Biblia

Comentario de Éxodo 34:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Éxodo 34:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jehovah dijo, además, a Moisés: —Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las primeras, que rompiste.

Alísate dos tablas. Éxo 31:18; Éxo 32:16, Éxo 32:19; Deu 10:1.

y escribiré. Éxo 34:28; Deu 10:1-4.

las palabras que estaban. Sal 119:89.

que quebraste. Éxo 32:19; Deu 9:15-17.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Las tablas son renovadas, Éxo 34:1-4.

El nombre de Jehová es proclamado, Éxo 34:5-7.

Moisés ruega a Dios que vaya con ellos, Éxo 34:8-9.

Dios hace un pacto con ellos, repitiéndole ciertos deberes de la primera tabla, Éxo 34:10-27.

Después de pasar cuarenta días en el monte, Moisés desciende con las tablas, Éxo 34:28.

Su rostro brilla y él se cubre con un velo, Éxo 34:29-35.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La orden que dio Dios alísate dos tablas de piedra es una gran demostración de la misericordia de Dios. A pesar de la falta que cometió el pueblo en el momento en que Dios le daba instrucciones a Moisés de cómo debían adorarlo, Dios tiene la voluntad de comenzar con ellos todo de nuevo. Una vez más, él les da preceptos sobre las formas correctas para que las siga la gente.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

34. Renovación de la Alianza.

Moisés, de Nuevo en la Cima del Sinaí (1-9).
1Yahvé dijo a Moisés: “Haz dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré en ellas lo que tenían las primeras, que rompiste, 2y está pronto para mañana subir temprano y presentarte a mí en la cumbre del monte. 3Que no suba nadie contigo, ni parezca nadie en ninguna parte de la montaña, ni oveja ni buey paste junto a la montaña.” 4Moisés talló dos piedras como las dos primeras y, levantándose muy temprano, subió a la montaña del Sinaí, como se lo había mandado Yahvé, llevando en sus manos las dos tablas de piedra. 5Yahvé descendió en la nube y, poniéndose allí junto a él, pronunció el nombre de Yahvé, 6y, pasando delante de él, exclamó: “Yahvé, Yahvé; Dios misericordioso y clemente, tardo a la ira, rico en misericordia y fiel, 7que mantiene su gracia por mil generaciones, y perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, pero no los deja impunes, y castiga la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación.” 8Moisés se echó en seguida a tierra, y, prosternándose, 9dijo: “Señor, si he hallado gracia a tus ojos, dígnate, Señor, marchar en medio de nosotros, porque este pueblo es de dura cerviz; perdona nuestras iniquidades y nuestros pecados y tómalos por heredad tuya.”

En sustitución de las antiguas tablas rotas, Moisés debe preparar otras, en las que, a diferencia de las primeras, sólo será de Dios la escritura1. Y a continuación se describe la teofanía prometida2. Es una segunda revelación del nombre de Yahvé hecha a Moisés. Aquí se destaca más el carácter protector de Dios para su pueblo, basado en la justicia y en la misericordia, prevaleciendo ésta sobre aquélla, como ya se había expresado en el Decálogo3. La exclamación de Moisés es la mejor definición de lo que el nombre de Yahvé significa para Israel en su historia como prenda de protección: Yahvé, Dios misericordioso y clemente, tardo a la ira, rico en misericordia y fiel, que mantiene su gracia por mil generaciones y perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, pero no los deja impunes, y castiga la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación (v.6-7). Aquí tenemos la plena significación del nombre de Yahvé, como símbolo de las relaciones entre Dios e Israel. Moisés lo acaba de entender en aquella visión. Yahvé es el que es, o mejor, el que está con su pueblo, el que mora en medio de éste, el que le acompaña y guía en todos sus caminos; y esto lo hace en virtud de su misericordia, clemencia y fidelidad en cumplir sus promesas, que se extienden de generación en generación sobre los que le temen. Por eso en el Salmo se repite tantas veces: “Porque su misericordia es eterna.”4 Esta misericordia obra sin estímulo de nadie, por sí misma. Por esto dice San Pablo que las promesas y los dones de Dios son sin arrepentimiento5, ya que Dios no se arrepiente de lo que una vez prometió, aunque cambien aquellos a quienes las promesas se han hecho, pues no se las ha hecho en atención a sus méritos, sino “por solas las entrañas de la misericordia de nuestro Dios.”6 Asimismo, en la Escritura se invoca el nombre de Dios, o Dios mismo asegura que hará tal cosa “por amor de su nombre”; lo que significa que obrará en todo eso por sí mismo, sin moción alguna externa. Aquí tenemos la explicación histórica del nombre de Yahvé, y la declaración mas alta que nos da el Apóstol, declaración aprendida, sin duda, no en las escuelas de Jerusalén, sino en las del tercer cielo, adonde el Señor le admitió alguna vez. San Juan definirá la naturaleza divina: “Dios es amor.”7 Es la explicación teológica más alta de las relaciones históricas de Dios con la humanidad8.
La expresión de que la justicia castiga hasta la tercera y cuarta generación, ya la hemos visto en 20:5, y está fundada en las rudas costumbres israelitas, que hacían responsables a los hijos de la culpa de los padres, contra la cual protesta el Deuteronomio 9; pero, aplicado a la justicia divina, tiene su fundamento en la ley de la solidaridad, que hace a los hijos herederos de los padres. Ezequiel lo declara de un modo más alto, afirmando que en adelante cada uno morirá por su propio pecado10.

El Nuevo Pacto (10-27).
10Yahvé respondió: “He aquí que yo voy a pactar alianza. Yo haré ante todo tu pueblo prodigios cuales no se han hecho jamás en ninguna tierra ni en ninguna nación, para que el pueblo que te rodea vea la obra de Dios, porque he de hacer cosas terribles. π Atiende bien a lo que te mando hoy: Yo arrojaré ante ti al amorreo, al cananeo, al jeteo, al fereceo, al jeveo y al jebuseo. 12Guárdate de pactar con los habitantes de la tierra contra la cual vas, pues sería para vosotros la ruina. 13Derribad sus altares, romped sus cipos y destrozad sus “aseras.” 14No adores otro Dios que yo, porque Yahvé se llama celoso, es un Dios celoso. 15No pactes con los habitantes de esa tierra, no sea que al prostituirse ellos ante sus dioses, ofreciéndoles sacrificios, te inviten, y comas de sus sacrificios, 16y tomes a sus hijas para tus hijos, y sus hijas, al prostituirse ante sus dioses, arrastren a tus hijos a prostituirse también ellos ante sus dioses. 17No te harás dioses de metal fundido. 18Guardarás la fiesta de los ázimos; durante siete días comerás pan ázimo, como te lo he mandado, en el tiempo señalado, en el mes de Abib, pues en este mes saliste de Egipto. 19Todo primogénito es mío. De todos los animales, de bueyes, de ovejas, mío es. 20El primogénito del asno lo redimirás con una oveja, y si no le redimes a precio, lo desnucarás. Redimirás al primogénito de tus hijos y no te presentarás a mí con las manos vacías.” 21Seis días trabajarás; el séptimo descansarás; no ararás en él ni recolectarás. 22Celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primicias de la recolección del trigo, y la solemnidad de la recolección al fin del año. 23Tres veces al año se prosternarán ante el Señor, Yahvé, Dios de Israel, todos los varones; 24pues yo arrojaré de ante ti a las gentes y dilataré tus fronteras, y nadie insidiará tu tierra mientras subas para presentarte ante Yahvé, tu Dios, tres veces al año. 25No asociarás a pan fermentado la sangre de la víctima, y el sacrificio de la fiesta de la Pascua no lo guardarás durante la noche hasta el siguiente día. 26Llevarás a la casa de Yahvé, tu Dios, las primicias de los frutos de tu suelo. No cocerás un cabrito en la leche de su madre.” 27Yahvé dijo a Moisés: “Escribe estas palabras, según las cuales hago alianza contigo y con Israel.”

Esta sección relativa a la alianza tiene muchas semejanzas con la narrada en los c.20-24. El recopilador pone este relato a continuación de la rotura de las tablas, como si fuera un nuevo “código de la alianza,” cuando en realidad parece una nueva recensión del mismo de los c.20-24. “Las dos versiones de las palabras de la alianza presentan entre sí muchos detalles comunes, siendo los v. 10-26 como una segunda recensión de una parte de la ley cultual del código de la alianza (Exo 22:29-30; Exo 23:12; Exo 23:15-19); algunos autores consideran los v. 10-26 como el “Decálogo cultual o ritual,” con cinco preceptos relativos al sábado y a las observancias agrícolas de Palestina y cinco relativos a la ofrenda de los primogénitos y a los detalles del ritual pascual. Si el trabajo redaccional para unir entre sí las tradiciones de diversa proveniencia es difícil de determinar, se ve, sin embargo, generalmente la obra del redactor en el fin del v.1 y en los v.6-8.9-10.”11
Moisés pide perdón por la prevaricación de su pueblo, y Yahvé accede a pactar con él. El texto no habla expresamente de renovar la alianza del 24:35, y, por consiguiente, parece está la misma alianza pero puesta como consecuencia de las súplicas de Moisés después de la prevaricación del pueblo. Por esto no es de extrañar que, al exponer las condiciones de semejante alianza, veamos repetidos una buena parte de los preceptos contenidos en el código de la alianza. En virtud de esta alianza, Yahvé promete arrojar a los cananeos, para dar a Israel la posesión de su tierra (v.11); pero esta expulsión no ha de entenderse literalmente, puesto que a continuación añade el precepto apremiante de no contraer alianza alguna con los habitantes de la tierra de Canaán (v.12) ni contaminarse con sus cultos, sino mantenerse fieles a Yahvé. Así, “arrojar a los cananeos” equivale a subyugarlos, apoderarse de su tierra, privándolos de sus ciudades, de sus campos. Sobre todo, los hebreos debían destruir los santuarios de los dioses cananeos, a fin de que no se convirtiesen en lazo para Israel, induciéndolos a abandonar a Yahvé, su Dios. Se prohibe hacer alianza con los cananeos12, se ordena destruir los altares cananeos, estelas o cipos y los bosques sagrados ó aseras13, porque Yahvé es celoso y no admite competidor en el culto14; no deben hacer dioses de metal fundido 15, deben observar la fiesta de los ázimos16 y entregar los primogénitos (v.19)17; el del asno debe ser sustituido por un carnero18, y el del hombre, rescatado19; deben guardar el sábado (v.21)20, celebrar la fiesta de Pentecostés (v.22) y practicar las tres peregrinaciones anuales al santuario de Yahvé (v.23)21. Para ello, Yahvé garantizará la paz total en Canaán, de forma que puedan ir tranquilos hacia el santuario (v.24).

Moisés Desciende del Monte (28-35).
28Estuvo Moisés allí cuarenta días y cuarenta noches, sin comer y sin beber, y escribió Yahvé en las tablas los diez mandamientos de la Ley. 29Cuando bajó Moisés de la montaña del Sinaí, traía en sus manos las dos tablas del testimonio, y no sabía que su faz se había hecho radiante desde que había estado hablando con Yahvé. 30Aarón y todos los hijos de Israel, al ver cómo resplandecía la faz de Moisés, tuvieron miedo de acercarse a él. 31Llamólos Moisés, y Aarón y los jefes de la asamblea volvieron y se acercaron, y él les habló. 32Acercáronse luego todos los hijos de Israel, y él les comunicó todo lo que les había mandado Yahvé en la montaña del Sinaí. 33Cuando Moisés hubo acabado de hablar, se puso un velo sobre el rostro. 34Al entrar Moisés ante Yahvé para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía; después salía a decir a los hijos de Israel lo que se le había mandado. 35Los hijos de Israel veían la radiante faz de Moisés, y Moisés volvía después a cubrir su rostro con el velo, hasta que entraba de nuevo a hablar con Yahvé.

El v.28a es considerado como obra del redactor para unir el código anterior con el contexto sobre la nueva escritura de las tablas. El v.28b es la secuencia natural Deu 34:10, como conclusión de los coloquios entre Yahvé y Moisés22. Las diez palabras o mandamientos deben aludir al Decálogo y no al conjunto legislativo ritual de v. 11-26. Naturalmente, la afirmación de que Yahvé “escribió las palabras de la alianza” hay que tomarla como antropomorfismo para recalcar el origen divino de la legislación. También la afirmación de que Moisés permaneció “cuarenta días y cuarenta noches” sin comer ni beber hay que interpretarla a la luz del género literario hiperbólico oriental y teniendo en cuenta el número estereotipado de 40, que suele indicar en la Biblia un largo lapso de tiempo.
Los c.32:18b-34:37 vienen a ser como un paréntesis intercalado en el relato de la permanencia de Moisés en el monte y la descripción de todos los elementos que entran en la organización del culto de Yahvé. Y así, la narración que sigue debe considerarse como la continuación Deu 32:18a. Después de haber permanecido tanto tiempo envuelto en la nube en que moraba Yahvé, el profeta baja con la “faz radiante,” reflejo de su íntima comunicación con Yahvé y, por tanto, reflejo de la gloria de Dios23. En el hebreo se dice lit. “cuerno brillante de su faz” (v.26), y de ahí la traducción de la Vg. “cornuta esset facies sua,” propuesta ya por Aquila. En esta traducción tuvieron origen las representaciones de Moisés cornudo; “cuerno brillante” aquí parece que debe tomarse en el sentido de rayos brillantes” de luz, como los del sol24. Ante este aspecto resplandeciente de la faz de Moisés, Aarón y el pueblo temieron y no osaron acercarse a él (v.30). Era un axioma de que no podía verse a Dios sin morir. Y esta sentencia no afectaba sólo a las relaciones directas con el mismo Dios, sino también con los que vivían en la intimidad de Dios, como los ángeles25. Aquí Moisés aparece como el amigo íntimo de Dios, y, por tanto, en una esfera muy superior a los demás del pueblo israelita. San Pablo toma este suceso para declarar un gran misterio, de que él era testigo. Como los ojos enfermos no sufren la luz intensa del sol, así Israel no puede soportar la claridad del rostro de Moisés, el cual tiene que cubrirse con un velo cuando se presenta al pueblo. No de otro modo en los días de San Pablo Israel es incapaz de percibir la claridad de la revelación evangélica, que los deslumbra, como deslumhraba a sus antepasados la claridad del rostro de Moisés26. Habituados a leer las promesas divinas envueltas en tantas imágenes sensibles y en formas de bienes temporales, no alcanzan a entender esas promesas en su realidad divina y despojadas de su ropaje humano. Los deslumbra la gloria del Hijo de Dios, cuando ellos esperaban únicamente al Hijo de David. No entienden la liberación del pecado, pues suspiraban únicamente por la liberación de la dominación romana, ni saben apreciar la promesa de vida eterna, ellos tan aferrados a la vida terrena. Esta misma es la razón de que Jesucristo propusiera su doctrina velada en parábolas27.
En Bar 3:5 encontramos una frase que sirve para esclarecer lo que leemos aquí sobre la faz radiante de Moisés: “El brillo es como la luz, y el que tiene dos cuernos en su mano es el velo de su majestad.”28 En la hagiografía cristiana se habla .también de santos que aparecían con su rostro radiante y como transfigurado; es el efecto de un contacto con un mundo superior. El texto sagrado no dice nada sobre el tiempo en que el rostro de Moisés aparecía transfigurado, pero podemos suponer que .fue sólo durante aquellos días en que daba las leyes fundamentales en el Sinaí.

1 Cf. Exo 23:16. – 2 Cf. Exo 33:19-23. – 3 Exo 20:5-6. – 4 Sal 136. – 5 Rom 11:29. – 6 Luc 2:78. – 7 Jua 4:8. – 8 Cf. A. Colunga: Ciencia Tomista (1915) p. 11.117s. – 9 Deu 24:16. – 10 Eze 18:1; Jer 31:29. – 11 A. Clamer, o.c., p.268. – 12 Cf. Exo 23:23; Exo 23:32-33; y Exo 3:8 y com. – 13 Cf. com. a Exo 23:24. – 14 Cf. com. a 20:5. – 15 Cf. com. a 20:4; 23; Lev 19:4. – 16 Cf. com. a 23:15. – 17 Cf. com. a 13:12; 22:28-29. – 18 Cf. com. a 14:13; 23:15. – 19 Cf. com. a 23:15. – 20 Cf. com. a 23:12. – 21 Cf. com. a 23:17. – 22 Cf. Ex 32:30-33:4; 33:12-34:10. – 23 Deu 24:16-17. – 24 Cf. Hab 3:4; Mat 17:2. – 25 Cf. Jue 6; 226. – 26 2Co 3:135. – 27 Cf. Mt 13. – 28 Cf. 1Re 22:11.

Fuente: Biblia Comentada

Alísate dos tablas de piedra. La renovación del pacto significaba la sustitución de las tablas originales quebradas sobre las que Dios había escrito personalmente los Diez Mandamientos (cp. Éxo 32:19).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta sección esboza las actividades de Israel durante su estancia de aproximadamente once meses en el Sinaí (cp. Éxo 19:1 con Núm 10:11).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

El principal énfasis en los últimos capítulos recae sobre el diseño y la construcción del lugar central de culto para la nación. Como preparación para la ocupación de su tierra, habían recibido un sistema legal para gobernar su vida individual y nacional, para impedir la explotación de los pobres y de los extranjeros, y como salvaguardia frente al politeísmo y la idolatría. La necesidad de estas salvaguardias quedó confirmada por el incidente idolátrico del becerro de oro (Éxo 32:1-35). Las detalladas instrucciones divinas para el tabernáculo permiten desechar toda suposición acerca de si era comparable en absoluto o si se derivaba para nada de los pequeños santuarios portátiles pertenecientes a diversas deidades tribales. El origen del tabernáculo estaba en Dios y fue dado a Moisés mediante una revelación especial (cp. Éxo 25:9; Éxo 25:40; Éxo 26:30; Heb 8:5).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

III. Alianza en el Sinaí (Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18; Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38)

Análisis de discurso

El monte Sinaí es un lugar privilegiado en el itinerario de Israel por el desierto. Allí arribará el pueblo luego de siete etapas y allí recibirá las leyes que regirán su vida como tal. Si observamos la extensión que tiene esta estancia en el desarrollo de la totalidad del Pentateuco ―59 capítulos sobre un total de 187―, comprobaremos hasta qué punto domina esta alianza en el Sinaí el conjunto de textos de la Torá. Sin embargo, esa extensión mayúscula se justifica por el hecho de que en ese lugar Dios revela de manera explícita qué tipo de relación le propone a su pueblo: cuáles han de ser sus responsabilidades religiosas y sociales, y los términos de la alianza que anuncia realizar. Cuando finalice la estancia en el Sinaí y los israelitas lleguen a las estepas de Moab, ya contarán con un cúmulo de leyes e instrucciones que regularán la vida entera del pueblo y de sus líderes.

Se ha observado que en esta sección la forma de los textos está emparentada con los pactos de soberanía y vasallaje comunes en el mundo antiguo, especialmente entre los hititas y los asirios. Estos pactos se realizaban entre un rey poderoso y otro más débil, quien recibía protección militar a cambio de impuestos y lealtad política. La versión del pacto del Sinaí comparte algunos elementos de estos pactos, pero matiza otros, lo cual le da al pacto con Israel una fuerza que supera la de las relaciones políticas. En efecto, a partir de este pacto, toda ofensa a la vida será una ofensa dirigida a Dios mismo, y la responsabilidad por la administración de la justicia y por el ejercicio de la solidaridad no será una obligación ante el rey de turno, sino ante la divinidad misma, la cual pedirá cuentas si dicha obligación no se ejerce según lo pactado.

La estadía en el Sinaí se prolonga hasta Núm 10:11, texto que en el que se narra la partida del pueblo en busca de la tierra prometida. Esto indica que la narración sobrepasa los límites del libro del Éxodo, lo cual pone en evidencia la unidad literaria mayor a la que dicho libro pertenece. Sin embargo, el Pentateuco posee cortes literarios que marcan y justifican su división en cinco libros. Para el caso que nos ocupa, la culminación de la construcción de la Tienda del encuentro y la toma de posesión de la misma por Dios indica una bisagra en la narración. A partir de ese momento, Dios hablará desde la tienda, lo cual hace que se lo ubique y, en cierta medida, se lo identifique con ese lugar.

Es necesario observar la estructura literaria de los capítulos Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18; Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38, que consiste en dos bloques de textos con una dinámica interna diferente cada uno:

I. Introducción

a

Éxo 19:1-25

Alianza

b

Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33

Ratificación de la Alianza

a’

Éxo 24:1-18

II. Prescripciones para la tienda

a

Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18

Idolatría

b

Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35

Construcción de la Tienda

a’

Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38

El primer grupo (caps. Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33; Éxo 24:1-18) contiene una extensa colección de leyes que abarcan todos los aspectos de la vida, presentadas de manera progresiva. Hay una narración introductora (cap. Éxo 19:1-25), y al final, una ratificación. La alianza misma, que incluye el Decálogo y el llamado “Código de la alianza”, ocupa los capítulos Éxo 20:1-26; Éxo 21:1-36; Éxo 22:1-31; Éxo 23:1-33. El segundo grupo (caps. Éxo 25:1-40; Éxo 26:1-37; Éxo 27:1-21; Éxo 28:1-43; Éxo 29:1-46; Éxo 30:1-38; Éxo 31:1-18; Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35; Éxo 35:1-35; Éxo 36:1-38; Éxo 37:1-29; Éxo 38:1-31; Éxo 39:1-43; Éxo 40:1-38) también es un quiasmo (a, b, a’) que consiste en presentar las instrucciones para la construcción de la morada de Dios, narrar la idolatría y su rechazo por parte de Moisés, para finalizar con la narración de la construcción de la Tienda y su aceptación final por Dios mismo, quien asume la misma como su lugar de residencia. La parte a’ reproduce casi literalmente su contraparte a, ambas relativas a los detalles del santuario, lo cual muestra el celo por cumplir con lo que Dios ha indicado.

A. La alianza (Éxo 19:1-25; Éxo 20:1-21)

1. De Refidim al Sinaí (Éxo 19:1-2)

TÍTULO: Ambas versiones base proponen para esta sección títulos que abarcan todo el capítulo Éxo 19:1-25. El título de TLA es más claro, pues señala la llegada al Sinaí, evitando la especulación acerca de si ya estaban allí o de si el Sinaí era una roca que acompañaba a Israel en su peregrinar (ver Éxo 17:6).

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

E. Idolatría de Israel (Éxo 32:1-35; Éxo 33:1-23; Éxo 34:1-35)

Análisis de discurso

Estos capítulos representan un momento culminante para todo el Antiguo Testamento. En ellos se narra cómo el pueblo de Israel lleva a su punto más bajo la relación con el Dios que los ha liberado de la esclavitud y los está alimentando en el desierto. Si hasta ahora el descontento se había expresado en quejas y protestas, en esta oportunidad se llega a la ruptura misma del pacto de no hacer imágenes de Dios ni adorarlas. Esta situación de violación del acuerdo y de pecado consumado habría de constituirse en el símbolo del pecado máximo de Israel para el resto de su historia: la idolatría. Los profetas, los sabios y las narraciones históricas volverán una y otra vez sobre este pecado como el origen de todos los demás pecados. Cuando uno repasa los textos del Antiguo Testamento, comprueba que no es el relato de la transgresión de Adán y Eva, sino esta escena, lo que se evoca como paradigma del haberse apartado de Dios. Y la escena muestra cómo los israelitas ―a pesar de los beneficios que disfrutan y del desafío que supone para ellos ser hijos e hijas de Dios― deciden que la promesa de la tierra y la bendición de tener un Dios que hizo portentos delante de sus ojos no son suficientes garantías, y prefieren construir con sus manos una estatua de metal a la cual adorar.

Desde el punto de vista narrativo, se establece una distinción entre el pueblo y Dios, toda vez que se ubica esta historia entre la descripción del santuario y su construcción. Por un lado, está el pueblo, que, ante la duda y la ansiedad, busca la seguridad en un Dios como el de las demás naciones. Por el otro lado, Dios manifiesta su ira y enojo, pero muestra misericordia en el momento de renovar el pacto quebrado. Todo sucede cuando ya se ha planeado el lugar donde Dios sería adorado, aunque aún dicho lugar no ha sido construido. De modo que ya se tiene el conocimiento de lo que hay que hacer, pero aún no se ha puesto manos a la obra. La idolatría viene justo cuando se debía pasar del proyecto a la acción, de las ideas a la concreción efectiva de las mismas.

Debido a la densidad del mensaje de estas páginas, hemos decidido fraccionar el texto en porciones más pequeñas de lo que es habitual en esta obra, siguiendo ―con algunas modificaciones― la división propuesta por Osborn-Hatton. Esto permite realizar un análisis más detallado de cada sección y ser más cuidadoso en el trabajo de traducción. Distinguimos, entonces, tres partes, que a su vez se subdividen en unidades menores:

1. El pueblo rompe el pacto (Éxo 32:1-35)

a. El becerro de oro (Éxo 32:1-6)

b. El enojo de Dios (Éxo 32:7-14)

c. Las tablas rotas (Éxo 32:15-20)

d. Las excusas de Aarón (Éxo 32:21-24)

e. El castigo de los idólatras (Éxo 32:25-29)

f. Moisés intercede por el pueblo (Éxo 32:30-35)

2. Dios promete renovar el pacto (Éxo 33:1-23)

a. Dios ordena seguir la marcha (Éxo 33:1-6)

b. La Tienda del encuentro (Éxo 33:7-11)

c. Diálogo de Moisés con Dios (Éxo 33:12-23)

3. Dios renueva el pacto (Éxo 34:1-35)

a. Las tablas nuevas (Éxo 34:1-4)

b. Dios se presenta a Moisés (Éxo 34:5-9)

c. Otro decálogo (Éxo 34:10-28)

d. Moisés desciende del monte (Éxo 34:29-35)

En este esquema, debe observarse cómo se va desde la idolatría, una acción decidida por el pueblo, hasta la renovación del pacto, una iniciativa propia de Dios. Se reemplaza las tablas quebradas por Moisés por nuevas tablas, en las que Dios ―lejos de expresar venganza― invita al pueblo a continuar el camino con el propósito de cumplir sus promesas.

Esta narración está muy bien construida y tiene una estructura compleja, en la que se cruzan diversos ejes temáticos. Se debe tener en cuenta dos de dichos ejes en el momento de comprender estas páginas. Hay una sucesión de ascensos y descensos alternativos de Moisés al monte:

Moisés baja del monte con las tablas Éxo 32:15

Moisés sube al monte a interceder Éxo 32:30-31

Moisés baja (implícito) Éxo 32:35

Moisés sube con las tablas nuevas Éxo 34:4

Moisés baja definitivamente con las

nuevas tablas escritas Éxo 34:29

Cada escena supone un caminar ascendente de Moisés hacia Dios, o descendente, hacia el pueblo. Él es quien lleva y trae el mensaje para el pueblo y actúa de intermediario entre la voluntad de Dios y la gente.

Otro eje temático que se cruza con el anterior es el referente a los diálogos de Moisés con Dios, que se alternan en cuanto a quién inicia cada diálogo. Se puede describir diversas estructuras de dichos diálogos, según dónde se haga los cortes. Ofrecemos a continuación una división en seis diálogos:

1. De Dios a Moisés Éxo 32:7-14

2. De Moisés a Dios Éxo 32:30-35

3. De Dios a Moisés Éxo 33:1-6

4. De Moisés a Dios Éxo 33:12-22

5. De Dios a Moisés Éxo 34:1-5

6. De Moisés a Dios Éxo 34:5-27

Es para resaltar que la serie de diálogos comience con la iniciativa de Dios, quien ordena a Moisés descender del monte, y finalice con la entrega de una nueva alianza (Éxo 34:10). Dios es quien abre el diálogo, y al final, quien lo cierra.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

3. Dios renueva el pacto (Éxo 34:1-35)

Análisis de discurso

En esta unidad se desarrolla la renovación del pacto que había sido quebrado por la adoración del becerro. Se narra este nuevo pacto evocando las condiciones del primero y reproduciendo muchos de sus elementos: habrá nuevas tablas grabadas y el contenido de las mismas será señalado como similar al de las primeras. Se reproduce también el escenario: se indica que Moisés debe ir de mañana (ver Éxo 19:11, Éxo 19:15), que nadie debe ascender con él (Éxo 19:12-13), y que el Señor vuelve a descender sobre la cima del monte. La intención es mostrar que no es un pacto distinto, sino la confirmación del anterior.

a. Tablas nuevas (Éxo 34:1-4)

Dios da instrucciones a Moisés de preparar dos tablas similares a las primeras. Nótese que éstas son talladas por Moisés, mientras que se asumía que las anteriores habían sido entregadas por Dios mismo.

TÍTULO: Sugerimos seguir el título de RV95.

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Prepara: Ni RV95 ni TLA («tráeme») traducen bien el verbo hebreo, que significa “tallar”, “labrar”, “esculpir”. Debe seguirse alguna de las siguientes versiones: «Labra dos tablas» (NVI, BJ, NBE) o «corta tu mismo» (DHH).

Como las primeras: Es literal y correcto. Una alternativa es «semejantes a las primeras» (NVI).

Que quebraste: El verbo hebreo significa “romper en partes”. DHH propone «que hiciste pedazos». Se puede utilizar cualquiera de las dos versiones.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Éxo 32:19; Deu 9:17.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— dos losas: A diferencia de las losas mencionadas en Éxo 32:16, estas nuevas losas ya no proceden del mismo Dios, sino que será Moisés quien las talle y el Señor escribirá en ellas de nuevo. Con ellas se renueva la alianza quebrantada.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

34.6, 7 Moisés había pedido ver la gloria de Dios (33.18), y esta fue la respuesta de Dios. ¿Qué es la gloria de Dios? Es su carácter, su naturaleza, su manera de relacionarse con sus criaturas. Nótese que Dios no dio a Moisés una visión de su poder y majestad, sino más bien de su amor. La gloria de Dios se revela en su misericordia, su gracia, su compasión, su fidelidad, su perdón y su justicia. El amor y la misericordia de Dios son verdaderamente maravillosos y nos beneficiamos de ellos. Podemos responder y dar gloria a Dios cuando nuestros caracteres se asemejan al de El.34.7 ¿Por qué el pecado podría afectar a los nietos y biznietos? Este no es un castigo arbitrario. Los hijos seguirían sufriendo debido a los pecados de los padres. Por ejemplo, considere el maltrato a los niños o el alcoholismo. Aunque estos son obvios, los pecados tales como el egoísmo y la codicia pueden transmitirse de la misma manera. Las consecuencias terribles del pecado no están limitadas a un miembro de la familia. Cuídese de no tratar al pecado de manera indiferente, arrepiéntase y apártese de él. Puede que ahora sienta un poco de dolor, pero más tarde el pecado puede cobrárselo en una de las áreas más sensibles de su vida: sus hijos y sus nietos.34.12-14 Dios dijo a los israelitas que no se comprometieran con la gente pecaminosa que los rodeaba, sino que entregaran su lealtad absoluta y exclusiva devoción a El. La adoración pagana simplemente no puede ser mezclada con la adoración al Dios santo. Como puntualizó Jesús: «Ningún siervo puede servir a dos señores[…] No podéis servir a Dios y a las riquezas (Luk 16:13). El amor al dinero es el dios de este siglo y muchos cristianos intentan hacer un trato con este dios esclavizante. ¿Está usted tratando de adorar a dos dioses al mismo tiempo? ¿Dónde está su verdadera lealtad?34.13 Las imágenes de Asera eran postes de madera levantados junto al altar de Baal (véase Jdg 6:25). Asera era la diosa consorte (esposa) de Baal. Representaba la buena suerte en la agricultura y la fertilidad.34.18 El mes de Abib corresponde al final de marzo y al comienzo de abril.34.28-35 El rostro de Moisés resplandecía después de haber estado con Dios. El pueblo podía ver con claridad la presencia de Dios reflejada en él. ¿Cuánto tiempo pasa a solas con Dios? Aun cuando su rostro no ilumine una habitación, los momentos de oración, la lectura de la Biblia y la meditación deben tener tal efecto en su vida que la gente pueda notar que ha estado con Dios.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) O: “los mandatos”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1488 Deu 10:1

b 1489 Deu 9:10; 2Co 3:3

c 1490 Éxo 32:19; Deu 9:17

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

[1] Deut 10, 1.[7] Deut 5, 9-10; Jer 32, 18; Sal 143 (142), 2.[10] Deut 5, 2; Jer 32, 40.[15] Ex 23, 32; Deut 7, 2.[16] 1 Re 11, 2; Deut 7, 3.[19] Ex 13, 2-12; 22, 29.[22] Ex 23, 15.[23] Ex 23, 17; Deut 16, 16.[25] Ex 23, 18.[26] Ex 23, 19; Deut 14, 21.[28] Ex 24, 18.[33] 2 Cor 3.

Fuente: Notas Torres Amat