Comentario de Números 10:35 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Cuando el arca partía, Moisés decía: “¡Levántate, oh Jehovah, y sean dispersados tus enemigos! ¡Huyan de tu presencia los que te aborrecen!”
Levántate, oh Jehová. Sal 68:1, Sal 68:2; Sal 132:8; Isa 51:9.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Levántate, oh Jehová y vuelve, oh Jehová son palabras de una canción triunfante. Estos no son conjuros mágicos, sino afirmaciones poéticas de la presencia de Dios entre su pueblo y oraciones de que su presencia afectaría en la vida y destino del pueblo. La expresión millares de millares significa lo mismo que «miles sin contar» y «muchos millones».
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EN FOCO
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«Ancianos»
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• (Heb. zaqen) (Núm 11:24; Éxo 4:1; Jos 24:1) # en Strong H2205: La palabra anciano significa «envejecido» o «viejo» (Gén 18:12, Gén 18:13). En el AT. la palabra anciano puede significar una persona envejecida, decrépita (Gén 44:20; Job 42:17) o una persona madura que tiene autoridad dentro de la comunidad israelita (Éxo 3:16; Jos 8:33). Los ancianos servían como jueces (Éxo 18:12), consejeros (Eze 7:26), y oficiales gobernantes (Deu 19:12; Rut 4:2). Realizaban su trabajo en las puertas de la ciudad (Lam 5:14), y su posición era de gran honor (Pro 31:23; Isa 9:15). En ciertos momentos de la historia de Israel, los ancianos tuvieron una parte significativa al seleccionar al rey de Israel (1Sa 30:26; 2Sa 17:4) y establecer la adoración correcta de Dios (1Re 8:1). Además de la edad (la tradición hebrea declaraba que un anciano tenía que ser un hombre de por lo menos 50 años de edad), un anciano tenía que demostrar su madurez en el temor a Dios, en el ser veraz y en no ser codicioso (Éxo 18:21).
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Mientras Israel viajaba y acampaba, Moisés oraba que el Señor diera victoria y que su presencia permaneciera con la nación.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Isa 33:3; Sal 68:1.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Conclusión. Las palabras de Moisés expresan dos temas bíblicos clave: La victoria del Señor sobre sus enemigos y la presencia permanente de Dios con su pueblo. Estas palabras se pronunciaban cuando el arca partía, y cuando nuevamente se asentaba en el centro del campamento. Dado que este era el clímax supremo después de casi un año de preparación (Exo. 19:1), debemos prestarle mucha atención.
La Biblia muy a menudo habla del triunfo de Dios sobre sus enemigos. En Edén, se prometió que la serpiente, enemiga mortal del hombre, sería derrotada (Gén. 3:15). Babilonia (la cual es la misma que Babel) llegó a ser la “capital” de los enemigos de Dios, y la torre de Babel fue un símbolo de una rebelión unificada en contra del supremo Dios (Gén. 11:1-9). Más tarde, Babilonia fue el lugar donde el pueblo de Dios estuvo cautivo. Era el odiado enemigo (Sal. 137) y estaba destinada a ser destruida (Isa. 13-14). En Apoc., la victoria de Dios es descrita como la caída de Babilonia, lo cual es motivo de una gran alabanza (Apoc. 12:7-17; 14:8; 17:4-6; 18:1-19:5).
Dios ha jurado que toda rodilla se doblará ante él (Isa. 45:23). Esto incluirá a todos sus enemigos, quienes se encogerán a causa del terror en vez de postrarse humildemente en adoración; pero aun así, se arrodillarán. La destrucción del reino de este mundo se determinó en el concilio eterno del trino Dios, el cual se llevó a cabo antes de la creación. Después se ordenó el curso de la historia, el cual incluyó la guerra espiritual en el cielo. Por medio de este plan, Dios será glorificado y se manifestará que está sobre todas las cosas, el Señor todopoderoso del universo. El Padre exaltará al Hijo, y le dará un nombre que es sobre todo nombre, y el Hijo honrará al Padre. La meta es que se vea que Dios está en todo. Este plan vincula la creación, la caída del hombre y la redención. No se reveló desde un principio, sino que se fue dando a conocer poco a poco a través de los pactos históricos, y a través del curso de la historia redentora. Se verá completamente al final de las edades, cuando cada criatura admirará la profundidad de la sabiduría de Dios y su misericordia.
El segundo tema en las palabras de Moisés es uno de suprema misericordia y gracia: Dios mora en medio de las miríadas de millares de Israel. Este es el compañerismo que los santos de todas las edades han deseado. Este es el reino de Dios. Warfield escribe diciendo que “el establecimiento y desarrollo del reino de Dios … bien puede denominarse el tema fundamental del Antiguo Testamento” (B. B. Warfield, Biblical Doctrines [Banner of Truth Trust, 1988, primera edición en 1929], p. 11). De esta manera, las palabras finales de la primera parte de Núm. nos llevan al corazón del mensaje de la Biblia. La segunda y tercera partes tratan principalmente con este mismo tema clave: La entrada del pueblo de Dios a la tierra prometida.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
f 596 Sal 17:13; Sal 132:8
g 597 Sal 68:1
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
¡Levántate, oh S eñor !…Vuelve, oh S eñor . Moisés afirma su fe en el S eñor en el hecho de que Dios es el jefe del pueblo de Israel. Más tarde el vers. 35b es usado para comenzar el Salmo 68 que celebra la marcha del pueblo de Dios a la tierra prometida.
Fuente: La Biblia de las Américas
huyan… TM añade de tu presencia. Se sigue LXX → §194; te aborrecen… → Sal 68:1.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
g Sal 68:1.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[=] *Sal 68:2