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Comentario de Números 10:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Números 10:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jehovah habló a Moisés diciendo:

El uso de las trompetas de plata, Núm 10:1-10.

Los israelitas se mueven de Sinaí a Parán, Núm 10:11-13.

El orden de su marcha, Núm 10:14-28.

Moisés suplica a Hobab que no los abandone, Núm 10:29-32.

La bendición de Moisés y el movimiento y descanso del arca, Núm 10:33-36.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Las dos trompetas de plata eran distintas de las trompetas de cuerno de carnero (Lev 25:9Sal 81:3). Estos instrumentos, hechos de plata a martillo, eran rectos con un pabellón acampanado como las cornetas del correo de la Europa medieval. Ya que no tenían válvulas, se tocaban como una corneta. La idea era así: la nube comenzaba a moverse, las trompetas sonaban y el pueblo empezaba a levantar el campamento y salía de allí en una fila ordenada. Cuando el Arca, símbolo de la presencia divina, se movía, Moisés recitaba las palabras de la canción de triunfo (v. Núm 10:35).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

10. Preparación de la Partida.

Las Trompetas de Plata (1-10).
1Yahvé habló a Moisés, diciendo: 2“Hazte dos trompetas de plata batida a martillo, que te sirvan para convocar la asamblea y para hacer mover el campamento. 3Cuando se toquen las dos, acudirá a ti toda la asamblea a la puerta del tabernáculo de la reunión; 4cuando se toque una sola, se congregarán a ti los príncipes jefes de los millares de Israel. 5A un toque estrepitoso, moverán su campamento los acampados al oriente. 6A un segundo toque de la misma clase, moverán su campamento los acampados al mediodía; estos toques son para ponerse en movimiento. 7También para reunir la asamblea las tocaréis, pero no con ese toque. 8Los hijos de Aarón, los sacerdotes, serán los que toquen las trompetas, y éstas serán para vosotros de uso obligatorio por siempre en vuestras generaciones. 9Cuando en vuestra tierra saliereis a la guerra contra el enemigo que os atacare, tocaréis alarma con las trompetas, y servirán de recuerdo ante Yahvé, vuestro Dios, para que os salve de vuestros enemigos. 10También en vuestros días de alegría, en vuestras solemnidades y en las fiestas del comienzo del mes, tocaréis las trompetas; y en vuestros holocaustos y vuestros sacrificios pacíficos serán para vosotros un recuerdo cerca de vuestro Dios. Yo, Yahvé, vuestro Dios.

En los tiempos primitivos, las señales se hacían con el cuerno de carnero, la corneta1. En Lev 25:95 se dice que el jubileo se anunciará al sonido del cuerno. Pero los documentos posteriores nos hablan de las trompetas de plata, que se hacían sonar así en el templo, para anunciar los actos de culto y las fiestas, como en el campo de batalla2. En el arco de Tito, en Roma, figuran también, entre los trofeos de su victoria sobre los judíos, encima de la mesa de los panes, dos trompetas largas. La razón de introducir aquí estas trompetas es, sin duda, para que respondan mejor a la nueva organización de Israel bajo la guía directa de Dios. Las trompetas de plata eran algo más digno que los cuernos de carnero. Las señales convenidas son tres: un toque para convocar a los jefes del pueblo; dos para llamar al pueblo; uno más prolongado para ordenar el levantamiento del campo, y éste se hará a cada una de las partes de él. Fuera de esto, añade que las trompetas tocarán en la guerra, y será su sonido como una llamada a Yahvé para que venga en socorro de los suyos. Este pasaje nos ofrece la explicación de lo que se dice repetidas veces en los Paralipómenos: que los sacerdotes iban delante del ejército de Judá con las trompetas para tocarlas en el momento de comenzar la batalla, y su efecto era tan decisivo, que al instante los enemigos se sentían aterrados y huían, no quedando al ejército otro trabajo que perseguirlos y recoger el botín3. También aquí tenemos que advertir la desproporción entre el efecto de las dos trompetas y la extensión del campamento de más de 600.000 hombres. La dificultad la salva, como antes dijimos, el género literario hiperbólico del autor sagrado.
El autor sagrado no describe la forma de las dos trompetas, pero podemos suponer que eran semejantes a las que aparecen en los monumentos egipcios4. El uso de las trompetas se prescribe también para las grandes conmemoraciones religiosas (v.10)5.

Partida del Sinaí (11-28).
11En el año segundo, el segundo mes, a veinte del mes se alzó la nube de sobre el tabernáculo del testimonio, 12y los hijos de Israel marcharon, por etapas, del desierto del Sinaí al desierto de Farán, donde la nube se paró, 13moviéndose por primera vez a la orden de Yahvé por Moisés. 14La primera en moverse fue la enseña del campo de los hijos de Judá, con sus escuadras. Jefe de las escuadras de aquéllos era Nasón, hijo de Aminadab. 15Jefe de las escuadras de la tribu de los hijos de Isacar, Natanael, hijo de Suar; 16y jefe de las escuadras de la tribu de los hijos de Zabulón, Eliab, hijo de Jelón. 17Desmontado que fue el tabernáculo, pusiéronse luego en marcha los hijos de Gersón y los hijos de Merarí, llevando el tabernáculo. 18Luego se puso en marcha la enseña del campo de Rubén, por sus escuadras. 19El jefe de sus escuadras era Elisur, hijo de Sedeur; el jefe de las escuadras de la tribu de los hijos de Simeón, Selamiel, hijo de Zurisadai; 20y el jefe de las escuadras de los hijos de la tribu de Gad, Eliasaf, hijo de Deuel. 21Comenzaron luego a marchar los hijos de Caat, llevando el santuario; y en tanto que ellos llegaban, se disponía el tabernáculo. 22Después se puso en marcha la enseña del campo de los hijos de Efraím por sus escuadras; jefe de sus escuadras era Elisama, hijo de Amiud; 23jefe de las escuadras de la tribu de Manasés, Gamaliel, hijo de Pedasur; 24jefe de las escuadras de la tribu de los hijos de Benjamín, Abidán, hijo de Gedeón. 25Después se puso en marcha la enseña del campo de los hijos de Dan, por sus escuadras, a retaguardia de los otros campos; jefe de las escuadras de los hijos de Dan era Ajiezer, hijo de Amisadai; 26jefe de las escuadras de la tribu de los hijos de Aser, Feguiel, hijo de Ocrán; 27jefe de las escuadras de la tribu de los hijos de Neftalí, Ajira, hijo de Enán. 28Los hijos de Israel se pusieron en marcha con sus escuadras por orden.

Por fin llega la hora de la partida, cuando faltaban sólo diez días para cumplirse el año de la llegada a la montaña santa6. El 20 del segundo mes se alza la nube sobre el tabernáculo, y los hijos de Israel levantan el campo y se ponen en marcha. Ninguna mención se hace de las trompetas que según 10:5 debían intimar la orden de partida a los cuatro lados del campamento. La marcha se realiza en el orden señalado en el capítulo 2 con alguna diferencia. Allí se asigna a los levitas, que llevan el tabernáculo, el centro de la columna; aquí Gersón y Merarí caminan después de las tribus que acampan al oriente, que son las primeras en partir, y Caat marcha después del segundo grupo, que acampaba al mediodía. Y como antes, tampoco aquí se hace mención del resto del pueblo con sus ganados y hacienda. Se ve clara la concepción ideal que el autor sagrado da a esta organización de Israel. Por sus etapas, y guiados por la nube, caminan desde el desierto del Sinaí hasta el de Farán, al sur de Canaán7. El v.28 marca bien la conclusión de la perícopa.

Invitación de Moisés a su Cuñado Jobab para que le Acompañe (29-32).
29Moisés dijo entonces a Jobab, hijo de Raguel, madiani-ta, su suegro: “Nosotros nos vamos para el lugar que Yahvé nos ha dicho: “Yo os lo daré”; ven con nosotros y te favoreceremos; porque Yahvé ha prometido favorecer a Israel.” 30El respondió: “No, me iré a mi tierra y a mi parentela.” 31Moisés insistió: “No nos dejes, pues tú conoces bien los lugares donde habremos de acampar y podrás servirnos de guía; 32si vienes, nosotros te daremos parte de lo que nos dé Yahvé.”

En el texto se insiste en que Yahvé es el guía directo de los israelitas en su peregrinación, y la nube es el signo de su presencia sensible. En cambio, aquí se insiste en que Moisés quiere llevar a su cuñado como guía experto, conocedor de aquellos parajes de la estepa por donde habían de pasar8. Moisés le promete participar de los bienes que Yahvé les dé. En Jue 1:16; Jue 4:11, se dice que los quíneos se incorporaron a Moisés, y probablemente éstos son los madianitas de que aquí se habla, tribu nómada que pastoreaba entre el Sinaí, Farán y Edom9.

En Marcha desde el Monte Sinaí (33-36).
33Así se marcharon del monte de Yahvé, e hicieron tres días de camino; y el arca de la alianza de Yahvé fue con ellos tres días de camino, buscando dónde acampar. 34La nube de Yahvé los acompañaba de día desde que levantaron el campamento. 35Cuando movían el arca, decía Moisés: “Levántate, Yahvé; dispérsense tus enemigos. Y huyan ante ti los que te aborrecen. 36Y cuando el arca se posaba, decía: “Pósate, ¡oh Yahvé!, entre las miríadas de Israel.”

Esta perícopa parece una repetición Deu 10:11-28, que se ha de atribuir a otro documento. El pueblo parte del Sinaí y camina tres días buscando dónde acampar. En la primera narración, el arca iba muy envuelta en ricos paños y cubierta por pieles de tejón; aquí parece que va el arca descubierta, como en Jos 3:2510, y la nube la acompaña, como en Exo 13:21s. Así se explican las palabras de Moisés en las que dice lo que era el arca para el pueblo: el símbolo de la presencia de Dios en medio de Israel para defenderle de sus enemigos. El pasaje de 1Sa 4:35 nos declara bien este pensamiento: el pueblo se halla enfrente de los filisteos, que les habían infligido una derrota. En vista de esto, resuelven traer el arca de Yahvé. Cuando ésta entró en el campo de Israel, el pueblo “lanzó tan grandes gritos de júbilo, que hacían temblar la tierra. Los filisteos sintieron temor y decían: “Ha venido Dios al campamento. ¡Desgraciados de nosotros!… ¿Quién nos librará de la mano de ese Dios poderoso? ¿Acaso no es El el que castigó a los egipcios con toda suerte de plagas y de peste?” Así declara el autor sagrado la impresión causada en uno y otro campo por la llegada del arca. A la luz de estas palabras podemos entender lo que significan las de Moisés.
Cuando Israel abandona la llanura de er-Raha en el desierto del Sinaí (la “montaña de Yahvé” designando al Sinaí aparece sólo aquí, pues en otros lugares se llama “montaña de Elohim”), no sabemos la dirección exacta que tomaron. Son muchos los intrincados valles que se abren paso para salir del macizo de los montes del Sinaí, y, por otra parte, no hay ninguna indicación en el texto sagrado que pueda servir de apoyo para trazar el itinerario hasta llegar al vasto desierto de Tih, de Farán o de Sin, en el lenguaje de la Biblia, caminando siempre hacia el norte hasta llegar a la región de Cades, donde Israel se estacionó11.

1 Jos 6:5. – 2 2Cr 13:12; 2Cr 13:143; 1Ma 4:40; 1Ma 5:33; 1Ma 16:8. – 3 Cf. 2Cr 13:15; 2Cr 15:1; 1Ma 5:33 – 4 Véase la descripción en Fl. Josefo, Ant. Jud. III n,6. – 5 Cf. 2Cr 5:12; 2Cr 29:26 – 6 Exo 19:1. – 7 Cf. Abel, Géog. I 434. – 8 No está claro en el texto si este Jobab hijo de Raguel es el cuñado o el suegro de Moisés. En Exo 2:18 se dice que Raguel es el padre de Séfora, esposa de Moisés. Pero algunos creen que es una glosa que proviene de Num 10:29. En Exo 3:1; Exo 4:18 el suegro de Moisés es llamado Jetro. Algunos creen que Raguel es un calificativo (Reuel: amigo de Dios). – 9 Véase Abel, o.c., I 286. – 10 Cf. 1Sa 4:3; 2 Sam 6:1s. – 11 Véase M. J. Lagrange, L’itinéraire des hraelites da pays de Gessen aux bords du Jourdain: RB (1900) 274; R. Savignag, La región de Ain Cadeis: RB (1922).

Fuente: Biblia Comentada

Estos cuatro capítulos muestran cómo el Señor hablaba con Moisés (Núm 7:89) y conducía a Israel (Núm 9:22; Núm 10:11-12) desde el tabernáculo. Según Israel estaba apropiadamente orientado hacia el Señor y obedecía su Palabra, Dios le daba la victoria sobre sus enemigos (Núm 10:35).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Los capítulos Núm 9:1-23 y Núm 10:1-36 relatan los últimos acontecimientos antes de la partida del desierto de Sinaí.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Las trompetas de plata. Esta fue la preparación final antes de partir de Sinaí. Las trompetas fueron hechas de plata modeladas a martillo. (La plata se había fundido y trabajado por siglos antes de este tiempo.) Josefo las describe como unos tubos angostos de unos 45 cm. de largo, bien formadas al final, y se muestran en el arco de la entrada triunfal de Tito a Roma. Eran diferentes a los cuernos de carnero, que eran bastante comunes, y podían dar una nota más clara. Diferentes sonidos de las trompetas servían para convocar a diferentes asambleas (los líderes, toda la asamblea, la partida de las tribus), y se tocaban en tiempos de guerra y al inicio de las fiestas principales. Las trompetas estaban a cargo de los sacerdotes quienes tenían la autoridad de guiar (ellos también eran guiados por medio de la instrucción que se les daba). El bienestar de Israel estaba asegurado mientras la trompeta emitiera el llamado de Dios. Así, la trompeta continuó en uso por generaciones (2 Rey. 11:14; Esd. 3:10; Sal. 98:6). El apóstol Pablo consideró esto como un símbolo de la predicación, diciendo que el ministerio debe producir un sonido claro (1 Cor. 14:8), de otra manera los hombres no se prepararán para la batalla espiritual. Así como las trompetas estaban a cargo de los sacerdotes, la predicación también ha sido encargada a los siervos de Dios, y a los ancianos en particular (Hech. 20:17-35; Tito 1:5; Heb. 13:17; 1 Ped. 5:1-4). Si la trompeta llegara a caer en manos de un impostor arruinarían la iglesia de Cristo, de la misma manera que los lobos rapaces no perdonarían al rebaño. El NT presenta una poderosa segunda imagen: Así como la trompeta llamaba a Israel a las fiestas, la trompeta llamará a los muertos a la vida (Mat. 24:31; 1 Cor. 15:52; 1 Tes. 4:16; Apoc. 8-9). El llamado a las fiestas era un sonido gozoso (Sal. 98:6); así que esta imagen conlleva el gozo de la resurrección a la vida eterna y a la mesa preparada en el reino de Cristo.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

10.1-10 Las dos trompetas de plata se usaban para coordinar a las tribus en su traslado por el desierto. Para mantener a tantas personas en formación ordenada hacían falta comunicación clara y control. El toque de la trompeta también recordaba a Israel de la protección de Dios sobre ellos.10.21 Aquellos que viajan, se trasladan o se enfrentan nuevos retos saben lo que es estar desarraigados. La vida está llena de cambios, y pocas cosas permanecen estables. Los israelitas estuvieron viajando constantemente a través del desierto. Pudieron manejar estos cambios debido exclusivamente a que la presencia de Dios estuvo siempre con ellos en el tabernáculo. El tabernáculo portátil significaba cómo Dios y su pueblo se movían juntos. Para nosotros, la estabilidad no significa ausencia de cambios, sino movernos con Dios en cualquier circunstancia.10.29-32 Al hacer un cumplido sobre sus habilidades en el desierto, Moisés le hizo saber a Hobab que lo necesitaba. Los demás pueden no saber que los aprecia si no les dice que son importantes para usted. El felicitar a los que lo merecen construye relaciones duraderas y ayuda a que los demás sepan que son valiosos para otros. Piense en los que lo han ayudado en este mes. ¿Qué puede hacer para que sepan cuánto los necesita y los aprecia?

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

[14] Num 1, 7.[33] El centro era el lugar señalado por Dios para el arca, en las marchas y en los campamentos.

Fuente: Notas Torres Amat