Biblia

Comentario de Levítico 24:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Levítico 24:10 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

El hijo de una mujer israelita, cuyo padre era egipcio, salió entre los hijos de Israel. Y el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron en el campamento.

Éxo 12:38; Núm 11:4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Estaba prohibido blasfemar el nombre de Jehová (Éxo 22:28). La duda en este caso era si la ley israelita se aplicaba a quienes no eran de pura sangre israelita. Nótese el cuidado para registrar que el padre del ofensor era un egipcio, y el nombre de su madre, del padre de ella y de su tribu.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

el hijo. Aquí tenemos otro ejemplo histórico de blasfemia en líneas similares al relato de Nadab y Abiú (Lev 10:1-2). El blasfemo era uno de la «grande multitud de toda clase de personas». El pueblo pasó la culpa de todos ellos a él.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Esta sección considera el pecado de blasfemia. Cp. Éxo 20:7; Éxo 22:28.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

La muerte del blasfemo

El incidente hace hincapié en la seriedad de las leyes anteriores (cf. cap. 10). El sorprendente número de detalles en cuanto a la identidad del hombre muestra que ésta no fue una historia vaga, sino un evento bastante bien recordado. La falta de este hombre fue que blasfemó el Nombre (es decir, el nombre personal de Dios, Yahweh) y lo maldijo (v. 11). El mal uso del nombre divino y el maldecirlo estaba estrictamente prohibido, y se contaba entre las faltas más serias en contra del mismo pacto (Exo. 20:7; 22:28). Los capítulos anteriores nos muestran que el delito no fue meramente un asunto casual de un lenguaje sucio, como el que imprudentemente salpica las conversaciones en público en la actualidad, o en los medios de comunicación. El nombre de Yahweh se ha repetido casi en cada párrafo de las leyes. Era su carácter lo que conformaba todo el sistema social de Israel y su autoridad era lo que sellaba la ley del pacto. Entonces, blasfemarlo y maldecirlo era realmente repudiar su autoridad y rechazar su ley. Era un crimen en contra de toda la comunidad que dependía de la continua protección de Dios como parte del pacto y, por lo mismo, excluía al ofensor de esa comunidad. En un sentido, la pena de muerte sellaba la propia decisión del ofensor.

Este caso permite la oportunidad para expresar un principio legal; como quien dice, la llamada lex talionis (la ley del talión) o sea la ley de la retribución (vv. 16b-22). La expresión: ojo por ojo se ha llegado a usar popularmente para hablar de la, supuestamente, primitiva y sangrienta ética del AT. Esta percepción es una desafortunada caricatura, ya que esto era un avance bastante considerable en la historia legal; es decir, remover la venganza privada sin límites y la enemistad en favor de una ley que limitaba el castigo por cualquier delito a una estricta y equivalente retribución. Las faltas serias (tales como el homicidio) no debían castigarse levemente (por ejemplo, si el ofensor era rico e influyente), y comparativamente, las faltas leves no debían castigarse exageradamente. Además, como ya se ha observado, raza o linaje no debía hacer ninguna diferencia (vv. 16, 22). Todos los miembros de la comunidad debían tratarse igualmente, con las mismas normas de justicia. Es muy posible que las frases del v. 20 sólo hayan tenido la intención de declarar un principio por medio de una ilustración gráfica, y no algo literal. El castigo y la compensación debían estar en concordancia con el crimen. Otras leyes muestran que algunas lesiones personales se trataban con la compensación (p. ej. Exo. 21:18, 19), mientras que en el caso de un esclavo físicamente lesionado se remediaba dándole su libertad; esta era una ley única en el mundo antiguo (Exo. 21:26, 27).

Mientras que esta ley, aplicada estrictamente al mundo de la acción legal pública, prescribe atención cuidadosa al castigo apropiado y equivalente por los delitos (una preocupación que es permanentemente pertinente en cualquier sociedad), Lev. ya ha dejado en claro que la santidad en la comunidad significa que la gente no debía buscar desenfrenadamente la venganza por cualquier daño sufrido (19:17, 18; cf. Deut. 32:35; Prov. 25:21, 22). Por lo tanto, cuando Jesús estableció que la ley que gobernaba los procedimientos judiciales no debiera ser la medida para la conducta personal entre sus seguidores, estaba siendo congruente con este principio (Mat. 5:38-42; cf. Rom. 12:17-21). Sus palabras no deben ser malentendidas (como a menudo sucede) como una crítica o rechazo de las normas morales del AT como un todo, sino sólo como una crítica de hacer de los derechos legales mínimos el criterio para las relaciones, aun con aquellos clasificados como enemigos. En esto, como en muchos otros asuntos, Jesús restauró la auténtica voz, intención y balance de la ley del AT (cf. C. J. H. Wright, Knowing Jesus through the Old Testament [Marshall Pickering, 1992], cap. 5).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

l 1087 Éxo 12:38; Núm 11:4

m 1088 Éxo 2:13

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Esta sección trata de un caso de blasfemia. Un buen número de personas que no eran israelitas, que probablemente incluían siervos semitas y algunos egipcios, salieron de Egipto con Israel (v. coment. en Ex 12:38). Entre ellos había un hombre cuya madre era israelita pero cuyo padre era egipcio. En una riña con un israelita el hijo del egipcio le insultó usando el nombre de Dios ( Yahweh: S eñor ) de una manera impertinente.

Fuente: La Biblia de las Américas

Quizás este blasfemo pertenecía a «la multitud de toda clase de gentes» de Éxo 12:38. Al poner las manos sobre su cabeza, el pueblo le traspasó cualquier culpa que hubiese podido ocurrir a la comunidad.

llevará su iniquidad (Lev 24:15). El pecador lleva su propia responsabilidad.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

egipcio… TM añade hombre. Se sigue LXX → §194.

Fuente: Biblia Textual IV Edición