Comentario de Judas 1:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago; a los llamados, amados en Dios Padre y guardados en Jesucristo:

v. 1 — «Judas». En cuanto a cuál Judas es éste, véase INTRODUCCIÓN, I. Este nombre significa «el renombrado, el alabado». Era nombre común entre los judíos.

«siervo de Jesucristo». La palabra «siervo» (doulos) significa «esclavo», pero uno que de buena voluntad se rinde completamente al servicio de su maestro. Pablo, Pedro, y Santiago emplean este término (Rom 1:1; Flp 1:1; Tit 1:1; Stg 1:1; 2Pe 1:1).

«hermano de Jacobo». En cuanto a cuál Jacobo es éste, véase INTRODUCCIÓN, I.

«a los llamados», a los cristianos, pues, porque los cristianos son quienes han sido llamados por el evangelio (2Ts 2:14) predicado (Mar 16:15-16). Son llamados a andar conforme a la vocación que es una (Efe 4:1; Efe 4:4), y son llamados de las tinieblas a su luz admirable (1Pe 2:9).

«santificados en Dios Padre». La Versión Moderna y la Versión Hispanoamericana dicen «amados en Dios Padre», que es según el texto griego de Westcott-Hort. El amor de Dios (Jua 3:16; Rom 5:8; 1Jn 4:7-21) es la razón de por qué hay cristianos (llamados) en este mundo. Ser santificado es ser apartado por el evangelio al servicio de Dios.

«guardados en Jesucristo». El cristiano es guardado de la impiedad y mundanalidad por medio de su vida de piedad y espiritualidad. El ser guardado es condicional, no incondicional. Este versículo no enseña la doctrina de la imposibilidad de apostasía. Muy al contrario, Judas da ejemplos de la caída de salvos (los versículos 5 y 6) y exhorta a edificarse sobre su fe (el versículo 20), y conservarse en el amor de Dios (el versículo 21). 1Pe 1:5 enseña la parte de Dios y la humana en cuanto a ser guardados. La palabra «guardados» en el versículo 1 es la misma que en el versículo 21 dice «conservaos». Así es que Dios nos guarda porque nos guardamos (hacemos nuestra parte en la vida de justicia).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

El autor les exhorta a ser constantes en la profesión de la fe, Jud 1:1-3.

los falsos maestros se han infiltrado para seducirlos, por cuya mala doctrina y conducta el castigo divino está preparado, Jud 1:4-19;

mientras que, los piadosos, con el auxilio del Espíritu Santo, y oraciones a Dios, pueden perseverar, y crecer en gracia, ser guardados, y rescatar a otros de las trampas de los engañadores, Jud 1:20-25.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Año 66 d.C.,.

Judas (Lebeo, Tadeo). Mat 10:3; Mar 3:18; Luc 6:16; Jua 14:22; Hch 1:13.

siervo de Jesucristo. Jua 12:26; Hch 27:23; Rom 1:1; Rom 6:22; Rom 16:18; Stg 1:1; 2Pe 1:1.

a los llamados. Rom 8:30; Rom 9:24; 1Ts 2:12; 2Ts 2:13, 2Ts 2:14; 2Ti 1:9; Heb 3:1; 1Pe 2:9; 1Pe 5:10.

santificados en Dios Padre. Jua 15:16; Jua 17:17, Jua 17:19; Hch 20:32; 1Co 1:2; 1Co 6:11; Efe 5:26; 1Ts 5:23; 1Pe 1:2.

guardados en Jesucristo. Jua 6:39; Jua 10:28-30; Jua 17:11, Jua 17:12, Jua 17:15; 2Ti 4:18; 1Pe 1:5.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

RESUMEN DE JUDAS

San Judas, dice Orígenes, ha escrito una Epístola en algunas líneas, pero llena de vigorosas expresiones de gracia celestial: Ιουδας [G2455], ��� [G3303], εγραψεν επιστολην ολιγοστιχον μεν [G3303], ������������ �� [G1161], ουρανιου χαριτος ερρωμενων λογων.

Representa brevemente y por la fuerza las detestables doctrinas y prácticas de ciertos falsos maestros, que generalmente se supone que son los gnósticos impuros, los nicolaítas y seguidores de Simón el Mago; y reprueba a estos libertinos pervertidores de sólidos principios y patronos de lascivia, con una santa indignación y justa severidad; mientras que al mismo tiempo exhorta a todos los santos cristianos, con genuina caridad apostólica, a tener compasión tierna de estos infelices ilusos y a esforzarse vigorosamente por rescatarlos de los caminos del infierno, y arrancarlos como las marcas del fuego. Hay una gran similitud en el sentimiento y el estilo entre esta Epístola y el segundo capítulo de la segunda Epístola de Pedro. Ambos escritores son casi iguales en vehemencia y santa indignación contra la impudicia y la lujuria, y en contra de aquellos que socavan insidiosamente la castidad, la pureza y los principios sólidos.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

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POCOS LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO TIENEN MÁS QUE DECIR A nuestra generación que la epístola de Judas. Los que tergiversan la fe hallarán desagradable el libro debido a sus advertencias y a su posición intransigente contra los que desertan de la verdad de Jesucristo. Pero a los que se acercan al libro con un corazón receptivo, las palabras de Judas hablan con tanta claridad y energía hoy como lo hicieron hace dos mil años.

Esta pequeña epístola impresiona a la imaginación con sus vívidas representaciones de los falsos maestros. El autor capta nuestra atención con su llamado a defender la fe y crecer en la gracia. El enfoque principal del libro está en la fe, los creyentes y Dios; no en los errores ni en el carácter de los herejes. Es notable que con todas las categóricas descripciones de los falsos maestros, Judas no nos dé un mandamiento de confrontarlos (sólo evitar a los que causan tropiezos) ni un plan de acción disciplinaria. Simplemente indica que están bajo la condenación de Dios.

La forma literaria de Judas es el estilo común de correspondencia de sus días. La carta se inicia con el nombre del autor, una descripción de los destinatarios, y un deseo convencional de que estén bien. Sin embargo, como las demás epístolas del NT.la elocuencia y la profundidad del pensamiento se elevan muy por encima de las cartas normales de negocios o personales. Judas llega prontamente a su punto. No contento con sólo denunciar el error, exhorta enérgicamente a sus lectores y concluye con una bendición verdaderamente elocuente.

Desde su oración inicial, el autor ataca el error, amenaza con el juicio y estimula la santidad. La descripción de los errores de los falsos maestros es poética en sus imágenes (vv. Jud 1:12, Jud 1:13). A Judas le gusta ordenar su pensamiento en grupos de a tres. En el v. Jud 1:1 los cristianos son «llamados, santificados, y guardados»; en el v. Jud 1:2 el autor desea para sus lectores «misericordia, paz y amor»; en los vv. Jud 1:5-7 hay tres ilustraciones del AT. del pecado y del juicio; en el v. Jud 1:8 se describe a los falsos maestros como que «mancillan la carne, rechazan la autoridad, y blasfeman de las potestades superiores»; en el v.Jud 1:11 hay tres ejemplos de rebelión: Caín, Balaam y Coré. Toda esta prosa persuasiva resulta en una enérgica exhortación a los files para «que contendáis ardientemente por la fe» (v. Jud 1:3).

Las obvias similitudes entre Judas y 2Pe 2:1-22 parecen mostrar que uno se apoyó en el otro. El vocabulario de los dos libros es similar; ambos libros usan el AT. para sus ilustraciones, y ninguno lo cita directamente. Los libros tratan situaciones similares, aunque su enfoque es diferente. Pedro parece esperar dificultades con los falsos maestros (en 2Pe 2:1-3 se usa el tiempo futuro), mientras Judas usa el tiempo pasado para describir la situación (v. Jud 1:4). Por otra parte, debido al lenguaje más preciso de Judas, muchos especialistas creen que Judas fue el primero y que Pedro tomó material de él, pero no se puede estar seguro de esto.

El autor de esta epístola se hace llamar Judas, y no hay razón para pensar que se trate de un seudónimo. Hay seis individuos llamados Judas en el NT. pero sólo dos son probables autores de este libro:

(1) el apóstol Judas (Luc 6:16; Hch 1:13), que probablemente sea el Tadeo de Mat 10:3; (Mat 10:2) Judas, hermano de Jacobo y medio hermano de Jesús. Los hermanos de Jesús se nombran en Mat 13:55 como «Jacobo, Simón, José y Judas».

Puesto que el autor no reclama autoridad apostólica, y dado que el v. Jud 1:17 indica que los apóstoles son un grupo que no incluye al autor, quedamos con el segundo candidato: Judas, el hermano del Señor y de Jacobo. Esta identificación la confirman la referencia del autor a su hermano Jacobo (v. Jud 1:1) y una referencia en una carta de Clemente de Alejandría (alrededor de los años 153-217 d.C.

Podríamos preguntarnos por qué Judas no afirma que es hermano de Jesús, pero sus primeros lectores debían saberlo. Además, ya en los años siguientes a la resurrección, hubo supersticiones en torno a la «sagrada familia» que Judas pudo querer eludir.

Aunque es imposible fijar la fecha en la cual se escribió Judas, es probable que fuera entre los años 60 y 64 d.C. Es casi seguro que se escribió antes del año 70 d.C. puesto que Judas no hace referencia alguna a la caída de Jerusalén el año 70 d.C. Si se hubiera escrito después de esa fecha, sin duda mencionaría el evento, puesto que serviría de ejemplo del juicio de Dios.

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Bosquejo

I. Introducción: la posición del creyente Jud 1:1Jud 1:2

II. El peligro presente de los falsos maestros Jud 1:3, Jud 1:4

III. El juicio de Dios sobre el pecado Jud 1:5-7

IV. La impiedad de los falsos maestros Jud 1:8-16

A. Oposición a la autoridad Jud 1:8-10

B. Variedad de los pecados que practican Jud 1:11-13

C. El justo juicio contra ellos Jud 1:14-16

V. Llamado a los cristianos a mantenerse alerta Jud 1:17-23

A. Prestar atención a las palabras de los apóstoles Jud 1:17, Jud 1:18

B. Tener cuidado con los herejes Jud 1:19

C. Crecer en la gracia Jud 1:20, Jud 1:21

D. Cuidar a los demás Jud 1:22, Jud 1:23

V. Doxología Jud 1:24, Jud 1:25

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

En lugar de hacer alarde de su honroso parentesco como medio hermano de Jesús, Judas se llama siervo del Hijo de Dios. Básicamente había dos tipos de esclavos en el mundo romano. Se llegaba a ser esclavo por la fuerza o por decisión personal. Este último unía al esclavo con su amo para toda la vida. Esto describe el tipo de siervo que era Judas.

llamados: Esta es la primera descripción de los lectores de Judas: habían sido elegidos por Dios para ser sus representantes en el mundo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Introducción a Judas

Bosquejo

Saludos (Jud 1:1-2)

I. La razón porque fue escrita esta epístola (Jud 1:3-4)

II. Desenmascarando a los falsos maestros (Jud 1:5-16)

A. Ejemplos de su condenación en el pasado (Jud 1:5-7)

1. La experiencia de Israel (Jud 1:5)

2. La experiencia de los ángeles rebeldes e infieles (Jud 1:6)

3. La experiencia de Sodoma y Gomorra (Jud 1:7)

B. Su descripción en la actualidad (Jud 1:8-16)

1. Los insultos (Jud 1:8-10)

2. El carácter impío (Jud 1:11)

3. La conducta culpable (Jud 1:12-16)

III. Exhortación a los verdaderos creyentes (Jud 1:17-23)

A. Recordar las predicciones de los apóstoles (Jud 1:17-19)

B. Mantenerse en el amor de Dios (Jud 1:20-21)

C. Tratar a los demás con misericordia y con cautela (Jud 1:22-23)

Doxología (Jud 1:24-25)

Autor : Judas

Tema : Contender por la fe

Fecha : 70-80 d.C.

Trasfondo

Judas se identifica solo como el «hermano de Jacobo» (v. Jud 1:1). Los únicos hermanos en el NT que se llaman Judas y Jacobo son los medios hermanos de Jesús (Mat 13:55; Mar 6:3). Tal vez Judas menciono a Jacobo porque la importancia de su hermano por ser dirigente de la iglesia de Jerusalén serviría para aclarar su propia identidad y autoridad.

Esta breve pero severa epístola se escribió contra los falsos maestros que eran antinomianos flagrantes (i.e., ensenaban que la salvación por gracia les permitía pecar sin ser condenados) y negaban con desdén la revelación apostólica original de la persona y la naturaleza de Jesucristo (v. Jud 1:4). De ese modo dividían a las iglesias en cuanto a la fe (vv. Jud 1:19; Jud 1:22) y la conducta (vv. Jud 1:4; Jud 1:8; Jud 1:16). Judas describe a esos hombres sin principios como «impíos» (v. Jud 1:15) que «no tienen al Espíritu» (v. Jud 1:19).

La probable relación entre Judas y 2Pe 2:1-22; 2Pe 3:1-4 tiene que ver con la fecha en que se escribió la epístola de Judas. Es probable que Judas conociera la segunda epístola de Pedro (vv. Jud 1:17-18) y, por lo tanto, escribió después de Pedro, es decir, entre 70 y 80 d.C. No se identifica con claridad a los destinatarios; pero pudieran haber sido los mismos a quienes se dirigió la segunda epístola de Pedro (véase introducción a 2 Pedro).

Propósito

Judas escribió esta epístola para

(1) advertir con urgencia a los creyentes acerca de la seria amenaza de los falsos maestros y su influencia subversiva dentro de las iglesias, y

(2) exhortar a todos los verdaderos creyentes a que luchen «por la fe que ha sido una vez dada a los santos» (v. Jud 1:3).

Visión panorámica

Después de sus saludos (vv. Jud 1:1-2), Judas revela que su intención original era escribir acerca de la naturaleza de la salvación (v. Jud 1:3). Sin embargo, se vio obligado más bien a escribir esta epístola debido a los maestros apostatas, que pervertían la gracia de Dios, y así socavaban la verdad y la justicia en las iglesias (v. Jud 1:4). Judas los acusa de impureza sexual (vv. Jud 1:4; Jud 1:8; Jud 1:16; Jud 1:18), de acomodo como Caín (v. Jud 1:11), de avaricia como Balaam (v. Jud 1:11), de rebeldía como Coré (v. Jud 1:11), de arrogancia (vv. Jud 1:8; Jud 1:16), de engaño (vv. Jud 1:4; Jud 1:12), de sensualidad (v. Jud 1:19) y de divisionismo (v. Jud 1:19). Declara la certeza del juicio de Dios sobre todos los que cometen tales pecados y da seis ejemplos del AT (vv. Jud 1:5-11). Las doce características de su vida revelan cuanto merecen la ira de Dios (vv. Jud 1:12-16). Se exhorta a los creyentes a cuidarse y a tener compasión con cautela de los que dudan (vv. Jud 1:20-23). Judas concluye con un crescendo de inspiración en su bendición (vv. Jud 1:24-25).

Características especiales

Son cuatro las principales características de esta epístola:

(1) Contiene la denuncia más directa y enérgica del NT contra los falsos maestros. Destaca para todas las generaciones la gravedad de la amenaza que siempre la falsa enseñanza presenta para la fe genuina y la vida santa.

(2) Demuestra una preferencia de los ejemplos en series de a tres: e.g., tres juicios del AT (vv. Jud 1:5-7), una descripción triple de los falsos maestros (v. Jud 1:8) y tres impíos del AT (v. Jud 1:11).

(3) Bajo la plena influencia del Espíritu Santo, Judas se refiere con libertad a las fuentes escritas:

(a) Escrituras del AT (vv. Jud 1:5-7; Jud 1:11),

(b) tradiciones judías (vv. Jud 1:9; Jud 1:14-15) y

(c) 2 Pedro, cita directa de 1Pe 3:3, la cual reconoce que es de los apóstoles (vv. Jud 1:17-18).

(4) Contiene la más majestuosa bendición del NT.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

La Epístola de Judas

Título

Judas, que se traduce «Judá» en hebreo y «Judas» en griego, fue titulada de acuerdo al nombre de su autor (v. Jud 1:1), uno de los cuatro medio-hermanos de Cristo (Mat 13:55; Mar 6:3). Como el cuarto libro más corto del NT (Flm., 2 Jn., y 3 Jn. son más cortos), Judas es la última de ocho epístolas generales. Judas no cita el AT directamente, pero hay por lo menos nueve referencias obvias al mismo. Contextualmente, este «sermón epistolar» podría ser llamado «Los hechos de los apóstatas».

Autor y fecha

Aunque Judas era un nombre común en Palestina (por lo menos ocho son nombrados en el NT), el autor de Judas generalmente ha sido aceptado como Judas, el medio-hermano de Cristo. Se debe diferenciar del apóstol Judas, el hermano de Jacobo (Luc 6:16; Hch 1:13). Varias líneas de pensamiento llevan a esta conclusión: 1) la apelación de Judas a ser el «hermano de Jacobo», el líder del Concilio de Jerusalén (Hch 15:1-41) y otro medio-hermano de Jesús (v. Jud 1:1; cp. Gál 1:19); 2) la salutación de Judas es similar a la de Santiago (cp. Stg 1:1); y 3) el hecho de que Judas no se identifica a sí mismo como apóstol (v. Jud 1:10), sino que más bien se distingue entre sí mismo y los apóstoles (v. Jud 1:17).

La apostasía doctrinal y moral discutida possssr Judas (vv. Jud 1:4-18) es un paralelo cercano de la de (2Pe 2:1-22; 2Pe 3:1-4), y se cree que la escritura de Pedro estableció la fecha de Judas por varias razones: 1) 2 Pedro espera la venida de los falsos maestros (2Pe 2:1-2; 2Pe 3:3); mientras que Judas lidia con su llegada (vv. Jud 1:4; Jud 1:11-12; Jud 1:17-18); y 2) Judas cita directamente de 2Pe 3:3 y reconoce que es de un apóstol (vv. Jud 1:17-18). Debido a que no se hizo mención alguna de la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C. por parte de Judas, aunque es muy probable que Judas vino después de 2 Pedro (ca. 68 70 d.C.), fue casi ciertamente escrita antes de la destrucción de Jerusalén. Aunque Judas no viajó en viajes misioneros con otros hermanos y sus esposas (1Co 9:5), es muy probable que escribió desde Jerusalén. La audiencia exacta de creyentes con quienes Judas mantuvo correspondencia es desconocida, pero parece ser judía a la luz de las ilustraciones de Judas. Sin duda alguna escribió a una región recientemente plagada por falsos maestros.

Aunque Judas había rechazado a Jesús como el Mesías en el pasado (Jua 7:1-9), él, junto con otros medio hermanos de nuestro Señor, se convirtió después de la resurrección de Cristo (Hch 1:14). Debido a su relación con Jesús, su conocimiento como testigo ocular del Cristo resucitado y el contenido de esta epístola, fue reconocida como inspirada y fue incluida en el canon muratorio (170 d.C.). Las preguntas antiguas acerca de su canonicidad también tienden a apoyar que fue escrita después de 2 Pedro. Si Pedro hubiera citado a Judas, no habría habido pregunta alguna acerca de la canonicidad, debido a que Pedro entonces le habría dado a Judas afirmación apostólica. Clemente de Roma (ca. 96 d.C.) y Clemente de Alejandría (ca. 200 d.C.) también hicieron referencia a la autenticidad de Judas. Su tamaño diminuto y las citas de Judas de escritos no inspirados, responden a cualquier pregunta no apropiada acerca de su canonicidad.

Contexto histórico

Judas vivió en un tiempo en el que el cristianismo estaba bajo ataque político severo por parte de Roma y la infiltración espiritual agresiva por parte de apóstatas parecidos a gnósticos y libertinos que sembraban la semilla para una cosecha gigantesca de error doctrinal. Podría ser que este fue el precursor del gnosticismo abierto el cual el apóstol Juan confrontaría más de veinticinco años más tarde en sus epístolas. A excepción de Juan, quien vivió al cierre del siglo, todos los demás apóstoles habían sido martirizados, y se pensaba que el cristianismo fuera extremadamente vulnerable. De esta manera, Judas llamó a la iglesia a pelear, en medio de una intensa batalla espiritual, por la verdad.

Temas históricos y teológicos

Judas es el único libro del NT enfocado exclusivamente a confrontar la «apostasía», lo cual quiere decir deserción de la fe bíblica verdadera (vv. Jud 1:3; Jud 1:17). Los apóstatas son descritos en otros lugares en 2Ts 2:10; Heb 10:29; 2Pe 2:1-22; 1Jn 2:18-23. Él escribió para condenar a los apóstatas y alentar a los creyentes a contender por la fe. Él llamó al discernimiento por parte de la iglesia y a una defensa rigurosa de la verdad bíblica. Él siguió los ejemplos antiguos de: 1) Cristo (Mat 7:15 en adelante; Mat 16:6-12; Mat 24:1 en adelante; Apo 2:1-29; Apo 3:1-22); 2) Pablo (Hch 20:29-30; 1Ti 4:1; 2Ti 3:1-5; 2Ti 4:3-4); 3) Pedro (2Pe 2:1-2; 2Pe 3:3-4); y 4) Juan (1Jn 4:1-6; 2Jn 1:6-11).

Judas está repleta de ilustraciones históricas del AT las cuales incluyen: 1) el Éxodo (v. Jud 1:5); 2) la rebelión de Satanás (v. Jud 1:6); 3) Sodoma y Gomorra (v. Jud 1:7); 4) la muerte de Moisés (v. Jud 1:9); 5) Caín (v. Jud 1:11); 6) Balaam (v. Jud 1:11); 7) Coré (v. Jud 1:11); 8) Enoc (vv. Jud 1:14-15); y 9) Adán (v. Jud 1:14).

Judas también describe de una manera vívida a los apóstatas en términos de su estado espiritual y actividades inconcientes (vv. Jud 1:4; Jud 1:8; Jud 1:10; Jud 1:16; Jud 1:18-19). Además, tomó ilustraciones de la naturaleza para ilustrar la futilidad de su enseñanza (vv. Jud 1:12-13). Mientras que Judas nunca comentó acerca del contenido específico de su falsa enseñanza, fue suficiente demostrar que la vida personal degenerada de cada uno de ellos y ministerio sin fruto mostraban sus intentos por enseñar error como si fuera verdad. Este énfasis en el estado espiritual repite el tema constante con respecto a los falsos maestros, su corrupción personal. Mientras que su enseñanza es inteligente, sutil, engañosa, atractiva, y entregada en muchísimas formas, la manera común de reconocerlos es ver detrás de sus frentes espirituales falsos y ver la vida impía de ellos (2Pe 2:10; 2Pe 2:12; 2Pe 2:18-19).

Retos de interpretación

Debido a que no hay asuntos doctrinales discutidos, los retos de esta carta tienen que ver con interpretación en el proceso normal de discernir el significado del texto. Judas no cita de fuentes no canónicas, pseudopígrafas (esto es, el autor mismo no fue el que se nombró en su título). Tales fuentes son el Libro de Enoc (v. Jud 1:14) y la Asunción de Moisés (v. Jud 1:9) para apoyar sus puntos. ¿Fue esto aceptable? Debido a que Judas estaba escribiendo bajo la inspiración del Espíritu Santo (2Ti 3:16; 2Pe 1:20-21) e incluyó material que era preciso y verdadero en sus afirmaciones, él no hizo algo diferente de Pablo (cp. Hch 17:28; 1Co 15:33; Tit 1:12).

Bosquejo

I) Deseos de Judas (Jud 1:1-2)

II) Declaración de guerra en contra de los apóstatas (Jud 1:3-4)

III) Resultado condenador de los apóstatas (Jud 1:5-7)

IV) Denuncia de los apóstatas (Jud 1:8-16)

V) Defensas en contra de los apóstatas (Jud 1:17-23)

VI) Doxología de Judas (Jud 1:24-25)

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Judas. Vea la Introducción: Autor y fecha. siervo. Antes de la crucifixión y la resurrección, Judas había negado a Jesús como Mesías (Mat 13:55; Mar 6:3; Jua 7:5) pero después llegó a reconocerse a sí mismo como su esclavo, tras someterse con humildad al señorío de Cristo. hermano de Jacobo. Jacobo era el líder reconocido de la iglesia de Jerusalén (Hch 12:17; Hch 15:13; Hch 21:18; Gál 2:9) y autor de la que se conoce como la Epístola Universal de Santiago. llamados. Como siempre en las epístolas, esto no se refiere a una invitación general a la salvación, sino al llamado irresistible y eficaz de Dios a la salvación de sus elegidos (cp. Rom 1:7; 1Co 1:23-24; 1Ts 5:24; 2Ts 2:13-14). Este llamado produce: 1) comunión con Cristo (1Co 1:9); 2) paz (1Co 7:15); 3) libertad (Gál 5:13); 4) una vida digna de Dios (Efe 4:1); 5) esperanza (Efe 4:4); 6) santidad (1Pe 1:15); 7) bendición (1Pe 3:9) y 8) gloria eterna (1Pe 5:10). Cp. «la gracia de nuestro Dios» (v. Jud 1:4). santificados. Los mejores textos griegos dicen «amados». Cp. Jua 13:1; Jua 14:23; Jua 16:27; Jua 17:20; Jua 17:23; Rom 5:8; 1Jn 3:1, donde se amplía el tema del amor incondicional y por ende interminable de Dios hacia el creyente en Cristo. Sin duda alguna, es debido a ese amor que los creyentes son «santificados» O apartados del pecado para Dios por la transformación de la conversión. Dios Padre. El plan de salvación y su cumplimiento vienen de Dios, quien no solo es Padre en el sentido de creación y origen de todo lo que existe, sino también «Dios, nuestro Salvador» (v. Jud 1:25; cp. 1Ti 2:4; Tit 1:3; Tit 2:10; Tit 3:4). Vea la nota sobre 1Ti 4:10. guardados. Vea la nota sobre el v. Jud 1:24. Dios no solo inicia la salvación, sino que también la completa por medio de Cristo, de tal modo que mantiene asegurado al creyente para vida eterna (cp. Jua 6:37-44; Jua 10:28-30; Jua 17:11; Jua 17:15; Rom 8:31-39; 2Ti 4:18; Heb 7:25; Heb 9:24; 1Pe 1:3-5).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

v. 1 — «Judas». En cuanto a cuál Judas es éste, véase INTRODUCCIÓN, I. Este nombre significa «el renombrado, el alabado». Era nombre común entre los judíos.
«siervo de Jesucristo». La palabra «siervo» (doulos) significa «esclavo», pero uno que de buena voluntad se rinde completamente al servicio de su maestro. Pablo, Pedro, y Santiago emplean este término (Rom 1:1; Flp 1:1; Tit 1:1; Stg 1:1; 2Pe 1:1).
«hermano de Jacobo». En cuanto a cuál Jacobo es éste, véase INTRODUCCIÓN, I.
«a los llamados», a los cristianos, pues, porque los cristianos son quienes han sido llamados por el evangelio (2Ts 2:14) predicado (Mar 16:15-16). Son llamados a andar conforme a la vocación que es una (Efe 4:1; Efe 4:4), y son llamados de las tinieblas a su luz admirable (1Pe 2:9).
«santificados en Dios Padre». La Versión Moderna y la Versión Hispanoamericana dicen «amados en Dios Padre», que es según el texto griego de Westcott-Hort. El amor de Dios (Jua 3:16; Rom 5:8; 1Jn 4:7-21) es la razón de por qué hay cristianos (llamados) en este mundo. Ser santificado es ser apartado por el evangelio al servicio de Dios.
«guardados en Jesucristo». El cristiano es guardado de la impiedad y mundanalidad por medio de su vida de piedad y espiritualidad. El ser guardado es condicional, no incondicional. Este versículo no enseña la doctrina de la imposibilidad de apostasía. Muy al contrario, Judas da ejemplos de la caída de salvos (los versículos 5 y 6) y exhorta a edificarse sobre su fe (el versículo 20), y conservarse en el amor de Dios (el versículo 21). 1Pe 1:5 enseña la parte de Dios y la humana en cuanto a ser guardados. La palabra «guardados» en el versículo 1 es la misma que en el versículo 21 dice «conservaos». Así es que Dios nos guarda porque nos guardamos (hacemos nuestra parte en la vida de justicia).

Fuente: Notas Reeves-Partain

LO QUE QUIERE DECIR SER CRISTIANO

Judas 1:1, 2

Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, envía esta carta a los llamados, que son amados en Dios y guardados por Jesucristo. Que la misericordia y la paz y el amor se os multipliquen.

Pocas cosas dicen tanto de una persona como la manera como habla de sí misma; pocas cosas son tan reveladoras como los títulos por los que desea que le conozcan. Judas se llama a sí mismo siervo de Jesucristo y hermano de Santiago. Así nos dice dos cosas acerca de sí mismo.

(i) Judas era un hombre que estaba contento con ocupar un segundo lugar. No era tan conocido como Santiago; y se contentaba con que le conocieran como el hermano de Santiago. En esto se parecía a Andrés, que era el hermano de Simón Pedro (Jn 6:8 ). También él se identificaba por su relación con un hermano más famoso que él. Judas y Andrés podrían haber sentido rencor por vivir a la sombra de sus hermanos; pero los dos tenían el don de aceptar con buena voluntad el lugar subordinado.

(ii) El único título de honor que Judas se permitía era el de siervo de Jesucristo. En griego es dulos, que quiere decir esclavo más que siervo o servidor. Es decir: Judas consideraba que no tenía más que un objetivo y una distinción en la vida: el estar siempre a disposición de Jesús para servirle en Su causa. La más grande gloria que ningún cristiano puede alcanzar es la de serle útil a Jesucristo.

En esta introducción usa Judas tres palabras para describir a los cristianos.

(i) Los cristianos son personas a las que Dios ha llamado. En griego llamar es kalein; y kalein tiene tres grandes áreas de uso. (a) Es la palabra que se usa para convocar a una persona a una misión, a un deber, a una responsabilidad. El cristiano es llamado a un deber, a una responsabilidad en el servicio de Cristo. (b) Es la palabra que se usa para invitar a una persona a una fiesta o a una celebración. Es la palabra para una invitación a una ocasión alegre. Un cristiano es una persona que ha sido invitada a la alegría de ser huésped de Dios. (c) Es la palabra para citar a una persona a juicio. Es la palabra para convocar a- una persona a rendir cuentas. El cristiano está convocado para presentarse ante el tribunal de Cristo.

(ii) Los cristianos son personas a las que Dios ama. Es este gran hecho el que determina la naturaleza de la llamada. La llamada a las personas es para ser amadas y para aMarcos Dios llama a las personas a una tarea, pero esa tarea es un honor y no una carGálatas Dios llama a las personas a un servicio; pero es el servicio de la solidaridad, no de la tiranía. Por último, Dios llama a las personas a juicio; pero es el juicio del amor, y no solo de la justicia.

(iii) Los cristianos son personas a las que Cristo guarda. El cristiano no está nunca abandonado; Cristo es su constante centinela y su compañero de viaje.

LA LLAMADA DE DIOS

Judas 1:1, 2 (conclusión)

Antes de pasar a otro pasaje, pensemos un poco más sobre la llamada de Dios, y tratemos de ver algo de lo que quiere decir.

(i) Pablo habla de ser llamado para ser apóstol (Rm 1:1 ; 1Co 1:1 ). La palabra que usa en griego es apóstolos, que viene del verbo apostellein, enviar, y por tanto un apóstol es uno que es enviado. Es decir: que un cristiano es embajador de Cristo. Es enviado al mundo para’ hablar de Cristo, para actuar por Cristo, para vivir para Cristo. Mediante su vida presenta a Cristo a otras personas.

(ii) Pablo habla de ser llamados para ser santos (Rm 1:7 ; 1Co 1:2 ). La palabra para santo es haguios, que quiere decir literalmente diferente. El sábado es santo porque es diferente de los demás días; Dios es supremamente Santo porque es absolutamente diferente de los hombres. El ser llamados para ser santos es ser llamados para ser diferentes. El mundo tiene sus propios baremos, y sus propias escalas de valores. La diferencia para el cristiano consiste en que Cristo es el único estándar, y la lealtad a Cristo, el único valor.

(iii) El cristiano es llamado conforme al propósito de Dios (Rm 8:28 ). La llamada de Dios se dirige a todas las personas, aunque no todas la aceptan. Y esto quiere decir que Dios tiene un propósito para cada persona. El cristiano es el que se somete al propósito que Dios tiene para él.

Pablo tiene mucho que decir acerca de esta llamada de Dios, y podemos exponerlo sólo muy sumariamente. Pone delante de cada persona una gran esperanza (Ef 1:18 ; Ef 4:4 ). Debería ser una influencia unificadora que vinculara a las personas mediante la convicción de que todos tienen parte en el propósito de Dios (Ef 4:4 ). Es una llamada hacia arriba (Fil 3:14 ), que le hace a una persona iniciar la marcha hacia las estrellas. Es una llamada celestial (He 3:1 ), que hace que uno piense en las cosas que son invisibles y eternas. Es una llamada santa, una llamada a consagrarnos a Dios. Es una llamada que incluye la tarea cotidiana normal de cualquier persona (1Co 7:20 ). Es una llamada que no cambia, porque Dios no cambia de idea (Rm 11:29 ). No reconoce las distinciones humanas, ni su escala de importancias (1Co 1:26 ). Es algo de lo que el cristiano debe ser digno (Ef 4:1 ; 2Ts 1:11 ); y toda la vida debe ser un esfuerzo prolongado para asegurarla (2Pe 1:10 ).

La llamada de Dios es el privilegio, el desafío y la inspiración de la vida cristiana.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

INTRODUCCIÓN

1. Este Judas fue el hermano de Santiago (autor del libro de Santiago y primer pastor de la iglesia de Jerusalén como leemos en Hch 15:1-41) y hermano de Jesús. (Véase Mar 6:3.)

2. Al igual que sus demás hermanos, Judas no creyó en el ministerio de Jesús sino hasta después de la resurrección (Jua 7:3-8); pero en algún momento entre la resurrección y la ascensión ambos hombres se convirtieron. Estuvieron presentes (junto con su madre María) en el aposento alto antes de pentecostés (Hch 1:13).

3. Judas estaba aparentemente casado y ella le acompañaba cuando llevaba a cabo obra misionera (1Co 9:5).

4. El doctor S. Maxwell Coder escribe:

«El comienzo de la era de la Iglesia se describe en el libro de los Hechos de los Apóstoles. El final de la era de la Iglesia queda explicado en la Epístola de Judas, la que podríamos titular los Hechos de los Apóstatas. El primer libro del cual puede decirse que registra la historia de la Iglesia, nos presenta las obras y las enseñanzas de los hombres de Dios por medio de los cuales Cristo comenzó a edificar Su Iglesia. La última epístola del Nuevo Testamento relata las obras y las doctrinas de los hombres que vivirán sobre la tierra cuando la historia de la Iglesia profesante llegue a su término.

La Epístola de Judas es el único libro del conjunto de los escritos sagrados totalmente dedicado al tema de la gran apostasía que ha de manifestarse en el mundo antes de la Segunda Venida de Jesucristo. Este breve mensaje de 25 versículos solamente, constituye como un vestíbulo a la Revelación de Apocalipsis, introduciendo al estudiante de la Biblia a los juicios escatológicos prefigurados en él.

Sin Judas, el panorama profético inaugurado con la persona de Cristo en los Evangelios y desarrollado a lo largo de las epístolas resultaría incompleto.

Nuestro Señor hizo la pregunta:

“Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallar fe en la tierra?” (Luc 18:8). Pablo nos muestra la terminología generalmente usada por los estudiantes de la Biblia para designar a quienes abandonan la fe de nuestros padres en los últimos días. Él lo llama “la apostasía” (2Ts 2:3). La describe como una separación de la fe (1Ti 4:1), una resistencia a la sana doctrina (2Ti 4:3).

Según el apóstol Pedro, el Espíritu Santo ha revelado que en los últimos tiempos aparecerán falsos maestros, “que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que les rescató” (2Pe 2:1; 2Pe 3:3).

Judas lleva la enseñanza de la Biblia entera con relación a la apostasía hasta un tremendo clímax.

Primero, nos transporta hacia atrás hasta los mismos albores de la historia del hombre. Nos recuerda la apostasía cometida en las mismas puertas del Edén y en el seno del antiguo pueblo de Israel.

Nuestros pensamientos son guiados por en medio de príncipes y profetas, de santos y de pecadores hasta llegar al fuego eterno y a las tinieblas que han de perdurar para siempre, hasta el mar y las estrellas; desde los juicios ya pronunciados hasta la gloria futura.» (Judas: Los hechos de los apóstatas, Editorial Portavoz, pp. 7, 8.)

5. Judas ha sido llamado el libro de Jueces del Nuevo Testamento.

6. Es muy parecido a 2 Pedro. Pedro coloca el ministerio de los falsos maestros en el futuro (2Pe 2:1), mientras que Judas los ve como ya presentes (Jud 1:4).

7. Judas cita dos libros no canónicos.

a. La asunción de Moisés (Jud 1:9).

b. El libro de Enoc (vv. Jud 1:14-15).

Pablo había hecho esto previamente. (Véanse Hch 17:28; 2Ti 3:8.)

8. «Judas tenía la intención de escribir una epístola “acerca de nuestra común salvación” (Jud 1:3), cuando el Espíritu le llevó a hacerlo en relación con la apostasía.

Nos presenta una descripción gráfica y sorprendente de la apostasía. Lo que era una pequeña nube, del tamaño de la palma de un hombre, es hoy una tormenta de proporciones de un huracán, porque estamos en medio de la apostasía que él anticipó. La cuestión es cuánto más se agravará antes de que se produzca el rapto de los creyentes genuinos.» (Thru the Bible, p. 293, J. Vernon McGee.)

I. El problema de la apostasía (Jud 1:1-4).

A. El autor de esta epístola: «Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo» (Jud 1:1). Como podemos ver, Judas no nos «recuerda» que él en realidad era medio hermano de Jesús.

B. Los receptores de la epístola: «A los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo» (Jud 1:1).

La frase «guardados en Jesucristo» debería traducirse «guardados o protegidos por Jesucristo». Se usa así en los encarcelamientos de Pedro y Pablo en Hch 12:5 y Hch 25:4, Hch 25:21. (Véase también 1Pe 1:4.)

Aun antes de que Judas advirtiera acerca de la terrible apostasía que ya había comenzado en el mundo de sus días y que crecería progresivamente, asegura a los creyentes que serán guardados por Cristo. Nos da aquí la respuesta inspirada a la oración de Cristo: «… Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros» (Jua 17:11). (Véase también 1Ts 5:23.)

Judas continua con: «Misericordia y paz y amor os sean multiplicados» (Jud 1:2). Citamos de nuevo a S. Maxwell Coder:

«El concepto misericordia nos invita a levantar nuestros ojos, el concepto paz nos inspira para ver nuestro interior, y el amor nos dirige nuestros sentimientos para derramarlos a nuestro alrededor. Los tres conjuntamente nos relacionan adecuadamente con Dios, con nuestro ser interior y con los hermanos a nuestro alrededor.

Cuando estas tres virtudes se multipliquen, y solamente entonces, seremos capaces de enfrentarnos a la gran apostasía de los últimos días.» (Judas: Los hechos de los apóstatas, Editorial Portavoz, pp. 17, 18.)

C. El propósito de la epístola (Jud 1:3, Jud 1:4).

«Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes había sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.»

Notamos:

1. La compulsión de Judas: «Me ha sido necesario» (v. Jud 1:3). El significado de la palabra «necesario» es «presionar», «comprimir». Dios literalmente presionó a Judas para que escribiera esta carta (véase también 1Co 9:16).

2. El mandato de Judas: «Que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos» (v. Jud 1:3).

Nos dice que debemos luchar, pero no ser contenciosos. Para esto último véase Tit 3:9. Contender involucra tanto una actitud defensiva como ofensiva. Un excelente ejemplo de esto en el Antiguo Testamento lo encontramos en Neh 4:17-18.

Notemos también aquello por lo que hemos de contender: la fe, esto es, toda la Palabra de Dios. Además, esta fe (en la lengua griega) fue una vez, y por todas, dada a los santos. Juan nos advertiría más tarde acerca de añadirle o quitarle a esta fe (véase Apo 22:18-19).

3. La preocupación de Judas: «Porque algunos hombres han entrado encubiertamente…» (Jud 1:4).

La palabra «encubiertamente» significa literalmente «que se habían metido en las iglesias sin que los demás se dieran cuenta» (véase 2Pe 2:1).

II. La descripción de la apostasía. Judas usa dieciséis términos bien fuertes para describir el fruto terrible de la apostasía. Antes de mencionarlos, definamos lo que es en realidad un apóstata. S. Maxwell Coder escribe:

«Un apóstata ha recibido la luz, pero no la vida. Puede haber recibido hasta cierto grado, la Palabra escrita de Dios; pero no ha recibido la Palabra viva, al Hijo Unigénito del Padre.» (Judas: Los hechos de los apóstatas, Editorial Portavoz, p. 27.) (Véanse también 2Ts 2:10; Hch 8:13-23.)

Consideremos ahora sus doctrinas.

A. Son hombres impíos (v. Jud 1:4). Quiere decir que no tienen temor ni reverencia por Dios (2Ti 3:5).

B. Convierten en libertinaje la gracia de Dios (Jud 1:4). Esto es lo que las sectas hacen hoy.

C. Niegan a Cristo y dicen cosas muy duras confía él (vv. Jud 1:4; Jud 1:15). Esto es lo que hicieron los herejes de aquellos días (Tit 1:16).

D. Son dados a sueños sensuales (v. Jud 1:8).

E. Mancillan la carne (la suya y la de otros) (v. Jud 1:8).

F. Rechazan la autoridad tanto divina como humana (v. Jud 1:8).

G. Ridiculizan la existencia de los ángeles (v. Jud 1:8).

H. Se burlan y blasfeman de todo aquello que no conocen (v. Jud 1:10).

I. En lo que conocen «se corrompen como animales irracionales» (v. Jud 1:10).

J. Son murmuradores y buscadores de faltas (v. Jud 1:16).

K. Andan en sus propios deseos (v. Jud 1:16).

L. Son arrogantes (v. Jud 1:16).

M. Adulan a las personas para sacar provecho (v. Jud 1:16).

N. Causan divisiones (v. Jud 1:19).

Ñ. Son sensuales (v. Jud 1:19).

O. No tienen al Espíritu (v. Jud 1:19).

III. Ejemplos históricos de apostasía (vv. Jud 1:5-7; Jud 1:9; Jud 1:11).

Judas describe en los citados versículos a siete personas o grupos que cayeron en la apostasía.

A. Israel:

«Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al

pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron» (v. Jud 1:5).

1. Pregunta: ¿Cuándo y dónde sucedió esto? Empezó en Cades-barnea, poco después que Israel saliera de Egipto camino de Palestina. En Cades fueron influenciados por una «multitud mixta» (un grupo no convertido de egipcios y otros que no eran hebreos), que había salido de Egipto con ellos y los llevaron a rebelarse contra Dios.

2. Pregunta: ¿Quiere esto decir que todos los hijos de Israel se hicieron apóstatas y que al morir fueron todos a un infierno eterno?

No, no sucedió así, porque Dios nunca envía a su pueblo al infierno. (Véanse Éxo 3:7; Éxo 5:1; Deu 33:29.) Lo que quiere decir es que es trágicamente posible, incluso para los creyentes, caer en la trampa de la apostasía y sufrir sin que ellos en realidad lleguen a ser apóstatas. (Véanse también 1Co 10:1-12; Heb 3:12; Heb 3:18-19; Heb 4:1.)

La palabra apollumi, traducida como «destruir» en el versículo 5, es usada en otros varios lugares como «muerte física» (Luc 15:17).

B. Los ángeles:

«Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día» (v. Jud 1:6). Trataremos con este grupo de apóstatas después de considerar el pecado y la

destrucción de Sodoma y Gomorra.

C. Los ciudadanos de Sodoma y Gomorra:

«Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno» (v. Jud 1:7).

Algunas de las más profundas perversiones sexuales del mundo antiguo se dieron en Sodoma. Según Gén 19:1-38, Dios destruyó este pozo de pecado.

Volvamos ahora a los ángeles impíos del versículo Jud 1:6, porque puede existir una semejanza entre su pecado y el de Sodoma.

Debemos considerar aquí dos cosas:

1. El hecho de su pecado. Las Escrituras son explícitas en cuanto a la existencia de dos clases de ángeles caídos: los no encadenados y los encadenados. Los no encadenados tienen acceso al presente a las regiones celestes y a los cuerpos de los hombres no salvos (Efe 6:12; Luc 8:27; Mar 1:23). Estos ángeles no encadenados serán un día, por supuesto, juzgados por Dios. Su pecado principal fue el haber secundado a Satanás en su perversa rebelión contra Dios (1Co 6:3; Isa 14:12-17; Eze 28:12-19). Los encadenados están ya en este momento encarcelados, como lo declaran tanto Pedro (2Pe 2:4) como Judas. Fue a este lugar adonde ciertos ángeles no encadenados le rogaron aparentemente a Cristo que no los enviara «antes de tiempo» (Mar 1:24; Luc 8:31; Mat 8:28-29).

2. La naturaleza de su pecado. Se cree que el pecado que llevó a un número limitado de ángeles a este castigo prematuro puede estar directamente relacionado con Gén 6:1-22. Recordemos que en este capítulo leemos acerca de los «hijos de Dios» uniéndose en matrimonio con «las hijas de los hombres». Muchos creen que esta es una referencia a ángeles caídos (hijos de Dios) que en realidad se juntaron con mujeres terrenales (hijas de los hombres).

El doctor Kenneth Wuest, un erudito del griego, señala el hecho de que las palabras «de la misma manera» en Judas (v. Jud 1:7) son un acusativo adverbial que se refiere a la frase «habiendo fornicado». En otras palabras, se hace la comparación entre el pecado de Sodoma y el pecado de estos ángeles. ¿Cuál fue el pecado de Sodoma? La respuesta es claramente la perversión sexual. Wuest escribe: «La expresión “en pos de vicios contra naturaleza” es la traducción de la palabra griega heteras, que significa “otro de diferente clase”. Al cometer su pecado de fornicación, los ángeles traspasaron los límites de su propia clase e invadieron el reino de otro orden de seres. El pecado de Sodoma fue la transgresión por el hombre de los límites impuestos por Dios.» (Word Studies in First Peter, p. 103.)

3. Un último pensamiento en relación con este pasaje y asunto. Judas amonesta a sus lectores a que recuerden tres ejemplos históricos de apostasía bien conocidos del Antiguo Testamento; son:

a. La incredulidad de Israel.

b. Los ángeles que no guardaron su dignidad.

c. La destrucción de Sodoma.

En relación con el primer ejemplo, las mentes de sus lectores irían inmediatamente a Núm 14:1-45, al relato de la gran rebelión de Israel en Cades-barnea. Al leer el tercer ejemplo recordarían el temible pasaje de Gén 19:1-38, que registra la terrible destrucción de Sodoma en la llanura. ¿Pero qué otro pasaje vendría a sus mentes relacionado con el segundo ejemplo histórico si Gén 6:1-22 no es tenido en cuenta? Nota: ya hemos descrito para nuestro conocimiento los representantes de cada una de las tres grandes clases de criaturas de Dios mencionadas en las Escrituras: personas creyentes, ángeles e incrédulos.

D. El diablo:

«Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda» (Jud 1:9).

En este pasaje Satanás aparece indirectamente como un apóstata.

1. La fuente de esta declaración: parece que es una cita de un libro del primer siglo titulado La asunción de Moisés. Se encontró un ejemplar del mismo en 1861. Esto no quiere decir, por supuesto, que todo el libro sea inspirado simplemente por el hecho de que Judas cita una pequeña parte del mismo. Pablo citó de Tit 1:2. También menciona los nombres de dos de los magos de Egipto, aunque sus nombres no aparecen en el Antiguo Testamento (2Ti 3:8). Santiago también nos dice que la oración de Elías causó una sequía de tres años y medio, un hecho que no aparece registrado en el Antiguo Testamento (Stg 5:17; cp. 1Re 17:1; 1Re 18:1).

2. La teología de esta declaración: ¿por qué Satanás deseaba el cuerpo de Moisés?

En La asunción de Moisés se dan dos razones por las que Moisés no debía tener un enterramiento digno.

a. Porque anteriormente había asesinado a un egipcio.

b. Porque Satanás es el rey de la muerte y tiene derecho a todos los cuerpos muertos.

Los teólogos de la iglesia han dado otras dos razones para explicarlo, y ambas parecen más razonables que las anteriores:

c. Porque Satanás quería el cuerpo para que Israel lo encontrara y terminara adorándolo como una reliquia sagrada. Sabemos que el pueblo adoró más tarde la serpiente de bronce que Moisés hizo una vez (2Re 18:4).

d. Porque Satanás deseaba evitar que Moisés apareciera con Elías en el monte de la transfiguración (Mat 17:1-27).

3. El héroe de esta declaración. En Deu 5:1-33; Deu 6:1-25, leemos: «Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová. Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy.» Aparentemente la expresión «lo enterró» se refiere al arcángel Miguel, el héroe de esta declaración. Aparece mencionado tres veces en el Antiguo Testamento (Dan 10:13; Dan 10:21; Dan 12:1), y otra vez en el Nuevo Testamento, además de la referencia en Judas (Apo 12:7-9).

E. Caín. «¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín» (v. Jud 1:11). El camino (la apostasía) de Caín aparece descrito en Gén 4:1-7. Él ofrendó a Dios un sacrificio sin sangre. Ese es el camino de los liberales apóstatas de hoy en día. Ellos se interesan en la cultura en vez de en el Calvario. (Véase 1Jn 3:11-12.)

F. Balaam. «Y se lanzaron por lucro en el error de Balaam» (Jud 1:11). Balaam fue un falso profeta amante del dinero que aparece en Núm 22:1-41; Núm 23:1-30; Núm 24:1-25; Núm 25:1-18. El error de Balaam es hacer del evangelio un artículo de mercado. Muchos apóstatas modernos lo hacen.

G. Coré. «Perecieron en la contradicción de Coré» (v. Jud 1:11). Se nos dice en Núm 16:1-50 que Coré encabezó una rebelión contra Moisés, el portavoz oficial de Dios. Fue tragado por el abismo a causa de este gran pecado, la tierra se abrió y él cayó en sus entrañas. Los modernos apóstatas hablan perversamente contra pastores, misioneros, maestros de la Biblia y otros ministros de Dios.

Al resumir esta sección, notemos las palabras de S. Maxwell Coder: «Caín era labrador; Balaam fue un profeta; Coré, un príncipe de Israel. Una razón por haber seleccionado a estos tres hombres puede ser el demostrar la penetración del pecado de apostasía en todos los niveles de la sociedad sin fronteras entre las clases de hombres. Este mal no resulta peculiar para los líderes religiosos. Afecta a profetas, príncipes y a la gente en general. Hay apóstatas en el púlpito, en el palacio y en el hogar más humilde.» (Judas: Los hechos de los apóstatas, pp. 73, 74.)

IV. Las metáforas de la apostasía.

«Estos son escollos ocultos en vuestros ágapes, cuando banquetean con vosotros sin temor, apacentándose a sí mismos; son nubes sin agua llevadas por los vientos, árboles de otoño sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; son olas furiosas del mar, que arrojan como espuma su propia vergüenza; estrellas errantes para quienes la oscuridad de las tinieblas ha sido reservada para siempre» (vv. Jud 1:12-13, La Biblia de las Américas).

Citamos una vez más de S. Maxwell Coder:

«Cuanto más minuciosamente examinamos esta gran epístola, más impresionante resulta la descripción de la doctrina de la apostasía. Judas ha llegado a recorrer la creación entera, desde los ángeles hasta los hombres y los animales irracionales. Pero quedaba el reino de la naturaleza, y en cinco cuadros pintados con rápida inspiración, hace pasar por delante de nuestros ojos, la tierra, el aire, los árboles, el mar y el cielo estrellado. Con este magnífico panorama cósmico y resumen final de las condiciones de la cristiandad en los últimos días, se da paso al último libro de la revelación de Dios: el Apocalipsis.» (Judas: Los hechos de los apóstatas, p. 81.)

A. Escollos ocultos. Describe los peligros ocultos de la apostasía. Notamos que estos escollos se ocultan en las fiestas de amor cristianas, lo que es una referencia a la Cena del Señor en los primeros tiempos de la Iglesia. ¿Cómo debemos entender esto? Pablo lo explica en 1Co 11:17-30. La iglesia del primer siglo disfrutaba de una comida completa en la Comunión. Pero algunos de estos apóstatas (o quizá creyentes influidos por la apostasía) se habían unido a estas reuniones. Como resultado, algunos comían y bebían en abundancia, mientras que otros se quedaban con hambre. El juicio divino había caído sobre ellos y muchos habían muerto.

B. Nubes sin agua. Nos describe las falsas promesas de la apostasía. (Véase también Pro 25:14.) Se dice que estas nubes son llevadas por los vientos. Los «vientos» aquí se refieren, sin duda, a la actividad demoníaca. Los apóstatas son cautivos de Satanás. Para un contrataste nuevo véase 2Pe 1:21.

C. Arboles de otoño. Describe la profesión estéril de la apostasía. La frase griega aquí es literalmente «árboles de últimos de otoño», sugiriendo el hecho de que la gran apostasía va a venir como el otoño de la era de la Iglesia declina y el invierno del juicio se acerca. (Véanse también Mat 13:30; Mat 15:30; Pro 2:22.)

D. Olas furiosas. Nos describe el esfuerzo inútil de la apostasía. El mar es frecuentemente un símbolo del mal en la Biblia (Isa 57:20-21). La apostasía de los últimos días se caracterizará por el mucho conocimiento (2Ti 3:7) y grandes obras (Mat 7:22), pero nada de eso será de provecho.

E. Estrellas errantes. Esto nos describe el propósito sin sentido de la apostasía, y ésta es quizá su característica más pavorosa.

Creemos que es oportuno aquí un comentario de S. Maxwell Coder:

«A modo de contraste, los verdaderos creyentes gozan de una fiesta de amor sin fin. Han nacido de nuevo por medio del Espíritu Santo. Después de una vida llena de frutos, van a la morada preparada por Cristo para ellos, después de permanecer firmes y bien arraigados sin que les hayan movido los vientos de las falsas doctrinas. Vivirán la experiencia de gloria y honor eternamente, habitando en luz inmarcesible. En vez de ser piedras peligrosas y sin vida, son rocas vivas (1Pe 2:5). En vez de ser nubes sin agua, son fuentes de agua de vida (Jua 7:38). Lejos de ser árboles muertos, son llamados “árboles de justicia, plantíos de Jehová” (Isa 61:3). En contraste con las fieras ondas de mar, su paz es como un río y su justicia como las ondas de la mar (Isa 48:18). Mientras que la oscuridad eterna ha sido reservada para las estrellas erráticas, los verdaderos creyentes brillarán como las estrellas auténticas por siempre jamás (Dan 12:3).» (Judas: Los hechos de los apóstatas, Editorial Portavoz, p. 89).

V. El juicio de la apostasía.

«De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él» (vv. Jud 1:14-15).

A. La fuente de esta declaración. Alrededor del año El Libro de Enoc. Contenía 108 capítulos. En 1773 se descubrió un ejemplar de este libro. El apóstol Judas fue inspirado por Dios para tomar de este libro las palabras que encontramos aquí en los versículos Jud 1:14 y Jud 1:15.

B. El autor de esta declaración. El libro, por supuesto, no fue escrito por Enoc, pero estas frases fueron aparentemente tomadas de su texto. Pero tanto Enoc como Noé fueron predicadores audaces de la profecía y de la justicia. (Véase también 2Pe 2:5.)

La fe asombrosa de este profeta anterior al diluvio la podemos ver en su predicción de la Segunda Venida de Cristo siglos antes de que nuestro Señor viniera por primera vez. Enoc predijo su venida en Génesis, mientras que Juan la proclama en Apocalipsis (véase Apo 19:11-14).

Ambos hombres se refieren al mismo evento.

1. Él viene con sus santos (Col 3:4; 1Ts 3:13).

2. Viene a juzgar (Heb 9:26-28; 2Pe 3:7).

VI. Las protecciones contra la apostasía (vv. Jud 1:20-25).

A. Debemos edificar. «Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe» (v. Jud 1:20). Esto lo logramos mediante la Palabra de Dios. (Véanse 2Pe 1:5-7; Hch 20:32; Rom 10:17; 1Pe 2:2; 1Jn 2:5.)

B. Debemos orar. «Orando en el Espíritu Santo» (v. Jud 1:20). Véase Efe 6:18.

C. Debemos conservamos en el amor de Dios (v. Jud 1:21). En el versículo Jud 1:1 se nos dice que somos guardados por Jesucristo, pero aquí se nos insta a permanecer en el amor de Dios. ¿Cómo podemos hacerlo? Aunque el creyente no puede salirse de los límites del amor de Dios (Sal 139:7-12), si puede privarse de la plena bendición de este amor (Jua 15:9).

D. Debemos esperar el rapto.

«Esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna» (v. Jud 1:21; véanse también Luc 12:37; Tit 2:13).

E. Debemos ganar a los perdidos (vv. Jud 1:22-23).

«A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.»

S. Maxwell Coder escribe: «Como si de un breve manual para hacer obra personal de evangelización se tratara, se nos presentan tres grupos de personas:

(1) quienes están en necesidad de ser tratados con tierna compasión;

(2) quienes requieren una acción rápida y audaz por estar en eminente peligro de eterno juicio; y

(3) quienes merecen un especial cuidado y precaución por parte del ganador de almas por haber peligro de contaminación a causa de los muchos pecados en que viven los perdidos.» (Judas: Los hechos de los apóstatas, pp. 119, 120.)

Se sugieren los siguientes ejemplos para representar a cada uno de estos tres grupos:

Primer grupo: aquellas personas con problemas de alcohol y drogas.

Segundo grupo: personas no salvas que están fuertemente influenciadas para unirse a algunas de las sectas falsas del cristianismo, como son los mormones.

Tercer grupo: una mujer hermosa y asuntos de inmoralidad en su vida.

Para concluir debemos notar la bendición grande y gloriosa de Judas: «Y a aquel que es poderoso para guardarnos sin caída, y presentarnos sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén» (vv. Jud 1:24-25).

Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz

INTRODUCCIÓN

1. Este Judas fue el hermano de Santiago (autor del libro de Santiago y primer pastor de la iglesia de Jerusalén como leemos en Hch 15:1-41) y hermano de Jesús. (Véase Mar 6:3.)

2. Al igual que sus demás hermanos, Judas no creyó en el ministerio de Jesús sino hasta después de la resurrección (Jua 7:3-8); pero en algún momento entre la resurrección y la ascensión ambos hombres se convirtieron. Estuvieron presentes (junto con su madre María) en el aposento alto antes de pentecostés (Hch 1:13).

3. Judas estaba aparentemente casado y ella le acompañaba cuando llevaba a cabo obra misionera (1Co 9:5).

4. El doctor S. Maxwell Coder escribe:

«El comienzo de la era de la Iglesia se describe en el libro de los Hechos de los Apóstoles. El final de la era de la Iglesia queda explicado en la Epístola de Judas, la que podríamos titular los Hechos de los Apóstatas. El primer libro del cual puede decirse que registra la historia de la Iglesia, nos presenta las obras y las enseñanzas de los hombres de Dios por medio de los cuales Cristo comenzó a edificar Su Iglesia. La última epístola del Nuevo Testamento relata las obras y las doctrinas de los hombres que vivirán sobre la tierra cuando la historia de la Iglesia profesante llegue a su término.

La Epístola de Judas es el único libro del conjunto de los escritos sagrados totalmente dedicado al tema de la gran apostasía que ha de manifestarse en el mundo antes de la Segunda Venida de Jesucristo. Este breve mensaje de 25 versículos solamente, constituye como un vestíbulo a la Revelación de Apocalipsis, introduciendo al estudiante de la Biblia a los juicios escatológicos prefigurados en él.

Sin Judas, el panorama profético inaugurado con la persona de Cristo en los Evangelios y desarrollado a lo largo de las epístolas resultaría incompleto.

Nuestro Señor hizo la pregunta:

“Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallar fe en la tierra?” (Luc 18:8). Pablo nos muestra la terminología generalmente usada por los estudiantes de la Biblia para designar a quienes abandonan la fe de nuestros padres en los últimos días. Él lo llama “la apostasía” (2Ts 2:3). La describe como una separación de la fe (1Ti 4:1), una resistencia a la sana doctrina (2Ti 4:3).

Según el apóstol Pedro, el Espíritu Santo ha revelado que en los últimos tiempos aparecerán falsos maestros, “que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que les rescató” (2Pe 2:1; 2Pe 3:3).

Judas lleva la enseñanza de la Biblia entera con relación a la apostasía hasta un tremendo clímax.

Primero, nos transporta hacia atrás hasta los mismos albores de la historia del hombre. Nos recuerda la apostasía cometida en las mismas puertas del Edén y en el seno del antiguo pueblo de Israel.

Nuestros pensamientos son guiados por en medio de príncipes y profetas, de santos y de pecadores hasta llegar al fuego eterno y a las tinieblas que han de perdurar para siempre, hasta el mar y las estrellas; desde los juicios ya pronunciados hasta la gloria futura.» (Judas: Los hechos de los apóstatas, Editorial Portavoz, pp. 7, 8.)

5. Judas ha sido llamado el libro de Jueces del Nuevo Testamento.

6. Es muy parecido a 2 Pedro. Pedro coloca el ministerio de los falsos maestros en el futuro (2Pe 2:1), mientras que Judas los ve como ya presentes (Jud 1:4).

7. Judas cita dos libros no canónicos.

a. La asunción de Moisés (Jud 1:9).

b. El libro de Enoc (vv. Jud 1:14-15).

Pablo había hecho esto previamente. (Véanse Hch 17:28; 2Ti 3:8.)

8. «Judas tenía la intención de escribir una epístola “acerca de nuestra común salvación” (Jud 1:3), cuando el Espíritu le llevó a hacerlo en relación con la apostasía.

Nos presenta una descripción gráfica y sorprendente de la apostasía. Lo que era una pequeña nube, del tamaño de la palma de un hombre, es hoy una tormenta de proporciones de un huracán, porque estamos en medio de la apostasía que él anticipó. La cuestión es cuánto más se agravará antes de que se produzca el rapto de los creyentes genuinos.» (Thru the Bible, p. 293, J. Vernon McGee.)

I. El problema de la apostasía (Jud 1:1-4).

A. El autor de esta epístola: «Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo» (Jud 1:1). Como podemos ver, Judas no nos «recuerda» que él en realidad era medio hermano de Jesús.

B. Los receptores de la epístola: «A los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo» (Jud 1:1).

La frase «guardados en Jesucristo» debería traducirse «guardados o protegidos por Jesucristo». Se usa así en los encarcelamientos de Pedro y Pablo en Hch 12:5 y Hch 25:4, Hch 25:21. (Véase también 1Pe 1:4.)

Aun antes de que Judas advirtiera acerca de la terrible apostasía que ya había comenzado en el mundo de sus días y que crecería progresivamente, asegura a los creyentes que serán guardados por Cristo. Nos da aquí la respuesta inspirada a la oración de Cristo: «… Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros» (Jua 17:11). (Véase también 1Ts 5:23.)

Judas continua con: «Misericordia y paz y amor os sean multiplicados» (Jud 1:2). Citamos de nuevo a S. Maxwell Coder:

«El concepto misericordia nos invita a levantar nuestros ojos, el concepto paz nos inspira para ver nuestro interior, y el amor nos dirige nuestros sentimientos para derramarlos a nuestro alrededor. Los tres conjuntamente nos relacionan adecuadamente con Dios, con nuestro ser interior y con los hermanos a nuestro alrededor.

Cuando estas tres virtudes se multipliquen, y solamente entonces, seremos capaces de enfrentarnos a la gran apostasía de los últimos días.» (Judas: Los hechos de los apóstatas, Editorial Portavoz, pp. 17, 18.)

C. El propósito de la epístola (Jud 1:3, Jud 1:4).

«Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes había sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.»

Notamos:

1. La compulsión de Judas: «Me ha sido necesario» (v. Jud 1:3). El significado de la palabra «necesario» es «presionar», «comprimir». Dios literalmente presionó a Judas para que escribiera esta carta (véase también 1Co 9:16).

2. El mandato de Judas: «Que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos» (v. Jud 1:3).

Nos dice que debemos luchar, pero no ser contenciosos. Para esto último véase Tit 3:9. Contender involucra tanto una actitud defensiva como ofensiva. Un excelente ejemplo de esto en el Antiguo Testamento lo encontramos en Neh 4:17-18.

Notemos también aquello por lo que hemos de contender: la fe, esto es, toda la Palabra de Dios. Además, esta fe (en la lengua griega) fue una vez, y por todas, dada a los santos. Juan nos advertiría más tarde acerca de añadirle o quitarle a esta fe (véase Apo 22:18-19).

3. La preocupación de Judas: «Porque algunos hombres han entrado encubiertamente…» (Jud 1:4).

La palabra «encubiertamente» significa literalmente «que se habían metido en las iglesias sin que los demás se dieran cuenta» (véase 2Pe 2:1).

II. La descripción de la apostasía. Judas usa dieciséis términos bien fuertes para describir el fruto terrible de la apostasía. Antes de mencionarlos, definamos lo que es en realidad un apóstata. S. Maxwell Coder escribe:

«Un apóstata ha recibido la luz, pero no la vida. Puede haber recibido hasta cierto grado, la Palabra escrita de Dios; pero no ha recibido la Palabra viva, al Hijo Unigénito del Padre.» (Judas: Los hechos de los apóstatas, Editorial Portavoz, p. 27.) (Véanse también 2Ts 2:10; Hch 8:13-23.)

Consideremos ahora sus doctrinas.

A. Son hombres impíos (v. Jud 1:4). Quiere decir que no tienen temor ni reverencia por Dios (2Ti 3:5).

B. Convierten en libertinaje la gracia de Dios (Jud 1:4). Esto es lo que las sectas hacen hoy.

C. Niegan a Cristo y dicen cosas muy duras confía él (vv. Jud 1:4; Jud 1:15). Esto es lo que hicieron los herejes de aquellos días (Tit 1:16).

D. Son dados a sueños sensuales (v. Jud 1:8).

E. Mancillan la carne (la suya y la de otros) (v. Jud 1:8).

F. Rechazan la autoridad tanto divina como humana (v. Jud 1:8).

G. Ridiculizan la existencia de los ángeles (v. Jud 1:8).

H. Se burlan y blasfeman de todo aquello que no conocen (v. Jud 1:10).

I. En lo que conocen «se corrompen como animales irracionales» (v. Jud 1:10).

J. Son murmuradores y buscadores de faltas (v. Jud 1:16).

K. Andan en sus propios deseos (v. Jud 1:16).

L. Son arrogantes (v. Jud 1:16).

M. Adulan a las personas para sacar provecho (v. Jud 1:16).

N. Causan divisiones (v. Jud 1:19).

Ñ. Son sensuales (v. Jud 1:19).

O. No tienen al Espíritu (v. Jud 1:19).

III. Ejemplos históricos de apostasía (vv. Jud 1:5-7; Jud 1:9; Jud 1:11).

Judas describe en los citados versículos a siete personas o grupos que cayeron en la apostasía.

A. Israel:

«Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al

pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron» (v. Jud 1:5).

1. Pregunta: ¿Cuándo y dónde sucedió esto? Empezó en Cades-barnea, poco después que Israel saliera de Egipto camino de Palestina. En Cades fueron influenciados por una «multitud mixta» (un grupo no convertido de egipcios y otros que no eran hebreos), que había salido de Egipto con ellos y los llevaron a rebelarse contra Dios.

2. Pregunta: ¿Quiere esto decir que todos los hijos de Israel se hicieron apóstatas y que al morir fueron todos a un infierno eterno?

No, no sucedió así, porque Dios nunca envía a su pueblo al infierno. (Véanse Éxo 3:7; Éxo 5:1; Deu 33:29.) Lo que quiere decir es que es trágicamente posible, incluso para los creyentes, caer en la trampa de la apostasía y sufrir sin que ellos en realidad lleguen a ser apóstatas. (Véanse también 1Co 10:1-12; Heb 3:12; Heb 3:18-19; Heb 4:1.)

La palabra apollumi, traducida como «destruir» en el versículo 5, es usada en otros varios lugares como «muerte física» (Luc 15:17).

B. Los ángeles:

«Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día» (v. Jud 1:6). Trataremos con este grupo de apóstatas después de considerar el pecado y la

destrucción de Sodoma y Gomorra.

C. Los ciudadanos de Sodoma y Gomorra:

«Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno» (v. Jud 1:7).

Algunas de las más profundas perversiones sexuales del mundo antiguo se dieron en Sodoma. Según Gén 19:1-38, Dios destruyó este pozo de pecado.

Volvamos ahora a los ángeles impíos del versículo Jud 1:6, porque puede existir una semejanza entre su pecado y el de Sodoma.

Debemos considerar aquí dos cosas:

1. El hecho de su pecado. Las Escrituras son explícitas en cuanto a la existencia de dos clases de ángeles caídos: los no encadenados y los encadenados. Los no encadenados tienen acceso al presente a las regiones celestes y a los cuerpos de los hombres no salvos (Efe 6:12; Luc 8:27; Mar 1:23). Estos ángeles no encadenados serán un día, por supuesto, juzgados por Dios. Su pecado principal fue el haber secundado a Satanás en su perversa rebelión contra Dios (1Co 6:3; Isa 14:12-17; Eze 28:12-19). Los encadenados están ya en este momento encarcelados, como lo declaran tanto Pedro (2Pe 2:4) como Judas. Fue a este lugar adonde ciertos ángeles no encadenados le rogaron aparentemente a Cristo que no los enviara «antes de tiempo» (Mar 1:24; Luc 8:31; Mat 8:28-29).

2. La naturaleza de su pecado. Se cree que el pecado que llevó a un número limitado de ángeles a este castigo prematuro puede estar directamente relacionado con Gén 6:1-22. Recordemos que en este capítulo leemos acerca de los «hijos de Dios» uniéndose en matrimonio con «las hijas de los hombres». Muchos creen que esta es una referencia a ángeles caídos (hijos de Dios) que en realidad se juntaron con mujeres terrenales (hijas de los hombres).

El doctor Kenneth Wuest, un erudito del griego, señala el hecho de que las palabras «de la misma manera» en Judas (v. Jud 1:7) son un acusativo adverbial que se refiere a la frase «habiendo fornicado». En otras palabras, se hace la comparación entre el pecado de Sodoma y el pecado de estos ángeles. ¿Cuál fue el pecado de Sodoma? La respuesta es claramente la perversión sexual. Wuest escribe: «La expresión “en pos de vicios contra naturaleza” es la traducción de la palabra griega heteras, que significa “otro de diferente clase”. Al cometer su pecado de fornicación, los ángeles traspasaron los límites de su propia clase e invadieron el reino de otro orden de seres. El pecado de Sodoma fue la transgresión por el hombre de los límites impuestos por Dios.» (Word Studies in First Peter, p. 103.)

3. Un último pensamiento en relación con este pasaje y asunto. Judas amonesta a sus lectores a que recuerden tres ejemplos históricos de apostasía bien conocidos del Antiguo Testamento; son:

a. La incredulidad de Israel.

b. Los ángeles que no guardaron su dignidad.

c. La destrucción de Sodoma.

En relación con el primer ejemplo, las mentes de sus lectores irían inmediatamente a Núm 14:1-45, al relato de la gran rebelión de Israel en Cades-barnea. Al leer el tercer ejemplo recordarían el temible pasaje de Gén 19:1-38, que registra la terrible destrucción de Sodoma en la llanura. ¿Pero qué otro pasaje vendría a sus mentes relacionado con el segundo ejemplo histórico si Gén 6:1-22 no es tenido en cuenta? Nota: ya hemos descrito para nuestro conocimiento los representantes de cada una de las tres grandes clases de criaturas de Dios mencionadas en las Escrituras: personas creyentes, ángeles e incrédulos.

D. El diablo:

«Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda» (Jud 1:9).

En este pasaje Satanás aparece indirectamente como un apóstata.

1. La fuente de esta declaración: parece que es una cita de un libro del primer siglo titulado La asunción de Moisés. Se encontró un ejemplar del mismo en 1861. Esto no quiere decir, por supuesto, que todo el libro sea inspirado simplemente por el hecho de que Judas cita una pequeña parte del mismo. Pablo citó de Tit 1:2. También menciona los nombres de dos de los magos de Egipto, aunque sus nombres no aparecen en el Antiguo Testamento (2Ti 3:8). Santiago también nos dice que la oración de Elías causó una sequía de tres años y medio, un hecho que no aparece registrado en el Antiguo Testamento (Stg 5:17; cp. 1Re 17:1; 1Re 18:1).

2. La teología de esta declaración: ¿por qué Satanás deseaba el cuerpo de Moisés?

En La asunción de Moisés se dan dos razones por las que Moisés no debía tener un enterramiento digno.

a. Porque anteriormente había asesinado a un egipcio.

b. Porque Satanás es el rey de la muerte y tiene derecho a todos los cuerpos muertos.

Los teólogos de la iglesia han dado otras dos razones para explicarlo, y ambas parecen más razonables que las anteriores:

c. Porque Satanás quería el cuerpo para que Israel lo encontrara y terminara adorándolo como una reliquia sagrada. Sabemos que el pueblo adoró más tarde la serpiente de bronce que Moisés hizo una vez (2Re 18:4).

d. Porque Satanás deseaba evitar que Moisés apareciera con Elías en el monte de la transfiguración (Mat 17:1-27).

3. El héroe de esta declaración. En Deu 5:1-33; Deu 6:1-25, leemos: «Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová. Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy.» Aparentemente la expresión «lo enterró» se refiere al arcángel Miguel, el héroe de esta declaración. Aparece mencionado tres veces en el Antiguo Testamento (Dan 10:13; Dan 10:21; Dan 12:1), y otra vez en el Nuevo Testamento, además de la referencia en Judas (Apo 12:7-9).

E. Caín. «¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín» (v. Jud 1:11). El camino (la apostasía) de Caín aparece descrito en Gén 4:1-7. Él ofrendó a Dios un sacrificio sin sangre. Ese es el camino de los liberales apóstatas de hoy en día. Ellos se interesan en la cultura en vez de en el Calvario. (Véase 1Jn 3:11-12.)

F. Balaam. «Y se lanzaron por lucro en el error de Balaam» (Jud 1:11). Balaam fue un falso profeta amante del dinero que aparece en Núm 22:1-41; Núm 23:1-30; Núm 24:1-25; Núm 25:1-18. El error de Balaam es hacer del evangelio un artículo de mercado. Muchos apóstatas modernos lo hacen.

G. Coré. «Perecieron en la contradicción de Coré» (v. Jud 1:11). Se nos dice en Núm 16:1-50 que Coré encabezó una rebelión contra Moisés, el portavoz oficial de Dios. Fue tragado por el abismo a causa de este gran pecado, la tierra se abrió y él cayó en sus entrañas. Los modernos apóstatas hablan perversamente contra pastores, misioneros, maestros de la Biblia y otros ministros de Dios.

Al resumir esta sección, notemos las palabras de S. Maxwell Coder: «Caín era labrador; Balaam fue un profeta; Coré, un príncipe de Israel. Una razón por haber seleccionado a estos tres hombres puede ser el demostrar la penetración del pecado de apostasía en todos los niveles de la sociedad sin fronteras entre las clases de hombres. Este mal no resulta peculiar para los líderes religiosos. Afecta a profetas, príncipes y a la gente en general. Hay apóstatas en el púlpito, en el palacio y en el hogar más humilde.» (Judas: Los hechos de los apóstatas, pp. 73, 74.)

IV. Las metáforas de la apostasía.

«Estos son escollos ocultos en vuestros ágapes, cuando banquetean con vosotros sin temor, apacentándose a sí mismos; son nubes sin agua llevadas por los vientos, árboles de otoño sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; son olas furiosas del mar, que arrojan como espuma su propia vergüenza; estrellas errantes para quienes la oscuridad de las tinieblas ha sido reservada para siempre» (vv. Jud 1:12-13, La Biblia de las Américas).

Citamos una vez más de S. Maxwell Coder:

«Cuanto más minuciosamente examinamos esta gran epístola, más impresionante resulta la descripción de la doctrina de la apostasía. Judas ha llegado a recorrer la creación entera, desde los ángeles hasta los hombres y los animales irracionales. Pero quedaba el reino de la naturaleza, y en cinco cuadros pintados con rápida inspiración, hace pasar por delante de nuestros ojos, la tierra, el aire, los árboles, el mar y el cielo estrellado. Con este magnífico panorama cósmico y resumen final de las condiciones de la cristiandad en los últimos días, se da paso al último libro de la revelación de Dios: el Apocalipsis.» (Judas: Los hechos de los apóstatas, p. 81.)

A. Escollos ocultos. Describe los peligros ocultos de la apostasía. Notamos que estos escollos se ocultan en las fiestas de amor cristianas, lo que es una referencia a la Cena del Señor en los primeros tiempos de la Iglesia. ¿Cómo debemos entender esto? Pablo lo explica en 1Co 11:17-30. La iglesia del primer siglo disfrutaba de una comida completa en la Comunión. Pero algunos de estos apóstatas (o quizá creyentes influidos por la apostasía) se habían unido a estas reuniones. Como resultado, algunos comían y bebían en abundancia, mientras que otros se quedaban con hambre. El juicio divino había caído sobre ellos y muchos habían muerto.

B. Nubes sin agua. Nos describe las falsas promesas de la apostasía. (Véase también Pro 25:14.) Se dice que estas nubes son llevadas por los vientos. Los «vientos» aquí se refieren, sin duda, a la actividad demoníaca. Los apóstatas son cautivos de Satanás. Para un contrataste nuevo véase 2Pe 1:21.

C. Arboles de otoño. Describe la profesión estéril de la apostasía. La frase griega aquí es literalmente «árboles de últimos de otoño», sugiriendo el hecho de que la gran apostasía va a venir como el otoño de la era de la Iglesia declina y el invierno del juicio se acerca. (Véanse también Mat 13:30; Mat 15:30; Pro 2:22.)

D. Olas furiosas. Nos describe el esfuerzo inútil de la apostasía. El mar es frecuentemente un símbolo del mal en la Biblia (Isa 57:20-21). La apostasía de los últimos días se caracterizará por el mucho conocimiento (2Ti 3:7) y grandes obras (Mat 7:22), pero nada de eso será de provecho.

E. Estrellas errantes. Esto nos describe el propósito sin sentido de la apostasía, y ésta es quizá su característica más pavorosa.

Creemos que es oportuno aquí un comentario de S. Maxwell Coder:

«A modo de contraste, los verdaderos creyentes gozan de una fiesta de amor sin fin. Han nacido de nuevo por medio del Espíritu Santo. Después de una vida llena de frutos, van a la morada preparada por Cristo para ellos, después de permanecer firmes y bien arraigados sin que les hayan movido los vientos de las falsas doctrinas. Vivirán la experiencia de gloria y honor eternamente, habitando en luz inmarcesible. En vez de ser piedras peligrosas y sin vida, son rocas vivas (1Pe 2:5). En vez de ser nubes sin agua, son fuentes de agua de vida (Jua 7:38). Lejos de ser árboles muertos, son llamados “árboles de justicia, plantíos de Jehová” (Isa 61:3). En contraste con las fieras ondas de mar, su paz es como un río y su justicia como las ondas de la mar (Isa 48:18). Mientras que la oscuridad eterna ha sido reservada para las estrellas erráticas, los verdaderos creyentes brillarán como las estrellas auténticas por siempre jamás (Dan 12:3).» (Judas: Los hechos de los apóstatas, Editorial Portavoz, p. 89).

V. El juicio de la apostasía.

«De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él» (vv. Jud 1:14-15).

A. La fuente de esta declaración. Alrededor del año El Libro de Enoc. Contenía 108 capítulos. En 1773 se descubrió un ejemplar de este libro. El apóstol Judas fue inspirado por Dios para tomar de este libro las palabras que encontramos aquí en los versículos Jud 1:14 y Jud 1:15.

B. El autor de esta declaración. El libro, por supuesto, no fue escrito por Enoc, pero estas frases fueron aparentemente tomadas de su texto. Pero tanto Enoc como Noé fueron predicadores audaces de la profecía y de la justicia. (Véase también 2Pe 2:5.)

La fe asombrosa de este profeta anterior al diluvio la podemos ver en su predicción de la Segunda Venida de Cristo siglos antes de que nuestro Señor viniera por primera vez. Enoc predijo su venida en Génesis, mientras que Juan la proclama en Apocalipsis (véase Apo 19:11-14).

Ambos hombres se refieren al mismo evento.

1. Él viene con sus santos (Col 3:4; 1Ts 3:13).

2. Viene a juzgar (Heb 9:26-28; 2Pe 3:7).

VI. Las protecciones contra la apostasía (vv. Jud 1:20-25).

A. Debemos edificar. «Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe» (v. Jud 1:20). Esto lo logramos mediante la Palabra de Dios. (Véanse 2Pe 1:5-7; Hch 20:32; Rom 10:17; 1Pe 2:2; 1Jn 2:5.)

B. Debemos orar. «Orando en el Espíritu Santo» (v. Jud 1:20). Véase Efe 6:18.

C. Debemos conservamos en el amor de Dios (v. Jud 1:21). En el versículo Jud 1:1 se nos dice que somos guardados por Jesucristo, pero aquí se nos insta a permanecer en el amor de Dios. ¿Cómo podemos hacerlo? Aunque el creyente no puede salirse de los límites del amor de Dios (Sal 139:7-12), si puede privarse de la plena bendición de este amor (Jua 15:9).

D. Debemos esperar el rapto.

«Esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna» (v. Jud 1:21; véanse también Luc 12:37; Tit 2:13).

E. Debemos ganar a los perdidos (vv. Jud 1:22-23).

«A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.»

S. Maxwell Coder escribe: «Como si de un breve manual para hacer obra personal de evangelización se tratara, se nos presentan tres grupos de personas:

(1) quienes están en necesidad de ser tratados con tierna compasión;

(2) quienes requieren una acción rápida y audaz por estar en eminente peligro de eterno juicio; y

(3) quienes merecen un especial cuidado y precaución por parte del ganador de almas por haber peligro de contaminación a causa de los muchos pecados en que viven los perdidos.» (Judas: Los hechos de los apóstatas, pp. 119, 120.)

Se sugieren los siguientes ejemplos para representar a cada uno de estos tres grupos:

Primer grupo: aquellas personas con problemas de alcohol y drogas.

Segundo grupo: personas no salvas que están fuertemente influenciadas para unirse a algunas de las sectas falsas del cristianismo, como son los mormones.

Tercer grupo: una mujer hermosa y asuntos de inmoralidad en su vida.

Para concluir debemos notar la bendición grande y gloriosa de Judas: «Y a aquel que es poderoso para guardarnos sin caída, y presentarnos sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén» (vv. Jud 1:24-25).

Fuente: Auxiliar Bíblico Portavoz

INTRODUCCIÓN

1. Características y marco histórico

Conocido como carta de Judas, este escrito del NT tiene una estrecha relación con la segunda carta de Pedro a la que sin duda inspiró en varios puntos. Comparte con ella, sobre todo, el protagonismo de los falsos maestros que están perturbando a algunas iglesias cristianas del último cuarto del siglo I. Ambos escritos utilizan datos procedentes de los libros apócrifos judíos y ambos encontraron dificultades para entrar en el canon de libros sagrados del NT.

Una simple lectura pone de manifiesto el carácter polémico del escrito, que ha de asignarse, por tanto, al género literario “controversia”. Se trata de poner en guardia a los destinatarios de la carta contra unos falsos maestros de lenguaje atrayente y conducta libertina que, por lo mismo, están resultando altamente peligrosos (vv. Jud 1:3-4). Para conseguir su objetivo, el autor remite a varios ejemplos tomados de la Escritura (vv. Jud 1:5-7), pero también de la literatura apocalíptica extrabíblica (alusión al libro apócrifo de La Asunción de Moisés en v. Jud 1:9 y cita explícita del libro de Enoc en v. Jud 1:15). Recurre también a un tono y un vocabulario duros y casi violentos, pero al mismo tiempo solemne y en cierto modo elegante.

El autor se presenta a sí mismo como Judas, hermano de Santiago (v. Jud 1:1). ¿Se trata de los mismos personajes a quienes Marcos y Mateo colocan en el grupo de los llamados hermanos del Señor? (Mar 6:3; Mat 13:55). ¿O hay que pensar en el Judas que Lucas designa como hijo de Santiago en la lista apostólica (Luc 6:16; Hch 1:13) y al que Mateo y Marcos llaman Tadeo (Mat 10:3; Mar 3:18)? La verdad es que las indicaciones de la carta sugieren más bien un tiempo posterior a los apóstoles (v. Jud 1:17), lo que nos colocaría ante un ejemplo más de pseudoepigrafía. Es decir, un cristiano del siglo I utiliza el nombre y la autoridad de uno de los apóstoles para hacer frente a doctrinas y maestros que están poniendo en peligro la fe de algunas iglesias cristianas.

2. Contenido y estructura

El centro de la carta lo ocupa la polémica contra los “individuos impíos” que se han infiltrado en la comunidad (v. Jud 1:4). No es posible concretar de quiénes se trata — tal vez son los primeros brotes del movimiento gnóstico del siglo II — . En todo caso, son presentados como gente que reniega de Jesucristo (v. Jud 1:4), injuria a los ángeles (v. Jud 1:8) y crea divisiones en el seno de la comunidad (v. Jud 1:12). Frente a ellos el autor invita a los cristianos a que se mantengan firmes en la fe recibida (vv. Jud 1:17-21) para no incurrir en castigos semejantes a los que tuvieron que sufrir en el pasado quienes se apartaron de Dios (vv. Jud 1:5-7).

En una carta tan breve como esta, apenas es posible hablar de estructura. El orden temático de la exposición es como sigue:

— Introducción (Jud 1:1-2)

I. — POLÉMICA CONTRA LOS FALSOS MAESTROS (Jud 1:3-16)

II. — EXHORTACIÓN A LA FIDELIDAD (Jud 1:17-23)

— Conclusión (Jud 1:24-25)

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— Judas… hermano de Santiago: Ver Introducción a la carta.

— la custodia de Jesucristo: Otros traducen toda la frase de esta otra manera: a los que Dios Padre, en su amor, ha llamado y reservado para Jesucristo.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Destinatarios y Saludos Iniciales

El autor se presenta a sí mismo de la manera tradicional, describe a aquellos a quienes escribe y ora por su desarrollo espiritual.

1 Siervo (gr. doulos) significa un esclavo y, por lo tanto, Judas es un verdadero “hermano” de Jesús, de acuerdo con Marcos (3:35). Santiago (Stg. 1:1) y Pedro (2 Ped. 1:1) también incluyen ese título. Llamados, amados … guardados introduce un aspecto de esta carta: grupos de tres palabras reunidas. Esta descripción enfatiza cuánto de la salvación corresponde enteramente a Dios. Es el resultado de su soberanía, su amor y su poder, y su alcance se extiende desde la eternidad, a través del tiempo, volviendo a la eternidad (ver Rom. 8:30; 1 Ped. 1:3-5). Algunas versiones dicen “santificados” pero tiene menos respaldo de mss. que amados. Guardados en Jesucristo puede traducirse como “en” o como “para” (BJ) y cada una de esas alternativas da un enfoque diferente (cf. 1 Ped. 1:5). 2 Misericordia, paz y amor es una bendición única en el NT y más completa que en otras cartas. Puede ser un vínculo con las tres ideas del v. 1 (el llamado de Dios trae misericordia, su amor rodea a su pueblo y su poder guardador trae paz). O podría leerse como una fórmula trinitaria (Dios el Padre trae misericordia, el Hijo efectúa la paz y el Espíritu da amor). Os sean multiplicados es también la oración de 1 Ped. 1:2 y 2 Ped. 1:2.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

NOTAS

(1) “Judas.” Gr.: I·óu·das, que significa: “Loado”.

(2) Lit.: “que han sido guardados”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 0 Mat 13:55; Mar 6:3; Gál 2:9; Stg 1:1

b 1 Heb 3:1

c 2 Mat 11:27; 1Jn 3:24

d 3 Jua 6:39; Jua 17:15; 2Ti 1:12; 2Ti 4:18; 1Pe 1:5

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

siervo. Véase coment. en Ro 1:1.

llamados, amados…guardados. Estas tres palabras describen la eterna seguridad del creyente. Llamados enfatiza el llamado de Dios para salvación (Ef 1:4; 1 Ts 1:4; v. coment. en Ro 8:28). El aspecto de ser llamado recibe más énfasis en los vers. 3, 17, 20. Amados se refiere a los que reciben el amor de Dios manifestado por su gracia (gr. agápe) . Guardados se refiere a ser apartados y protegidos para la vida eterna (cp. 1 P 1:5).

Fuente: La Biblia de las Américas

1 (1) Tanto Judas como Jacobo, quien escribió la epístola que lleva su nombre ( Stg_1:1), eran hermanos del Señor Jesús en la carne ( Mat_13:55).

1 (2) O, para. Por denota la fuerza y el medio para guardar; para denota el propósito y el objetivo de guardar. El Padre le dio todos los creyentes al Señor ( Jua_17:6). Ellos son guardados para El y por El.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

INTRODUCCIÓN A LA EPÍSTOLA DE JUDAS

AUTOR: Judas

FECHA: 70-80

Paternidad literaria Judas se identifica a sí mismo como hermano de Jacobo o Santiago (v. Jud 1:1), el líder de la iglesia de Jerusalén (Hch 15:1-41) y medio hermano del Señor Jesús. Judas es nombrado en la lista de hermanos del Señor que aparece en Mat 13:55 y Mar 6:3. Aunque, según sus propias afirmaciones, tenía la intención de escribir un tratadito sobre la salvación, circunstancias apremiantes le obligaron, en lugar de ello, a tratar acerca de los falsos maestros (v. Jud 1:3).

Objetivo Esta carta fue escrita con el propósito de defender la fe apostólica contra las falsas enseñanzas que estaban surgiendo en las iglesias. Una forma incipiente de gnosticismo – no el ascético -, como el que ataca Pablo en Colosenses, sino el antinomiano. Los gnósticos veían todo lo material como malo, y todo lo espiritual como bueno. Por consiguiente, cultivaban en sus vidas lo «espiritual» y le permitían a su carne todo lo que le venía en gana, con el resultado de que se hadan culpables de todo género de iniquidad (véase «Gnosticismo» en la INTRODUCCIÓN a la 1 Juan).

Citas extrabíblicas En los versículos Jud 1:14-15, Judas cita del apócrifo 1 Enoc, y en el versículo Jud 1:9 alude a una referencia que se encuentra en otro apócrifo. La Asunción de Moisés. Esto no significa que Judas considerase estos libros como inspirados a la par de las Escrituras canónicas. Pablo citó a poetas paganos, sin implicación alguna de que fuesen inspirados por Dios (cp. Hch 17:28; 1Co 15:33; Tit 1:12).

Destinatarios No se nos dice a quiénes va dirigida la carta, pero sabemos que eran cristianos acosados por falsos maestros, que eran inmorales, codiciosos, orgullosos, y fomentadores de divisiones.

Contenido Al condenar a los herejes en términos inequívocos, Judas exhorta a sus lectores a «contender ardientemente por la fe» (v. Jud 1:3).

BOSQUEJO DE JUDAS

I) Saludo y objetivo, Jud 1:1-4

II) Exposición de los falsos maestros, Jud 1:5-16

A) Su destino final, Jud 1:5-7

B) Su denuncia, Jud 1:8-10

C) Su descripción, Jud 1:11-16

III) Exhortación a los creyentes, Jud 1:17-23

IV) La bendición, Jud 1:24-25

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Judas se dirige a los llamados; i.e., a todos los cristianos, que han sido llamados al conocimiento de Dios mediante Jesucristo. Son amados (mejor que santificados) en Dios Padre, y guardados en Jesucristo, i.e., reservados (cp. con el «reservada» de 1Pe 1:4) para el día de la segunda venida del Señor.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Judas…Mat 13:55; Mar 6:3; esclavo… Gr. doúlos → §273; de Jacobo… Esto es, el autor de la epístola que lleva su nombre; amados… Textus Receptus (TR) registra santificados.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

T240 Ἰησοῦ Χριστῷ se usa como un dativo instrumental: guarda dos por Jesucristo.

T264 El uso de ἐν es difícil de determinar; la preposición puede ser desplazada, pero es razonable la expresión: amados en Dios, en el sentido místico cristiano (posiblemente ἐν θεῷ tenga aquí un sentido personal: en el juicio de Dios -MT103).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, Santiago

Algunos mss. posteriores dicen: santificados

Fuente: La Biblia de las Américas

g Mat 13:55; Mar 6:3.

1.1 de Jacobo. Esto es, el autor de la epístola que lleva su nombre.

1.1 TR registra santificados.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[1] Negación de la dualidad de poderes.

[2] Una metáfora para gentiles paganos.

[3] Moadim/Festividades.

[4] Elegidos para la segunda muerte.

[5] El rollo de Enoj.

[6] En su voluntad, no sólo en lenguas.

Fuente: Escrituras del Nombre Verdadero

Biblia Peshitta 2006 Notas:

La mayoría de los eruditos concuerda en que se trata del hermano de Jacobo (Santiago), y por tanto hermano de nuestro Señor Jesucristo (Mat 13:55; Mar 6:3). A él se atribuye la utoría de esta epístola universal, escrita alrededor del 70 d.C.

Fuente: Peshitta en Español