Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar fue hallado para ellos.
AHORA SE DESCRIBE EL JUICIO FINAL Los varios «juicios» mencionados en el libro hasta ahora han tenido que ver con el imperio romano pagano, que perseguía a los santos primitivos. Eran juicios concernientes al tiempo. Pero ahora se introduce el Juicio Final.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
y vi un gran trono blanco. Apo 20:2; Apo 19:11; Gén 18:25; Sal 9:7, Sal 9:8; Sal 14:6, Sal 14:7; Sal 47:8; Sal 89:14; Sal 97:2; Mat 25:31; Hch 17:30, Hch 17:31; Rom 2:5.
de delante del cual huyeron. Apo 6:14; Apo 16:20; Apo 21:1; Jer 4:23-26; Dan 2:35; Mat 24:35; 2Pe 3:7, 2Pe 3:10-12.
y ningún lugar se encontró. Apo 12:8; Job 9:6.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El gran trono blanco es una imagen del santo Reino y del juicio de Dios. El único que ocupa el trono puede ser Dios el Padre (1Co 15:24-28) o ambos el Padre y el Cordero (Cristo), como en la Nueva Jerusalén (Apo 22:1-3).
huyeron la tierra y el cielo es una manera poética de describir la conflagración de esta creación y sus obras relacionadas, como se describe en (2Pe 3:10-13). No hay ningún lugar para esta creación contaminada de pecado en el nuevo cielo y la nueva tierra (Apo 21:1-27; Apo 22:1-5).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
UN GRAN TRONO BLANCO. El juicio descrito aquí se llama «el juicio del gran trono blanco» e incluye a los perdidos de todas las épocas. Algunos creen que serán incluidos en este juicio los que fueron salvos durante el reinado milenario de Cristo en la tierra.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
gran trono blanco. Casi cincuenta veces en Apocalipsis se hace mención de un trono. Este es un trono de juicio que permanece elevado, puro y santo. Dios se sienta en él como juez (cp. Apo 4:2-3; Apo 4:9; Apo 5:1; Apo 5:7; Apo 5:13; Apo 6:16; Apo 7:10; Apo 7:15) en la persona del Señor Jesucristo. Vea Apo 21:5-6; Jua 5:22-29; Hch 17:31. huyeron la tierra y el cielo. Juan vio cómo el universo viejo y contaminado dejó de existir. Pedro describió este momento preciso en 2Pe 3:10-13 (vea las notas correspondientes). El universo deja de existir mediante un acto divino que es todo lo opuesto a la creación original (cp. Mat 24:35).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Estos versículos describen el juicio final de todos los incrédulos de todos los tiempos (Mat 10:15; Mat 11:22; Mat 11:24; Mat 12:36; Mat 12:41-42; Luc 10:14; Jua 12:48; Hch 17:31; Hch 24:25; Rom 2:5; Rom 2:16; Heb 9:27; 2Pe 2:9; 2Pe 3:7; Jud 1:6). Nuestro Señor se refirió a este suceso como la «resurrección de condenación» (Jua 5:29). Este juicio tiene lugar en el vacío indescriptible de espacio y tiempo que existirá entre el fin del universo actual (v. Apo 20:11) y la creación de cielos nuevos y tierra nueva (Apo 21:1).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
AHORA SE DESCRIBE EL JUICIO FINAL
Los varios «juicios» mencionados en el libro hasta ahora han tenido que ver con el imperio romano pagano, que perseguía a los santos primitivos. Eran juicios concernientes al tiempo. Pero ahora se introduce el Juicio Final.
20:11 — Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos —
— Y vi… él — Cristo está en su trono de juicio. Véanse Mat 25:31 y sig.; Hch 17:31; Rom 2:16. Este trono de juicio es llamado el «tribunal de Dios», Rom 14:10 (Versión Hispano-americana), y el «tribunal de Cristo» en 2Co 5:10. Es que Dios juzgará al mundo por Cristo Jesús. Véase Jua 5:22.
— de delante… ellos — Pasará este mundo físico, el primer orden de cosas (el cosmos). Véanse Heb 1:11-12; 2Pe 3:7; 2Pe 3:10-11. Ya no habrá necesidad de él. Ya habrá servido su propósito.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL JUICIO FINAL (1)
Apocalipsis 20:11-15
Ahora llega el Juicio Final. Dios, el Juez, está sentado en Su gran trono blanco, que simboliza Su pureza inaccesible.
Puede ser que algunos encuentren un problema aquí. La presentación frecuente en el Nuevo Testamento es que Jesús es el Juez. Jn 5:22 nos presenta a Jesús diciendo: «El Padre no juzga a nadie, sino que ha dejado todo juicio al Hijo.» En la parábola de las Ovejas y las Cabras es el Cristo glorificado el que actúa como juez (Mt 25:31-46 ). En 2 Timoteo 4:1 Jesús es el Que está presto para juzgar a los vivos y los muertos.
Hay dos respuestas a esta dificultad aparente.
Primera, que la unidad del Padre y el Hijo es tal que no hay dificultad en adscribir la acción a Uno o a Otro. Eso es realmente lo que hace Pablo. En Rm 14:10 escribe: «Todos compareceremos ante el tribunal de Dios.» (Algunos manuscritos ponen «de Cristo»). Y en 2Co 5:10 : «Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo.»
Segunda, puede que la verdadera razón de que Dios sea el Juez en el Apocalipsis de Juan es que todo el trasfondo del libro es judío; y para un judío, aunque se hubiera convertido al Cristianismo, Dios ocupaba un lugar exclusivo y supremo; y le resultaría natural que Dios fuera el Juez.
Según Juan, el Juicio empieza con la desaparición del mundo actual; la tierra y el cielo huyen de Su presencia. Juan está pensando en términos que eran muy corrientes en el Antiguo Testamento. Dios echó los cimientos de la tierra, y los cielos son la obra de Sus manos. Sin embargo, sigue siendo verdad que «ellos perecerán… como una vestidura se envejecerán, como un vestido los mudarás, y pasarán» (Sal 102:2527 ). «Los cielos se desvanecerán como el humo, y la tierra se envejecerá como un vestido» (Isa 51:6 ). «El cielo y la tierra pasarán» (Mr 13:31 ). «Los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos ardiendo serán desHechos y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas» (2Pe 3:10 ). La nueva humanidad en Cristo tendrá un nuevo mundo en Cristo.
EL JUICIO FINAL (2)
Apocalipsis 20:11-15 (conclusión)
Ahora sigue el juicio de la humanidad.
Es el juicio de los grandes y de los pequeños. No hay nadie tan grande como para escapar al juicio de Dios, ni tan poco importante como para desmerecer Su vindicación.
Se mencionan dos clases de libros. El primero contiene el informe de las obras humanas. Esta es una idea corriente en la Escritura. » El Juez se sentó, y se abrieron los libros» Dn 7:10 ). En Henoc los libros sellados se abrieron delante del Señor de las ovejas (Henoc 90:20). El Apocalipsis de Baruc anuncia el día cuando » se abrirán los libros en los que están escritos todos los pecados de todos los pecadores, así como también todos los tesoros en los que está guardada la justicia de todos los que han sido justos en toda la creación» (2 Baruc 24:1). Cuando concluya la edad presente, se abrirán los libros a la luz del firmamento, y todos los verán (4 Esd 6:20 ).
La idea es sencillamente que Dios guarda un archivo de todas las obras humanas. El simbolismo es que a lo largo de toda nuestra vida vamos escribiendo nuestro destino; no es tanto que Dios juzga a la persona como que cada uno escribe su propia sentencia.
El segundo libro es El Libro de la Vida. Este también aparece con frecuencia en la Escritura. Moisés está dispuesto a que Dios le borre del Libro de la Vida si así se salva el pueblo Ex 32:32 ). El salmista ora que los malvados sean borrados del Libro de la Vida y no escritos con los justos Sal 69:28 ). Isaías habla de los que están escritos entre los vivos (lsaías 4:3). Pablo habla de sus colaboradores cuyos
nombres están escritos en el Libro de la Vida Fil 4:3 ). La promesa del Cristo Resucitado a la Iglesia de Sardes es que el nombre del que salga victorioso no será borrado del Libro de la Vida (Apocalipsis 3:5). Aquellos cuyos nombres no estén escritos en el Libro de la Vida serán entregados a la destrucción (Apocalipsis 13:8). La idea detrás de todo esto es que todos los gobernantes tenían un libro de registro de los ciudadanos que vivían en su demarcación; y, por supuesto, cuando uno moría, se quitaba su nombre de ese libro. Aquellos cuyos nombres están en el Libro de la Vida son los ciudadanos vivos y activos del Reino de Dios.
En el tiempo del juicio se dice que el mar devolverá sus muertos. La idea es doble. Primero, en el mundo antiguo el entierro era de suma importancia; si un muerto no era enterrado, su espíritu vagaba, sin hogar ni en la tierra ni en el cielo. Y, por supuesto, los que morían en la mar no se podían enterrar. Juan quiere decir que hasta esos aparecerán ante el tribunal de Dios. Segundo, H. B. Swete le da un sentido más general: » Los accidentes de muerte no impedirán que nadie aparezca ante el Juez.» No importa cómo haya muerto una persona; no escapará a su castigo, ni perderá su recompensa.
Por último, la Muerte y el Hades son arrojados al lago de fuego. Como dice H. B. Swete, estos monstruos voraces que han devorado a tantos serán por último destruidos. En el juicio, los que no estén en el Libro de la Vida son condenados al lago de fuego con su amo el Diablo; pero para los que estén en el Libro de la Vida la muerte habrá sido vencida para siempre.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
El juicio final
Si la huida del cielo y la tierra de la faz de Dios ha de verse como el precursor del nuevo cielo y la nueva tierra (cf. 2 Ped. 3:10-13), el espectáculo del gran trono blanco como la única realidad que la humanidad puede contemplar es ciertamente una visión terrible. Pero la descripción probablemente es simbólica para aumentar la terrífica grandeza de la escena, la última teofanía abrumadora de la cual quiere escapar la humanidad sin lograrlo (cf. 6:12-17).
12 Los muertos, grandes y pequeños, están de pie delante del trono, o sea que toda la humanidad es convocada al juicio. ¿Está exenta de esto la iglesia? 20:4-6 sugiere que sí, pero en ese caso los creyentes habrían sido juzgados antes (cf. 3:5; 2 Cor. 5:10), pero Juan no da indicios de esto. El pasaje destaca la necesidad de que todos sean juzgados, sean santos o pecadores ¡y hay bastante tiempo como para ello! El juicio continúa de acuerdo con dos criterios: primero, de acuerdo a sus obras y, en segundo lugar, por el testimonio de los libros. Este último hecho se toma de Dan. 7:10, que refleja tanto una corte común en sus procedimientos como el hábito de los reyes persas de registrar cada detalle de los eventos en sus provincias. Lo más importante es que el testimonio conjunto de ambos criterios concuerda y el libro de la vida ha de revelarlo.
14, 15 La Muerte y el Hades representan el hecho de morir y la condición a que se llega luego de la muerte. Ambos fueron lanzados al lago de fuego, circunstancia que muestra la naturaleza claramente pictórica de la escena, incluyendo el lago de fuego. En ese lago fueron echados aquellos cuyo nombre no fue hallado inscrito en el libro de la vida. El lago tiene su origen en el abismo, la sede del monstruo enemigo de Dios, y tradicionalmente la morada de los malos espíritus y el lugar donde los ángeles caídos fueron castigados. Es la alternativa a la ciudad de Dios. De acuerdo con ello, Juan representa la misma realidad por el muy diferente símbolo de la vida fuera de la ciudad (21:27) en contraste con la vida dentro de ella (21:24-26). Es significativo que todo comienza en relación con la nueva creación, la obra de Dios en Cristo; podemos estar seguros de que la gracia y la verdad (Juan 1:17) serán tan realmente unidas en el juicio como lo fueron en la cruz de Cristo.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) O: “Del rostro de él”.
REFERENCIAS CRUZADAS
c 996 Heb 12:23; Rev 4:2
d 997 2Pe 3:7
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
huyeron la tierra y el cielo. Antes de comenzar la eternidad, los cielos pasarán y la tierra será destruida por fuego (2 P 3:10) y habrá un cielo nuevo y una tierra nueva (21:1).
Fuente: La Biblia de las Américas
11 (1) Aquí el color blanco representa la justicia, lo cual indica que el gran trono del Señor, en el cual El ejecuta Su juicio, es un trono de justicia.
11 (2) Debe de referirse al Señor Jesús. Dios el Padre ha dado todo el juicio al Hijo ( Jua_5:22) y ha determinado que El sea el Juez de los vivos y de los muertos ( Hch_10:42 ; Hch_17:31 ; 2Ti_4:1 ; Rom_2:16). Mat_25:31-46 habla del Señor como de Aquel que juzgará a los vivos antes del milenio.
Aquí el Señor es Aquel que juzgará a los muertos después del milenio.
11 (3) El primer cielo y la primera tierra serán transformados ( Heb_1:11-12). El primer cielo pasará, sus elementos serán quemados y disueltos, y la primera tierra será quemada ( 2Pe_3:10). Esto dará como resultado el cielo nuevo y la tierra nueva (21:1), el universo de la nueva creación, donde estará la Nueva Jerusalén por la eternidad.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Aquí se describe el juicio de los que murieron en la incredulidad. Tiene lugar al final del milenio; está basado en las obras, a fin de mostrar que tienen merecido el castigo (v. Apo 20:12, aunque, por supuesto, estos impíos se hallan en este juicio por la razón primordial de haber rechazado a Cristo como Salvador durante el tiempo de su vida en la tierra); y el resultado para cada uno en este juicio es ser arrojado al lago de fuego. Esta es la resurrección de juicio o condenación (Jua 5:29).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Lit., cuyo rostro
Fuente: La Biblia de las Américas
‡ Esto no significa que el universo desaparezca, sino que Dios está volviendo a crear la creación que está dañada.