Comentario de Números 26:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Aconteció después de la mortandad que Jehovah habló a Moisés y a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, diciendo:
Núm 25:9.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El censo de todo Israel es tomado en las llanuras de Moab, Núm 26:1-51.
La ley para dividir la tierra como heredad entre ellos, Núm 26:52-56.
Las familias y el número de los levitas, Núm 26:57-62.
Ninguno de los contados en el Sinaí quedaron, excepto Caleb y Josué, Núm 26:63-65.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
después de la mortandad: Estas palabras son un punto decisivo en el libro de Números. La mortandad fue el fin de la primera generación y bajo la gracia de Dios, sus hijos e hijas estaban listos para volver a comenzar. Ellos heredarían la Tierra Prometida.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
26. Nuevo Censo de Israel.
E n el Sinaí se hizo el primer censo del pueblo, el cual nos dio la misma cifra de varones mayores de veinte años que leímos en Exo 12:37, a 1a salida de Egipto: 603.250. La sentencia dada por Dios condenaba a morir en el desierto a los mayores de veinte años1. La peregrinación por el desierto duró cuarenta años. Por eso, los que ahora son sometidos a censo constituyen otra generación, un pueblo nuevo. Como estaban a punto de entrar en Canaán y de repartirse la tierra entre las tribus, era preciso un nuevo empadronamiento, y se precisaba saber cuántos eran capaces de empuñar las armas para la conquista de la tierra prometida.
Orden de Confeccionar el Censo (1-4).
1Después de esta plaga habló Yahvé a Moisés y a Eleazar hijo de Aarón, sacerdote, diciéndoles: 2“Haced el censo de los hijos de Israel por sus casas patriarcales y sus linajes, de veinte años arriba, de los hábiles para el servicio de las armas.” 3Moisés y Eleazar, sacerdote, hablaron al pueblo en los llanos de Moab, cerca del Jordán, frente a Jericó, diciendo al pueblo: 4a“Hágase el censo de los de veinte años para arriba, como Yahvé se lo mandó a Moisés.”
La orden es similar a la dada para el primer censo, y como en el primero aparece Aarón, aquí es su sucesor, Eleazar, el que ayuda a Moisés en la ardua tarea. El autor menciona la intervención de los representantes de la familia aaronítica en la formación del pueblo israelita. La lista es más compleja, ya que no sólo se nombra al jefe o príncipe de la tribu, como en el primero2, sino que se dan listas genealógicas de las familias, que son paralelas a las que leemos en otros lugares3. La grafía a veces es diversa en las diversas genealogías, como lo es en el Pentateuco Samaritano y los LXX, lo que se debe a errores o principios de trasliteración diferentes.
Censo de Tribus y Familias de Israel (4-5l).
4bLos hijos de Israel salidos de la tierra de Egipto: 5Rubén, primogénito de Israel. Hijos de Rubén: de Henoc, la familia de los henoquitas; de Falú, la familia de los faluitas; 6de Esrón, la familia de los esronitas; de Carmí, la familia de los carmitas. 7Estas son las familias de los rubenitas, y fueron contados cuarenta y tres mil setecientos treinta. 8Hijos de Falú, Eliab; 9hijos de Eliab: Namuel, Datan y Abirón. Estos, Datan y Abirón, miembros del consejo, se rebelaron contra Moisés y Aarón con la facción de Coré en la rebelión contra Yahvé, 10cuando abrió la tierra sus fauces y se los tragó con Coré, muriendo los de la facción y devorando el fuego a doscientos cincuenta hombres, para servir de escarmiento al pueblo.11Pero los hijos de Coré no perecieron. 12Hijos de Simeón por sus familias: de Namuel, la familia de los namuelitas; de Yamín, la familia de los yaminitas; de Yaquin, la familia de los yaquinitas; 13de Zare, la familia de los zareítas; de Saúl, la familia de los saulitas. 14Estas son las familias de los simeonitas. Fueron contados veintidós mil doscientos. 15Hijos de Gad por sus familias: de Safón, la familia de los safonitas; de Jaguí, la familia de los jaguitas; de Suní, la familia de los sunitas; 16de Ozní, la familia de los oznitas; de Erí, la familia de los eritas; 17de Arod, la familia de los aroditas; de Arelí, la familia de los arelitas. 18Estas son las familias de los hijos de Gad. Fueron contados cuarenta mil quinientos. 19Hijos de Judá: Er y Onán, que murieron en la tierra de Canaán. 20Hijos de Judá por sus familias: de Sela, la familia de los selitas; 21de Fares, la familia de los faresitas; de Zare, la familia de los zareítas. Hijos de Fares: de Esrón, la familia de los esronitas; de Jamul, la familia de los jamulitas. 22Estas son las familias de Judá. Fueron contados setenta y seis mil quinientos. 23Hijos de Isacar por sus familias: de Tola, la familia de los tolitas; de Fuá, la familia de los fuitas; 24de Yasub, la familia de los yasubitas; de Semrán, la familia de los semramtas. 25Estas son las familias de Isacar. Se contaron setenta y cuatro mil trescientos. 26Hijos de Zabulón por sus familias: de Sared, la familia de los sare-ditas; de Elón, la familia de los elonitas; de Yajlel, la familia de los yajlelitas. 27Estas son las familias de Zabulón. Se contaron sesenta mil quinientos. 28Hijos de José por sus familias: Manasés y Efraím. 29Hijos de Manasés: de Maquir, la familia de los maquiritas. Maquir engendró a Galaad; de Galaad, la familia de los galaditas. 30Estos son los hijos de Galaad: de leser, la familia de los ieseritas; de Jeleq, la familia de los jelequitas; 31de Asriel, la familia de los asrieli-tas; de Siquem, la familia de los siquemitas; 32de Semidá, la familia de los semidaítas; de Jefer, la familia de los jeferitas. 33Salfad, hijo de Jefer, no tuvo hijos varones, sino solamente hijas, y los nombres de las hijas de Salfad son: Majlá, Noa, Joglá, Milca y Tirsá. 34Esas son las familias de Manasés. Se contaron cincuenta y dos mil setecientos. 35Hijos de Efraím por sus familias: de Sutalaj, la familia de los sutalajitas; de Beker, la familia de los bekeritas; de Tajan, la familia de los tajanitas. 36Hijos de Sutalaj: de Erón, la familia de los eronitas. 37Estas son las familias de Efraím. Se contaron treinta y dos mil quinientos. Estos son los hijos de José por sus familias. 38Hijos de Benjamín por sus familias: de Bela, la familia de los belaítas; de Asbel, la familia de los asbelitas; de Ajiram, la familia de los ajiramitas; 39de Sufam, la familia de los sufamitas; de Jufam, la familia de los jufamitas. 40Hijos de Bela fueron Arde y Noamán: de Arde, la familia de los arditas; de Noamán, la familia de los noamitas. 41Estos son los hijos de Benjamín por sus familias. Se contaron cuarenta y cinco mil seiscientos. 42Hijos de Dan por sus familias: de Sujam, la familia de los sujamitas. Estas son las familias de Dan por sus familias. 43Se contaron de la familia de Sujam sesenta y cuatro mil cuatrocientos. 44Hijos de Aser por sus familias: de Yimná, la familia de los yimnaí-tas; de Yesuí, la familia de los yesuítas; de Bería, la familia de los beriaítas. 45Hijos de Bería: de Jéber, la familia de los jeberitas; de Malkiel, la familia de los malkielitas. 46La hija de Aser se llamaba Saraj. 47Estas son las familias de los hijos de Aser. Se contaron cincuenta y cuatro mil cuatrocientos. 48Hijos de Neftalí por sus familias: de Yajsel, la familia de los yajselitas; de Guní, la familia de los gunitas; 49de Yeser, la familia de los yeseritas; de Selem, la familia de los selemitas. 50Estas son las familias de Neftalí por sus familias. Se contaron cuarenta y cinco mil cuatrocientos. 51Los hijos de Israel incluidos en el censo fueron: seiscientos un mil setecientos treinta hombres.
Las cifras particulares de las tribus y familias varían algo respecto de las cifras del censo anterior, pero la suma total es sólo menor en 1.820 varones. En efecto, han descendido Rubén, Simeón, Gad, Efraím y Neftalí, pero han subido Judá, Isacar, Zabulón, Manasés, Benjamín, Dan y Aser. También subió en un millar el número de los levitas (v.57-62). Esto significa que, a pesar de los azotes con que Dios los castigó, se conservó firme la promesa de la multiplicación de Israel (v.63-65). Tal debe ser la primera intención del autor sagrado al redactar este censo. Otra, que se halla consignada expresamente en el texto, es preparar el reparto de la tierra prometida, el cual debía hacerse según la cifra de los individuos que componían cada familia o clan, dando más parte a las familias más numerosas (v.53). En esta cuenta no entraba la tribu de Leví, que tendría por heredad a Yahvé, es decir, los emolumentos de su servicio, que pertenecían a los sacerdotes; más el diezmo de las otras tribus, que era de los levitas4.
La primera tribu es la de Rubén, por ser el primogénito5. Tiene 2.700 menos que el primer censo, quizá por el número de los que perecieron con Datan y Abirón6. La tribu de Simeón da también un censo inferior de 37.100 menos. Como uno de los principales causantes de la prevaricación de Baalfegor fue un simeonita, sin duda que perecieron muchos de esta tribu en aquella mortandad. La tribu de Gad tiene en el nuevo censo 5.150 menos. En cambio, la tribu de Judá aumenta en número: 1.900 más. La de Isacar aumenta en 19.900; la de Zabulón aumenta en 2.900; la de Manasés aumenta en 20.500; en cambio, la de Efraím disminuye en 8.000. La de Benjamín aumenta en 9.800. La de Dan aumenta 1.700; la de Aser aumenta 12.900; en cambio, la de Neftalí disminuye en 8.000. El total del nuevo censo es de 601.730, frente a 603.550 del anterior. La suma, pues, es casi idéntica a pesar de las vicisitudes del desierto. Gomo hemos indicado al comentar el primer censo, todas estas cifras están sistemáticamente exageradas por el procedimiento literario de la glorificación e idealización del pasado. Para aproximarnos a la realidad habría que suprimir dos ceros a las diferentes cifras, y entonces todavía tendríamos la cifra respetable de unos 6.000 varones aptos para la guerra, prescindiendo de los de la tribu de Leví. La cifra de guerreros que da el texto no la tuvo Alejandro Magno, y quizá ni el propio Jerjes. Es la suma de la movilización total moderna de una nación de unos 8.000.000 de habitantes.
Instrucciones Sobre la Repartición de la Tierra Prometida (52-56).
52Habló Yahvé a Moisés, diciéndole: 53“A éstos repartirás la tierra en heredad, según el número de sus hombres. 54A los más numerosos les darás una parte mayor; a los menos numerosos, una parte menor. A cada uno le será atribuida la heredad según el censo. 55La distribución de la tierra se hará, sin embargo, por suertes. Recibirá cada una la tierra según los nombres de las familias patriarcales. 56Por suertes se distribuirá la tierra entre el mayor y el menor.
El legislador quiere ser justo en la distribución de la tierra, que en Num 33:51 es la de Canaán. Dos principios deben regir la distribución: a) según el número de individuos de cada tribu se determinaba la extensión de cada porción; b) por suertes se determinaba la región que correspondía a cada una. Este sistema de suertes evitaba toda susceptibilidad o favoritismo, y, dada la mentalidad de los antiguos, la suerte era la expresión de Dios: “en el seno se echan las suertes, pero es Yahvé quien da la decisión”7.
Y aparece que a suertes se debían echar los lotes de cada clan dentro de la misma tribu (v.55). Aún hoy día en Palestina los terrenos comunales son divididos en lotes según su dimensión y calidad, y después se echan a suerte, utilizando pequeñas piedrecitas O con el nombre del posible adjudicatario.
Censo de los Levitas (57-62).
57Este es el censo de los levitas por sus familias: de Gersón, la familia de los gersonitas; de Caat, la familia de los caatitas; de Merarí, la familia de los meraritas. 58Estas son las familias de Levi: la familia de los libnitas, la familia de los jebronitas, la familia de los majlitas, la familia de los musitas, la familia de los coreítas. Caat engendró a Amram, 59y la mujer de Amram se llamaba Yokebed, hija de Leví, que le nació a Leví en Egipto, 60y le parió a Amram, Aarón y Moisés, y María, hermana de éstos. De Aarón nacieron Nadab y Abiú, Eleazar e Itamar. 61Nadab y Abiú murieron cuando ofrecían a Yahvé el fuego profano. 62Hecho el censo de todos los varones de un mes para arriba, se contaron veintitrés mil. No se contaron entre los hijos de Israel, porque no había de asignárseles heredad alguna en medio de los hijos de Israel.
Como los levitas no tenían derecho a una heredad o lote territorial en la tierra prometida, no se hizo el censo de ellos con el conjunto de la tribu. Se enumeran las tres familias levíticas conocidas por textos anteriores8 y otras cinco no registradas anteriormente, pero cuyos epónimos nos son conocidos9. La familia de Caat es más prolijamente detallada, porque de ella provienen Moisés y Aarón, forjadores de la teocracia hebraica. El número total de levitas es de 23.000, es decir, un millar más que en el censo anterior10.
Conclusión (63-65).
63Este es el censo que hicieron Moisés y Eleazar, sacerdote, en los llanos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó. 64Entre éstos no había ninguno de los enumerados en el censo que habían hecho en el desierto del Sinaí, 65pues les había dicho Yahvé que morirían en el desierto; no quedó ni uno, excepto Caleb, hijo de Jefoné, y Josué, hijo de Nun.
El autor sagrado destaca cómo en el nuevo censo no quedaba ninguno, excepto Caleb, Josué y el propio Moisés. Los levitas, que no habían sido incluidos en el primer censo11 y no habían participado en la exploración de Canaán12, no caían bajo la maldición de morir en el desierto. Así, Eleazar entra en la tierra prometida como auxiliar de Josué.
1 Num 14:28s. – 2 Cf. Num 1:5-16. – 3 Cf. Gen 46:8-25; Exo 6:14-25; 1 Par c.2-7. – 4 Cf. Núm 18; Jos 21. – 5 Cf. Gen 46:8. – 6 Cf. Núm 16. – 7 Pro 16:33; Pro 18:18. – 8 Cf. Gen 46:11; Exo 6:16; Num 3:17; 1Cr 6:1. – 9 Cf. Exo 6:17-18; Núm 16:1. Los coreítas son mencionados como porteros del templo de Jerusalén: 1Cr 9:19; 2Cr 20:19; Sal 43:44-49. – 10Cf. Num 3:39. – 11 Cf. Num 1:3. – 12 Cf. Num 13:14-16.
Fuente: Biblia Comentada
Este segundo censo, como el primero efectuado hacía más de treinta y ocho años (Núm 1:1-46), incluía a todos los varones de veinte años arriba aptos para el servicio militar.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
La última sección principal de Números registra la obediencia renovada de Israel. Dios siguió hablando (Núm 26:1-2; Núm 26:52; Núm 27:6; Núm 27:12; Núm 27:18; Núm 28:1; Núm 31:1; Núm 31:25; Núm 33:50; Núm 34:1; Núm 34:16; Núm 35:1; Núm 35:9), y la segunda generación de Israel obedeció. La mayoría de los mandamientos en esta sección tenían que ver con la vida de Israel después de su entrada en la tierra.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Estos capítulos comienzan y terminan hablando acerca de ir a la guerra (Núm 26:2; Núm 32:20; Núm 32:29; Núm 32:32) y de la consiguiente herencia de Canaán (Núm 26:52-56; Núm 32:32). Israel estaba preparándose para la conquista de la Tierra Prometida.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
El castigo del capítulo precedente ha terminado con los últimos supervivientes de la anterior generación (ver Núm 26:4); por tanto es necesario un nuevo censo para evaluar la capacidad militar del pueblo.
Núm 26:1-65 — Núm 36:1-13 : Desaparecida la generación del éxodo, será una nueva generación la que participará en la conquista y posesión de la tierra prometida.
Núm 26:1-65 — Núm 31:1-54 : De la misma manera que al salir de Egipto fue necesario prepararse para la marcha por el desierto, el pueblo se prepara ahora para esta nueva etapa.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Núm 1:1-44.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Se ordena un segundo censo. Esta fue la manera en que se inició la primera preparación. El nuevo censo fue una señal de que el período de juicio estaba concluyendo y que era tiempo para prepararse de nuevo para entrar a la tierra prometida. El censo se llevó a cabo sobre la misma base del primero (26:2 repite brevemente 1:2).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
26.64 Un nuevo censo para una nueva generación. Ya habían pasado treinta y ocho años desde elprimer gran censo en el capítulo uno de Números (véase 1.1-2.33). Durante ese tiempo, cada hombre o mujer israelita mayor de veinte años (excepto Caleb, Josué y Moisés) habían muerto, y todavía las leyes de Dios y el carácter espiritual de la nación permanecían intactos. Números registra algunos milagros dramáticos. Este es un milagro tranquilo pero poderoso que por lo general se pasa por alto: una nación entera se traslada de una tierra a otra, pierde completamente su población adulta, y aún así se las arregla para mantenerse en la senda espiritual correcta. A veces nos preguntamos por qué Dios no realiza milagros dramáticos en nuestras vidas. Pero Dios por lo común trabaja tranquilamente para llevar a cabo sus propósitos a largo plazo.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) M termina aquí el capítulo 25 con la cláusula anterior como Núm 26:19.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 1329 Núm 25:5; Núm 25:8
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Israel había pasado cuarenta años en el desierto, y excepto por algunos líderes escogidos (Moisés, Josué y Caleb), la primera generación había muerto. Mientras el primer censo en el cap. 1 fue sólo con fines militares, este censo fue tanto con fines militares como para asignar terreno. La guerra con los madianitas estaba próxima a suceder (cap. 31), y la distribución de la tierra sería pronto una realidad. Este censo es distinto del primero porque aquí las familias son nombradas y los totales son diferentes. En el Sinaí la población era de 603,550 (1:46), y aquí es de 601.730 (vers. 51). Aunque los pecados de Israel habían reducido la población, la diferencia no es significativa. Dios cumpliría sus promesas a los patriarcas a pesar de la conducta de Israel.
Fuente: La Biblia de las Américas
Eleazar… TM añade hijo de Aarón. Se sigue LXX → §194.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
En el texto heb., cap. 25:19
En el texto heb., cap. 26:1
Fuente: La Biblia de las Américas
[.] Aquí finalizan las tradiciones antiguas referentes al tiempo de Moisés. En el capítulo 34 del Deuteronomio, sin embargo, se encuentran los recuerdos de la muerte de Moisés. Las cifras del presente censo, al salir del desierto, no son más históricas que las del primer capítulo. Tampoco son pura fantasía. Estas cifras, tomadas individualmente y en su conjunto, tenían un valor simbólico y daban pretexto a enseñanzas religiosas.
Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana
[2] Este es el tercer censo que menciona Moisés. Se hizo el año cuarenta después de la salida de Egipto, antes de entrar los israelitas en la tierra de promisión.[34] Jacob ya había profetizado el laumento de esta familia. Gén 49, 22.