Comentario de Judas 1:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Pero éstos maldicen lo que no conocen; y en lo que por instinto comprenden, se corrompen como animales irracionales.
v. 10 — Véase 2Pe 2:12. «Pero éstos… no conocen». Los ángeles buenos no profieren «juicio infamante» (Versión Hispanoamericana, Jud 1:9), pero éstos sí blasfeman, y esto de las cosas invisibles, celestiales y espirituales, como de «las glorias» (véase el versículo 8, comentario), o sea, de las dignidades (Versión Moderna) o autoridades superiores. Son materialistas, esclavos de lo que pueden ver y tocar. Están vanamente hinchados por su «propia mente carnal» (Col 2:18). «y en las… animales irracionales». Su único conocimiento es de cosas de libertinaje sensual, iguales a los animales irracionales en esto, porque los animales no conocen otra cosa que comer y procrear, juntándose carnalmente sin restricción. Estos se jactan de ser muy sabios (véase INTRODUCCIÓN, IV, 1., párrafo 3) y defienden sus prácticas lascivas y lujuriosas basándose en su profesada sabiduría. Pero, en realidad, no saben más que las fieras. Sus deseos carnales son su regla de vida y práctica.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
éstos maldicen las cosas. 2Pe 2:12.
se corrompen en ellas. Rom 1:21, Rom 1:22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Los falsos maestros no conocen la verdad del evangelio. Hablan de asuntos que no comprenden, como personas naturales y no como personas espirituales (1Co 2:14). No tienen comprensión del Espíritu de Dios, sino sólo de lo que tienen en común con el mundo animal, de cosas muy inferiores a las que Dios quiere para sus criaturas humanas.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
blasfeman. Cp. el v. Jud 1:8. Los maestros apóstatas en su engreimiento insolente y egocéntrico con el poder y la autoridad imaginarios que poseían, parlotean e imprecan acerca de cosas que ni siquiera entienden. cuantas cosas no conocen … las que conocen. Vea la nota sobre 2Pe 2:12. Los apóstatas tienen arrogancia intelectual e ignorancia espiritual porque ni siquiera saben que han sido cegados por Satanás (2Co 4:4) y las cosas espirituales están más allá de su mente porque no ha sido regenerada para entender (1Co 2:14). En cuestiones divinas no son más perspicaces que el más lento de los animales. se corrompen. Esto alude a la destrucción espiritual y moral que acarrean sobre sí mismos.
Perfil de un apóstata
1. Impío (v. Jud 1:4)
2. Moralmente pervertido (v. Jud 1:4)
3. Niega a Cristo (v. Jud 1:4)
4. Contamina la carne (v. Jud 1:8)
5. Rebelde (v. Jud 1:8)
6. Maldice a los ángeles santos (v. Jud 1:8)
7. Soñador (v. Jud 1:10)
8. Ignorante (v. Jud 1:10)
9. Corrompido (v. Jud 1:10)
10. Murmurador (v. Jud 1:16)
11. Busca faltas (v. Jud 1:16)
12. Busca intereses personales (v. Jud 1:16)
13. Habla arrogantemente (v. Jud 1:16)
14. Lisonjero (v. Jud 1:16)
15. Burlador (v. Jud 1:18)
16. Causa división (v. Jud 1:19)
17. Piensa en términos mundanos (v. Jud 1:19)
18. Sin el Espíritu (v. Jud 1:19)
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
v. 10 — Véase 2Pe 2:12. «Pero éstos… no conocen». Los ángeles buenos no profieren «juicio infamante» (Versión Hispanoamericana, Jud 1:9), pero éstos sí blasfeman, y esto de las cosas invisibles, celestiales y espirituales, como de «las glorias» (véase el versículo 8, comentario), o sea, de las dignidades (Versión Moderna) o autoridades superiores. Son materialistas, esclavos de lo que pueden ver y tocar. Están vanamente hinchados por su «propia mente carnal» (Col 2:18).
«y en las… animales irracionales». Su único conocimiento es de cosas de libertinaje sensual, iguales a los animales irracionales en esto, porque los animales no conocen otra cosa que comer y procrear, juntándose carnalmente sin restricción. Estos se jactan de ser muy sabios (véase INTRODUCCIÓN, IV, 1., párrafo 3) y defienden sus prácticas lascivas y lujuriosas basándose en su profesada sabiduría. Pero, en realidad, no saben más que las fieras. Sus deseos carnales son su regla de vida y práctica.
«se corrompen». Se arruinan; se destruyen; en cuerpo y alma. Las prácticas carnales terminan en la destrucción del cuerpo. Compárense Sal 49:13; Sal 49:20; 2Pe 1:4. Como indica el versículo siguiente (el 11), del error de éstos resulta el desastre.
Fuente: Notas Reeves-Partain
UN EVANGELIO CARNAL
Judas 1:10
Pero estas personas hablan mal de todo lo que no entienden, mientras que se permiten corromperse por el conocimiento que les reportan sus instintos, viviendo a merced de ellos como bestias irracionales.
Judas dice dos cosas de los hombres malos a los que está atacando.
(i) Critican todo lo que no entienden. Consideran sin valor e irrelevante cualquier cosa que esté fuera de su órbita y de su experiencia: Como decía Pablo: «El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura; y no las puede entender porque se han de discernir espiritualmente» (1Co 2:14 ). Ellos no tenían discernimiento espiritual, y por tanto eran ciegos y despreciaban todas las realidades espirituales.
(ii) Se dejaban contaminar por las únicas cosas que entendían. No entendían más que de los instintos carnales que tenían en común con las bestias irracionales. Su forma de vida consistía en dejar que esos instintos se salieran con la suya; su escala de valores era exclusivamente carnal. Judas describe a hombres que han perdido toda conciencia de las cosas espirituales, y para quienes las cosas que buscan los instintos animales son las únicas que cuentan.
Lo terrible es que la primera condición es el resultado directo de la segunda. Lo trágico es que no hay nadie que nazca sin un cierto sentido para las cosas espirituales; pero lo puede perder hasta tal punto que dejan de existir para él. Uno pude perder cualquier facultad si se niega a usarla. Eso lo descubrimos en cosas tan sencillas como los juegos y las habilidades. Si dejamos de practicar un juego, perdemos la capacidad de jugarlo. Si abandonamos la práctica de una facultad -como, por ejemplo, tocar el piano, la perdemos.
Esto lo descubrimos en cosas como las habilidades. Puede que sepamos algo de una lengua extranjera; pero, si nunca la hablamos o leemos, la perdemos. Cualquier persona puede oír la voz de Dios; y cualquier persona tiene los instintos animales de los que depende la supervivencia de la raza. Pero, si se niega insistentemente a escuchar a Dios, y hace que sus instintos sean la única dinámica de su conducta, acabará por no poder oír la voz de Dios, y no le quedarán para guiar su vida nada más que sus deseos brutales. Es terrible que uno llegue a una etapa en la que es sordo para Dios y ciego para la bondad; y esa es la etapa a la que habían llegado los hombres a los que se dirigía Judas.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
2Pe 2:12.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
m 39 1Co 2:14; Jud 1:19
n 40 2Pe 2:12
ñ 41 Rom 1:24; Gál 6:8; Efe 4:22
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
10 (1) Se refiere a los soñadores mencionados en el v.8.
10 (2) La palabra conocer denota una percepción más profunda de las cosas invisibles, y entender denota un entendimiento superficial de los objetos visibles.
10 (3) O, por.
10 (4) O, por instinto. Estos soñadores injurian lo que no conocen pero que deberían conocer; y lo que entienden, lo entienden de modo natural e instintivo, sin uso de razón, como animales irracionales. Ellos no recurren a la razón para hacer uso del conocimiento humano que es más profundo y más elevado e incluye la percepción de la conciencia del hombre. Lo que ellos practican es un entendimiento instintivo, superficial y rudimentario, como el de los animales, los cuales carecen de razonamiento. Al comportarse de esta manera, se corrompen, o son destruidos.
10 (5) Véase la nota l (5) , punto 3, de 2 P 2.
10 (6) Lit, seres vivientes (incluyendo a los hombres); se refiere a hombres que viven como animales.
10 (7) Véase la nota 12 (2) de 2 P 2.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Lit., corrompidos