Comentario de Deuteronomio 24:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
“Si un hombre toma una mujer y se casa con ella, y sucede que ella no le agrada por haber él hallado en ella alguna cosa vergonzosa, le escribirá una carta de divorcio, la entregará en su mano y la despedirá de su casa.
tomare mujer. Deu 21:15; Deu 22:13; Éxo 21:10.
le escribirá carta de divorcio. Deu 24:3; Isa 50:1; Jer 3:8; Mat 5:31, Mat 5:32; Mat 19:7-9; Mar 10:4-12.
la despedirá de su casa. Deu 22:19, Deu 22:29; Mal 2:16; Mat 1:19; Luc 16:18; 1Co 7:11, 1Co 7:12.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Sobre el divorcio, Deu 24:1-4.
Un hombre recién casado no va a la guerra, Deu 24:5.
Sobre los juramentos, Deu 24:6.
Sobre los ladrones, Deu 24:7.
Sobre la lepra, Deu 24:8-9.
Sobre los juramentos, Deu 24:10-13.
El salario debe ser dado, Deu 24:14-15.
Sobre la justicia, Deu 24:16-18.
Sobre la caridad, Deu 24:19-22.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El caso trata del regreso de una divorciada a su primer marido después que se ha vuelto a casar con un segundo hombre.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
indecente: No está especificada la naturaleza del problema, aunque hubiera estado clara en el contexto original. Podría haber sido un problema físico, como la incapacidad para tener hijos. La carta de divorcio era un documento legal que proporcionaba derechos a la divorciada (Lev 21:7, Lev 21:14; Lev 22:13; Núm 30:9; Mat 19:3-9). Tal certificado permitía que la mujer se volviera a casar.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
CARTA DE DIVORCIO. El divorcio es el resultado del pecado humano (cf. Mat 19:8). Las instrucciones de los vv. Deu 24:1-4 eran principios dados por Dios para regular el divorcio en el antiguo Israel. Nótese lo siguiente en cuanto a estos versículos:
(1) Es probable que el término «indecente» se refiera a conducta vergonzosa o inmoral que es menos grave que el adulterio. No puede referirse al adulterio, ya que el castigo para el adulterio era la muerte, no el divorcio (cf. Deu 22:13-22).
(2) La «carta de divorcio» era un documento legal dado a la mujer a fin de quebrantar el pacto matrimonial, protegerla y liberarla de toda obligación con su anterior esposo.
(3) Después de recibir el certificado de divorcio, la mujer podía volver a casarse. Sin embargo, nunca debía volver a su anterior esposo si se terminaba su segundo matrimonio (vv. Deu 24:2-4).
(4) Cuando ocurre el divorcio, es una tragedia (cf. Mal 2:16; véase Gén 2:24, nota), pero no es un pecado sí se basa en fundamentos bíblicos (véanse Mat 19:9, notas; 1Co 7:15, nota). Dios mismo se divorció de Israel por causa de la infidelidad y del adulterio espiritual de los israelitas (Isa 50:1; Jer 3:1 Jer 3:6-8).
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
24. Leyes Diversas.
El Repudio de la Mujer (1-4).
1“Si un hombre toma una mujer y es su marido y ésta luego no le agrada porque ha notado en ella algo torpe, le escribirá el libelo de repudio y, poniéndoselo en la mano, la mandará a su casa. 2Una vez que de la casa de él salió, podrá ella ser mujer de otro hombre. 3Si también el segundo marido la aborrece y le escribe el libelo de repudio y, poniéndoselo en la mano, la manda a su casa, o si el segundo marido que la tomó por mujer muere, 4no podrá el primer marido volver a tomarla por mujer después de haberse ella marchado, porque esto es una abominación para Yahvé, y no has de llevar el pecado a la tierra que Yahvé, tu Dios, te dará en heredad.”
Esta práctica del repudio de la esposa era muy general en el antiguo Oriente. El deuteronomista procura aquí regular esta costumbre para evitar abusos. El derecho de repudiar se concede sólo al marido, conforme a las exigencias rudas del ambiente, que postergaba siempre los derechos de la mujer. En el siglo V antes de Cristo – según rezan los papiros de Elefantina – se otorgaba este derecho también a la mujer. Las causas del repudio en el Deuteronomio están muy vagamente expresadas y se prestan a muchos abusos. En efecto, se dice que, si el esposo notare en la mujer algo torpe (que es la traducción del άσχημον πράγμα de los LXX y el aliqua foeditas de la Vg), puede repudiarla. La palabra hebrea erwath parece que alude a algún defecto corporal infamante. En tiempos de Cristo, la escuela rabínica de Sammai lo interpretaba en el sentido de infidelidad conyugal, mientras que Hillel lo tomaba en sentido amplio, de forma que bastara que la mujer disgustara por cualquier cosa (por ejemplo, por haber dejado quemarse la comida), para poder repudiarla. Así, a Cristo le preguntan si es lícito repudiar a la mujer por cualquier causa, esperando que se decidiera por una de las dos escuelas, la laxista de Hillel o la rigorista de Sammai1. Sin embargo, en el conjunto de la legislación mosaica parece que esa cosa torpe no es el adulterio, pues éste era penado con la lapidación2. El contexto, pues, favorece la interpretación de que bastaba que no agradara ya la esposa al marido, para que la pudiera abandonar. Es una concesión a la dureza de corazón de los hebreos, según la expresión del Salvador.
Con todo, el legislador deuteronómico quiere evitar abusos, y así exige un libelo de repudio, o escrito que ha de ser entregado a la esposa como certificado de que se halla en libertad para unirse a otro como legítima esposa. Este documento, que la mayor parte de las veces requería la colaboración de un escriba o notario (porque eran muy pocos los que sabían leer), suponía, sin duda, que antes de redactarlo habría habido tiempo para calmar los ánimos y la reconciliación. Entre los nómadas de Transjordania, el marido debe pronunciar tres veces seguidas la fórmula talaqtuki (yo te he repudiado), y sólo tiene efecto después de tres días de espera3. Es entonces cuando la repudiada tiene que volver a la casa paterna. Moisés impone una nueva cortapisa: el marido no puede volver a tomar la mujer repudiada, lo que le haría reflexionar más. En el código de Hammurabi se concede al marido derecho a repudiar a su esposa, si bien tiene que entregarle la dote (seriqtu)4.
El Recién Casado está libre de ir a la Guerra (5).
5“Cuando un hombre sea recién casado, no irá a la guerra ni se le ocupará en cosa alguna; quede libre en su casa durante un año para contentar a la mujer que tomó.”
El deuteronomista es profundamente humanitario, y así inserta a continuación una serie de prescripciones benévolas en beneficio de determinadas personas de la sociedad que merecen especial consideración. Entre éstas están los recién casados. Para que pueda contentar a su mujer, queda exento de ir a la guerra durante el primer año de su matrimonio. Se trata, sobre todo, de favorecer a la mujer, y por eso se le exime al marido de toda ocupación pública que pueda distraerle del hogar, cuyos cimientos ha empezado a poner en beneficio de la futura prole. En 20:7 se deja libre al recién casado para que pueda disfrutar de la compañía de su nueva esposa.
Prohibición de tomar en Prenda la Piedra de la Muela (6).
6“No tomarás en prenda las dos piedras de una muela, ni la piedra de encima, porque es tomar la vida en prenda.”
El legislador considera de importancia vital para una familia la piedra de moler, con la que se preparaba el pan de cada día, y por eso prohíbe que el acreedor la tome en prenda, pues es atentar contra la vida de los deudores: es tomar la vida en prenda5. Insiste en que se respete, sobre todo, la piedra de encima, porque era más portátil, y, por tanto, más fácil de llevar. La muela consistía en dos piedras, una mayor, inmóvil, y otra más pequeña y movible, que era accionada fatigosamente por la mujer6.
Prohibición del Tráfico de Esclavos Israelitas (7).
7“Si se descubriere que alguno secuestró a su hermano de entre los hijos de Israel para hacerle esclavo o que le vendió, el ladrón será condenado a muerte. Quitarás el mal de en medio de ti.”
Privar a uno de la libertad se considera como privarlo de la vida, y por eso se impone la pena capital al secuestrador de un compatriota7. En el código de Hammurabi se castiga con la muerte al que rapte a un menor de edad8.
Sobre la Lepra (8-9).
8“Ten cuidado con la plaga de la lepra, guardando escrupulosamente y cumpliendo cuanto te digan los sacerdotes levitas; todo cuanto yo les he prescrito lo pondréis escrupulosamente por obra. 9Acuérdate de lo que con María hizo Yahvé, tu Dios, durante el camino, a la salida de Egipto.”
El deuteronomista llama la atención sobre la necesidad de guardar las leyes sobre la lepra, aludiendo, sin duda, a lo establecido en Lev c. 13-14. Y cita el caso de María, que, a pesar de ser hermana de Moisés, tuvo que estar aislada del campamento, conforme a las prescripciones propuestas9.
Préstamos a los Necesitados (10-13).
10“Si prestas algo a tu prójimo, no entrarás en su casa para tomar prenda; 11esperarás fuera de ella a que el deudor te saque fuera la prenda. 12Si éste es pobre, no te acostarás sobre la prenda; 13se la devolverás al ponerse el sol, para que él se acueste sobre su vestido y te bendiga, y esto será para ti justicia ante Yahvé, tu Dios.”
Se prohíbe entrar en casa del deudor a tomar la prenda. Además de ser una indelicadeza es un allanamiento de morada. Por otra parte, así se permite al deudor escoger la prenda que le sea menos precisa en aquel momento. En el v.12 se supone que la prenda es un manto, que le es necesario al deudor para cubrirse durante el frío de la noche, y por eso se manda devolvérselo al caer el sol10. El profeta Amos fustiga a los ricos inconsiderados, que no hacen caso de esta prescripción humanitaria elemental11.
Obligaciones para con los Jornaleros (14-15).
14“No oprimas al jornalero pobre e indigente, sea uno de tus hermanos o uno de los extranjeros que moran en tu tierra, en tus ciudades. 15Dale cada día su salario, sin dejar pasar sobre esta deuda la puesta del sol, porque es pobre y lo necesita. De otro modo, clamaría a Yahvé contra ti y tú cargarías con un pecado.”
El legislador quiere que el mercenario o jornalero que haya contratado su trabajo sea bien tratado y se le pague lo justo cada día, pues del salario depende su elemental subsistencia. El extranjero, o ger, es equiparado en esto al hermano, o compatriota israelita. El ger era un extranjero que había sido asimilado al pueblo hebreo, en contraposición al nokrí, que estaba de paso, y no había entrado a formar parte de la comunidad israelita en ninguna forma. El salario, probablemente, se pagaba en especie, y de ahí la orden de darlo cada día, pues era totalmente necesario.
Determinación de la Responsabilidad (16).
16“No morirán los padres por la culpa de los hijos, ni los hijos por la culpa de los padres; cada uno sea condenado a muerte por sus pecados.”
En la antigua organización patriarcal y tribal, la ley de la solidaridad tenía una importancia excepcional, fundada en las leyes de la consaguinidad y en las exigencias de una sociedad imperfectamente organizada. El individuo era más bien considerado como parte de un todo, miembro de una colectividad; por eso los pecados de uno redundaban en perjuicio de los otros, y viceversa, las buenas acciones de unos eran imputadas a los miembros de la comunidad. Sobre todo, los hijos se consideran como algo del padre, de forma que tienen que cargar con sus responsabilidades. Así se dice en Exo 20:5 que Dios castiga los padres en los hijos hasta la tercera o cuarta generación y hace misericordia hasta la milésima12. El deuteronomista aquí perfila mejor la responsabilidad, y, conforme a la predicación de los profetas, proclama que cada uno responderá de su pecado y que los hijos no serán castigados por los pecados de los padres, y viceversa. Los contemporáneos de Jeremías y de Ezequiel (s.VII-VI a.C.) se quejan de que los “padres comieron las agraces” y ellos “sufren la dentera.”13 En el futuro no será así, sino que cada uno responderá de sus buenas o malas acciones14. Es un gran progreso, pues se destacan los problemas individuales, con sus responsabilidades propias, y, en efecto, en la literatura sapiencial el interés del individuo prevalece sobre el de la colectividad, y así empieza a preocupar, sobre todo, el destino del hombre en ultratumba y la retribución en el más allá. Sin embargo, ya el rey Amasias procuró adaptarse a la ley de justicia formulada aquí, en el Deuteronomio, al no ensañarse con los hijos de los asesinos de su padre15. La catástrofe del 587 hizo que entraran en colapso muchos sueños colectivos, y los israelitas se replegaron más sobre sí mismos, sobre sus problemas individuales. Con todo, el deutero-nomista destaca ya antes del exilio la responsabilidad personal16.
Justicia para con los Desvalidos (17-18).
17“No hagas injusticia al extranjero ni al huérfano, ni tornes en prenda las ropas de la viuda. 18Acuérdate de que esclavo fuiste en Egipto y de que Yahvé, tu Dios, te libró; por eso te mando hacer así.”
El deuteronomista tiene especial preocupación por los desheredados e indefensos en la sociedad, como son el extranjero, el huérfano y la viuda17. Para mover a los israelitas a ser benevolentes con ellos, les recuerda que también los israelitas se hallaron en la misma situación de inferioridad en Egipto.
Consideración con los necesitados (19-22).
19“Cuando en tu campo siegues tu mies, si olvidas alguna gavilla, no vuelvas a buscarla; déjala para el extranjero, el huérfano y la viuda, para que te bendiga Yahvé, tu Dios, en todo trabajo de tus manos. 20Cuando sacudas tus olivos, no hagas tras de ti rebusco en sus ramas; déjalo para el extranjero, el huérfano y la viuda. 21Cuando vendimies tu viña, no hagas en ella rebusco; déjalo para el extranjero, el huérfano y la viuda. 22Acuérdate de que esclavo fuiste en Egipto, y por eso te mando hacer así.”
Gran delicadeza de espíritu muestran estos preceptos, que miran por los pobres, proporcionándoles cómo hacer con fruto el espigueo del campo y el rebusco de la viña y del olivar. En Lev 19:9 se ordena dejar los lindes del campo en beneficio de los necesitados18.
1 Mt 19:3. – 2 Deu 22:22. – 3 A. Jaussen, Canturries des árabes… p.57. – 4 Cód. de Hammurabi arts.137; 141. – 5 Cf. Amo 2:8; Pro 22:27; Job 22:6. – 6 Cf. Mat 24:41; DB IV 1049-1050. – 7 Cf. Exo 21:16. – 8 Art.14. – 9 Cf. Num 12:9-15. – 10 Cf. Exo 22:25-26. – 11 Cf. Amo 2:8. – 12 En el Código de Hammurabi encontramos este mismo sentido de solidaridad; así, se ordena matar al hijo del arquitecto que construyó mal una casa y se cayó, matando al hijo del dueño de la casa (arts.116 y 210). – 13 Jer 31:29; Eze 18:2. – 14 Ez c.18 y 33· – 15 Cf. 2Re 14:6. – 16 Véase F. Spadafora, Collettivismo e individualismo nel Vecchio Testamento (Rovigo 1953) p.139-141; M. J. Lagrange, études sur les religions sémitiques p.252s; Oehler, Théologie de ΓAncien Testament I 234. – 17 Cf. Dt 14.29; Exo 22:21-22; Exo 22:26; Lev 19:33-34. – 18 Véase comentario a Lev 19:9.
Fuente: Biblia Comentada
Este pasaje no manda, felicita, tolera, o ni siquiera sugiere el divorcio. Sino que más bien, reconoce que el divorcio ocurre y lo permite únicamente en situaciones restringidas. El caso presentado aquí está diseñado para expresar el hecho de que el divorcio producía contaminación. Note la siguiente secuencia: 1) si un hombre encuentra una indecencia (alguna impureza o algo vil, cp. Deu 23:14) en su mujer, fuera de adulterio, lo cual era castigado por ejecución (cp. Deu 22:22); 2) si él legalmente se divorcia de ella (aunque Dios aborrece el divorcio, como Mal 2:16 dice: Él ha diseñado el matrimonio para que sea de por vida, como Gén 2:24 declara; y Él permitió el divorcio debido a corazones duros, como Mat 19:8 revela); 3) si ella entonces se casa con otro hombre; 4) si el nuevo marido entonces muere o se divorcia de ella; entonces esa mujer no podía regresar a su primer marido (v. Deu 24:4). Esto se debía a que ella estaba «envilecida» con tal envilecimiento que es una abominación al Señor y una contaminación pecaminosa de la Tierra Prometida. ¿Qué constituye ese envilecimiento? Solo una cosa es posible, ella fue envilecida al volverse a casar porque no había justificación para el divorcio. Entonces cuando ella se volvía a casar, se convertía en una adúltera (Mat 5:31-32) y por lo tanto, está contaminada de tal manera que su marido anterior no puede tomarla de regreso. El divorcio ilegítimo prolifera el adulterio. Vea las notas sobre Mat 5:31-32; Mat 19:4-9.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
El corazón de Deuteronomio se encuentra en este largo segundo discurso de Moisés. «Esta, pues, es la ley» (Deu 4:44) la cual Moisés le explicó a Israel (cp. Deu 1:5). Después de una breve introducción (Deu 4:44-49), Moisés le dio al pueblo un entendimiento claro de lo que la ley dirigía con respecto a su relación con el Señor en el tierra (Deu 5:1 – Deu 26:19), después concluía al relatar las bendiciones o las maldiciones que vendrían sobre la nación como una consecuencia de su respuesta a las estipulaciones de esta ley (Deu 27:1 – Deu 28:68).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Habiendo delineado los principios generales de la relación de Israel con el Señor (Deu 5:1 – Deu 11:32), Moisés entonces explicó leyes específicas que ayudarían al pueblo a subordinar cada área de la vida de ellos al Señor. Estas instrucciones fueron dadas para que Israel las pusiera «por obra en la tierra» (Deu 12:1)
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Mientras que amar a Dios era el primer deber (cp. Deu 6:5), amar al prójimo de uno venía en seguida a esto (cp. Mat 22:37-40). En esta sección, la ley de amar al prójimo de uno es aplicada a las relaciones domésticas y sociales.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Moisés seleccionó veintiuna leyes simples para ilustrar aún más la naturaleza de los requisitos de vivir bajo el pacto sinaítico.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Mat 5:31; Mat 19:7; Mar 10:4.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— le toma aversión: Lit. ya no encuentra gracia a sus ojos.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Otras leyes. 1-4 Esta ley da por sentado la práctica del divorcio en Israel, a pesar de que el Señor la desprecia, según se registra en otra parte (Mal. 2:16). (Sin embargo, nótense las dos excepciones al derecho del hombre al divorcio; 22:19, 29.) Esta ley no intenta justificar la práctica en general. La razón por la cual el hombre desea divorciarse (por haber él hallado en ella alguna cosa vergonzosa) no es muy clara; bien pudiera ser alguna impureza ritual, el no poder procrear hijos, o inmodestia sexual. De cualquier manera, no se dice que sea una razón válida para el divorcio. Lo que la ley intenta es simplemente evitar que la mujer divorciada regrese al primer marido después de que su segundo matrimonio hubiera terminado. (Jer. 3:1-5 presupone este punto.) El propósito debe haber sido hacer del divorcio algo solemne y final a fin de que no se practicara livianamente.
5 Esta ley se relaciona con aquellas en 20:5-7 que establecen ciertas excepciones al servicio militar. Ahora el hombre recién casado también queda exento de todo servicio público. La necesidad crucial de tener hijos es lo que sirve de fondo a esta ley, pero el propósito de hacer feliz a la esposa es típico del fuerte énfasis que hace Deut. sobre el hecho que la tierra debe ser de bendición para todo el pueblo.
6, 7 El tomar “prendas” o garantías por las deudas era una práctica permitida (ver también vv. 10-13). Sin embargo, no se debía tomar nada que afectara el derecho del deudor a llenar sus necesidades básicas o su capacidad para ganarse la vida (cf. 23:17). La preocupación por proteger la vida de todos los israelitas es lo que también está detrás del v. 7, el cual expresa el mismo espíritu de prohibir el homicidio (5:17), y de las reveladoras leyes relacionadas con la esclavitud (15:12-18). Ningún israelita tenía el derecho de controlar completamente la vida de otro.
8, 9 La ley concerniente a las enfermedades de la piel (el término probablemente tenga una aplicación más amplia y general que a la lepra misma) se refiere a leyes expresadas en otros lugares, como en Lev. 13-14. Ahí se hacen provisiones para que las víctimas sean ritualmente purificadas. Esta ley simplemente requiere cuidado para obedecer esas instrucciones.
10-13 Esta ley está relacionada con el v. 6. Nuevamente se expresa el principio que el tomar prendas no debe convertirse en un medio para oprimir a los pobres, o hundirlos más en sus dificultades. El mandato en el v. 11 respeta la libertad y dignidad del que está pasando por tiempos difíciles. Y el v. 13 sirve como un recordatorio de que hacer un préstamo debe ser un acto de generosidad, complaciendo a Dios, y con la intención de restaurar al deudor.
14, 15 Retener el pago por el trabajo realizado podía causar que la persona pobre pasara por dificultades innecesarias. Por el contrario, el trato justo de los trabajadores es otra manera de poner en práctica los ideales del pacto (ver también Mat. 20:1-16). En un contexto moderno, esta ley es pertinente a las condiciones de empleo que sean justas, y quizá también condene las prácticas comerciales injustas, tales como el pago deliberadamente tarde de las deudas.
16 Esta ley confirma la responsabilidad de cada individuo ante la ley (una idea desarrollada en Eze. 18). La misma no contradice 5:9, que trata de la justicia de Dios, y donde se hace hincapié en el hecho de que el pecado puede dejar sentir sus efectos por generaciones.
17-22 Este grupo de leyes tiene en común la preocupación por aquellos que no pueden defenderse a sí mismos; es decir, las viudas, el extranjero (p. ej. los emigrantes) y los huérfanos. En otros lugares estos grupos están encomendados al cuidado especial del pueblo (14:29). Aquí se les garantiza expresamente toda la protección de la ley. La provisión para las viudas va un poco más allá de lo común en asuntos de prendas (v. 17; cf. 24:12, 13). Israel mismo había sido impotente en Egipto y necesitó de la ayuda de Dios para poder ser libres y prósperos (v. 18). De nuevo, el pasado de Israel proveía el modelo para su propio comportamiento.
Las leyes relacionadas con la cosecha contienen la idea ya expresada en 23:24, 25, sólo que en reverso. El terrateniente deliberadamente debería dejar algunos sobrantes de la cosecha para quienes no contaban con sus propios recursos. De esta manera, una vez más se afirman el derecho de todos los israelitas al producto de la tierra (cf. el libro de Rut).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
24.1-4 Algunos piensan que este versículo está a favor del divorcio, pero este no es el caso. Simplemente reconoce una práctica que ya existía en Israel. Se deben leer los cuatro versículos para entender el punto central del pasaje. La intención no es sugerir que el hombre se divorcie de su esposa por cualquier capricho o razón. El divorcio era un acto final y permanente para la pareja. Si un hombre al casarse con su mujer encontraba algo indecente en ella y la despedía, no podría nunca más volverse a casar con ella. Aun cuando hubiera muerto la persona con quien esta mujer había establecido una nueva relación (24.4). Esta restricción era para prevenir un nuevo matrimonio a la ligera después de un divorcio frívolo. La intención era hacer pensar a la gente dos veces antes de divorciarse.24.5 Los recién casados debían permanecer juntos el primer año. Esto era para evitar colocar excesiva carga sobre una nueva relación no asentada y darles una oportunidad de madurar y fortalecerse antes de enfrentar las numerosas responsabilidades. Un jardinero comienza colocando una semillita en un pequeño recipiente y espera a que eche raíces antes de plantarla en el campo. Permita que su matrimonio se fortalezca protegiéndolo de excesivas presiones y distracciones externas, especialmente al comienzo. Y no espere ni demande mucho de los recién casados para que no les falte el tiempo ni la energía para establecer su matrimonio.24.10-22 A lo largo del Antiguo Testamento Dios dice a su pueblo que trataran a los pobres con justicia. Con frecuencia a los indefensos y a los que han sido golpeados por la pobreza se les mira con desdén como si fueran incompetentes u holgazanes cuando, en realidad, puede que sean víctimas de la opresión y de las circunstancias. Dios dice que debemos hacer todo lo que esté de nuestra parte para ayudar a los necesitados. Su justicia no permitió que los israelitas insistieran en sacar provecho o apurar a los menos afortunados para que les pagaran. En su lugar, la ley de Dios daba al pobre todas las oportunidades para mejorar su situación, mientras que proveía opciones humanas para aquellos que no podían hacerlo. Ninguno de nosotros está completamente aislado del pobre. Dios quiere que los tratemos con justicia y que hagamos nuestra parte a fin de ver sus necesidades satisfechas.24.19-21 El pueblo de Dios recibió instrucciones de dejar parte de su cosecha en los campos de modo que los extranjeros y los pobres pudiesen recogerla. Esta segunda recogida era denominada espigar, y constituía una manera de proveerse de comida. Años más tarde, Rut obtuvo comida para sí y para Noemí al espigar tras los segadores en el campo de Booz, juntando las sobras (Rth 2:2). Como esta ley aún era obedecida años después de haber sido escrita, Rut, una mujer en la línea genealógica de Cristo, pudo encontrar comida.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) Lit.: “la desnudez de una cosa”.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 1199 Mat 19:3; Mat 19:8
b 1200 Jer 3:8; Mat 5:31; Mar 10:4
c 1201 Mal 2:16; Mat 1:19
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Dios no ordena el divorcio; le pone limitaciones. Es importante notar que el divorcio no era la voluntad de Dios, pero se lo permitió a los israelitas en ciertos casos por la dureza del corazón de ellos (Mt 19:8). Por tanto, en el Pentateuco el divorcio está reglamentado (Lv 21:7, 14; 22:13; Nm 30:9).
Fuente: La Biblia de las Américas
El significado de este pasaje central del AT tocante al divorcio es este: si los hechos de los vv. Deu 24:1-3 ocurrían (I.e., una mujer se divorcia de su primer esposo y se casa con otro quien también se divorcia de ella o muere), entonces las restricciones del v. Deu 24:4 son válidas (I.e., su primer marido no puede casarse con ella). El pasaje no debe entenderse como un mandamiento al divorcio, sino como una regulación de una práctica. Véanse notas en Mat 19:3-11.
cosa indecente. Al parecer esto significaba alguna exhibición repudiable o indecente, no adulterio (para el que había una prueba, Núm 5:11-31).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
divorcio… → Mat 5:31; Mat 19:7; Mar 10:4.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Lit., no halla gracia ante sus ojos
Fuente: La Biblia de las Américas
g Mat 5:31; Mat 19:7; Mar 10:4.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
[=] *Is 50:1 *Jer 3:8 *Mt 5:31 *Mt 19:3
Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana
[1] Mat 5, 32; 19, 6; Mar 10, 4.[4] Por tomar otro marido sin que hubiera muerto el primero.[6] Entonces no había molinos de agua ni de viento. Se servían de un molino de mano. Moisés prohíbe que se tomen en prenda los utensilios necesarios para vivir.[9] Num 12, 10.[11] Ex 22, 26.[12] Se habla de objetos indispensables para subsistir o ganarse la vida.[15] Lev 19, 13; Tob 4, 15.[16] Dios, árbitro supremo de la vida y de la muerte, castiga a veces en los hijos los delitos de sus padres. Ex 20, 5.