Comentario de 1 Juan 4:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne procede de Dios,
4:2 — Considérese el versículo 3 juntamente con éste. Tenemos que guardar en mente que Juan en esta epístola está tratando el problema que, en el tiempo de escribirla, confrontaba la iglesia. Los gnósticos negaban o la humanidad de Cristo, o la deidad de Jesús de Nazaret. Véase Introd. VI, VII, VIII. No habla de la prueba de cualquier maestro de cualquier época y con cualquier doctrina. Negar la humanidad y la deidad de Jesucristo era señal de la falsedad del profeta, mientras que confesarlas era indicación de que era de Dios. (El simple hecho de que alguno de hoy en día admita el hecho de la deidad de Jesús no prueba que es de la verdad en sus demás reclamaciones religiosas).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
todo espíritu. 1Jn 5:1; Jua 16:13-15; 1Co 12:3.
Jesucristo ha venido en carne. 3Jn 1:14; 1Ti 3:16.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
En esto conoced: Una prueba de si el Espíritu Santo conduce a una persona es si las creencias de esa persona concuerdan con la verdad de la Palabra de Dios (1Jn 2:22; 1Co 12:3).
Jesucristo ha venido en carne: Parece que esta prueba está dirigida a los docetistas. Ellos enseñan que Cristo no tenía un cuerpo físico. La prueba también puede estar dirigida a los seguidores de Cerinto, quien decía que Jesús y «el Cristo» eran dos entes separados, uno físico y el otro espiritual. En esta carta, Juan tiene cuidado de usar el nombre y título de Jesucristo juntos para expresar claramente la completa unión de los dos nombres en una sola persona.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
JESUCRISTO HA VENIDO EN CARNE. El liberalismo teológico y las sectas religiosas se revelan como «anticristo» (v. 1Jn 4:3) cuando niegan la plena deidad de Jesucristo (véase Jua 1:1, nota), su nacimiento virginal (véase Mat 1:23, nota), o su muerte redentora y su resurrección para la salvación de los que creen en El (vv. 1Jn 4:9-10; 1Jn 2:2; véase el ARTÍCULO TERMINOS BIBLICOS DE LA SALVACION, P. 1572. [Rom 1:16]). Todo alejamiento de la revelación bíblica acerca de Cristo da cabida a los espíritus demoniacos de engaño (v. 1Jn 4:1) porque pone a un lado la autoridad y la infalibilidad de la Palabra de Dios (véanse 2Pe 1:3, nota, y el ARTÍCULO LA INSPIRACION Y LA AUTORIDAD DE LA BIBLIA, P. 1756. [2Ti 3:16-17]).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
En esto conoced el Espíritu de Dios. Juan presenta una vara de medición para determinar si el propagador del mensaje es un espíritu diabólico o el Espíritu Santo. Jesucristo ha venido en carne. En esto consiste la prueba del maestro verdadero: Reconoce y proclama que Jesús es Dios encarnado o manifestado en carne humana. La construcción del original griego no significa que confiesen la venida de Cristo a la tierra, sino que Él vino en carne humana a la tierra, esto es, su cuerpo humano fue físicamente real. Tanto la humanidad como la deidad plenas de Jesús deben ser defendidas en la misma medida por todo maestro que pueda considerarse genuino y perteneciente al Espíritu de Dios. El Espíritu Santo testifica sobre la naturaleza verdadera del Hijo, mientras que Satanás y sus fuerzas distorsionan y niegan esa naturaleza verdadera. Juan acentúa la importancia crucial de la doctrina sana que está expresada en la Palabra de Dios como el único parámetro absoluto y confiable (cp. Isa 8:20).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
4:2 — Considérese el versículo 3 juntamente con éste.
Tenemos que guardar en mente que Juan en esta epístola está tratando el problema que, en el tiempo de escribirla, confrontaba la iglesia. Los gnósticos negaban o la humanidad de Cristo, o la deidad de Jesús de Nazaret. Véase Introd. VI, VII, VIII. No habla de la prueba de cualquier maestro de cualquier época y con cualquier doctrina. Negar la humanidad y la deidad de Jesucristo era señal de la falsedad del profeta, mientras que confesarlas era indicación de que era de Dios. (El simple hecho de que alguno de hoy en día admita el hecho de la deidad de Jesús no prueba que es de la verdad en sus demás reclamaciones religiosas).
— “En esto conoced el Espíritu de Dios:” En esto de probar los espíritus (versículo l), y considerar su confesión respecto a Cristo Jesús (versículo 2), el cristiano sabe si el Espíritu de Dios guía al espíritu del individuo a confesar la humanidad y deidad de Cristo. Dios es la fuente (“es de Dios”, dice este versículo) de esta reclamación y doctrina.
— “Todo espíritu” = todo maestro religioso (véase el versículo 1, comentarios), cuyo espíritu es empleado o movido por el Espíritu Santo (o por el maligno, según el caso).
— “que confiesa que Jesucristo ha venido en carne,” Véanse Jua 1:14; Rom 1:3; Gál 4:4; Col 2:9; Heb 2:14. No entró Cristo en el cuerpo existente de Jesús, hijo de José y María, según afirmaba Cerinto, sino ¡se hizo carne! Su modo de existencia entre nosotros era “en carne.”
El verbo “ha venido” es del tiempo perfecto en el griego, e indica acción en el pasado con consecuencias presentes. La encarnación de Dios, con sus bendiciones subsecuentes, es la base de la iglesia (Mat 16:13-18). Los gnósticos (como también los modernistas de hoy en día) negaban esa verdad básica y así probaban que eran falsos. Para los gnósticos la carne era mala de por sí, y por eso no podía encarnar el espíritu, decían ellos. Negaban terminantemente la encarnación de Cristo.
La “confesión” aquí referida es la de una verdad doctrinal (2:23; 4:15; 2Jn 1:10).
— “es de Dios;” = tiene a Dios como fuente de doctrina. Compárese 1Co 12:2-3. Además “es de Dios” en cuanto a relación. Compárense 2:16,19, 3:10; 5:1; Jua 8:47.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA HEREJÍA CAPITAL
1 Juan 4:2-3
Así es como reconoceréis el espíritu que procede de Dios: todo espíritu que reconoce abiertamente que Jesús ha venido en la carne y es el Mesías, procede de Dios. Y todo espíritu que es tal que no hace esta confesión acerca de Jesús, no procede de Dios; y este es el espíritu del Anticristo, acerca del cual habéis oído que había de venir, y que ahora ya está presente en el mundo.
Para Juan, la fe cristiana se podía resumir en una sola frase: » La Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros» (Jn 1:14 ). Cualquier espíritu que negara la realidad de la Encarnación, no procedía de Dios. Juan establece dos pruebas de fe.
(i) Para que se vea que es de Dios, un espíritu debe reconocer que Jesús es el Cristo, el Mesías. Según lo veía Juan, el negarlo sería negar tres cosas acerca de Jesús. (a) Sería negar que Él es el centro de la Historia, Aquel para quien toda la Historia anterior había sido una preparación. (b) Sería negar que Él es el cumplimiento de las promesas de Dios. A lo largo de todas sus luchas y sus derrotas, los judíos se habían adherido a las promesas de Dios. Negar que Jesús es el Mesías prometido es negar que esas promesas sean verdad.- (c) Sería negar Su Reino. Jesús vino, no sólo a sacrificarse, sino a reinar; y negar Su mesiazgo es excluirle de Su realeza esencial.
(ii) Para proceder de Dios un espíritu debía reconocer que Jesús ha venido en la carne. Era precisamente esto lo que los gnósticos no podrían aceptar nunca. Puesto que, según su punto de vista, la materia era totalmente mala, una Encarnación real era totalmente imposible, porque Dios nunca podría asumir la carne. Agustín habría de decir más tarde que podría encontrar paralelos en los filósofos paganos para todo lo del Nuevo Testamento excepto una cosa: » El Logos Se hizo carne.» De acuerdo con el punto de vista de Juan, el negar la completa humanidad de Jesucristo era atacar la fe cristiana en sus mismas raíces.
El negar la realidad de la Encarnación tiene ciertas consecuencias definidas.
(i) Es negar que Jesús pudiera ser nunca nuestro ejemplo. Si no era realmente un hombre, viviendo en las mismas condiciones humanas, no podría nunca mostrar a los hombres cómo vivir.
(ii) Es negar que Jesús pudiera ser el Sumo Sacerdote Que abre el acceso a Dios. El verdadero Sumo Sacerdote, como vio el autor de la Carta a los Hebreos, debía ser en todas las cosas semejante a nosotros, conociendo nuestras debilidades y nuestras tentaciones (He 4:14 s). Para guiar a los hombres a Dios, el Sumo Sacerdote debía ser un hombre; porque, de otra manera, les indicaría un camino que les sería imposible seguir.
(iü) Es negar que Jesús fuera, en ningún sentido real, el Salvador. Para salvar a los hombres tenía que identificarse con los que había venido a salvar.
(iv) Es negar la salvación del cuerpo. La enseñanza cristiana es totalmente clara en que la Salvación es la Salvación de toda la persona, del cuerpo tanto como del alma. El negar la Encarnación es negar la posibilidad de que el cuerpo pueda nunca llegar a ser el templo del Espíritu Santo.
(v) Con mucho lo más serio y terrible es que sería negar que pueda nunca haber ninguna unión real entre Dios y el hombre. Si el Espíritu es totalmente bueno y el cuerpo es totalmente malo, Dios y el hombre no se pueden encontrar nunca mientras el hombre siga siendo hombre. Se podrían encontrar si el hombre se desprendiera del cuerpo y se convirtiera en un espíritu desencarnado. Pero la gran verdad de la Encarnación es que aquí y ahora puede haber una comunión real entre Dios y el hombre.
No hay nada en el Cristianismo que sea más central que la realidad de la humanidad de Jesucristo.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
REFERENCIAS CRUZADAS
d 176 2Ti 3:16; Rev 22:6
e 177 Jua 1:14; 1Co 12:3; Rev 19:10
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
ha venido en carne. Los falsos profetas negaban la humanidad de Cristo (cp. Jn 1:14).
Fuente: La Biblia de las Américas
2 (1) El espíritu de un profeta genuino, motivado por el Espíritu Santo, el Espíritu de verdad; tal espíritu confiesa la concepción divina de Jesús, afirmando que El nació como Hijo de Dios. Todo espíritu que obre así sin duda es de Dios. En esto conocemos el Espíritu de Dios.
2 (2) Jesús fue concebido del Espíritu ( Mat_1:18). Confesar que Jesús vino en la carne equivale a confesar que El fue concebido divinamente para nacer como Hijo de Dios ( Luc_1:31-35). Puesto que El fue concebido del Espíritu para nacer en la carne, el Espíritu jamás negaría que Jesús ha venido en la carne por la concepción divina.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
es… Otra traducción posible: procede.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R1123 El tiempo perfecto expresa aquí la idea de un estado perfeccionado.
B460 El participio sustantival forma una parte del objeto del verbo, equivale a una cláusula de discurso indirecto, con el resultante significado: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne es de Dios (comp. 3Jn 1:4).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, procede