soportar». Véase Efe 6:5-6. Estos «criados» eran «sirvientes de casa» (Ver. N.M.), o «domésticos» (Ver. P.B.). Eran esclavos ocupados en las casas. Tenían diferentes clases de amos, o «dueños» (Ver. N.M.; B.J.). La palabra griega es despotes. Significa un dueño de control absoluto. Algunos eran buenos y afables; otros, difíciles de soportar (literalmente, torcidos o doblados; o sea, no justos).
Se les manda que estén sujetos; o literalmente, «que estén sujetándose». Esta sujeción (véase el ver. 13) tenía por meta callar la ignorancia de los hombres insensatos (ver. 15).
Los esclavos cristianos tienen que ser hombres sumisos y respetuosos hacia sus dueños. Ser cristianos no justifica el ser rebeldes.

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL PELIGRO DE UNA NUEVA SITUACIÓN

1 Pedro 2:18-25 (continuación)

A esta situación llegó el Cristianismo con su mensaje de que toda persona es preciosa a los ojos de Dios. El resultado fue que dentro de la Iglesia las barreras sociales desaparecieron. Calisto, uno de los primeros obispos de Roma, era un esclavo; Perpetua, la aristócrata, y Felícitas, la muchacha esclava, fueron juntas al martirio. La gran mayoría de los cristianos originales eran gente humilde, y muchos de ellos esclavos. Era perfectamente posible en los primeros tiempos de la Iglesia que un esclavo fuera el presidente de la congregación, y su amo, sencillamente un miembro. Esta era una situación nueva y revolucionaria. Tenía su gloria, pero también tenía sus peligros. En este pasaje, Pedro exhorta al esclavo a que sea un buen esclavo y un fiel obrero; porque veía dos peligros.

(i) Supongamos que el amo y el esclavo se hacían cristianos; surgiría el peligro de que el esclavo presumiera de la nueva relación, y la convirtiera en una disculpa para escurrir el bulto en el trabajo, asumiendo que, como tanto su amo como él eran cristianos, siempre podía salirse con la suya. Esa situación no sería el fin de los problemas. Todavía hay personas que comercian con la buena voluntad de un jefe cristiano. y creen que el hecho de que tanto ellos como sus jefes sean cristianos les da derecho a evitar la disciplina y el castigo. Pero Pedro lo pone bien claro. La relación entre cristiano y cristiano no elimina la relación entre hombre y hombre. El cristiano debe, por supuesto, ser mejor trabajador que nadie. Su cristianismo no es una razón para reclamar la exención de la disciplina; por el contrario, le obliga a una mayor autodisciplina y le hace más concienzudo que los demás.

(ii) Había el peligro de que la nueva dignidad que el Cristianismo le confería hiciera que el esclavo fuera rebelde y buscara abolir totalmente la esclavitud. Algunos estudiantes se sorprenden de que ningún autor del Nuevo Testamento defendiera nunca la abolición de la esclavitud, o ni siquiera dijera claramente que era un mal. La razón era muy sencilla. El haber animado a los esclavos a levantarse contra sus amos habría conducido rápidamente al desastre. Había habido tales levantamientos antes, que siempre habían sido aplastados rápida y salvajemente. En cualquier caso, tal enseñanza le habría reportado al Cristianismo la reputación de ser una religión subversiva. Hay cosas que no pueden suceder de la noche a la mañana; hay situaciones en las que la levadura tiene que obrar, y la prisa sólo demoraría el resultado deseado. La levadura del Cristianismo tenía que obrar en el mundo durante muchas generaciones antes que la abolición de la esclavitud llegara a ser una posibilidad práctica. Pedro tenía interés en que los esclavos cristianos le demostraran al mundo que el Evangelio no los hacía rebeldes o insumisos, sino más bien obreros que habían encontrado una nueva inspiración para realizar su trabajo dia-rio honradamente. Todavía sucederá a menudo que, cuando no se puede cambiar inmediatamente una situación, el deber del cristiano sea ser cristiano en esa situación y aceptar lo que no se puede cambiar hasta que haya obrado la levadura.

DOS PRECIOSOS NOMBRES DE DIOS

1 Pedro 2:18-25 (conclusión)

(ii) La versión Reina-Valera habla de Dios como el Pastor

y Obispo de nuestras almas; pero ahora Obispo corresponde inadecuadamente al original griego epískopos.

Epískopos es una palabra que tiene un gran historia. En la Ilíada de Homero, a Héctor, el gran campeón de los troyanos, se le llama epískopos porque durante toda su vida defendió la ciudad de Troya y mantuvo a salvo a las nobles esposas y niños. Epískopos se aplica a los dioses que son los guardianes de los tratados que hacen los hombres y de los acuerdos a los que llegan, y que son los protectores de las casas y de los hogares. La justicia, por ejemplo, es el epískopos que se encarga de que la persona pague el precio del mal que ha hecho.

En las Leyes de Platón, los guardianes del estado son los que tienen el deber de supervisar los deportes, la alimentación y la educación de los menores para que sean «sanos de pies y manos, y de ninguna manera, si es posible, estropeen su naturaleza con sus hábitos.» Los funcionarios a los que Platón llama inspectores de los mercados son episkopoi que «supervisan la conducta personal, manteniendo el ojo en el comportamiento desordenado e indisciplinado para castigar a los que lo necesitan.»

En las leyes y la administración de Atenas, los episkopoi eran gobernadores y administradores e inspectores enviados a los estados súbditos para que se cumplieran la ley, el orden y la lealtad. En Rodas, los principales magistrados eran cinco episkopoi que presidían el buen gobierno, la ley y el orden del estado.

Epískopos es, por tanto, una palabra polivalente pero siempre noble. Quiere decir protector de la seguridad pública, guardián del honor y la honradez, supervisor de la correcta educación y de la moral pública, administrador de la ley y el orden público.

Así que el llamar a Dios Epískopos de nuestras almas es decir que Él es nuestro Guardián, Protector, Guía y Director.

Dios es el Pastor y el Protector de nuestras almas. Nos cuida con Su amor; nos protege con Su poder, y nos guía por el buen camino con Su sabiduría.

LA NUEVA ACTITUD ANTE EL TRABAJO

1 Pedro 2:18-25 (continuación)

Pero el Cristianismo no se limitó a aplazar este asunto. Introdujo tres grandes principios nuevos en la actitud del hombre como siervo y como trabajador.

(i) El Cristianismo introdujo una nueva relación entre el amo y el esclavo. Cuando Pablo le devolvió a Filemón a su esclavo fugitivo Onésimo, no le sugirió siquiera que le dejara en libertad. No insinuó que Filemón debería dejar de ser el amo, y Onésimo el esclavo. Lo que sí dijo fue que Filemón tenía que recibir a Onésimo, no ya como siervo, sino como hermano querido (Filemón 1:16 ). El Cristianismo no abolió las diferencias sociales; pero introdujo una relación nueva de fraternidad en la que esas diferencias quedaban superadas y transformadas. Donde hay verdadera fraternidad no importa que se llame a uno amo y a otro esclavo. Hay entre ellos un vínculo que transforma las diferencias que imponen las circunstancias de la vida. La solución de los problemas del mundo se encuentra en la nueva relación entre las personas que hace posible el Evangelio del amor de Dios manifestado en Jesucristo.

(ii) El Cristianismo introdujo una nueva actitud ante el trabajo. El Nuevo Testamento expresa la convicción de que todo trabajo se ha de hacer como para Jesucristo. Y Pablo escribe: » Cualquiera que sea vuestra actividad, ya sea de palabra o de obra, hacedla en el nombre del Señor Jesús» (Col 3:17 ). » Si coméis o bebéis o hacéis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios» (1Co 10:31 ). En el ideal cristiano, el trabajo no se hace para un amo terrenal o para obtener prestigio o para hacer dinero; se hace para Dios. Es verdad, por supuesto, que hay que trabajar para ganar un sueldo, y que se debe cumplir con el que le emplea a uno; pero, por encima de eso, el cristiano tiene la convicción de que tiene que hacer su trabajo bien para que no le dé vergüenza presentárselo a Dios.

(iii) Pero, cuando estos ideales elevados se colocaban en el contexto de la Iglesia Primitiva -y la situación no cambia del todo en nuestro tiempo-,surgía una gran pregunta. Supongamos que una persona tiene la actitud cristiana para con los demás y para con el trabajo, y se la trata con injusticia, insulto y afrenta. ¿Qué se debe hacer entonces? La gran respuesta de Pedro es que eso fue lo que Le sucedió a Jesús. Él no era sino el Siervo Doliente. Los versículos 21-25 abundan en ecos y referencias a Isaías 53, el supremo cuadro del Siervo Doliente de Dios que se hizo realidad en la vida de Jesús. Él era sin pecado, y sin embargo Le insultaron y lo sufrió; Él aceptó los insultos y sufrimientos con sereno amor, y los soportó por los pecados de la humanidad.

De esa manera nos dejó un ejemplo para que sigamos Sus pisadas (versículo 21). La palabra que usa Pedro para ejemplo es muy sugestiva: hypogrammós, que procede del lenguaje escolar e indica la manera que se usaba en el mundo antiguo =y se sigue usando- para enseñar a los niños a escribir. El hypogrammós podía tener dos formas: una línea modélica que el alumno tenía que ir recorriendo y rellenando, o una escritura a la cabeza de la página que el alumno tenía que copiar en las líneas sucesivas. Jesús nos ha dejado el modelo que debemos seguir. Si tenemos que sufrir insultos .o injusticias o injurias, únicamente tenemos que recorrer lo que Él ya ha pasado. Puede que Pedro tuviera en mente el atisbo de una verdad tremenda. Los sufrimientos de Jesús fueron por causa del pecado humano; sufrió para hacer volver la humanidad a Dios. Y puede que cuando el cristiano sufre con firmeza, sin quejarse y con amor inalterable, insultos o injurias, está mostrando a los otros una vida que los puede hacer volver a Dios.

EL CRISTIANO COMO SIERVO

1 Pedro 2:18-25

Siervos, someteos a vuestros amos con todo respeto, no sólo a los que son buenos y justos, sino también a los perversos; porque es una señal auténtica de gracia el que una persona soporte el trance de un sufrimiento injusto a causa de su conciencia para con Dios. Es a esta clase de vida a la que habéis sido llamados; porque Cristo también sufrió por nosotros dejándonos la estela de Su ejemplo para que sigamos Sus pisadas. Él no había cometido ningún pecado, ni se había descubierto nunca ninguna falsedad en Sus palabras. Cuando Le insultaban, no respondía con insultos. Cuando sufría no profería amenazas, sino Se encomendaba al único Que juzga con justicia. Él mismo llevó nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero, para que nosotros nos apartemos de los pecados y vivamos para la integridad. Gracias a Sus heridas habéis sido sanados; porque vosotros estabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Protector de vuestras almas.

Aquí tenemos un pasaje que sería pertinente para la mayor parte de los primeros lectores de esta carta, porque Pedro escribe a siervos y a esclavos, que eran los que formaban la mayor parte de la Iglesia Primitiva. La palabra que usa Pedro para siervos no es duloi, que es la más corriente para esclavos, sino oiketai, la palabra que designaba a los esclavos domésticos o de la familia. Para entender el sentido real de lo que Pedro está diciendo tenemos que saber algo de la naturaleza de la esclavitud en los tiempos de la Iglesia Primitiva. En el imperio romano había tantos como 60,000,000 de esclavos. La esclavitud empezó con las conquistas romanas, y los esclavos fueron en un principio principalmente prisioneros de guerra. En los tiempos más primitivos de Roma había pocos esclavos, pero para los tiempos del Nuevo Testamentos se contaban por millones.

No eran exclusivamente, ni mucho menos, los trabajos rudos los únicos que realizaban los esclavos. Los médicos, maestros, músicos, actores, secretarios y mayordomos eran esclavos. De hecho, todo el trabajo lo hacían los esclavos en Roma. La actitud romana era que no tenía ningún sentido ser el amo del mundo si uno tenía que hacer su propio trabajo. Que los hicieran los esclavos, para que los ciudadanos pudieran vivir en una ociosidad ininterrumpida e inmolestada. La provisión de esclavos nunca estaba en crisis.

A los esclavos no se les permitía casarse; pero cohabitaban, y los hijos que nacían de tales relaciones eran propiedad del amo, no de los padres, lo mismo que los corderos que parían las ovejas pertenecían al dueño del rebaño y no a las oveSantiago

Sería equivocado pensar que la suerte de los esclavos era siempre desgraciada y miserable, y que se los trataba siempre con crueldad. Muchos esclavos eran miembros de la familia romana -más amplia que las nuestras-, a los que se quería y en los que se confiaba; pero había un hecho decisivo e inescapable que dominaba toda la situación: para la ley romana, un esclavo no eran una persona, sino una cosa que no teníaabsolutamente ningún derecho legal. Por tal razón, no podía haber nada que se asemejara a la justicia en relación con los esclavos. Aristóteles decía: » No puede haber ni amistad ni justicia con las cosas inanimadas; ni siquiera con un caballo o un toro, ni tampoco con un esclavo en tanto que esclavo. Porque el amo y el esclavo no tienen nada en común; un esclavo es una. herramienta viva, así como una herramienta es un esclavo inanimado.» Varrón divide los instrumentos de la agricultura en tres clases: los articulados, los inarticulados y los mudos; «los articulados incluyen a los esclavos; los inarticulados, el ganado, y los mudos, las herramientas.» La única diferencia que hay entre un esclavo y una acémila o un arado es que el esclavo puede hablar. Pdro Crisólogo resume el asunto de esta manera: «Lo que el amo le hace al esclavo, inmerecidamente, por ira, voluntaria o involuntariamente, por olvido o después de meditarlo, a sabiendas o sin darse cuenta, es juicio, justicia y ley.» En cuanto al esclavo, la voluntad de su amo, o hasta el capricho de este, son la única ley.

El factor determinante de la vida de un esclavo era, por tanto, aun si se le trataba bien, que seguía siendo una cosa. No tenía ninguno de los más elementales derechos de la persona, y para él la justicia ni siquiera existía.

DOS PRECIOSOS NOMBRES DE DIOS

1 Pedro 2:18-25 (continuación)

En el último versículo de este capítulo encontramos dos de los grandes nombres de Dios: Pastor y Obispo de nuestras almas, como dice la versión Reina-Valera.

(i) Dios es el Pastor de las almas. En griego, poimén. Pastor, es una de las descripciones clásicas de Dios. El salmista lo plasmó en su famoso Salmo: «El Señor es mi Pastor» (Sal 23:1 ). Isaías dice: «Como un pastor apacentará Su rebaño; en Su brazo llevará los corderos, y en Su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas» (Isa 40:11 ).

El gran Rey Que Dios iba a mandar a Israel sería el Pastor de Su pueblo. Ezequiel escucha la promesa de Dios: «Y levantaré sobre ellas a un Pastor Que las apacentará; a Mi siervo David, para que las apaciente y les sea por Pastor» (Ez 34:23 ; Ez 37:24 ).

Este fue el título que Jesús Se aplicó cuando Se llamó el Buen Pastor y cuando dijo que el Buen Pastor da Su vida por las ovejas (Jn 10:1-18 ). Para Jesús, las personas que no conocían a Dios y que estaban esperando lo que Él les diera eran como ovejas sin pastor (Mr 6:34 ). El gran privilegio que se otorga al siervo y ministro de Cristo es ser pastor del rebaño de Dios (Jn 21:16 ; Hch 20:28 ; 1Pe 5:2 ).

Tal vez nos sea difícil a los que vivimos en zonas urbanas y en una civilización industrial el captar la grandeza de esta imagen; pero en Oriente, y más entonces, sería muy gráfica, especialmente en Judasa, en la que había una meseta central estrecha y bordeada de peligros, que era donde se apacentaban las oveSantiago La hierba era escasa; no había vallas protectoras, y las ovejas vagaban. El pastor, por tanto, tenía que velar por ellas atenta y constantemente, no fuera que le acechara algún peligro al rebaño.

En su Geografía histórica de la Tierra Santa, George Adam Smith describe al pastor de Judasa: «Entre nosotros, en Escocia, las ovejas se dejan a su aire; pero no recuerdo haber visto nunca en Oriente un rebaño de ovejas sin su pastor. En tales parajes como Judasa, donde el pasto del día está desperdigado por una franja de tierra sin vallar, llena de senderos engañosos, todavía frecuentada por fieras y bordeada por el desierto, el hombre y su carácter son indispensables. En algún monte escarpado en el que ululan las hienas por la noche, cuando te le encuentras insomne, con la vista en la lejanía, curtido por la intemperie, armado, apoyado en su cayado y vigilando sus ovejas dispersas con cada una de ellas en el corazón, te das cuenta de por qué el pastor de Judasa saltó al frente de la historia de su pueblo; por qué le dieron su nombre a sus reyes, y le hicieron un símbolo de la Providencia; por qué Cristo le adoptó como tipo de autosacrificio.»

Esta palabra pastor nos habla gráficamente de la incesante vigilancia y autosacrificio del amor que Dios nos tiene a los que somos Su rebaño. «Pueblo Suyo somos, y ovejas de Su prado» (Sal 100:3 ).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Efe 6:5-8; Col 3:22-25; Col 4:1; Tit 2:9.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Actitudes ante los empleadores. Pedro da instrucciones detalladas para dos grupos de personas (siervos o esclavos y esposas) cuya posición en el mundo antiguo podía hacer que la vida, especialmente como creyentes, les fuera difícil. La suerte de los esclavos no era muy mala bajo un buen amo, pero a menudo eran tratados injustamente. Mientras Pedro se dirige a su situación como empleados, Pablo muestra que los amos también deben mostrar respeto y consideración por aquellos que trabajan para ellos (Ef. 6:5-9; Col. 3:22-4:1).

La paciencia mientras se sufre un castigo merecido no es una virtud, pero el cristiano está llamado a aceptar aun el tratamiento rudo de un amo injusto. Esto le hace ganar la alabanza de Dios. El perse verar en hacer el bien, y el ser pacientes bajo el sufrimiento, aun pueden ser considerados como el llamado del cristiano, así como fue una parte de los sufrimientos de Cristo (cf. Fil. 3:10). También es el ejemplo dejado por Jesús. Pedro recuerda vivamente cómo él se comportó durante sus sufrimientos. Luego recuerda a sus lectores los beneficios que gozamos como resultado de ese sufrimiento.

Notas. 18 Los siervos eran el personal doméstico que se encontraba regularmente en las casas griegas y romanas (ver Filemón). 19 Por tener conciencia de Dios puede indicar tanto la razón del amo para infligir el castigo inmerecido (porque estaba consciente de la fe del esclavo) o el motivo del esclavo para aceptarlo (porque tiene conciencia de que Dios conoce y comparte sus sufrimientos; ver Hech. 9:4). Probablemente Pedro tenía en mente las palabras de Jesús en Mat. 5:11, 12, 46, 47; Luc. 6:22, 23, 32-35 y Juan 15:18-21. 21 Ejemplo se usa sólo aquí en el NT y describe un bosquejo o un libro de cartas que el discípulo debe seguir. 22, 23 Pedro cita Isa. 53:9 y 7 (cf. Mar. 14:61, 65; 15:29; Juan 19:1-9). 24, 25 Esta descripción es tan gráfica que bien podría ser la de un testigo visual. Llevó es el término lit. y el lenguaje es deliberadamente el de los sacrificios (cf. Heb. 7:27 donde “ofrecer” es el mismo verbo gr.). La referencia al propósito de los sufrimientos de Jesús (citando Isa. 53:12 y 5) da el motivo para los nuestros. Nuestra respuesta al Salvador que llevó los pecados debe ser volver a él como nuestro pastor para que muramos para los pecados y vivamos para la justicia. Los conceptos reflejan Isa. 53:6 y Juan 10. Obispo es la palabra que se usa regularmente para describir la función de un pastor y por lo mismo de un pastor espiritual. Proviene del gr. episkopos, que se refiere a un “sobreveedor” o “guardián”.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

o 115 Efe 6:5; Col 3:22; Tit 2:9

p 116 1Ti 6:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

18 super (1) Véase la nota 17 super (4) del cap. 1.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

ásperos… Gr. skolioís. Es decir, difíciles de complacer.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

O, perversos, o, irrazonables

Fuente: La Biblia de las Américas

Aquí, criados y amos no significan esclavos y seu241?ores.

2.18 Gr. skolioi. Es decir, difíciles de complacer.

Fuente: La Biblia Textual III Edición