Comentario de Apocalipsis 5:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

También vi a un ángel poderoso que proclamaba a gran voz: “¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos?”

5:2 — Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? —

Se llama atención para el que va a ser digno de abrir el libro. Abrir el libro y desatar sus sellos indica revelar el contenido.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

y vi un ángel fuerte. Sal 103:20.

Quién es digno de abrir el libro. Apo 5:5; Isa 29:11, Isa 29:12; Isa 41:22, Isa 41:23.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Ninguna criatura en toda la creación es digna de abrir los sellos del libro en las manos de Dios (v. Apo 5:1).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

ángel fuerte. La identidad de este ángel es incierta, pero podría referirse al ángel Gabriel, cuyo nombre significa «fortaleza de Dios» (Dan 8:16).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

5:2 — Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? —
Se llama atención para el que va a ser digno de abrir el libro. Abrir el libro y desatar sus sellos indica revelar el contenido.

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL LIBRO DE DIOS ACERCA DEL DESTINO

Apocalipsis 5:2-4

Y vi un ángel poderoso que proclamaba a gran voz:

-¿Quién es capaz de abrir el rollo y de desatar los sellos?
Y no había nadie en el Cielo ni en la Tierra ni debajo de la Tierra que pudiera abrir el rollo, ni siquiera mirarlo; y yo lloraba amargamente, porque no se encontraba a nadie que fuera capaz de abrir el rollo ni de verlo.

Cuando Juan estaba mirando a Dios con el rollo en la mano se presentó un ángel imponente para lanzar un gran desafío. Un ángel poderoso aparece otra vez en 10:1 y en 18:21. En este caso el ángel tenía que ser extraordinario para que el desafío de su voz llegara hasta los últimos confines del universo. Citaba a que se presentara para abrir el libro a cualquiera que fuera capaz de acometer la empresa.
No cabe duda de que el contenido del libro era lo que había de suceder en los últimos tiempos. Que existía tal libro era firme creencia entre los judíos. Se encuentra corrientemente en el Libro de Henoc. El arcángel Uriel le dice a Henoc en los lugares celestiales: «¡Oh Henoc, observa la escritura de las tablas celestiales y lee lo que hay escrito en ellas y marca cada hecho individual!» Y Henoc prosigue: «Y yo observé todo lo que había en las tablas celestiales, y leí todo lo que había escrito en ellas, y lo comprendí todo, y leí el libro de todas las acciones de los humanos y de todas las criaturas que habrá sobre la tierra hasta las últimas generaciones» (1 Henoc 81:1 s). En el mismo Libro de Henoc se cuenta que Henoc tuvo una visión de la Cabeza de los Días en Su trono glorioso, «y los libros de los vivientes se abrieron en Su presencia» (1 Henoc 47:3). Henoc afirma conocer el misterio de los santos, porque «el Señor me mostró y me informó, y he leído las tablas celestiales» (1 Henoc 106:19). En esas tablas vio la historia de las generaciones todavía por venir (1 Henoc 107:1). La idea es que Dios tiene un libro en el que ya está escrita la historia del tiempo por venir.

Cuando estemos tratando de interpretar esta idea será conveniente tener presente que se nos presenta como una visión y en forma poética. Sería cometer una grave equivocación el tomarla demasiado literalmente. No quiere decir que todo «esté escrito» de antemano, y que nos encontremos en las garras de un fatalismo inevitable. Lo que sí quiere decir es que Dios tiene un plan para el universo, y que el propósito de Dios no fracasará.
Nadie se presentó al desafío del ángel; no había nadie que fuera capaz de abrir el rollo, por lo que Juan se echó a llorar amargamente. Había dos razones para sus lágrimas.

(i) En 4:1, la Voz le había hecho una promesa: «Yo te mostraré lo que ha de tener lugar desde ahora en adelante.» Parecía como si la promesa se hubiera frustrado.

(ii) Pero había una razón aún más profunda para su tristeza. Le parecía que no había nadie en todo el universo a quien Dios pudiera revelar Sus secretos. Esto, sin duda, era terrible. Hacía mucho que había dicho Amós: «No hará nada el Señor Dios sin revelarles Su secreto a Sus siervos los profetas» (AmóCnt 3:7

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

NOTAS

(1) O: “gran voz”.

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

desatar… Es decir, romper.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

O, fuerte

Fuente: La Biblia de las Américas

Es decir, romper.

Fuente: La Biblia Textual III Edición