Biblia

Comentario de Números 22:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Números 22:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Partieron los hijos de Israel y acamparon en las llanuras de Moab, al otro lado del Jordán, frente a Jericó.

los hijos de Israel. Núm 21:20; Núm 33:48-50; Núm 36:13; Deu 34:1, Deu 34:8.

junto al Jordán. Núm 32:19; Núm 34:15; Deu 1:5; Deu 3:8; Jos 3:16.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Balac, Núm 22:1-14.

Obtiene su segundo mensaje, Núm 22:15-21.

Un ángel lo hubiera matado, si no hubiera sido salvado por su asna, Núm 22:22-35.

Balac lo entretiene, Núm 22:36-41.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

los campos de Moab: Con estas palabras llegamos al final de los viajes de Israel descritos en el libro de Números. Pero esto no termina hasta que el libro de Josué realiza la línea histórica y el resumen de las conquistas.

junto al Jordán, frente a Jericó alude al área que ya se había conquistado, el territorio en el que se establecerían dos tribus y otra media tribu (cap. Núm 32:1-42). Sin embargo, el corazón de la tierra estaba al este del río Jordán. El primer lugar allí que los israelitas iban a conquistar era la ciudad amurallada más antigua en el mundo, Jericó.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

22. Historia de Balaam.
C on este capítulo se abre la última parte del libro de los Números, y el relato de la intervención del adivino Balaam resulta enigmático y plantea muchos problemas de tipo redaccional literario y teológico y aun histórico-geográfico.

Primera Embajada a Balaam (1-14).
1Partieron los hijos de Israel y acamparon en los llanos de Moab, al otro lado del Jordán, frente a Jericó. 2Balac, hijo de Sefor, supo cuanto había hecho Israel a los amorreos; 3y Moab temió grandemente al aparecer aquel pueblo tan numeroso, y se amedrentó ante los hijos de Israel. 4Moab dijo a los ancianos de Madián: “Este pueblo va a devorar nuestros contornos como devora un buey la hierba del campo.” Era entonces rey de Moab Balac, hijo de Sefor. 5Mandó, pues, mensajeros a Balaam, hijo de Beor, a Petur, que está junto al río, en tierra de los hijos de Amón, para que le llamasen, diciéndole: “Mira, ha salido de Egipto un pueblo que cubre la superficie de la tierra y está ya cerca de mí. 6Ven, pues, y maldíceme a este pueblo, pues es más fuerte que yo, a ver si así podemos hacer que le derrotemos, pues sé que es bendito aquel a quien tú bendices, y maldito aquel a quien tú maldices.” 7Fueron, pues, ancianos de Moab y ancianos de Madián, llevando en sus manos el precio del conjuro, y, llegados a Balaam, le transmitieron las palabras de Balac. 8El les dijo: “Pasad aquí esta noche, y yo os responderé según lo que me diga Yahvé.” Quedáronse los príncipes de Moab con Balaam; 9Dios vino en la noche a Balaam y le dijo: “¿Quiénes son esos que están contigo?” 10Balaam respondió a Dios: “Balac, hijo de Sefor, rey de Moab, los ha mandado a mí para decirme: 11Un pueblo salido de Egipto está ya aquí y cubre toda la superficie de la tierra; ven, pues, luego a maldecirlo, a ver si puedo derrotarle y rechazarle.” 12pero Dios dijo a Balaam: “No vayas con ellos; no maldigas a ese pueblo, porque bendito es.” 13Balaam, levantándose de mañana, dijo a los príncipes de Balac: “Idos a vuestra tierra, porque Yahvé se niega a dejarme ir con vosotros.” 14Oído esto, los príncipes de Moab se levantaron, y, tornados a Balac, le dijeron: “Balaam se ha negado a venir con nosotros.”

Conquistada por Israel la tierra de los reyes amorreos Seón y Og, Moab queda atrás. El pueblo pasó por el oriente de sus fronteras sin molestarle. Sin embargo, es razonable suponer que la desaparición de los dos reinos amorreos, y el hecho de que Israel se asentara en el territorio de éstos, le hace temer por su seguridad. No atreviéndose a medir las armas con Israel, acude a los medios supersticiosos, cosa nada extraña entre los pueblos primitivos. Los textos indican que Balac, rey de Moab, se juntó con Madián (v.4.7) y con Amón1, lo que viene a complicar la narración, de suyo poco clara.
El v.1 parece ser continuación del itinerario trazado en 21:10-11. Los israelitas acamparon en los llanos de Moab, entre el Jordán y los montes Abarim, una zona de terreno bastante fértil, donde los israelitas se darán al culto licencioso de Baalfegor, a ejemplo de moabitas y madianitas2.
El rey de Moab, al ver que los israelitas acampaban cerca de su territorio, se alarmó, y perdió las esperanzas de que continuaran por el norte después de la conquista de Basan. Sin duda que había pensado anexionarse los territorios del rey de Hesebón, derrotado por aquéllos; pero ahora tiene que mirar por la defensa de su territorio contra aquellas hordas fanatizadas que subían del desierto del Sinaí. Tomó consejo con los ancianos de Madián (v.4), pueblo nómada que estaba más al oriente, pero que trashumaba con sus rebaños también por zonas moabíticas3. En la imposibilidad de hacer frente a los hebreos, deciden llamar a un famoso adivino, llamado Balaam, que habita en Petur, junto al río (v.5). Se suele identificar Petur con el Pitru de los documentos cuneiformes, en la Alta Mesopotamia, a orillas del Eufrates, que es el llamado el río por excelencia en la Biblia. Esta localización queda reforzada por la indicación de Deu 23:5, que sitúa a Petur en Aram Naharyim, es decir, la Alta Mesopotamia4. Contra esta identificación está la dificultad de la gran distancia entre Petur y Moab (unos 600 kms.). Por eso algunos autores buscan una localidad cercana a Moab, y prefieren la lección de algunos manuscritos hebreos del Pentateuco Samaritano, la Peshitta y la Vulgata, que leen “en el país de los hijos de Amón.”5 Balaam, hijo de Beor, no parece que tenga nada que ver con Bela, hijo de Beor, rey de Edom6. Aquí se trata de un adivino, no de un rey, al que se atribuyen especiales conocimientos mágicos, como intérprete de la voluntad de su dios, de forma que su bendición o maldición sobre un pueblo representa la victoria o derrota de éste (v.5). Aparece más tarde muerto por los israelitas en Madián7, lo que parece insinuar que era madianita, y así se explican mejor los viajes de los emisarios de Balac. Estos le llevan el salario de la adivinación, como era costumbre8. El autor sagrado nunca le da a Balaam el título de profeta, sino el de adivino9. Como adivino, quiere utilizar signos mágicos y, por otra parte, carece de la entereza de carácter de los profetas de Israel. Lo curioso del relato es que quiere dar el oráculo a los emisarios en nombre de Yahvé (v.8), al que llama mi Dios (v.18). ¿Cómo interpretar esto? Quizá se trata de una sustitución de los copistas monoteístas hebreos, que sustituyeron a su Dios, Yahvé, por la divinidad del propio Balaam. Como en realidad será Yahvé el que le comunicará el oráculo en beneficio del pueblo hebreo, el copista en el relato pone en boca de Balaam el nombre de Yahvé como su Dios. Otra interpretación posible es, teniendo en cuenta el eclecticismo religioso de los pueblos politeístas, que admitían la existencia de verdaderos dioses además de los propios, que haya oído hablar del Dios de los israelitas, Yahvé, al que se le atribuían las grandes victorias sobre los amor reos, y entonces el adivino haya querido utilizar con sus procedimientos mágicos a Yahvé, Dios de los israelitas, en beneficio propio. Simón Mago quiere comprar con dinero el poder taumatúrgico de los apóstoles, que curaban en nombre de Jesús10. Así Balaam pudo intentar consultar al Dios de los israelitas para conocer el destino de éstos. En sueños recibe la orden de no responder a los requerimientos de los enviados del rey de Moab (v.12). Así se lo comunica a éstos, los cuales se vuelven a su rey con la respuesta negativa del adivino.

Segunda Embajada ante Balaam (15-20).
15Pero Balac mandó de nuevo a otros príncipes, más en número y más respetables que los primeros, 16que, llegados a Balaam, le dijeron: “He aquí lo que te dice Balac, hijo de Sefor: No te niegues a venir a verme,17que yo te colmaré de bienes y haré todo lo que tú me digas; ven, te ruego, a maldecirlo.” 18Balaam respondió a los siervos de Balac: “Aunque me diese Balac su casa llena de plata y de oro, no podría yo traspasar las órdenes de Yahvé, mi Dios, ni en poco ni en mucho; 19pero podéis quedaros aquí también esta noche para saber lo que vuelve a decirme Yahvé.” 20Durante la noche vino Dios a Balaam y le dijo: “Ya que éstos han venido otra vez a llamarte, levántate y vete con ellos, pero no hagas más que lo que yo te diga.”

Balac cree que con una embajada más numerosa e ilustre y con presentes más ricos logrará hacer venir al adivino. Así, le hace las mejores promesas. Todo le parece poco para el servicio que cree puede prestarle en beneficio de su reino (v.17)11. La respuesta de Balaam es digna y enérgica: todo el oro y la plata que le puedan ofrecer no le moverán a actuar contra la voluntad de su Dios (v.18). En su aparición anterior, Yahvé le había dicho que Israel sería bendito (v.17), y, por tanto, no puede ir a maldecirle en beneficio del rey de Moab12. Pero invita a los emisarios a que esperen otra noche, pues quizá su Dios le dé otra respuesta más satisfactoria para ellos (v.19). Durante la noche, en efecto, el adivino recibe la orden de acompañar a los emisarios, pero a condición de que no profiera ningún oráculo sin el consentimiento de Dios (v.20).

Viaje Accidentado de Balaam (21-35).
21Levantóse Balaam de mañana, aparejó su asna y se fue con los príncipes de Moab. 22 Pero Dios estaba indignado de que fuese, y el ángel de Yahvé se puso delante de él en el camino para cerrarle el paso. Iba Balaam montado en su asna, y llevaba consigo a dos de sus criados. 23El asna, al ver al ángel de Yahvé parado en el camino con la espada desenvainada en la mano, se salió del camino y se echó al campo, y Balaam se puso a fustigarla para retraerla al camino. 24Entonces el ángel se puso en una estrechura entre las viñas, entre pared de un lado y pared de otro; 25y, al verle el asna, echóse contra una de las paredes, cogiendo entre ella y la pared la pierna de Balaam. Este se puso de nuevo a fustigarla. 26El ángel de Yahvé volvió a ponerse en una angostura, de donde ni a derecha ni a izquierda podía desviarse; 27y al verle el asna, se echó debajo de Balaam, quien, enfurecido, la fustigó más. 28Abrió entonces Yahvé la boca del asna, que dijo a Balaam: “¿Qué te he hecho yo para que por tres veces me hayas fustigado ?” 29Y Balaam respondió: “¿Por qué te burlas de mí? Si tuviera ahora mismo una espada, ahora mismo te mataría.” 30Y el asna dijo a Balaam: “¿No soy yo tu asna? Tú me has montado desde que yo soy tuya hasta hoy. ¿Te he hecho yo nunca cosa semejante?” Y él respondió: “No.” 31Entonces abrió Yahvé los ojos a Balaam, y éste vio al ángel de Yahvé, que estaba en el camino con la espada desenvainada en la mano. Balaam se postró echándose sobre el rostro, 32y el ángel de Yahvé le dijo: “¿Por qué por tres veces has fustigado a tu asna? Es que he salido yo para cerrarte el camino, porque es malo ante mí el que llevas. 33El asna me ha visto y ha querido luego apartarse tres veces de delante de mí; si ella no me hubiera esquivado, te hubiera matado a ti, dejándola a ella viva.” 34Entonces Balaam dijo al ángel de Yahvé: “He pecado; no sabía que tú me cerrabas el camino; si te parece mal, ahora mismo me volveré.” 35El ángel de Yahvé respondió a Balaam: “Ve con esos hombres, pero di solamente lo que te diga yo.” Siguió, pues, Balaam con los príncipes de Balac.

A pesar de la autorización para el viaje, ahora Dios se muestra enojado contra Balaam por haberse puesto en camino. La oposición divina radique en los cálculos mercantilistas del adivino, que esperaba conseguir con su viaje pingües presentes, aunque no maldijera a Israel, como se le pedía13. El viaje lo hace en un asna, lo que es un indicio de que no vivía lejos de Moab, pues para distancias largas hubiera utilizado el camello. Cuando estaba en camino, el ángel de Yahvé, para cerrarle el paso (lit. “impedirle”: lesatán), se puso ante el asna. Ni Balaam ni sus acompañantes se dan cuenta de ello, y así golpean al animal porque se sale del camino. La escena se repite una y otra vez, hasta que, por fin, el asna toma la palabra y pide cuentas al amo por su conducta irracional. El diálogo entre ambos discurre con naturalidad, hasta que, al fin, Balaam se apercibe de la presencia del ángel de Yahvé, que quiere cerrar el paso. El adivino, al punto, le reconoce, y está dispuesto a emprender el regreso; pero Dios le permite continuar, con tal de que no diga sino lo que le sugiera. Tal es el famoso relato bíblico. ¿Cómo interpretarlo? Teniendo en cuenta que pertenece al documento de estilo folklórico, bien podemos ver aquí una escenificación dramática de la oposición de Dios a la misión de Balaam para resaltar más los designios divinos de cambiar la maldición sobre Israel en bendición. El hagiógrafo, pues, parece que se hace eco de narraciones populares sobre la intervención de Dios en la historia de Balaam, el adivino pagano que bendecirá a Israel. Algunos autores quieren mantener la historicidad del relato, si bien atenuando la fuerza del mismo. Así suponen que el asna no profirió sonidos articulados humanos, sino simples rebuznos, por los que el mago Balaam conoció (acostumbrado por arte de magia a interpretar religiosamente signos exteriores) el sentido de los mismos. En 2Pe 2:16 se dice que “una muda bestia de carga, hablando con voz humana, reprimió la insensatez del profeta.” Como en otras citas de los autores del Nuevo Testamento, la fuerza de la argumentación va sobre el elemento religioso, no sobre la historicidad del hecho, respecto al cual se acomoda a la mentalidad y creencias de sus destinatarios los judeo-cristianos. Por nuestra parte, creemos que, aunque es posible a la omnipotencia divina hacer hablar a las bestias, sin embargo, en el relato hay indicios de inverosimilitud suficientes para tomar el relato en sentido de parábola o ficción didáctica del hagiógrafo, con vistas a una enseñanza religiosa.

Balaam es Recibido por el Rey de Moab (36-41).
36Este, sabiendo que venía Balaam, le salió al encuentro hasta Ir-Moab, que está en la frontera del Amón, en lo último de la frontera. 37Balac dijo a Balaam: “He mandado a llamarte. ¿Por qué no viniste? ¿No estoy yo acaso en situación de tratarte con la debida honra?” 38Balaam respondió a Balac: “Aquí me tienes ya; pero ¿podré yo decir lo que quisieres? La palabra que Dios ponga en mi boca, ésa será la que te diga.” 39Siguió Balaam a Balac, y llegaron a Quiriat-Jusot. 40Balac inmoló bueyes y ovejas, mandándoselos a Balaam y a los príncipes que le acompañaban. 41A la mañana siguiente tomó Balac a Balaam y le hizo subir a Bamot-Baal, desde donde se veía un ala del pueblo.

El rey de Moab, informado de la próxima llegada del adivino, sale a su encuentro a la misma frontera de Ir-Moab14, en la parte septentrional, cerca del Amón, y le echa en cara su tardanza en llegar. Pero Balaam, astutamente, sin decir que Dios le había prohibido maldecir a Israel (v.12), le indica que está a su disposición y que proferirá fielmente lo que Dios le comunique. Quiere recibir los presentes prometidos, sin comprometerse totalmente. Después continuaron hasta Quiriat-Jusot (“ciudad de las calles”), localidad desconocida, y Balac le dio parte de los sacrificios que ofreció15. Al amanecer del día siguiente, la hora más propicia para la adivinación, le llevó a un monte desde el que se divisara el pueblo israelita acampado. El lugar se llama Bamot-Baal, que, como su nombre indica, parece suponer la existencia de un santuario o alto lugar dedicado a Baal, dios cananeo. Se le ha identificado con una de las cimas que rodean el monte Nebo, donde abundaban los monumentos megalíticos16.

1 Deu 23:3. – 2 Cf. Abel, Géog. I 281; RB (1931) 373-374- – 3 Véase RB (1931) 225. – 4 Es el Pedru de los textos egipcios, localizado en el Maharin o Naharima de las cartas de Tell Amarna. – 5 Esta lectura puede ser fruto de la confusión del heb. Bene-Amó (hijos de su pueblo) y Bene-Ammon (hijos de Amón). – 6 Gén 36:32. – 7 Num 31:8s; Jos 13:32. – 8 Cf. 1Sa 9:7; 1Re 14:3; 2Re 8:8; Miq 3:5; 2Pe 2:15. – 9 Cf. Jos 13:22. – 10 Hec 8:19. – 11 Cf. Dan 2:6; Dan 5:7. – 12 Los LXX omiten “mi Dios.” – 13 Véanse las interpretaciones de Agustín de Hipona, In Hept.: PL 34,740; Teodoreto: PG 80,389. – 14 Véase com. a Núm 21:15. – 15 Cf. 1Sa 9:23-24. – 16 Véase H. Vincent, Canezan… 424.

Fuente: Biblia Comentada

Estos capítulos registran el comienzo de la transición desde la vieja generación (representada por María y Aarón) a la nueva generación (representada por Eleazar). Geográficamente, Israel pasa de Cades (Núm 20:1) a los campos de Moab (Núm 22:1), desde donde se emprendería la conquista de la tierra. Hay un intervalo de treinta y siete años entre Núm 19:22 y Núm 20:1.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Tras quedar asegurado el control de Transjordania, Israel se desplazó sin obstáculos a los campos de Moab, para prepararse para la conquista de Canaán.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

En contraste con Núm 1:1-54; Núm 2:1-34; Núm 3:1-51; Núm 4:1-49; Núm 5:1-31; Núm 6:1-27; Núm 7:1-89; Núm 8:1-26; Núm 9:1-23; Núm 10:1-36, en Núm 11:1 tiene lugar un cambio principal. El obediente Israel se transformó en el Israel quejumbroso (Núm 11:1; Núm 14:2; Núm 14:27; Núm 14:29; Núm 14:36; Núm 16:1-3; Núm 16:41; Núm 17:5) y rebelde (Núm 14:9; Núm 17:10). Finalmente, Moisés y Aarón se rebelaron también contra el Señor (Núm 20:10; Núm 20:24). Como respuesta a la desobediencia a Israel se encendió la ira del Señor (Núm 11:1; Núm 11:10; Núm 11:33; Núm 12:9; Núm 14:18; Núm 25:3-4), que lanzó plagas sobre su pueblo (Núm 14:37; Núm 16:46-50; Núm 25:8-9; Núm 25:18), como había hecho con Faraón y los egipcios (Éxo 9:14; Éxo 12:13; Éxo 30:12). Sin embargo, aunque Dios juzgó a aquella generación de Israel, seguirá cumpliendo sus promesas a Abraham en el futuro (Núm 23:5Núm 24:24).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— siguieron su marcha: En este caso no se informa del punto de partida.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Se manda a buscar a Balaam. Moab unificó sus fuerzas con los madianitas que vivían en Sinaí y al este del Jordán (Exo. 2:15-17; Jue. 6). Juntos enviaron a buscar a Balaam de Petor, junto al Río (es decir, el Eufrates) para que viniera y maldijera a Israel. Este se encontraba ahora en un punto crítico, probablemente a cuatro meses del final de los 40 años de su exilio en el desierto. Estaban a punto de heredar Canaán cuando se envió a buscar a este pernicioso enemigo. El mensaje crucial de los caps. 22-24 era que Dios ciertamente bendeciría a su pueblo y confirmaría las promesas de su pacto con ellos. El relato de cómo Balac envió a buscar a Balaam establece este punto en tres maneras.

Primera, el mensaje de Balac anuncia el asunto en juego: ¿Será Israel bendecido o maldecido? Sus palabras a Balaam: porque yo sé que aquel a quien tú bendices es bendito, y aquel a quien maldices es maldito (v. 6), hacen recordar la promesa de Dios a Abraham: “Te bendeciré … Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré” (Gén. 12:2, 3; cf. Gén. 27:33). De esta manera las palabras de Balac nos alertan sobre el hecho de que el propósito del pacto de Dios ahora está a prueba. Balac mandó a llamar al falso profeta, reconocido por el poder de sus conjuros, para que contradijera la bendición de Dios. El mensaje central de estos capítulos, entonces, se establece con agudo alivio: La bendición de Dios es irrevocable. Todo el episodio es importante por esta sola razón: La bendición de Dios fue confirmada por medio de la boca de un enemigo peligroso (v. 12).

Segunda, Dios prohíbe a Balaam que vaya y maldiga a Israel (v. 12) o que diga cualquier otra cosa que él no le mande (vv. 20, 38). Mientras Balaam iba a donde estaba Balac, el ángel del Señor se le opuso (vv. 21-35).

Tercera, la certeza de la bendición de Dios fue reconocida aun por los enemigos de Israel (vv. 3-5, 11). En otras palabras, Israel ya estaba siendo bendecido y era muy numeroso; tal como Dios lo había prometido. La seguridad de la bendición del pacto se ratifica por medio de este episodio. En las Escrituras Balaam es considerado como un hombre perverso. El veredicto del apóstol Pedro es que “amó el pago de la injusticia” (2 Ped. 2:15, 16; Jud. 11). Su ambición por las riquezas lo llevó a oponerse a Dios y a su pueblo. El texto repetidamente menciona sus honorarios por la adivinación (22:7, 17, 18; 24:11). Cuando Israel se vengó de Madián, Balaam pereció con ellos (31:8).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

22.4-6 Balaam era un hechicero, o sea, alguien que se llamaba para maldecir a otros. En los tiempos del Antiguo Testamento era común creer en maldiciones y bendiciones. Se creía que los hechiceros tenían influencia con los dioses. Así es que el rey de Moab quiso que Balaam usara su influencia ante el Dios de Israel para proferir una maldición contra los israelitas, con la esperanza de que, por medio de la magia, Jehová se volviera en contra de su pueblo. ¡Ni Balaam ni Balac tenían la menor idea de con quién estaban tratando!22.9 ¿Por qué hablaría Dios por medio de un hechicero como Balaam? Dios quería dar un mensaje a los moabitas y ellos ya habían elegido a Balaam. Así que este estaba disponible para ser utilizado por Dios, al igual que utilizó al Faraón malvado para realizar su voluntad en Egipto (Exo 10:1). Balaam entró en su rol profético de una manera seria, pero su corazón estaba confundido. Tenía algún conocimiento de Dios, pero no el suficiente para dejar su magia y volverse de todo corazón a Dios. Aun cuando su historia nos lleva a pensar que se volvió completamente a Dios, en pasajes posteriores de la Biblia se muestra que Balaam no pudo resistir la tentación del dinero y de la idolatría (Exo 31:16; 2Pe 2:15; Jud 1:11).BALAAMBalaam fue uno de esos personajes interesantes del Antiguo Testamento que, aun cuando no pertenecían al pueblo escogido de Dios, estaba dispuesto a reconocer que Jehová (el Señor) era un Dios poderoso. Pero Balaam no creía en el Señor como el único Dios verdadero. Su historia expone el peligro de mantener una fachada exterior de espiritualidad sobre una vida interior corrupta. Balaam era un hombre dispuesto a obedecer las órdenes de Dios mientras pudiera sacar algún provecho. Esta mezcla de motivos -obediencia y beneficio- a la larga lo llevó a la muerte. Aun cuando conoció el poder imponente del Dios de Israel, su corazón corrió siempre tras la riqueza que podría obtener en Moab. Allí regresó a morir cuando los ejércitos de Israel invadieron.Finalmente, todos vivimos el mismo proceso. Lo que somos y quiénes somos saldrá de alguna manera a la superficie, destruyendo las máscaras que nos habremos puesto para cubrir nuestra verdadera identidad. Los esfuerzos que llevemos a cabo para mantener nuestra apariencia serían más útiles si los ocupáramos en encontrar la respuesta al pecado en nuestra vida. Podemos evitar caer en el error de Balaam al enfrentarnos a nosotros mismos y al darnos cuenta de que Dios está dispuesto a aceptarnos, perdonarnos y literalmente volvernos a hacer desde adentro. No se pierda del gran descubrimiento que eludió a Balaam.Puntos fuertes y logros :– Conocido ampliamente por sus maldiciones y bendiciones efectivas– Obedeció a Dios y bendijo a Israel, a pesar del soborno del rey BalacDebilidades y errores :– Alentó a los israelitas a que adoraran ídolos (Num 31:16)– Regresó a Moab y lo mataron en la guerraLecciones de su vida :– Las motivaciones son tan importantes como las acciones– El tesoro de uno se encuentra donde está su corazónDatos generales :– Dónde: Vivió cerca del río Eufrates, viajó a Moab– Ocupación: Hechicero, profeta– Familiares: Padre: Beor– Contemporáneos: Balac (rey de Moab), Moisés, AarónVersículos clave :»Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio a la maldad, y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta» (2Pe 2:15-16).La historia de Balaam se relata en Números 22.1-24.25. Además se menciona en Num 31:7-8, Num 31:16; Deu 23:4-5; Jos 24:9-10; Neh 13:2; Mic 6:5; 2Pe 2:15-16; Jud 1:11; Rev 2:14. 22.20-23 Dios permitió que Balaam fuera con los mensajeros del rey Balac, pero estaba enojado por la actitud codiciosa de Balaam. Balaam había dicho que no podía ir contra Dios sólo por dinero, pero su resolución no parecía muy firme. Su codicia por la riqueza que le ofrecía el rey lo cegó tanto que no pudo ver que Dios estaba tratando de detenerlo. Aun cuando sepamos lo que Dios quiere que hagamos, nuestra ambición de dinero, posesiones o prestigio también puede cegarnos. Podemos evitar el error de Balaam si miramos más allá de lo atractivo de la fama o de la fortuna a los beneficios a largo plazo que nos trae el seguir a Dios.22.27 Las asnas se utilizaban para transporte, carga, moler el grano y arar los campos. Eran, por lo general, muy confiables, lo que explica por qué Balaam se enojó tanto cuando su asna no quiso caminar.22.29 El asna le salvó la vida a Balaam, pero lo hizo quedar como un tonto. Por eso Balaam azotó al animal. En ocasiones herimos a gente inocente que se cruza en nuestro camino porque nos sentimos humillados o nuestro orgullo está herido. Estallar en ira contra otros puede ser señal de que hay algo que no está bien en nuestro corazón. No permita que su orgullo herido lo lleve a herir a otros.22.41 El nombre Bamot-baal quiere decir «lugares altos de Baal» y estaba próximo a Hesbón y Dibón. Era la primer parada en el camino hacia las altas planicies de Moab. Desde este punto panorámico se podía ver el campamento israelita en su totalidad.LA HISTORIA DE BALAAM : A petición del rey Balac, Balaam viajó aproximadamente 640 km para maldecir a Israel. Balac llevó a Balaam al monte Bamot-baal(los lugares altos de Baal), luego al monte Pisga y finalmente al monte Peor. Desde cada una de estas montañas se veían los campos de Moab donde estaban acampados los israelitas. Pero para consternación del rey, Balaam no maldijo a Israel, sino que lo bendijo.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1149 Núm 33:48

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

las llanuras de Moab. Estas son las primeras llanuras al este del Jordán y al norte del Mar Muerto, frente a las llanuras de Jericó.

Jericó. Esta es la primera mención en la Biblia de una de las ciudades más antiguas del mundo. Fue destruida por Josué (Jos 6) y reconstruida en el tiempo de Acab (1 R 16:34).

Fuente: La Biblia de las Américas

En esta parte final del libro se narra cómo Israel acampa en las llanuras de Moab. Este es el tercer campamento de importancia en el camino hacia Canaán (Sinaí y Cades son los dos primeros).

La historia de Balaam, profeta de Mesopotamia, reafirma que el S eñor cumplía las promesas pactadas con Israel. Como El había prometido a Abraham que bendeciría a los que le bendijeran y maldeciría a los que le maldijeran, esta historia muestra el cumplimiento de tal promesa. Miqueas vio esta historia como similar al Exodo: así como Dios frustró los planes de Faraón en el Exodo, ahora Dios frustra los planes de Balac cuando Israel estaba al borde de la tierra prometida (Mi 6:4, 5).

Fuente: La Biblia de las Américas

Moab. Véanse notas en Gén 19:31 y Amó 2:1.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

[22] Porque vio que Balaam, cegado por la codicia del oro, iba resuelto a hacer la voluntad de Balac.[28] Como el demonio había movido la boca de la serpiente para que hablara a Eva, el ángel movió los labios de la burra. Estos dos son los casos de animales que hablan, según la Biblia.

Fuente: Notas Torres Amat