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Comentario de Apocalipsis 10:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Apocalipsis 10:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Vi a otro ángel poderoso que descendía del cielo envuelto en una nube, y el arco iris estaba sobre su cabeza. Su rostro era como el sol, y sus piernas como columnas de fuego,

Entre los símbolos sexto y séptimo, hay dos interludios. Entre el sexto sello y el séptimo hubo dos visiones intermediarias (capítulo 7). Entre las trompetas sexta y séptima también hay dos interludios, o sea, una visión con dos partes: el librito (capítulo 10) y los dos testigos (capítulo 11). Luego toca el ángel de la séptima trompeta (11:15-19).

El capítulo 10, pues, registra la primera parte de la visión intermediaria entre las trompetas sexta y séptima. Es la visión del ángel con el librito.

10:1 — Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego —

La descripción de este ángel indica la gravedad de importancia de su misión. «Envuelto en una nube» sugiere una misión de juicio. Véase 1:7, comentario. Fue un ángel «fuerte», como el de 5:2. Significa su poder para ejecutar su misión.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

y vi otro ángel. Apo 10:5, Apo 10:6; Apo 5:2; Apo 7:1, Apo 7:2; Apo 8:2-5, Apo 8:13; Apo 9:13, Apo 9:14; Apo 14:14, Apo 14:15.

envuelto en una nube. Apo 1:7; Éxo 16:10; Lev 16:2; Sal 97:2; Sal 104:3; Isa 19:1; Lam 3:44; Dan 7:13; Luc 21:27.

el arco iris sobre su cabeza. Apo 4:3; Gén 9:11-17; Isa 54:9; Eze 1:28.

su rostro como el sol. Apo 1:16; Dan 10:6; Mat 17:2; Hch 26:13.

sus pies como columnas de fuego. Apo 1:15; Cnt 5:15.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Un ángel muy fuerte aparece con un libro abierto en su mano, Apo 10:1-5.

Juró por el que vive por siempre, que no habrá más tiempo, Apo 10:6-8.

Juan es mandado a tomar y comer el libro, Apo 10:9-11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Apo 11:1-14

Esta sección sirve como un interludio entre los juicios de la sexta y la séptima trompeta (Apo 11:15-19), así como el capítulo Apo 7:1-17 fue un paréntesis entre el sexto y el séptimo sello. Nuevamente vemos dos escenas: el librito (cap. Apo 10:1-11) y los dos testigos (Apo 11:1-14) como estaban en el primer interludio (Apo 7:1-8Apo 7:9-17).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Este ángel fuerte sería el mismo «ángel fuerte» de Apo 5:2 o el ángel «con gran poder» de Apo 18:1. Es improbable que se trate de Miguel, al que se hace referencia con los mismos términos (Apo 12:7; Dan 12:1) o de Cristo debido a que nunca se le llama ángel en el AT. Además, este ángel viene a la tierra antes de que termine el tiempo de tribulación, no como Cristo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

OTRO ÁNGEL FUERTE. El cap. Apo 10:1-11 revela la visión del ángel con el librito. Es un interludio entre la sexta trompeta (abierta en Apo 9:13) y la séptima (abierta en Apo 11:15).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

Capitulo 10.
E ntre la sexta y la séptima trompeta, San Juan intercala los capítulos i o y n. En el 10 se habla de la aparición de un ángel con un mensaje de consuelo, el cual manda a Juan comer un librito para que profetice. Este hecho tiene cierto paralelismo con Rev 5:2, en donde un ángel invitaba a abrir el libro de los siete sellos. El capítulo II nos refiere la medición de templo y la preparación, llevada a cabo por los dos Testigos, del triunfo del reino de Dios. Estos dos capítulos constituyen, por consiguiente, una interrupción en el septenario de las trompetas. Interrupciones semejantes ya las hemos encontrado entre el sexto y el séptimo sello, con el episodio de los 144.000 sellados y de la muchedumbre celeste. Como suele hacer el autor sagrado, después de la terrible catástrofe desencadenada por el ejército infernal, quiere presentar a los cristianos fieles el anuncio de la salud, de la venida del reino de Dios *. En realidad, todos los azotes que la Providencia divina permite que se abatan sobre la humanidad, son como el preludio de la consumación final y del triunfo definitivo de Cristo y de su Iglesia.

Inminencia del castigo: La llegada del reino de Dios,Rev 10:1-7.
1 Vi otro ángel poderoso, que descendía del cielo envuelto en una nube; tenía sobre su cabeza el arco iris, y su rostro era corno el sol, y sus pies, como columnas de fuego, 2 y en su mano tenía un librito abierto. Y poniendo su pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra, 3 gritó con poderosa voz, como león que ruge. Cuando gritó, hablaron los siete truenos con sus propias voces. 4 Cuando hubieron hablado los siete truenos, iba yo a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que han hablado los siete truenos y no las escribas. 5 El ángel que yo había visto estar sobre el mar y sobre la tierra levantó al cielo su mano derecha 6 y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y cuanto hay en él, la tierra y cuanto en ella hay, el mar y cuanto existe en él, que no habrá más tiempo, 7 sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él suene la trompeta, se cumplirá el misterio de Dios, como El lo anunció a sus siervos los profetas.

San Juan está ahora sobre la tierra, desde donde ve a un ángel que baja del cielo. El aspecto del ángel era imponente, poderoso, y toda su figura majestuosa. Para encubrir un tanto su majestad y gloria viene envuelto en una nube, que es el vehículo tradicional empleado por los seres celestes para sus viajes entre el cielo y la tierra 2. Llevaba sobre su cabeza el arco iris (v.1), que, a manera de aureola o de halo glorioso irisado, rodeaba su cabeza. El arco iris indica su gloria espiritual y su procedencia celestial; pero, al mismo tiempo, es signo de que el ángel trae un mensaje de paz y de misericordia 3 para los fieles cristianos perseguidos. El juicio general que va a anunciar y los juicios particulares que mandará profetizar al vidente de Patmos demuestran esto mismo. Los fieles recibirán satisfacción y sus deseos serán cumplidos. El rostro del ángel resplandecía como el sol y sus pies eran como columnas de fuego. Este aspecto resplandeciente y lleno de gloria es una nota característica de las apariciones sobrenaturales de seres en forma humana 4. Esta imagen del ángel nos recuerda un tanto la visión del ángel de Rev 5:2. Como éste había en cierta manera anunciado y provocado el comienzo de las calamidades sobre el mundo pagano, así el ángel de Rev 10:1 viene a anunciar la consumación próxima de los juicios divinos. La intervención de este ángel poderoso significa la importancia de la misión que trae: la consumación está próxima 5.
El hecho de que el ángel resplandece a semejanza del Hijo del hombre en la aparición inicial de los mensajes a las siete iglesias 6, ha llevado a algunos autores a identificarlo con Jesucristo. Sin embargo, el resplandor es común a los seres sobrenaturales y gloriosos. Además, aquí el ángel actúa como los otros y Dios le da órdenes, lo cual nunca sucede con Jesucristo. ¿Qué ángel es? Pudiera ser Gabriel, “fuerza de Dios,” al cual convendría a perfección el epíteto de poderoso (ισχυρός). Trae también un mensaje consolador de tipo mesiánico, como es la llegada del reino de Dios, que será el coronamiento en la historia del Evangelio.
El ángel de aspecto imponente tiene en su mano un librito abierto (v.2). Este librito está como en contraste con el libro sellado del capítulo 5, a causa de su pequenez 7 y por estar abierto. Sus pequeñas proporciones parecen significar que contiene pocos oráculos. Y está abierto porque dichos oráculos son relativamente claros o bien porque ya han sido revelados bajo alguna forma en la visión de las siete trompetas. El librito debía de contener los destinos del Imperio romano, considerado en sus relaciones con la Iglesia y como prototipo de las potencias que han de ser vencidas por Cristo.
Las proporciones colosales del ángel, que tenía su pie derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra, designan su misión universal, la cual abarcará al mundo en su totalidad. Su poderosa voz está en consonancia con su superhercúlea estatura. Dio un grito 8 inarticulado, parecido al rugido de un león, que se convirtió en un eco inmenso semejante al de siete truenos (v.3). El ángel emitió probablemente con su poderosa voz siete mensajes, cuyo eco iba retumbando por todos los ángulos de la tierra 9. El trueno en la Sagrada Escritura es la voz de Dios 10. Los siete truenos, eco del poderoso grito del ángel, parecen simbolizar “todo el conjunto de la revelación profética comunicada por Dios a Juan” n. Pero si no simbolizan todo el conjunto de la revelación profética, al menos debe de tratarse de cierto número de revelaciones o mensajes dirigidos a los cristianos, porque San Juan, al oír la voz, entiende algo que al punto se dispone a escribir para darlo a conocer a las Iglesias. Pero una voz del cielo se lo impide, ordenándole que no lo escriba, que lo guarde en su corazón hasta que llegue la hora de revelarlo (v.4). Sellar las cosas que han dicho los siete truenos es igual que mantenerlas en secreto. Lo cual significa que San Juan había oído muchos secretos acerca de los designios de Dios sobre la humanidad, que no serían puestos por escrito, es decir, no serían revelados. Son estos artificios literarios muy en consonancia con el carácter apocalíptico de nuestro libro. Ya el profeta Daniel se expresaba casi en los mismos términos: “Tú, Daniel, ten en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin” 12. La razón que se da en Daniel para mantener el secreto es el tiempo lejano en que ha de tener lugar lo anunciado 13.
Ha habido muchos autores que han intentado penetrar en el contenido de los siete truenos. Pero es difícil determinar con certeza cuáles eran los mensajes de los siete truenos. Lo que nos parece más probable y más en conformidad con todo el tenor del Apocalipsis es que lo dicho por los truenos debe de ser el anuncio de nuevas calamidades relacionadas con el mensaje del ángel. Tal vez se prohiba a San Juan revelarlas para no desalentar a los cristianos, ya tan probados.
El mensajero divino, después de haber dado un grito atronador, se dispone a pronunciar un juramento para certificar la absoluta verdad de lo que va a decir. El juramento estaba permitido por la ley judía y tenía gran fuerza obligatoria. También entre los cristianos es lícito, siempre que sea verdadero aquello por lo que se jura y haya motivo suficiente para jurar. El ángel, en actitud de prestar solemne juramento 14, jura levantando al cielo su mano derecha y teniendo sus pies asentados sobre la tierra y el mar (v.5-6). Con esta actitud, el ángel quiere significar que toca las tres partes del universo porque va a jurar por aquel que creó el cielo, la tierra y el mar 15. La acción de elevar la mano al cielo, como queriendo poner por testigo a Dios, por quien se jura, es común en la Sagrada Escritura 16. En esta actitud, el ángel pronuncia la fórmula del juramento. Y para que no haya duda alguna de que es el Dios verdadero al que pone por garante de lo que va a decir, añade que es el que creó el cielo, la tierra, el mar y cuanto en ellos existe n. ¿Qué es lo que jura? Que no habrá más tiempo (v.6). La palabra tiempo aquí significa dilación, espera. Por consiguiente, significa que ya no pasará más tiempo, ya no habrá más dilación para el cumplimiento de los juicios divinos que se realizarán al sonido de la séptima trompeta. La apertura de los siete sellos y los toques de las trompetas habían hecho retrasar la venida de la consumación de todas las cosas. Sin embargo, una vez que suene la séptima trompeta, se cumplirá el misterio de Dios (v.7). Este misterio de Dios es el establecimiento definitivo del reino de Dios y de su Cristo, que tendrá lugar con la destrucción de las naciones paganas. San Pablo también nos habla del misterio de Dios en varias de sus epístolas 1S. Para el Apóstol de los Gentiles, el misterio de Dios era “Jesucristo, en quien se hallan escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.”19 Toda la esperanza de que se cumpliera el misterio de Dios, es decir, que llegara el reino de Dios, se fundaba en las promesas divinas anunciadas por Dios por medio de sus profetas, como nos advierte el autor del Apocalipsis. La tardanza hay que entenderla, con muchísima probabilidad, de la espera de los cristianos en el cumplimiento de las promesas divinas 20. Después que Cristo había subido al cielo esperaban impacientes su plena realización. Incluso sabemos por la 2Pe 3:3-4 que ciertos cristianos desconfiaban, hacia fines de la edad apostólica, de la realización de las promesas de nuestro Señor. Por eso era necesaria una confirmación solemne de esas promesas. Y de ahí que el ángel jure solemnemente en nombre de Dios que la realización del misterio de Dios se llevará a efecto. Parece que se trata de una realización inmediata. En cuyo caso se trataría de los designios providenciales de Dios sobre su Iglesia, es decir, del triunfo de la Iglesia sobre los poderes paganos. Se trata en definitiva del triunfo del mesianismo, del Evangelio, anunciado por los profetas 21. Este triunfo, sin embargo, no será definitivo hasta que se realice la plena consumación del reinado de justicia y paz entrevisto por los profetas del Antiguo Testamento y esperado impacientemente por los fieles del Nuevo Testamento. La unión de todos los elegidos entre sí y con Cristo será perfecta cuando suene la trompeta que anunciará el último juicio y la retribución definitiva. La Iglesia militante, después de las luchas y persecuciones sufridas en este mundo, obtendrá de este modo el triunfo último e inalienable. Sólo entonces los cristianos fieles saciarán plenamente sus ansias de salvación y de triunfo. San Juan trata indudablemente de consolar e infundir ánimo a los cristianos decaídos. La certeza de que las promesas divinas se cumplirán pronto con un gran triunfo de la Iglesia sobre sus enemigos era un pensamiento muy apropiado para consolar y excitar el entusiasmo en los miembros de la Iglesia perseguida.

San Juan come un librito,2Pe 10:8-11.
8 La voz que yo había oído del cielo, de nuevo me habló y me dijo: Ve, toma el librito abierto de mano del ángel que está sobre el mar y sobre la tierra. 9 Fuime hacia el ángel, diciendo que me diese el librito. El me respondió: Toma y cómelo, y amargará tu vientre, mas en tu boca será dulce como la miel. 10 Tomé el librito de mano del ángel, y me puse a comerlo, y era en mi boca como miel dulce; pero cuando lo hube comido sentí amargadas mis entrañas. n Me dijeron: Es preciso que de nuevo profetices a los pueblos, a las naciones, a las lenguas y a los reyes numerosos.

Otra vez la voz del cielo, la misma que había prohibido escribir la revelación de los siete truenos, habla al vidente de Patmos. Le manda tomar el librito abierto de mano del ángel que está sobre el mar y sobre la tierra (v.8). El ángel se lo da y le ordena que lo coma. El librito estaba abierto, con lo cual quiere significar que su contenido no era secreto y podía ser comunicado a los cristianos. No era necesario abrirlo ni leerlo públicamente, porque el Cordero ya había abierto el gran libro sellado que contenía todo lo del librito y otras muchas cosas futuras. Conviene que San Juan lo coma, es decir, que se penetre bien de su contenido para anunciarlo y profetizarlo a todos los pueblos y naciones 22. Dicho contenido es muy probablemente el capítulo 12 y todo lo que sigue del Apocalipsis. La escena de Juan comiendo el librito está tomada indudablemente del profeta Ezequiel, el cual ve en la visión inaugural un rollo escrito por delante y por detrás, que contenía lamentaciones, elegías y ayes 23. Y a continuación oye una voz del cielo que ordena: “Hijo de hombre, come eso que tienes delante; come ese rollo y habla luego a la casa de Israel. Yo abrí la boca e hízome él comer el rollo, diciendo: Hijo de hombre, llena tu vientre e hinche tus entrañas de este rollo que te presento. Yo lo comí, y me supo a mieles” 24. La acción de comerse el libro significa apropiarse intelectualmente el contenido de él. A Ezequiel le resultó el rollo dulce como la miel; a San Juan le resultará dulce en la boca, pero amargo en el vientre (v.q-10). El librito le resulta dulce a Juan porque anuncia el triunfo de la Iglesia y la liberación de los cristianos de la opresión de los poderes paganos. Pero al mismo tiempo lo siente amargo porque también anuncia los sufrimientos temporales de los cristianos y la suerte trágica de los paganos. Su corazón compasivo de padre se siente angustiado al contemplar la ruina de tantos infieles. La misión profética, por otra parte, es una cosa extraordinariamente elevada y dulce; pero a la vez es difícil de cumplir, como vemos por el ejemplo de Jeremías.
Finalmente, se dice a Juan que tendrá que profetizar de nuevo a los pueblos, a las naciones, a las lenguas y a los reyes numerosos (v.11). Esto significa que el vidente de Patmos, antes de terminar el Apocalipsis, tendrá que publicar las visiones contenidas en el librito. Estas visiones deben abarcar todo el contenido de los capítulos 12-20, que se refiere al Imperio romano. Los reyes de los que nos habla aquí el autor sagrado no pueden ser otros que los del capítulo 17:10-12. Esto indica que la materia del librito corresponde, más o menos, al contenido de la séptima trompeta. El profeta se siente impulsado por una necesidad interior, después que ha comido el libro, a predicar una vez más. Esta expresión hay que entenderla por relación a todas las profecías que ya ha pronunciado. Los oráculos que va a pronunciar a continuación serán, en parte, los mismos que ya ha anunciado, pero revestirán otra forma, con alusiones más particulares, y serán contemplados desde un punto de vista diverso. Tenemos aquí un ejemplo claro del procedimiento de composición llamado recapitulación, en virtud del cual San Juan en el Apocalipsis no expone una serie continua y cronológica de sucesos futuros, sino que describe los mismos sucesos bajo formas literarias distintas 25.

1 Cf. A. Feuillet, Le chapítre X de l’Apocalypse. Son apport dans la solution du problérre eschatologique: Sacra Pagina, Miscellanea Bíblica, Congressus Internationalis Catholicus de Re Bíblica, vol.2 (Bruxelas-Lovaina 1959) p.414-429. – 2 Gf. éxo 24:15s; Sal 104:3; Dan 7:13; Mar 9:7; Hec 1:9; 1Te 4:17; Rev 1:7; Rev 11:12; Rev 14:14· – 3 Cf. Gen 9:12-17. – 4 Rev 1:15. – 5 Gf. Rev 10:6-7. – 6 Gf. Apo 1:13ss. – 7 El término griego βιβλαρίδιον es el su vez lo es de otro, βιβλίον de βίβλος. diminutivo de otro diminutivo, βιβλάριον, que a – 8 San Juan emplea μυκάομοπ, “mugir,” que no puede aplicarse al león. De todas maneras, el autor sagrado probablemente quiso significar con esto la potencia y majestad del grito del ángel. – 9 S. Bartina, o.c. p.689- – 10 El Sal 29:3ss llama al trueno la “voz de Yahvé.” Cf. Jua 12:283. Este símbolo tal vez provenga de la mitología babilónica, en la que Adad, dios de la tempestad, cuando daba su voz, retumbaba en las siete esferas planetarias. – 11 E. B. Allo, o.c. p.139- – 12 Dan 12:4. – 13 Dan 8:26. – 14 Cf. Gen 14:22; Dan 12:7. – 15 Exo 20:11; Sal 146:6. – 16 Gen 14:22; Deu 32:40. – 17 Exo 20:11. – 18 Gf. 1 Cor 2,iss; Ef I.9-H.21-22 – 19 Col 2:2. – 20 Cf. Lev 19:11; Lev 24:21; Hec 1:6. 21 Cf. Ama,?; Lev 1:70. – 22 Cf. Rev 10:11. – 23 Eze 2:8-9. – 24 Eze 3:1-3- – 25 Cf. E. B. Allo, o.c. p.143.

Fuente: Biblia Comentada

otro ángel fuerte. Muchos comentaristas lo identifican con Jesucristo, pero la palabra griega que se traduce «otro» se refiere a otro de la misma clase, es decir, un ser creado. No es uno de los siete ángeles responsables por hacer sonar las trompetas (Apo 8:2), sino uno de los de más alto rango en el cielo, lleno de esplendor, grandeza y fuerza (cp. Apo 5:2; Apo 8:3; Apo 18:1). el arco iris. Vea la nota sobre Apo 4:3. Quizá Dios incluyó esto para recordar a Juan que aun en medio del juicio, Él siempre recuerda su pacto con Noé y protege a los suyos. pies como columnas de fuego. Los ángeles y las piernas de este ángel indican la resolución con la que ejecutará el día del Señor.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta sección extensa contiene pormenores de los juicios y acontecimientos propios del período de tribulación (vea las notas sobre Apo 3:10) desde su comienzo con la apertura del primer sello (vv. Apo 6:1-2) hasta el séptimo sello y los juicios de trompetas y copas para finalizar con el regreso de Cristo a destruir los impíos (Apo 19:11-21).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Estos versículos sirven como un interludio entre la sexta trompeta y la séptima trompeta (Apo 11:15). Los sellos y las copas también tienen un interludio breve entre sus juicios sexto y séptimo (Apo 7:1-17; Apo 16:15). La intención de Dios es alentar y consolar a su pueblo en medio de la furia escatológica y recordarles que Él sigue siendo soberano, que no ha olvidado a su pueblo y que en últimas ellos saldrán invictos.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Entre los símbolos sexto y séptimo, hay dos interludios. Entre el sexto sello y el séptimo hubo dos visiones intermediarias (capítulo 7). Entre las trompetas sexta y séptima también hay dos interludios, o sea, una visión con dos partes: el librito (capítulo 10) y los dos testigos (capítulo 11). Luego toca el ángel de la séptima trompeta (11:15-19).
El capítulo 10, pues, registra la primera parte de la visión intermediaria entre las trompetas sexta y séptima. Es la visión del ángel con el librito.

10:1 — Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego —
La descripción de este ángel indica la gravedad de importancia de su misión. «Envuelto en una nube» sugiere una misión de juicio. Véase 1:7, comentario. Fue un ángel «fuerte», como el de 5:2. Significa su poder para ejecutar su misión.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA REVELACIÓN INCOMUNICABLE

Apocalipsis 10:1-4

Vi otro ángel, poderoso, bajando del Cielo, vestido de una nube, con un arco iris sobre la cabeza. Tenía el rostro como el Sol, y las piernas como pilares de fuego. Tenía en la mano un librito, abierto. Puso el pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra, y clamó a voces como un león cuando ruge; y, después de clamar, rugieron los siete truenos.
Cuando emitieron su voz los siete truenos, yo estaba a punto de escribir cuando oí una voz del Cielo que me decía:
-Ponle un sello a lo que han dicho los siete truenos, pero no lo escribas.

10:1-11:14 es una especie de interludio entre los toques de la sexta y de la séptima trompetas. La sexta ya había sonado, pero la séptima no suene hasta 11:15, y entre las dos hay cosas terribles.
El ángel poderoso de este pasaje se describe en términos que muestran que vino directamente de la presencia de Dios y del Cristo Resucitado. Está vestido de una nube, y las nubes son la carroza de Dios, porque «Él hace las nubes Su carroza»

(Sal 104:3 ). Tiene un arco iris sobre la cabeza, y el arco iris es parte de la gloria del trono de Dios (Ez 1:28 ). El arco iris lo produce la luz del rostro del ángel al relucir a través de la nube. Su rostro es como el Sol, que es la descripción del rostro de Jesús en el Monte de la Transfiguración (Mt 17:2 ). Su voz era como el rugido de un león, lo que se usa a menudo como descripción de la voz de Dios: «El Señor ruge desde Sión, y lanza Su voz desde Jerusalén» (Jl 3:16 ; Os 11:10 ; Am 3:8 ). Está claro que este ángel viene de la misma presencia de Dios; algunos creen que no es otro que el mismo Cristo glorificado.

El ángel tiene un pie en el mar y el otro en la tierra. Esto muestra su grandeza y poder, porque el mar y la tierra representan la totalidad del universo. También muestra que el poder de Dios permanece tan firme en el mar como en la tierra. El ángel tiene un pequeño rollo en la mano, desenrollado y abierto; es decir: le está dando a Juan una Revelación limitada acerca de un período bastante pequeño de tiempo. Cuando el ángel habla, resuenan los siete truenos. Es probablemente una referencia a las siete voces de Dios del Salmo 29.

Naturalmente, cuando el vidente ve el rollo abierto y oye la voz del ángel se prepara para hacer un reportaje de aquello; pero se le prohíbe que lo haga. Es decir, que se le da una Revelación que no ha de comunicar de momento. Tenemos exactamente la misma impresión cuando Pablo nos dice que fue arrebatado al Paraíso «donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar» (2Co 12:4 ). No tenemos por qué ni empezar a especular acerca de lo que era la Revelación secreta; sencillamente sabemos que Juan tuvo experiencias que no pudo comunicar a otros. Dios a veces le dice a una persona más de lo que esa persona puede decir o de lo que su generación puede comprender.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

CAPÍTULO 10

6. SEGUNDO INTERMEDIO (10,1-11,14)

Las visiones de las trompetas han mostrado cómo Dios, en un enfrentamiento con el mal que va madurando en el mundo de los hombres, lleva adelante combativamente su plan de la salvación. Sus juicios se hacen más frecuentes, más duros y más generales; a la apostasía en masa corresponde un aniquilamiento en masa puesto en marcha por medio de los espíritus infernales de contradicción a Dios y a sus órdenes, movidos por el odio al Creador y a todas sus obras. La justicia y la discordia, el desamor y la violencia dominan el mundo, en el cual tienen que vivir los hombres y ahora, hastiados de su vida, se desesperan. En tanto va adelante el proceso que sigue a la séptima trompeta, los hombres no quieren ya vivir, el mundo está maduro para la ruina que hace prever la séptima trompeta.

Sin embargo, como anteriormente tras la sexta visión de los sellos, también ahora se interrumpe el curso de los acontecimientos con una visión intermedia, que como la del capítulo séptimo tiene por objeto levantar los ánimos de los fieles tras los últimos cuadros estremecedores y fortalecerlos ante la intensificación de calamidades que se prevé.

a) El ángel con el libro abierto (10,1-11)

1 Y vi a otro ángel poderoso, que bajaba del cielo envuelto en una nube. Tenía sobre su cabeza el arco iris; su rostro era como el sol y sus piernas como columnas de fuego. 2 Y tenía en la mano un librito abierto. Puso el pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra, 3 y gritó con gran voz, como ruge el león.

Esta sección refiere un segundo llamamiento a Juan; el lugar de esta segunda visión inaugural es el mismo de la primera (1,9), el destierro de Patmos. Aparece un ángel de enorme estatura; desde Patmos lo ve Juan con las piernas separadas, con un pie sobre la tierra y otro sobre el mar; su figura alcanza por encima de las nubes, que envuelven su cuerpo como una túnica, su rostro, próximo al sol, está inundado de resplandor de luz Por lo demás, toda la aparición está acompañada de símbolos que en la primera visión inaugural se habían aplicado al Hijo del hombre glorioso (1,13 ss), o que incluso están tomados, como, por ejemplo, el arco iris (4,3), de la visión del que impera en el trono; el ángel, con tal resplandor de la gloria del cielo, es considerado como enviado de Dios y del Cordero; su aspecto exterior refleja tanto el dominio soberano como la gracia («arco iris») de Dios. Mas la grandiosa impresión de su figura no es un fin en sí, sino que con ella se trata más bien de realzar lo esencial -como se da realce a un cuadro con un marco suntuoso-, a saber, el librito que lleva abierto en su mano derecha. El librito, calificado expresamente con el diminutivo, quiere significar la circunstancia de que sólo contiene un mensaje parcial tomado del libro de los siete sellos que abarca todo el plan salvífico de Dios; el gran libro se había abierto ya completamente (8,1), de modo que tampoco está ya oculto este pequeño fragmento de él. Sin embargo, antes de que el ángel entregue al vidente el librito con el mensaje contenido en él, le oye Juan lanzar un grito, cuya potente voz, que corresponde a su figura, sólo puede compararla con el rugido del león, imagen habitual empleada para designar una llamada apremiante (cf. Ose 11:10; Amo 3:8).

3b Cuando gritó, dieron los siete truenos su propio estampido.

Al sonoro grito del ángel, que desde las alturas resuena por toda la tierra, responde un séptuple eco, los «siete truenos»; como éstos llevan el artículo determinado («los»), deben querer dar a entender algo determinado y conocido. El trueno se emplea diversamente en la Biblia para representar figuradamente la voz de Dios (Sal 18[17]14; 29[28]3; Jer 25:30 s; Jua 12:28 s); así parece obvio ver en los truenos la respuesta de Dios a la llamada del ángel; el simbolismo apocalíptico del número siete confirmaría esta hipótesis.

4 Y cuando lo hubieron dado los siete truenos, iba yo a escribir, y oí una voz del cielo que decía: «Sella las cosas que hablaron los siete truenos y no las escribas.»

Sin duda ha entendido el vidente lo que ha gritado el ángel y lo que han respondido los siete truenos, puesto que quiere escribirlo, conforme al encargo que se le había dado anteriormente (Jua 1:19)34. En este caso, Dios se lo prohíbe expresamente, con lo cual veda que se dé a conocer lo que se ha oído. No todas y cada una de las cosas están destinadas a todos y a cada uno; hay también revelaciones de Dios que se dan como ilustración y fortalecimiento puramente personal (cf. 2Co 12:4).

A quien Dios elige como transmisor de su verdad salvífica y de su realización de la salvación, le otorga también para el desempeño de esta misión convicciones y auxilios sobrenaturales.

……………

34. Tomado esto a la letra, se podría interpretar en el sentido de que Juan escribió su visión durante el éxtasis mismo. Esto, sin embargo, sería difícil de compaginar con las observaciones relativas al revestimiento literario de la visión. El vidente recibió en el estado extático ciertas informaciones, a las que en una redacción posterior dio una forma tal, que pudiera ser comprendida por aquellos a quienes debía comunicar las revelaciones. También el material de representaciones que podía utilizar debía ser comprensible para los destinatarios. Así pues, la visión dice únicamente que el encargo que se le había dado (1,11) se suspende en este caso.

……………

5 Y el ángel que yo había visto de pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó al cielo su mano derecha. 6 Y juró por el que vive por los siglos de los siglos, el que creó el cielo y lo que en él hay, y la tierra y lo que en ella hay, y el mar y lo que en él hay, que no habrá más tiempo; 7 sino que cuando el séptimo ángel profiera su voz, cuando vaya a tocar su trompeta, se habrá consumado el misterio de Dios, como anunció él a sus siervos, los profetas.

Una vez más hace surgir el vidente la poderosa figura del ángel para recalcar con ello lo que el ángel hace ahora; el desarrollo se inspira a ojos vistas en un modelo de Daniel (Dan 12:7). Con un solemne juramento por el Creador del universo anuncia el ángel que «el misterio de Dios», a saber, el designio salvífico de Dios con su mundo, que desde la eternidad había estado oculto en él (cf. Efe 3:9), y con la creación había comenzado a manifestarse, ahora se realizará plenamente con el son de la última trompeta. La plena realización de la promesa de salvación, que Dios había confiado como buena nueva a sus mensajeros para que la dieran a conocer, no sufre ya dilación. El juramento del ángel y su contenido tienen por objeto levantar los ánimos de los fieles con la esperanza y proporcionarles gozo con la seguridad que Dios les garantiza solemnemente (cf. Luc 21:28) que la historia del mundo sigue imperturbablemente, aun en las épocas más tenebrosas, el camino que Dios mismo le ha señalado.

8 Y la voz que había oído del cielo hablaba de nuevo conmigo y decía: «Anda y toma el librito que tiene abierto en la mano el ángel que está de pie sobre el mar y sobre la tierra.» 9 Me fui al ángel, diciéndole que me diera el librito. Y me dice: «Toma y devóralo. Amargará tu vientre, pero en tu boca será dulce como miel.»

El ángel todavía tiene que transmitir personalmente un mensaje a Juan. El requerimiento de acogerlo viene del cielo; las vocaciones de Dios parten directamente de él. El ángel evacua su mensaje con una acción semejante a aquella con que Dios había puesto la suerte de su mundo en la mano del Hijo del hombre glorificado, que lo había redimido (5,7). La orden de apropiarse personalmente el mensaje comunicado a fin de notificarlo a otros, le viene impartida en forma muy expresiva, como había sucedido al profeta Ezequiel en el momento de su llamamiento (,3). En la imagen de comerse el libro se patentizan adecuadamente el presupuesto fundamental y la nota esencial de toda predicación: su objeto son, no ideas propias, sino revelaciones de Dios; el profeta debe asimilárselas interiormente, antes de poder comunicarlas, sin merma de su contenido, como profesión («testimonio») a los hombres de su tiempo conforme a sus modos de representarse las cosas y a su mentalidad.

10 Tomé el librito de la mano del ángel y lo devoré. Y era en mi boca dulce como miel; pero cuando lo hube comido, se me amargó el vientre. 11Y me dicen: «Tienes que profetizar de nuevo sobre pueblos, naciones, lenguas y reyes numerosos.»

El cumplimiento de esta vocación tiene dos efectos discordantes entre sí, según lo había predicho el ángel. Es un honor ser designado por Dios como profeta y así ser hecho uno partícipe de los pensamientos e intenciones divinas, cuyo contenido, sin embargo, no es sólo gracia, sino también juicio. Por esta razón el conocimiento de la voluntad divina deja un amargo resabio; también las amargas experiencias que lleva consigo el desempeño del oficio de profeta están contenidas en este rasgo de la imagen (cf. Jer 11:21; Jer 15:10-21; Jer 20:7-18). La vocación recibida ya en la acción simbólica se expresa todavía con palabras al final; con ello se explica el llamamiento como una obligación («tienes que»). La referencia al contenido universal del mensaje se puede colegir de la circunstancia de que el objeto de la nueva revelación no es la visión inmediatamente siguiente (Jer 11:1-2), por lo menos en su interpretación más estrictamente posible.

Fuente: El Nuevo Testamento y su Mensaje

La proximidad del fin. 1 El ángel poderoso a veces se identifica con Cristo, pero es improbable que Juan hable del Señor como de un ángel. El lenguaje de la visión recuerda Dan. 10:5, 6 y 12:7. 2 En vista del v. 11 parece que el librito incluye el resto de las visiones del Apoc. 3 Los siete truenos no son emitidos por el ángel, ya que éstos vinieron luego de su clamor. Presumiblemente provenían de Dios o de Cristo (como el mandato del v. 4). 4 Se le prohíbe a Juan que escriba el mensaje de los truenos. Lo que era el mensaje y por qué no fue revelado es algo que ha intrigado a los exégetas durante muchos años. Quizá eso quiere decir que la voluntad de Dios es mucho mayor de lo que la profecía puede expresar.

5 El ángel se levanta sobre la tierra y el mar porque su mensaje es de importancia universal. 6, 7 El peso de su declaración está en que ya no habrá más tiempo. El propósito de Dios para la humanidad, revelado a los profetas, ahora ha de cumplirse; cuando el séptimo ángel hace oír su trompeta, será consumado el misterio de Dios. El misterio no es una revelación “misteriosa” de Dios, sino su propósito escondido al mundo incrédulo. Su contenido es revelado y celebrado en 11:15-18.

8-11 Al negársele el derecho de escribir un mensaje, Juan recibe una nueva comisión para proclamar otros. Esta parte de la visión recuerda Eze. 2:9-3:3. Como en el caso de Ezequiel, comer el rollo provocó tanto dulzura como amargor, lo que ilustra (seguramente en el Apoc.) la mezcla de gozo y dolor cuando se reciben y se hacen conocer las bendiciones reveladas y los juicios de Dios.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

10.1-6 El propósito de este ángel poderoso es claro: anunciar el juicio final en la tierra. Su pie derecho en el mar y el izquierdo en la tierra (10.2) indica que sus palabras tienen que ver con toda la creación, no solo con una parte limitada como en el caso de los juicios anunciados por el sello y la trompeta. La séptima trompeta (11.15) anunciará la séptima copa del juicio, lo que traerá consigo el final del mundo presente. Cuando se produzca este juicio universal ha de prevalecer la verdad de Dios.10.2 Vemos dos rollos en Apocalipsis. El primero contiene una revelación de juicio contra la maldad (5.1ss). No se indica el contenido del segundo rollo, pero también podría contener una revelación de juicio.10.4 A través de la historia, la gente se ha preguntado qué sucederá en el futuro, y Dios revela algo de eso en este libro. Pero se le impidió a Juan que revelara ciertas partes de su visión. Un ángel también le dijo al profeta Daniel que algunas cosas que había visto no se les debía revelar todavía a nadie (Dan 12:9), y Jesús les dijo a sus discípulos que el tiempo del fin solamente lo conocía Dios (Mar 13:32-33). Dios ha revelado todo lo que necesitamos saber para vivir hoy para El. En nuestro deseo de estar preparados para el fin, no debemos dar más énfasis a la especulación acerca de los últimos días que al vivir para Dios mientras esperamos.10.7 Cuando se revele por completo el plan de Dios para la historia humana, se habrán cumplido todas las profecías. Habrá llegado el final de los tiempos (véanse 11.15 y Eph 1:9-10).10.9, 10 El profeta Ezequiel tuvo una visión en la que se le dijo que debía tragar un rollo lleno de juicios en contra de la nación de Israel (Eze 3:1ss). El gusto fue dulce en su boca, pero su contenido trajo destrucción, muy parecido al rollo que se le dijo a Juan que comiera. La Palabra de Dios es dulce para los creyentes, porque anima; pero amarga a nuestro estómago por el juicio venidero que debemos pronunciar sobre los incrédulos.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Lit.: “pasando abajo”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 463 Dan 10:21; Jud 1:9; Rev 12:7

b 464 Dan 7:13; Rev 1:7

c 465 Mal 4:2; Mat 17:2

d 466 Rev 1:15

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

otro ángel poderoso. Aunque algunos identifican a este ángel con Cristo, el juramento del vers. 6 hace imposible tal asociación. Los fenómenos asociados con el ángel recuerdan el pacto hecho con Noé (nubes y arco iris) y el pacto del Sinaí (nube y columna de fuego). El ángel se presenta en contraste con la estrella caída del 9:1.

Fuente: La Biblia de las Américas

1 (1) La sección 10:1 11:13 es una inserción entre la sexta trompeta y la séptima.

1 (2) Aquí el «otro Angel fuerte» así como el mencionado en 7:2; 8:3; 18:1, es Cristo. Ahora El desciende del cielo. Esta visión, la cual forma parte de la inserción encontrada entre la sexta trompeta y la séptima, es un indicio de que antes de la séptima trompeta, Cristo está en camino a la tierra. En esta ocasión El está vestido de una nube y aún no está sobre la nube, en contraste con 14:14 y Mat_24:30 ; 26:64. Estar sobre la nube significa venir visiblemente, mientras que estar vestido de una nube significa venir secretamente. Esto indica que incluso después de la sexta trompeta, Cristo viene en secreto, y no visiblemente. El vendrá en secreto hasta que sea visto por todas las tribus de la tierra, como se menciona en 1:7 y Mat_24:30 , cuando venga visiblemente.

1 (3) Aquí el arco iris indica que Cristo en Su juicio sobre la tierra guardará el pacto que Dios hizo con Noé tocante a la tierra ( Gén_9:8-17). También indica que Cristo ejecutará el juicio conforme al Dios que se sienta en el trono rodeado por el arco iris (4:2-3), el Dios que es fiel y que guarda el pacto.

1 (4) Justo antes de que Cristo venga visiblemente a los pueblos de la tierra, El será como el sol, mientras que para los que le aman y le esperan, es la estrella de la mañana, la cual aparece a la hora más oscura, antes del alba (véase 2:28 y la nota 1; 2Pe_1:19 y la nota 4).

1 (5) Aquí las columnas representan firmeza ( Jer_1:18 ; Gál_2:9).

1 (6) Aquí el fuego simboliza la santidad de Dios (Éxo_19:18 ; Heb_12:29), según la cual Cristo ejecutará Su juicio sobre la tierra.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

41 (c) Inserción de dos visiones (10,1-11,13). Estas dos visiones no están relaciona­das con ninguna de las trompetas, formando así una especie de doble interludio. Su función en la estructura del Ap es análoga a la de las vi­siones insertadas en la serie de los sellos (7,1-8.9-17). A diferencia de las visiones del cap. 7, éstas no constituyen el clímax de la serie en que aparecen; el clímax de las trompetas se al­canza con la séptima (véase el comentario so­bre 11,15-19). Én lugar de esto, anticipan al­gunos temas del segundo ciclo de visiones (12,1-22,5), estableciendo con ello un nexo en­tre las dos partes del libro.
(1’) Un ángel poderoso y un pequeño rollo abierto (10,1-11). Esta visión puede conside­rarse como introducción al segundo ciclo de visiones, porque en ella recibe Juan un nuevo encargo, y aparece un nuevo rollo cuyo conte­nido se presentará en los caps. 12-22. 1. otro ángel poderoso: El único otro ángel «podero­so» mencionado hasta ahora es el ángel rela­cionado con el rollo sellado (5,2). su rostro res­plandecía como el sol: Esta característica nos recuerda la descripción de Cristo resucitado en 1,16; véase el comentario sobre los w. 8 y 11. 2 .en sus manos tenía abierto un libro pe­queño: Observación paralela a 5,1, donde se presenta a Dios sosteniendo un rollo sellado. El rollo sellado es un símbolo del primer ciclo de visiones: fragmentario, oscuro, delibera­damente velado. El rollo abierto representa el segundo ciclo de visiones, en el que los per­sonajes del drama escatológico son más ní­tidamente definidos, y la naturaleza del con­flicto de los últimos días, y su resolución, es presentada de forma más expresiva y coheren­te. Tanto 5,1 como 10,2 aluden a Ez 2,8-3,3. Puesto que el rollo de 10,2 es pequeño, algu­nos han sostenido que se refiere solamente a 11,1-13. Se trata de una hipótesis muy impro­bable (véanse los comentarios sobre 10,11 y 11,1) . el pide derecho sobre el mar y el izquierdo sobre la tierra: Por la semejanza existente entre los w. 5-6 (infra) y Dn 12,5-7, parece probable que el ángel de Ap 10 está modelado en parte sobre el ángel (Gabriel) que habla a Daniel en Dn 10-12. Mientras que Dn describe tres ánge­les, uno a cada lado del Tigris y otro (Gabriel) sobre las aguas del río, el Ap presenta un solo ángel con una pierna en la tierra y otra en el mar. La visión de Juan es más cósmica y uni­versal. 6. el tiempo ha llegado a su fin: El que el rollo sea pequeño o breve puede ser un símbo­lo de la cercanía del fin. 7. el misterio de Dios: El plan divino sobre la creación; el misterio es un secreto celestial con relación a una reali­dad presente oculta o sobre el futuro (véase el comentario sobre 17,5). sus siervos [de Dios] los profetas: Puede referirse a los profetas de las Escrituras judías o a los profetas cristianos contemporáneos de Juan, o a ambos (cf. Am 3,7; lQpHab 7; 2 Esd 13,10-112; Ap 22,9). 8-10. Entra en juego ahora la alusión a Cristo re­sucitado en el cap. 1. En 1,11.19, y al inicio de cada uno de los siete mensajes, se le ordena a Juan escribir en un libro la revelación que ha recibido y enviarlo a las siete iglesias. Este mandato es equivalente al mandato de profeti­zar. El prototipo bíblico de 10,8-10 (Ez 2,8-3,3) consiste también en un encargo de profetizar. A causa del estrecho vínculo en 4,1-2 y 1,10-11, los caps. 2-11 pueden considerarse como el cumplimiento del encargo del cap. 1. El nuevo encargo de profetizar en 10,8-10 se cumple, por tanto, en los caps. 12-22. 11. tienes aún que profetizar: Se expresa claramente el nuevo encargo de profetizar, sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes: Esta descripción del contenido de la profecía renovada se ajusta mejor a los caps. 12-22 que a 11,1-13 (véase el comentario sobre el v. 2).

Fuente: Nuevo Comentario Biblico San Jeronimo

O, fuerte

Fuente: La Biblia de las Américas

[1] El misterio del reino siendo restaurado a Israel siendo concluido en su etapa escondida, por fin a punto de ser revelado completamente.

[2] «Juan el Amado» es ordenado a profetizar otra vez como uno de los dos testigos de los tiempos finales, así como YHWH claramente afirma aquí que él profetizará otra vez, después de que el Rollo de Revelación sea Escrito y grabado.

Fuente: Escrituras del Nombre Verdadero

[7] El fin será la resurrección general, después del cumplimiento de las profecías.

Fuente: Notas Torres Amat