Biblia

Comentario de Deuteronomio 30:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Deuteronomio 30:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“Sucederá que cuando te hayan sobrevenido todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, si consideras en tu corazón, en medio de todas las naciones donde Jehovah tu Dios te haya dispersado;

cuando te sobrevinieren, o cuando todas estas cosas hayan venido sobre ti. Deu 4:30; Lev 26:40-46.

la bendición y la maldición. Deu 30:15, Deu 30:19; Deu 11:26-28; Deu 27:1-26; Deu 28:1-65; Deu 29:18-23; Lev 26:1-46.

y te arrepintieres. Deu 4:29; 1Re 8:47, 1Re 8:48; Isa 46:8; Eze 18:28; Luc 15:17.

te hubiere arrojado, o te haya desterrado. Gén 4:14; Jer 8:3.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Grande misericordia es prometida a los penitentes, Deu 30:1-10.

El mandamiento es hecho manifiesto, Deu 30:11-14.

La muerte y la vida son presentados ante ellos, Deu 30:15-20.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Elige vida o muerte, bendición o maldición, a Dios o a ti mismo. En este último llamado, Moisés desafía al pueblo con una perspectiva profética sobre la naturaleza de Israel (rebeldía), la compasión de Dios y un nuevo acto de gracia, y la responsabilidad de Israel.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

cuando hubieren venido sobre ti estas cosas, re refiere a las bendiciones y maldiciones detalladas en el capítulo Deu 28:1-68, especialmente las maldiciones. Dios permitió que Moisés previera la apostasía de Israel y la dispersión que Dios hizo del pueblo entre las naciones. Estas palabras debieron ser terriblemente sobrecogedoras para el pueblo porque fueron dichas en la víspera de su conquista de la tierra.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

30. Perspectivas Futuras.

Promesas de Redención y Restauración (1-10).
1“Cuando te sobrevengan todas estas cosas y traigas a la memoria la bendición y la maldición que hoy te propongo, y en medio de las gentes a las que te arrojará Yahvé, tu Dios, 2te conviertas a Yahvé, tu Dios, y obedezcas a su voz, conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y toda tu alma, 3también Yahvé, tu Dios, reducirá a tus cautivos, tendrá misericordia de ti y te reunirá de nuevo en medio de todos los pueblos entre los cuales te dispersó. 4Aunque se hallasen tus hijos dispersos en el último cabo de los cielos, de allí los reunirá Yahvé, tu Dios, y de allí irá a tomarlos. 5Yahvé, tu Dios, volverá a traerte a la tierra que poseyeron tus padres, y volverás a poseerla, y El te bendecirá y te multiplicará más que a ellos. 6Circuncidará Yahvé, tu Dios, tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames a Yahvé, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, y vivas. 7Por lo contrario, Yahvé, tu Dios, arrojará todas estas maldiciones sobre tus enemigos, sobre los que te odiaron y te persiguieron, 8y tú obedecerás a la voz de Yahvé, tu Dios, cumpliendo todos sus mandatos que hoy te propongo. 9Te hará abundar Yahvé en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tus ganados, en el fruto de tu tierra, y te bendecirá, porque volverá a complacerse Yahvé en hacerte bien, como se complacía en hacérselo a tus padres; 10si, obedeciendo a la voz de Yahvé, tu Dios, guardas todos sus preceptos y mandatos, como está escrito en esta Ley, y te conviertes a Yahvé, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma.”

Como en los oráculos profetices, el deuteronomista abre la puerta a la esperanza si el pueblo dispersado se arrepiente de sus pecados y se vuelve a Yahvé1. Dios hará volver a los cautivos aunque estuvieran en los extremos de los cielos2. Volverán al país de las promesas, pero con un nuevo espíritu. Yahvé circuncidara su corazón (v.6), es decir, le purificará y consagrará, haciéndose sensible a las insinuaciones divinas3. Jeremías habla de una nueva alianza escrita en los corazones de los que han de constituir la nueva teocracia nacida del resto purificado en el exilio4. Yahvé volverá a proteger a su pueblo, enviando toda clase de bendiciones temporales sobre él y haciendo que las maldiciones que antes sobre él pesaban se vuelvan contra sus enemigos (v.7). Pero todo esto está condicionado a la fidelidad a sus preceptos (v.10).

El Conocimiento de la Ley, al alcance de todos (11-14).
11“En verdad, esta Ley que hoy te impongo no es muy difícil para ti ni es cosa que esté lejos de ti. 12No está en los cielos para que puedas decir: “¿Quién puede subir por nosotros a los cielos para cogerla y dárnosla a conocer, y que así la cumplamos?” 13No está al otro lado de los mares para que puedas decir: “¿Quién pasará por nosotros al otro lado de los mares para cogerla y dárnosla a conocer, y que así la cumplamos?” 14La tienes enteramente cerca de ti; la tienes en tu boca, en tu mente, para poder cumplirla.”

El legislador insiste en que la Ley impuesta no está sobre las fuerzas de los componentes de su pueblo, y, por otra parte, el conocimiento de sus preceptos está al alcance de todos. La palabra de Dios está muy próxima al israelita, a su alcance, en su boca y en su mente. En 6:7 y 11:18-20 se ordena a los israelitas que inculquen la Ley a sus hijos y les hablen de ella en la casa y en los viajes. En los tiempos rabínicos, la Ley fue casi divinizada, considerando al mismo Dios sujeto a ella, por ser expresión de su voluntad inmutable.

Recapitulación (15-20).
15“Mira: hoy pongo ante ti la vida con el bien, la muerte con el mal. 16Si oyes el precepto de Yahvé, tu Dios, que hoy te mando, de amar a Yahvé, tu Dios, seguir sus caminos y guardar sus mandamientos, decretos y preceptos, vivirás y te multiplicarás, y Yahvé, tu Dios, te bendecirá en la tierra en que vas a entrar para poseerla. 17Pero, si se aparta tu corazón y no escuchas, sino que te dejas arrastrar a la adoración y al servicio de otros dioses, 18hoy te anuncio que irás a la segura ruina y que no durarás largo tiempo sobre la tierra a cuya conquista vas después de pasar el Jordán. 19Yo invoco hoy por testigos a los cielos y a la tierra de que os he propuesto la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge la vida, para que vivas, tú y tu descendencia, 20amando a Yahvé, tu Dios; obedeciendo a su voz y adhiriéndote a El, porque en eso está tu vida y tu perduración: en habitar la tierra que Yahvé juró dar a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob.”

Es la conclusión del discurso. El legislador ha presentado el camino que lleva a la vida y a la muerte. A Israel toca escoger: si es fiel a los preceptos divinos, será objeto de las bendiciones divinas; si se va tras los ídolos, caminará hacia la ruina (v.18). El legislador enfáticamente pone por testigos a los cielos y la tierra de que él ha cumplido con su cometido de poner ante Israel la vida y la muerte (v.19) para que libremente escoja y así se haga digno de reprobación o de bendición. Yahvé entrega la tierra prometida a Israel según juramento hecho a los patriarcas, pero sólo permanecerá en ella si es fiel a sus mandatos; en esto está su ν ida y perduración. Las exigencias de la justicia divina son indeclinables, y sus promesas están supeditadas a ella. Es de notar el sentido de la libertad que se otorga al pueblo elegido en esta alternativa. Dios quiere una adoración de seres libres, no de esclavos. Con estas palabras de invitación al cumplimiento de la Ley se terminan los discursos del legislador hebreo. Es la síntesis de su obra.

1 Cf. Jer 29:14; Jer 30:3; Eze 29:14. – 2 Cf. Sal 17:7; Isa 13:5. – 3 Cf. Deu 10:16. – 4 Jer 31:31s.

Fuente: Biblia Comentada

te arrepintieres. Moisés se movió al futuro cuando las maldiciones se habrían acabado y bendiciones vendrían. En algún tiempo futuro, después de que la desobediencia al Señor trajera sobre Israel las maldiciones del pacto, el pueblo recordará que las circunstancias en las que se encontraron a sí mismos fueron la consecuencia inevitable de su desobediencia, y en arrepentimiento regresarán al Señor. Este arrepentimiento llevará a un compromiso de todo corazón de obediencia a los mandamientos de Dios (v. Deu 30:8) y el fin consecuente de la aflicción de Israel (v. Deu 30:3). Esta es la salvación definitiva de Israel por fe en Cristo, de la que habla Isaías (Isa 54:4-8), Jeremías (Jer 31:31-34; Jer 32:37-42), Ezequiel (Eze 36:23-38), Oseas (Ose 14:1-9), Joel (Joe 3:16-21), Amós (Amó 9:11-15), Sofonías (Sof 3:14-20), Zacarías (Zac 12:10-14; Zac 13:1-9), Malaquías (Mal 3:16Mal 4:4), y Pablo (Rom 11:25-27).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Estos capítulos contienen el tercer discurso de Moisés, el cual es un contraste entre el pacto en Sinaí y el pacto que él tenía en mente para Israel en el futuro. Aunque el pasado había visto el fracaso de Israel al no guardar el pacto y a confiar en Dios, había esperanza para el futuro. Fue esta esperanza lo que Moisés enfatizó en el contenido de estos capítulos enfocándose claramente en los temas del nuevo pacto.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Volviendo al Señor. Las maldiciones del pacto en el cap. 28 llegan a su clímax con la amenaza de que Israel sería llevado de su tierra al exilio (vv. 64-68), y la predicación en el cap. 29 parece sugerir que ésta es una maldición verosímil. Después Moisés fue un poco más allá; estos versículos miran hacia un tiempo futuro cuando el exilio hubiera llegado a ser una realidad. Los primeros versículos presuponen que las bendiciones y las maldiciones han venido en secuencia. Es decir, miran hacia el futuro cuando el pueblo, habiendo primero gozado de las bendiciones de la tierra (la cual en días de Moisés ellos aún estaban por poseer), con el tiempo experimentarían las maldiciones del pacto debido a que habrían fallado en guardar el pacto. Esta es una nueva situación que la predicación del pacto está considerando, porque hasta ahora se ha concentrado en persuadir al pueblo a ser fiel y así evitar del todo el desastre.

Sin embargo, el presente pasaje muestra que si las maldiciones del pacto tenían que aplicarse, ese no sería necesariamente el final de la historia de Dios con su pueblo. La gracia de Dios ha sido maravillosamente demostrada a favor de Israel al haberlos escogido y haber hecho un pacto con ellos, en primer lugar; pero esto no significa que su gracia se haya agotado con estos actos de amor.

Hay un futuro para el pueblo de Dios, aunque no es algo que se lleva a cabo automáticamente. Conlleva una condición; es decir, un arrepentimiento sincero (v. 2). La restauración del pueblo sería como la primera bendición en que se incluyen tanto las promesas (tierra, población, prosperidad; vv. 5, 9) como los mandamientos (vv. 6b, 8, 10). ¿Podrá este nuevo arreglo, sin embargo, tener más éxito que el primero? En este pasaje entra en juego un nuevo elemento que parece reconocer el problema.

El nuevo elemento es que aquí se ve al Señor tomando una parte nueva y decisiva en la suerte del pueblo. Será por el poder de Dios que el pueblo será restaurado a su tierra. (En efecto, este es el significado de la frase te restaurará de tu cautividad; v. 3, ver también Jer. 29:14; 30:3.) Sin embargo, no sólo esto sino que él creará en ellos una nueva habilidad para ser fieles. Esto está implícito en la frase: Jehovah tu Dios circuncidará tu corazón (v. 6); la misma figura retórica usada en 10:16 había sido simplemente una exhortación. De alguna manera misteriosa el Señor renovará la relación para hacer que su pueblo sea fiel (aunque la necesidad de arrepentimiento por parte del pueblo no se pasa por alto; v. 2). Esto es sin reducir la necesidad de que realmente obedezcan; ellos aún son responsables por su relación con él. El punto puede comprenderse a la luz de la enseñanza del NT en cuanto al papel del Espíritu Santo al capacitar al cristiano para sobreponerse a su naturaleza pecaminosa (Rom. 8:9-27; Gál. 5:16-25).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

30.1-6 Moisés dijo a los hebreos que cuando estuvieran listos para regresar a Dios, El estaría listo para recibirlos. La misericordia de Dios es increíble. Esto va más allá de lo que nos podemos imaginar. Aun si los judíos deliberadamente se apartaron de El y arruinaron sus vidas, Dios de todas maneras los haría volver. Dios les daría un espíritu renovado (circuncidaría sus corazones). Dios quiere perdonarnos y también traernos de regreso a El. Algunas personas no aprenderán hasta que su mundo se haya derrumbado alrededor de ellas. Entonces el arrepentimiento y el dolor parecen abrir sus ojos a lo que Dios ha estado diciendo desde el principio. ¿Lo ha separado el pecado de Dios? No importa cuán lejos nos hayamos ido, Dios nos promete un principio nuevo si tan sólo nos volvemos a El.30.11-14 Dios nos ha llamado para que obedezcamos sus mandamientos, mientras nos recuerda que sus leyes no están escondidas para nosotros ni fuera de nuestro alcance. ¿Ha dicho usted alguna vez que obedecería a Dios si sólo supiera lo que El quiere? ¿Se ha quejado alguna vez de que la obediencia es demasiado difícil para un simple humano? Estas son excusas inaceptables. Las leyes de Dios están escritas en la Biblia y son claramente evidentes en el mundo que nos rodea. Es razonable, sensato y benéfico obedecerlas. La parte más difícil cuando obedecemos las leyes de Dios es simplemente decidir empezar ahora. Pablo se refiere a este pasaje en Rom 10:5-8.30.19, 20 Moisés desafió a los israelitas a escoger la vida, obedecer a Dios y por lo tanto continuar experimentando sus bendiciones. Dios no fuerza su voluntad sobre nadie. El nos deja decidir por nosotros mismos si lo seguimos o si lo rechazamos. Sin embargo, esta decisión es una cuestión de vida o muerte. Dios quiere que nos demos cuenta de esto, ya que El quiere que todos nosotros escojamos la vida. Día a día, en cada nueva circunstancia, debemos afirmar y reforzar este compromiso.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) O: “las hayas recordado a tu corazón”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 1527 Deu 11:27; Deu 28:2

b 1528 Deu 11:28; Deu 28:15

c 1529 1Re 8:47; Neh 1:9; Eze 18:28; Joe 2:13

d 1530 2Re 17:6; 2Re 17:23; 2Re 25:26; 2Cr 36:20

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Estos vers. miran hacia un futuro cuando el pueblo de Israel se arrepentirá, recibirá perdón y será restaurado en su tierra. Muchos entienden que esto ocurrirá con la segunda venida de Jesucristo (cp. Is 11; Ez 36– 37; Zac 12:10– 14; 14:1– 11)

Fuente: La Biblia de las Américas

YHVH… TM añade tu Dios. Se sigue LXX → §194.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., las hagas volver a tu corazón

Fuente: La Biblia de las Américas

[3] Los judíos, fundados en esta profecía, esperan un Mesías, que los ponga en posesión de Canaán. Se indica una segunda libertad de los hijos de Israel; pero será la que el Señor tiene preparada para el fin de los siglos.[14] Pablo explica que los mandamientos de Dios son fáciles de entender y guardar con el socorro de la gracia. Rom 10, 6-8.[15] Por el libre albedrío, el hombre elige el camino de la vida o de la muerte.[20] Esta unión con Dios nos hace felices en este mundo. Todo cuanto nos manda o prohíbe Dios es para nuestra felicidad. El lenguaje del Deuteronomio, más que un discurso filosófico sobre el bien y el mal, es una continua exhortación a mantenerse fieles a la alianza con Dios.

Fuente: Notas Torres Amat