Comentario de Apocalipsis 17:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Y el ángel me dijo: “¿Por qué estás asombrado? Yo te explicaré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva y que tiene siete cabezas y diez cuernos.

17:7 — Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos —

El ángel declara su misión: revelar la identidad de la bestia y de la mujer, cosa que hace en los versículos siguientes.

Los dos personajes son inseparables. La concupiscencia y la carnalidad dirigen al poder político injusto, y éste apoya a ellas. Siempre es así.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Yo te diré el misterio. Apo 17:1-6, Apo 17:8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Lo que el apóstol Juan vio necesitaba explicarse con detalles. Puesto que la revelación le fue otorgada no para desconcertarlo sino para instruirlo, el ángel (cf. con el v. Apo 17:1) promete aclararle el misterio de la mujer, y de la bestia.

 EN CONTEXTO

La ciudad pecadora y el anticristo

La gran ramera, que se identifica con Babilonia (Apo 17:5), es un rico y poderoso centro de civilización humana que dirige a los reyes y a toda la tierra en rebelión contra Dios. Como la antigua Babilonia condujo al pueblo lejos de Dios hacia la idolatría y la maldad, así la ramera orienta a las naciones contra Él. Roma en el siglo primero pudo ser una manifestación de la ramera; «los siete montes» (Apo 17:9) podían rememorar la ciudad original de Roma que se construyó sobre siete montes.

Otras sociedades y sistemas de gobierno en la historia de la humanidad parecen que estuvieron también en abierta rebelión contra Dios. La bestia (el anticristo) otorga poder a esta gran ramera. La Iglesia, en contraste, se relaciona con la esposa que se une con su marido, Cristo, en su regreso (Apo 19:7, Apo 19:8). La visión de Juan continúa cuando la bestia y su ejercito se preparan para una batalla que no pueden ganar. Cristo ya ha asegurado la victoria. La bestia y su profeta son capturados, y sus ejércitos son destruidos por la espada que sale de la boca de Cristo (Apo 19:15).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

misterio. El misterio no consiste en que Babilonia sea un sistema falso de religión, lo cual ya se sabe, sino que la bestia dará su apoyo total a la ramera y que juntos ejercerán vasta influencia sobre toda la tierra.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

17:7 — Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos —
El ángel declara su misión: revelar la identidad de la bestia y de la mujer, cosa que hace en los versículos siguientes.
Los dos personajes son inseparables. La concupiscencia y la carnalidad dirigen al poder político injusto, y éste apoya a ellas. Siempre es así.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA ENCARNACIÓN DEL MAL

Apocalipsis 17:7-11

En la introducción a este capítulo ya hemos visto que la explicación más probable es que Juan esté proyectándose hacia atrás al tiempo de Vespasiano. Los cinco que han sido son Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio, Nerón; el que es es Vespasiano; el que ha de venir y que va a permanecer breve tiempo es Tito; el equivalente a la cabeza herida de muerte y restablecida, que ha de ser Nerón otra vez, es Domiciano, el

hombre de una crueldad salvaje. Tras toda esta imaginería hay tres verdades permanentes.

(i) Aun cuando Nerón había muerto, su maldad seguía viviendo, y Juan la ve resurgir en Domiciano, el nuevo Nerón. Todo el mundo deja algo de sí mismo en el mundo. Puede que sea un recuerdo que ayuda a todos al bien, o puede que sea una mala influencia que deja un rastro de problemas para muchas generaciones por venir. La vida de todo el mundo señala hacia algo. Nuestro deber es que señale a la bondad y a Dios.
(ii) En el versículo 8 leemos que aquellos cuyos nombres no estén escritos en el Libro de la Vida se deslumbrarán a la llegada del malvado. Siempre hay algunos a los que deslumbra el mal. La única manera de evitar su fascinación es mantener nuestros ojos en Jesucristo. Entonces se ve el mal tal como es.
(iii) En el versículo 11 leemos que la bestia va camino de la destrucción. Por muy grande que sea el éxito del mal, lleva en sí el germen de la autodestrucción. El que se asocia con el mal está siempre en el bando perdedor.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

interpretación de la visión: la condenación de Babilonia

Para explicar la visión de los vv. 1-6, el v. 8 es crucial. La “bestia” sobre la cual cabalga la mujer es claramente el imperio de la ciudad anticristiana, pero el lenguaje parece relacionarse con un individuo que era, y no es, y ha de subir del abismo (cf. 11:17). En realidad, esta expresión se aplica tanto al imperio como al emperador. El antiguo mito de la conquista del primitivo monstruo del mar llega a indicar por un lado la naturaleza de los poderes políticos que oprimían al pueblo de Dios (¡y por ende se oponían a Dios mismo!) y por el otro su segura derrota por Dios. En algunas versiones el monstruo aparece como habiendo sido muerto y en otros simplemente como dominado. Lo primero se tiene en cuenta en Isa. 51:9, 10 y se aplica a la derrota de Egipto en el éxodo; lo segundo aparece en Isa. 30:7 para indicar la impotencia de Egipto para ayudar a Israel. Aplicando todo esto al fin de los tiempos, puede decirse que el monstruo del abismo era, es decir era vencido y dejado aplastado, y por lo mismo no es, pero ha de subir todavía, de modo que el poder de Satanás se verá en otro poder político encabezado por otro gobernante malvado. En el tiempo de Juan una circunstancia peculiar dio a este concepto una fuerza extraodinaria. Cuando murió Nerón las noticias parecían demasiado buenas para ser verdad. Circulaban rumores de que aún estaba vivo y que volvería con un ejército para atacar Roma. Cuando pasaron los años se comprendió que había muerto, pero se esparció el temor de que podía levantarse de entre los muertos. De modo que, con un simbolismo apocalíptico, Juan combinó las dos expectativas para expresar la horrible realidad de la ciudad impía y su gobernante impío; ambos eran infernales en su naturaleza y ambos eran instrumentos del diablo. (Sobre este tema, ver luego en la nota sobre el imperio anticristiano al fin de la exposición del cap. 18).

9-11 La dualidad de la aplicación de estas figuras se expresa en el v. 9, pero con una identificación específica: las siete cabezas de la bestia son los siete montes sobre los cuales está sentada la mujer, o sea Roma, conocida comúnmente como “la ciudad de las siete colinas”. Roma estaba representando la parte de la “madre de las rameras”. Pero las siete cabezas también representan siete reyes. Sea lo que fuere que el número siete representa para otros escritores, para Juan es un símbolo de plenitud, de algo completo. De acuerdo con ello, cinco han caído, lo que quiere decir que la mayoría ha venido y se ha ido; uno es se relaciona con el gobernante del momento; y el otro (o sea el séptimo) todavía ha de venir, pero cuando lo haga debe quedar sólo por un breve tiempo, naturalmente porque “el tiempo está cerca” (1:3). Después de su partida, la bestia se revelará en toda su bestialidad como un octavo rey, que no es un recién venido, porque ya ha aparecido como uno de los siete, o sea Nerón. Pero no ha de ser temido, porque va a la perdición, como está condenado a terminar todo monstruo que se opone a Dios.

12-14 Los diez cuernos, en la línea de Dan. 7:7, se interpretan como diez reyes. En la visión de Daniel preceden al poder que se opone a Dios (algunos son derribados por él; Dan. 7:24), pero en la visión de Juan están confederados con el anticristo, los gobernantes de estados satélites o de provincias. Pero ellos todavía no han recibido reino y cuando lo reciban su autoridad, junto con la de la bestia, será por una hora. ¡Tan corto es el tiempo que se les permite ir en una agitación violenta! Su guerra contra el Cordero es infructuosa, porque él es Señor de señores y Rey de reyes, incluyendo los reyes del anticristo y sus llamados y elegidos y fieles compartirán la victoria (cf. las promesas a los vencedores en los caps. 2, 3).

15-18 Mientras que las aguas de Babilonia tenían un sentido lit. en la profecía de Jeremías (Jer. 51:13; ver nota sobre v. 1), Juan las considera como un adecuado símbolo de la gente sobre la cual gobierna la ciudad anticristiana. El anticristo que vuelve y sus confederados aborrecerán a la ramera y la dejarán desolada y desnuda (el lenguaje del v. 16 se toma de la descripción de Ezequiel del castigo de Israel; Eze. 23:25-29). No se da ninguna explicación de por qué el gobernante anticristiano se vuelve en contra de la ciudad anticristiana. La historia popular sobre Nerón esperaba que el emperador se levantara a dominar el Imperio, pero este capítulo, y el v. 13 explícitamente, da por sentado que gobernará sobre el Imperio y con su ira devastará las obras de Dios. Pero Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar su propósito. Los agentes del demonio ejecutan la voluntad de Dios. El mal se destruye por el mal y produce su propia cosecha. El anticristo y sus aliados, como el demonio a quien sirven, están en manos de Dios hasta que se cumplan las palabras de Dios. 18 Ahora se identifica la mujer, por lo menos con la claridad que permite un escrito apocalíptico, y lo suficiente como para que los lectores de Juan sepan de quién está hablando: es la gran ciudad que tiene imperio sobre los reyes de la tierra, o sea Roma en los tiempos de Juan, la amante del mundo. En cuanto al significado de esta identificación para los cristianos modernos, ver la nota sobre el imperio anticristiano al fin de la exposición del cap. 18.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

NOTAS

(1) O: “secreto religioso”. Gr.: my·sté·ri·on.

REFERENCIAS CRUZADAS

u 806 Rev 17:5

v 807 Rev 17:3

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo