Comentario de 1 Pedro 3:8 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Finalmente, sed todos de un mismo sentir: compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos y humildes.

3:8 — «Finalmente». Después de haber hecho algunas exhortaciones específicas, referentes a la conducta en las diferentes relaciones de la vida (2:13

3:7), ahora Pedro da el último consejo general.

— «sed todos de un mismo sentir». Literalmente, «siendo de una mente» (en el griego, una sola palabra). Compárense Rom 12:16; Rom 15:5; 1Co 1:10; Flp 2:2.

— «compasivos». La idea no es de solamente simpatizar en momentos de tristeza, sino de compartir sentimientos como compañeros, aun en momentos de gozo. Véase Rom 12:15. Compárense 1Co 12:26; Jua 11:35; Heb 4:15; Heb 10:34.

— «amándoos fraternalmente». El texto griego emplea una sola palabra (compuesta de amar y hermanos), «(siendo) amadores de hermanos». Algunas versiones dicen, «fraternales». Véanse Rom 12:10; Heb 13:1; Jua 13:34. En 1:22 Pedro usa la palabra que en el griego es singular, «amor fraternal».

— «misericordiosos». De nuevo nos encontramos en el texto griego con una sola palabra, compuesta de «bueno» y «entrañas», o como diríamos hoy en día, corazón. Se emplea también en Efe 4:32. De «tierno corazón» es la idea literal.

— «amigables». La palabra griega es compuesta de «mente» y «amigo»; es decir, una mente que es amiga. La Ver. Mod. dice, «corteses». Otras dicen «humildes».

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

sed todos de un mismo sentir. Hch 2:1; Hch 4:32; Rom 12:16; Rom 15:5; 1Co 1:10; Flp 3:16.

compasivos. Zac 7:9; Mat 18:33; Luc 10:33; Rom 12:15; 1Co 12:26; Stg 2:13; Stg 3:17.

amándoos fraternalmente. 1Pe 1:22; 1Pe 2:17; Rom 12:10; Heb 13:1; 2Pe 1:7; 1Jn 3:14, 1Jn 3:18, 1Jn 3:19.

misericordiosos. Sal 103:13; Pro 28:8; Mat 18:33; Stg 5:11.

amigables. Hch 27:3; Hch 28:7; Efe 4:31, Efe 4:32; Efe 5:1, Efe 5:2; Flp 4:8, Flp 4:9; Col 3:12.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

de un mismo sentir: La idea es la de dos personas que viajan juntas por la misma senda mental (Flp 2:1-4).

compasivos: Esta palabra se usa sólo aquí en el NT. En griego (sumpatheis) significa tener los mismos sentimientos que la otra persona, o sufrir junto con la otra persona (Rom 12:15).

misericordiosos: El afecto cristiano debe mostrarse para con todas las personas.

amigables: El término griego (tapeinophrones) significa literalmente tener una mente que no se eleva mucho del suelo (vale decir: tener una actitud de humildad).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

sed todos de un mismo sentir. Dos palabras griegas que significan «pensar lo mismo» o «tener mentalidad similar». La idea es procurar y mantener la unidad interna de corazón. Todos los cristianos deben ser ejemplos de paz y unidad, no de desorden y falta de armonía (Jua 13:35; Jua 17:1-26; Rom 12:16; Rom 15:5; 1Co 1:10; Flp 2:1-2). amándoos fraternalmente. Un tema recurrente en Primera Pedro (vea 1Pe 1:22; 1Pe 2:17; 1Pe 4:8; 1Pe 5:14).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

3:8 — «Finalmente». Después de haber hecho algunas exhortaciones específicas, referentes a la conducta en las diferentes relaciones de la vida (2:13–3:7), ahora Pedro da el último consejo general.
–«sed todos de un mismo sentir». Literalmente, «siendo de una mente» (en el griego, una sola palabra). Compárense Rom 12:16; Rom 15:5; 1Co 1:10; Flp 2:2.
–«compasivos». La idea no es de solamente simpatizar en momentos de tristeza, sino de compartir sentimientos como compañeros, aun en momentos de gozo. Véase Rom 12:15. Compárense 1Co 12:26; Jua 11:35; Heb 4:15; Heb 10:34.
–«amándoos fraternalmente». El texto griego emplea una sola palabra (compuesta de amar y hermanos), «(siendo) amadores de hermanos». Algunas versiones dicen, «fraternales». Véanse Rom 12:10; Heb 13:1; Jua 13:34. En 1:22 Pedro usa la palabra que en el griego es singular, «amor fraternal».
–«misericordiosos». De nuevo nos encontramos en el texto griego con una sola palabra, compuesta de «bueno» y «entrañas», o como diríamos hoy en día, corazón. Se emplea también en Efe 4:32. De «tierno corazón» es la idea literal.
–«amigables». La palabra griega es compuesta de «mente» y «amigo»; es decir, una mente que es amiga. La Ver. Mod. dice, «corteses». Otras dicen «humildes».

Fuente: Notas Reeves-Partain

LAS MARCAS DE LA VIDA CRISTIANA (1)

1 Pedro 3:8-12

Por último, estad siempre en armonía; simpatizad siempre con los demás y vivid el amor fraternal; sed compasivos y humildes; no paguéis el mal con el mal, ni los insultos con insultos; por el contrario reaccionad siempre con bendiciones; porque es para dar y para heredar bendición para lo que habéis sido llamados.

Que el que quiera amar la vida, y ver días buenos, guarde su lengua del mal y sus labios de hablar astucias; que se aparte bien lejos del mal y haga el bien; que busque la paz y se la proponga siempre; porque los ojos del Señor están sobre los íntegros, y atentos Sus oídos a sus oraciones; pero el Señor Se encara con los que hacen el mal.

Pedro, como si dijéramos, reúne las grandes cualidades de la vida cristiana.

(i) Al frente de todas coloca la unidad cristiana. Vale la pena recopilar los grandes pasajes del Nuevo Testamento sobre la unidad, a fin de ver cuán grande lugar ocupa en el pensamiento del Nuevo Testamento. La base de todo el tema está en las palabras de Jesús que pidió que Su pueblo fuera una sola cosa, como lo son El y el Padre (Jn 17:21-23 ). En los fascinantes primeros días de la Iglesia, esta oración se cumplía, porque eran todos «de un corazón y un alma» (Hch 4:32 ). Una y otra vez Pablo exhorta a los creyentes a esta unidad y ora por ella. Recuerda a los cristianos de Roma que, aunque eran muchos, eran un solo cuerpo, y los exhorta a que estén unánimes (Rm 12:4; Rm 12:16 ). Al escribir a los cristianos de Corinto usa la misma ilustración de los creyentes como miembros de un cuerpo a pesar de todas sus cualidades y dones diferentes (1Co 12:12-31 ). Exhorta a los díscolos corintios que no haya entre ellos divisiones y que se mantengan perfectamente unidos «en una misma mente y un mismo parecer» (1Co 1:10 ). Les dice que las contiendas y las divisiones son cosas de la carne, señales de que siguen viviendo a un nivel meramente humano, sin la mente de Cristo (1Co 3:3 ). Por haber participado del un pan, deben ser un cuerpo (1Co 10:17 ). Les dice que deben ser «de un mismo sentir, y vivir en paz» (2Co 13:11 ). Las barreras divisorias se han derrumbado en Jesucristo, y judíos y griegos están unidos en un mismo pueblo (Ef 2:13 s). Los cristianos deben mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz, recordando que hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos (Ef 4:3-6 ). Los Filipenses tienen que mantenerse firmes en un mismo espíritu contendiendo unánimes por la fe del Evangelio; completan la felicidad de Pablo teniendo el mismo amor y la misma actitud; exhorta a Evodia y Síntique a que «sean de un mismo sentir en el Señor» (Fil 1:27 ; Fil 2:2 ; Fil 4:2 ).

En todo el Nuevo Testamento resuena esta exhortación a la unidad cristiana. Es más que una exhortación; es el anuncio de que nadie puede vivir la vida cristiana a menos que esté en unidad en sus relaciones personales con sus semejantes; y que la iglesia no puede ser verdaderamente cristiana si hay divisiones en ella. Es trágico el ver lo lejos que se encuentran muchos de hacer realidad esta unidad en sus vidas personales, y lo lejos que está la Iglesia de hacerla realidad dentro de sí misma. C. E. B. Cranfield lo expresa tan hermosamente que no podemos por menos de citar todo su comentario, aunque es extenso: «El Nuevo Testamento no trata nunca la unidad en Cristo como si fuera un lujo espiritual altamente deseable pero innecesario, sino como algo esencial a la verdadera naturaleza de la Iglesia. Las divisiones, ya sean desacuerdos entre miembros individuales o la existencia de grupos o partidos y -¡cuánto más!- las denominaciones del presente, constituyen una puesta en duda del mismo Evangelio y una señal de que los que están involucrados son carnales. Cuanto más en serio tomamos el Nuevo Testamento, tanto más urgente y doloroso llega a ser nuestro sentimiento del pecado de las divisiones, y más serios nuestros esfuerzos y oraciones por la paz y la unidad de la Iglesia en la Tierra. Eso no quiere decir que la unanimidad a la que aspiramos tenga que ser una uniformidad mecánica de la clase tan apreciada por los burócratas. Más bien ha de ser una unidad en la que las tensiones poderosas se mantengan unidas por una lealtad a ultranza, y las fuertes antipatías de raza y color, temperamento y gusto, posición social e interés económico, sean superadas en una adoración común y una común obediencia. Tal unidad sólo llegará cuando los cristianos sean suficientemente humildes y osados para aferrarse a la unidad ya dada en Cristo y tomarla más en serio que su propia auto-importancia y pecado, y hacer de estas profundas diferencias de doctrina, que se originan en nuestra imperfecta comprensión del Evangelio y que no osaríamos minimizar, no una excusa para desligarnos o mantenernos aparte del otro, sino más bien un incentivo para una búsqueda más concienzuda de escuchar y obedecer la voz de Cristo en íntimo compañerismo.» Así y aquí habla la voz profética a nuestra condición.

LAS MARCAS DE LA VIDA CRISTIANA (2)

1 Pedro 3:8-12 (conclusión)

(ii) En segundo lugar Pedro coloca la simpatía –en griego, sentir con-. Aquí también todo el Nuevo Testamento nos recuerda esta obligación. Debemos alegrarnos con los que están alegres y llorar con los que lloran (Rm 12:15 ). Cuando sufre un miembro del cuerpo, todos los demás sufren con él; y cuando un miembro recibe honores, todos los otros se congratulan (1Co 12:26 ), y así debe ser entre los cristianos, que son el Cuerpo de Cristo. Una cosa resulta clara, y es que la simpatía y el egoísmo no pueden coexistir. Mientras el yo sea lo más importante del mundo no puede haber- verdadera simpatía; esta depende de la voluntad de olvidar el yo e identificarse con el dolor y el sufrimiento de otros. La simpatía viene al corazón cuando Cristo reina en él.

(iii) En tercer lugar coloca Pedro el amor fraternal. Este asunto también se remonta a las palabras de Jesús. «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros… Así sabrán todos que sois Mis discípulos: si os amáis unos a otros» (Jn 13:34 s). Aquí habla el Nuevo Testamento definitiva y directamente de una manera que casi espanta. «Reconocemos que hemos pasado de muerte a vida en que amamos a los hermanos. El que no ama sigue en la muerte. El que aborrece a su hermanos en un. asesino» (1Jn 3:14 s). «Si alguien dice: «Yo amo a Dios», pero aborrece a su hermano, es un mentiroso» (1Jn 4:20 ). Es un hecho que amar a Dios y a nuestros semejantes son inseparables; no pueden existir el uno sin el otro. La prueba más sencilla de la autenticidad del Cristianismo de una persona o iglesia es si las hace amar a sus semejantes o no.

(iv) Pedro coloca en cuarto lugar la compasión. En cierto sentido la piedad corre peligro de ser una virtud del pasado. Las actuales condiciones de vida tienden a dejar roma la sensibilidad de la mente a la piedad. Como dice C. E. B. Cranfield: «Nos acostumbramos a escuchar por la radio la incursión de mil bombarderos mientras desayunábamos. Nos acostumbramos a la idea de que millones de personas se convierten en refugiados.» Podemos leer las cifras de los accidentes de tráfico sin inmutarnos, aunque sabemos que quieren decir cuerpos y corazones destrozados. Es fácil perder el sentimiento de piedad, y aún más fácil darse por satisfecho con la sensiblería de un momento de dolor cómodo que no conduce a hacer nada. La piedad es de la misma esencia de Dios, y la compasión, de la de Jesucristo; una piedad tan grande que Dios envió a Su único Hijo a morir por nosotros, una compasión tan intensa que llevó a Cristo a la Cruz. No puede haber Cristianismo sin compasión.

(v) En quinto lugar coloca Pedro la humildad. La humildad cristiana viene de dos cosas. Viene, en primer lugar, del sentimiento de criaturidad. El cristiano es humilde porque es consciente constantemente de su total dependencia de Dios, y de que por sí no puede hacer absolutamente nada. Viene, en segundo lugar, del hecho de que el cristiano tiene un nuevo nivel de comparación. Puede ser que cuando se compare con sus semejantes no salga perdiendo en la comparación. Pero el nivel de comparación del cristiano es Cristo; y, comparado con Su impecable perfección, siempre está en deuda. Cuando el cristiano recuerda su dependencia de Dios, y mantiene ante sí el dechado de Cristo, no puede por menos de ser humilde.

(vi) Por último, como clímax, Pedro coloca la capacidad de perdonar. Es a recibir el perdón de Dios y a perdonar a sus semejantes a lo que es llamado el cristiano. Lo uno no puede existir sin lo otro; es sólo cuando les perdonamos a otros el mal que nos han hecho cuando Dios nos perdona los pecados que hemos cometido contra Él (Mt 6:12; Mt 6:14-15 ). Lo característico del cristiano es que perdona a los demás como Dios le ha perdonado a él (Ef 4:32 ).

Como tenía por costumbre, Pedro resume este tema citando la Sagrada Escritura; aquí el Salmo 34, que describe a la persona que Dios acepta y a la que Dios rechaza.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Actitudes para con la hermandad. Ahora Pedro deja el campo de las relaciones especiales y concluye esta sección con un resumen de las actitudes que los cristianos debieran demostrar unos a los otros, tanto en sus acciones como en sus reacciones. Esto se encierra en la sola palabra bendecid (9), el ruego por el bondadoso poder y amor de Dios a todos, aun a aquellos que quieren o logran hacer daño. Comportarse de ese modo es alentado por el conocimiento de que los cristianos mismos al fin herederán bendición de Dios. Esto fue prometido en el Sal. 34:12-16 que se cita aquí. Los cristianos son llamados a caminar en forma intachable y justa, procurando activamente la paz con todos, tal como el pueblo de fe en el AT. Tienen la misma motivación porque Dios los vigila y bendice tal conducta, pero se opone a los que hacen el mal.

Notas. 8 Ser de un mismo sentir se alcanza cuando compartimos la mente de Cristo (ver Fil. 2:5; Col. 3:2). Podemos entrar en los sentimientos de otros (“simpáticos” proviene de una palabra gr. que significa “sentir con”) y compartir el amor de Dios por ellos. Esta cualidad de amar como hermanos y hermanas ha sido mencionada antes en 1:22 y se enfatizará de nuevo en 4:8; debe ser la señal de la fraternidad cristiana. Compasivos trae un nuevo significado cristiano a una vieja palabra gr. que quería decir “valiente”. Humildes (ver también 5:5, 6) muestra que el secreto del carácter descripto aquí descansa en una estimación realista de sí mismo y una elevada preocupación por los demás. El v. 9 presenta el cuadro de 2:23 (ver las referencias al ejemplo de Jesús, junto con Luc. 6:27, 28; 23:34). Para esto puede referirse a la herencia de una bendición o a una vida que devuelva bendición por maldición. Las palabras que se usan aquí nos recuerdan 2:21, así como la cita del Sal. 34 y sugieren que Pedro está enfatizando sus razones para una vida piadosa ante la oposición. Tal obediencia cristiana heredará la bendición que Dios ha preparado (cf. Rom. 8:17, 18). Esta bendición será disfrutada a pleno en la vida venidera, pero el autor del AT obviamente tiene en mente las bendiciones de un caminar con Dios en esta vida. Los ojos de Dios están sobre sus hijos para guardarlos en seguridad, y sus oídos están abiertos para escuchar y responder a sus oraciones. 10-12 La cita del Sal. 34:12-16 ha sido alterada gramaticalmente para adecuarla al contexto. Vida posiblemente tiene el propósito, según el salmista, para referirse a la existencia temporal en la tierra. Pedro bien puede ha ber usado la palabra (como en el v. 7) como referencia a la vida eterna, especialmente cuando cambia el original “¿Quién es el hombre que desea vida? ¿Quién anhela años para ver el bien?” a lit. “el que quiere amar la vida y ver días buenos”.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

NOTAS

(1) “Compartiendo sentimientos como compañeros.” Lit.: “con simpatía”. Gr.: sym·pa·théis.

REFERENCIAS CRUZADAS

r 153 1Co 1:10; Flp 2:2

s 154 Rom 12:10; Col 3:12

t 155 Rom 15:5

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

En conclusión… Lit. y el final.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

O, tened todos armonía

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. y el final.

Fuente: La Biblia Textual III Edición