Comentario de Apocalipsis 18:18 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Y viendo el humo de su incendio, daban voces diciendo: ‘¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad?’
18:18-19 — y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? 19 Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! — El tercer grupo que lamenta su destrucción es el de los marineros, los que ganan la vida por medio de su tráfico en los mares. Su lamentación también es egoísta, porque ahora ven la pérdida de la fuente de sus riquezas. (Ganar riquezas no es malo en sí. El mal consiste en hacer de las riquezas un dios (Mat 6:24; Luc 16:13-14; 1Ti 6:17-19).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
y viendo el humo. Apo 18:9.
Qué ciudad era semejante. Apo 18:10; Apo 13:4; Isa 23:8, Isa 23:9; Jer 51:37; Eze 27:30-32.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
18:18-19 — y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? 19 Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido desolada! —
El tercer grupo que lamenta su destrucción es el de los marineros, los que ganan la vida por medio de su tráfico en los mares. Su lamentación también es egoísta, porque ahora ven la pérdida de la fuente de sus riquezas. (Ganar riquezas no es malo en sí. El mal consiste en hacer de las riquezas un dios (Mat 6:24; Luc 16:13-14; 1Ti 6:17-19).
— echaron polvo sobre sus cabezas — Era una demostración visible de lamentación y desdicha entre los orientales (Job 2:12; Eze 27:30). Los inicuos basan toda su esperanza en los lujos y placeres de este mundo material, y cuando ven a su mundo destruido, a sí mismos se ven destruidos.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL LAMENTO DE LOS NAVIEROS
Apocalipsis 18:17b-19
Y todos los navieros y los que viajan en naves y los marineros y todos los que se ganan la vida en la mar, se quedaron a cierta distancia y gritaron cuando vieron el humo de su incendio diciendo:
-¿Qué ciudad ha habido nunca como la gran ciudad? -Y se echaban polvo por la cabeza y daban voces llorando y lamentando-: ¡Ay, ay, qué pena de la gran ciudad, con cuya riqueza se enriquecieron todos los que tienen naves en la mar, porque en un instante ha quedado desolada!
Primero, los reyes expresaron su lamento por Roma; luego, los comerciantes, y ahora los navieros y marineros. Juan parece inspirarse en la descripción que hace Ezequiel de la caída de Tiro, de la que toma muchos de los detalles. «Al estrépito de las voces de tus marineros temblarán las costas. Descenderán de sus naves todos los que empuñan remo: los remeros y todos los pilotos del mar se quedarán en tierra. Ellos harán oír su voz sobre ti. Gritarán amargamente, echarán polvo sobre sus cabezas y se revolcarán en ceniza.» (Ez 27:28-30 ).
Roma, por supuesto, no estaba en la costa; pero su puerto era Ostia y, como ya hemos visto, las mercancías de todo el mundo fluían hasta el puerto de Roma.
No es extraño que los navieros y los marineros se lamenten, porque habrá desaparecido todo el comercio que les reportaba tanta riqueza.
Hay aquí algo casi patético en estos lamentos. En cada caso el lamento no es por Roma, sino por ellos mismos. Es una de las leyes de la vida que el que pone su felicidad en las cosas materiales se pierde lo más importante: el amor y la amistad de sus semejantes.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
REFERENCIAS CRUZADAS
s 882 Eze 27:32