Comentario de Números 34:29 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
“Estos son aquellos a quienes Jehovah mandó que repartiesen la heredad a los hijos de Israel en la tierra de Canaán.”
Núm 34:18; Jos 19:51.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Las palabras a éstos dan una idea que la segunda generación ahora estaba completamente acreditada como sustituta de la anterior que fue rebelde.
EN PROFUNDIDAD
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Ciudades de refugio
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• En el antiguo Medio Oriente, la costumbre establecía que tomar una vida, aunque fuera por accidente, tenía que ser vengada por un miembro de la familia de la víctima. En respuesta a esta práctica, Dios destinó seis ciudades levíticas en la tierra para que la persona culpable de asesinato no intencional pudiera refugiarse allí. Esta podría escapar del vengador de la sangre al huir a una de estas ciudades (Jos 20:1-9). Sin importar dónde viviera una persona, habría una ciudad de refugio dentro de una distancia razonable, porque estaban dispersas estratégicamente por toda la tierra, tres al este del Jordán y tres al oriente. El término hebreo que se traduce refugio o asilo designa al lugar para escapar del vengador, que era el protector de los derechos de la familia, el que hacía las cosas correctamente. (La palabra hebrea traducida vengador es la misma que se usa para Booz traducida pariente en Rut 2:1).
• Sin embargo, buscar refugio no era un acto privado. Ciertas regulaciones regían en cuanto a aplicar esta provisión a una situación específica y según cada caso se emitía un juicio (Núm 35:22-25). Las estipulaciones para buscar refugio en una de las ciudades designadas se explicaban detalladamente.
(1) El asesinato tenía que ser accidental y no premeditado (Núm 35:16-21).
(2) La persona tenía que huir inmediatamente a la ciudad de refugio y estaba segura del vengador de la sangre solo si estaba dentro de la ciudad.
(3) Esta persona no estaba segura de la venganza si decidía dejar la ciudad. Básicamente, el asesino involuntario, era en efecto un prisionero dentro de los muros de la ciudad (Núm 35:26-28).
(4) El estatuto de las limitaciones se basaba en la muerte del sumo sacerdote. Cuando este moría, el vengador ya no podía perseguir más al culpable. Este último estaba libre para volver a casa (Núm 35:25, Núm 35:28).
(5) La ley del asilo se aplicaba al extranjero y al ciudadano por igual (Núm 35:15).
(6) El homicida no podía pagar un rescate en vez de huir o quedarse en una ciudad de refugio. De otro modo una persona pobre estaría en gran desventaja (Núm 35:31).
• Con todas estas regulaciones específicas, Dios demostraba su misericordiosa preocupación por el inocente. Proporcionó un lugar para que este encontrara clemencia y seguridad de la severa práctica de vengarse por la muerte de un familiar.
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
REFERENCIAS CRUZADAS
k 1854 Núm 34:18; Deu 32:8; Jos 19:51; Hch 17:26