Comentario de Judas 1:20 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Pero vosotros, oh amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe y orando en el Espíritu Santo,
v. 20 — Desde este versículo hasta el final deja Judas de tratar de los falsos maestros y trata solamente de creyentes. «edificándoos». La metáfora de edificar y edificio es común en las Escrituras (1Co 3:9-10; Efe 2:20; 1Pe 2:5). Esta obra es responsabilidad individual, la de edificándose. Compárese Flp 2:12. La misma idea de responsabilidad individual y agencia personal se ve en el versículo 21, «conservaos».Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
edificándoos. Hch 9:31; Rom 15:2; 1Co 1:8; 1Co 10:23; 1Co 14:4, 1Co 14:5, 1Co 14:26; Efe 4:12, Efe 4:16, Efe 4:29; Col 2:7; 1Ts 5:11; 1Ti 1:4.
sobre vuestra santísima fe. Hch 15:9; Hch 26:18; 2Ti 1:5; Tit 1:1; Stg 2:22; 2Pe 1:1; 1Jn 5:4; Apo 13:10.
orando en el Espíritu Santo. Zac 12:10; Rom 8:15, Rom 8:26, Rom 8:27; 1Co 14:15; Gál 4:6; Efe 6:18.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Judas nos dice cómo tenemos que mantenernos en el amor de Dios. Es claro que en este versículo Judas nos está instando a cultivar nuestro amor a Cristo, porque no podemos estar separados de su amor por nosotros (Rom 8:35-39).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
EDIFICÁNDOOS. Los creyentes deben defender y propagar la fe y oponerse a las enseñanzas falsas:
(1) Al edificarse en su santísima fe. La fe sagrada es la revelación neotestamentaria trasmitida por Cristo y por los apóstoles (v. Jud 1:3); requiere el estudio de la Palabra de Dios y el esfuerzo constante por conocer la verdad y las enseñanzas de la Biblia (cf. Hch 2:42; Hch 20:27; 2Ti 2:15; Heb 5:12).
(2) Al orar en el Espíritu. Se debe orar con el poder que da el Espíritu Santo, es decir, pidiendo el creyente que el Espíritu lo inspire, guie, fortalezca, sustente y ayude a librar la batalla en la oración (véase Rom 8:26, nota; cf. Gál 4:6; Efe 6:18). La oración en el Espíritu incluye la oración con la mente y la oración con el espíritu (véase 1Co 14:15, nota).
(3) Al permanecer en la esfera del amor de Dios por ellos, lo cual se logra mediante la fiel obediencia a Dios y a su Palabra (Jua 15:9-10).
(4) Al anhelar y esperar el regreso de su Señor y la gloria eterna que acompañara su venida (véase Jua 14:2, nota).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
edificándoos. Los creyentes verdaderos tienen en Jesucristo un fundamento seguro y firme (1Co 3:11) así como una piedra principal del ángulo (Efe 2:20). Las verdades de la fe cristiana (cp. el v. Jud 1:3) han sido suministradas en la enseñanza de los apóstoles y profetas (Efe 2:20) de tal manera que los cristianos puedan edificarse por medio de la Palabra de Dios (Hch 20:32). orando en el Espíritu Santo. Vea la nota sobre Efe 6:18. Este no es un llamado a algún tipo de éxtasis en la oración, sino una simple invitación a orar con constancia y reverencia en la voluntad y el poder del Espíritu, así como se ora en el nombre de Jesucristo (cp. Rom 8:26-27).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
v. 20 — Desde este versículo hasta el final deja Judas de tratar de los falsos maestros y trata solamente de creyentes.
«edificándoos». La metáfora de edificar y edificio es común en las Escrituras (1Co 3:9-10; Efe 2:20; 1Pe 2:5). Esta obra es responsabilidad individual, la de edificándose. Compárese Flp 2:12. La misma idea de responsabilidad individual y agencia personal se ve en el versículo 21, «conservaos».
«sobre vuestra santísima fe». Aquí la fe es el sistema de creencia fundada en la enseñanza apostólica. Se llama santísima, contrastada así con la creencia (fe) de lascivia, disolución y libertinaje de los falsos maestros que era todo menos santa. La «santísima fe» es, pues, el evangelio de Cristo que nos conduce de caminos no santos al de santidad de vida.
«orando en el Espíritu Santo». Puede significar esta frase: (1) el acto mismo de orar inspiradamente en otra lengua, como ejercicio de este don (en la iglesia primitiva antes de cesar los dones espirituales), 1Co 14:15; o (2) orar a Dios influenciado uno por el Espíritu en las Sagradas Escrituras. En cuanto a la primera interpretación, notamos que los falsos maestros no pudieron «orar en el Espíritu», y así se probarían falsos, mientras que los hermanos con el don de hablar lenguas, «orando en el Espíritu», se guardarían de ellos. En cuanto a la otra interpretación, Judas exhorta a los hermanos a hacer sus oraciones a Dios, guardando bien la influencia del Espíritu Santo en la santa fe, y así no ser movidos de ella para seguir a los falsos en las cosas de sensualidad.
(Entiendo que la segunda es la correcta, pues la exhortación es general, pero el don de hablar lenguas no lo era). A todo cristiano se le manda orar sin cesar (1Ts 5:17).
Fuente: Notas Reeves-Partain
LAS CARACTERÍSTICAS DE LA BONDAD
Judas 1:20-21
Pero vosotros, queridos hermanos, debéis edificaros sobre el fundamento de vuestra santísima fe; debéis orar en el Espíritu Santo; debéis manteneros en el amor de Dios; mientras esperáis la misericordia de nuestro Señor Jesucristo que os llevará a la vida eterna.
En el pasaje anterior, Judas describió las características del error; en este pasaje pasa a describir las características de la bondad.
(i) El hombre bueno edifica su vida sobre el cimiento de la santísima fe. Es decir: la vida del cristiano está cimentada, no en algo que se ha fabricado por sí mismo, sino en algo que ha recibido. Hay una cadena en la transmisión de la fe. La fe llegó de Jesús a los apóstoles; de los apóstoles, a la Iglesia; y nos llega de la Iglesia a nosotros. Aquí hay algo tremendamente importante. Quiere decir que la fe que sustentamos -o, mejor dicho, que nos sustenta- no es meramente la opinión personal de uno mismo, sino la Revelación que vino de Jesucristo y fue conservada y transmitida dentro de la Iglesia, siempre bajo el cuidado y la dirección del Espíritu Santo, de generación en generación.
Esa fe es una fe santísima. Una y otra vez hemos visto el significado de la palabra santo. El sentido de su raíz es diferente. Lo que es santo es diferente de otras cosas, como el sacerdote es diferente de los demás del pueblo, el Templo es diferente de los otros edificios, el sábado diferente de los otros días, y Dios supremamente diferente de los hombres.
Nuestra fe es diferente en dos sentidos. (a) Es diferente de otras fes y de las filosofías en que no es hecha por los hombres, sino dada por Dios; no es opinión, sino Revelación; no es suposición, sino certeza. (b) Es diferente en que tiene poder para hacer diferentes a los que creen. No es sólo algo que cambia las ideas, sino algo que cambia las vidas; no es simplemente una creencia intelectual, sino también una dinámica moral.
El hombre que es bueno es un hombre de oración. Se ha expresado esto diciendo: «La religión, en el sentido verdadero, quiere decir dependencia.» La esencia de la religión es la conciencia de nuestra total dependencia de Dios; y la oración es el reconocimiento de esa dependencia, y el acudir a Dios para recibir la ayuda que necesitamos. Como decía Moffatt en una definición magnífica: «La oración es el amor en necesidad apelando al Amor en poder.» El cristiano debe ser un hombre de oración por lo menos por dos razones. (a) Sabe que debe someterlo todo a la voluntad de Dios, y por tanto tiene que presentárselo a Dios para Su aprobación. (b) Sabe que por sí mismo no puede hacer nada, pero que con Dios todas las cosas son posibles; y por tanto tiene que estar llevando constantemente su insuficiencia a la suficiencia de Dios.
La oración, dice Judas, ha de ser en el Espíritu Santo. Lo que quiere decir es que nuestras oraciones humanas es inevitable que sean, por lo menos a veces, egoístas y ciegas. Solamente cuando el Espíritu Santo toma plena posesión de nosotros nuestros deseos son purificados y nuestras oraciones son correctas. La verdad es que, como cristianos, debemos orar a Dios, pero sólo Él nos puede enseñar cómo y por qué debemos orar.
(iii) El hombre bueno se mantiene en el amor de Dios. En lo que Judas está pensando aquí es en la relación del Antiguo Pacto entre Dios y Su pueblo como se nos describe en Ex 24:1-8 . Dios se dirigió a Su pueblo prometiéndole que sería su Dios y ellos serían Su pueblo; pero esa relación dependería de que ellos aceptaran y obedecieran la Ley que Él les dio. » El amor de Dios -comenta Moffatt- tiene también sus propios términos de comunión.» En cierto sentido es verdad que no podemos salirnos del amor y el cuidado de Dios; pero también es verdad que, si deseamos permanecer en íntima comunión con Dios, debemos ofrecerle el perfecto amor y la perfecta obediencia que van siempre de la mano.
(iv) El hombre bueno espera anhelantemente. Espera la venida de Jesucristo en misericordia, amor y poder; porque sabe que el propósito de Cristo para él es traerle a la vida eterna, que no es otra cosa que la vida de Dios mismo.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Col 2:7.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
m 66 Hch 20:32; 1Co 3:10
n 67 Gál 5:22; Col 2:7; 1Ts 5:11
ñ 68 Luc 11:13; Rom 8:26; Efe 6:18
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
santísima fe. Es decir, la fe que fue entregada de una vez para siempre a los creyentes (veáse coment en el vers. 3).
Fuente: La Biblia de las Américas
20 super (1) O, en.
20 super (2) La fe objetiva; se refiere a las cosas preciosas del Nuevo Testamento, en las cuales creemos para ser salvos en Cristo (véase la nota 3 super (3)). Sobre el fundamento de esta santa fe y en su esfera, orando en el Espíritu Santo, nos edificamos a nosotros mismos. La verdad de la fe que comprendemos y el Espíritu Santo que disfrutamos mediante nuestra oración son necesarios para que seamos edificados. Tanto la fe como el Espíritu son santos.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
MT9 En cualquier otro escritor podríamos ser tentados a dedicar tiempo al estudio de τὰς λυχνίας, donde es claramente necesario el término τῶν λυχνιῶν, aunque para Juan (por lo menos en el Apocalipsis) es suficiente decir que el pronombre cercano οὕς pudo haber producido la aberración (Juan es perpetuamente indiferente a la concordancia).