Comentario de Números 8:5 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Jehovah habló a Moisés diciendo:
Esta sección trata acerca de la limpieza de los levitas a fin de prepararlos adecuadamente para su servicio especial al Señor en la santa adoración. Los levitas pertenecían al Señor en canje por los primogénitos de Israel que Él pasó por alto durante las diez plagas de Egipto (Núm 3:40, Núm 3:41; Núm 8:16-19).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Esta ceremonia separó a los levitas para el servicio del Señor. Su dedicación fue un rasgo característico de la descripción global de la dedicación del tabernáculo.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Los levitas son purificados y se les asigna su trabajo. Los levitas debían ser ceremonialmente purificados con el agua para la purificación, lit. “agua del pecado” (v. 7). Los israelitas pusieron sus manos sobre los levitas (v. 10), y después éstos pusieron las suyas sobre la ofrenda por el pecado. Esto por lo común se hacía confesando el pecado, y manifestaba que el animal era un sustituto (v. 12). El significado básico de poner las manos sobre algo parece ser el de “transferir” un derecho o una condición a un sustituto: Transfiriendo bendición a un sucesor (Gén. 48:14); transfiriendo autoridad en la ordenación (Núm. 27:23); transfiriendo culpa a una víctima sacrificial. La ordenación por la imposición de manos fue practicada en la iglesia del NT (Hech. 6:6; 13:3; también Mar. 5:23; Hech. 8:15-18; Heb. 6:2). Parece que implicaba participación con alguien en su trabajo, de aquí que Pablo advierte en contra de hacerlo precipitadamente (1 Tim. 5:22). El contexto del cap. 8 indica que los levitas eran la ofrenda de Israel para Dios (vv. 11, 15). Ellos estaban consagrados al Señor (vv. 14, 16) y tomaban el lugar de los primogénitos (v. 17 ss.). Pero a pesar de este énfasis no se pasa inadvertido el hecho que los levitas también habían sido dados a Aarón (vv. 19, 22). Por último, se mencionan los límites de edad: de 25 a 50 años (vv. 24-26). El censo sólo incluyó a los hombres de 30 a 50 años de edad (4:3; pero la LXX aquí también dice 25). En el tiempo de David, cuando el tabernáculo estaba en Sion, se bajó la edad límite a 20 años (1 Crón. 23:24-27), aunque David sólo contó a los de 30 años para arriba (1 Crón. 23:3). Esto se continuó practicando en generaciones posteriores (2 Crón. 31:17; Esd. 3:8). La jubilación no significaba retirarle del ministerio. A los 50 años los levitas podían continuar funcionando, sirviendo a sus hermanos. Por regla general, los siervos de Dios parecen haber continuado sirviéndole hasta una edad avanzada, y hasta su muerte, según se lo permitieran sus fuerzas (Deut. 34:7; 1 Sam. 4:14 ss.; 12:2; 2 Tim. 4:6-8; 2 Ped. 1:13-15).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
Instrucciones para la consagración de los sacerdotes en preparación para el servicio. Eran rociados con agua y todo su cuerpo era rasurado (v. Núm 8:7). Entonces debían presentar un holocausto, una oblación y una ofrenda por el pecado (vv. Núm 8:8; Núm 8:12). Luego, representantes del pueblo ponían sus manos sobre los levitas, ya que los levitas eran los sustitutos de los primogénitos (vv. Núm 8:10; Núm 8:17-18). Finalmente, Aarón ofrecía los levitas al Señor (vv. Núm 8:11; Núm 8:13).
purificación (v. Núm 8:21), lit., significa «desprender del pecado» (para estar ceremonialmente limpios).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
[o] LOS LEVITAS Este capítulo completa lo que se leyó en Exodo 13, 1-4 y 11-15. Israel pertenece totalmente a Yavé. La décima plaga con la muerte de los primogénitos egipcios muestra que la reinvindicación de Yavé se concentra en los primogénitos. Estos deben pues ser rescatados: al principio son presentados en el Templo cuando la madre, en el cuadragésimo día después del parto, va a «purificarse de su sangre» (Lev 12; Lc 2,22). Pero Dios exige un don más personal: una tribu de entre las doce, la de Leví, reemplaza a los primogénitos de todo el pueblo y es consagrada al culto de Dios. Esa tribu no tiene territorio propio y se consagra al servicio del Templo; vive de los diezmos que le remiten las demás tribus y que son destinados al culto..