Comentario de Deuteronomio 3:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
“Después nos volvimos y subimos rumbo a Basán. Entonces Og, rey de Basán, salió a nuestro encuentro con todo su pueblo para combatir en Edrei.
Og rey de Basán. Deu 1:4; Deu 4:47; Deu 29:7; Deu 31:4; Núm 21:33-35; Jos 9:10; Jos 12:4; Jos 13:30; 1Re 4:19; Neh 9:22; Sal 135:10, Sal 135:11; Sal 136:20.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La conquista de Og, rey de Basán, Deu 3:1-10.
El tamaño de su cama, Deu 3:11.
La distribución de sus tierras entre las dos tribus y media, Deu 3:12-22.
Moisés ora pidiendo entrar en la tierra, Deu 3:23-25.
Se le permite verla, Deu 3:26-29.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Basán era la región este del Mar de Galilea.
Og: El territorio de Og se pudo extender al sur del río Yarmuk hasta Galaad. El relato de la victoria sobre Og es similar al de Sehón (Deu 2:26-37), pero notablemente más corto.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
3. Los Israelitas en Transjordania.
Derrota de Og, Rey de Basan (1-11).
1“Volviéndonos, subimos por el camino de Basan; y Og rey de Basan, nos salió al encuentro con toda su gente para darnos la batalla de Edrai. 2Yahvé me dijo: “No le temas; le he entregado en tus manos a él, a todo su pueblo y su territorio; trátalo como trataste a Seón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesebón.” 3Yahvé, nuestro Dios, entregó también en nuestras manos a Og, rey de Basan, con todo su pueblo, y los derrotamos hasta destruirlos, 4devastando todas sus ciudades, sin quedar lugar de habitación que nos escapara; sesenta ciudades, toda la región de Argob, el reino de Og, en Basan. 5 Todas estas ciudades, que estaban amuralladas con muy altos muros, con puertas y cerrojos, sin contar las ciudades abiertas, que eran en gran número, 6 las dimos al anatema, como habíamos hecho con Seón, rey de Hesebón, dando al anatema ciudades, hombres, mujeres y niños, 7pero conservamos para nosotros todo el ganado y el botín de las ciudades. 8Tomamos, pues, entonces a los dos reyes de los amorreos toda la tierra del lado de allá del Jordán, desde el torrente del Amón hasta el monte Hermón. 9 Los sidonios al Hermón le llaman Siryon, y los amorreos Sanir. 10Todas las ciudades del llano, todo Galaad y todo Basan, hasta Selja y Edrai, capitales del reino de Og, en Basan,11pues Og, rey de Basan, era el único que de la raza de los refaím quedaba; su lecho, lecho de hierro, se ve en Rabat, de los hijos de Amón, largo de nueve codos, y de cuatro codos ancho, codos humanos.”
Esta narración es paralela a la de Num 21:33-34. El reino de Basan se extendía del Yaboq hasta el Hermón, a lo largo del Jordán; es la Batanea de los tiempos evangélicos1. Se llamaba también Argob al conjunto de ciudades de esta región (v.4). El deuteronomista escribe en Palestina, pues habla del lado de allá del Jordán (v.8) al referirse a TransJordania, y recapitula el conjunto de lo conquistado desde el Amón hasta el Hermán, cadena de montañas continuación del Antelíbano, cuya cúspide más alta tiene 2.800 metros. Llamado Siryon por los fenicios y Sanir por los amorreos2, famoso en la literatura bíblica sapiencial3.
En el ν. 11 encontramos una noticia curiosa: Og es uno de los representantes de la raza de los refaím o gigantes. Su lecho, de 4,50 metros de largo por 2 metros de ancho, se veía aún en tiempo del redactor deuteronomista en Rabat-Amón, la actual Aman.
Distribución de lo Conquistado (12-22).
12“Tornamos posesión de la tierra, que di a los rubenitas y a los gaditas, a partir de Aroer, en el valle del Amón, así como de la mitad de la montaña de Galaad con sus ciudades. 13Di a la mitad de la tribu de Manasés el resto de Galaad y toda la parte de Basan, que pertenecía al reino de Og; toda la región de Argob, todo el Basan, todo lo que hoy se llama tierra de Refaím. 14Jair, hijo de Manasés, obtuvo toda la región de Argob hasta la frontera de los gesuritas y de los maakatitas, y dio su nombre a los burgos de Basan, llamados hasta hoy Jawot-Yair. 15A Makir le di Galaad; 16a los rubenitas y a los gaditas les di una parte de Galaad y hasta el torrente Amón, sirviendo de límite el medio del valle y hasta el torrente de Yaboq, frontera de los hijos de Amón, 17como también el Araba, con el Jordán por límite, desde Kineret hasta el mar del Araba, el mar de la Sal, al pie de las faldas del Pasga al oriente. 18 Entonces os di yo esta orden: “Yahvé, vuestro Dios, os ha dado esa tierra para que sea posesión vuestra; y vosotros todos, hombres robustos, marcharéis delante de vuestros hermanos los hijos de Israel; 19sólo vuestras mujeres, vuestros niños y vuestros ganados – yo sé que tenéis muchos ganados – se quedarán en las ciudades que os he dado 20hasta que Yahvé conceda quieta morada a vuestros hermanos, como a vosotros, y tomen también ellos posesión de la tierra que Yahvé, vuestro Dios, les da al otro lado del Jordán. Volveréis entonces cada uno a la heredad que os he dado.” 21Entonces di también órdenes a Josué, diciendo: “Con tus ojos has visto todo lo que Yahvé, vuestro Dios, ha hecho con esos dos reyes; así hará Yahvé también a todos los reinos contra los cuales vas a marchar. 22No los temas, que Yahvé, vuestro Dios, combate por vosotros.”
Esta distribución de parte de Transjordania (entre el Amón y el Yaboq) a las tribus de Rubén, Gad y la mitad de Manasés aparece en Núm 32. Según el estilo del deuteronomista, aquí la iniciativa viene de Moisés y no de los beneficiarios, como parece fue en realidad. Como siempre, Moisés obra por instigación de Yahvé. Después se exhorta a Josué a proseguir la conquista de la tierra prometida, de la que es prenda la victoria conseguida contra los amorreos.
Moisés, Privado de entrar en la Tierra de Promisión (23-29).
23“Entonces pedí a Yahvé gracia, diciendo: 24“¡Señor, Yahvé! Tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu potente brazo; pues ¿qué Dios hay, ni en los cielos ni en la tierra, que pueda hacer las obras que tú haces y tan poderosas hazañas? 25Déjame, te pido, atravesar para que pueda ver la excelente tierra del lado de allá del Jordán, esas herniosas montañas del Líbano.” 26Pero Yahvé, como fuera de sí, por causa vuestra rio me escuchó, antes bien me dijo: “Basta, no vuelvas a hablarme de eso; 27 sube a la cima del monte Pasga y dirige tus ojos hacia occidente, el septentrión, el mediodía y el oriente, y contempla con tus ojos, pues no has de pasar este Jordán. 28Manda a Josué, infún-dele valor y fortaleza, pues él es quien lo pasará a la cabeza de este pueblo y le pondré en posesión de la tierra que tú no puedes más que ver.” 29Nos quedamos, pues, en el valle, frente a Bet-Peor.”
Moisés había faltado, no sabemos cómo, y había sido condenado, igual que el pueblo, a no pisar la tierra de las promesas4. Afligido por la sentencia, pide el gran profeta gracia a Yahvé para poder contemplar de cerca la tierra tan deseada. Pero Yahvé, inexorable, no accede y se irrita por tal insistencia, concediéndole sólo contemplar el país desde lejos, desde el monte Pasga, una de las cimas del Nebo. Josué será el encargado de introducir a Israel en la tierra de promisión. La justicia divina se muestra inexorable con aquél porque no le santificó o glorificó a los ojos del pueblo israelita en Meribá, aunque la conducta rebelde del pueblo daba pie para desconfiar de una nueva intervención milagrosa de Yahvé. Ellos fueron la causa de que Moisés, el gran amigo de Dios, después de tantos prodigios como había obrado y de las veces que había obtenido gracia para el pueblo, no la pudo hallar para sí mismo. El deuteronomista, al poner en labios de Moisés esta plegaria – de factura artificiosa -, quiere destacar los misteriosos designios de Yahvé en la historia de Israel, pues ni siquiera accede a la más íntima y personal plegaria del mayor de los profetas por mantener el plan, prefijado de antemano, de otorgar a Josué la dirección en la conquista de Canaán, empresa más propia de su temperamento vigoroso y belicista.
1 Véase Abel, o.c., I 275. – 2 El Saniru de los textos asirios. Este monte era sagrado, y su divinidad aparece en un contrato entre el rey hitita y el amorreo (1350 a.C.). Cf. Abel, o.c., I 384. – 3 Sal 89:12; 133:3; Can 4:8. – 4 Num 20:1-13; Deu 1:37-40.
Fuente: Biblia Comentada
Basán. Una región fértil localizada al E del Mar de Galilea y el río Jordán extendiéndose desde el Monte Hermón en al N al río Yarmuk en el S. Israel se encontró con el rey Og y su ejército en batalla en Edrei, una ciudad en el río Yarmuk. El rey amorreo gobernaba sobre sesenta ciudades (vv. Deu 3:4-10; Jos 13:30), las cuales fueron tomadas por Israel; este reino fue asignado a las tribus transjordanas, en especial la media tribu de Manasés (v. Deu 3:13).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Vea las notas sobre Núm 20:14-29; Núm 21:1-35.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Moisés continúa la narración panorámica histórica detallando la derrota de dos reyes amorreos, Sehón y Og, y la toma de posesión de su territorio.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Estos versículos son primordialmente el primer discurso de Moisés. Moisés introdujo su explicación de la ley con un llamado a entrar a la tierra de Canaán (vv. Deu 1:6-8), la cual había sido prometida por el pacto abrahámico de Dios (cp. Gén 15:18-21). A lo largo de este libro, él se refiere a esa promesa de pacto (Deu 1:35; Deu 4:31; Deu 6:10; Deu 6:18; Deu 6:23; Deu 7:8; Deu 7:12; Deu 8:1; Deu 8:18; Deu 9:5; Deu 10:11; Deu 11:9; Deu 11:21; Deu 13:17; Deu 19:8; Deu 26:3; Deu 26:15; Deu 27:3; Deu 28:11; Deu 29:13; Deu 30:20; Deu 31:7; Deu 31:20-23; Deu 34:4). Él entonces dio un repaso histórico de las obras de gracia de Dios (Deu 1:9 – Deu 3:29) y un llamado a Israel para la obediencia al pacto dado a ellos por el Señor en Sinaí (Deu 4:1-40). Esta sección introductoria termina con una breve narración relatando el establecimiento de las tres ciudades de refugio al E del Jordán (Deu 4:41-43).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— Basán… Edreí: Situada al este-nordeste del lago de Galilea, Basán era una región de altas mesetas, famosa por sus fecundas tierras (ver Sal 22:11). En cuanto a Edreí, era un lugar situado en la zona sur de Basán.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
La derrota de Og. Los israelitas continuaron con rumbo al norte y se los enfrentó en batalla otro rey amorreo, Og de Basán. Una vez más, la victoria fue rápida y completa (vv. 3, 4, 6). Pa ra este entonces el mensaje principal es algo familiar: El Señor ya les ha dado la victoria, pero el pueblo debe ir y actuar sobre su palabra (v. 2).
La región de Basán (de la que Argob, v. 4, debe haber formado parte) está ubicada en la parte norte de la Transjordania, al este del mar de Galilea (Quinéret, v. 17). Edrei estaba un poco más al este, sobre el río Yarmuk. Después de derrotar a Sejón, Israel también tomó Galaad, al sur de Basán. Ambas eran regiones fértiles (ver Amós 4:1, donde Basán es el prototipo de la riqueza) y estratégicas (ahora Israel estaba más seguro de no ser atacado por la retaguardia cuando volteó hacia la tierra oriental del Jordán). Toda el área que ahora Israel controlaba era significativa, extendiéndose desde el río Arnón, el cual desembocaba en el mar Muer to, hasta el monte Hermón en las fronteras de Siria (v. 8).
La nota sobre la cama de Og (v. 11) es una clave de su fama local. También expresa algo respecto de las habilidades técnicas que se habían desarrollado en su reino. Sin embargo, el hecho de que la cama haya terminado en un museo en Amón demuestra con precisión que Og y su grandeza eran asunto del pasado.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
3.1-3 Los israelitas enfrentaban un gran problema: el bien entrenado ejército de Og, rey de Basán. Los israelitas casi no tenían posibilidades, pero ganaron porque Dios peleó por ellos. Dios puede ayudar a su pueblo no importa los problemas que enfrente. A pesar de lo infranqueables que puedan parecer los obstáculos, recuerde que Dios es soberano y cumplirá sus promesas.3.21, 22 ¡Qué noticia más alentadora para Josué, que tendría que guiar a sus hombres contra las fuerzas persistentes del mal que ocupaban la tierra prometida! Ya que Dios le prometió hacerlo victorioso en cada batalla, no tenía nada que temer. Quizá nuestras batallas no sean contra ejércitos impíos, pero son tan reales como las de Josué. Ya sea que estemos tratando de resistir la tentación o luchando contra el temor, Dios nos ha prometido que luchará por nosotros y con nosotros si le obedecemos.3.26-28 Dios hizo claro que Moisés no entraría en la tierra prometida (Num 20:12). Le ordenó que comisionara a Josué como nuevo líder y lo alentara en su nuevo cargo. Este es un buen ejemplo para las iglesias y organizaciones que de tanto en tanto deben reemplazar a su líderes. Los buenos líderes preparan a su gente para que funcione sin ellos al descubrir a los que tienen un potencial de liderazgo, proveyéndoles el entrenamiento necesario y buscando formas de estimularlos.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 154 Núm 21:33; Deu 29:7; Jos 9:10; Neh 9:22
b 155 Jos 12:4; Jos 13:12
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Basán, y Og. El próximo éxito militar de Israel es sobre Basán y su rey, Og. Este reino estaba en el extremo norte de Transjordania. Es una tierra rica y fértil, reconocida por sus bosques, montes altos y pastos. La conquista de Basán estaba fuera de la ruta más directa para invadir Palestina occidental. Desde el punto de vista militar, sin embargo, la batalla contra Basán fue ventajosa, porque protegería al pueblo de un ataque del flanco derecho mientras seguían hacia el oeste del Jordán. Más tarde celebraron la victoria con cánticos (cp. Sal 135:11 y 136:20).
Fuente: La Biblia de las Américas
Basán. Véase nota en Núm 21:33.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Lit., él y
Fuente: La Biblia de las Américas
[=] *Num 21:33
Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana
[1] Num 21, 33; Deut 29, 7.[2] Num 21, 34.[12] Num 33, 29.[13] Num 21, 34.[21] Num 27, 18.[25] Moisés tal vez creyó que la sentencia de Dios contra él era conminatoria y no decisiva. Así le suplica que lo deje ver la tierra que habitaron los patriarcas.[27] Deut 31, 2; 34, 4.