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Comentario de Levítico 22:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Levítico 22:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jehovah habló a Moisés diciendo:

Los sacerdotes en su condición impura deben de abstenerse de las cosas santas, Lev 22:1-5.

Cómo se purificarán, Lev 22:6-9.

Quién ejerce el sacerdocio, Lev 22:10-16.

Las ofrendas deben de ser sin defecto, Lev 22:17-25.

La edad de animales para sacrificio, Lev 22:26-28.

La ley de comer la ofrenda de acción de gracias, Lev 22:29-33.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

abstengan … cosas santas: Cuando los sacerdotes eran ceremonialmente inmundos, no debían acercarse a las ofrendas que los israelitas habían traído al tabernáculo para dedicarlas a Dios.

me han dedicado, y no profanen mi santo nombre: Si oficiaba un sacerdote ritualmente inmundo, se anulaba el valor del sacrificio.

todo … en vuestras generaciones hacía la restricción lo más amplia posible en cualquier generación en particular a través del tiempo.

cortado de mi presencia no significa ejecutado o desterrado de la comunidad, sino la negación perpetua del privilegio de ministrar como sacerdote.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

22. Los Sacerdotes.

Los que Pueden Comer las Cosas Santas (1-15).
1Habló Yahvé a Moisés, diciendo: 2“Habla a Aarón y a sus hijos para que respeten las cosas santas que me consagran los hijos de Israel, y no profanen mi santo nombre. Yo, Yahvé. 3Diles: Cualquiera de vuestra estirpe de vuestras generaciones que tenga sobre sí alguna impureza, guárdese de acercarse a las cosas santas que los hijos de Israel ofrecen a Yahvé; si lo hiciere, será borrado de ante mí. Yo, Yahvé. 4El que de la estirpe de Aarón tuviere lepra o flujo, no comerá de las cosas santas hasta no quedar puro. 5Lo mismo el que haya tocado a un inmundo manchado por el contacto de un cadáver, o que haya derramado el semen, o que haya tocado un reptil que le contaminó, o que esté contaminado por haber tocado a un impuro que le transmitió su impureza, cualquiera que ésta sea. 6Quien tocare algo de eso será impuro hasta la tarde, y no comerá cosa santa; se bañará en agua, 7y después de la puesta del sol será puro, y podrá comer cosas santas, pues son su comida. 8No comerá de animal mortecino ni desgarrado, manchándose con ello. Yo, Yahvé. 9Que guarden todos mis mandamientos, no sea que por algo de esto incurran en pecado y mueran por haber profanado las cosas santas. Yo, Yahvé, que los santifico. 10Ningún extraño comerá las cosas santas, ni el que habite en la casa del sacerdote ni el mercenario las comerán; 11pero el esclavo comprado a precio por el sacerdote y el nacido en su casa podrán comerlas, pues son su alimento. 12La hija de un sacerdote casada con un extraño no podrá comer de las cosas santas; 13pero, si enviudare o fuese repudiada sin tener hijos y vuelve a la casa de su padre, como estaba en ella en su juventud, podrá comer de lo que come su padre; mas ningún extraño lo comerá. 14Quien por inadvertencia comiere una cosa santa, la restituirá al sacerdote con un quinto de más. 15No profanen los sacerdotes las cosas santas de los hijos de Israel, lo reservado a Yahvé, 16 y se carguen la fealdad del delito cuando coman las cosas santas. Yo, Yahvé, que los santifico.”

Es un principio de sentido natural que quien sirve al altar, del altar ha de vivirl. En los tiempos del Antiguo Testamento, el sacerdote no vivía solo; tenía su familia, que dependía de él. Por otra parte, las cosas que el sacerdote recibe del altar son santas, pues participan de la santidad del altar2, y es preciso respetar su santidad. De aquí las normas establecidas en este capítulo. Primeramente no se acercará a la mesa en que se sirven las cosas santas ninguno que haya contraído impureza por las muchas vías por donde ésta se puede contraer (v.3-9), si antes no se purifica. Estas cosas santas, a las que tenían acceso sólo los sacerdotes en determinadas circunstancias de pureza legal, son, además de los dones dados directamente a los sacerdotes, las partes de las víctimas en los sacrificios pacíficos y expiatorios, que no se consumían sobre el altar. Estas eran llamadas santísimas. Entre las cosas que impiden al sacerdote participar de ellas están la lepra3, la gonorrea4, el contacto con una persona que ha tocado un cadáver5, contacto directo con el cadáver, el flujo seminal6, el contacto con animales reptantes7. En los primeros casos debe purificarse con especiales ritos8, y en los restantes basta con que se reserve hasta la tarde y se bañe. También se le prohíbe al sacerdote comer mortecino o desgarrado (v.8), es decir, de un animal que ha muerto en el campo por las fieras9. Los extraños a la familia del sacerdote no pueden participar de estas cosas santas, aunque sea un huésped o un jornalero (v.10); a éstos no se les admitía tampoco al banquete pascual10. Sin embargo, al esclavo comprado o nacido en casa se le permite comer las cosas santas. Está vinculado a la familia de un modo más definitivo, y, según la legislación, era circuncidado y admitido al rito pascual11. La hija del sacerdote casada no podrá comer de las cosas santas mientras forme hogar aparte. Sólo cuando, viuda o repudiada, vuelva a vivir con su padre tiene derecho a participar de las cosas santas (v.18). Se mantiene, pues, siempre el principio de que el que sea extraño a la familia no puede comer las cosas santas, privativas de la familia sacerdotal. Caso de que, por error, alguno comiera cosas santas sin tener derecho a ellas, debe restituir lo equivalente y un quinto más. En 5:15-16 se dice que además debe ofrecer un sacrificio de reparación; lo que prueba que nos hallamos ante diferentes codificaciones legislativas paralelas que han quedado en el Levítico. Por fin, el legislador encarece a los sacerdotes que vigilen por el cumplimiento de estas leyes (v.15). Sancta sanctis, las cosas santas son para los santos o puros, según el antiguo principio de santidad. Los sacerdotes deben vigilar para que no se profanen las cosas santas, comiendo de ellas quienes no están autorizados para ello. En ese caso se hacen reos de la “fealdad del delito” de los infractores (v.16). Otra interpretación es suponer que los sacerdotes con su negligencia son culpables de que el pueblo ignorante se cargue con pecados involuntariamente ante Dios. En el nuevo orden de la ley evangélica, quienes indignamente reciban los sacramentos llamados de vivos – confirmación, comunión, orden y matrimonio – cometen sacrilegio, y estos sacramentos, lejos de dar la vida, causan la muerte.

Cualidades de las Víctimas de los Sacrificios (17-25).
17Yahvé habló a Moisés diciendo: 18“Habla a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel, y diles: Quienquiera de la casa de Israel o de los extranjeros que presente su ofrenda, sea en cumplimiento de un voto, sea como ofrenda voluntaria, si lo que ofrece a Yahvé es holocausto, 19para que sea aceptable, la víctima ha de ser sin defecto de entre los bueyes, las ovejas o las cabras. 20No ofreceréis nada defectuoso, pues no sería aceptable. 21Cuando uno ofrezca a Yahvé ganado mayor o ganado menor en sacrificio pacífico, sea para cumplir un voto, sea como ofrenda voluntaria, la víctima, para ser aceptable, ha de ser perfecta, sin defecto. 22Un animal ciego, cojo o mutilado, ulcerado, sarnoso o tinoso no se lo ofreceréis a Yahvé, ni quemaréis nada de él en el altar a Yahvé. 23Podrás inmolar como ofrenda voluntaria un buey o una oveja que tenga un miembro demasiado largo o demasiado corto, pero esa víctima no sería aceptable para el cumplimiento de un voto. 24No ofreceréis a Yahvé un animal que tenga los testículos aplastados, hundidos, cortados o arrancados; no lo ofreceréis a Yahvé; eso no lo haréis nunca en vuestra tierra. 25Ni de la mano de un extranjero recibiréis tales víctimas para ofrecerlas como alimento de vuestro Dios, pues están corrompidas y manchadas y no serían aceptables.”

El profeta Malaquías echaba en cara a los sacerdotes el poco aprecio que hacían de la mesa del Señor, pues le ofrecían víctimas defectuosas. Y les decía irónicamente: “Id al gobernador con esas víctimas y ved si las acepta.”12 Sin duda que las tomaría como una ofensa. Por ello, la ley levítica determina que las víctimas que se han de ofrecer a Yahvé han de ser sin defecto (v. 17-23). Se trata sólo de víctimas para el sacrificio de holocausto o pacifico, pero no de las ofrecidas por el pecado o delito. Para el holocausto, la víctima debía ser macho sin defecto, escogida entre el ganado vacuno, ovino y caprino13. Lo mismo para las ofrendas voluntarias o de un voto. Para los sacrificios pacíficos, la víctima podía ser hembra14. La víctima no debía ser ciega, coja, mutilada, ulcerada, tinosa y sarnosa (v.22). En las ofrendas voluntarias se permite que sean algo deformes, con unos miembros más largos que otros (v.23). Tampoco es admitida una víctima castrada del modo que sea (v.24). La frase eso no lo haréis nunca en vuestra tierra (v.24b) ha sido entendida en la tradición judía como prohibición de toda castración de los animales15. Y así, al prohibir que se reciban víctimas de los extranjeros, parece insinuarse que es porque estaban mutiladas (v.25), aunque la prohibición puede tener por razón exclusiva la de la proveniencia de un extranjero, lo que la hacía impura e indigna del Dios de Israel.

Otras Prescripciones Relativas a las Víctimas (26-30).
26Yahvé dijo a Moisés: 27“Al nacer un becerro, un cordero o un cabrito, quedarán siete días a la ubre de la madre; a partir del día octavo serán en adelante agradables para ser ofrecidos a Yahvé en sacrificio por el fuego; 28sea buey o cordero, no inmoléis en el mismo día el animal y su cría. 29Cuando ofrezcáis a Yahvé un sacrificio de acción de gracias, lo ofreceréis de manera que sea aceptable; 30la víctima será comida el día mismo, sin dejar nada para el día siguiente. Yo, Yahvé.”

Los recentales sólo se admiten como víctimas después de siete días a partir de su nacimiento. Como antes no son aptos para alimento del hombre, así son impropios para alimento de Dios. 16 Entre los romanos, el puerco sólo era aceptable para el sacrificio a los cinco días de su nacimiento; el cordero, al octavo, y el ternero, al trigésimo17.
Se prohíbe inmolar el mismo día la madre y su cría (v.28). La tradición judía lo ha explicado siempre como una concesión al sentimentalismo, pues es demasiado duro matar el mismo día a la madre y a la cría. Hoy día muchos autores creen que en la prohibición hay una medida contra ciertas supersticiones18.

Conclusión (31-33).
31Guardad mis mandamientos y ponedlos por obra; yo, Yahvé. 32No profanéis mi santo nombre; sea yo santificado en medio de los hijos de Israel. Yo, Yahvé, que os santifico, 33y os he sacado de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios. Yo, Yahvé.”

Es la conclusión de los c.21-22. La amonestación está dirigida a todos los hijos de Israel para que guarden sus mandamientos, y no sólo a los sacerdotes. La razón de ello es su santificación. Yahvé los ha escogido entre las naciones y quiere que correspondan a su vocación; por eso no quiere que “profanen su nombre” o buena fama entre los gentiles, traspasando sus mandatos. Es así como es santificado Yahvé en medio de su pueblo. Y, por fin, hace una llamada a la liberación milagrosa de Egipto, para que sean agradecidos a su providencia especialísima.

1 Cf. 1Co 9:13. – 2 Cf. Mat 23:19. – 3 Cf. Lev 13. – 4 Lev 15:2. – 5 Num 19:11-19. – 6 Lev 15:16; Lev 15:18. – 7 Lev 11:29-31 – 8 Lev 14 y 15. – 9 Cf. Exo 22:31; Lev 17:15-16; Deu 14:21. – 10 Exo 12:45. – 11 Cf. Gen 17:23; Exo 12:44 – 12 Mal 1:8. – 13 Cf. Lev 1:3; Lev 1:10. – 14 Cf. Lev 3:1. – 15 Fl. Josefo, Ant. Jud. IV 8,40. – 16 Cf. Exo 22:30. – 17 Plinio, Hist. Nat. VIII 51. – 18 Véase comen, a Exo 23:19, donde se cita un paralelo en los textos de Ras Samra sobre la prohibición de cocer al cabrito en la leche de su madre

Fuente: Biblia Comentada

En esta sección se dan directrices detalladas para la santidad práctica.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Se detallan cuestiones de santidad pertenecientes a la persona individual.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Aquí tenemos unas adicionales instrucciones acerca de la limpieza ceremonial para los sacerdotes, comenzando con una amenaza de muerte (v. Lev 22:3, «cortado») para quien infringiera estas reglas.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

embargo, si un sacerdote llegaba a estar inmundo por cualquier razón, tenía prohibido comer de las cosas sagradas, a causa del principio vital que lo santo y lo inmundo debían mantenerse separados (véase comentario sobre el cap. 11). Esto podía ser algo tan mínimo como la impureza ritual por un día, a causa de ciertos contactos, y tan grande como la impureza debido a una enfermedad de la piel, la cual duraba todo el tiempo que la enfermedad permaneciera sin curarse.

10-15 Estos versículos definen quién era contado como parte de una familia sacerdotal, con el propósito de saber quién tenía permiso de comer de las cosas sagradas.

17-33 Ya hemos visto en el cap. 11 que la distinción entre los animales limpios e inmundos era un reflejo de la distinción entre Israel y las otras naciones. Pero esto se lleva un paso más allá. Así como Israel estaba dividido entre sacerdotes y la gente común, también el grupo de animales estaba dividido entre los que podían ser usados para sacrificio y los que podían comerse. El simbolismo paralelo era el siguiente: sacerdotes/animales para el sacrificio; otros israelitas/otros animales limpios; gentiles/animales inmundos. Este es el patrón que explica la similaridad de vocabulario en 21:17-21 y 22:18-24. Al igual que los defectos y deformaciones eliminaban a un hombre del servicio sacerdotal, también eliminaban a un animal del sacrificio.

En el NT todas estas distinciones fueron eliminadas. No sólo ya no hay judío y gentil en Cristo, sino también una nueva humanidad reconciliada con Dios y uno con el otro a través de él, pero también, dado que Cristo ha cumplido la función de ofrecer sacrificios del sacerdote, ya no hay una orden separada de sacerdotes en la iglesia cristiana en el mismo sentido que hubo en Israel. La cortina del templo se rompió. El acceso a Dios está expedito para todos por medio de la sangre de Cristo derramada en sacrificio (cf. 1 Ped. 1:19), y su ministerio de sumo sacerdote ahora lo lleva a cabo eternamente su pueblo ante la presencia de Dios. De esta manera, actualmente todo el pueblo de Dios en Cristo es reconocido como su sacerdocio santo, y la invitación a esta comunidad se extiende explícitamente al cojo, al ciego, al leproso y a todos los demás que previamente habían sido excluidos del sacerdocio (cf. Luc. 14:13-21). Aun al eunuco (excluido en los vv. 21 y 22) se le asegura que no sólo puede acercarse al santuario de Dios, sino que sus sacrificios serán aceptados (Isa. 56:3-8).

Sin embargo, aunque aquellos que ejercitan supervisión moral y espiritual en la iglesia nunca son llamados sacerdotes en el NT, sus responsabilidades incluyen el ministerio de la enseñanza, lo cual también pertenecía a los sacerdotes del AT. A causa de esto, el NT requiere normas más altas en la vida personal y familiar en aquellos que son llamados a dicha responsabilidad. Por eso, se hace eco de estos dos capítulos (aunque en un tono muy diferente), en las listas de los requisitos para los ancianos, obispos y diáconos (1 Tim. 3:1-13; Tito 1:5-9; cf. Jos. 3:1).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

22.1-9 ¿Por qué existían tantas directivas específicas para los sacerdotes? Es posible que los israelitas hayan estado bastante familiarizados con los sacerdotes egipcios. A los sacerdotes egipcios les interesaba mayormente la política. Veían la religión como un medio para obtener poder. Por eso los israelitas quizás hayan sospechado del establecimiento de una nueva orden sacerdotal. Pero Dios quería que sus sacerdotes lo sirvieran a El y al pueblo. Sus deberes eran religiosos: ayudar al pueblo a acercarse a Dios y adorarle. No podían usar su posición para obtener poder porque no les era permitido poseer tierra ni aceptar dinero de nadie. Todas estas directivas daban confianza al pueblo y ayudaban a los sacerdotes a cumplir su propósito.22.19-25 Los animales con defectos no eran aceptables como sacrificios, porque no representaban la naturaleza santa de Dios. Además, el animal tenía que ser sin mancha para poder prefigurar la vida perfecta y sin pecado de Jesucristo. Cuando damos a Dios nuestro mejor tiempo, talento y tesoro y no lo que está empañado o es común, mostramos el verdadero significado de la adoración y testificamos del valor supremo de Dios.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

Los sacerdotes corrían el mismo riesgo de contaminación como cualquier otro israelita (ya fuese en sus propias personas o por contacto con inmundos) y no podían ministrar hasta que fuesen santificados.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie